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CAPÍTULO 2

2. MARCO GEOLÓGICO REGIONAL

2.1 GEODINÁMICA ACTUAL

Los Andes septentrionales ecuatorianos, se encuentran en el denominado Bloque


Norandino (Pennington, 1981; Kellogg & Bonini, 1982, Ego et al, 1996; Gutscher
et al, 1999), en el cual la geodinámica es controlada por la compleja interacción
entre las placas convergentes Nazca, Sudamericana (SOAM) y Caribe, desde el
Oligoceno Tardío. Este bloque es considerado como una miniplaca diferenciada
en el Noroccidente de SOAM y se va pinchando hacia la placa Caribe en el N-NE,
debido a la convergencia oblicua aproximadamente E-W entre las placas Nazca y
SOAM (Ego et al, 1993, 1996) (Fig. 2.1).

La velocidad de convergencia entre las placas Nazca y SOAM, ha sido estimada


en base a modelos globales de placas y geodesia en 70mm/a-57mm/a y la
dirección de convergencia entre N81oE y N120oE (Pardo-Casas & Molnar, 1987;
De Mets et al, 1990; Kellogg & Vega, 1995; Norabuena et al, 1999) (Fig. 2.1).

Según Kellogg & Bonini (1985) y Mora et al (1995), al ser el Bloque Norandino
una placa más o menos independiente de SOAM, establecieron que la velocidad
de desplazamiento de este bloque, considerando fija a SOAM, es de 10mm/a-
6mm/a, y su dirección de desplazamiento relativo está entre N55oE y N45oE. Este
desplazamiento en el Ecuador y el Sur de Colombia, se daría a lo largo de las
fallas intracontinentales Pallatanga, Calacalí y Chingual-La Sofía.

Otro elemento importante en el contexto geodinámico, es la cordillera asísmica de


Carnegie, que se encuentra sobre la Placa de Nazca entre las latitudes 0o y 2oS,
que se extiende en una dirección aproximada E-W, hasta chocar con SOAM (Fig.
2.1 ). Esta cordillera fue creada a partir del Hot Spot Galápagos y varias son las
teorías que se establecen en cuanto a la edad de su llegada a la zona de
subducción, pero todas coinciden en que su colisión y acoplamiento ha
influenciado en la actividad sísmica, volcánica y de deformación en los Andes, y
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así mismo en su influencia en el movimiento del Bloque Norandino con respecto a


SOAM.

Fig. 2.1 Geología Regional costa afuera y costa adentro del Ecuador (Modificado de Spikings et al,
2000). Abreviaciones: PlF: Falla Pallatanga, CF: Falla Calacalí, PEF: Falla Peltetec, CSF: Falla
Chingual-La Sofía.

Londsdale (1978), Pennington (1981), sugieren que la llegada de la Cordillera de


Carnegie se dio hace 1Ma, basándose en velocidades de esparcimiento y
evidencia en levantamientos en ciertas terrazas costeras. Pilger (1984), Daly
(1989), especularon en base a ratas de convergencia de placas, que Carnegie
llegó a la fosa ecuatoriana hace más o menos 8 Ma. Gutscher et al (1999),
proponen basándose en datos sísmicos, que Carnegie se subduce
horizontalmente y que está ya bajo el continente, extendiéndose unos 110 Km o
posiblemente hasta 550 Km bajo SOAM, desde la fosa, en un proceso de colisión
que probablemente empezó hace 8 Ma. Sin embargo, Spikings et al (2001, in
press), combinando también ratas de convergencia con ratas de exhumación en
las cordilleras, sugieren que la colisión inicial ocurrió hace más o menos 15 Ma,
con el subsiguiente acoplamiento hace unos 9 Ma.
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2.2 GEOLOGÍA REGIONAL

Este proceso de convergencia entre placas, que en el Ecuador se ha dado desde


el Oligoceno hasta la actualidad, es el generador del volcanismo, levantamiento y
deformación existente en el margen occidental del continente Sudamericano, el
cual ha dado lugar a un sistema orogénico en Ecuador, que está compuesto de
dos cadenas montañosas sub-lineares, de dirección aproximada N-S, referidas
como Cordillera Real (en el este) y Cordillera Occidental (en el oeste), separadas
por el Valle Interandino (IAV) (Fig. 2.2 ).

