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¿CÓMO CONOCEMOS?

, APORTES DE DUNS SCOTO A LA GNOSEOLOGÍA1

Teoría del Conocimiento en Duns Scoto

Fr. Andrés Eduardo Saavedra Castro O.F.M.

Este tema que trataré quizá resulte un poco


complejo. Sin embargo, espero pueda haber un
interés por aprender un poco más la terminología
del beato Duns Scoto. Tratemos de actuar en ese
mismo espíritu que tuvo Scoto, el de la intuición
espiritual y filosófica. Es posible, si nos abrimos
sobre todo a dejar abierta una posibilidad de
despojarnos de nuestros esquemas individuales.

El mundo de la filosofía debe abrirse para nosotros


como se abre la Creación, con una complejidad
grande, pero a la vez, con una belleza y orden. Si eso
existe de por sí en la Creación, también nuestra
mente, que es creadora de ideas, de pensamientos,
puede mostrarse así y ser susceptible de diversos
procesos que buscamos comprender para alabar a
Dios por esta facultad del intelecto dada al hombre,
utilizándola homenaje al Amor y Misericordia que
lleva en sí, tanto el entendimiento sin límites que dio este mismo sello a todo lo que existe.

La comprensión de los inteligibles 2 , la verdadera manera de llegar a conocer algo, pueden ser
preguntas, al principio un poco difíciles de responder en el ámbito filosófico. Normalmente estamos
acostumbrados a darle un nombre y ponerle una definición a todo lo que nos rodea, sea conocido
o no sea conocido. Porque el entendimiento nuestro puede captar de inmediato las impresiones
que nos dan los sentidos, pero, cómo estar seguros que es el intelecto y los sentidos los únicos que
actúan en esta operación. ¿Acaso no se necesita también del objeto conocido? Por ejemplo, un bebé,
por el mismo hecho de tener en su cuerpo la capacidad de avanzar y caminar, de acuerdo a su edad,
¿no será acaso necesario que asiente el pie sobre el suelo, para desarrollar su fuerza?; de lo
contrario, no tendrá dónde apoyarse para desarrollar la fuerza que le ayude a caminar. Estas
interrogantes las desarrolla Scoto, de una manera conciliadora y a la vez creativa, al tratar las cosas,
no como las desarrolló un autor u otro autor, sino, que sabe dar una respuesta distinta, además de
introducir términos quizá más precisos.

1
La gnoseología es una rama de la filosofía que explica lo referente la naturaleza, el origen y los límites del
conocimiento humano. Cf. Steup, Matthias. «Epistemology». Edward N. Zalta, ed. Stanford Encyclopedia of
Philosophy.
2
Inteligible es un concepto que tiene varias acepciones, según el filósofo, pero desde San Agustín y en
continuidad hasta la época medieval, se refiere a las realidades que son la expresión de su inteligencia, las
razones eternas que nos salen al encuentro en nuestro entendimiento, permitiéndonos conocer
específicamente cada cosa de una manera natural, y que nos permiten elevarnos a los conceptos universales.
Según la corriente averroísta3, el intelecto agente debe actuar de modo separado para lograr esta
aprehensión del objeto, porque el hombre se ve desproporcional en su cuerpo a su actividad
intelectual que ejerce el alma. Sin embargo, Scoto asegura siempre la misma posición cristiana, de
la unidad del cuerpo y el alma, de donde se deduce que el entendimiento agente, debe permanecer
en el hombre, aunque no sea de un modo absoluto. Él explica que es necesario poder tener una
interdependencia entre el objeto y el sujeto cognoscente. Coloca al objeto como “casi instrumento
del mismo entendimiento”.4

El intelecto agente es tomado como una potencia


activa, con la capacidad absoluta de hacer
inteligible todo, pero lo universal, al ser distinto
de lo concreto (en donde está la posibilidad de
ser conocido) es necesario que el conocimiento
se dé en un confluir de ambas potencialidades, es
decir, el momento en que se forma la especie
inteligible, que es el resultado de la interacción
entre el intelecto agente, así como el del objeto.

Explica Scoto que “el concurso y la relación que


se establecen entre el sujeto y el objeto, en el
campo cognoscitivo, se realizan según la dinámica interdependiente de las causas eficientes
parciales, ordenadas esencialmente”5.

