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Víctor Jimmy Arbulú Martínez

DERECHO
PROCESAL
PENAL
Un enfoque doctrinario
y jurisprudencial

TOMO II
DERECHO PROCESAL PENAL.
UN ENFOQUE DOCTRINARIO Y
JURISPRUDENCIAL
TOMO II

PRIMERA EDICIÓN
MAYO 2015

6,140 ejemplares

© Víctor Jimmy Arbulú Martínez

© Gaceta Jurídica S.A.

PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN
TOTAL O PARCIAL
DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. N° 822

HECHO EL DEPÓSITO LEGAL EN LA


BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ
2015-05908

LEY Nº 26905 / D.S. Nº 017-98-ED

ISBN OBRA COMPLETA: 978-612-311-249-3


ISBN TOMO II: 978-612-311-251-6

REGISTRO DE PROYECTO EDITORIAL


31501221500512

DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
Martha Hidalgo Rivero

DIAGRAMACIÓN DE INTERIORES
Gabriela Córdova Torres

Gaceta Jurídica S.A.


Angamos Oeste 526-Miraflores
Lima 18-Perú
Central Telefónica: (01)710-8900
Fax: 241-2323
E-mail: ventas@gacetajuridica.com.pe
Impreso en:
Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto 201-Surquillo
Lima 34-Perú
Capítulo V
Los alegatos finales

Este es un tramo que a veces se hace complicado, porque queda a discre-


ción del tribunal controlar el análisis que hará cada parte desde su pretensión.
El CPPMI señala algunas reglas cuando culmina la actuación probatoria:
“318. Discusión final y clausura. Terminada la recepción de las prue-
bas, el presidente concederá sucesivamente la palabra al Ministerio
Público, al querellante, al actor civil, a los defensores del imputado, a
los abogados del tercero civilmente demandado, para que, en ese or-
den, limiten sus conclusiones.
Las partes civiles limitarán su informe a los puntos concernientes a la
responsabilidad civil. En ese momento, el actor civil deberá concluir,
fijando su pretensión para la sentencia, incluso, en su caso, el impor-
te de la indemnización. Sin embargo, de conformidad con el impu-
tado y, eventualmente, con el tercero civilmente demandado, podrá
dejar la estimación del importe indemnizatorio para el procedimien-
to de ejecución de la sentencia.
Si intervinieren dos representantes del Ministerio Público o dos abo-
gados por alguno de los demás intervinientes, todos podrán hablar di-
vidiéndose la tarea.
Solo el Ministerio Público y el defensor del imputado podrán replicar,
corresponderá al segundo la última palabra. La réplica deberá limitar-
se a la refutación de los argumentos adversarios que antes no hubie-
ren sido objeto del informe.
En caso de manifiesto abuso de la palabra, el presidente llamará la
atención al orador, y si este persistiere, podrá limitar prudentemente
el tiempo del informe, teniendo en cuenta la naturaleza de los hechos
en examen, las pruebas recibidas y las cuestiones a resolver. Venci-
do el plazo, el orador deberá emitir sus conclusiones; la omisión im-
plicará incumplimiento de la función o abandono injustificado de la
defensa.

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Por último, el presidente preguntará al imputado si tiene algo más que


manifestar, concediéndole la palabra, y cerrará el debate”.
En el NCPP la esencia del alegato es la exposición de los argumentos de
las partes de sus teorías del caso. En este alegato se realizará oralmente un aná-
lisis de la prueba actuada y las conclusiones de este examen. Si el fiscal logró
probar su caso y si la defensa logró refutarlo.
Concluido el juicio oral se desarrolla una discusión final en el siguiente
orden conforme al artículo 386 del NCPP, exposición oral del fiscal; alegatos
de los abogados del actor civil y del tercero civil; alegatos del abogado de-
fensor del acusado; autodefensa del acusado estableciéndose algunas reglas.
No podrán leerse escritos sin perjuicio de la lectura parcial de notas para
ayudar a la memoria o el empleo de medios gráficos o audio visuales para una
mejor ilustración al juez.
El agraviado si está presente y desea exponer, se le concederá la palabra,
aunque no haya intervenido en el proceso.
Siempre la última palabra le corresponde al acusado.
Tiempo. El juez penal concederá la palabra por un tiempo prudencial to-
mando en cuenta la complejidad del caso.
Al finalizar el alegato, el orador expresará sus conclusiones de un modo
concreto.
Control del tiempo. Los discursos no deberán ser larguísimos, por lo que
es el juez penal quien llamará la atención al orador y, si este continúan le fija-
ra un tiempo límite en el que culminará el alegato.
Con la autodefensa del acusado el juez penal declarará cerrado el debate.
No es obligatoria la participación del acusado, pero esto tiene que ser fijado
por la defensa como parte de su estrategia ¿es conveniente su intervención?
¿Ayudará su alegato? Estas preguntas deberán responderse a la defensa antes
de tomar la decisión para que el acusado realice su autodefensa.

