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REVISTA CLÍNICA

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ESPANOLA
lflll¡l

Director: C. JIMENEZ DIAZ. Secretarios: J. DE PAZ y F. VIVANCO


REDACCION Y ADMINISTRACION: Antonio Maura, 13. MADRID. Teléfono 22 18 29.

TOMO LXVI 30 DE SEPTIEMBRE DE 1957 NUMERO 6

REVISIONES DE CONJUNTO
LA ONDA U DEL E. C. G. superficie ventricular cerca del origen de aquellos
músculos.
Ha sido también LAMBERT el que ha demostrado
J. DE LA Hoz FABRA. experimentalmente en perros que el origen de la
onda U viene de los músculos papilares de los ven-
I!Mpitnl Ce n tt·a l !le la Ct·uz R oj a de San Jos é y Sa nta Ad ela.
trículos y probablemente de las conexiones de estas
Madrid .
estructuras, desde un punto de vista embriológico y
S!' tTI(' ÍO cl t' M e d tc ina G ene t·a l y Nutri c ión
funcional, con otras tales como la porción superior
J efe : Pro f BLA:-ICO S OLE R.
del septum interventricular, las fibras interpapilares
y el esfínter de las valvas atrioventriculares. La
onda U representa la r epolarización de todas estas
l.- Aunque hace mucho tiempo que se caracteri- estructuras. Por otro lado, el retardo en la repola-
zó la onda U del electrocardiograma, no se empieza rización que supone la presencia de la onda U pue-
a estudiar su significación clínica hasta muy recien- de ser causada por las circunstancias que determina
temente. el trabajo de los músculos papilares, su contracción
En el año 1939, son NAHUM y HoFF los que estu- prolongada, tracción a lo largo de una .línea longi-
dian y publican los primeros trabajos sobre la inter- tudinal y compresión concéntrica y ーッウゥ「ャセュ・ョエ@ a
pretación electrocardiográfica de la onda U. Poste- una contracción prolongada durante el perwdo pro-
riormente, es PAPP, en 1940, el que llama la aten- todiastólico de Wiggers.
ción sobre la sexta onda del electrocardiograma. En LAMBERT hace una r evisión de 11.000 casos y cree
años posteriores son los trabajos de SOLARZ y ELEK probar que, clínicamente, cada alteración de _Ja
(1943) y los de ZUCKERMANN y CABRERA (1947), Y onda u 0 del segmento T-U coincide con alteraciO-
ZUCKERMANN y ESTANOIA (1948) y PALMER (1948), nes patológicas 」。イ、ゥッカセウ_オャ・@ y . con la de los
y los trabajos de HOLZMANN (1949) los que empiezan músculos papilares, perm1tlendo en viイエオセ@ de ;llo, ・セ@
a considerar y definir la semiología de la onda U reconocer una nueva entidad electrocardwgráfica )
negativa en los trazados electrocardiográficos ob- clínica de valor práctico llamado "syndrom.e of thc
tenidos en diferentes circunstancias clínicas. Pero papillary rnuscles". . . - .
es a partir de estos últimos años, con los traba- Las anormalidades o alteraciOnes de los musculos
jos de LEPESCIIKIN (1951), KLOPPE (1952), GENTILE papilares, bien sea una alteración anatómica o fun-
(1953), etc., etc. , hasta los más recientes de FURBET- cional, son detectables por las ッセ、。ウ@ U ;r ・セ@ segmen-
TA, SANTUCCI, BUFALARI y SOLINAS (1956), y los de to T-U, apreciándose en su estudio las SJgmentes ca-
LEPESCHKIN, SURAWICZ, KE!\1P1 LA!\ffiERT y otros racterísticas:
(1957) los que realizan un estudio clínico de las anor- 1. Signos electrocardiográficos.
malidades, génesis, pronóstico y significación clínica 2. Patogenia. . _ ..
de la onda U del electrocardiograma. 3. Formas clínicas, segun locahzacJ?U. gravedad,
evolución y presencia de otras alteraciOnes electro-
II.- EJNTIIOVEN, originalmente explicó la onda. U
co.mo debida a la persistencia de la actividad elec- cardiográficas. . .
trica en alguna porción del ventrículo. ZUCKERMANN 4. Incidencia con otras cardwpahas.
Y CABRERA consideraron que se debía a la excitación Signos electrocardiográficos.- La ーイセウュ」ゥ。@ de una
del septum interventricular, mientras los recientes onda u negativa y 。ャエ・ イ 。」キセ・ウN@ morfologJCas 、セャ@ ウ・セᆳ
trabajos de FURBETTA, BUFALARI y SANTUCCI indican mento T-U son las caractensbcas electrocardJOgra-
qu_e ésta se corresponde con la excitación de los ficas más frecuentes. . . . .
セオウ」ャッ@ papilares, al encontrar que en perros ・セ@ Patogeniu.-Según las invesbgacwnes 」セュQウ@ de
111 P?termia el voltaje de U fué más alto en las deri- LAMBERT. estas a lteraciones eleclrocard!ograficas
vaciones obtenidas directamente sobre puntos de la pueden presentarse en cualquier cardiopatJa cuando
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360 REVIS TA GLINIGA ESPAÑOL A

