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El cuidado del medio ambiente en la

empresa
Fecha de publicación 02/06/2010

En diversos países del mundo, las empresas están dando el paso


a su posible aporte al cuidado del medio ambiente. Sin embargo,
no sólo hace falta que ésta se muestre como responsable frente a
sus clientes, socios o competidores, sino que es fundamental que
sea real, en otras palabras, que exista conciencia individual y
grupal permanente en las organizaciones, ya que son el motor de
la sociedad moderna.

La sociedad hoy necesita y demanda un ambiente digno para vivir, y el desarrollo económico, debe
ir en pos de esta necesidad. Por esta razón, el tema está siendo abordado a nivel mundial y prueba
de ello es que la Organización Internacional de Estándares estableció la norma internacional de
carácter voluntario ISO 14.000, que vela por la gestión ambiental en las empresas de todo el
mundo.

Las compañías adheridas a esta norma, han comprendido que tienen la obligación ética y el
derecho - en su calidad de agrupación de ciudadanos- de generar y fomentar medidas que
protejan el medio ambiente. De cualquier forma como lo considere necesario, ya sea informando
e instruyendo a sus empleados en el tema, tomando medidas de ahorro energético, reciclando
papelería, evitando la contaminación, entre otras cosas, con el objetivo de ser un real aporte en
términos del cuidado de nuestro entorno natural.

Sin embargo quedan aún miles de compañías que no han asumido un rol en el cuidado del medio
ambiente, ya sea por razones de costo, desgano o poco interés por el tema, dejan de lado un
posible gran aporte como agente efectivo, en otras palabras no toman en cuenta que poseen un
tremendo potencial para hacer una diferencia sustantiva. Por otro lado, dejan pasar una
oportunidad para su propio negocio, pues podrían utilizar esto en beneficio de sus grupos de
interés, por ejemplo reduciendo sus impactos negativos y desarrollando medidas de
responsabilidad social empresarial.

“Tareas tan simples como reciclar papel, reducir el consumo de electricidad, entre otras medidas,
pueden ser de gran utilidad en el cuidado del medio ambiente, lo que debiera ser parte de la
responsabilidad social de las empresas, pues éstas también tienen este deber al ser consumidoras
de recursos naturales”, dice Ricardo Garcés, country manager de Trabajando.com Colombia.
Garcés agrega que “las medidas que las empresas aporten para el desarrollo sostenible, deben ser
también respetadas por cada trabajador, si cada persona se comprometiera a esta causa, se
podrían lograr grandes contribuciones en cuánto a ecología y resguardo del medio ambiente,
gracias a esta gestión colectiva”.

El cuidado del medio ambiente en la empresa

En el marco del día mundial del medio ambiente, que se celebra este domingo 5 de junio,
Trabajando.com hizo un análisis para saber qué ocurre en las empresas en este ámbito.

En diversos países del mundo, las compañías están tomándole el peso a su posible aporte al
cuidado del medio ambiente; sin embargo, no sólo hace falta que éstas se muestren como
responsables frente a sus clientes, socios o competidores, sino que es fundamental que sea real,
en otras palabras, que exista una concientización individual y grupal permanente en las
organizaciones, ya que son el motor de la sociedad moderna.

Es por lo anterior que la preocupación por este tema está siendo abordada a nivel mundial, prueba
de ello es que la Organización Internacional de Estándares estableció la norma de carácter
voluntario ISO 14.000, la que vela por la gestión ambiental en las empresas de todo el mundo.

Las compañías que se han adherido a esta norma han comprendido que tienen la obligación ética
y el derecho - en su calidad de agrupación de ciudadanos- de generar y fomentar medidas que
protejan el medio ambiente. De cualquier forma que considere necesario, ya sea informando e
instruyendo a sus empleados en el tema, tomando medidas de ahorro energético, evitando la
contaminación, entre otras cosas, con el objetivo de ser un real aporte en términos del cuidado de
nuestro entorno natural.

Sin embargo, quedan aún miles de compañías que no han asumido un rol en el cuidado del medio
ambiente, ya sea por razones de costo, desgano o poco interés por el tema, dejan de lado su gran
importancia como agente efectivo, en otras palabras no toman en cuenta que poseen un
tremendo potencial para hacer una diferencia sustantiva. Y por otro lado, dejan pasar una
oportunidad para su propio negocio, pues podrían utilizar esto en beneficio de sus grupos de
interés, por ejemplo, reduciendo sus impactos negativos, desarrollando medidas de
responsabilidad social empresarial.

Alguna de las prácticas que pueden utilizar las empresas para colaborar con el medio ambiente
pueden ser:
• Reducir el consumo de recursos no renovables como son papel, envoltorios, plásticos

• No gastar más agua de la necesaria

• Reutilizar los objetos y evitar aquellos que sean de "usar y tirar"

• No gastar tanta luz

• No utilizar aerosoles

• Arreglar, si es posible, los objetos rotos y/o dárselos a otras personas, si pueden seguir siendo
útiles

• Poner a cargar la laptop o celular mientras trabajan

• Utilizar papeleros sin bolsas

Álvaro Vargas, gerente general de Trabajando.com Chile, señala que “la sociedad de hoy necesita y
demanda un ambiente digno para vivir, y el desarrollo económico, debe ir en pos de esta
necesidad. Es tan simple como reciclar el papel, reducir el consumo de electricidad, cuidar el agua,
entre muchas otras cosas, cada trabajador puede aportar en ello. No se debe olvidar que las
compañías también consumen recursos naturales”.

