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ADMINISTRACION DE EMPRESAS
III SEMESTRE
INTEGRANTE
GEOGRAFIA ECONOMICA
MAGANGUÉ-BOLIVAR
2018
INTRODUCCION
Cabe resaltar que la economía del departamento se centra en actividades, industriales, turísticas,
logísticas, portuarias, comerciales y agropecuarias. El puerto marítimo de Cartagena se especializa
15 en actividades relacionadas con la exportación de mercancías de carga en contenedores (66%
de la carga contenerizada del país) y en el transbordo de mercancías internacionales en tránsito
por el puerto, así como también en la recalada de cruceros, a su vez es considerado como el
quinto puerto más importante en América Latina, según el ranking de puertos: “los Top 20 en
América Latina y el Caribe en 2016 de la CEPAL” (CEPAL, 2016) y como “el puerto más eficiente,
productivo y confiable de la región del Gran Caribe”, según la Caribbean Shipping Association
(CSA) (SPRC, 2017). Por otra parte, el campo industrial se encuentra dentro de los sectores más
productivos y atractivos gracias a la producción (explotación) de bienes intermedios y de consumo
como refinación de petróleos, petroquímicos – plásticos, alimentos y bebidas en las que
predomina la zona industrial de Mamonal. 4
Caracterización social y demográfica
Población
De acuerdo a las proyecciones de población del Departamento Administrativo Nacional de
Estadísticas- DANE, para el año 2017 la población del departamento de Bolívar fue de
2.146.696 habitantes, correspondiente a los 46 municipios que conforman al
departamento; en los cuales en 19 de ellos la Cámara de Comercio de Cartagena tiene su
jurisdicción y se concentra el 71,8% de la población total departamental. Es importante
resaltar que la mayor población es decir, el 88,8% se encuentran ubicadas en las cabeceras
municipales por la alta concentración de habitantes que viven en el casco urbano, en
especial en Cartagena, capital del departamento y tan solo el 11,2% en zonas rurales.
MERCADO Y USOS DE SUELO
Mercado:
Hablar de la base económica de Bolívar como un todo no es posible en las actuales condiciones de
heterogeneidad del departamento. El ejemplo más claro de esta situación es su propia capital. Las
actividades económicas de Cartagena son muy diferentes a las del resto de los municipios del
departamento. Mientras que Cartagena se caracteriza por su gran dinámica industrial, turística y
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portuaria, los medios de sustento de los habitantes de los demás municipios están muy lejos de la
realidad cartagenera, su economía se basa esencialmente en actividades agropecuarias, mineras y
artesanales.
Su economía está bastante diversificada, pues tienen importancia la pesca (cultivo y extracción del
camarón), el turismo, la industria (productos químicos, petróleo y plástico, alimentos y bebidas), la
construcción, el comercio, la explotación de sal, la agricultura, la ganadería y las artesanías, siendo
los más dinámicos los cinco primeros sectores mencionados.
Se cultiva sobre todo ñame, maíz, yuca, además de algodón, plátano, caña de azúcar y arroz. En la
ganadería predomina la cría, engorde y levante; igualmente, la siembra de pastos ocupa una parte
considerable de su territorio. Es un importante productor de carne para el consumo regional y
nacional. La sal se explota en Galerazamba y surte los mercados regionales. El oro es uno de los
metales de mayor producción. La explotación del petróleo se realiza en Simití y la artesanía tiene
su principal centro en San Jacinto.
Suelos:
El término uso hace referencia a los tipos de cobertura desarrollados por el hombre, como la
agricultura, la ganadería, el uso urbano o el recreativo, las condiciones socioeconómicas y
culturales de un núcleo poblacional son las que determinan las formas de aprovechamiento de los
recursos básicos del territorio, y a su vez, estos recursos influyen directamente en la sociedad que
hace uso de ello. Existen numerosos sistemas para clasificar la cobertura y el uso de la TI erra. El
esquema de la FAO considera dos categorías. Una clase principal, que es una subdivisión mayor del
aprovechamiento de tierras rurales, y un tipo de utilización específica, que es una clase de uso
definida más detalladamente, de conformidad con una serie de especificaciones técnicas, en un
determinado marco físico, económico y social. Para los propósitos de este estudio, se utilizó el
sistema propuesto por el IGAC y CORPOICA, en el que se integran las clases de coberturas, con las
clases de usos agropecuarios.
La importancia del estudio del suelo, surge al considerarlo como proveedor de un sinnúmero de
beneficios económicos y ambientales, como por ejemplo la oferta de bienes y servicios y el
equilibrio del ecosistema. La población a nivel mundial se encuentra en aumento, lo que obliga a la
población a encontrar la mejor forma de uso de la tierra. Para aprovechar la productividad es
necesario establecer las características de los suelos y su distribución en cada área geográfica.