2.2.1 GEOLOGÍA DE LA CORDILLERA REAL

La Cordillera Real consiste de cinturones sublineares alargados de rocas


metamórficas del Paleozoico-Cretácico Inferior (Aspden & Litherland, 1992),
intruídas por granitoides tipo S e I, y cubiertas por depósitos volcánicos del
Cenozoico.

Estas rocas han sido afectadas por una sucesión de eventos tectónicos y
magmáticos desde el Mesozoico hasta el Cuaternario, y en el modelo más
aceptado (Aspden & Litherland, 1992) se las ha subdividido en cinco diferentes
unidades, las que se cree están separadas por importantes fallas regionales. Las
unidades de oeste a este son: Guamote, Alao, Loja, Salado y Zamora, y los
límites tectónicos entre estas unidades son: Falla Peltetec, Frente Baños, Falla
Llanganates, Falla Cosanga-Méndez. Para los propósitos de este proyecto se
describen solo las dos unidades más occidentales.

Al oeste de la Falla Peltetec, la división Guamote se compone de cuarcitas y


lutitas de origen continental de posible edad Jurásico-Cretácico Temprano
(Aspden & Litherland, 1992). Hacia el Este, la división Alao consiste en rocas
jurásicas de arco de islas. La Falla Peltetec fue establecida durante Jurásico
Tardío-Cretácico Temprano debido a la acreción de una cuña que incluyó rocas
oceánicas y continentales que en parte fueron arrancadas de la propia Cordillera
Real.
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Fig. 2.2. Mapa estructural simplificado del Ecuador con énfasis en la estructura IAV (Modificado de
Winkler et al, 2002). Se indica la zona de estudio.
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2.2.2 GEOLOGÍA DE LA CORDILLERA OCCIDENTAL

La Cordillera Occidental consta de dos terrenos mayores (Hughes & Pilatasig


2002) que constituyen el basamento, los cuales están cubiertos de depósitos
volcánicos y volcanoclásticos del Oligoceno-Holoceno. El terreno Pallatanga de
edad Cretácico Temprano-Tardío se compone de turbiditas y rocas ígneas que
tradicionalmente fueron consideradas como MORB (e.g. Lebrat et al, 1987) y
actualmente como de plateau oceánico (Reynaud et al, 1999; Lapierre et al, 2000;
Hughes & Pilatasig, 2002). El terreno Macuchi de edad Paleoceno Tardío-Eoceno
(Hughes & Pilatasig, 2002), comprende una secuencia volcanosedimentaria de
arco de islas de composición basáltica a andesítica.

Todavía es muy debatida la edad de acreción de los terrenos al margen


continental. La primera acreción ocurrió entre el terreno Pallatanga y el margen
continental a algún tiempo entre 85 Ma - 60 Ma (Spikings et al, in press). Esta
acreción se dio a lo largo de una zona de sutura la cual es definida por un
melange tectónico (Unidad Pujilí), en el que se encuentran bloques métricos de
rocas muy parecidas a las de la Cordillera Real (Hughes & Pilatasig, 2002), y es
regionalmente referida como la Falla Calacalí-Pallatanga-Pujilí, la que
aparentemente interseca la fosa ecuatoriana en la región del Golfo de Guayaquil
(Fig. 2.1).