existen las siguientes condicion es: a) una situación del segmento T-U y onda U puede ser considerado
hemodinámica que determine un daño sobre las es- como un signo menor ele sobrecarga o daño ven.
tructuras papilares tales como un aumen to de la tricular.
presión intra vent r icula r de origen intra o extracar-
díaco ; b) una a lter ación metabólica, de electrolitos III. La correspondencia clínica y electrocardio.
y proteínas ; e) ins uficiencia coronaria determinada gráfica de los aspectos morfológicos de la onda u
por alteración anatómica o funcion al y anormalida- negativa han sido recientemente estudiados por F UR·
des de los músculos papila res. Estas condic:ones bien bセ[taL@ SANTUCCI. BUFALARI y SOLINAH basando su
pueden exis t ir de una manera a islada o conjunta- trabajo en el estudio de 100 electrocardiogramas en
los que se observaban ondas U negativas.
mente.
L ocalización. Hay t res patentes vectoriales de la En su trabajo llegan a las siguientes conclusiones:
onda U patológica que per miten considerar tres ti- a) Que la configuración de la onda U en las de-
pos de s índrome de los m úsculos papilares. rivaciones precordiales E:'S muy compleja セ@ su inter-
Síndrome de los músculos papilares del ventrícu- prrt ación muy com plicada y difícil.
lo izquierdo : En este caso aparece una onda e ne- b) Que el estudio del segmento T-U (final de T
gativa en D-I, a VL y en las precordiales izquierdas. セ@ principio de U) tiene cierto significado elect rocar-
d irigiéndose el vector espacial de U hacia adelante diográfico y sugiere la posibilidad de una génests
y a la derech a. Clínicamente esto se observa en todos común: y
aquellos procesos que afecten al ventrículo izquierdo e) Caracterizan siete' tipos de ondas 1.1:
(infa r to anter ior. hipertensión, insuficiencia aórtica). 1. Onda U negativa de amplitud variablf' <fig. J ).
Síndrome de los músculos rapilares del ventrículo 2. Onda V negativa en su primC'ra mitad セ@ la otra
derecho: Se obser van ondas U negativas en D-III e porción "basal".
inconstantemente en a VF y en las precordiales de- 3. Onda U negativa en su primera mitad y la otra
rechas. El vector espacial de U se dirige en sentido porción isoeléctrica.
anterior y h a cia la izquier da, obser vándose en las 4. Onda P negativa en su terciO m<•dio y los tt>r·
circunstancias clínicas que determinan sobrecargas cios anterior y posterior son isoel écl ncoR.
vent r iculares derechas (estenosis mitra!. cardiopatías 5. Onda U difásica drl tipo más-mrnos.
congénitas, etc.). 6. Onda U difásica del tipo menos-más.
Síndrome biventricular de los músculos papilares: 7. En este tipo incluyen las anormalidades mor·
Cuando los dos casos anteriores se suman aparecen fológicas. depresión o elevación. del :-;('gmcnto T-t.:.
ondas U n egativas en D-I y casualmente en D-II y Hay que señalar que las modifiraciont·s del segmt>n·
aVL y en todas las der ivaciones precordiales de V to T-U se deben a la onda U parlitularml'nlE'. clf' tal
a V, o Y . dirigiéndose el vector de U en dirección modo. que la elevación de dicho SC'gml'nto sf' rゥァオセ^@
posterior y a la derecha. Clínicamente hay una so- frecuentemente de una onda • negat h·a o difásir.a
brecarga de los dos ventrículos, como ocurre en en- del tipo 1. 5 ó 6. mientras que la 、」ーイセゥュ@ rlel seg-
fermos con estenosis mitra! y enfermedad hiperten- mento T-tJ se sigue de una onda ' clanlml'nte po!!t·
siva. ti va.
La gravedad y evolución de estos síndromes de- Coinciden casi todos los autores en señala r que