I. Alegato del fiscal


El fiscal como titular de la acción penal al final de la etapa de producción
de pruebas realizara su alegato teniendo varias alternativas:

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- Si cree que en el juicio se han probado los cargos contra el acusado


sustentará oralmente la acusación, estableciendo los hechos probados
y las pruebas en que se fundan, la calificación jurídica, la responsabi-
lidad penal y civil del acusado, de ser el caso del tercero civil y soli-
citará al final pena y reparación civil.
- Si el fiscal considera que del juicio han surgido nuevas razones para
pedir aumento o disminución de la pena o la reparación civil solicita-
da en la acusación escrita, destacará dichas razones y pedirá la respec-
tiva pena o reparación civil. Además podrá solicitar que se imponga
al acusado si fuese el caso una medida de seguridad, pero con la con-
dición que se hubiere sometido está al debate contradictorio. Además
en ese acto podrá corregir simples errores materiales o incluir alguna
circunstancia, pero que no modifique la imputación ni provoque in-
defensión, y sin que sea considerada una acusación complementaria
que tiene un régimen preestablecido.
- Si considera que los cargos formulados contra el acusado han sido de-
bilitados, retirará la acusación bajo las siguientes reglas: El juez des-
pués de oír a los abogados de las demás partes, resolverá en la misma
audiencia lo que corresponda o la suspenderá por el término de dos
días hábiles.
Reabierta la audiencia, si el juzgador está de acuerdo con el requerimien-
to del fiscal, dictará auto dando por retirada la acusación, ordenará la libertad
del imputado si estuviese preso y dispondrá el sobreseimiento definitivo de la
causa. El juez si está en desacuerdo elevará los autos al fiscal superior para que
decida dentro del tercer día, si el fiscal inferior acusa o aprueba el dictamen
de no acusar (art. 387 del NCPP). La decisión del fiscal superior es vinculante
al fiscal inferior y al juez. Si opina que acuse el juez controlará posteriormen-
te la acusación, y si decide aprobar el desistimiento de la acción penal, el juez
deberá dictar sí o sí el sobreseimiento.

II. Alegato del actor civil


La exposición del abogado del actor civil se centrará en la pretensión re-
paratoria de la que es titular. Deberá argumentar sobre el agravio ocasionado
a la víctima, demostrará el derecho a la reparación y destacará la cuantía del
monto de indemnización, solicitando en aplicación de los artículos 92 y 93
del CP la restitución del bien si fuera posible o el pago del valor (art. 388.1).

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Una deficiencia en las defensas es acreditar el monto indemnizable des-


de una perspectiva probatoria, y esto es más grave si se ha constituido en ac-
tor civil. Muchas veces no ofrecen medios para probar los daños por lo que a
criterio del juez estimarlo.

La reparación civil siendo una consecuencia de la condena como regla


general, aunque recordemos que en sobreseimiento el juez si se ha acredita-
do una relación causal entre el hecho y el daño causado podrá fijar un mon-
to indemnizatorio.

Si bien se le sujeta al actor civil a que solo persiga la reparación, esta de-
viene de la determinación de culpabilidad del agente, por lo que puede escla-
recer con toda amplitud los hechos delictuosos en tanto sean relevantes para la
imputación de la responsabilidad civil, así como el conjunto de circunstancias
que influyan en su apreciación. Está prohibido de calificar el delito.