La acreción del terreno Macuchi contra el terreno Pallatanga debió darse entre el
Eoceno Medio-Tardío (Hughes & Pilatasig, 2002), y más posiblemente entre 43
Ma - 30 Ma (Spikings et al, in press) en base a ratas de exhumación en la
Cordillera Occidental. Esta última acreción se dio aparentemente en un régimen
de cizalla dextral a lo largo de la Zona de Cizalla Chimbo-Toachi (Fig. 2.2)

2.2.3 SUBSTRATO DEL VALLE INTERANDINO

El basamento del IAV es pobremente conocido. La ocurrencia de esporádicos


afloramientos de rocas del substrato parecidas a las de las Cordilleras Occidental
y Real, han llevado a una serie de teorías.
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Se ha propuesto la existencia de un microcontinente (Chaucha-Arenillas) que


subyace el IAV (Aspden & Litherland, 1992). Otras teorías (Hughes & Pilatasig,
2002) sugieren una continuación de las rocas de Cordillera Real bajo el IAV,
basados en: a) anomalías negativas de Bouguer en el IAV (Feininger & Seguin,
1983) b) presencia de rocas metamórficas en el flanco este de la Cordillera
Occidental (BGS-CODIGEM, 1997) c) la presencia de rocas metamórficas entre el
melange Pujilí, en el margen oeste del IAV (Hughes & Pilatasig, 2002) d)
presencia de xenolitos metamórficos en lavas del complejo volcánico Pichincha
localizado en el margen occidental del IAV (Bruet, 1949).

Sin embargo, es más probable que el basamento sea tectónicamente más


complejo (Egüez, comm. pers) y que involucre a rocas de Cordillera Occidental y
Real en una cuña de acreción producida por el desmembramiento de parte de la
Cordillera Real en el Jurásico Tardío-Cretácico Temprano (Egüez & Aspden,
1993) y a los procesos de acreción indicados.

El espesor de la corteza bajo la cuenca de Quito, se ha estimado en


aproximadamente 50 Km (Robalino, 1976).

2.3 GEOLOGÍA DEL VALLE INTERANDINO (IAV)

2.3.1 CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL IAV

El IAV en el Ecuador, es una depresión tectónica – geomorfológica situada entre


las Cordilleras Occidental y Real (diferencias de alturas de cerca de 2000 m), de
dirección N–S a NNE-SSW, de 25 Km de ancho, 300 Km de largo, que va entre
2°10’S (zona de Alausí) hasta 0°30’N (zona del Chota) y que empezó a formarse
desde el Mioceno Tardío-Plioceno, presumiblemente desde el Norte (Winkler et al,
2002).

La depresión está limitada por fallas asociadas a los principales límites


estructurales de la Cordilleras Occidental y Real (PlF, CF, PelF, Fig 2.2). Estas
fallas fueron inicialmente establecidas durante la sucesiva acreción de terrenos
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oceánicos y continentales desde el Mezosoico. Los estratovolcanes activos (Fig.


2.2), ocurren desde la latitud de Alausí hacia el norte y están mayormente
concentrados a lo largo de las fallas que limitan la estructura del IAV y con cierta
actividad también dentro de la depresión (Barberi et al, 1988).

El IAV se encuentra dividido en tres segmentos por dos importantes nudos (Figs.
2.2 y 2.3). Estos nudos volcánicos marcan importantes cambios en la orientación
de la depresión. El segmento Central (Quito-Guayllabamba) ha sido denominado
IAV Central y su límite norte es el nudo constituido por los volcanes Mojanda y
Cusín y su límite Sur el nudo constituido por los volcanes Rumiñahui, Pasochoa,
Cotopaxi e Illiniza.

Fig. 2.3 Hidrografía del IAV y su


segmentación. (Solo se indican
los más importantes volcanes
cuaternarios: 1: Yanahurco,
2:Cotacachi, 3: Imbabura, 4:
Mojanda, 5:Cayambe,
6:Reventador, 7: Rucu y Guagua
Pichincha, 8: Ilaló, 9: Atacazo,
10:Corazón, 11:Illinizas,
12:Antisana, 13:Rumiñahui,
14:Pasochoa, 15:Cotopaxi,
16:Sumaco, 17:Tungurahua,
18:Chimborazo, 19:Altar.
Ciudades de norte a sur:
T:Tulcán, I:Ibarra, O:Otavalo,
Q:Quito, SDC:Santo Domingo de
los Colorados, B:Baños,
L:Latacunga, Tn:Tena, A:Ambato,
P:Puyo, R:Riobamba.
Rios: RC:Río Chingual, RG:Río
Guayllabamba, RM:Río Monjas,
RN:Río Napo, RP:Río Pastaza,
RQ:RíoQuijos, RT:Río Toachi).
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2.3.2 ESTUDIOS DE LA ESTRUCTURA IAV