Esto en primer lugar en relación a cómo capta nuestro intelecto.


Pero no podemos hablar de esto, sin remitirnos a una manera
global y amplia de lo que esto significa. Porque es posible que
pensemos que esto puede darse sólo en ámbitos de tipo
intelectual, o sólo por el conocimiento de las ideas, o de las
representaciones. Sin embargo, todo esto, nos hace ver que hay
un lenguaje común para poder explicar de manera universal
esto, ya que todos los hombres tienen este mismo proceder, de
entender para sí, cosas muy diferentes, quedando en nosotros
lo general, lo universal. Esto es explicado de la siguiente manera:

“El intelecto agente causa, en el intelecto posible que la reciba


una forma apta para representar como universal el objeto que
la especie sensible representaba como singular. Esta forma es la
especie inteligible, gracia a la cual un universal se ofrece al
intelecto como objeto”.6

3
Averroes, filósofo medieval árabe, quien explicaba el entendimiento agente como separado del hombre, es
decir, el entendimiento no como una facultad, sino como una persona o entidad distinta al hombre, que haría
conocer al hombre, las realidades intelectuales, realidades muy por encima de las operaciones que realiza el
cuerpo, de manera biológica.
4
Duns Scotto, Ordinatio I, d. 3, n. 401-485 (III, 245-288)
5
Ibid, n.498 (III, 294)
6
Duns Scotto, Opus Oxoniense, I, d. 3, q. 6, n. 8, t. I, p. 405. Reportata Parisiensia I, d. 3, q. 4, n. 4.
Es decir, que Duns Scoto, nos da una explicación de cómo se ofrece al intelecto posible el universal.
Tenemos que tener en cuenta que el universal es para Duns Scoto resultado no de un proceso de
abstracción. Tampoco está de manera esencial o preexistente en el intelecto. Para él, lo real, es
decir, lo que acontece en el entendimiento es lo que determina la existencia de dicha producción
del universal. Es decir, que el conocer no es una simple pasión, o acto de recibir, sino que está
cargada de intencionalidad, de una indeterminación, pero no absoluta, sino de una indeterminación
que requiere lo concreto de los objetos, pero que, a la vez, está provista de ilimitación en tanto que
es el entendimiento causa simpliciter 7 . Así puede lograr una ilimitación para el conocimiento
siempre abierto al momento del conocer real, que es lo presente.

Hablar de abstracción suena a algo suelto,


sin soporte para subsistir, difuminado. Pero
ajustándonos a su significado etimológico,
nos damos cuenta que es una operación del
alma, con un proceso bien definido. El verbo
trahere, que es la raíz de la palabra abstraer
(abs –trahere), implica adherir lo sacado de
un determinado lugar, para que permanezca
o sea parte de nosotros. La abstracción en
Scoto no es parte de la elaboración, sino que
es parte del proceso de aprehensión; pero
no es únicamente ejecutado sólo por el
intelecto humano, sino que está
comprendido en el marco de su teoría de la
natura conmunis. Lo concreto debe de tener
algo de común con lo universal. En este sentido entra la natura conmunis8, que es como el nexo
neutral para que se dé la capacidad de abstracción que como se dijo anteriormente, en la operación
del entendimiento agente, es de un valor creador, que comulga perfectamente con el tema de la
vitalidad activa de lo real, de la coparticipación del objeto y del sujeto, como “actúa el arte sobre la
materia, y nadie duda de que el arte produzca algo en la materia sobre la cual actúa”9

Si esto es así, entonces estamos ante una postura renovadora, y peculiar. Buscar por tanto una
adecuación de las cosas para con el entendimiento para el conocimiento de la Verdad, no es su