El cuidado del medio ambiente en la empresa

05 de junio de 2010 0

En diversos países del mundo, las empresas est án dando el paso a su posible aporte al cuidado del
medio ambiente. Sin embargo, no slo hace falta que ésta se muestre como responsable frente a
sus clientes, socios o competidores, sino que es fundamental que sea real, en otras palabras, que
exista conciencia individual y grupal permanente en las organizaciones, ya que son el motor de la
sociedad moderna.

La sociedad hoy necesita y demanda un ambiente digno para vivir, y el


desarrollo económico, debe ir en pos de esta necesidad. Por esta razón, el
tema está siendo abordado a nivel mundial y prueba de ello es que la
Organización Internacional de Estándares estableció la norma
internacional de carácter voluntario ISO 14.000, que vela por la gestión
ambiental en las empresas de todo el mundo.

Las compañías adheridas a esta norma, han comprendido que tienen la


obligación ética y el derecho - en su calidad de agrupación de ciudadanos-
de generar y fomentar medidas que protejan el medio ambiente. De
cualquier forma como lo considere necesario, ya sea informando e
instruyendo a sus empleados en el tema, tomando medidas de ahorro
energético, reciclando papelería, evitando la contaminación, entre otras
cosas, con el objetivo de ser un real aporte en términos del cuidado de
nuestro entorno natural.

Sin embargo quedan aún miles de compañías que no han asumido un rol
en el cuidado del medio ambiente, ya sea por razones de costo, desgano o
poco interés por el tema, dejan de lado un posible gran aporte como
agente efectivo, en otras palabras no toman en cuenta que poseen un
tremendo potencial para hacer una diferencia sustantiva. Por otro lado,
dejan pasar una oportunidad para su propio negocio, pues podrían utilizar
esto en beneficio de sus grupos de interés, por ejemplo reduciendo sus
impactos negativos y desarrollando medidas de responsabilidad social
empresarial.

Tareas tan simples como reciclar papel, reducir el consumo de electricidad,


entre otras medidas, pueden ser de gran utilidad en el cuidado del medio
ambiente, lo que debiera ser parte de la responsabilidad social de las
empresas, pues éstas también tienen este deber al ser consumidoras de
recursos naturales, dice Ricardo Garcés, country manager de
Trabajando.com Colombia.

Garcés agrega que las medidas que las empresas aporten para el
desarrollo sostenible, deben ser también respetadas por cada trabajador,
si cada persona se comprometiera a esta causa, se podrían lograr grandes
contribuciones en cuánto a ecología y resguardo del medio ambiente,
gracias a esta gestión colectiva.

Norma ISO 14001: Sistema de Gestión AmbientalMedir el impacto ambiental de las actividades de
las empresas es una necesidad en el contexto actual. La norma ISO 14001 estable los requisitos
mínimos para implementar un Sistema de Gestión Ambiental, que es el que proporciona el
denominado «enfoque verde» para el cuidado y la preservación del medioambiente.
Descárgate el e-book: Implantación de los estándares de seguridad alimentaria. Una inversión de
futuro.

¿EN QUÉ CONSISTE EL ENFOQUE VERDE DE UNA EMPRESA?Los compromisos medioambientales


de las empresas aumentan año tras año. No sólo se trata de cumplir con legislaciones que recogen
requisitos y buenas prácticas en este sentido, sino también de asumir un compromiso individual
basado en el cuidado y el respeto de los entornos en los que se opera.Hablar de «enfoque verde»
es hacer referencia a una mirada empresarial que confirme tal compromiso y lo refleje en
prácticas y en la adopción de estándares internacionales, como por ejemplo la norma ISO 14001
sobre Gestión Ambiental.El enfoque verde, que también puede definirse como una cultura
responsable en temas de recursos naturales, tiene algunos principios como:El medioambiente no
es un elemento más de productividad.La relación empresa-entorno debe ser equilibrada.Todas las
áreas de la empresa tienen que estar alineadas.Adopción de leyes específicas y estándares
internacionales.Establecimiento de buenas prácticas cotidianas.

¿Cómo promover el cuidado ambiental desde la empresa? #ISO14001

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¿Cómo promover el cuidado medioambiental desde la empresa?Las soluciones estratégicas son,


