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Educación de la mujer en el virreinato del Perú en el

siglo XVI y XVII.


Ricardo Fuentes Castillo

Resumen

Se expondrán posturas de variados autores, de los cuales se extraerán partes


de las fuentes primarias que utilizaron para formar un esquema general de la
educación de la mujer en el virreinato del Perú en los siglos aproximados del
XVI y XVII y por consiguiente visualizar su papel en la sociedad colonial.

Abstract:

Positions of various authors will be exhibited, from which parts of the primary
sources will be extracted that will be used to form a general scheme of the
education of women in the viceroyalty of Peru in the approximate centuries of
the XVI and XVII and so that you can visualize His role in colonial society.

Objetivo general:

- Analizar la importancia de las órdenes conventuales y criollas basadas


en la lógica cristiano occidental y patriarcal, además de sus
características al interior del virreinato.

Objetivos específicos:

- Identificar las diferentes corrientes y principios que seguían las órdenes


conventuales para la formación de la figura de la mujer ejemplar para la
sociedad.
- Describir las principales características del modelo formativo y
moralizador aplicado a las mujeres en la sociedad colonial del virreinato
peruano.
Características de la educación de la mujer colonial.

Se tiene que señalar, para comenzar, que la mujer colonial se encontraba


subyugada a una visión sujeta por teólogos y educadores que promulgaban
patrones de convivencia “aptas” para la sociedad patriarcal imperante, modos
de actuar que se mantenían a un modelo de mujer cuyo comportamiento tenía
que mantenerse en la pureza, honor, sumisión y obediencia al hombre,
además, subsistir en un mundo en el que la arista intelectual se veía reducida
por la barrera de la inquisición, el enfoque educativo formal para el género
masculino y elitista. En este contexto la única forma de acceder a una
educación y protección es en los conventos y casas de recogimiento, cuyos
conocimientos y alfabetización era otorgado siempre bajo las pautas
conductuales mencionadas anteriormente, expresas en las bibliografías
importantes o fundamentales para la formación de las mujeres de elite,
correspondiendo a “El jardín de las nobles doncellas”, por el fraile Marín de
Córdova; “De cómo se ha de ordenar el tiempo para que sea bien expendido”
ensayo de Fray Fernando de Talavera; “Instrucción de la mujer cristiana”, de
Luis Vives y “La perfecta casada”, por Fray Luis de León, conformando un
compendio de instructivos que inducen el comportamiento de la mujer a la
figura deseada por el poder imperante. Por otro lado las mujeres de estratos
sociales bajos aprendían una alfabetización básica, también las interiorizaban
en cursos de enfermería, economía doméstica, costura y religión, de todos
modos su educación se apegaba a un esquema similar a las mujeres de mayor
poder económico, en el sentido de que se le consideraba inferior y servicial,
aunque impartiendose en condiciones precarias o deplorables.1 Es en esta
diferenciación educativa por clase en la que se tiene que hacer hincapié, las
mujeres de elite preparadas para ser casadas y las de bajos estratos para otras
finalidades, tal como lo menciona Leslie Bethell (1990) la diferencia de
estratos las obliga o condiciona a que dediquen su vida de formas totalmente
diferentes, mientras que el matrimonio era sumamente importante para
consolidar una posición social y seguridad económica para la familia o del
individuo, además de que cumplir la función material de extender la familia y
legitimar los descendientes, tema primordial para los estratos altos; los trabajos

1
Sara Beatriz Guardia. Mujeres peruanas, el otro lado de la historia. pp. 92 a 95.
manuales, de costura y de administración eran necesarios para mujeres que se
encuentran en una situación en la que el conyugue no logra solventar las
necesidades de la familia, realidad que se extiende en lo más amplio de los
estratos sociales bajos o medios de la sociedad colonial2, por lo que la
educación de las mujeres no solo se encontraba en visión de su posición de
mujer, si no que esta se encontraba bajo una mezcla que consideraba también
su posición socioeconómica.

