Sei sulla pagina 1di 4

SISMICIDAD EN COLOMBIA

Integrantes: Juan Pablo Romero Guerra, Robinson Galeano Ramos, Edinson Sánchez
Padilla y Daniela Mercado Bárcenas.

La actividad sísmica en Colombia se ha venido presentando desde tiempos remotos por su


ubicación geográfica, por lo que es un país sísmicamente activo. A veces, son más
recurrentes, a veces menos, pero la tierra siempre está moviéndose. Es normal. Más bien, hay
que estar preparados. Debido a es una problemática recurrente y será así por las condiciones
geológicas del país, pues Colombia está cerca de placas tectónicas en movimiento. Esto hace
que sea muy activa, particularmente en el Pacífico, y alrededor de las cordilleras y la costa
Caribe. Las placas tectónicas de la Tierra están en contacto unas con otras. En Colombia
están la placa de Nazca, en el Pacífico; la Caribe, al norte, y la placa Suramericana. Todas se
mueven con respecto a las otras, acumulan energía y empiezan a deformarse. Un sismo se
explica como un fenómeno de sacudida brusca y pasajera de la corteza terrestre producida
por la liberación de energía acumulada en forma de ondas sísmicas. Los más comunes se
producen por la actividad de fallas geológicas.

En Colombia se han venido presentando una serie de actividades sísmicas a lo largo de su


historia por su ubicación geográfica y por sus características geológicas, debido a que cuando
ocurre un sismo de ciertas magnitudes se logran sentir en muchos sitios en el territorio
colombiano, es por ello que la razón general del por qué tiembla es por tales características
geológicas que son propias de Colombia las cuales hacen que las montañas de este creciendo.
Sin embargo, para que esto ocurra se necesita que se acumule energía en sitios específicos,
energía que se está acumulando continuamente y todo el tiempo. Por lo que dicha energía de
las fallas geológicas llega un punto en donde se libera, ocasionando así los movimientos
telúricos.

Entre los sismos o movimientos telúricos de más envergadura a lo largo de la historia en


Colombia se destacan: El 31 de Agosto de 1917, tembló en Bogotá con mucha fuerza en más
de siete ocasiones y se vinieron abajo cientos de edificaciones en el centro y numerosas
quintas en Chapinero. Siguió temblando durante nueve días y se contabilizaron cuarenta y
cuatro sacudidas. Los temblores no se limitaron a Bogotá. También en Tunja, Villavicencio,
Medellín, Bucaramanga y varias ciudades más hubo daños materiales de consideración. Por
fortuna, ninguna víctima, aunque se reportaron en los hospitales numerosos casos de choques
nerviosos. Al segundo día de los temblores en Bogotá nadie quería quedarse en las casas y
se improvisaron cientos de carpas en las calles y en los sitios alejados de las construcciones.
Todos contemplaban aterrorizados las cúpulas destruidas de la capilla de la Sagrario y de la
Iglesia de San Ignacio y pensaban para sus adentros que el fin de Bogotá estaba cerca. Al fin,
después de tantas procesiones como temblores, la tierra dejó de moverse y comenzó el censo
de los daños causados y la campaña para la reconstrucción de la ciudad.

Otro de los sismos fue el del 31 de Marzo de 1983, para la semana santa de 1983 Popayán en
las primeras horas de la mañana del 31 de marzo, jueves santo, un terremoto de más de siete
grados sorprendió la ciudad, que ya se preparaba para iniciar los solemnes actos musicales
de ese día, y la destruyó. Hubo más de trescientos muertos, más de diez mil personas
quedaron sin techo, y todo el sector histórico de Popayán se vino abajo. Ciento cincuenta y
seis años antes, en 1827, un movimiento similar había causado estragos parecidos. El
terremoto de 1983 duró 28 segundos eternos, que llenaron de espanto a los habitantes, a los
varios miles de turistas y a las personalidades que se encontraban en la ciudad para asistir al
festival de música religiosa. Quedaron destruidos todos los edificios públicos y gran parte de
las iglesias, construidas en los tiempos de la colonia.

