Sei sulla pagina 1di 15

COMISIÓN EDITORA LITERATURA DEL MEXICO ANTIGUO

José Ramón Medina (Presidente),


Ramón Escovar Salom,
Miguel Otero Silva,
Angel Rama,
Osear Sambrano Urdaneta,
Oswaldo Trejo,
Ramón J. Velásquez.

\
1

l
LITERATURA DEL
MEXICO ANTIGUO
LOS TEXTOS EN LENGUA
NAHUATL

Edición, estudios introductorios y versiones de textos de

MIGUEL LEÓN-PORTILLA

BIBLIOTECA AYACUCHO
PREFACIO

A la memoria de
Angel Ma. Garibay K.

AL IG UAL que los arqueólogos han descubierto, durante las úlúrnas déca-
das, más numerosos testimonios del arte indígena y de lo que fue el flore-
cimiento urbano en el México antiguo, también los filólogos e historiadores
tienen ya a su alcance considerable caudal de textos con producciones lite-
rarias, de origen prehispánico, en varios de los idiomas hablados en Meso-
américa . A hallazgos en archivos y biblio tecas, sobre todo de México, Gua-
temala, los Estados Unidos y E uropa, se debe el rescate de un gran conjunto
de obras, principalmente en náhuatl - la lengua de los toltecas y los
aztecas- y asimismo en varios idiomas de la familia mayense y, en menor
proporción, en otros como el otomí y el zapoteco.
Desde los días de la Conquista, hombres como Hernán Cortés y Berna!
Díaz del Castillo, que expresaron admiración ante la suntuosidad de tem-
plos y palacios, tuvieron también cierta noticia de los cantares y poemas,
entonados por los nativos de México, como aquellos "a los que Moctezuma
era aficionado". 1 Alusiones como ésta, y lo que el mismo Berna! consignó
respecto de "las casas de los ídolos, donde se guardaban muchos libros de
papel, cogidos a dobleces, como a manera de paños de Castilla", 2 pueden
citarse entre los más tempranos testimonios acerca de las formas de que
dispuso el hombre prehispánico para conservar el recuerdo de sus tradicio-
nes e historia, sus relatos y diversas formas de poesía. En el concepto de
literatura, en su más amplio sentido, cabe incluir esos te.xtos preservados,
por largo tiempo, a través de la tradición oral y asimismo cuanto quedó
redactado en las inscripciones, en monumentos y códices, por medio de
distintos tipos de escritura jeroglífica.
© de esta edición
BmtIOTECA AYACUCHO
1 Berna! Díaz del Castillo, Hi11oria Verdadera de la Conqui11a de la Nueva BJpaña,
Apanado Postal 14413 edición preparada por Joaquín Ramírez Cabañas, 2 v., México, Editorial Porrúa, 1955,
Caracas • Venezuela • 101 Diseño / Juan Fresán t. I, p. 272.
' Derechos reservados Impreso en Venezuela 2 Op. ~,., t. I, p. 143.
conforme a la ley. P,inteá in Venezuela
IX
r ¡u
Cierto es qu~
. . 10nes cu tur
. nto de msutuc
lidad de la rra cw I
naúvos, rouc11
· t española afectó hondamente a todo el con-
la conqu1s a

di . , n ora1 y t r,a¡·o consioo


os de os cua es
, .

" la estrucc1on .
,
I ales prehispanicas, y socavo, por tanto, a vita-
d ., d 1 . .
e os1v1c¡os
¡ se convirtieron en centzas. Mas a imposición
. .,
I , la postre, la desapanct0n tot e universo de
al d 1 .
.
1 .
.
libros
tiempos -quizás hace tan sólo cincuenta años- no exisua preocupaaon
semejante por dar su lugar, como parte del legado de nuestra América, a
las culturas prehispánicas. Entre las principales causas de ello estuvieron
el prevalente raquitismo cultural; tal vez una suma de complejos de desdén
hacia lo indígena y, desde luego, la ignorancia acerca de las fuentes para el
venida de fuera ~o ogro, ª resión del alma indígena. Algunos de los sabios estudio del universo de las creaciones prehispánicas. A varios investigadores
a!lllento y exp . .
súnbo1os, pens. b · ientes a la Conquista, se interesaron, por cuen- -algunos muy distinguidos, y que específicamente recibirán aquí el crédito
, · anu
del Mex1co . .º. ' l
0 uo so reviv 'd b
te de ¡0 que cons1 era an su mva · 1uable herencia.
. irue1ar e resca · l que se merecen- debernos en buena parte el cambio de actitud. Fueron
ta propia, en . I nQUa pero empleando ya en ocast0nes e alfabeto ellos los que de hecho abrieron el camino para la serie de estudios que hoy
Valiéndose de_ su pro~ia e por' escrito muchos textos que pervivían en la se llevan a cabo.
recién aprendido, pusieroondo habría de llegar hasta nosotros, para dar sólo Por lo que toca al presente libro, diré que, hace ya varios años, en
. , oral 0 e este m . 5 8
tradic1on · . d documentos nahuas, transcritos en 1 2 , que hoy 1964, con el título de Literaturas precolombinas de México, ofrecí una pri-
.
un e¡em ' plo 1a sene
U e zales históricos de la nacz n mex1ca11a. y hubo otros
'6 .
mera forma de acercamiento a este tema. 3 Amplié dicho trabajo, cuando
ª'
se conocen como. nos orno los franciscanos And res ' d e 01mos y Bernardino · preparé su traducción al inglés, aparecida en 1969. 4 Ahora, invitado por
º uinos humarustas,
.,en , cbién participaron en 1a empresa d e h acer e1 rescate
quienes tienen a su cargo la publicación de la Biblioteca Ayacucho, mi pro-
de Sahagun, que tam , .
do de historia y cultura de Mesoamenca. . , pósito es presentar, con sus correspondientes introducciones y notas, un
del Glega . consecuencia, al mismo hombre md1gena -que no pocas conjunto mucho más amplio de textos, vertidos todos ellos de la lengua
rac1as,·,enal lado de frailes humarustas . hispanos- no se perdieron
náhuatl o azteca, que se habló en la región central de México desde la
veces .traba¡o e tras extraordinar1as . de las que a hora 11amamos li teraturas época del florecer teotihuacano o sea desde principios de la era cristiana. La
para s1eropre mu s - 1
, · de Mext'·co en náhuatl en vanas enguas mayanses y en intención es reunir aquí el núcleo central de lo que cabe describir como un
prehisparucas , '
Corpus de las producciones literarias del México antiguo.
otras más. d ¡ Al emplear aquí la expresión M éxico antiguo, lo hago con conciencia
El gran conjunto de fuentes que h_asta hoy se conservan. -y e as
que hablaré a su debido tiempo-- perrruten ~cercarnos a los mitos_y leyen- de que estoy introduciendo una forma de limitación. Mi propósito es dar
cabida en este volumen a testimonios procedentes básicamente del área en
das, cr6ru·cas y relatos históricos, himnos r1tuales, otra d
gran variedad de
· d ,
discursos composiciones para ser representa as, la que ejercieron pleno dominio los mexicas o aztecas, conocidos también
poemas, , . escnLos
· d e carac-
·
ter religioso calendárico y económico, en resumen, tesumoruos e primera como antiguos mexicanos. Incluiré desde luego materiales antes dispersos
mano que n~s ponen en contacto con e_l pensarnie_nto, la cultura y la vida o del todo no tomados en cuenta, incluso algunos que se deben a gentes
!~
1
prehispánicas. Estas producciones consutuyen la literatura de pueblos ~~e que vivieron mucho antes del florecimiento de los mexicas. En todos los
vivieron, durante milenios, aislados básicamente de contacto con el V1e¡o casos, sin embargo, se trata de composiciones literarias que se conservan
b
,. originalmente en idioma náhuatl, la lingua franca del México antiguo.
Mundo. Ofrecen la posibilidad extraordinaria de estudiar al hombre como
r; creador de cultura, con historia, es decir con plena conciencia de sí mismo, A quienes no están familiarizados con el gran conjunto de materiales de
¡: en un ámbito diferente de aquellos en que se desarrollaron las civilizaciones que se dispone para conocer y valorar las creaciones literarias del hombre
i de Asia, Africa y Europa. prehispánico, importará sin duda obtener respuesta a preguntas como éstas:
El estudio y disfrute de estas literaturas conciernen, primordialmente, ¿Cómo pudieron los pueblos del México antiguo crear, preservar y transmitir
1 al mexicano y a los pueblos todos de Iberoamérica porque, de un modo o su legado literario? ¿Cómo, después de la Conquista, pudo llegar tal herencia,
¡, de otro, tienen ellos en lo indígena una de sus raíces culturales, en algunos al menos en parte, hasta nosotros? ¿Cuáles son, y dónde se encuentran los
casos, la de mayor profundidad. Por otra parte, cuantos se interesan por principales documentos nativos de tema literario? ¿Llegaron los sabios indí-
1
conocer toda manifestación de alta cultura -los estudiosos y humanistas genas a describir y conceptualizar de algún modo las diferentes formas de
¡, su expresión litera:ia? En_ la Introducción general habré de ocuparme de
de cualquier rumbo del planeta- podrán hallar en las creaciones literarias
d~l- México antiguo testimonios de gentes que, en términos de su propia estas y otras cuestiones afmes. A ellas volveré también a veces, al hacer
v15ión del_mund?, lograron atisbos en verdad dignos de valoración y anális~s. 3 Miguel León-Portilla, Litera/Mas precolombinas de M éxico, México, Editorial
el E5te ~bro viene a formar parte de la Biblioteca Ayacucho, que, segun