penden, la primera, de la a ltura, profundidad, pro- es frecuente el obser var diferentes ti pos de ondas U
longación, difasismos, etc., de la onda U y del seg- en un mis mo t r a zado electrocardiográ fico, y así, por
mento T-U, pudiendo en el segundo a specto regresar ej emplo, pueden verse ondas U difásicas (menos·
o progresar en relación con el curso clínico del pro- más) en la s precordia les derech as junto a ondas U
ceso o causa desencadenante. En realidad tienen un del tipo 2 en las precordia les izquierdas.
valor clínico bastante importante, ya que permite En cua nto a la inciden cia de los dis tintos tipos de
instituir un tratamiento en una etapa muy precoz ondas U y s u correlación clínica y electrocardiográ·
de la sobrecarga ventricular y evitar con ello una fica, observa n que en el 66 por 100 de los casos, las
evolución desfavorable del proceso fundamental. Bien ondas U n eg ativas tienen una duración menor que
es verdad, que tales síndromes electrocardiográficos las positivas, con sidera das en una misma derivación
es difícil observarlos de manera aislada, puros, ya de los dist intos electrocardiogr a mas. En el 21 por
que, por lo general, los pacientes portadores de una 100 de los casos se observaron ondas U difásicas del
enfermedad mitra!, enfermedad hipertensiva, etc., t ipo menos-más.
cuando consultan, ya llevan mucho t iem po padecien- El tipo de onda U que más comúnmente se obser·
do esta sobrecarga ventricular que pudiéramos lla- va en las derivaciones precordia les es el t ipo 2 Y
mar subclínica, y, por lo tanto, y ya en este momen- el 6, en casos de hiperten sión a r terial, valvulopatía
to, existen otros signos clínicos, elect rocar diográfi- aórtica, et c., en los que el electrocardiogra ma mues·
cos, etc., que cobran un positivo valor diagnóstico, tra n una hipertrofia ventricula r ; t ambién pueden ob·
relegando, como se comprenderá, a un valor secun- serva rse en enfermos con signos de ins uficiencia co·
dario el síndrome electroca rdiográfico definido por rona ria, como veremos más ac;:lela nte.
LAMBERT. E n el infa rto de miocardio se observan ondas U
Como más adelante indicamos , las anormalida des invertidas del tipo 2, principa lmente en las fases sub·
del segmento T-U y de la onda U pueden encontrarse agudas o crónicas del infarto, ya que en la f ase agu·
en los trazados electrocardiográficos de enfe rmos con da el ti po más común es la onda U nega tiva comple·
muy diferentes cardiopatías, pero en los que se ob- tamente o en s u porción fina l, del tipo 3. .
serva con más frecuencia es en aquellos que pade- En los enfermos con estenos is mitra! y con ht·
cen una enfermedad hipertensiva, aórtica y corona - per t rofia ventricula r derech a, se ven ondas U nega·
ria. La negatividad de la onda U permite s u poner la tivas del tipo 1 en las precordia les derechas, de la
existencia de un miocardio tarado por trastornos me- V, a la Y , ó V., y también ondas U del lipo 4.
tabólicos (cardiosclerosis, infa rto, etc. ), mucho más Aunque a continuación consideramos un aparte
que otras alteraciones o anormalidades del r ef erido con los traba jos r ealizados sobre la onda U en distin;
segmento y onda. Igualmente, cuando se observa n tos procesos, hemos incluido estas observaciones aqut
ondas T simétricamente positivas junto a a lgunas para explicar que, en el sentir de estos a utores, ・ セャ 。ウ@
de las anormalidades, que a continuación det a llamos, sugier en la posibilida d de que el ventriculo izqUier·
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LA ONDA U DEL E. C. G. 36[

