Sei sulla pagina 1di 24

"Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está

en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios


espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por
tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí,
preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el
poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no
conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia
que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos."
INTRODUCCIÓN

Si sientes que te estás desanimando con las cosas de Dios, y


asistes muy poco a la casa de oración; Si has disminuido en tus
diezmos y ofrendas, y ya no lees la Biblia como antes lo hacías;
Y si muy poco oras en tu aposento, ten cuidado porque estás a
punto de llegar a una frialdad espiritual de la cual puede que
no haya retorno.
Entonces, el fuego que antes te consumía, pueden convertirse
en solo carbones humeantes. Y al final llegar a perder el gozo,
la paz y la confianza en Dios.

¿Qué hacemos al respecto?

AVIVAR EL FUEGO DE DIOS


Eso precisamente fue lo que el Apóstol Pablo recomendó a
Timoteo de acuerdo con nuestro texto.
Timoteo después de un tiempo de haber sido puesto como
Pastor de la Iglesia de Éfeso, tuvo sus dificultades que lo
estaban llevando al desánimo, pero el Apóstol Pablo se había
percatado del estado espiritual de Timoteo. Y es por ello que lo
insta a que avive el fuego de Dios es él.

El desánimo es algo que nos puede suceder a cualquiera de


nosotros en determinado momento. Pero el problema no es
desanimarse en sí mismo, sino detectar el problema y buscar
la solución para superar el desánimo (Avivar el fuego).
Probablemente digas, que con el paso del tiempo todo se calma.

Calmarse ¿de qué?

Recuerda que Cristo no ha cambiado y que el Espíritu Santo


aún continúa trabajando en tu vida.

Ahora hay más trabajo que antes. No hay razón por el cual
deba apagarse tu llama y la devoción por Cristo.
No hay razón alguna. Sigue adelante, trabajando con amor
para Dios.
Dios quiere que siga ardiendo el fuego en nuestras vidas hasta
el fin de nuestros días en esta tierra, hasta presentarnos delante
de Él.

No podemos permitir que el fuego de Dios se vaya apagando.


Y si hay evidencias de ello, entonces debemos corregirlo y
avivar el fuego de Dios en nosotros.

Por lo tanto…,
¿Qué hacemos?
1. NO DESCUIDEMOS LA PALABRA DE DIOS.
Cada vez que nos reunamos, traigamos la Biblia con nosotros,
porque así como es la leña para el fogón, así es la Palabra de
Dios para el creyente.

No podemos vivir sin ella. La Biblia es la Palabra de Dios.

No habrá llama en el fogón, sino le ponemos leña. Es vital que


leamos la Palabra todos los días para nuestro crecimiento
espiritual.
2. NO DESCUIDEMOS LA ORACIÓN.
La oración no debe ser monótona, debe ser viva, debe ser un
tiempo especial. Consagre un lugar donde hacerlo y póstrese
delante de Dios.

Inicie con la siguiente oración: "Padre mío, aquí estoy,


dispuesto a estar delante de tu presencia, porque nada es más
importante que tú en este momento. Ven Espíritu Santo, ven a
mi vida y estese conmigo. Háblame, dime lo que tienes que
decirme para actuar conforme a tus mandamientos y
preceptos.

Te amo Señor Jesús, quiero estar cerca de tí, porque tú eres lo


más importante para mí."

3. ASISTAMOS A LA IGLESIA.
Acostumbremos estar en los cultos siempre, el día que no
estemos presentes, que sea la excepción pero no la regla.
Y, el día que no queramos congregarnos, aún así, vamos al
templo. Porque es mejor un día en sus atrios que mil años fuera
de él. Si usted es una persona que ama la casa de Dios y la
comunión con sus hermanos, de seguro dirá como el Salmista:
Yo me alegré con los que me decían a la casa del Señor iremos.
Si usted es una persona esforzada, valiente, y que trata de no
fallar en sus actividades cúlticas, Dios sabrá que usted lo honra
y Él te honrará a ti.
4. NO DEJES DE OFRENDAR Y DIEZMAR.
Si como apostólicos que somos hemos recibido la doctrina de
nuestro Señor Jesucristo antes de ser bautizados y allí
aprendimos que el Sistema económico de la iglesia es el de
Diezmo y Ofrendas pero si por algún motivo no relacionado
con la Palabra usted lo ha dejado o se ha olvidado de ello,
retómelo ahora y aprenda a ser fiel a Dios en todo y usted verá
la bendición del Señor. Debemos ser leales y fieles como el
Señor Jesús lo es con nosotros.
Solamente recuerde, que es Jesús quien nos da el trabajo.
Quien prospera nuestro negocio. Él es quien nos da la salud
para trabajar y además, nos sana si es que estamos enfermos.
Todo proviene de Dios. Sin Dios no somos nada, y entonces,
¿Por qué no podemos diezmar y ofrendar como un principio
de fe, sabiendo que al no hacerlo acarreamos malas cosas hacia
nosotros mismos?
Malaquías 3:6-10
Óiganme, israelitas: Si ustedes no han sido destruidos es porque yo
soy el Dios todo poderoso y mi amor no cambia.