sin duda, las más significativas y en las que las empresas deben poner mayor empeño para
contribuir al cuidado de los ecosistemas y medir el impacto de sus actividades en el
medioambiente.No obstante, estos sistemas se pueden alimentar de pequeños hábitos y
prácticas. El enfoque verde es mucho más que una mirada o una concepción teórica; es, también,
la adopción de medidas como:1) Ahorrar energía: el uso responsable de energía puede hacerse a
través de equipos de bajo consumo. Por ejemplo, en la climatización y la iluminación. En la
actualidad, la energía tipo LED se posiciona como una alternativa viable para el ahorro. También
se puede optar por la desconexión de los aparatos cuando no estén en funcionamiento.2)
Establecer una política de reciclaje: en función de la actividad de la empresa, es preciso que se
establezca un plan de reciclaje que practiquen todos sus miembros. No sólo en cuanto al papel, el
plástico y otros materiales de la cadena productiva, sino también en el mobiliario y los
componentes electrónicos. Este punto debe ser mucho más exigente cuando el desempeño de la
empresa suponga un contacto directo con los recursos naturales y los ecosistemas en general.3)
Hacer un buen uso del papel: los formatos digitales son una buena alternativa para reducir el uso
del papel. Además, una buena idea para reutilizar las hojas que ya han sido usadas, pero que
pueden tener extender su ciclo de vida, consiste en establecer puntos de reciclaje en distintos
lugares de la empresa. De este modo se crea un hábito entre los distintos miembros de la
misma.4) Trabajar con empresas afines: es importante crear una red de empresas que estén
comprometidas con el enfoque verde. De esta manera, las prácticas se realizan dentro de un
marco de cuidado y preservación de los entornos y alientan a que otras compañías se unan a esta
política.5) Crea tu «oficina verde: el espacio físico de las empresas debe estar diseñado con base a
principios ecológicos. Por ejemplo, los materiales empleados en la construcción deben ser
renovables o reciclados. Si tal cosa no fuese posible, las empresas deberán procurar que sus sedes
respondan a principios de la arquitectura bioclimática, es decir, aquella que saca el máximo
provecho de elementos como la luz solar o la calefacción natural. El espacio físico debe reflejar el
compromiso medioambiental asumido por las organizaciones. La promoción de un Sistema de
Gestión Medio AmbientalUn Sistema de Gestión Medio Ambiental (SGMA) debe ser
implementado de manera estratégica e involucrar a cada una de las áreas de una organización. Sin
embargo, cada empresa puede contribuir al cuidado de los ecosistemas adoptando una serie de
hábitos que repercutan en su día a día.Para optimizar la implementación y gestión de un SGMA,
puedes recurrir a las múltiples herramientas que ofrece el software ISOTools, las cuales optimizan
los pasos del proceso y vinculan los requisitos de la norma ISO 14001 con los de otros estándares
afines, como la OSHAS 18001, la ISO 27001 y la ISO 9001.

Es importante identificar los aspectos en los que se genera un mayor impacto ambiental y las
posibles soluciones para aminorarlo. Kellogg es una compañía internacional con una larga
trayectoria que tiene muchas acciones en el tema, y por medio de su Informe de Responsabilidad
Corporativa 2014 te compartimos algunas de sus principales estrategias:

1.- Optimizar la eficiencia del transporte

Para las empresas que dentro de su logística utilizan algún sistema de transportación, una
iniciativa puede ir encaminada a optimizar su eficiencia ¿cómo?, buscando alternativas para
reducir las emisiones de GEI.

El 97% de la flota de camiones de Kellogg en EE.UU están inscritos al programa SmartWay de la


Agencia de Protección Ambiental del país. En otros países como Alemania o España se envía la
materia prima por mar o por ferrocarril, y en Reino Unido se adquirieron camiones más largos y de
mayor capacidad logrando eliminar la salida de por lo menos 6 camiones por día.

2.- Reducción de uso de agua

La mayoría de las compañías productoras, principalmente de alimentos utilizan el agua como uno
de sus insumos. Es importante buscar un aprovechamiento más eficiente de este recurso, así como
su ahorro por medio de sistemas tecnológicos o técnicas para evitar el desperdicio.

La estrategia de agua de Kellogg está integrada en todo el negocio y se han establecido


compromisos de política pública sobre el tema. En Ohio se instaló tecnología para evaporizar el
agua, permitiendo su reutlización hasta 50 veces; en Michigan se hicieron ajustes para disminuir el
consumo del líquido en la planta y en Corea del Sur cambiando la cultura y el comportamiento de
los colaboradores se pudo reducir el gasto un 9.06%.
3.- Tratamiento de desechos

Todas las empresas generan algún tipo de residuo; además de la eficiencia de recursos es
recomendable tener alguna iniciativa en el tratamiento de los desechos para reducir su impacto,
por medio de técnicas que incluso puedan beneficiar a grupos vulnerables.

Kellogg, con su compromiso por reducir el hambre mundialmente, trabaja para minimizar y
reciclar los desperdicios alimenticios. La compañía logra reciclar el 94% de los residuos como
cartón o metales, el alimenticio se reutiliza en la alimentación del ganado de los productores y el
1% se envía para la recuperación de energía través de la incineración.

4.- Empaques sustentables

Para reducir el impacto al medio ambiente, otra de las iniciativas se puede implementar en el
empaque, recurriendo a materiales más amigables con el medio ambiente.

Durante más de cien años Kellogg ha implementado soluciones de empaque sustentable; desde
1906 las cajas de cereal se hacen con material reciclado. Además como miembros de Foro de
Bienes de Consumo, la marca está comprometida al desempeño de empaques ecológicos para
lograr una deforestación neta igual a cero de los bosques tropicales.

5.- Cultura medioambiental interna

Además de recurrir a sistemas tecnológicos de ahorro o métodos de reducción de emisiones, es


importante permear a toda la organización de una cultura de cuidado al medio ambiente, y no que
solo puedan entender la importancia sino participar en la preservación natural.

Kellogg busca integrar a sus colaboradores a esta cultura de protección ambiental por
medio de equipos que se encuentren comprometidos con la sustentabilidad. Los equipos,
llamados GoGreen animan a la gente al interior a tomar decisiones más sustentables tanto
dentro como fuera del trabajo. Con el tiempo, tanto instituciones educativas como empresas
y fundaciones sin ánimo de lucro se han fortalecido para fomentar conciencia ambiental.

