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El progreso es un concepto que indica la existencia de un sentido de mejora en la condición

humana.
La consideración de tal posibilidad fue fundamental para la superación de
la ideología feudal medieval, basada en el teocentrismo cristiano (o musulmán) y expresada
en la escolástica. Desde ese punto de vista (que no es el único posible en teología) el
progreso no tiene sentido cuando la historia humana proviene de la caída del
hombre (el pecado original) y el futuro tiende a Cristo. La historia misma, interpretada de
forma providencialista, es un paréntesis en la eternidad, y el hombre no puede aspirar más
que a participar de lo que la divinidad le concede mediante la Revelación. La crisis
bajomedieval y el Renacimiento, con el antropocentrismo, resuelven el debate de los antiguos
y los modernos, superando el argumento de autoridad y Revelación como fuente principal de
conocimiento. Desde la crisis de la conciencia europea de finales del siglo XVII y la Ilustración1
del XVIII pasa a ser un lugar común que expresa la ideología dominante del capitalismo y
la ciencia moderna. La segunda mitad del siglo XIX es el momento optimista de su triunfo, con
los avances técnicos de la Revolución industrial, el imperialismo europeo extendiendo su idea
de civilización a todos los rincones del mundo. Su expresión más clara es
el positivismo de Auguste Comte. Aunque pueden hallarse precursores, hasta después de
la Primera Guerra Mundial no empezará el verdadero cuestionamiento de la idea de progreso,
incluyendo el cambio de paradigma científico, las vanguardias en el arte, y el replanteamiento
total del orden económico social y político que suponen la Revolución Soviética, la Crisis de
1929 y el Fascismo.

Alegoría del progreso, por Miguel Ángel Trilles, en Madrid (1922).

Índice

 1Progreso desde el aspecto filosófico y sociológico


 2La idea del progreso
o 2.1Una idea distintiva de la cultura occidental
o 2.2Antecedentes en la Antigüedad clásica
o 2.3El aporte judío
o 2.4La síntesis cristiana
o 2.5El surgimiento de la idea moderna del progreso
o 2.6La madurez de la idea del progreso: el aporte francés
o 2.7La madurez de la idea del progreso: el aporte alemán
o 2.8Desarrollo contemporáneo de la idea de progreso
 3Progreso desde el aspecto político
 4Referencias
 5Véase también
 6Bibliografía
 7Enlaces externos

Progreso desde el aspecto filosófico y sociológico[editar]


En filosofía y sociología, los conceptos de progreso y su contrario, regresión, están sujetos a
diferentes interpretaciones. Los científicos del período en que el capitalismo se desarrollaba
progresivamente (Vico, Turgot, D'Alembert, Herder, Hegel y otros) reconocían el progreso y
trataban de darle una interpretación racional. Los científicos del período de crisis del
capitalismo, o circunscriben el concepto de progreso a los límites de culturas y civilizaciones
aisladas (Oswald Spengler, Arnold J. Toynbee) o no admiten la posibilidad misma de estudiar
el progreso de la historia. Intentan explicar la regresión por la acción de factores puramente
subjetivos: explican, por ejemplo, la regresión de la Alemania nazi por las características de la
personalidad de Hitler y por la actividad del Partido Nacional Socialista. El materialismo
dialéctico marxista intenta la elucidación científica del progreso, según el cual el progreso
como desarrollo ascendente, sin recidivas, sólo será posible en una futura sociedad
comunista.

La idea del progreso[editar]


Una idea distintiva de la cultura occidental[editar]
La idea del progreso es considerada como uno de los pilares de la visión histórica occidental.
Su origen y evolución han sido temas de amplio debate. Según Robert Nisbet, uno de los más
destacados estudiosos del tema: “… la idea de progreso es característica del mundo
occidental. Otras civilizaciones más antiguas han conocido sin duda los ideales de
perfeccionamiento moral, espiritual y material, así como la búsqueda, en mayor o menor
grado, de la virtud, la espiritualidad y la salvación. Pero sólo en la civilización occidental existe
explícitamente la idea de que toda la historia puede concebirse como el avance de la
humanidad en su lucha por perfeccionarse, paso a paso, a través de fuerzas inmanentes,
hasta alcanzar en un futuro remoto una condición cercana a la perfección para todos los
hombres.”2 Otro de los mayores estudiosos de la materia, John B. Bury, dijo en su obra clásica
sobre la idea del progreso lo siguiente: “Podemos creer o no creer en la doctrina del progreso,
pero en cualquier caso no deja de ser interesante estudiar los orígenes y trazar la historia de
lo que es hoy por hoy la idea que inspira y domina la civilización occidental.”3
El desarrollo de la idea del progreso ha conocido diversas fases.4 Sus primeros antecedentes
se encuentran en las tradiciones griegas y judías que darán luego origen a la síntesis cristiana,
sobre la cual se edifica toda la cultura occidental posterior. Sin embargo, no será hasta la
irrupción de la modernidad que la idea del progreso cobra una presencia decisiva en el
imaginario occidental y se transforma en la base de una concepción marcadamente optimista
de la historia entendida como superación constante del ser humano y acercamiento a formas
de vida social cada vez más plenas. Como afirma Hannah Arendt: “la noción de que existe
algo semejante a un Progreso de la humanidad como conjunto y que el mismo forma la ley
que rige todos los procesos de la especie humana fue desconocida con anterioridad al siglo
XVIII”.5

Antecedentes en la Antigüedad clásica[editar]


El pensamiento griego clásico y su derivado romano tienen una gran variedad de expresiones
y encierran corrientes de pensamiento altamente disímiles. Sin embargo, sobre el tema que
aquí nos ocupa puede distinguirse una “visión el mundo” común que impide la formulación de
una idea del progreso como sustrato unificador de las historias o acontecimientos que forman
el devenir humano. Entre los antiguos hay historias y progresos, pero ni se encadenan unas a
otras ni forman aquello que en la modernidad se llamará una “historia universal” del género
humano. Cada pueblo, ciudad-estado o individuo recorre ciclos de desarrollo, grandeza y
declive, siguiendo en su versión mítica un destino que se le impone y en su versión filosófico-
racionalista una necesidad que está inscrita en su propio origen o naturaleza. Sin embargo,
algunas nociones fundamentales del pensamiento griego clásico serán vitales para la
elaboración posterior de la idea del progreso. Esto es especialmente cierto respecto del aporte
de Aristóteles sobre el concepto de desarrollo, sin el cual la idea moderna del progreso es
inconcebible.

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