III. Alegato del tercero civil


La defensa tiene la facultad de denegar la existencia del hecho imputado
al procesado, o refutar la existencia de la responsabilidad civil, la magnitud
del daño y el monto de la indemnización (art. 389.1).

El abogado del tercero civil podrá referirse íntegramente al hecho objeto


de imputación y, sin cuestionar el ámbito penal de esta, y resaltar la inexisten-
cia de los criterios de imputación de Derecho Civil. Deberá probar la inexis-
tencia de vínculo con el imputado, de tal forma que no sea merecedor de la
sanción civil.

IV. Alegato de la defensa


La defensa técnica del acusado al presentar su alegato final deberá analizar
los argumentos del fiscal y las partes sobre la imputación a su patrocinado, es
decir, si han podido probar su caso en la medida que el acusado goza del de-
recho a la presunción de inocencia. Examinará los elementos y circunstancias
del delito, la responsabilidad penal y grado de participación que se atribuye a
su cliente, la pena y la reparación civil solicitados, rebatiéndolas.

Si es que ha presentado una teoría del caso de refutación alegara si es que


ha podido acreditarla durante la actuación probatoria, realizando una valora-
ción de las pruebas de descargo. Al concluir deberá solicitar la absolución del

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acusado o la atenuación de la pena, o de ser el caso cualquier otro pedido que


favorezca a su patrocinado (art. 392.2).

V. Autodefensa del acusado


En el derecho comparado tenemos que la autodefensa o defensa materia
del acusado se encuentra regulado en varios códigos adjetivos: En el Código
de Procedimiento Penal italiano (1989) en su artículo 523, inciso 5, dispo-
ne que: “En cualquier caso, el imputado y el defensor tendrán derecho a la úl-
tima palabra si así lo solicitan, debiendo observarse este derecho bajo pena de
nulidad del juicio. No hace distingo entre defensa técnica y material, y cons-
tituye un vicio de nulidad absoluta. De esto se infiere que la autodefensa tiene
un peso específico en el procedimiento italiano.
El Código de Proceso Penal de Portugal (1987), en su artículo 361, in-
ciso 1 establece: “Findas as alegacoes o presidente pergunta ao argüido se
teni mais alguma coisa a alegar em sua defensa, ovindo-o cm ludo o que de-
clarar bem déla”; de allí que se equipara su exposición a un alegato en el que
existe valoración de pruebas, y tratándose del acusado este aportara en el jui-
cio de hechos.
La Ley de Enjuiciamiento Criminal española de 1882 y su artículo 739
estatuye que: “Terminada la acusación y la defensa, el Presidente pregunta-
rá a los procesados si tienen algo que manifestar al tribunal. Al que contestare
afirmativamente le será concedida la palabra. El presidente cuidará de que los
procesados, al usarla no ofendan la moral ni falten el respeto debido al tribu-
nal, ni a las consideraciones correspondientes a todas las personas y que se ci-
ñan a lo que sea pertinente, retirándoles la palabra en caso necesario”. La de-
fensa material es facultad del acusado, él es quien decide si va a exponer he-
chos a su favor.
La Ordenanza Procesal Penal de Alemania 1879 en el artículo 258, inci-
so 3, dispone que: “Aunque un abogado defensor haya hablado por el acusa-
do, se le debe preguntar a este si tiene algo más que alegar para su defensa”.
Entonces es un mecanismo que usa a su favor.
El Código Procesal Penal de Costa Rica (según reforma que entró en vi-
goren 1998), en su artículo 358 expresa: “Clausura del debate. Si está presen-
te la víctima y desea exponer, se le concederá la palabra, aunque no haya in-
tervenido en el procedimiento. Por último quien preside, preguntará al impu-
tado si tiene algo más que manifestar. Inmediatamente después declarará ce-
rrado el debate”.