Mediante la elaboración de productos con material reciclable y la realización de actividades


lúdicas y recreativas, los diferentes colegios estimulan la conciencia ambiental en sus
estudiantes, sensibilizándolos sobre el cuidado del planeta. Hoy día las aulas de clase se han
convertido en el lugar indicado para iniciar la concientización al cuidado del medio
ambiente.
DESDE LAS AULAS.
Tania Molina, licenciada en Ciencias Naturales, expresa sobre la necesidad de educar a los
estudiantes en el cuidado del medio ambiente, al precisar que son ellos quienes en un futuro
tendrán la responsabilidad del planeta en sus manos. La docente del Colegio Militar
Acoolsure recalca que a través de charlas se les hace ver a los alumnos la problemática del
planeta y cómo afectan los comportamientos de los seres humanos, buscando conciencia de
cambio.

“Con pequeñas acciones en casa y en el colegio, los niños contribuyen al cuidado y


sostenimiento del planeta tierra y, sobre todo, para que sepan que estas acciones son las que
lograrán grandes cambios favorables”, dice. Según Molina, con campañas de reciclaje y de
siembra de árboles los estudiantes participan en las jornadas escolares y aportan ideas de
concientización ecológica.

Deasiris Pérez, rectora del Instituto Educativo Pinar del Río Fe y Alegría, adelanta
actividades de sensibilización con el objetivo de mejorar las condiciones ambientales no
solo de la institución sino de las zonas aledañas que no asumen una postura de
responsabilidad social frente a la importancia de la cultura ambiental.

El cuidado del medio


ambiente, una cuestión
empresarial
La Responsabilidad Social Empresaria se orienta hoy a
la protección del entorno. Qué hacen las compañías para
ser más "verdes". Por Bárbara Roesler
inCompartir
Ver Galería
El Grupo Ferrero propone repoblar terrenos de los Esteros del Iberá con
yaguaretés.

Por Barbara Roesler (*)

En la actualidad, las empresas de todo el mundo, tanto las


de pequeña escala como las grandes multinacionales,
contemplan dentro de su estructura la Responsabilidad
Social Empresaria o RSE. Según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), se trata del “conjunto de
acciones que toman en consideración las compañías para
que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre
la sociedad y que afirman los principios y valores por los
que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos
internos como en su relación con los demás actores”. Si
bien se trata de movimientos voluntarios, actúan como
reflejo de lo que la firma es, cómo actúa y qué piensa.

El término “Responsabilidad Social Empresaria” (RSE) se


desarrolló durante las décadas del 50-60 del siglo pasado.
Pero fue recién en los 90 cuando el desempleo, la
flexibilización laboral, la globalización y el crecimiento
desmedido de muchas compañías lo volvieron
plenamente operativo.

En un principio, se trató de la respuesta de cada firma a lo


que le pedía la sociedad y sus actores: mayor ayuda social
a desocupados, aportes económicos desinteresados a
instituciones de contención… dinero. Sin embargo, con el
correr de los años la RSE se transformó en una manera de
devolverle a la comunidad todo lo que ella le brinda, de
mostrarle cuáles son los valores que rigen a la firma, y de
expresarles que son de fiar. Y esto no sólo implicó firmar
cheques: hubo que comprometerse.

Ya entrado el siglo XXI, la participación de los propios


empleados de las empresas en las acciones de RSE fue
fundamental para afianzar lazos, para crear un sentimiento
de pertenencia. Cocinar galletitas para un comedor, limpiar
entre todos la plaza del barrio y pintar los juegos infantiles,
o arreglar sillas para la escuela de la zona en nombre de la
compañía es hoy una forma de decir “la empresa somos
todos”.

El cuidado del medio ambiente

Si bien es cierto que la ayuda social hacia la comunidad


sigue siendo de vital importancia, en especial en los
países en vías de desarrollo, con el correr de los años
fue ganando terreno la conciencia ecológica. Esto
derivó a la implementación, por parte de las empresas, de
acciones de RSE que apuntaran a minimizar los
resultados de su producción que podrían afectar el
medio ambiente.
Así, el lema conocido como “las tres R” (Reciclar, Reducir
y Reutilizar) comenzó a guiar prácticamente por completo
el accionar de las firmas interesadas en conectarse con lo
que las rodea. La responsabilidad en el uso de las
materias primas dentro de la empresa o fábrica -
reutilización de embalajes, uso de las dos caras de las
hojas de papel-; el cuidado del agua -con la instalación de
canillas de corte automático y su reutilización para los
sanitarios- y la energía eléctrica -lámparas de bajo
consumo, paneles solares, aprovechamiento de la luz
natural para trabajar, concientizar al staff para que apague
luz y artefactos cuando no los utiliza-; y la opción de
materiales reciclables y de producción sustentable en los
productos y servicios al público son, ahora, moneda
corriente en la mayoría de las firmas. Todas acciones
responsables de cara a la conservación del medio
ambiente para las generaciones futuras.