do sea el responsaUble d? Ita génesis de la Nセッイ」エキョ@ V. Ha sido PAPP el que ha estudiado el valor y
inicial de la onda , ュQセョ@ 1 porcwn er-
rasdque ha !:lignificación de la onda U en la enfermedad coro-
. al depende del ventriCulo erec o, y por ello, naria y en el infarto de miocardio, aunque <'n un
セュ@ procesos que sólo afectan al corazón izquierdo sentido más general también lo ha hecho FURBETTA,
°s negatividad de la onda U, en la mayoría de los SANTUCCI, ele., etc.
1
」セウッ@ solamente ocupa la primera porción de la onda. Durante la fase aguda del infarto de miocat·dio
Esta hipótesis no es aceptada por todos los autores. anterior la onda U puede observarse alta y positiva,
Teóricamente hay otra posibilidad, y es que la pero cuando la porción invertida de T se prolonga,
nda u fuera la suma de ondas U parciales que tu- entierra la onda U, que desaparece en el espacio pro-
oieran un origen en distintos puntos del ventrículo longado Q-T, y por el contrario, cuando el período
セ・イ」ィッ@ y del izquierdo, de tal manera, que en dife- Q-T se acorta, la onda U puede reaparecer otra vez
rentes condiciones patológicas, el predominio de uno y entonces sigue la dirección de la onda T. En la
11
otro componente configurará el vector espacial etapa de evolución favorable, cuando la onda T se
principal y consecuentemente el セ・@ los casos ・セエイᆳ hace positiva, la onda U retorna también a la nor-
mos con los tipos de ondas U negativas que descnben. malidad.
Por último, coinciden la mayoría de los autores En el infarto de miocardio posterior las altera-
en que en las alteraciones del segmento T-U se pre- ciones metabólicas miocárdicas que determina éste
senta deformado en la mayoría de los electrocardio- no influencia las derivaciones precordiales, excepto
gramas en que aparece la onda U invertida o nega- cuando éste afecta al septum y hay una bradicardia
tiva, encontrándose este segmento entonces elevado ectópica, quedando entonces la onda U obliterada
por encima de línea isoeléctrica y siendo muy raro por el alargamiento de Q-T. En este caso la onda U
el encontrarlo deprimido junto a cambios de dicha reaparece cuando la invasión septal retrocede y el
onda U. Las alteraciones de uicho segmento se con- trazado se normaliza. En general, el criterio unáni-
sideran y creen producidas por las mismas que elec- me de todos los autores es que los cambios de la
trobiológicamente alteran el espacio S-T. onda U en el infarto agudo de miocardio tienen una
importancia secundaria cuando se presentan ot ras
IV. Han sido SURAWICz. KEMP, BETTIENGER, GoT- a lteraciones electrocardiográficas. Por el contrario,
TLIEB v BELLET los que han estudiado las relaciones cuando las alteraciones del segmento S-T son poco
que HGセゥウエ・ョL@ desde el punto de vista electrocardio- manifiestas en la enfermedad coronaria crónica, la
gráfico, entre la amplitud de la onda U y la de T , presencia de unas ondas U "anormales" pueden ayu-
así como el pronóstico y significación de la onda U dar en el diagnóstico.
en los electrocardiogramas de enfermos con hiper- En la angina de pecho, las ondas U invertidas
tensión. nunca aparecen en las precordiales V, y V3 ; la ma-
Según los autores, y en el estudio de 287 electro- yoría de las veces es isoeléctrica en estas deriva-
cardiogramas, en el 23 por 100 de los casos se ob- ciones. La inversión se ve en V., V, y v. y se desarro-
servó una onda U negativa, y este procento de en- lla gradualmente desde la V_. Cuando la distancia
fermos coincidió con un promedio de presión dias- T-U se alarga en V., la onda U se hace primero di-
tólica más alta, insuficiencia cardíaca más avanza- fásica en V y V, y se invierte en V,. v . y V,. La
da, signos más manifiestos de cardiomegalia, ure- inversión de U (tiempo en segundos) está condicio-
mia y, a la larga, una mortalidad más alta que los nada por la depresión de S-T y no por la inversión
del grupo que no presentaban una onda U negativa de T, pudiendo ser el único signo electrocardiográ-
en su electrocardiograma y sí una onda U positiva. fico de enfermedad coronaria. Esta puede ser más
En los enfermos que presentan una sobrecarga prominente en D-III y a VF cuando el corazón es ver-
ventricular izquierda los pacientes con ondas U ne- tical.
gativas suelen presentar grados de insuficiencia car- Durante una prueba de esfuerzo (en la enfermedad
díaca más avanzada con una alta incidencia de car- coronaria) puede observarse la inversión de una
diomegalia y uremia, etc., etc. Se puede adelantar onda U que en comparación con el trazado obtenido
el concepto de que, en la evolución de una sobrecarga en condiciones basales se encontraba ésta positiva.
ventricular izquierda, la inversión de la onda U es en tanto el intervalo S-T continúa isoeléctrico des-
un hecho tardío que sigue a la inversión de la onda T pués del esfuerzo. Puede considerarse una prueba
un cierto tiempo después. En los pocos casos en que negativa de esfuerzo cuando después de éste se au-
los autores observaron una onda U negativa siguien- menta el voltaje de la onda U No obstante, puede
do a una onda T positiva, la morbilidad y la morta- considerarse excepcional que El único signo pato-
lidad fué muy alta. Una onda U negativa fué el úni- lógico de enfermedad coronaria fuera éste. Bajo con-
co signo electrocardiográfico anormal que se observó diciones de esfuerzo una onda T invertida patológi-
en un caso. camente puede ser primeramente positiva (paroxismo
En cuanto a las relaciones que existen entre la reversible), al mismo tiempo que la onda U se hace
onda U y T en los electrocardiogramas de enfermos normal a través de un trazado difásico. Una onda U
c?n セゥー・イエョウ￳L@ se encontró que en todas las de- invertida no tiene necesariamente una significación
rivaciones precordiales eran positivas en el 48,1 por patológica, ya que se encuentra, como más adelante
lOO sobre un total de 297 enfermos. La onda U ne- veremos, en las personas de edad sin enfermedad
gativa la observaron en el 21,8 por 100 de Jos casos cardíaca, pero se debe ser cuidadoso en la lectura
Y predominantemente en las derivaciones en que se de un electrocardiograma y en su interpretación.
observaba una onda T negativa, y en el 2,8 por 100 para ver que sólo se debe a la edad y no a enfer-
de los casos observaron una onda U invertida junto medad coronaria.
a オョセ@ onda T a lta. En algunos casos de enfermos con En muchos pacientes con ondas U invertidas des-
un ntmo bradicárdico o después de haber provocado pués del esfuerzo, luego no pueden verse en el resto
、・ウ」セョNッ@ de la presión sanguínea o después de la del trazado; la ausencia completa de onda U en los
abdmm1stración de nitritos se vieron cambios, varia- trazados, excepcional en registros normales, se en-
_les, de la onda U, pasando de positiva a negativa o contró en el 6 por 100 de los pacientes con angina
lsoeléctrica, al variar la presión sanguínea y el riego de pecho.
coronario. El tamaño de la onda U en los trazados electro-
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362 REVISTA CLINICA ESPAÑOLA

