TRIBUNAL : JUZGADO DE LETRAS DEL TRABAJO DE CONSTITUCIÓN.
JUEZ : Gustavo Benavente Mora. RIT : A-90-2013. RUC : 13-3-0079056-3. CARATULADO : “A.F.P. PROVIDA S.A CON CÁCERES PALMA MARISOL” DEMANDANTE : ADMINISTRADORA DE FONDO DE PENSIONES PROVIDA S.A. R.U.T. : 98.000.400-7. DEMANDADO : MARISOL DEL CARMEN CÁCERES PALMA. R.U.T. : 10.139.145-0. PROCEDIMIENTO : Ejecutivo Previsional Antiguo. INGRESO : 27 de marzo de 2013.
Constitución, veintisiete de agosto de dos mil dieciocho.
VISTOS, TENIENDO PRESENTE Y CONSIDERANDO
PRIMERO: Que, comparece la ADMINISTRADORA DE FONDOS DE
PENSIONES PROVIDA S.A., R.U.T N° 98.000.400-7, del giro de su denominación, domiciliada en Pedro de Valdivia N° 100, Santiago, representada por don Raúl Troncoso Del Piano, deduciendo demanda ejecutiva en contra de doña MARISOL DEL CARMEN CÁCERES PALMA, ignora profesión, domiciliada en calle Infante N° 585, Constitución, por la suma en capital de $ 10.158.- por concepto de cotizaciones previsionales impagas de la trabajadora Lucila Ortega Núñez, R.U.N. N° 11.563.826-2, correspondiente al periodo del mes de agosto del año 1998, más los reajustes intereses y recargos establecidos en el Decreto Ley N° 3.500 del año 1980, devengados entre la fecha en que las referidas cotizaciones debieron ser pagadas y el día de su pago efectivo. Expresa además que la deuda es líquida, actualmente exigible y no se encuentra prescrita, por lo que solicita se ordene en definitiva, seguir adelante con la ejecución hasta el entero y cumplido pago de lo adeudado, con costas.
SEGUNDO: Que, en tiempo y forma la ejecutada se opuso a la ejecución
con costas, invocando la excepción del N° 17 del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, relacionada con lo dispuesto en el artículo 5 N° 5 de la Ley N° 17.322 y sus consiguientes modificaciones por la Ley 20.023 y el artículo 19 inciso 19 del Decreto Ley N° 3.500 de 1980, esto es, la prescripción de la acción ejecutiva, solicitando se acoja dicha excepción y se rechace la demanda. Expone que, tal cual se desprende en la demanda de autos, pues se cobra la suma de $ 10.158.- (por resolución N° 01753594) correspondiente al periodo de agosto de 1998 habiendo transcurrido ya, más de diez años desde que se hizo exigible, a la fecha de notificación de la demanda y del respectivo requerimiento de pago, ambos el 25 de octubre de 2017. Precisando que, el término de los servicios y/o relación laboral se produjo durante el año 1999. Concluye solicitando tener por opuesta la excepción, rechazándola con costas.
