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SEDE VACANTE
INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA
Módulo 1
Así ocurre con cualquier aprendizaje. Cuando nos tocó estudiar historia, nos explicaron
muchas cosas y leímos otras muchas, pero sólo asimilamos una pequeña cantidad. Es lo
que ahora en realidad sabemos.
Así iremos creciendo en nuestro saber. Cuando nace un bebé no sabe nada. Apenas sabe
reaccionar ante algunos estímulos. Cuando esa bebé crece y tiene cincuenta años, tiene
toda una riqueza inmensa de saber; aunque no haya ido a la universidad, aunque sea
analfabeto. Es lo que ha aprendido y asimilado del ambiente en que vive.
Nosotros no partimos de cero. Por pocos estudios que hayamos hecho, sabemos muchas
cosas. Y esas cosas las tenemos integradas en nosotros. Son como un árbol que tiene tronco
y ramas.
Lo importante es que ese árbol crezca y lo haga de una forma
proporcionada. Sería absurdo que sólo creciera hacia
arriba o que una rama se disparara para un lado. Tiene
que crecer todo él a la par.
Por eso nosotros vamos a poner mucho cuidado en
relacionar. Si con el curso mejoramos nuestra
ortografía, mejor que mejor. Y si repasamos o
aprendemos algo de historia mejor. Y si cambia
nuestra idea de Jesucristo o de Dios... todo va a
servir. Serán nuevos elementos, ramas nuevas que
vamos a colgar de ese árbol de nuestro saber. Por eso
no vamos a poner el empeño en aprender demasiadas
cosas, sino en entender algunas, entusiasmarnos con ellas
e integrarlas en nuestro mundo de saberes y valores.
1. ORACIÓN
Puede parecer extraño que pidamos orar antes de
ponernos a estudiar. Y, sin embargo, lo necesitamos y nos
va a hacer muy bien. No vamos a estudiar inglés o geografía.
Vamos a estudiar algo relacionado con lo que más
queremos en la vida: DIOS.
Pide al Espíritu Santo que ilumine tu mente para
comprender lo que vas a estudiar y humildad para no caer
en el orgullo sino conseguir la verdadera sabiduría.
2. INTRODUCCIÓN
Todo el estudio que vamos a hacer durante este tiempo va a partir de la Biblia: Antiguo y
Nuevo Testamento.
OBISPADO DE COPIAPÓ
SEDE VACANTE
3. TEXTO BÍBLICO
Pablo está en la cárcel y sabe que le espera la muerte..., la ve venir. Desde allí, escribe dos
cartas a su discípulo Timoteo. En la segunda viene un hermoso texto que vamos a leer. En
él podemos descubrir todo el cariño y el respeto que los judíos tenían por la Bíblia. Para
ellos no era sólo el libro en el que podían encontrar la cultura y tradiciones de su pueblo.
Era el Libro Santo, la Palabra salvadora de Dios.
Por pobre que sea nuestra casa, ciertamente tendremos en ella un pequeño librero. En él
habrá escritos de todo tipo: El NUEVO TESTAMENTO que compramos para la catequesis del
niño, un libro de poesía de Gabriela Mistral, algún “Condorito”, el libro de química que le
regalaron en el liceo a la hija, algún libro de la historia de Chile...
Imaginémonos que llega un día por la población un caballero que se ofrece a encuadernar
libros y nos propone (idea bastante absurda) encuadernar en uno los dieciocho libros que
tenemos en el librero. La mezcla que saldría sería increíble ¿no? Algo así es la Biblia.
Una vez que hemos entendido que la Bíblia no es un Libro sino una biblioteca ya nos será
fácil... comprender que no se escribió de corrido, en un año o dos, sino que demoró mucho
tiempo en escribirse.
Las partes más antiguas del Antiguo Testamento son anteriores al siglo X antes de Cristo.
En cambio, el Nuevo Testamento se escribió en un período mucho más corto. Apenas en
cincuenta años. Más o menos entre el año 50 y el año 100 de nuestra era.
En tiempos de Jesús en Palestina se hablaba el arameo que era la forma popular del hebreo.
La mayor parte del Antiguo Testamento está escrito en hebreo. Algunos libros, los más
modernos, y todo el Nuevo Testamento están escritos en griego. ¿Por qué en griego?
Para ese tiempo los romanos habían conquistado todo el territorio que rodea el mar
Mediterráneo, y habían ido imponiendo sus costumbres y su lengua. El griego era la más
común, al menos en la parte oriental del imperio. Como casi todos esos libros fueron
escritos fuera de Palestina, era normal que se usara la lengua común a esos países.
“Nuestro Jhon, solo tiene 5 años y el otro día descubrió en una vieja cómoda de nuestra pieza
una caja que yo casi tenía olvidada. Una de esas cajas donde años guardas de todo: fotos
antiguas, una escritura, cartas que en algún momento consideramos importantes…
Estaba haciendo el aseo y al principio no le puse mucha atención, pero ante tanta pregunta
del niño, tuve que dejar el escobillón y terminamos sentándonos los dos en la cama.
- Mamá, ¿y esto qué es?
Una corriente de emoción invadió mi cuerpo. Hijo, ¡qué intruso eres! Es la primera carta que
me escribió tu papá después que nos conocimos en aquella fiesta…
- ¿Y este papel tan viejo?
Ah, hijo. Ese es el papel en que se nos comunica que nos han concedido una casa Corvi...
Justo en la casa en la que vivimos ahora. Tu papá y yo vivíamos de allegados. Fue una gran
suerte…
OBISPADO DE COPIAPÓ
SEDE VACANTE
Así pasamos más de una hora. Fotos del bautizo de la Sandra, otra de la Primera Comunión,
aquella fiesta del Año Nuevo en que vinieron los abuelos del sur... Hasta unos versos que me
había mandado mi marido cuando empezábamos a pololear.
Nunca me había ocurrido, pero de repente fue como recordar mi vida de golpe. Fue como
encontrarle el sentido.
Entonces descubrí que Dios estaba detrás de todo. Que Él me había traído al norte, me
había puesto en el camino al compañero de mi vida, me había dado unos hijos de los que
me siento orgullosa... Él estaba detrás de tantos sufrimientos: la muerte de la primera
guagua, aquel problema que nos hizo sufrir y que casi rompe el matrimonio. Pero al final,
todo había sido para bien. El conducía nuestra vida.”
Algo así es la Biblia. Una historia común y corriente de un pueblo pequeño, pero vista desde
la fe. Esta es la diferencia y ésta es su originalidad. El pueblo de Israel medita en su pasado,
saca la caja de sus recuerdos y va descubriendo el hilo conductor: Dios, que ama
apasionadamente a su pueblo.
RESUMEN
La Biblia, más que un libro es una biblioteca formada por 73 escritos de lo más
variado: 46 libros en el A.T. y 27 libros en el N.T.
Las dos lenguas en que está escrita la Biblia son el hebreo y el griego.
La Biblia nos narra la historia de un pueblo común y corriente. Pero esta historia
está vista desde la fe. Por esta razón Dios aparece siempre en sus páginas como el
principal protagonista.