Bethell (1990) también confirma el hecho de que la literatura de la época


dirigía la educación de la mujer a un enfoque instructivo de buena esposa y
madre, vivir una vida casta antes del matrimonio y habilidades domésticas,
además de que, en conjunto de la opinión de los teólogos, remarcaban la
posición social en la cual se encuentra en la mentalidad de las sociedades
coloniales, sin embargo señala que estos modelos de conducta estaban más
dirigidos a las elites femeninas, causando una asimilación de estos por los
estratos sociales más bajos, debido a que, como lo es en distintas esferas, las
clases sociales altas reflejaban un modelo que señalaba las pautas de la
época, las cuales se aprendía de manera informal, instancia en la que durante
la infancia y la pubertad recibían una educación de acuerdo a su papel como
esposa y madre, reafirmando su posición social, considerando además de que
existían diferencias en cuanto conductas y expectativas según la clase a la que
pertenecía. Destaca también que las bases educativas de la mujer colonial son
una herencia proveniente de la cultura española, por lo que su educación, en el
caso de la elite, no debía evidenciarse y mantenerse en el claustro, debido a
esto abundo su desarrollo en conventos, corregimientos, haciendo que no sea
de extrañar el hecho de que la mayoría de las mujeres que desarrollaron obras
literarias fueran monjas, siendo que los conventos incentivaron de mayor
manera la instrucción y una implícita libertad de expresión3. En este sentido
Martina Vinatea Recoba (2008) señala que, en el caso del virreinato peruano,
existieron centros para la enseñanza para niñas y jóvenes, lo cual fue producto
de los pensamientos de origen humanista que aseguraban la alfabetización
como un elemento básico para el funcionamiento de la sociedad moderna, en

2
Leslie Bethell. Historia de America Latina. Tomo N° 4, pp. 115 a 117.
3
Op cit. Historia de América Latina. Tomo N° 4, pp.
la que la mujer no podía quedar aparte, es de esta forma en que se establecen
centros de instrucción femenina y la aceptación de alumnas para los
conventos, los cuales entregaban una instrucción elevada, sin embargo estas
entidades educadoras eran costosas y al mismo tiempo cambiaba
drásticamente el modo de vida de las jóvenes que se interiorizaban en estas,
adentrándose en la educación que se basaba en los ideales de la sociedad
colonial, la religión y el hogar, por el contrario, su instrucción también constaba
con la tutoría en materias como clases de lectura, escritura, aritmética, un latín
básico, canto e instrumentos, además de un enfoque humanístico de la
educación por medio de representaciones teatrales, de esta forma, daba como
resultado a que las monjas, y en especial las mojas de velo negro, conformaron
una encapsulada aristocracia que contenía una educación más elevada que el
resto del universo femenino en el territorio del virreinato del Perú, con un poder
económico y político considerable4, pero es muy importante señalar que, según
Pilar Gonzalbo (1987), las monjas o mujeres que seguían el camino religioso
eran una minoría5.

En el caso de las beatas, Alejandra Araya (2004) indica que estas entidades
religiosas correspondían a un nivel más bajo que a las monjas de velo negro,
eran conocidas como sus sub alternas o monjas de velo blanco, dualidad en la
cual el concilio de Trento diferencio de forma clara tras establecer que la vida
monjil perfecta correspondía a la que seguía los botos de castidad, pobreza,
clausura y obediencia. Se componían principalmente en mujeres de escasos
recursos, criollas y mestizas, las cuales nunca tuvieron el estatus de religiosas,
por lo que el pago de dotes era poco evidente, llevaban una vida de
recogimiento, ocupándose de orar y participando en obras de caridad, sin
embargo es fundamental aclarar que según su elección podían vivir al interior o
exterior de la comunidad, por lo que contaban con una autonomía, bajo una
vida piadosa que bordeaba los límites de lo aceptado para lo que debería ser
una mujer según la sociedad colonial, por lo que, durante el siglo XVI
estuvieron bajo el ojo de la inquisición debido a su autonomía y ofrecimiento de