TERCERO: Que, la ejecutante con fecha 02 de octubre de 2017 solicita
se rechace la excepción opuesta, argumentando que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 2.492 del Código Civil, los elementos de la prescripción extintiva son, el transcurso del tiempo y la inactividad del acreedor o titular del derecho, indicando con ello, que no cabe duda que lo que se extingue por la prescripción es la acción y no la obligación, en otros términos, se priva al acreedor de la posibilidad de compeler judicialmente al deudor a que cumpla la obligación. Agrega que en virtud del artículo 31 de la Ley N° 17.322, la prescripción que extingue las acciones de cobro de las cotizaciones de seguridad social, multas, reajustes e intereses, es de cinco años y se cuenta desde el término de los respectivos servicios. Señala que, en base a esto, la prueba de la parte ejecutada deberá dirigirse a la acreditación de la existencia del término de los servicios y la fecha en que se produjo. Indica que la Ley N° 17.322 nada dice o hace remisión a la forma en que deben valorarse los distintos medios de prueba, pero señala una norma clarificadora, esto es, el artículo 5° de la Ley N° 17.322 el cual remite la valoración de la prueba conforme a las normas del Código de Procedimiento Civil. Luego asevera que el artículo 456 del Código del Trabajo no es aplicable en materia de cobranza ejecutiva previsional respecto de los distintos medios de prueba, no resultando aplicable, el principio de primacía de la realidad en este procedimiento. Advierte que en el evento de declarar admisible la excepción opuesta, le corresponde a la parte demandada probar la excepción opuesta de acuerdo a medios de prueba idóneos y objetivos y regirse por las normas del Código de Procedimiento Civil sobre prueba legal tasada y en ningún caso sana crítica. Continua señalando que, la fecha de término de los respectivos servicios debe ser acreditada por medios pertinentes e idóneos, como por ejemplo, sentencias declarativas laborales ejecutoriadas, cartas de renuncia pasadas ante notario o ministro de fe pertinente, actas del inspector del trabajo o bien el finiquito del contrato de trabajo válidamente suscrito por cada trabajador, conforme a la legislación chilena. Por ende, relacionado lo anterior con lo descrito en el artículo 162 del Código del Trabajo y lo dispuesto en la Ley N° 19.631, para que el finiquito tenga validez y se estime soberanamente como plena prueba, debe estar acorde con el artículo 177 del Código del Trabajo, por ende y, en el evento de que dichos finiquitos sean autorizados por ministro de fe actuante, con la advertencia de que no pagó las cotizaciones previsionales, no ponen término a la relación laboral que se pretende declarar prescrita, siendo dable concluir que si no se interpuso la excepción de pago correspondiente, los documentos pertinentes no cumplirían con el requisito del artículo 31 bis de la Ley N° 17.322. Concluye, solicitando se declare la inadmisibilidad de la excepción opuesta, debiendo ser rechazada.
CUARTO: Que, el 04 de octubre de 2017, se declaró admisible la
excepción opuesta y se recibió a prueba por el término legal. Al efecto, y con el fin de acreditar sus asertos, la parte ejecutada rindió prueba testimonial. Concluido el término probatorio, se citó a las partes para oír sentencia.
QUINTO: Que, se desprende del certificado de cotizaciones históricas de
la trabajadora Lucila Del Carmen Ortega Núñez, que a contar del mes de febrero de 2000 y hasta el mes de octubre del año 2006, es decir, por más de seis años, figura sin empleador. Luego de dicho mes, y únicamente por dos periodos, registra como empleador a Gonzalo Fravega Quiros, bajo el R.U.T. pagador N° 12.296.892-7, para posteriormente continuar “sin información” hasta el mes de abril de 2010, periodo en el cual registra cotización a contar del mes siguiente – mayo de 2010 – y hasta el mes de noviembre del mismo año como empleador al Cuerpo Militar del Trabajo, bajo el R.U.T. pagador N° 61.101.037-0. Hechos que relacionados entre sí, el tiempo transcurrido desde que la trabajadora aparece con diversos empleadores distintos al ejecutado, la fecha de notificación de la demanda, y lo previstos por los artículos 47 y 1712 del Código Civil y 426 y 427 del Código de Procedimiento Civil; se concluye que al menos desde el mes de febrero del año 2000, la relación laboral habida entre el ejecutante y el ejecutado, ha concluido. SEXTO: Que, a mayor abundamiento, y con el mérito de las declaraciones testimoniales de doña Lorena Veronica Méndez Arellano y doña María Alejandra Sepulveda Moran, quienes depusieron sin tacha de inhabilidad para declarar en juicio y atendido lo dispuesto por el artículo 382 N° 2 del Código de Procedimiento Civil; se debe tener igualmente por acreditado que las relaciones laborales que el demandado tuvo en carácter de empleador con la trabajadora individualizada precedentemente, efectivamente concluyó en una época de tal antigüedad, que ha de concluirse que la acción impetrada se encuentra prescrita. En efecto, pues yendo más allá de la información que otorgan los antecedentes documentales analizados, los testigos son contestes en señalar que prestó servicios al ejecutado hasta el año 1999, época en la cual data el término de la relación laboral entre este último y el trabajador, nombrándola al efecto.