Caso testigo: Grupo Ferrero

La semana pasada, el Grupo Ferrero -Ferrero Roche,


Nutela, Kinder y Tic-Tac, sus productos en la Argentina-
presentó su Informe de Responsabilidad Social
Empresaria 2012. La Embajada de Italia en Buenos Aires
fue el marco en el que Carlos Magán, director general de
Ferrero para Brasil y el Conosur, dio detalles de las
acciones que la empresa lleva adelante en el país en pos
del cuidado del medio ambiente, entre las que se destaca
un convenio de colaboración con la Fundación Vida
Silvestre Argentina para la conservación de cinco
regiones amenazadas en su biodiversidad: el Gran Chaco,
la selva paranaense, los pastizales, los mares y costas y la
Antártida y los océanos australes.
También firmó un acuerdo con la Conservation Land Trust,
con el objetivo de utilizar las 160 mil hectáreas de terrenos
con los que esta organización cuenta en los Esteros del
Iberá como hogar para yaguaretés, una especie en
peligro. La idea es criar a los animales en cautiverio y,
cuando estén listos, llevarlos a esos terrenos para que
habiten libremente, en lo que siempre fue su hábitat
natural. Hace cincuenta años que se extinguieron de esa
zona; por eso, con la compra del producto Kinder Gran
Sorpresa Natoons se colabora su vuelta al hogar. Se
calcula que en la Argentina quedan hoy poco más de 200
ejemplares, distribuidos en tres poblaciones separadas -
las montañas del Noroeste, algún sector del Gran Chaco y
la selva misionera-.

Con respecto al trabajo intramuros, el establecimiento


industrial que la firma posee en Los Cardales, provincia de
Buenos Aires, se ha estructurado en pos de mejorar la
eficiencia energética, reducir los consumos y utilizar
materias primas y materiales que provengan de
fuentes sustentables.

Por ejemplo, desde septiembre de 2013 los fines de


semana se aplica el autodenominado Green
Weekend (“Fin de Semana Verde”), mediante el cual se ha
concientizado al personal para que apague los equipos,
luces, etcétera que no sean necesarios para el
funcionamiento del establecimiento. Ésta y otras iniciativas
permitieron que, en dos años, se alcanzara una reducción
promedio de un 5% en los Kwh necesarios por kilo de
producto terminado, con mejoras puntuales de hasta
un 18 por ciento.
En tanto, un mejor manejo de los residuos generados por
la planta permite que el 80 % de los mismos sean
destinados a reciclado.

También se logró disminuir el consumo diario de agua a


través de la optimización del proceso de
desmineralización.

Finalmente, los estuches, displays y cajas de cartulina


que se usan para embalar los huevos Kinder deben ser
obligatoriamente fabricados con materiales
celulósicos que provengan de bosques FSC (Forest
Stewardship Council), es decir, certificados como bosques
sustentables.

Cuidar la naturaleza es posible en todos los niveles. Sólo


hace falta quererlo e intentarlo.

El cuidado del medio


ambiente, una cuestión
empresarial
La Responsabilidad Social Empresaria se orienta hoy a
la protección del entorno. Qué hacen las compañías para
ser más "verdes". Por Bárbara Roesler
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El Grupo Ferrero propone repoblar terrenos de los Esteros del Iberá con
yaguaretés.

Por Barbara Roesler (*)

En la actualidad, las empresas de todo el mundo, tanto las


de pequeña escala como las grandes multinacionales,
contemplan dentro de su estructura la Responsabilidad
Social Empresaria o RSE. Según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), se trata del “conjunto de
acciones que toman en consideración las compañías para
que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre
la sociedad y que afirman los principios y valores por los
que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos
internos como en su relación con los demás actores”. Si
bien se trata de movimientos voluntarios, actúan como
reflejo de lo que la firma es, cómo actúa y qué piensa.

El término “Responsabilidad Social Empresaria” (RSE) se


desarrolló durante las décadas del 50-60 del siglo pasado.
Pero fue recién en los 90 cuando el desempleo, la
flexibilización laboral, la globalización y el crecimiento
desmedido de muchas compañías lo volvieron
plenamente operativo.

En un principio, se trató de la respuesta de cada firma a lo


que le pedía la sociedad y sus actores: mayor ayuda social
a desocupados, aportes económicos desinteresados a
instituciones de contención… dinero. Sin embargo, con el
correr de los años la RSE se transformó en una manera de
devolverle a la comunidad todo lo que ella le brinda, de
mostrarle cuáles son los valores que rigen a la firma, y de
expresarles que son de fiar. Y esto no sólo implicó firmar
cheques: hubo que comprometerse.

Ya entrado el siglo XXI, la participación de los propios


empleados de las empresas en las acciones de RSE fue
fundamental para afianzar lazos, para crear un sentimiento
de pertenencia. Cocinar galletitas para un comedor, limpiar
entre todos la plaza del barrio y pintar los juegos infantiles,
o arreglar sillas para la escuela de la zona en nombre de la
compañía es hoy una forma de decir “la empresa somos
todos”.

El cuidado del medio ambiente

Si bien es cierto que la ayuda social hacia la comunidad


sigue siendo de vital importancia, en especial en los
países en vías de desarrollo, con el correr de los años
fue ganando terreno la conciencia ecológica. Esto
derivó a la implementación, por parte de las empresas, de
acciones de RSE que apuntaran a minimizar los
resultados de su producción que podrían afectar el
medio ambiente.
Así, el lema conocido como “las tres R” (Reciclar, Reducir
y Reutilizar) comenzó a guiar prácticamente por completo
el accionar de las firmas interesadas en conectarse con lo
que las rodea. La responsabilidad en el uso de las
materias primas dentro de la empresa o fábrica -
reutilización de embalajes, uso de las dos caras de las
hojas de papel-; el cuidado del agua -con la instalación de
canillas de corte automático y su reutilización para los
sanitarios- y la energía eléctrica -lámparas de bajo
consumo, paneles solares, aprovechamiento de la luz
natural para trabajar, concientizar al staff para que apague
luz y artefactos cuando no los utiliza-; y la opción de
materiales reciclables y de producción sustentable en los
productos y servicios al público son, ahora, moneda
corriente en la mayoría de las firmas. Todas acciones
responsables de cara a la conservación del medio
ambiente para las generaciones futuras.