\
r
d 0~sito de sus editores, aspira a convertirse en colección representativa
e ª tura de Iberoamérica, desde sus orígenes hasta el presente. En otros
Pormaca, 1964,
4
~iguel
the Spamsh by
205 p.
León-Portilla, Precolumbia11 Literalures o/ Mexico, translated from
Grace Lobanov and the Author, Oklahoma Press, 1969, VIII, 192 p.
\,
. \¡ XI
1 X
1:


l 1, .
1
31 d e los textos en particular. Por encima de todo
la prescnr.1c1"ón de . gunos equibles los que 11 amaré tesumomos · · que inte- IN TRODUCCION GENERAL
1
inu:resn vo ver
fóc1 1mente as · hi á · S b · '
I d In herencia literaria pre sp nica. e a nra así la
gran e1 nuc, leo centra
d e d · 1· ·
I acíoncs desde un punto e vista lterario y asi-
pucrta a más hon afs va ~rcomo el de la historia de las ideas y de la h istoria
mismo a la luz de en oque
1 lturn en general. .
de a cu I luz esta obra que considero de elemental 1· usticia
- 3 d" é a s:icar a '
Sólo nn ir .' . "ón y ayuda que recibí de dos maestros extraordina-
aCté varios años, los doctores Angel María Garibay K.
cvocar nqu( _l:i mspl ibor
. con quienes
nos, . a r. ncs todos debemos aportaciones . fu nd amenta1es para
y Manuel G11m10, a qu1e_
l11 cultura de Ibcroamérica.
MIGUEL LEÓ N -P O RT ILLA LITERA TURA D EL ~{E."XICO A1 TIGUO: ORlGENES, FUENTES
OOClJMENTALES, SU REDESCUBRIMIENTO Y ESTUDIO

LA SECL·E.-.:CrA culturJI del ~k.xico 11ntii.tuo abnrc,1 milenios . Su flo recimien-


to sin concJcto con las civilizaciones d¡ I Viejo Mundo --en el m:ll'co geo-
gráfico de las áre:is central y sur de México y de buena parte de Centro-
américa- dio lugar ,1 trnnsform 1cio ncs. muchas en verdad c.·nraordinarias.
La agricultura dJta nqu í, por lo menos, de.! quinto milenio a.C. El arte de
la cer:lmica se origina hacia d milenio tercero. Sobresalen luego pueblos
que, en la zon.1 limítrofe Je Vcrncruz y Tnbnsco, frente ni golfo de México,
dan comienzo a un:i alta cultura con perfiles propios. Surgen as( -desde
d segundo milenio a.C.- los primeros recintos religiosos, vestigio ya de
un protourbanismo. El milenio inmediato a In era cristiana es testigo de
creaciones de un :m e magnífico , esculturas, bajorrelieves, trabajos en mo-
saico, tallado del jade. Paralelamente se inventa el calendario y una manera
de escritura jeroglífica.
Sistemas de organización social, económica, religiosa y poütica, mucho
más complejos y eficientes, prestan apoyo a los cambios que continúan pro-
duciéndose. Aparecen formas diversificadas de tradición cultural en el
ámbito del México antiguo : Teotihuacán en el altiplano central; los focos
de irradiación de los zapotecas de Oaxaca y los, quizás más extraordinarios
aún. del mundo maya. En sucesión, que abarca momentos de esplendor y
otr0s de decadencia, gran número de pueblos, a veces de lenguas distintas,
son portadores de la alta cultura que, por encima de diferencias regionales ,
ostenta un rostro característico. El legado continúa enriqueciéndose. Las
gentes del México antiguo -si se prefiere, de Mesoamérica, el área de alta
cultura- tienen a su alcance medios para preservar el recuerdo de su
pasado, sus conocimientos acerca del hombre, la naturaleza y los dioses,
cuanto en verdad importa por ser raíz de sabiduría. Ex.istió as! una literatura.
Las inscripciones en múltiples monumentos y aun en objetos de cerámi-
ca, los códices y la tradición, son testimonio de la historia y de otras formas
de composición . A lo largo de muchas cuentas de años los sacerdotes, sabios,

Xlll
XII

\
J
.,1
. \
for¡·aron himnos y cantos, oraciones y relatos míticos 0
5eñores maestros, .. , Lo . mo los indios notaron y señalaron para tener ·cuenca el año que vinieron 10 1
• • ' L alabea se transm1t10 una y otra vez. s mex1cas o aztecas
doce frailes juntos ... " o sea el ya ci tado de 152-L ~
his1.6ncos. ap' d ¡ enfrentaCJllento con os om res e asn a, eran herede-'
· ¡ h b d · C ·u
11] oempo ya e · ¿· · Pero, además de percatarse de la existencia de libros de papel hecho
d i1 · s de cultura. A las anuguas tra 1c1ones sumaron eUos la
ros e m enio . . -d I al de la corteza del amate (/icus petiolaris), en los que con formas de escritura
ropia creación. Su literatura e a que go ha llegado hasta
o bm de Su P ermite aproximarnos un poco a o rea I y 1o 1egcndario en
· 1 indígena se conservaban la historia y las tradiciones, algunos conquistado-
nosotros- nos P · dif res y sobre todo los primeros frailes misioneros descubrieron también que
. · Encontraremos tonos y mattces e rentes pero, a pesar de la
su ex1stencrn. ., 1 · en el mundo azteca había centros educativos, los llamados ca/mécac (hileras
.
1sranc1a· en
· el u·empo , ser:í posible el diálogo con os antiguos textos ·
d de casas) y los telpuchcalli {c:.isas de jóvenes) . Allí esos libros eran explica-
Para acercarnos aJ origen de estas creaciones de la pala~ra, y al modo dos y se hacían aprender también de memoria a los educandos, de manera
do hacerse su rescate, vamos a recordar lo mas sobresaliente sistemática, largas crónicas, los himnos :.1 los dioses, poemas, mitos y le-
como ha podi ·ón , .
cultural del Mextco ·
anuguo. p aruremos,
· pa ra e llo, d e la
en J:i evoIuCl ill d 11 yendas. Igualmente, tomm do como base antiguos textos y discursos de los
e enconrraron Jos hombres de Cast a cuan o egaron en 1519. sacerdotes y los sabios . se enseñaba a los muchachos a hablar bien. " Les
realid:id· qumos más allá del que es so'!o e1 rostro mas , conoc1.d o, y tard'1o, en
enseñaban, como dice fray Bernardino de Sahagún, todos los versos del
Luego ¡re d 1 , d 1 li . .
el México prehispánico. En busca e as rruccs e a tc ra_tu_r_a _en idioma canto para cantar, que se llamab:.in cantos divinos, los cuales versos estaban
náhuatl, hurgaremos un poco en las fuentes de las que rcc1b10 tnspiración escritos en sus libros por caracteres . . . la astrología indiana y bs interpre-
y, en suma, rica herencia cultural. taciones de los sueños y la cuenta de los años ... ". 3 Así, por este doble
procedimiento, transmisión y memo rización sistemática de b s crónicas, los
himnos, poemas y tradiciones y el de la transcripción de las ideas funda-
mentales sobre la base de la escritura y el calendario prehispánicos, preser-
Testimonios de creación literaria en Mesoamérica vaban y difundían los sacerdotes y sabios su legado religioso y literario.
Pero, antes de explicar con algún detenimiento en qué consistía esa
Tanto Cortés en sus Cartas de relación y Berna! Díaz en su H istoria ver- forma de escritura azteca, así como el modo de memorización sistemática
dadera como los otros cronistas españoles de 1a Conquista, hablan con ad- en los centros de educación, conviene plantearse una pregunta : ¿Habían
miración de la grandeza de 1a capital azteca. México-Tenochtitlan, con sus sido los aztecas los creadores de ese sistema educativo y de la escritura de
sus códices? E sta pregunta es obvia, ya que como se dijo arriba el mundo
grandes calzadas que atravesaban el lago, sus palacios y templos, sus mer-
azteca, rostro el más conocido del México antiguo, llevaba relativamente
cados y el extraordinario recinto central donde se levantaban los setenta y poco tiempo de ser amo y señor entre los pueblos prehispánicos. De hecho
ocho edificios sagrados del Templo Mayor . P ero, no sólo la traza de la ciudad, los aztecas habían llegado al Valle de México tan sólo a mediados del
su arquitectura y sus incontables monumentos y pinturas, cautivaron 1a siglo X III d.C. En 1325 se habían establecido en la isla de México-Tenochti-
atención de los conquistadores. Un mero acercamiento superficial a la tlan. H asta 1428 habían obtenido su independencia de los antiguos domi-
organización religiosa, política, social y educativa de Tenochtitlan, despertó nadores tecpanecas de Azcapotzalco. Fin,1lmente, en menos de un siglo ha-
también en ellos no poco interés. En particular, se refieren en sus escritos bían logrado la hegemonía en la región central y meridional de lo que hoy
a las casas donde se guardaban los " muchos libros de papel, cogidos a do- es la República Mexicana.
bleces, como a manera de paños de Castilla". 1 La respuesta a la pregunta que se ha formulado nos la da la arqueología
La existencia entre los aztecas de libros y escribanos dedicados a copiar y las propias fuentes históricas indígenas. Los aztecas, y al igual que ellos
sus mitos, historias y tradiciones habría de impresionar más aún que a los otros muchos pueblos, como los tezcocanos y tlaxcaltccas , todos de idioma
náhuatl, eran herederos de una cultura mucho más antigua. Buena parte
conquistadores, a los primeros frailes misioneros, como lo muestran los
de sus ideas religiosas, de su organización social y política, y de sus otras
numerosos testimonios de sus crónicas y relaciones. Así, por ejemplo, fray
instituciones, en particular sus artes plásticas, la base de su sistema de es-
Toribio de Benavente, el célebre Motolinfo, llegado a M éxico en 1524,
señala que "mucho notaron estos naturales indios entre las cuentas de sus :: Benavente, Fray Toribio de ( Motolinía) , Hisloria de los indios d , la Nuft/11
años, el año que vinieron y entraron en esta tierra los españoles. . . asimis- Espa,ía, Editorial Salvador Chávez Hayhoe, México, 194 1, pp. 161-162.
s S:ihagún, Fray Bernardino de, HiJ10,ia general de las ~osas de la Nueva España,
edición preparada por Angel Ma. Garibay K. Edi torial Porrúa, 4 v., México, 1956, T. 1,
Editt>ríal p , , , _,1°,
1 Dlaz del Ca.st'll Be
roa¡, H IJlor,11
' · v Bridera
orrua "1=co, 1955, Vol. I, p. 143.
1 -
de /11 Co11q11h1a de la N 11c11a Esp11na, p. 307.