cardiográficos de enfermos que padecen una insufi- de ondas U más altas que las ondas T, en particular
ciencia coronaria poco manifiesta o latente puede de- en las derivaciones D-II y D-III.
pender de una disminución del voltaje de la onda T A veces se caracteriza como una onda U a la se-
o por un aumento del mismo o también por ambas gunda porción de una onda T difásica, pudiéndose
evitar ello fácilmente midiendo la distancia Q-U en
T una derivación precordial derecha o en cualquier otra
o
p. que tenga una onda U bien caracterizada. Si fuera
イセ@ en todas las derivaciones difícil esta determinación
NOR I
l:'ntonces se mide la distancia Q-T y a esta 、ゥウエ。ョ」セ@
se le suman 10 centésimas de segundo, pudiéndose de

7. •

••
s•

Fag. 1.- Daferentes tipos de onda tí <del 1 o al 6.•1 セM allcnl-


ciones del segmento T-tí f7 .u¡, según f urb セZt|@ y cols.

cosas a la vez, a semejanza de lo que ocurre en tra-


zados de enfermos sometidos a un tratamiento con-
tinuado con digital, con signos de impregnación di-
gitálica en el E. C. G. en los cuales se observa un

E. C. G. núm . 531127 36, pea'tcneciente a una mujer de G3


34-l años, cuyo trazado normal no presenta ondas U.

D-II

E. C. G. núm. 560711/ 87, pca·lenccacntc a una nna¡ea· de 66


años, trazado noa·mal, obscrvámlose ondas U en D-1.
L Fig. 3.
\
est e modo determinar la situación aproximada de
la onda U para frecuencias que oscilan entre 60-80
f ciclos por minuto.
:r En el 30 por 100 de los pacientes con insuficiencia
Z 1
Nセ@

coronaria crónica las ondas U son normales, Y en


t a; los casos en los que se observa una relación 。ョッセᆳ
mal T: U (28 por 100) u onda U alta con T inverti-
da (20 por 100), los mismos factores influencian los
Fig. 2.-E. C. G. núm. 540112/ 3, ー・イエョ セ ᄋュャ・@ a un enfermo cambios y alteraciones de las ondas R y T del seg-
de 61 años, con un corazón horizontal por plétora abdominal. mento S-T (hipertrofia ventricu lar y digital) y marca-
rán el valor semiológico de la onda U anormal. Del
aumento absoluto del voltaje de la onda U por los restante 22 por 100 de la casuística de PAPP la au-
cambios que la digital determina en el intervalo R-T. sencia fugaz o casual de una onda U en el 6 por 100
A veces estos factores no tienen una significación difícilmente constituye un signo diagnóstico impor-
patológica y ocasionalmente, una neurodistonía cir- tante aunque éste sea después de una prueba de ・セᆳ
culatoria puede ser la responsable de la observación fuerzo. La inversión de la onda U o depresión, sin
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tッセ@ LXVT LA ONDA U DEL E. O. 0. 363