SÉPTIMO: Que, habiendo quedado dilucidada la situación jurídica de la
acción de cobro respecto de la trabajadora Lucila Ortega Núñez, es menester analizar la defensa efectuada por la parte ejecutante en razón a no ser aplicable la institución de la prescripción extintiva, ya que, pese a transcurrir 10 años desde la exigibilidad del cobro, y en virtud de lo consagrado en el artículo 177 del Código del Trabajo, no se podría invocar por parte del empleador un finiquito, renuncia o un mutuo acuerdo que no conste por escrito y que no haya sido firmado o ratificado por el interesado ante alguno de los ministros de fe que indica dicha norma legal. Al respecto, si la ejecutante “solo” cobra el periodo correspondiente al mes de agosto del año 1998, registrando el mismo trabajador hasta el mes de enero del año 2000 cotizaciones con el mismo empleador, y que con posterioridad, conforme a lo razonado en el considerando quinto, registra distintos empleadores que el ejecutado; la interpretación efectuada por el demandante conllevaría a concluir que perfectamente podría exigir también, todos los restantes periodos que no figuran con pagos, como resulta en el caso de marras, que doña Lucila del Carmen Ortega Núñez no registra pago de cotizaciones a contar del mes de febrero de 2000 y hasta el mes de octubre del año 2006, conduciendo a un absurdo de que si el empleador no da cuenta del término de los servicios a través de alguno de los medios del artículo 177 del Código del Trabajo por escrito, debería asumir el pago de cotizaciones por periodos de cinco o más años posteriores al periodo hoy en día cobrado, concluyéndose en definitiva que, habría que presumir, sin mayor antecedentes, la subsistencia indefinida de los servicios, aun cuando figuren otros empleadores posteriormente, conclusión que en concepto de este sentenciador, no se aviene a la razón ni a la lógica, resultando al efecto, la institución jurídica de la prescripción, una mera figura inaplicable, configurándose un escenario procesal con total falta de certeza que nuestro ordenamiento jurídico no permite. De otro modo, si no consta la existencia de alguno de los medios de prueba del referido artículo, pero de los antecedentes allegados al proceso muestran una realidad en la cual aparece que, en determinada época posterior al periodo cobrado, el trabajador afectado tuvo un nuevo empleador, y dicha circunstancia es aportada por la propia ejecutante – como lo es el certificado histórico de cotizaciones – resulta más razonable concluir que el trabajador en cuestión ha dejado de prestar servicios para el ejecutado en la época (mes) anterior a aquella (mes siguiente) en la que nuevamente se registran pagos de cotizaciones, ahora por un empleador distinto. Diferente sería que, en el lapso antes descrito, ese trabajador fuere recontratado por el mismo empleador, caso en el cual de no mediar finiquito, la razón indicaría que el periodo cobrado correspondía ser pagado por el ejecutado. Sin embargo, esta no es la situación que acaece en este proceso. OCTAVO: Que, en virtud de lo razonado en el acápite precedente, la circunstancia de no haberse suscrito un finiquito de trabajo, tal y como se acredita con los informes Ord. N° 892-2018 y Oficio 05-2018, emitidos respectivamente por la Inspección Comunal del Trabajo y el Notario Público de esta Comuna; no impide acceder a la excepción opuesta a la ejecución, ya que llegar a establecer y concluir que los elementos del artículo 177 serían los únicos medios idóneos de acreditar el término de una relación de subordinación y dependencia, está así concebido para asuntos controvertidos laborales propiamente tales, donde cuyos procesos, caducidades y prescripción extintiva previstos, entregados por el legislador no superan los dos años de plazo. Circunstancia diversa para materias civiles que se tramitan y resuelven contenciosamente, como resulta en el caso de autos, y que así fue señalado latamente por el ejecutante en su contestación de excepciones, ya que claramente entre la ejecutante y el ejecutado no existe relación contractual alguna de índole laboral, y el tercero afectado, mandante civil de la ejecutante, no sabe ni conoce la existencia de este juicio, o al menos, eso aparece de los antecedentes autos, pues no puede ser parte ni ha actuado de conformidad con el artículo 4° de la Ley N° 17.322.