XV
XIV
, d de enseñanza, los habían recibido, principalmente xi11hpoh11alli o cuenta de los años, que servía de base para el calendario y
. de sus meto os . l l
entura Y lh os de la anugua cu tura to teca . para redactar los anales. También algunos de los textos indígenas de la
a través de los cu uacan ,
época azteca se refieren al período de Teotihuacán, afirmando que allí
D acuerdo con las crónicas indígenas y los hallazgos vivieron los sabios, los conocedores de las cosas ocultas, los poseedores de
Los t~lteca~itl 1e capital tolteca, floreció entre los siglos IX y XI d.C. la tradición. Gracias a ellos, se preservaron mitos y creencias, que hereda-
arqueológicos, ª¡
Los toltecas' como os
ª mixtecas de O axaca y los mayas de Yucatán, poseían
' 1 das después por la gente de Tula, habrían de volverse patrimonio común
. f de escritura segun o muestran, entre otras cosas, sus de todos los pueblos de idioma náhuatl, entre ellos los aztecas, los tezco-
ya d1vers_as ~rn:as en piedr; al igual que algunos códices de diversas canos, los tlaxcaltecas y otros más.
lifos e mscnpc1ones ' . . d . 1
g l e manifiesta la influencia e esas tres antiguas cu turas. Parece posible afirmar, por consiguiente, que la transmisión sistemáti-
épocas en os que s d . 1 1 f
Se sabe de hecho que fueron algunas gentes d e ongJn to ~ca, os ~~osos ca de una antigua tradición cultural, así como el descubrimiento de diversas
. ¡ "los regresados" , quienes, proce entes e 1a xteca, v1rueron formas de escritura, existían ya desde los tiempos clásicos de las culturas
tl a11ot -aq11e, 1 tezcocanos el arte de 1a escntura.
· Ademas ' existen
· numerosas precolombinas, principalmente entre los teotihuacanos, y en centros mayas
a ensenar a os
· 1 s textos aztecas donde se af ·irma d e 1os to1tecas que, gracias ·
como Tikal, Uaxactún, Copán, Palenque y otros. Pero, de nuevo es posible
referencias en o · , . d d ·,
a1 sab10 . sacerdote Quetzakóatl ' hab1an . temdo . centros e e ucac1on . supe- volver a formular la misma pregunta: ¿fueron estos pueblos de la etapa
· l
nor en os qu e se enseñaba la doctrina contenida en u n gran
d libro, llama- clásica los descubridores de sus antiguas formas de escritura y de esos sis-
do r eoamo X ' O
tli libro divino. Otro tanto sabemos acerca e los mayas de temas para preservar la tradición? La arqueología nos da una respuesta que
Yucatán, de cuyos centros de educación a an taro 1en ab un d antemente
h bl b" '
parece apuntar ya al origen más remoto de las primeras formas de escritura
los cronistas. en el México precolombino.
Pero, si gracias a los testimonios que se poseben acerca ~e los ~oltecads,
mixtecas y mayas de los siglos IX a XI d.C., sa emos que ~, escritura e Los olmecas. - En las costas del Golfo, en los límites de los actuales
los códices, las inscripciones en piedra y los centros de educac1on s~ remon- estados de Veracruz y Tabasco, región conocida por los aztecas como " país
tan a un período mucho más antiguo que el de los aztecas, es posible for- del hule" , es decir del caucho, o " tierra de los olmecas" , floreció probable-
mular una nueva pregunta: ¿fueron estos pueblos los cread~res de los me- mente desde mediados del primer milenio antes de Cristo, un pueblo todavía
dios para preservar el pensamiento y la palabra? ¿O. ellos mismo~, toltecas, enigmático que se extendió por otras regiones de la América media, dejan-
mixtecas y mayas habían recibido el arte de la escritura y los sistemas_de do siempre huellas de su paso. Entre esos vestigios se encuentran las más
educación oral de tiempos más antiguos? La pregunta, en lo que se refiere antiguas inscripciones que hasta ahora han sido descubiertas en el Méxi_co
a los mayas de Yucatán, tiene inmediata respuesta. Los mayas de Yucatán antiguo. Vale la pena recordar la estela "C" de Tres Zapotes, la inscrip-
sin duda alguna habían recibido el calendario y la escritura de un período ción hallada en una figurilla de jade y los glifos, todavía más antiguos, en-
mucho más antiguo conocido por los arqueólogos como etapa clásica, que contrados en Monte Albán, Oaxaca, en las estelas del grupo conocido como
comprende desde principios de la era cristiana hasta el siglo IX d.C., poco "Los Danzantes". Todas esas inscripciones que hasta ahora se reconocen
más o menos. Prueba de esta afirmación la ofrecen las incontables estelas como las más antiguas del México precolombino, dan testimonio de una
con inscripciones, a base de una escritura principalmente ideográfica Y pro- antiquísima invención de la escritura, de la que los mismos aztecas parecen
bablemente en parte también fonética. haber tenido conciencia, ya que en un antiguo texto que habla de sus oríge-
nes culturales más remotos, señalan precisamente las costas del Golfo de
Los teotihuacanos. - En la región central de México donde v1v1eron México como el luoar donde por primera vez hubo grupos de sabios, cus-
las gentes de Tula, había florecido antes otra cultura, la de los teotihuaca- todios de la tradici6n y poseedores de libros de pinturas. Transcribimos a
nos, poco más o menos durante el mismo tiempo del esplendor clásico de continuación algunos párrafos, traducidos del náhuatl, en los que aztecas Y
los mayas, o sea, de acuerdo con los más recientes descubrimientos, desde tezcocanos se refieren a esto:
principios de la era cristiana hasta el siglo VIII o IX d .C. En la gran ciu-
d:'d ?e los dioses , Teotihuacán, han encontrado varios arqueólogos vesti- En un cierto tiempo
gios indudables de escritura. Así, entre otros, Alfonso Caso ha demostrado que ya nadie puede contar,
del que ya nadie ahora puede acordarse
que lo~ t_eotihuacanos se sirvieron de diversos glifos ideográficos y poseye-
Quienes aquí vinieron a sembcar
ron asurusmo medios para representar el tonalpohualli o cuenta de los días. a los abuelos, a las abuelas . . ,
Otros investigadores han identificado a su vez algunos de los glifos del
XVII
XVI