NúMERO 6

bios de la onda T en el 16 por 100 de los casos diográfica sobre 100 electrocardiogramas practicados
セZ。ョエ・ウL@ ーッ、イ■セ@ tener un cierto valor diagnóstico en personas cuya edad permite un encuadramiento
si dichas a lteracwnes no se ッ「セ・イカ。ョ@ en enfermos geriátrico.
iles sin enfermedad coronana. Consideramos tres grupos en geriatría con respec-
n
se Lo más que se pued ed ' es _que, en presencia
cctr ' de to a la edad cronológica del individuo: baja senili-
Jaras alteraciones como desmveles del segmento dad, que comprende la edad de cincuenta y cinco a
セMt@ y aplanamiento de T con doior precordial atípi- sesenta y cuatro años; senilidad media, que com-
co Ja inversión de la onda U es un signo útil en prende a individuos de sesenta y cinco a setenta y
」オセョエッ@ puede confirmar una enfermedad coronaria. cuatro años, y alta senilidad, que comprende a indi-
viduos de setenta y cinco a más de ochenta y cinco
años. No se pretende hacer un estudio detallado, en
cuanto a frecuencia y significación clínica del elec-
trocardiograma en geriatría, por ser un aspecto que
está perfectamente estudiado y nos llevaría a caer
en repeticiones exhaustivas, pero sí pretendemos ha-
cer una serie de consideraciones sobre el posible va-
D-II lor clínico y pronóstico de la onda U en estas edades.

セML@
1

B. C G . núm. 550204 12, perteneciente a ún enfermo de ! 1


エ￱ッセN@ !'on un <'or· pulmonale cr·ónico Pn el quP st> aprP<·11u1
ondas ü .

E . C . G . núm. 541201 81, perteneciente a una mujt r dC' "'·'


años, C'n que el estudio de todas las ondas en toda., la'< "'-
r·ies de derivaciones fué normal.
Fig. 5.

En primer lugar habrá que separar y considerar


la presencia y alteraciones de la onda U en los
E. C. G., que pueden ser considerados como norma-
Fig. 4. E. C. G. núm. 56061 ·1 75, perleneciC'rlt(' a una entE.'r- les y los que tienen una significación patológica. Por
ma dE.' f>5 años, en el quC' HC' obRervan ondas U dP distinta
morfologla en casi t odas las derivacionC'S. ello, si tenemos en cuenta que en la baja senilidad
y en la senilidad media se observan alteraciones elec-
trocardiográficas que por lo menos indican la la-
Finalmente, y adelantando una de las conclusiones tencia de un déficit coronario y miocárdico en un
ague esta revisión dará lugar, hay que reconocer, y porcentaje elevado y que en la alta senilidad estas
。セエ@ lo señala el mismo PAPP, que desde el punto de alteraciones llegan casi a la totalidad. aparte de lm;
VIsta de diagnóstico electrocardiográfico, la onda U síndromes clínicos perfectamente definidos (angor
anormal no tiene mucha importancia, ya que antes pectoris, infarto de miocardio, miocardosis, etc.) en
se observan, sobre todo en este tipo de enfermos, que el E. C. G. es la exploración complementaria im-
ャエ 。⦅ セイ。」 ゥッョ ・ウ@ electrocardiográficas de valor más po- prescindible para su diagnóstico, veremos que sola-
Sitivo.
mente en el estudio de los primeros (baja senilidad),
. :VI.- Con el fi:, 'le completar este trabajo de revi- la presencia y estudio de la'3 alteraciones de la
stan, hemos realizado una investigación eleclrocar- onda U puede tener un valor bastante positivo. En
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REVISTA OLINICA ESPA!J'OLA

la senilidad media este estudio tiene menos valor patentes electrocardiográficas tienen un valor defini-
pronóstico y en la alta senilidad prácticamente nin- tivo en cuanto al grado de sobrecarga y esfuerzo
guno. que ciertos procesos pulmonares crónicos determinan
Según el origen que se le reconoce a la onda U sobre el corazón, al producir de manera progresiva
como onda de repolarización de los músculos papi-
lares ventriculares, éstos se sienten precozmente
afectados ante una circunstancia de esfuerzo, sobre
todo en corazones con una reserva cardíaca y fuer·
za energético-dinámica limitadas por la edad o un
proceso crónico respiratorio, por ejemplo. Hay qu<'
advertir, que estas consideraciones se hacen desde
una proyección geriátrica del estudio de la onda U,
de tal modo y manera, que dejamos a. un lado los
E. C. G. de enfermos que anteriorm<>nte h 1n pad<'-

111 ............L...
セN⦅@ _____ _ _ _
セN⦅@

... _\.----- ____

Fig. 7.-E. C. G. núm . 5412:.!1.187, perteneciente al mismo en·


fermo del E. C. G. núm . 541216/ 85, en e l que observan on·
das U de menor· voltaje que en el otro.