La estructura del IAV, es aún pobremente entendida. Son varios los estudios que
se tienen en el IAV actual, sobre todo en las dos últimas décadas, pero las
discusiones en cuanto a su formación, desarrollo y edades están todavía vigentes.

Existen cuatro modelos para explicar la estructura IAV. Inicialmente un primer


modelo consideró que el IAV, se había formado por procesos tectónicos
extensivos E-W en el Mio-Plioceno (Hall & Yepes, 1980; Winter, 1990).
Posteriormente, y basados en los estudios de neotectónica hecha principalmente
por Soulas et al (1991) y otros datos de campo, Tibaldi y Ferrari (1992), concluyen
que el IAV es una cuenca de ‘piggyback’ (cuenca transportada en un complejo de
fallas inversas de bajo ángulo) y que su deformación es producida por
movimientos diferenciales entre la Cordillera Occidental y la Cordillera Real,
durante el Plio-Cuaternario. Según ellos, esto ha provocado movimientos de
transpresión y transtensión. Este segundo modelo sin embargo carecía para ese
entonces de buenas dataciones radiométricas y además en su trabajo de campo
confundieron estructuras gravitacionales con tectónicas.

Un tercer modelo considera al IAV como una banda comprimida (restraining bend)
y a los Andes septentrionales ecuatorianos como una gran zona transpresiva
dextral (Ego & Sebrier, 1996). Este modelo es basado en el análisis de
mecanismos focales de sismos someros (Ego et al, 1993, 1996; Ego & Sebrier,
1996). Los análisis indican que el estado de esfuerzos actual en los Andes
septentrionales ecuatorianos, es homogéneo, y con un ó1 = E-W. Así mismo Ego
& Sebrier (1996), a partir de trabajo de campo, concuerdan que el esfuerzo
compresivo regional no ha cambiado significativamente desde el Pleistoceno
Temprano hasta la actualidad en todo el IAV, pero que el acortamiento E-W, no
ha sido constante, siendo mayor en el Sector Sur (Latacunga-Riobamba), que en
el Sector Central (Quito-Guayllabamba) del IAV. Evidencias de este acortamiento
E-W, son los pliegues N-S a NNE-SSW, asociados a fallas inversas con rampas y
despegues a profundidad, que se observa en la Región de Latacunga-Salcedo
(Dávila, 1990) y las flexuras-pliegues de Quito.
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Sin embargo todos estos trabajos carecieron de edades cronoestratigráficas, y


solo se hizo una aproximación de las edades basándose en correlación con
edificios volcánicos cercanos.

Recientes trabajos que incluyen nuevas edades (Winkler et al, 2002, in press;
Spikings et al, in press), proponen un cuarto modelo en el cual el IAV, se formó
como resultado de desplazamiento a lo largo de la banda comprimida (restraining
bend) formando una cuenca de tipo “spindle shaped”, que se abrió y cerró como
movimiento de tijeras entre las dos cordilleras (Winkler et al, in press) desde hace
unos 6 Ma, presumiblemente en respuesta a un incremento en el acoplamiento de
la subducción del Ridge Carnegie. Spikings et al (in press), sugiere que la falta de
edades más antiguas a 6 Ma dentro del actual IAV, indica que las dos cordilleras
fueron una sola cadena antes del Mioceno Tardío hacia el norte de 2o30’S. Sin
embargo estos trabajos adolecen de evidencia de campo especialmente hacia el
Sur del IAV.

Se tienen en la zona del IAV Central algunos trabajos específicos, por ejemplo
cartografía geológica a escalas 1:50.000 y 1:25.000 (DGGM, 1977a,b, 1978a,b;
1982a-d), además cartografía geológica a escala 1:25,000 de la zona de
Guayllabamba en documentos inéditos de A. Egüez (1994).