\
h
por el agua en sus bar~as vinieron en muchos grupos,
Códices y memorización sistemática de textos
y allá arribaron a la onlla del agua,
a la costa del Norte,
y allí donde fueron quedando sus barcas, V~rios de los cr?nistas ind!genas y de los frailes historiadores llegados a
se llama Panutla . . · ra1z. de la Conqmsta, se refieren al modo como la enseñanza oral y la me-
Enseguida siguieron la orilla del agua, '.11or1z~c1?n de textos en 1~~ _escuelas prehispánicas servía de complemento
iban buscando los montes, msusu~u1ble en la ;r~ns°:lSl~n y prese,rvación de las historias y doctrinas
algunos los montes blancos, co_nterudas en los codtces md1genas. Ast, por ejemplo, fray Diego de D urán
y Jos montes que humean · · afuma que los maestros nahuas en esos centros de educación " tenían gran-
Sus sacerdotes los guiaban, des y hermosos libros de pinturas y caracteres de todas las artes por donde
y les iba mostrando el camino su dios. las enseñaban ... " 1i a los estudiantes.
Después vinieron, A la par que existían los códices, la tradición, no sólo la que llamaremos
allí llegaron, popular, sino la que se recibía en las escuelas sobre la base de una me-
al lugar que se llama Tamoanchan,
morización sistemática, era medio para p reservar conocimientos. En ocasio-
que quiere decir "nosotros buscamos nuestra casa" .
nes los maestros hacían aprender a los estudiantes cantares, poemas y discur-
Y allí en Tamoanchan
sos, en los que se contenía el comentario explicativo de lo que representaban
estaban los sabedores de cosas,
los códices . Quienes habían memorizado los textos, concebidos como co-
los llamados poseedores de códices
mentario de los códices, podían repetir fielmente la doctrina aprendida;
los dueños de la tinta negra y roja .. 4
podían hacer suyas las palabras del poeta náhuatl que dijo:

Es imposible afirmar aquí que " esos sabedores de cosas" hayan sido !,.. Yo canto las pinruras del libro,
precisamente los misteriosos olmecas, autores de las más antiguas inscrip- lo voy desplega~do,
ciones a que nos hemos referido. Lo que sí es cierto es que la arqueología soy cual florido papagayo,
hago hablar a los códices,
muestra inscripciones anteriores a la era cristiana y los aztecas afirman en
en el interior de la casa de las pinruras. 6
d texto ya citado que en tiempos anteriores a Teotihuacán, por las costas
del Golfo, había hombres de grande sabiduría, dueñ os de la tinta negra y
Los códices o libros de pinturas eran siempre la base de la enseñanza.
roja con que escribían sus libros.
En ellos, como se indica en otro texto indígena, " están escritos vuestros
El veloz recorrido que hemos hecho, omitiendo intencionalmente los cantos, por eso los desplegáis junto a los atabales . . . " Y es que, como
testimonios dejados por otros pueblos, como, por ejemplo, los huastecos, veremos a continuación, valiéndose de sus formas de escritura, los maestros
tiene el fin de mostrar que el descubrimiento de formas para preservar el indígenas podían consignar de manera inequívoca numerosos datos acerca
pensamiento, por medio de los libros de pinturas y la enseñanza sistemá- de cualquier hecho o doctrina. Podían indicar las fechas, año y días pre-
tica de la tradición, tiene sus raíces muy hondas en el pasado precolombino cisos de cualquier acontecimiento. Eran capaces de simbolizar conceptos
de México. Vale la pena repetirlo, los aztecas, los tezcocanos y tlaxcaltecas, abstractos acerca de sus doctrinas religiosas, mitos y ordenamientos jurí-
de quienes conocemos numerosos textos literarios en idioma náhuatl, al dicos. En una palabra, podían trazar algo así como cuadros esquemáticos
igual que los mayas, eran herederos de antiguos pueblos que habían creado fundamentales acerca de sus doctrinas y hechos históricos. P ara mostrar
instituciones milenarias de cultura superior. la forma como practicaban esto los pueblos de idioma náhuatl, entre ellos,
los aztecas, tezcocanos y tlaxcaltecas, indicaremos brevemente cuáles eran
Siendo los códices y la memorización sistemática de los textos los dos
los tipos principales de escritura de que se sirvieron en los tiempos inme-
medios fundamentales para preservar el pensamiento literario precolombi-
diatamente anteriores a la conquista. Tres eran sus formas fundamentales
n_o, los estudiaremos a continuación con mayor detenimiento, tal como exis- de representación: pictográfica, ideográfica y parcialmente fonética.
tieron entre los pueblos de idioma náhuatl y maya al tiempo de la llegada
de los españoles, o sea en 1519. 5 Durán, Fray Diego de, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra
Firme, 2 Vols. y atlas publicados por J osé F. R amírez, México, 1867-1880, t. II, p. 229.
i
Fol. 191Informantes
v. Ind'igenas de Sahagún, Códice Matritense de la Real A cademia, o Mam,scrito de Cantares Mexicanos. (Biblioteca Nacional de México). Repro-
ducción facsimilar de Antonio Peñafiel, México, 1904.

XVIII XIX
.· ' f" sea la meramente representativa d e cosas, es la forma
La ptctogra tea, 0 , 1 A , . 1 . Valiéndose los antiguos mexicanos de esta última forma de escritura
. colombina mas elementa . s1, por e¡emp o, en casi todos
de escntura pre 1 . ., d l . º6 así como de sus otros glifos representativos de cosas, de ideas abstractas'.
. en ¡os que se menciona a peregrmac1on
los eódices , - l e as siete tn us ve-
. d l se pintan de modo esquemattco os teomamas o sacerdotes ' numé ricas o calendáricas, confeccionaron numerosos códices en muchos de
rudas e norte, O los cuales, como lo no ta fray Diego de Durán, " conservaban sus memora-
11 e testas a sus dioses protectores. tros numerosos ejemplos
que evan a t l · , · d 1 bles hechos, sus guerras y victorias . . . todo lo tenían escrito . . . con glifos
, aduci·rsº~- Entre ellos están as pmturas esquemattcas _ e as calli
pod rian de años, meses y días en que habían acontecido". 6 Y para valorar mejor el
'os tfachtli O 1·ueoos de pelota, de los tlatoque o senores, senta-
o casas, de 1 º dº º6 grado de desarrollo cul tural que significa la invención y empleo de la es-
dos en sus ;cpalli O sillas reales, de los tversos tn utos, como mantas,
critura de los p ueblos nahuas, convendrá recordar el parecer del conocido
plumas, cacao, bultos de maíz, etc. . .
antropólogo norteamericano Alfred Kroeber, quien, al tratar del origen de
Pero al igual que en otras culturas antiguas, los escribanos del mundo las diversas escrituras inventadas por la humanidad, dice:
náhuatl ~asaron de la etapa meramente pictográfica a la de los glifos ideo-
gráficos, que representan simbólica1?e~te ideas . Los ide?gramas indígenas Si se piensa en la imención de la primera idea de la escritura parcialmeme fo.
pueden dividirse en tres grupos prmctpa_Ies: los_ de caracter numeral, los nética, es concebible que rodos los sisremas del Viejo Mundo deriven de una
calendáricos y los que representan otras diversas ideas, algunas de ellas abs- sola invención, aunque aun en ese caso, el sistema maya-azreca ( maya-náhuacl ) ,
tractas y metafísicas, tales como la de movimiento ( ollin), la vida ( yoliliztli), se mantendría como un desarrollo totalmente separado. 9
la divinidad (teotl), etc. Debe notarse que los colores de las pinturas tenían
también valor simbólico. Así, por ejemplo, en una figura humana el amarillo Pero si en el mundo náhuatl prehispánico, se llegó, aprovechando la
designaba casi siempre el sexo femenino , el color morado la realeza del antigua herencia tolteca y teotihuacana, a estas formas de escritura, es ne-
tlatoani o señor principal, el azul el rumbo del sur, el negro y el rojo, la escri- cesario recordar que los pueblos de la familia maya poseían también sus
tura y la sabiduría. propios sistemas, todavía más perfectos que los de la región central de
México. De los mayas, tanto clásicos, como del período posterior, se con-
El conocimiento e interpretación de los diversos glifos ideográficos su-
servan un sinnúmero de inscripciones en estelas de piedra, en dinteles, en
pone un largo y paciente estudio, que ciertamente no es de este lugar.
escalinatas, en el interior de algunos templos y palacios, y aun piezas de
Bastará con subrayar que la escritura a base de ideogramas, especialmente
cerámica. De tiempos más recientes, aunque también anteriores a la con-
en lo que se refiere a los números y al calendario, tuvo entre los pueblos
quista, proceden los tres códices mayas que hasta la fecha se conocen, el
de idioma náhuad enorme vigencia, como forma de representación en ex-
de Dresden, el de P arís y el llamado Tro-Cortesiano que se conserva en
tremo precisa y también expresiva, aun desde un punto de vista meramente
Madrid . De la escritura maya se han podido descifrar hasta ahora los glifos
estético. En la imposibilidad de entrar aquí en una exposición detallada,
de carácter numérico, calendárico y algunos otros también ideográficos, re-
optamos por referir al lector a trabajos más amplios sobre este punto. 7
presentativos de divinidades o de sus atributos. Descubridores, ante~ que
Además de los glifos pictográficos e ideográficos, hubo en la escritura ninguna otra cultura humana del concepto de cero y de un ~alendano ~n
de lo_s 3:11~guos mexicanos representación de sonidos, o lo que es lo mismo, diezmilésimo más cercano del año astronómico que el propio calendano
el prmc1~1~ de ,una escritura fonética. Ante todo debe notarse que la escri- • gregoriano actual, los mayas, fueron ciertamente maestros extraordinarios
tura foneuca nahuad, conocida por algunos pocos códices que se conservan, en el arte de la escritura.
seeml' ··a1
Peo prmctp mente para representar nombres de personas y de lu- Por desgracia, a pesar de los varios intento~ d~ _no pocos investig_adores,
g~~es. Sabemos que los escribanos indígenas desarrollaron un sistema de queda un sinnúmero de glifos mayas,_ cuyo s1gruf1cado no ~a podido, ser
g os de carácter silábico, que representaban desinencias indicadoras de lugar, descubierto. Se considera que esos glifos son en su mayona de caracter
como las muy con ºd ¡ (1 d · ·
OC! as-tan ugar e), -pan (encima de). Fmalmente, e-
11
ideooráfico aunque se acepta también que en muchos de ellos hay elemen-
garon 1os nahuas al álº1s1. d 1
m di d ¡ .. .ª,º s e a gunas letras como la a, representada por tos fonétic~s , o sea representativos de sonidos. Indudablemente que, ~i ~l
(f ti s
de\.;t ··ª ºfacion del glifo pictográfico de a-ti (agua); la e, del glifo
r1¡0 Y a o del de o-tli (camino).
fin llega a descifrarse en su integridad la escritura de los mayas prehispa-
nicos, al poder leerse las inscripciones de las estdas, de los tem~los y pa-
7 lacios, se tendrán otros numerosos textos, muchos de ellos de posible valor
. Véase Dibble, Charles .. . . , . ,.
Revwa Mexicana de Ertudios A;·• El, ~nuguo sistema de escritura en Mex1co , en
León-Porcilla .Mi Lo trotoióg,cos, T. IV, p. 105 y siguientes. 8 Durán, Fray Diego de, op. cit., T. II, p. 257. _ .
I Kroeber, Alfred, Antropología general, 1~ ed. espanola, corregida por el autor,
lares, Fondo de Culru~Ík , s _anhgu?s. mexicanos, a través de ms crónicas y can- 9
onom1ca, Mex1co, 1961, pp. 48-75. Fondo de Culcura Económica, México, 1945, p. 278.