Caso testigo: Grupo Ferrero

La semana pasada, el Grupo Ferrero -Ferrero Roche,


Nutela, Kinder y Tic-Tac, sus productos en la Argentina-
presentó su Informe de Responsabilidad Social
Empresaria 2012. La Embajada de Italia en Buenos Aires
fue el marco en el que Carlos Magán, director general de
Ferrero para Brasil y el Conosur, dio detalles de las
acciones que la empresa lleva adelante en el país en pos
del cuidado del medio ambiente, entre las que se destaca
un convenio de colaboración con la Fundación Vida
Silvestre Argentina para la conservación de cinco
regiones amenazadas en su biodiversidad: el Gran Chaco,
la selva paranaense, los pastizales, los mares y costas y la
Antártida y los océanos australes.
También firmó un acuerdo con la Conservation Land Trust,
con el objetivo de utilizar las 160 mil hectáreas de terrenos
con los que esta organización cuenta en los Esteros del
Iberá como hogar para yaguaretés, una especie en
peligro. La idea es criar a los animales en cautiverio y,
cuando estén listos, llevarlos a esos terrenos para que
habiten libremente, en lo que siempre fue su hábitat
natural. Hace cincuenta años que se extinguieron de esa
zona; por eso, con la compra del producto Kinder Gran
Sorpresa Natoons se colabora su vuelta al hogar. Se
calcula que en la Argentina quedan hoy poco más de 200
ejemplares, distribuidos en tres poblaciones separadas -
las montañas del Noroeste, algún sector del Gran Chaco y
la selva misionera-.

Con respecto al trabajo intramuros, el establecimiento


industrial que la firma posee en Los Cardales, provincia de
Buenos Aires, se ha estructurado en pos de mejorar la
eficiencia energética, reducir los consumos y utilizar
materias primas y materiales que provengan de
fuentes sustentables.

Por ejemplo, desde septiembre de 2013 los fines de


semana se aplica el autodenominado Green
Weekend (“Fin de Semana Verde”), mediante el cual se ha
concientizado al personal para que apague los equipos,
luces, etcétera que no sean necesarios para el
funcionamiento del establecimiento. Ésta y otras iniciativas
permitieron que, en dos años, se alcanzara una reducción
promedio de un 5% en los Kwh necesarios por kilo de
producto terminado, con mejoras puntuales de hasta
un 18 por ciento.
En tanto, un mejor manejo de los residuos generados por
la planta permite que el 80 % de los mismos sean
destinados a reciclado.

También se logró disminuir el consumo diario de agua a


través de la optimización del proceso de
desmineralización.

Finalmente, los estuches, displays y cajas de cartulina


que se usan para embalar los huevos Kinder deben ser
obligatoriamente fabricados con materiales
celulósicos que provengan de bosques FSC (Forest
Stewardship Council), es decir, certificados como bosques
sustentables.

Cuidar la naturaleza es posible en todos los niveles. Sólo


hace falta quererlo e intentarlo. El cuidado del medio
ambiente, una cuestión empresarial

La Responsabilidad Social Empresaria se orienta hoy a la


protección del entorno. Qué hacen las compañías para ser
más "verdes". Por Bárbara Roesler

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Ver Galería

El Grupo Ferrero propone repoblar terrenos de los Esteros


del Iberá con yaguaretés.

Por Barbara Roesler (*)


En la actualidad, las empresas de todo el mundo, tanto las
de pequeña escala como las grandes multinacionales,
contemplan dentro de su estructura la Responsabilidad
Social Empresaria o RSE. Según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), se trata del “conjunto de
acciones que toman en consideración las compañías para
que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre
la sociedad y que afirman los principios y valores por los
que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos
internos como en su relación con los demás actores”. Si
bien se trata de movimientos voluntarios, actúan como
reflejo de lo que la firma es, cómo actúa y qué piensa.

El término “Responsabilidad Social Empresaria” (RSE) se


desarrolló durante las décadas del 50-60 del siglo pasado.
Pero fue recién en los 90 cuando el desempleo, la
flexibilización laboral, la globalización y el crecimiento
desmedido de muchas compañías lo volvieron plenamente
operativo.

En un principio, se trató de la respuesta de cada firma a lo


que le pedía la sociedad y sus actores: mayor ayuda social
a desocupados, aportes económicos desinteresados a
instituciones de contención… dinero. Sin embargo, con el
correr de los años la RSE se transformó en una manera de
devolverle a la comunidad todo lo que ella le brinda, de
mostrarle cuáles son los valores que rigen a la firma, y de
expresarles que son de fiar. Y esto no sólo implicó firmar
cheques: hubo que comprometerse.
Ya entrado el siglo XXI, la participación de los propios
empleados de las empresas en las acciones de RSE fue
fundamental para afianzar lazos, para crear un sentimiento
de pertenencia. Cocinar galletitas para un comedor, limpiar
entre todos la plaza del barrio y pintar los juegos infantiles,
o arreglar sillas para la escuela de la zona en nombre de la
compañía es hoy una forma de decir “la empresa somos
todos”.

