Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Seguramente has usado el comando Ctrl + Z (Cmd + Z para usuarios de Mac) en algún
momento, cuya función es deshacer la última acción. En otras palabras es como si
regresaras el tiempo a la acción anterior.
Francamente esta función es una bendición. Quisieramos que la vida tuviera un Ctrl + Z en
el que pudiéramos volver a acciones pasadas y entonces haberlas cambiado. Sin embargo
sabemos que no es posible y debemos vivir con las consecuencias de nuestras acciones
buenas o malas.
La teshuva conocida como arrepentimiento proviene de una raíz que significa volver, la
idea es dar vuelta 180 grados y volver atrás.
¿Pero cómo volver sobre nuestros pasos, como regresar en la vida cuando ya no hay un
Ctrl + Z que podamos presionar? La teshuva no se trata solo de “trasladarnos al pasado”
sino pensar primeramente de que manera debería actuar respecto a mis errores: como
enmendarlos, cómo corregirlos, como resarcirlos. Pensar que un error o pecado es una
deuda que debemos de pagar.
Ahora el tema es que estas deudas no siempre es posible pagarlas o corregirlas, y sin
embargo están ahí. Entonces es cuando Yom Kippur cobra mayor sentido, por que nos
muestra que el Eterno ha previsto que no tendríamos la capacidad de liquidar los pecados
de nuestro pasado y ha provisto un pago anticipado por ello. Lo único que tenemos que
hacer es reconocer primeramente que no podemos cubrir nuestras deudas con Él y acudir
a la fuente inagotable que cubre y perdona todos los pecados: Yeshua.
Sin embargo aún los mismos rabinos han señalado que estos sacrificios no cubrían los
pecados del pueblo si una persona deliberadamente pecaba pensando que en Yom Kippur
sería perdonado ese pecado y lo más importante si no existía un genuino arrepentimiento
o teshuva, es decir el tomar acciones para concretas para no volver a cometer ese pecado,
buscar resarcir el daño y pedir perdón cuando fuera necesario.
La vida no tiene un Ctrl + Z, pero Yom Kippur si nos da la oportunidad de hacer algo al
respecto, lo peor que podemos hacer con nuestros pecados es resignarnos a vivir con ellos
o peor aún seguir una vida de pecado.
Yeshua vino a darnos una vida nueva, el que está en Él es nueva criatura (2ª Cor. 5:17) y
por tanto cuando confiamos en su sacrificio, significa una nueva vida, libre de
remordimientos y con la posibilidad de ser libres del pecado (Jn. 8:34-36).
Si no has reconocido lo que Yeshua ha hecho por ti invitamos a escuchar nuestro estudio
sobre Yom Kippur donde entenderás por que el sacrificio de Yeshua es insustituible y
necesario para perdonarnos de todo pecado.