4
Martina Vinatea Recoba. Mujeres escritoras en el virreinato peruano durante los siglos XVI y XVII. pp.
148 – 149.
5
Aizpuru, P. (1987). LA EDUCACIÓN PARA EL MATRIMONIO. En Las mujeres en la Nueva España:
Educación y vida cotidiana. pp. 149.
servicios espirituales sin el control de una figura masculina, de esto se da como
resultado a que se les asociara su figura con herejías como ilusas y
alumbradas. Es esta característica autonomía que representa a las beatas la
cual abre una apertura a una opción de vida espiritual y personal que calzaba
a la perfección con las mujeres que no se identificaban con la obediencia, el
silencio y el encierro, es por esto que la promulgación de la bula Circa
Pastoralis por Pio V en 1566 buscaba, entre sus objetivos, hacer solemne el
boto de Clausura y obediencia, por lo que el cierre de varios beaterios se llevó
a cabo6. En este aspecto, sobre la oposición de la iglesia a la autonomía de las
mujeres beatas, es importante considerar el testimonio de P. Calancha,
recatado por Javier Campos (2011)7, indicando las características distintivas
del monasterio del prado en Lima:

“Solo se ve quietud, silencio y soledad, señas ciertas que Dios triunfa,


los bienaventurados se festejan, los demonios y vicios se acorralan, los
ángeles discantan con instrumentos y oraciones y con olorosos humos
sahúman los cielos… Esto se medra con soledad y silencio; ruido y
oración no se compadecen y hermanan. Esto se conoce en este Prado de
la Virgen, y para ser a los ojos de Dios más amable, no sólo la habitación
y hábito es humilde, sino que sus monjas estudian en serlo y parecerlo;
su humildad y menosprecio las hará santas, y las hace de Dios
queridas esposas”(pp. 1224) 8

Queda en evidencia en los pasajes anteriores que el concepto ideal de mujer


en la época colonial desde la perspectiva de la esfera católica debe ser aquella
que este en clausura, en silencio y demostrar humildad, esto extrapolando la
realidad de la mentalidad católica de “esposa de Dios” a “esposa común y
corriente” de la sociedad colonial. Es de esta forma en que este esquema de
pensamiento influyo en la sociedad colonial según lo dicho por René Salinas y

6
Araya Espinoza, Alejandra. Las beatas en Chile colonial: en el corazón de lo social y en el margen de la
historiografía, pp. 17, 18 y 19.
7
El autor extrae el escrito de CALANCHA, A. de la, y TORRES, B. de, Crónicas Agustinianas del Perú.
Madrid 1972, t. I, pp. 765-943. Edición, introducción y notas, de M. Merino, 2 ts.
8
Extraído de: “La clausura femenina en el Mundo Hispánico: una fidelidad secular”. Coord. Francisco
Javier Campos y Fernández de Sevilla: Simposium (XIX Edición) San Lorenzo del Escorial, 2 al 5 de
septiembre, Vol. 2, 2011, ISBN 978-84-86161-67-5, págs. 1209-1248
Nicolás Corvalán (1996) quienes señalan que la moral de la época es una
misma entidad, es decir moral social-católica, cuyo comportamiento y escala de
valores fueron establecidos por la iglesia, lo que hace que la ley sea concebida
directamente de Dios, además de considerar que el modelo familiar y
matrimonial que impulso la iglesia católica tenía como objetivo instaurar un
estándar de conducta social que estructuraría las relaciones que existían entre
los jóvenes de ambos sexos, lo que consagra a la autoridad paterna como el
eje central de las relaciones familiares, siendo este un modelo que permite el
control sobre la sociedad, por medio de la familia, la cual, debido al contexto de
la época, encuentra su génesis en el matrimonio. En base a lo anterior se
puede evidenciar por medio de lo que menciona Patricia Martínez i Álvarez
(2000) destacando que la participación de la mujer en la colonia fue
configurado desde un ideario masculino, reproduciendo patrones esquemas
sociales y mentales del viejo continente9, debido a esto es que el enfoque de
educación de las mujeres destinada a aquellas blancas y criollas se replicara a
un nivel general en el contexto hispanoamericano.