NOVENO: Que, por disposición del artículo 2° inciso 4° de la Ley N°
17.322 y 469 del Código de Procedimiento Civil, son admisibles y aplicables los medios de prueba previstos para el procedimiento ordinario civil, y por ende, las presunciones son válidas para el establecimiento de hechos en la causa. Lo anterior es relevante, pues si consideramos que la obligación de otorgar finiquito no tiene un plazo para su cumplimiento. Hoy claramente así se desprende de los incisos 5° y 6° del artículo 162 del Código del Trabajo. Por lo tanto, la circunstancia que imposibilita al empleador (hoy ejecutado) de valerse del poder liberatorio del finiquito, por cuanto nunca fue suscrito dicho instrumento, deja de serlo a través de la figura de la prescripción. Por lo tanto, existiendo en el proceso hechos como los establecidos en los considerandos quinto y sexto, la institución de seguridad y certeza jurídica de la prescripción, resulta plenamente aplicable a la especie.
DÉCIMO: Que, en lo relativo a la argumentación de defensa efectuada
por la parte ejecutante, consistente en la no aplicación de principios jurídicos generales del Derecho, recogidos específicamente o por medio de una variante o simple denominación por el Derecho Laboral, resulta necesario señalar que los principios jurídicos son las ideas fundamentales del Derecho, pues lo definen y explican, ya que están presentes en la génesis de toda normativa, pasando a constituirse en “la columna vertebral” del ordenamiento jurídico. Son los que sistematizan el ordenamiento. Los principios (junto con los valores, fines y hechos) determinan la unidad de sentido, la conexión sistemática y material del sistema normativo. Son para la Ciencia del Derecho el equivalente de las leyes de la gravedad para la Física. (Margarita Beladiez Rojo. Los Principios Jurídicos. Ed. Tecnos, primera edición, Madrid, 1994, p. 17; y Juan Cassagne. Los Principios Generales del Derecho. Ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1992, p. 29-30.) En base a ello, y dado su concepto y naturaleza, estos se encuentran estrechamente vinculados a la norma jurídica positiva como fuente de la misma. Así, y dada la íntima relación entre principios jurídicos y el derecho positivo de un ordenamiento jurídico, los principios actúan en este, y el sistema jurídico funciona con y sobre la base de aquellos, no pudiendo limitarse su aplicación a una materia determinada. Atendido lo anterior y siendo además la resolución administrativa dictada por la propia ejecutante, el fundamento y título de la demanda ejecutiva de autos, ante lo cual no se vislumbra ningún elemento normativo legal que resguarde con seguridad y a ciencia cierta el derecho del trabajador respecto del cual se efectúan los cobros a que autoriza la ley 17.322, pues éste rara o casi nunca comparece en la causa (lo que es una realidad innegable), pues la aplicación del artículo 4° de la citada ley prácticamente no tiene aplicación en la ritualidad de estos procesos, por un evidente desconocimiento del directamente afectado, el trabajador mandante de la ejecutante que administra sus fondos (otra realidad inegable); todo lo cual haría inaplicable la disposición contenida en el artículo 4° bis, pues ante su falta de comparecencia, precisamente porque la ley no lo exige, y no podría porque dentro de una situación “ideal”, quien comparece ejecutando no es más ni menos que su mandante legalmente investida, en este caso la AFP Provida. Entidad misma que ha tenido una pasividad tal en el cumplimiento de sus obligaciones legales de correcta, adecuada y por sobre todo, oportuna administración de los fondos de su mandante, que no puede sino que calificarse de negligente, quedando “eximida” de representación ante la falta de comparecencia personal de su mandante (situación esta última que es la regla general, y la presente litis no es la excepción). Por la realidad anteriormente expuesta es que los principios jurídicos vienen a constituirse en una verdadera limitación de la facultad administrativa de las entidades de seguridad social (AFP, AFC, ISAPRES) al dictar resoluciones de