XX XXI
r . . 0 puede afirmarse respecto de otras inscripciones de¡·ad
li terar10· Esto m1smlOs mixtecas y los emgmat1cos
. , . l
o mecas.
as
frailes _venidos ~ la ~~eva España, _re~ujeron a letras la explicación y co-
or pueblos como •
P d b l ·darse que también entre los mayas, al igual que entre los ?1e~tano de var10s codices o anales histonc~s. ::sros textos, escritos en papel
No e e o v1 . · · d mdífena, se conservan actualmente en la Biblioteca Nacional de París, bajo
ión central de México, existieron centros e educación en
ueblos de la reg . ., . , . ' el titulo de A11ales de Tlatelolco o Unos Anales Históricos de la Nación
P edio de una memor1zac10n s1stematica, se transmitía y pre-
a1
los cu es, por m lib d . 1 . b.d , Mexicana. Se contienen allí las genealogías de los gobernantes de Tlatelolco
la base de los ros e pinturas, a antigua sa 1 una. Tex-
servaba, so bre d L d " 6 bº,
. ma fray Dieoo e an a que usa an taro ten esta gente de México-Tenochtitlan y Azcapotzalco, así como la más antigua visión ind/
tua1mente af rr " . , 1i gena de la Conquista española. 12
. teres O letras con las cua1es escn 6 ian en sus bros sus cosas
ciertos carac . a1 -a1 Por su parte fray Andrés de Olmos, llegado a la Nueva España en 1528,
. sus ciencias, y con estas figuras y gunas sen es de las mismas
antiguas Y b d - b " 10 ' recogió también -pocos años después- considerable número de huehuetla-
entendían sus cosas y las da an a enten er y ensena an .
to!li, pláticas o discursos de los ancianos, según la tradición de los tiempos
F precisamente gracias a esos métodos de enseñanza como se salva- anteriores a la conquista.
u~egaron hasta el presente importantes textos literarios, legado de los
ron y 61
eblos que en sucesivas etapas, po aron e
1 M exico
' · ·
antiguo. Como vere-
Se trata de los discursos que se decían en las grandes ocasiones: al morir
el rey o tlatoa11i, al ser electo un nuevo gobernante, con motivo del naci-
:~s alguno~ de los sabios indígenas supervivientes a la conquista, recor-
miento de un niño, ante los recién casados, los consejos q ue daban los
dando las enseñanzas prelúspáoicas y tal vez valiéndose de algunos antiguos
padres y madres a sus hijos e hijas, las pláticas morales de los maestros a
códices que pudieron conservar, pusieron por escrito, sirviéndose del alfa-
los educandos en las antiguas escuelas. Recogidos estos textos de labios de
beto traído de Europa por conquistadores y misioneros, numerosos textos
ancianos supervivientes, que los habían memorizado sobre la base de sus
en su propio idioma indígena, que apenas desde mediados del siglo X IX,
códices y los habían repetido en la época prehispánica, su valor resulta fun-
comenzaron a ser descubiertos y traducidos por algunos investigadores.
Mas, el proceso por el cual esos antiguos textos literarios, principalmente damental para el estudio de lo más elevado del pensamiento náhuatl. Se
en la lengua náhuatl o azteca, han llegado hasta nosotros, merece especial conservan estos textos, una parte en la Biblioteca del Congreso de Washing-
atención. De ello trataremos en seguida con algún detenimiento. ton y otra en las Bibliotecas Nacionales de México, París y Madrid.
Pero, aún más importante que la labor recopiladora de Olmos, fue la
magna empresa de investigación llevada a cabo por fray Bernardino de
Sahagún. Había llegado éste a México en 1529. Interesado por penetrar
El rescate de las literaturas prehispánicas de México en la conciencia indígena, preparó pocos años después una " minuta" o cues-
tionario de todos los puntos sobre los que se propuso obtener información.
La Conquista trajo consigo la destrucción de la mayor parte de los antiguos Entre los temas principales estaban los lúmnos de los dioses, los cantares
códices indígenas. Sin embargo, si hubo quienes se empeñaron en destruir profanos, los antiguos discursos, los proverbios y refranes indígenas, las
la herencia cultural de los pueblos prehispánicos, hubo también quienes se doctrinas religiosas, mitos y leyendas, el calendario, las costumbres de los
esforzaron por salvarla, hasta donde les fue posible. Entre estos últimos señores, los textos en los que se describen las diversas profesiones de los
estuvieron algunos frailes exiniios como Andrés de Olmos, y sobre todo, sacerdotes, los sabios, los artistas, los mercaderes y la gente del pueblo.
Bernardino de Sahagún. Comparando éste la herencia literaria de griegos Como él mismo lo dijo, le interesaba conocer todas "las cosas divinas, o
Y!atinos, con los textos indígenas que empezó a conocer , escribió que "esto por mejor decir idolátricas y humanas y naturales de esta Nueva España". 13
mismo se usaba en esta nación indiana y más principalmente entre los mexi- Comenzó entonces Sahagún a reunir, con la ayuda de sus discípulos in-
can?s, entre los cuales los sabios retóricos y virtuosos y esforzados eran dígenas de Tlatelolco, centenares de textos en diversos lugares de la región
terudos en mucho ... " 11
central de México. El mismo describe el modo como fue recogiendo ese
El primer intento por preservar textos literarios del mundo indígena material: " tod as las cosas que conferimos, me las dieron los ancianos (indí-
de la región central de México data de los años comprendidos entre 1524
1
Y ~3alfO. Durante ese tiempo, algunos sabios n ahuas que h abían aprendido 12 La uaduccióa al cascellano de la crónica indígena de la Conquista coacenida
ya e abeto latino, gracias tal vez a las enseñanzas de los doce primeros en este documento, ha sido publicada ea el libro Visió11 de lo~ vencidos, edición d_e
Miguel León-Portilla, versión de cexcos a:ihuas de Angel Ma. Ganbay K. Imprenta Uru-
versicaria, P edición, 1959; 7~ edición, México, 1976.
:: laSah~da, Fray Diego de, Relación de /111 co1111 de Yucatán México 1938, p. 207. IS Sahagún, Fray Bernnrdino de, op. cit., T. I, p. 28.
agúo' Fray Bernardino de, op. cit., t. II, p. 53. ' '
XXIII
XXII
. t ras que aquella era la escritura que ellos antiguamente
uenas) por pir. u En el campo de la poesía se encuentran dos importantes textos : La Colec-
o ,, 1-1
usaban · _ d sus discípulos, antiguos estudiantes indígenas d l ción de Cantares Mexicanos, que hoy día se conserva en la Bibliote N .
Acompana oe porz de Tlatelolco, f ray Bernardº100 d e dlCO º , así varios an-oe · 1 de Mex1co
' · Y el 11 amado Manuscrito
· ca ª
. de
's anta ru l f.
c10na de los romances de los sefíorcs
eo egio
1
ta empresa. uan
C do al fin lograba ganarse a con 1anza de quienes ib
l d " . ,,
s
an
de la Nueva España, que se guarda en la Colección Latinoamericana de la
a es . f tes les proponía os temas e su mmuta o cuestionario Universidad_ de, ~exas. Son varios centenares los poemas, en su mayoría de
a ser sus in orman '
IOs indios , para e'! 1as antiguas
viejos repetian · d octrinas los· origen preh1span1co,_~ue pueden estudiarse en estos documentos. Algunos
En tanto que b ·b· d d
s de Tlatelolco i an escn 1en o to o en su propia lengua ' de ellos son compos1c1ones de poetas tan célebres como Nezahualcóyotl, de
'óvenes estu diante d d f º61 . '' Tetzcoco, y Tecayehuatzin, de Huexotzinco y otros más.
l cteres latinos. Hasta on e ue pos1 e se copiaron también
Pero con cara figuras y olifos de 1os co'dices que ce1osamente ouardaban Debe mencionarse también el Libro de los coloquios, en el que se trans-
no pocas de las º . , , º criben los diálogos que tuvieron lugar en el atrio del convento de San
. Con un sentido críuco poco comun en su epoca, Sahagún re.
los anctanos. ., d ' l dº " Francisco de la ciudad de México, en 1524, entre los primeros frailes venidos
. ., ias veces su investigac1on, pasan o como e ice, por un triple ce-
p1t10"varl · d e su autent1c1 · ºdad . a la Nueva España y algunos de los principales sabios y sacerdotes indígenas
terial recogido, hasta estar cierto
dazo e ma d . . ., l que defendieron su manera de pensar y creer. Importantísimos como son
El fruto de esta larga y bien planea_a mvesu~a~:on, a a que consagró todos estos textos en lengua indígena, las colecciones de cantares y poemas
S h , la mayor parte de los sesenta anos que v1v10 en la Nueva España en náhuatl, revisten particular interés. De esos repertorios procede la
f;e a~ncúmulo enorme de cerca de mil folios, por los dos lados, con pin~ mayor parte de las composiciones que habremos de presentar a lo largo de
turas y textos en náhuatl, acerca de los ·aspectos fundamentales de la cultura nuestro estudio .
de los antiguos mexicanos. Este materia1 ,de val?r _1?aprec1a · · ble, corrió vici-
Existen además otros importantes documentos indígenas, entre los que
situdes que sería largo enumerar. A Sahagun le s1rv10 de base, para redactar mencionaremos La historia tolteca-chichimeca, preservada en la Biblioteca
en casteÜano su Historia general de las cosas de Nueva España, obra que Nacional de París; el Códice Aubin, redactado en parte con el antiguo sis-
no es una traducción de los textos nahuas, sino más bien un resumen co- tema de escritura y en parte con anotaciones en náhuatl, escritas ya con el
mentado de ellos. alfabeto latino. No siendo posible incluir en esta enumeración otros varios
La documentación en náhuatl, quitada a Sahagún por orden de Felipe II, manuscritos de carácter en parte literario, referimos al lector al catálogo
fue a parar a España. Una copia de ella se encuentra hoy día en la Biblioteca que de ellos hace en su magistral Historia de la literatura náhuatl el doctor
Laurenciana de Florencia y se conoce con el nombre de Códice Florentino. Angel María Garibay K. 15
Los manuscritos más antiguos se conservan en Madrid; son los Códices Sólo resta añadir, que desde fines del siglo XVI y principios del XVII ,
Matritenses del Real Palacio y de la Academia de la Historia. En la biblio- varios indígenas o mestizos, como don Fernando Alvarado Tezozómoc, Chi-
grafía final indicaremos cuáles son las ediciones bilingües, todas ellas par- malpain e Ixtlilxóchitl, escribieron en idioma náhuatl o en castellano sus
ciales, que hasta ahora se han preparado y publicado de los textos en idio- propias historias, basadas principalmente en documentos de procedencia
ma náhuatl recogidos por Sahagún. prehispánica. Imbuidos ya en la manera europea de escribir la historia,
Pero, la obra de Sahagún tuvo todavía otras consecuencias. V arios de conservaron numerosos textos netamente precolombinos, en su empeño de
sus discípulos indígenas, en quienes él supo avivar el interés por la antigua defender sus tradiciones y antigua forma de vida ante el mundo español.
cultura, continuaron también por cuenta propia este tipo de trabajos de Tales son, descritas así con brevedad, las principales fuentes de la litera-
tura indígena náhuatl que han llegado hasta el presente.
transcripción y conservación de textos. Fueron Antonio Valeriana, de Az-
capotzalco; Martín Jacobita y Andrés Leonardo, de Tlatelolco; Alonso Be- ! 5 Garibay K., Angel Ma., Historia de la literatuta náhr,atl, 2 Vols., México, Edi-
ger3;110 Y Pedro de San Buenaventura, de Cuauhtitlán, quienes redujeron a torial Porrúa, 1953-54, T. I, pp. 51-56. Mencionaremos también aquí los principales
códices o libros de pinturas, en su mayoría copias de códices prehispánicos, hechos duraoce
escritura lat~na, pero en idioma indígena, varias colecciones de cantares Y el siglo XVI. Entre ellos están la T ira de la peregrinación y la Matrícula de tributos, re-
toda una sene de anales históricos. Entre estos documentos están los Anales lación histórica el primero y de los tributos que se pagaban a México-Tenochcitlan, el
segundo. El Códice Borbónico, de contenido calend:írico y religioso, el Códice Mendocino,
de Cuauhtitlán, así como otros textos transcritos en 1558. rico en información sobre las principales instituciones culturales del mundo náhuacl; el
En ambos manuscritos se conservan mitos como los de las edades o soles Azcatlitlan y el Mexican11s, ambos acerca de la peregrinación de los aztecas, etc.
Además de estos códices, se conservan otros seis de origen claramente prehispáni-
cosrogó_ni~o~, una de las versiones de la leyenda de Quetzalcóatl, así como co y estrechamente relacionados con las instituciones y cultura del mundo náhuatl. Nos
ana es hi storicos de los principales pueblos de la región central de México. referimos a los códices Borgia, Cospi, Fiervary-Mayer, Lzud, Pi11tura 20 de la colección
Gor,pil-Aubin y Vaticano B-3773. De codos estos códices se dará referencia precisa en la
H º",,. "'·,. T. 1, p. 106. bibliografía sobre documentación indígena al final de este libro.