bien constantemente (fibros is pulmonar, enfisema pul·


monar, etc.) o de modo paroxístico (ataques de asma
bronquial ) sobre el círculo menor, por au mento de
la presión intratorácica y cons iguiente dificultad me-
cánica del retorno venoso. Ello es la Cuu:se\:uencJa
directa de los fenómenos congestivos capilares y del

D-II aVf
セ@
F ig. 6.- E. C. G. núm. 5412HV85, pet·teneciente a un en fer-
mo con una insuficiencia coronaria anteroposterior en fase
aguda en el que se observan ondas U. u

cido o padecen una cardiopatía bien hipertensiva o


valvular, pero que en estos casos, si hiciéramos con-
t , v,
⦅[セ@
sideraciones sobre los electrocardiogramas de dichos
enfermos, al observarlos en edades de la baja seni-
lidad por ejemplo, ya se encuentran otras alteracio-

セ@
nes electrocardiográficas por parte de la morfología
de las ondas P , Q, R, S, y T, y de sus relaciones cro-
nológicas y mucho mayor valor diagnóstico y pro- i J
nóstico que las que pudiera proporcionar el estudio
de la onda U. Posteriormente, indicaremos como úni- v. j
ca exclusión a este respecto el valor que tiene la
onda U en el estudio del "electrocardiograma meta-
bólico", y en la parte que tiene relación con enfer-
mos geriátricos.
Si pasamos a estudiar las a lteraciones de U en
sujetos de estas edades que padecen un proceso bron-
copulmonar crónico, enfisema, asma bronquial, etc.,
veremos cómo ello reviste cierta importancia. Fig. 8. E . C. G. núm. oo l017 / 68, pe rtenecien te a un cnfw
Está demostrado por muchos autores que ciertas mo de 63 añoll, con slgnof! el!' hl¡>!'rt!'n s lón pulmonar.
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DISMIELOIDIA ESPLENOPATICA