El cuidado del medio ambiente

Si bien es cierto que la ayuda social hacia la comunidad


sigue siendo de vital importancia, en especial en los
países en vías de desarrollo, con el correr de los años fue
ganando terreno la conciencia ecológica. Esto derivó a la
implementación, por parte de las empresas, de acciones
de RSE que apuntaran a minimizar los resultados de su
producción que podrían afectar el medio ambiente.

Así, el lema conocido como “las tres R” (Reciclar, Reducir


y Reutilizar) comenzó a guiar prácticamente por completo
el accionar de las firmas interesadas en conectarse con lo
que las rodea. La responsabilidad en el uso de las
materias primas dentro de la empresa o fábrica -
reutilización de embalajes, uso de las dos caras de las
hojas de papel-; el cuidado del agua -con la instalación de
canillas de corte automático y su reutilización para los
sanitarios- y la energía eléctrica -lámparas de bajo
consumo, paneles solares, aprovechamiento de la luz
natural para trabajar, concientizar al staff para que apague
luz y artefactos cuando no los utiliza-; y la opción de
materiales reciclables y de producción sustentable en los
productos y servicios al público son, ahora, moneda
corriente en la mayoría de las firmas. Todas acciones
responsables de cara a la conservación del medio
ambiente para las generaciones futuras.

Caso testigo: Grupo Ferrero

La semana pasada, el Grupo Ferrero -Ferrero Roche,


Nutela, Kinder y Tic-Tac, sus productos en la Argentina-
presentó su Informe de Responsabilidad Social
Empresaria 2012. La Embajada de Italia en Buenos Aires
fue el marco en el que Carlos Magán, director general de
Ferrero para Brasil y el Conosur, dio detalles de las
acciones que la empresa lleva adelante en el país en pos
del cuidado del medio ambiente, entre las que se destaca
un convenio de colaboración con la Fundación Vida
Silvestre Argentina para la conservación de cinco regiones
amenazadas en su biodiversidad: el Gran Chaco, la selva
paranaense, los pastizales, los mares y costas y la
Antártida y los océanos australes.

También firmó un acuerdo con la Conservation Land Trust,


con el objetivo de utilizar las 160 mil hectáreas de terrenos
con los que esta organización cuenta en los Esteros del
Iberá como hogar para yaguaretés, una especie en peligro.
La idea es criar a los animales en cautiverio y, cuando
estén listos, llevarlos a esos terrenos para que habiten
libremente, en lo que siempre fue su hábitat natural. Hace
cincuenta años que se extinguieron de esa zona; por eso,
con la compra del producto Kinder Gran Sorpresa Natoons
se colabora su vuelta al hogar. Se calcula que en la
Argentina quedan hoy poco más de 200 ejemplares,
distribuidos en tres poblaciones separadas -las montañas
del Noroeste, algún sector del Gran Chaco y la selva
misionera-.

Con respecto al trabajo intramuros, el establecimiento


industrial que la firma posee en Los Cardales, provincia de
Buenos Aires, se ha estructurado en pos de mejorar la
eficiencia energética, reducir los consumos y utilizar
materias primas y materiales que provengan de fuentes
sustentables.

Por ejemplo, desde septiembre de 2013 los fines de


semana se aplica el autodenominado Green Weekend
(“Fin de Semana Verde”), mediante el cual se ha
concientizado al personal para que apague los equipos,
luces, etcétera que no sean necesarios para el
funcionamiento del establecimiento. Ésta y otras iniciativas
permitieron que, en dos años, se alcanzara una reducción
promedio de un 5% en los Kwh necesarios por kilo de
producto terminado, con mejoras puntuales de hasta un 18
por ciento.
En tanto, un mejor manejo de los residuos generados por
la planta permite que el 80 % de los mismos sean
destinados a reciclado.

También se logró disminuir el consumo diario de agua a


través de la optimización del proceso de
desmineralización.

Finalmente, los estuches, displays y cajas de cartulina que


se usan para embalar los huevos Kinder deben ser
obligatoriamente fabricados con materiales celulósicos que
provengan de bosques FSC (Forest Stewardship Council),
es decir, certificados como bosques sustentables.

Cuidar la naturaleza es posible en todos los niveles. Sólo


hace falta quererlo e intentarl Con el tiempo, tanto
instituciones educativas como empresas y fundaciones sin
ánimo de lucro se han fortalecido para fomentar conciencia
ambiental.

Mediante la elaboración de productos con material


reciclable y la realización de actividades lúdicas y
recreativas, los diferentes colegios estimulan la conciencia
ambiental en sus estudiantes, sensibilizándolos sobre el
cuidado del planeta. Hoy día las aulas de clase se han
convertido en el lugar indicado para iniciar la
concientización al cuidado del medio ambiente.
DESDE LAS AULAS.

Tania Molina, licenciada en Ciencias Naturales, expresa


sobre la necesidad de educar a los estudiantes en el
cuidado del medio ambiente, al precisar que son ellos
quienes en un futuro tendrán la responsabilidad del
planeta en sus manos. La docente del Colegio Militar
Acoolsure recalca que a través de charlas se les hace ver
a los alumnos la problemática del planeta y cómo afectan
los comportamientos de los seres humanos, buscando
conciencia de cambio. Con el tiempo, tanto instituciones
educativas como empresas y fundaciones sin ánimo de
lucro se han fortalecido para fomentar conciencia
ambiental.

Mediante la elaboración de productos con material


reciclable y la realización de actividades lúdicas y
recreativas, los diferentes colegios estimulan la conciencia
ambiental en sus estudiantes, sensibilizándolos sobre el
cuidado del planeta. Hoy día las aulas de clase se han
convertido en el lugar indicado para iniciar la
concientización al cuidado del medio ambiente.