cobro de deudas previsionales, cuyas obligaciones están evidentemente prescritas, pues claro está y no puede negarse que es la misma entidad ejecutante quien cuenta con la información suficiente como para establecer autónomamente la viabilidad de su acción ejecutiva, cuando persiste en salvar una responsabilidad legal incurrida por la falta de acción oportuna de cobro, intentando traspasarla al ex empleador de su trabajador mandante, quien al defenderse a través de la oposición de la excepción de prescripción, vela por su derecho de defensa, más el trabajador queda desprotegido completamente, lo que conlleva a la no obtención de su justo reintegro de fondos previsionales, ya que no existe en la actual legislación, entidad o autoridad que obligue a la mandataria negligente a responder por el perjuicio directo que la misma ha causado a su mandante, pues si bien el artículo 4° bis otorga al juez la autoridad para el ejercicio de dicha facultad, lo dispone de un modo “aparentemente” restringido, ya que ello debería darse en un contexto procesal “incidental”, circunstancia que a simple vista aparece como restrictiva y limitativa, para el trabajador (mandante personalmente ausente) en el objetivo de obtener su justo pago previsional. Finalmente, y dada la realidad relacionada en este acápite, es que cobra relevancia lo dispuesto por la letra d) del artículo 2° de la Ley N° 20.886, en cuanto a que entrega al Juez la facultad de prevenir, corregir y subsanar toda acción u omisión que importe un fraude o abuso procesal, contravención de actos propios o cualquiera otra conducta ilícita, dilatoria o de cualquier otro modo contraria a la buena fe. Norma en virtud de la cual, la conducta descrita de la ejecutante se encuadrada dentro de aquellas encaminadas a soslayar y/o contravenir un acto propio de carácter omisivo (no actuar oportunamente en el cobro que ahora pretende), e igualmente ocasionar mediante la creación de un título ejecutivo con una obligación prescrita; lo que no puede sino que constituirse en una conducta contraria a la buena fe, que debe ser sancionada.
UNDÉCIMO: Que, siendo el objetivo de la Ley N° 17.322 el obtener el
pago de las cotizaciones de seguridad social adeudadas por los empleadores a las instituciones de ese carácter, tal como se planteara en el mensaje del ejecutivo del 05 de octubre del año 1967 y de la historia fidedigna de la ley en comento (“el fin de esta ley es establecer un solo procedimiento ejecutivo para la cobranza judicial de imposiciones, aportes y multas en los diversos institutos de previsión”); que en virtud de la función integradora y la interpretación de la norma desde la perspectiva de resultado, es que en virtud del principio de la equidad natural, el llamado a obtener el cumplimiento del fin de la normativa protectora de los fondos previsionales de los trabajadores de la república, es el juez de la causa, cuando aquellos no han comparecido personalmente en la misma. Resultándole forzoso al sentenciador actuar en tal sentido, dado el mandato legal del artículo 4°, al disponer su actuar de oficio en todas las etapas del juicio, a fin de permitir la continuidad de las actuaciones en el proceso, la cual no puede ir encaminada sino a la obtención de la finalidad de la misma ley, es decir, el pago de lo que se constituye en un derecho del trabajador afiliado a la administradora de fondos de pensiones que en su nombre actúa en la causa. Independientemente de que dicho pago se obtenga de su empleador o de su propia mandante, no solo y en el caso de que la responsabilidad de esta última quede establecida incidentalmente en los términos del artículo 4° bis, sino también conforme lo prescrito por el artículo 2129 del Código Civil. Esto último, en virtud de la prueba allegada al proceso según las normas del Código de Procedimiento Civil en su amplia gama de medios probatorios, incluidas las presunciones, por cierto. Proceso de valoración probatoria que ninguna norma legal restringe que sea efectuado con prescindencia de los principios jurídicos, en cuanto elementos garantistas de los derechos de la partes, en