7
Causa simpliciter, en español significa una causa que actúa de la manera más simple. Nos quiere indicar que
el entendimiento siendo dentro de lo simple que podemos entender, muy simple; tiene en sí, una capacidad
de estar desprovista de toda determinación por parte de algo externo, o interno como parte de su
composición. Por tanto, es fácil para él poder crear, para que a partir de ello surja un universo de posibilidades,
no determinadas por el objeto que se conoce en tanto que determinante en la operación del intelecto; ya que
en efecto Duns Scoto como hemos dicho, concede mucho peso también al objeto, como parte integrante de
este proceso de conocimiento, pero no como componente estructural, como si haría entonces Santo Tomás,
al decir que el conocimiento es la adecuación de la mente a la cosa, es decir, que nuestra mente tiene
parámetros susceptibles de estar sujetos como estructura a una forma que encaje con el exterior.
8
Natura conmunis está descrito como las cosas en común que la naturaleza tiene. Se refiere a que le hombre
comparte algo de común con el resto de elementos de la creación, y por tanto hay una continuidad en las
interacciones del entendimiento con los objetos que le son presentados.
9
E. Gilson, Juan Duns Scoto, Introducción a sus posiciones fundamentales. Cap. 8. El conocimiento
intelectual, pp 508. Ed. Eunsa.
sentir, porque también en el intelecto se ve una potencia más viva, sensible y capaz de dar
manifestación de la Verdad que existe tanto en el sujeto, como en el objeto.

Así llegamos al objeto propio del conocimiento del hombre que es ya no la quidditas rei materialis10,
en el sentido de primer objeto, sino es el ente en cuanto ente, según su naturaleza (ex natura
potentiae11). La quidditas rei materialis será objeto propio del entendimiento sólo según el pro statu
isto12.

Conclusión y soliloquio.

Es cierto que nuestra unidad de cuerpo y alma nos remite a una experiencia de composición de las
cosas, mediante los procesos mentales, pero en caso del homo viator, se nos da por medio de esta
estructura que está susceptible de ser conocida como compuesta, como realmente es en el plano
material. Sin embargo, si estuviésemos en el plano de la totalidad del conocimiento tal como fue en
el estado anterior al pecado, el conocimiento sería diverso, y sería para nosotros con la totalidad de
las facultades, comprendida sin sesgos, vista únicamente como un actuar continuo, puesto que el
objeto de conocimiento no sería nuestro propio conocer, sino lo que es la participación en el
gobierno de las cosas externas a nosotros confiadas.

En cuanto a lo interno de nuestro intelecto, sería nuestra misma aceptación en la voz interior, de
cuya certeza todos los hombres gozarían, y, por tanto, no tendría que ser expuesta a otros, puesto
que todos la conocerían y no sería importante más que para describirla a modo de ejemplificarla en
las edades del aprendizaje común, como ocurre cuando uno va a la escuela, y aprende a contar,
escribir, sin necesidad de estar pensando cómo esta facultad del conocer me permite conocer. Sería
parte de nuestra infancia, como un leve recuerdo de nuestros primeros conocimientos que
tendríamos en el estado no caído. Lo limitante será la manera de abarcarlo en el tiempo, y en el
espacio desgajado en la corrupción.

En nuestro actual estado, puesto que hemos perdido mucho de lo inicial, tendemos a obedecer no
lo superior, sino lo inferior. Por ello requiere un esfuerzo y una nueva manera de darse cuenta para
buscar lograr ese primer estado, al que sólo se puede llegar por medio del don de la gracia, que nos
otorgó Cristo. Por lo tanto, toda esta vida, es un instante tan corto, y tan básico, para poder lograr
un estado de vida más perfecto como fue al principio, aunque no de modo igual, sino de modo
transformado, operado por Dios, que sobrepasa todo y lo llena de su Ser, según el orden del Logos
que viene a hacerlo nuevo todo. A eso estamos llamados todos, a la plenitud del Conocimiento en
Cristo Jesús.

10
La quidditas rei materialis es en la filosofía escolástica, el objeto que es susceptible de nuestro conocimiento,
específicamente lo que está fuera de nuestra mente, de manera inmediata percibida por nuestros sentidos
11
La ex natura potentiae, traducido por la naturaleza de la potencia, significa que, desde una naturaleza
potencial, el entendimiento pueda tener en sí, abierta la posibilidad para sus operaciones. Es decir, que éste
ex natura potentiae es garantía para que el hombre pueda en su entendimiento lograr generar el
conocimiento sin que esté determinado por algo.
12
Pro statu isto significa “por este estado”, “para el este estado”, que en contexto significa “para el estado
actual”. Con este término Duns Scoto explica la situación actual del ser humano en relación a un antes y un
después de la caída del hombre por el pecado.

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