El último acto del drama sísmico del Siglo XX en Colombia, ocurrió en el eje cafetero,
región azotada ya por un terremoto veinte años atrás. El 25 de enero a las nueve de la
mañana un terremoto de algo más de seis grados dejó mil y pico de muertos en la región
denominada Eje cafetero, diez mil heridos y doscientos cincuenta mil damnificados. El
movimiento telúrico destruyó el centro de la ciudad de Armenia, y los barrios del sur de
esa capital. Causó serios destrozos en Pereira, y otros municipios de Risaralda, y en Caldas
y el Norte del valle. En el Quindío quedaron seriamente averiados los municipios de
Circasia, Córdoba, Barcelona, Montenegro y La Tebaida.

Los sismos también se pueden producir por la actividad propia de los volcanes. Debido a que
poseen una especie de cubierta magmática donde está la roca fundida o magma, que en
ocasiones, por aumento de la temperatura interior, se expande y hay fractura de roca, que
genera sismos. Ejemplo de esto fue lo que ocurrió en el municipio Tolimense de Armero el
13 de noviembre de 1985. A las once y media de la noche, la erupción del volcán Arenas del
nevado del Ruiz, y el deshielo consiguiente, desataron sobre Armero una avalancha de piedra
y lodo que sepultó el floreciente municipio y mató a veinte mil personas. El número de
damnificados paso de doscientos mil.

Es evidente que la amenaza de movimientos sísmicos en Colombia es alta, ya que


aproximadamente el 85 por ciento de la población del país vive en zonas de amenaza sísmica
intermedia o alta. La Red Colombiana de Investigación en Ingeniería Sísmica, Ceer; nació
con el objetivo de reducir el riesgo sísmico de la región por medio del desarrollo de
investigaciones interinstitucionales en áreas sísmicas de relevancia para Colombia. A finales
del 2018, Ceer entregó a la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica (AIS), los
resultados de una investigación sobre el desempeño sísmico de edificaciones con muros
delgados en Colombia, con el objetivo de proponer un cambio en la nueva versión del
Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente (NSR). Igualmente, ha
participado activamente en visitas de reconocimiento motivadas en colaborar con los
gobiernos locales en el reconocimiento y la clasificación del daño en las estructuras
afectadas, para así tomar decisiones referentes a medidas de demolición, reparación o uso
inmediato de estructuras y, de paso, aprender o reaprender de las experiencias sobre los
efectos de los sismos en sistemas estructurales que también se utilizan en Colombia. Al igual
que, sobre la coordinación de actividades de respuesta luego de la ocurrencia de los eventos.

En Colombia, pudimos analizar y concluir que se pueden esperar temblores leves e incluso
más fuertes porque se sabe que las fallas geológicas ocasionan sismos continuamente, lo que
no se sabe es en dónde ni cuándo. De ahí la necesidad de que la población se informe sobre
cómo puede prevenirse y las medidas para reducir el impacto. Y aunque se han refinado los
métodos para estudiar los temblores, es imposible predecirlos. Este es un fenómeno diferente
al del clima, ya que este último puede medirse en directo. Los fenómenos geológicos, en
cambio, son al interior y no se puede entrar para ver cómo ocurren.
Bibliografía

 Sandoval, Andrés. “ES NORMAL QUE TIEMBLE EN COLOMBIA”. Revista El Tiempo


(29 de enero 2019). Recuperado de: https://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/es-
normal-que-tiemble-en-colombia-expertos-responden-320238

 Carrillo, Julián. “RED PARA REDUCIR EL RIESGO SÍSMICO, CLAVE EN EL PAÍS”.


Revista El Tiempo (10 de mayo 2019). Recuperado de:
https://www.eltiempo.com/economia/sectores/ingeniero-julian-carrillo-habla-de-red-
colombiana-de-investigacion-en-ingenieria-sismica-ceer-360094

 Credencial Historia. “TEMBLORES Y TERREMOTOS”. Revista Credencial (septiembre de


2016). Recuperado de:
http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/temblores-y-terremotos

 Revista Semana. “¿POR QUÉ ESTA TEMBLANDO TANTO EN COLOMBIA?”. (28 de


enero de 2019). Recuperado de: https://www.semana.com/nacion/articulo/por-que-esta-
temblando-tanto-en-colombia/599502

Potrebbero piacerti anche