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Con una inflación del 11% según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas
(INE), muchas familias deben replantearse algunos hábitos de consumo porque sus
ingresos no alcanzan para comprar los mismos productos que compraban antes.
No obstante, siguiendo algunos lineamientos de ahorro es posible controlar la
economía familiar para no perder calidad de vida.
A grandes rasgos, la economía familiar puede mejorar mucho con solo tres pasos:
crear una plantilla de presupuesto, no gastar en productos innecesarios y fomentar
la comunicación en el hogar.
1. - Establece un presupuesto (con un objetivo a alcanzar): es importante que
se tenga en cuenta tus gastos fijos mensuales para calcular una meta de
ahorro. Realice una hoja de cálculo para tener las cuentas al día. Así, podrás
controlar las cantidades (más o menos elevadas) que puedas guardar.
2. Compara precios y busca ofertas: no es necesario que vaya de un
supermercado a otro mirando los precios (aunque nunca es mala idea).
Puedes preguntar a tus familiares, amigos y compañeros de trabajo dónde
compran y comparar la relación calidad-precio de los productos.
Probablemente cuando conozca lo que se ahorran los demás, te empieces a
interesar más en lo que te gastas cada mes.
3. Evita las compras por impulso (casi nunca lo necesitas): muchas veces nos
compramos cosas por darnos un capricho bajo el lema “para algo estoy
trabajando”. El consumismo impulsivo es el peor enemigo del ahorro y puede
alterar tu presupuesto sin que te des cuenta. Si no te hace falta
inmediatamente, espera a final de mes e invierte parte de tus ahorros.
Consejo: deja la tarjeta de crédito a buen recaudo. Está para lo que está.
4. Reducir los gastos en casa: puedes ahorrar agua y energía contando con
electrodomésticos eficientes y ecológicos. Lo notarás en tu balance de
facturas. Para mantener la casa en una temperatura idónea reduciendo el
consumo en calefacción o aire acondicionado, recuerda no dejar entrar el
calor en verano y el frío en invierno con buenos cerramientos.
5. Destinar, por ejemplo, un 10 por ciento al ahorro y 5 por ciento para
imprevistos. El primero destinado a proyectos futuros para la familia y el
hogar, y el segundo para afrontar las eventualidades que se vayan a
presentar.
6. Es fundamental la planificación para adecuar el estilo de vida según los
ingresos percibidos.
“La idea es mentalizar al niño y a la familia que el trabajo y el ahorro no solo
genera ingresos para vivir, sino para progresar”, añade.
La incorporación del tema del ahorro en la educación formal, además de
prever que las entidades financieras divulguen y promocionen productos
pensados para este sector.