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El Código Procesal Penal chileno (1999), cuyo artículo 3387 al final reza:
“Por último se otorgará al acusado la palabra para que manifestare lo que esti-
mare conveniente. A continuación se declarará cerrado el debate”.
En Argentina, se ha seguido la fórmula del Código Procesal Penal de la
Nación (1987) que en su artículo 393 en lo pertinente dice que: “En último tér-
mino el presidente preguntará al imputado si tiene algo que manifestar, convo-
cará a las partes a audiencia para la lectura de la sentencia y cerrará el debate”.
El otorgamiento de la última palabra al acusado al llegarse al final del de-
bate oral, se inserta sin mayor esfuerzo en el derecho “de audiencia” o a “ser
oído” en el proceso, aquí, el penal(228). En la experiencia vemos que en los jui-
cios hay un afán de decir algo por los acusados, y se les recomienda que lo ha-
gan por intermedio de su abogado, porque existe el momento en el que pueden
decir algo libremente, sin ser sometidos a interrogatorios. En esta apreciación
esta también el reconocimiento del inculpado como persona y no como obje-
to de la investigación(229).
La defensa material no se trata de una cabal “declaración” como lo ha se-
ñalado la jurisprudencia comparada como la de la Corte Suprema de Justicia
de Costa Rica, al sentenciar que: “Estas manifestaciones se quieren espontá-
neas y libres por parte del acusado, sin la presión y formalidad de la intima-
ción de los cargos y de la eventual confrontación de su dicho en un interroga-
torio por las partes intervinientes, es decir, se quiere que sean manifestaciones
fuera del periodo de prueba, una vez emitidas las conclusiones de las partes y
finalizada ‘la escena’ del debate, pues solo en esta dimensión se comprende el
significado que poseen para la defensa material del imputado (...)”(230).
En el NCPP concluido los alegatos se le concederá la palabra para que ex-
ponga lo que estime a su favor. Entonces este alegato tendrá que ser parte de
la valoración que hará el juzgador al momento de resolver, pues si se le con-
sidera como un rito más, sin efectos procesales no tiene ningún sentido que
se le otorgue este derecho. Además la forma como se le ha estructurado en el
NCPP, es ponerle un tiempo que no tendría mayor relevancia, puesto que un
juicio oral debe tener un control de los tiempos tratando de buscar un punto
medio que no afecta el derecho a la defensa, entonces la limitación de tiem-
pos no solo debe ser para el acusado sino debe contemplarse para los alegatos

(228) BERTOLINO, Pedro J. “El derecho a la “última palabra” en el juicio penal oral”. En: El derecho al
proceso judicial. Temis, Bogotá, 2003, p. 41.
(229) Ídem.
(230) Ibídem, p. 43.

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orales tanto del fiscal como de las defensas técnicas. En el artículo 391.1 se
fija que si el acusado no cumple con la limitación se le pondrá llamar la aten-
ción y requerirlo para que concrete su exposición. Igualmente como no hay
regla tasada para fijar el tiempo, este tiene que guardar relación con la natura-
leza del delito imputado y la solicitud de pena, por ejemplo, en un caso donde
el acusado enfrente una pena de cadena perpetua.
Si el acusado incumple la limitación de tiempo el juzgador deberá dar
por terminada la exposición y en caso grave se le desalojará de la sala de au-
diencias (art. 321.2). En realidad cuando el comportamiento del acusado alte-
re el orden que se debe seguir en una sala de audiencias el juzgador con base
en el control disciplinario puede ordenar que se le desaloje al acusado, y esto
se aplica a cualquiera que altere el normal desenvolvimiento de la audiencia,
y además es una repetición del numeral 4 del artículo 364. Este artículo versa
sobre el poder disciplinario de los jueces frene a todos los sujetos procesales
y personas que asistan a una audiencia.
Nos parece que este artículo es deficiente en su redacción y en todo caso
debió establecer algunas pautas para poder darle contenido a lo que se consi-
dera “útil a su defensa” omisión que se advierte. Además establecer algunas
reglas de valoración de este alegato oral, de tal forma que tenga algún sentido
que un acusado exponga hechos a su favor.
La defensa material es una especie de alegatos sobre hechos y si bien en
la medida que el imputado es un lego en derecho por la experiencia judicial se
advierte que no aporta mucho. Habría que establecer algunas reglas simples
que puedan ser trasmitidas por el abogado o desde la judicatura para permitir
que este acto sea útil y relevante en el proceso, garantizando verdaderamente
el derecho a la defensa. Valgan verdades, este alegato en el viejo procedimien-
to se instrumentaliza para poder manejar los plazos de emisión de sentencia,
desvirtuando el sentido de esta institución.

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