El IAV, involucra varias cuencas (Chota, Quito-Guayllabamba, Latacunga-Ambato,


Alausí-Riobamba), con un relleno sedimentario de edad Mioceno Tardío hasta
Holoceno (Fig. 2.4.) Estas cuencas, son más jóvenes que las cuencas
Intermontanas del Sur del Ecuador (Steinmann, 1997; Hungerbühler, 1997).
Existen algunas evidencias de que durante las etapas iniciales de la formación de
las cuencas, ocurrió una extensión local (Samaniego et al, 1994; Barragán et al,
1996, Winkler et al, 2002; Villagómez et al, 2002a), empezando posiblemente
desde el Norte (Cuenca del Chota) (Winkler et al, 2002), y que luego se dio una
inversión compresiva ~ E-W, que presumiblemente empezó en el Pleistoceno
Medio.
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2.3.3 CUENCAS DEL IAV

Recientes trabajos en las cuencas del IAV (Winkler at al, 2002) proponen una
correlación tentativa, la cual se muestra en la Fig. 2.4.

Fig.2.4. Correlación estratigráfica tentativa en las cuencas del IAV (Modificado de Winkler et al,
2002).
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Estas series sedimentarias, sobreyacen rocas de las Cordilleras Occidental y Real


(Unidades Pallatanga y Guamote respectivamente), o sucesiones volcánicas
Oligocénicas-Miocenas. Una descripción de las diferentes cuencas se da a
continuación.

2.3.3.1 Cuenca del Chota

Fue considerada en trabajos anteriores (Hall en Bristow & Hoffstetter, 1977;


Egüez y Beate, 1994 Barragán et al, 1996) como de edad miocénica mientras los
últimos trabajos con dataciones (en trazas de fisión de apatito y zircón) en esta
cuenca indican edades del plio-pleistoceno para el relleno (Abegglen, 2001;
Tobler, 2001; Winkler et al, 2002, in press). Además, estas nuevas edades
cronoestratigráficas han ayudado a dilucidar la posición estratigráfica de las
formaciones.

Esta cuenca tiene un relleno de ~ 1200 - 1400 m. La serie sedimentaria se


encuentra bastante deformada y su correlación es dificultada por la presencia de
un gran láhar. Contrario a trabajos de Egüez & Beate (1994) y Barragán et al
(1996), estudios de Winkler et al (2002) encuentran que la Fm. Peñas Coloradas
correspondientes a abanicos aluviales, es la formación sedimentaria más antigua
en la cuenca. Esta formación tiene a una edad máxima de 5.4±0.4 Ma (más joven
población detrítica), y una edad mínima posible de 3.7±0.4 Ma (datación de un
dique que corta a la formación). La fuente de esos abanicos aluviales estuvo
claramente en el Este (Barragán et al, 1996), y además, la asociación de
minerales pesados, indican una fuente en Cordillera Real (Winkler et al, 2002).

La Fm. Peñas Coloradas es diacrónicamente sobreyacida por la Fm. Chota


(fluviales meándricos a lacustres). La edad de esta última varía de 4.8±0.4 Ma a
2.9±1.5 Ma, y tiene una fuente casi exclusivamente volcánica andesítica-basáltica,
en parte posiblemente contemporánea a la depositación de la formación.

La Fm. Chota, es sobreyacida erosionalmente por los abanicos aluviales de la


Fm. Sta. Rosa, los cuales progradan desde el Oeste (Barragán et al, 1996) y en
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base a asociación de minerales pesados, se ha notado que su fuente fueron rocas


de la Unidad Pallatanga (Winkler et al, 2002).

Aparentemente la serie sedimentaria se vio afectada por fallamiento normal


sinsedimentario durante su depositación y finalmente ocurrió una intensa
compresión ~ E-W que causó plegamiento y cabalgamiento en toda la serie
sedimentaria (Barragán et al, 1996, Winkler et al, 2002). La principal deformación
compresiva ocurrió entre ~ 1.0 - 0.5 Ma.