XXV
XXIV
omposición de acuerdo con su designación en na'huatl
For111as de e
pañamiento musical. Precisamente en muchos de ellos estuvo el germen
, ito de distribuir en distintas categorías literarias las d de las primeras formas de actuación o representación entre los nahuas.
Con e1 propos h 1 d . pro uc
. ah s prehispánicas se a emp ea o en ocasiones una termí I , · Cuauhcuícatl, cantos de ~guilas; ocelocuícatl, cantos de ocelotes; yaocuícatl,
crones n ua u1 1 1 . no og1a
cantos de guerra; eran diversas maneras de nombrar a las producciones en
. d de contextos c tura es por competo a¡enos. Obviament ,
deriva a 61 d . e, mas
las que se enaltecían los hechos de capitanes famosos, las victorias de los
adecuado es atender a los conbc~ptos yf v?cda os de que se valieron los tlama.
. . y los cuicapicque (sa ios y or¡a ores e cantos) para caract . mexicas o de otros grupos en contra de sus enemigos. También estos poe-
t11111ne ., p erizar
·as formas de expresion. ara e11os, que mantenían tamb·, mas eran a veces objeto de actuación, canto, música y baile, en las conme-
sus propl . . d . ., . b 1en en moraciones y fiestas .
·ouas tradiciones, to a composic1on se s1tua a o en la tic
esto anti" l d l . a gama
de los cuícatl, cantos y poemas, o en_ a e 1os t at~llt, relatos y discursos En contraste con estas formas de poesía, eran asimismo frecuentes los
conocidos como xochicuícatl, cantos de flores; xopancuícatl, cantos de pri-
Est as dos categorías, tal
d
vez hasta cierto punto afmes a las de po , ·
, d . es1a y mavera; icnocuícatl, cantos de tristeza; todas composiciones de tono lirico.
prosa, daban Juego cabi a a gran numero e variantes. De ellas precisamen-
te se tratará enseguida. Unas veces eran ponderación de lo bueno que hay en la tierra, la amistad
de los rostros humanos, la belleza misma de las flores y los cantos· otras
Los cuícatl, co~o lo _dijo ~I forja~or ~e ~~ntos Ayoc_~an Cuetzpaltzitzin,
reflexión íntima y apesadumbrada en torno a la inestabilidad de la ~ida, ]~
"del interior del cielo vienen ; s~~ msp1rac10n y tar:ibien sentimiento. En
muerte y el más allá. Precisamente la existencia de estos poemas, en los
ellos afloran los re~erdos y el diál_~go con el _corazon. El ritmo y la me-
que, no una sino muchas veces, se plantean preguntas semejantes a las que
dida, y a veces asinusmo la entonac10n ~campanada por la música, son sus
formularon, en otros tiempos y latitudes, los primeros filósofos, ha lleva-
atributos exteriores. En las culturas an~~as fue fre~ente que las compo-
do a afirmar que, también entre los tlamatinime prehispánicos, hubo quienes
siciones sagradas, conservadas por tradic10n oral, tuvieran en la medida y cultivaron parecidas formas de pensarrúento al reflexionar sobre los enig-
en el ritmo auxiliares poderosos que facilitaban su retención en la memoria. mas del destino humano, la divinidad, y el valor que debe darse a la fuga-
Entre los nahuas fue muy amplia la gama de creaciones con estas caracte- cidad de lo que existe. Y como en los manuscritos en náhuatl se ofrecen
rísticas, implícitamente evocadas por la voz cuícatl. en ocasiones los nombres de quienes concibieron estas lucubraciones o
En primer lugar deben mencionarse los múltiples teocuícatl, cantos di- aquellas otras más despreocupadas y alegres, ha sido posible relacionar al-
vinos o de los dioses. De ellos se dice que constituían materia principal en gunos poemas con sus autores, desterrando así un supuesto anonimato
la enseñanza que se impartía en los calmécac. Atendiendo a los textos que universal de la literatura prehispánica. Lo dicho acerca de las distintas for-
ban llegado hasta nosotros, puede afirmarse que fueron auténticos teocuícatl mas de cuícatl, cantos y poemas, deja ver algo de la riqueza propia de esta
los antiguos himnos en honor de los dioses, como los veinte que recogió expresión en la época prehispánica.
Bernardino de Sahagún. Categoría literaria distinta es la que, con otro concepto también gené-
Se conservan otros teocuícatl -himnos sagrados- que se entonaban, rico, describieron los nahuas como tlatotli: palabra, discurso, relato, his-
con acompañamiento de música, en las correspondientes fiestas religiosas. toria, exhortación. En el término tlatolli se comprendía todo aquello que,
El análisis literario de estas composiciones pone de manifiesto algunas de no siendo pura inspiración o recordación poéticas, se ofrecía como fruto
sus características: además del ritmo y el metro, existe en ellos el paralelis- de inquisición y de conocirrúento en diversos grados sistemático. Entre las
mo, la repetición con variantes de un mismo pensamiento. La expresión principales maneras de tlatolli que cultivaron los nahuas pueden percibirse
propia del teocuícatl es de necesidad solemne, muchas veces esotérica. Podría marcadas diferencias, expresadas por ellos con vocablos distintos: los hue-
decirse que en ellos no hay palabras que estén de más. Son la recordación huetlatolli, palabras o discursos de los ancianos; los teotlatolli, disertacio-
de los hechos primordiales o la invocación por excelencia que se dirige a la nes divinas o acerca de la divinidad, incluidas muchas veces en los mismos
divinidad. hueheutlatolti,· los ye uecauh tlatolli, relatos acerca de las cosas antiguas, o
Aunque en la mayor parte de las composiciones que genéricamente re- también itolloca, " lo que se dice de algo o de alguien", versión nativa de
lo que llamamos historia; los tlamachilliz-tlatol-zazanitli, que literalmente
cibían el nombre de cuícatl solía estar presente el tema de las realidades
significa "relaciones orales de lo que se sabe", es decir leyendas y narracio-
divinas, de ninguna manera debe pensarse que todas ellas eran himnos sa-
nes ligadas muchas veces con tradiciones de contenido mitológico; los in
grados, teocuícatl, en sentido estricto. La serie de designaciones que se con·
tonalli itlatlatollo, conjunto de palabras acerca de los destinos en función
servan, Y el contenido mismo de muchos cantares y poemas, confirman la del tonalámatl y, finalmente, los nahuallatol (de nahualli y tlatolli), conju-
v~:iedad de expresiones. Así, teponazcuícatl era voz que designaba, tam· ros, aquello que pronunciaban los que se dedicaban a la magia.
bien en forma general, a los cantos que necesariamente requerían el acoro-
XXVII
XXVI
n los ''discursos de los ancianos" que han llegad h
Numerosos so d ll h º . . . o asta
Las transcripciones que e e_ os icteron pnnc1palmente Olmo proximidad, y en los que se precisan sus distintas advocaciones y atributos .
nosotr~s. 1·ten valorar esta peculiar forma de expresión náh l s y Teotlalli - con ritmo y medida- fueron aquellos textos que recordaban
S haoun perm d. , d' h uat En
a. :>, d I mencionado fray Bernar 1110, aqu1 po ia allarse el m . . la serie de creaciones de las distintas edades o soles. I gualmente el muy
opm1on
. e fºl f'
. "de la' retórica ·y . 1 oso ia mor y teo al l , d l ..,...e¡or. tes-
wnomo l og1a . e a gente ..,ex1cana conocido acerca del origen del quinto sol en Teotihuacan o aquellos en los
cosas muy cunosas, tocantes a os pnmores de su le , que se refieren las actuaciones de Quetzalcóatl, el dios o el sacerdote entre
donde hay l . d l ,, ngua y
d elicadas tocantes a as vu-tu es mora es . , los toltecas.
cosas muy ·h 1 ·
En v..~ríos de ]os h11eh11etlatollt h..
ay ex 1ortac1ones paternas O m t
h 11 d a ernas Relativamente abundantes son los testimonios nahuas de contenido his-
s de enseñanzas para los 1¡os que an ega o a la edad de clise . , ' tórico. Por una parte existían, como es sabido, determinados libros, prin-
henehida . f d 1, . rectan
También se .,conservan diversas armas e p aucas como las que se diri , · cipalmente los xiuhámatl, " papeles de los años", en los que, en forma de
"d d ' d 1 ºb S
tlatoani rec1en electo, e~.ª~, an ? e, como escn e. a agun, favor y lum-h ' gian ª1 anales, se inscribían y pintaban en la correspondiente fecha los sucesos más
bre para hacer bien su of1c10 , al igual que otr~~ discursos clásicos de los dignos de recuerdo. Algunos de esos manuscritos han llegado hasta el pre-
mismos tlatoque que, como modelo de expres1on, conservó el recue d sente, bien sea de origen prehispánico o en copias que datan de los primeros
Los consejos e invocaciones de la partera ante el niño recién nacido r ¡°" tiempos de la Nueva España. Pero, una vez más, también la relación oral
Palabras de enhorabuena con motivo , del . nacimiento,l las consultas d e' 1os ªs fue complemento esencial de lo que se consignaba en los códices . En los
padres con los tonalpouhque que deb1an tnterpretar os destinos del nu centros de educación, sobre todo en los calmécac, tenía lugar importante la
ser, la promesa de ll:var a los_ niños, cuando tengan edad para ello~\1 memorización de los ye uecauh tlatolli, relatos sobre lo que sucedió en
telpuchcalli o al calmecac, los discursos de los maestros, de tono moral tiempos antiguos. En ellos se fijaba, a modo de itoloca, " lo que permanen-
dirigidos a enseñar las artes_del ?ien h~blar y de la cortesía, las palabra~ temente se dice de alguien o de algo", el gran conjunto de los tlatóllotl, la
de preparación para el matrimonio y, finalmente, determinadas formas de esencia de la palabra, recordación del pasado. Y como hasta hoy se conser-
oración o imprecación a modo de discurso, todo esto integraba el contenido van algunos códices nahuas de contenido histórico, lo mismo puede decirse
de los distintos huehuetlatolli. respecto de varios textos que, memorizados en la antigüedad prehispánica,
Atendiendo ahora a la peculiaridad misma de los huehuetlatolli, a aque- se transcribieron más tarde con el alfabeto latino.
llo que muestra, como dice Sahagún, " los primores de su lengua", aparecen En contraste con lo escueto de anales como éstos, los ye uecauh tlatolli
varios rasgos dignos de ser notados. Primeramen te puede afirmarse que, se enriquecieron también muchas veces con narraciones y leyendas, verda-
de todas las form as de tlatolli, es esta una de las más refinadas, que en rigor deros tlamachilliz-tlatol-1.azanilli, " relatos de lo que se sabía", que permi-
podía merecer el título de tecpillatolli, "lenguaje propio de gente noble". tían conocer con más detalles la vida y la actuación de los gobernantes y
Toda la gama de las fórmulas de respeto, en las que abundó tanto esta cul- lo que había acontecido a la comunidad entera en las distintas épocas.
tura, se hacen presentes en los huehuetlatolli. Hay en ellos proliferación Ejemplo de esto son las célebres leyendas acerca de Quetzalcóatl, incluidas
extraordinaria de metáforas: al ser humano se le nombra casi siempre " due- en el Códice Matritense de Sahagún y en los A nales de Cuauhtitlán, o lo
ño de un rostro y de un corazón"; para aludir al poder y al mando se men- que refiere esta última fuente acerca de la vida del señor de Tetzcoco,
ciona el icpalli y el pétlatl, "la silla y la estera"; de la suprema deidad se N ezahualcóyotl.
dice siempre que es Yohualli, Ehécatl, como la noche y el viento; la niña Otras fow1as de tlatolli, además de las que se han mencionado, hubo
pequeña es chalchiuhcózcatl, quetzalli, "collar de piedras finas , plumaje de en el mundo prehispánico. Entre las más importantes estuvieron los in
quetzal". Y también en los huehuetlatolli, como en el caso de muchos de tonalli itlatlatollo, "discursos de los tonalpouhque o astrólogos", que hacían
los cuícatl, es frecuente el paralelismo o sea la repetición de un mismo pen- la lectura de los destinos. A esta materia se dedica íntegramente el
samiento con ligeras variantes; indicio del propósito de que estas palabras libro IV del Códice Matritense de la Real Academia, donde aparecen los
más fácilmente pudieran conservarse en la memoria. A no dudarlo, el es- testimonios en náhuatl que recogió Sahagún de sus informantes. Hay asi-
tudio de los huehuetlatolli es uno de los mejores caminos para acercarse a mismo vestigios de otra forma de expresión esotérica que se designó con
la cultura intelectual del hombre prehispánico. el vocablo nahuallatolli, el tlatolli de los nahualli, lenguaje encubierto o
. Se conocen asimismo otros discursos a los que, por su contenido, debe mágico, propio de brujos. Material para su estudio lo ofrece el Tratado de
aplicar~e. 1~ designación más específica de teotlatolli, disertaciones ac::ca las supersticiones de los naturales de esta Nueva España de Remando Ruiz
del~ ?1v1rudad. Tal es el caso de varios de aquellos que, a modo de o~acion, de Alarcón (1954) . Allí se conservan en su original algunos de los conjuros
se dmgen a Tloque Nahuaque, el dios supremo, Dueño de la cercanta Y la que recogió éste entre los brujos nahuas que aún ejercían sus funciones a