este caso, el del trabajador personalmente ausente en el proceso. En consecuencia, la imposibilidad de aplicar el principio de la primacía de la realidad en todo el proceso valorativo probatorio, como lo pretende la ejecutante, resulta carente de sustento jurídico, pues claro está que dicho principio – reconocido expresamente en materia laboral – no es más que el reflejo de la aplicación de la razón y la lógica frente a los hechos constatados por el sentenciador. Razón y lógica que son parte integrante del principio jurídico del Derecho, y del derecho procesal en cuanto rama del mismo, cual es la equidad natural. La que cobra relevancia frente la realidad que día a día se observa en los procesos incoados ante este tribunal en la materia de autos, donde la incomparecencia personal del trabajador “dueño del crédito en cobro”, es una realidad innegable y constante. Circunstancia esta que no puede servir de desvío de responsabilidades (para el caso de la ejecutante) ni de resquicio destinado a hacer responsable a un ex-empleador que lleva más de diecisiete años sin tener una real relación laboral con ese trabajador, pues se le conculca su garantía constitucional de un justo y racional procedimiento, en contrapartida de una conducta jurisdiccional elusiva en lo que a la pasividad negligente de la ejecutante. Omisión que este sentenciador, atendido su mandato constitucional, no puede ignorar; y por lo tanto resulta procedente declarar que la demandante ha sido negligente en el cobro de la cotización previsional de la trabajadora Lucila Ortega Núñez, correspondiente al mes de agosto de 1998. En conclusión, solo puede establecerse que la aplicación de principios resulta no solo totalmente pertinente, sino también, necesario a fin de resguardar la amplia gama de garantías señaladas en los párrafos precedentes tanto para el ejecutado como el trabajador cuyas cotizaciones figuran impagas.
Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas, y visto además
lo dispuesto en los artículos 19 del D.L. N° 3500, artículos 2, 4 bis, 5, 7, 9 y 31 bis de la Ley 17.322; 434 y 464 N° 17 del Código de Procedimiento Civil; 470 del Código del Trabajo; SE RESUELVE:
I.- Que, SE ACOGE la excepción de prescripción opuesta por la
ejecutada doña MARISOL DEL CARMEN CÁCERES PALMA, respecto de la acción impetrada de cobro de cotizaciones del periodo de agosto de 1998, de la trabajadora Lucila Ortega Núñez, R.U.N. N° 11.563.826-2.
II.- Que, SE DECLARA negligente a la ejecutante Administradora de
Fondo de Pensiones Provida, legalmente representada por don Raúl Troncoso Del Piano, por no haber cobrado oportunamente la deuda previsional de autos. III.- Que, SE CONDENA a la ejecutante Administradora de Fondo de Pensiones Provida; al pago total de la deuda correspondiente al periodo de agosto del año 1998 con los reajustes e intereses legales que correspondan, debiendo enterar el monto respectivo en la cuenta previsional correspondiente, de la trabajadora doña Lucila Ortega Núñez, R.U.N. N° 11.563.826-2.
IV.- Que, SE ORDENA a la Unidad Contable de éste Tribunal, practicar la
liquidación de la deuda previsional cobrada en esta causa, una vez ejecutoriada que sea la presente sentencia.
V.- Que, SE CONDENA a la parte ejecutante al pago de las costas
causadas en este juicio, por haber resultado totalmente vencida. Regístrese, notifíquese por correo electrónico y archívese en su oportunidad. RIT: A-90-2013. RUC: 13-3-0079056-3.
Dictada por don GUSTAVO BENAVENTE MORA, Juez Titular del Juzgado de Cobranza Previsional de Constitución.
En Constitución, a veintisiete de agosto de dos mil dieciocho, se notificó por el estado
diario, la resolución precedente.
Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser
validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa. Gustavo Edison Benavente Mora A contar del 12 de agosto de 2018, la hora visualizada corresponde Fecha: 27/08/2018 13:21:22 al horario de verano establecido en Chile Continental. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar 2 horas. Para más información consulte http://www.horaoficial.cl XMXXGQKNRM