2.3.3.2 Cuenca de Quito-San Antonio-Guayllabamba

Las rocas de la serie Quito-San Antonio-Guayllabamba, consisten de depósitos


volcánicos y volcanoclásticos. El relleno sedimentario puede ser dividido en dos
grandes secuencias separadas por una discordancia mayor. La secuencia inferior
consiste de lavas, tobas, láhares, sedimentos aluviales, fluviales, deltaicos y
lacustres y corresponden a la Fms. Pisque y San Miguel. La secuencia superior
consiste de depósitos volcánicos primarios, láhares, flujos hiperconcentrados y
depósitos fluviales, que corresponden a las Fms. Guayllabamba, Chiche,
Machángara, Mojanda y Cangahua. La secuencia inferior fue depositada en un
leve régimen extensional ~ E-W, desde el Plioceno Tardío al Pleistoceno
Temprano, y la secuencia superior fue depositada desde el Pleistoceno Medio al
Holoceno en un régimen compresional ~ E-W.

Dataciones dentro de los depósitos en las cuencas son escasas, pero


correlaciones con edades de volcanismo cercano dan un acercamiento a las
edades cronoestratigráficas. Estimaciones tentativas sugieren que el principal
evento compresivo empezó hace aproximadamente 1 Ma.

2.3.3.3 Cuenca Ambato-Latacunga

En estas zonas, el relleno volcanoclástico se pincha hacia la Cordillera


Occidental, y sobreyace a rocas volcánicas Oligo-Miocénicas (Grupo Zumbagua,
Fm. Pisayambo). Los primeros depósitos sedimentarios corresponden a la Fm.
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Sicalpa (rocas piroclásticas y lavas, intercaladas con sedimentos de ambiente


fluvio-lacustre). Le sobreyace discordantemente la Fm. Latacunga, la cual en la
base consiste principalmente de láhares y lavas, mientras que hacia el tope
consta de sedimentos de tipo fluvio-lacustre. Le sigue a esta, la ignimbrita no
soldada de la Fm. Chalupas datada en 230Ka (Hall & Mothes, 2001). La Fm.
Chalupas yace bajo la ampliamente distribuida Fm. Cangahua, aunque a su base
es posible observar ceniza tipo cangahua.

El IAV en la zona de Ambato-Latacunga está limitado por fallas inversas, hacia el


este por la Falla Pisayambo (que tiene buzamiento hacia el este), y al oeste por la
Falla La Victoria (que tiene buzamiento hacia el oeste) (Lavenu et al, 1995).
Ambas fallas representan segmentos de la Falla Peltetec y Pallatanga,
respectivamente (Winkler et al, 2002). Evidencia estratigráfica sugiere que la
principal deformación compresiva ocurrió durante el Pleistoceno Medio-Tardío.

2.3.3.4 Cuenca Alausí-Riobamba

El basamento consiste de rocas metamórficas jurásicas de la división Guamote y


rocas volcánicas Eocénicas-Miocénicas del Grupo Saraguro (Fms. Ocaña y
Puñay), Grupo Zumbagua, Fm. Cisarán y Fm. Tarqui (BGS-CODIGEM, 1997a,b),
además lavas y piroclásticos pliocénicos correspondientes a la Fm. Pisayambo
(Lavenu et al, 1996). La formación sedimentaria más antigua es la Fm. Sicalpa
(piroclásticos y láhares sobreyacidos por secuencias fluviales) del Plioceno
(Egüez et al, 1992), que es sobreyacida por la Fm. Yaruquíes (areniscas y
conglomerados) del Plioceno (?). Sobre esta última descansa la Fm. Palmira del
Pleistoceno (depósitos fluviales intercalados con piroclásticos) cuya fuente se
encuentra hacia el Este (Lavenu et al, 1996), y se sugiere un evento tectónico en
el Pleistoceno. (Lavenu et al, 1996).

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