DESDE LAS AULAS.


Tania Molina, licenciada en Ciencias Naturales, expresa
sobre la necesidad de educar a los estudiantes en el
cuidado del medio ambiente, al precisar que son ellos
quienes en un futuro tendrán la responsabilidad del
planeta en sus manos. La docente del Colegio Militar
Acoolsure recalca que a través de charlas se les hace ver
a los alumnos la problemática del planeta y cómo afectan
los comportamientos de los seres humanos, buscando
conciencia de cambio.

“Con pequeñas acciones en casa y en el colegio, los niños


contribuyen al cuidado y sostenimiento del planeta tierra y,
sobre todo, para que sepan que estas acciones son las
que lograrán grandes cambios favorables”, dice. Según
Molina, con campañas de reciclaje y de siembra de
árboles los estudiantes participan en las jornadas
escolares y aportan ideas de concientización ecológica.

Deasiris Pérez, rectora del Instituto Educativo Pinar del


Río Fe y Alegría, adelanta actividades de sensibilización
con el objetivo de mejorar las condiciones ambientales no
solo de la institución sino de las zonas aledañas que no
asumen una postura de responsabilidad social frente a la
importancia de la cultura ambiental.

“Con pequeñas acciones en casa y en el colegio, los niños


contribuyen al cuidado y sostenimiento del planeta tierra y,
sobre todo, para que sepan que estas acciones son las
que lograrán grandes cambios favorables”, dice. Según
Molina, con campañas de reciclaje y de siembra de
árboles los estudiantes participan en las jornadas
escolares y aportan ideas de concientización ecológica.

Deasiris Pérez, rectora del Instituto Educativo Pinar del


Río Fe y Alegría, adelanta actividades de sensibilización
con el objetivo de mejorar las condiciones ambientales no
solo de la institución sino de las zonas aledañas que no
asumen una postura de responsabilidad social frente a la
importancia de la cultura ambiental.o.
Con el tiempo, tanto instituciones educativas como empresas y fundaciones sin ánimo de lucro se
han fortalecido para fomentar conciencia ambiental.

Mediante la elaboración de productos con material reciclable y la realización de actividades


lúdicas y recreativas, los diferentes colegios estimulan la conciencia ambiental en sus estudiantes,
sensibilizándolos sobre el cuidado del planeta. Hoy día las aulas de clase se han convertido en el
lugar indicado para iniciar la concientización al cuidado del medio ambiente.

DESDE LAS AULAS.

Tania Molina, licenciada en Ciencias Naturales, expresa sobre la necesidad de educar a los
estudiantes en el cuidado del medio ambiente, al precisar que son ellos quienes en un futuro
tendrán la responsabilidad del planeta en sus manos. La docente del Colegio Militar Acoolsure
recalca que a través de charlas se les hace ver a los alumnos la problemática del planeta y cómo
afectan los comportamientos de los seres humanos, buscando conciencia de cambio.

“Con pequeñas acciones en casa y en el colegio, los niños contribuyen al cuidado y sostenimiento
del planeta tierra y, sobre todo, para que sepan que estas acciones son las que lograrán grandes
cambios favorables”, dice. Según Molina, con campañas de reciclaje y de siembra de árboles los
estudiantes participan en las jornadas escolares y aportan ideas de concientización ecológica.
Deasiris Pérez, rectora del Instituto Educativo Pinar del Río Fe y Alegría, adelanta
actividades de sensibilización con el objetivo de mejorar las condiciones ambientales no
solo de la institución sino de las zonas aledañas que no asumen una postura de
responsabilidad social frente a la importancia de la cultura ambiental. Con el tiempo, tanto
instituciones educativas como empresas y fundaciones sin ánimo de lucro se han fortalecido
para fomentar conciencia ambiental.

Mediante la elaboración de productos con material reciclable y la realización de actividades


lúdicas y recreativas, los diferentes colegios estimulan la conciencia ambiental en sus
estudiantes, sensibilizándolos sobre el cuidado del planeta. Hoy día las aulas de clase se han
convertido en el lugar indicado para iniciar la concientización al cuidado del medio
ambiente.

DESDE LAS AULAS.


Tania Molina, licenciada en Ciencias Naturales, expresa sobre la necesidad de educar a los
estudiantes en el cuidado del medio ambiente, al precisar que son ellos quienes en un futuro
tendrán la responsabilidad del planeta en sus manos. La docente del Colegio Militar
Acoolsure recalca que a través de charlas se les hace ver a los alumnos la problemática del
planeta y cómo afectan los comportamientos de los seres humanos, buscando conciencia de
cambio.

“Con pequeñas acciones en casa y en el colegio, los niños contribuyen al cuidado y


sostenimiento del planeta tierra y, sobre todo, para que sepan que estas acciones son las que
lograrán grandes cambios favorables”, dice. Según Molina, con campañas de reciclaje y de
siembra de árboles los estudiantes participan en las jornadas escolares y aportan ideas de
concientización ecológica.

Deasiris Pérez, rectora del Instituto Educativo Pinar del Río Fe y Alegría, adelanta
actividades de sensibilización con el objetivo de mejorar las condiciones ambientales no
solo de la institución sino de las zonas aledañas que no asumen una postura de
responsabilidad social frente a la importancia de la cultura ambiental.

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