ento de la permeabilidad que se pr oducen en el ción electrolítica (potasemia), y más o menos fusio-
Zセオ・@ de asma. con el paso. ?e
plasma a los .alvéo- nada con la onda T, según los estudios de LEPESCH•
1 y la consigmente reduccwn de la superfic1e res- KIN, SURAWICZ y HOLZMANN.
セ。エッイゥ N@ Asimismo a esa r educción de la oxigena-
P.1ón se suma muchas veces, por la congestión capi- BIBLIOGRAFIA
ヲセイ@ y el edema intra o extraal:v.eolar, un obstácu.lo
hidrodinámico con su repercuswn sobre el corazon CORABOEUF, E.; DrSTEL, y BOISTf:I-, J.-Potentiels cellulaires
des tissus conducteur et musculaire du coeur.
(BUSINCO). Pues bien, s i todas estas circunstancias FURBETTA, D.; BUFA!.AR 1, A. ; SAXTUCCI, F.-La parte final e
llevan a determinar una sobrecarga ventricular, mu- del ventricolo-gramma (onda U e tratto T U¡ e la s ín-
drome du muscoli papillari. Roma, Societá Editrice Uní-
cho antes que ésta pueda ponerse de manifiesto por verso, 1955.
Jos signos electrocardiográficos que más frecuente- FURBETTA, D.; SANTUCCI, F. ; BUFALARI, A.; SOLINAS, P. Cir-
mente la definen, puede ser el estudio de la onda U culation, 14, 859, 1956.
GENTILF., C. Rev. Argent. de Cardiol., 19, 270, 1952; 20,
(alteraciones indicadas en el apartado II y III), en un 133, 1953.
GROEDF.L, F. M. , e HILLER , M . Expet·. Med. & Lurf., 8, 187,
electrocardiograma aparentemente norma l, la que 1950.
nos anuncie el padecimiento precoz ventricular. H ILL, A. Lancet, 2, 979, 1939.
holzセゥank L@ M.-Cardiologia, 14, 94, 1949.
En edades más avanzadas (senilidad media) esta HOLZMANN, M.-Verh. Dtsch. Ges. Kreisl Forsch.
consideración tampoco debe descuidarse, au nque se KEMP, R. L .; St:RAW!CZ, B · BE'TTINGER, C.; GOTTLIER. H . -
Circulation, 15, 98, 1957.
comprender á que un enfermo de este grupo, con una KLOPPE, W. Ztschr. Kleislauffor·sch ., 41, 937, 1952.
edad de sesenta y cinco a setenta y cinco años, el LAMBERT, J. Circulalion, 15, 102, 1957.
Ln1BERT, J .. Circulation, 14, 1.129, 1957.
proceso determina nte ya ha tenido tiempo suficiente lepfセウ」イkinL@ E. Circulation, 15, 77, 1957.
para acusar a ese corazón de su sobrecarga, por me- LEPESCI!KIN, E.-Modern Electrocardiography. Vol. l. The
P-Q-R-S-T-U com plex. Baltimore. Williams and Wilklns,
dio de signos clínicos y electrocardiográficos bien 1951.
definidos, que lentamente ha venido padeciendo. LEPESCHKIN, E., y SURAWICZ, B. -Am. H eart. J., 5, 46, 1953.
LEPESCHKIK セᄋ@ SURAWICZ.-Circulation, 6, 378, 1952.
En la alta senilidad, en donde casi el 100 por 100 MACHNE, X., y TONIXI, G.-Arch. Sci. Biol., 36, 425, 1952.
de los electrocardiogramas tienen una significación セahumL@ L. M., y HOFF, H . E.-Am. Heart. J., 5, 585, 1939.
N'AHUM, L. H. J. Connecticut M. Seo., 3, 275, 1939.
"anorma l", por lo menos en latencia, se comprende- PALMER, J. H.-Brit H eart. J., 5, 247, 1948.
rá el mínimo interés que puede tener el estudio de PAL.'\IER, J. H.-Circulation, 7, 205, 1953.
PAPP, C. U. Brit. Heart. J., 5, 9, 1940.
la onda U. PAPP, C.-Circulation, 15, 105, 1957.
ROTHSCHUII, K. E.-Ztsch. Kreislaufforsch., 41, 801, 1952.
VII. Finalmente, un último aspecto de esta revi- SOLARZ, S. D, y ELEK, S. R.-J. Lab. A. Clin. Med., 28, 936,
1943.
sión es el valor de la onda U en el "electrocardio- SURAWICZ, B.; KEMP, R. L., y BELLET, S.-Cir culation, 15,
grama metabólico", recientemente estudiado y pu- 90, 1956.
SURAWICZ, B.; keセipL@ R. L.; BELLI>T.-Circulation, 15, 90,
blicado por WUHRMANN y NIGGLI, entrando a formar 1957.
parte de lo que tan acertadamente se ha llamado SURAWICZ , B., y LEPESCHKIK, E.-Circulation, 8, 901, 1953.
ZUCKERMANX, R., y CABRERA, C. E.-Arch . lnst. Cardiol. M é -
"parte metabólica del E. C. G.", como son las ondas xico, 17, 521, 1947.
y segmentos S-T, T, U, teniendo un gran valor en ZUCKERMAXX, R ., y ESTAXDIA, A . Arch . !nst. Cardiol. Mé-
las diselectrolitemias, en las cuales, la onda U está xico, 18, 437, 1948.
BISTENI, A.- Arch. Inst. C.:ardiol. México, 19, 246, 1949.
aumentada según y proporcionalmente a la altera- \VUHRMANN y NECGLr.-Las miocardosis. Edit. Morata, 1957

ORIGINALES

DISMIELOIDIA ESPLENOP A TI CA nía y; o trombocitopenia de evolución maligna


que puede ser atenuada transitoriamente por las
Contribución al conocimiento de las llamadas transfusiones de sangre r epetidas. El cuadro
anemias aplásticas. hematológico r eviste los caracteres atribuídos a
las anemias aplásticas o arregenerativas.
La introducción en la práctica clínica de la
C. JIMÉNEZ DíAZ, G. PANIAGUA y M. M ORALES. punción esternal con biopsia de la médula ósea
ha revelado un hecho de singular interés: con
1nsu t uto de Tm·eflligat'ioneR Clínieas y l\1 •'•1 í<'as.
Mndt·id.
gran frecuencia la médula ósea, lejos de estar
disminuída o sustituída por grasa y células no
hemopoyéticas, aparece hiperplástica, como en
P.or circunstancias en su mayor parle desco- un esfuerzo muy activo de hipergeneración .
セocャ、。ウL@ es evidente que en los últimos años la RHOADS y MILLER • demostraron cómo con el
recuencia de las enfermedades graves de la cuadro aplástico en la sangre circulante hay ca-
ウセョァ イ ・@ (leucemias, anemias refractarias, hemo- sos de aplasia en la m édula frente a otros de mé-
セャエッー・ ョゥ。 ウI@ aumenta progresivamente. Entre es- dula hipercelular. Ya FRANK 2 había señalado lo
.08 procesos ocupan un puesto destacado un con- mismo especialmente para el caso de las trom-
JUnto de anemias graves asociadas a neutrope- bopenias, en una gran parte de las cuales en la

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