En visión focalizada a lo que es la educación en el matrimonio, Pilar


Gonzalvo (1987) menciona la figura femenina que se formaba en el colegio de
Caridad era ejemplo de lo más deseable de la época, una esposa ama de casa
y madre de familia, la cual se basaba en las características de trato modesto,
canto agraciado y conocedora de la doctrina cristiana10 lo cual se atestigua en
un extracto que es señalado por la misma autora:

“provean cómo las dichas huérfanas tengan personas que las


industrien en labrar, coser, tener, hilar lino y lana y hacer oficios mujeriles
con que se puedan ejercitar, y de lo que así obraren se puedan vestir y
después, cuando Dios les diere compañía se sepan regir.” (p. 160)11

9
i Àlvarez, P. V. M. (2000). La construcción del sujeto femenino religioso: Úrsula de Jesús en el contexto
limeño del siglo XVII.
10
Aizpuru, P. (1987). LA EDUCACIÓN PARA EL MATRIMONIO. En Las mujeres en la Nueva España:
Educación y vida cotidiana. pp. 160. Aunque la autora enfatiza en un ejemplo Novohispano, este es
utilizado con la finalidad de caracterizar el modelo de mujer criolla o española ideal para la época
colonial, el cual se esquematizo en lo amplio de las posesiones controladas por la corona.
11
Ibid.p 160.
Conclusión

Es evidente que la sociedad colonial se esquematizaba debido a los cánones


de los cuales se guiaban tanto las instituciones como los colonizadores que lo
acompañaban, la mujer en este sistema heredado del viejo mundo se tendría
que ver obligada y sometida a tales pautas que regían su vida cotidiana y
privada ya sea desde una vida en claustro o en un instituto colegiado, su rol en
la sociedad, el cual es remarcado bajo las pautas educacionales que se
acomodaban y a la vez reforzaban estas, permitían que se sumiera su figura a
la labor pasiva característica de sumisión, amabilidad y obediencia a la figura
varonil. Tal figura que era aceptada por la sociedad colonial para el
cumplimiento de su rol como potencial esposa la hacen un instrumento de la
época que se utilizaba, en la mayoría de los casos, tanto para la estabilidad
económica de la familia y de la misma involucrada.

Los aspectos que involucran la educación de la sociedad colonial heredada de


la sociedad ibérica, hace que se vea la realidad de este siglo en retrospectiva,
se evidencia una repercusión que perduro al paso de los años haciendo que
este imaginario de la mujer que se mantenga pasiva, servicial y sumisa se
proyecte hasta hoy en día en el imaginario colectivo, que a lo mejor no se
evidencia en el mundo cotidiano de la educación en tanto lo que es formal de
una manera explícita, si en el caso de la educación informal y en el modo de
actuar de las personas que conviven en la sociedad actual, como los dichos de
una mujer que se encuentra, según esta gente, con edad avanzada y menos
apta para casarse, hacen que se señale un pensamiento de que la mujer esta
con la necesidad de casarse, por lo que señala un atisbo de un pensamiento
colonial de herencia medieval que hace que parte de su logros de vida gire en
torno a esta institución.
Bibliografía y referencias.

 Araya Espinoza, Alejandra. Las beatas en Chile colonial : en el corazón


de lo social y en el margen de la historiografía . Disponible en Memoria
Chilena, Biblioteca Nacional de Chile
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-78507.html .
 Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla. Monacato femenino y
recolección. Ntra. Sra. del Prado de Lima, fidelidad y crisis del
Setecientos (1650-1800). Localización: La clausura femenina en el
Mundo Hispánico: una fidelidad secular : Simposium (XIX Edición) San
Lorenzo del Escorial, 2 al 5 de septiembre / coord. por Francisco Javier
Campos y Fernández de Sevilla, Vol. 2, 2011, ISBN 978-84-86161-67-5,
págs. 1209-1248.
 i Àlvarez, P. V. M. (2000). La construcción del sujeto femenino religioso:
Úrsula de Jesús en el contexto limeño del siglo XVII. Anthropologica,
18(18), 175-194.
 Ed. Bethell L. (1990) Historia de América Latina. Tomo N° 4. España,
Barcelona. Crítica.
 Martina Vinatea Recoba. Mujeres escritoras en el virreinato peruano
durante los siglos XVI y XVII. Histórica, ISSN 0252-8894, Vol. 32, Nº. 1,
2008, págs. 147-160
 Sara Beatriz Guardia (2002). Mujeres peruanas, el otro lado de la
historia. Perú, Lima :MINERVA
 Aizpuru, P. (1987). LA EDUCACIÓN PARA EL MATRIMONIO. En Las
mujeres en la Nueva España: Educación y vida cotidiana (pp. 149-212).
México, D.F.: Colegio de Mexico. doi:10.2307/j.ctv513bk8.12

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