XXIX
XXVIII
,nci'pios del siolo XVII. Aunque literatura por esencia e t, .
pr,,, " d 1 . , so erica 1
llatolli encierra sorpresas e mayor rnteres. , e nahua.
El buen narrador:
Variada y rica, más de lo que pudiera sospecharse fue 1 d
de palabras gustosas, de palabras alegres,
raria en náhuatl. Mucho es lo que de ella se perdió p~ro taª pb~~ ucción lite. flores tiene en sus labios.
m ten so
rosos los textos que se conservan. n nurne- En su discurso las consejas abundan,
La mención de las fuentes en las que se conservan antigu de palabra correcta, brotan flores de su boca.
, . . d os textos li
ríos de los pue61os de1MeX1co antiguo, pone e manifiesto q tera. Su discurso: gustoso y alegre como las flores·
di · '
hablar d e una nea tra c10n terana, o si se prefiere de lit no es f antasía
· li · · ue de él es el lenguaje noble y la expresión cuid,adosa.
. , . , eratura e 1
tiempos preh1sparucos. n os
El mal narrador:
lenguaje descompuesto,
atropella las palabras;
labio comido, mal hablado.
Aspectos sobresalientes en la literatura náhuatl Narra cosas sin tino, las describe,
dice palabras vanas,
no tiene vergüenza. 16
La descripción de los textos que se conservan en idioma náhuatl d .
cuáles son los grandes temas de esta literatura indígena. Hay e lle¡a ~er ya
n e a IDltos y Verdadero artista del labio y la boca era el buen narrador. De él se dice
1eyendas, himnos sagrad os, diversas f ormas d e poesía épica lírica li .
d , . ]. . ' y re giosa que se esforzaba por lograr un lenguaje noble y una expresión cuidadosa.
:~ a :tnera e te~tro, c_ro~~as ~ 1tona, prosa didáctica, doctrinas acere~ Finalmente, se repite también que las flores o sean las metáforas y los sím-
e ~s . osEes ! aun os b~:rnc1p10s e do qued puede llamarse una filosofía pre- bolos, brotaban de sus labios. Todas esas metáforas características de las
hisparuca. xisten tam ten textos, re acta os a raíz de la Conquist 1 lenguas indígenas, daban a sus expresiones literarias un carácter inconfun-
'61 ¿· 1 .. , d 1
que es post e estu iar a v1s10n e os vencidos, el testimonio de' d
a, en os
· 1 · . . ¡a o por dible. Gracias a ellas y a otros recursos propios de estos idiomas, como
qwenes contemp aron ~ tuvieron conc1enc1a de la destrucción de su anti a son el difrasismo o expresión paralela que repite dos veces de manera dis-
cultura y manera de vida. gu tinta una misma idea, la yuxtaposición de palabras, las "frases broche", con
Por lo que toca a los idiomas en que se redactaron esos textos, tanto el que se abre y cierra un texto determinado, los antiguos poetas, oradores,
náhuatl como los otros, fueron medio, no sólo adecuado, sino también rico y historiadores y sabios pudieron crear cuadros extraordinarios en los que lo
de expresión elegante. Gracias a la yuxtaposición de raíces y de numerosos abstracto y lo concreto parecen aunarse para dar nueva vida a los mitos, las
sufijos y prefijos, es posible expresar en esas lenguas cualquier idea por abs- leyendas, las historias y doctrinas.
tracta y difícil que se suponga. Los mismos indígenas tuvieron conciencia de Tan elevada fue la estima que tuvieron esos pueblos por sus creaciones
los recursos literarios de las lenguas que hablaban. Por esto, se esforzaban en literarias que llegaron a concebir, como veremos más adelante, toda una
cultivar y transmitir el arte de 1a palabra. Así, entre los nahuas, en sus centros visión estética de la vida formulada por medio de la poesía, "las flores y
de educación se daba especial importancia al arte del buen decir, al cultivo del los cantos", como ellos la llamaban. No será pues extraño encontrar textos
tecpillatolli, o forma de expresión noble y cuidadosa. en los que los mismos poetas hablan de su angustia por encontrar la forma
capaz de expresar su intuición y pensamiento. Así, el señor Ayocuan, poeta
Esos pueblos, que tanto se destacaron en las artes plásticas, tuvieron tam-
oriundo de Tecamachalco, en el actual estado de Puebla, afirma que el
bién maestros y artistas de la palabra. Se conocen los nombres de varios de
origen de sus cantos está en el interior del cielo, pero que él, a pesar de su
sus más extraordinarios poetas e historiadores. De ellos nos ocuparemos en anhelo, es incapaz de decir lo que quiere:
los capítulos siguientes. Aquí tan sólo transcribiremos un breve texto en el
que se pinta la figura ideal del tlaquetzqui, o narrador, "aquel que, al hablar, Del interior del cielo vienen
hace ponerse de pie a las cosas". En este texto se muestra ya, al contr_ap~-- las bellas flores, los bellos cantos.
nerse las figuras del buen y del mal narrador, cuáles eran los ideales mcli- Los afea nuestro anhelo,
nuestra inventiva los echa a perder. 17
genas en el arte del bien decir:

El narrador : 16 Códice Matritense de la Real Academia, fol. 122.


17 Colección de Cantares Mexica11os, fol. 9 v.
donairoso, dice las cosas con gracia,
1 •
artista del labio y la boca.
XXXI

XXX
Inspiración O intuición, anhelo o i?ventiva, f_lor~s y cantos, o sea, metá-
r símbolos, son el alma de las literaturas indígenas. En vez de tratar
roras y , bº . dº .
de reducir a reglas o principios mas o menos ar ltranos sus 1stmtas formas
de expresión, invitamos a quien esto lee a descubrir por sí mismo el valor
literario y humano de las composiciones indígenas. A continuación estudia-
remos muchas de ellas, traducidas en su mayoría por el autor de este libro
Para quien desee acercarse a los textos en la propia lengua indígena s~
ofrecen al final de este trabajo las correspondientes referencias bibliog;áfi-
cas. Añadiré tan sólo que, en cada capítulo, al incluirse en él una determi-
nada forma de producción literaria del México antiguo, se ofrece una intro-
ducción específicamente relacionada con el texto correspondiente. Por de-
más está decir que tales párrafos introductorios buscan facilitar el acerca-
miento a creaciones literarias alejadas en el tiempo pero, por humanas en
fin de cuentas para nosotros también portadoras de significación. '

XXXII

Potrebbero piacerti anche