En cambio ustedes, desde los días de sus antepasados, siempre han


desobedecido mis mandamientos. Pero si ustedes se arrepienten y
vuelven a mí, yo también me volveré a ustedes. Yo soy el Dios todo
poderoso, y les aseguro que así lo haré. Ustedes me preguntan: ¿Y de
qué tenemos que arrepentirnos? Yo les respondo: No es fácil que
alguien me robe; sin embargo, ¡ustedes me han robado! Todavía se
atreven a preguntarme: ¿Y qué te hemos robado? Pues escúchenme
bien: ¡Me han robado porque han dejado de darme el diezmo y las
ofrendas! Todos ustedes, como nación, me han robado; por eso yo los
maldigo a todos ustedes, también como nación.

Traigan a mi templo sus diezmos y échenlos en el cofre de las


ofrendas; así no les faltará alimento. ¡Pónganme a prueba con esto!
Verán que abriré las ventanas del cielo, y les enviaré abundantes
bendiciones hasta que sobreabunden.
5. CUIDADO BAJAMOS LA GUARDIA A LO
ESTABLECIDO POR DIOS.
No empieces a decir: todos somos tentados!, vivimos en otros
tiempos!, hacer lo que hago es algo normal para mí! A
sabiendas de que son cosas incorrectas.

Podemos llegar al punto de condescender a las creencias firmes


y básicas y llevarnos al punto de perder el gozo, la felicidad, la
seguridad y el contentamiento.
Nuevamente, la Biblia es para la vida cristiana, lo que la leña
es para el fogón.

La vida piadosa no es automática, y sino la avivamos,


comenzaremos a dudar. Dudar del poder de Dios, dudar de
que conteste su oración, dudar de que Dios pueda sanar. Por
eso, Pablo le dijo a Timoteo: "Porque Dios no nos ha dado
espíritu de cobardía, sino que te ha dado el poder del Espíritu
Santo, de amor, de disciplina y de perseverancia para hacer lo
que el Padre te ha encomendado."
6. PRESTAR ATENCIÓN A LAS LLAMADAS DEL
ESPÍRITU SANTO.
Todo creyente tiene dentro de sí, el poder del Espíritu Santo el
cual nos dirige, y nos guía a toda justicia y verdad. El Espíritu
Santo jamás nos engañará, nos dirige si vamos en la dirección
errada, si pensamos en algo incorrecto o si estamos en peligro
de caer en tentación.

Su labor es tomarnos la temperatura espiritual. Para


evaluarnos cómo estamos. ¿Tibios, fríos o calientes?
7. RECORDEMOS CUANDO ERAMOS ARDIENTES POR
EL SEÑOR.
Nuestra devoción era lo primero, amábamos la Palabra,
amábamos los himnos, escucharlos, y entonarlos.

8. TENEMOS QUE ARREPENTIRNOS.


Decirle a Dios: "He permitido que el mundo y sus encantos, sus
intereses y tentaciones me seduzcan, no te he adorado, ni he
orado como debo".
Debe haber una expresión genuina de arrepentimiento.
También arrepentimiento de pecado.

9. VOLVER A ENFOCARNOS EN DIOS.


Lo que haya sido que nos desenfocó, desechémoslo. Porque si
no, la falta de enfoque puede provocar ansiedad, tensión,
temores y hasta enfermedades.
Lea la Palabra de Dios y antes de hacerlo, dile a Dios: "Señor
estoy presto a oír tu voz, y presto a oír lo que tengas que
decirme".
Porque Él quiere de nosotros una vida de rectitud, una vida
santa y una vida que le honre.

Sabe lo que va a suceder, de repente Dios lo conectará de nuevo


y sentirá su amor fluir hacia usted y hacia los demás.

Busque a Dios todos los días, órele a Dios, dígale que quiere oír
su voz. No es pedir sus necesidades, es tener una relación más
estrecha con Él.
10. DEBEMOS INVOLUCRARNOS EN LA VIDA DE
OTROS.
La razón por la cual nos encontramos con las pilas bajas, es
porque solo pensamos en nosotros mismos.

Invirtamos en la vida de otras personas. El egoísmo no es de


Dios.

11. PERSISTE EN CADA UNO DE ESOS PUNTOS.


1 Timoteo 4:15-16
“Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu
aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y
de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti
mismo y a los que te oyeren".

Mi deseo es que avives el fuego de Dios que ha puesto en tí, de


tal manera que sea tan viva, que nadie pueda ignorar quien
vive en tí.
Es mi sentir que Dios nos está llamando a una mayor
consagración, de tal manera que Él pueda manifestarse de una
manera especial.

Que Dios te bendiga abundantemente.

Pastor, Edwin Moisés Valerio Sánchez

Potrebbero piacerti anche