Existen varias clases de suelos (de acuerdo a su aptitud de uso), que varían de acuerdo a factores 6
como humedad, fertilidad, acidez, tipo de relieve, etc. Idealmente, desde el punto de vista de su
productividad, el suelo sería un terreno plano, fértil, mecanizable y de buenas condiciones físico-
químicas. Sin embargo, Colombia no es precisamente un ejemplo de este tipo de topografía. Los
suelos colombianos varían mucho, de acuerdo al clima, relieve y geología.5 Cuando se habla del
uso de la tierra se hace desde un punto de vista más amplio, que implica la ocupación de las
mismas. Esta se puede expresar en forma de cobertura de las actividades productivas, de
satisfacción no-material o en forma de vegetación natural.
Los suelos varían notablemente a nivel departamental. Existen zonas muy secas y zonas bastante
húmedas en el sur de Bolívar. Vastas zonas tienen problemas de fertilidad de los suelos, pero en
gran parte de éstas el aprovechamiento de los recursos naturales se efectúa a través de
explotación minera. Una caracterización más detallada permite observar los grandes contrastes
que se presentan en el departamento.
Bolívar es el departamento de mayor tamaño del Caribe Continental. Está localizado en una
llanura en medio de las estribaciones de la Cordillera Occidental y la Cordillera Central. Dado que
en Colombia el relieve es un elemento primordial en la regulación del clima, esta localización
determina en buena parte las condiciones hidrológicas y climatológicas del departamento. El
territorio bolivarense, con un 86,2% de su territorio con clima cálido, cuenta una topografía
peculiar. Está constituido principalmente por tierras bajas, sin embargo, posee una vasta extensión
de tierras de moderada elevación con pendientes pronunciadas. De hecho, es el departamento
con mayor proporción de tierras con pendientes superiores a los 22,5° en su ángulo de inclinación.
En Bolívar los suelos se pueden caracterizar por ciertos atributos específicos. En primer lugar, las
serranías se caracterizan por tener suelos erosionables, con bajos niveles de fertilidad. Estos
suelos han sido objeto de varios estudios para la explotación minera y como resultado de ello son
en efecto explotados comercialmente para tal fin (INGEOMINAS, 2005). En segundo lugar, las
tierras bajas de las riberas del río Magdalena, el Canal del Dique y la Mojana, a pesar de ser suelos
periódicamente inundables, cuentan con muy buenos niveles de fertilidad (aptos para actividades
agrícolas), que solo se ve afectada en épocas de sequía. Finalmente, se puede mencionar que las
demás tierras en general presentan niveles de fertilidad moderada.
Un reciente estudio del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) revela que el departamento de
Bolívar se encuentra con aproximadamente el 54% de su área departamental en conflicto de uso,
evidenciándose el 33% en sobreutilización y el 21% en subutilización. El área correspondiente al 7
43% se encuentra en uso adecuado, donde las coberturas naturales no han sido afectadas en su
mayoría por sistemas productivos.
El mismo estudio señala que Bolívar ocupa la posición No. 8 en uso inadecuado del suelo en
Colombia, ranking que lideran Sucre, con el 78% de sus suelos en conflicto de uso, seguido de
Atlántico con 73%. Le siguen Magdalena, 65%; Cesar, 64%; Caldas, 63%; Córdoba, 62%; Santander,
59%; Bolívar, 54%; Tolima, 49%; Antioquia, 51%; Cundinamarca, 51%; Boyacá, Huila y Risaralda,
con 49%; Casanare y Meta, con 44%; Norte de Santander, 40%; Arauca, Quindío y Valle del Cauca,
35%; Vichada, 31%; Cauca, 30%; Guajira, 27%, y Nariño 22%.
“Por el uso inadecuado en sus suelos, el 28 por ciento de Colombia sufriría más los estragos de los
fenómenos climáticos”.
Se han realizado llamado para que los agricultores, productores y empresarios del campo hagan
un uso adecuado del suelo colombiano, ya que de lo contrario, fenómenos climáticos atípicos
como la extrema sequía y/o la temporada de lluvias serían más catastróficos por la alteración de
los suelos, especialmente en zonas de las regiones Llanos, Andina y Caribe.
El estudio del IGAC coincide con que la Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró el 2015
como el Año Internacional de los Suelos.
Según el Estudio de conflictos de uso del suelo del IGAC, el porcentaje de suelos que en Colombia
está en conflicto equivale a 32.794.351 hectáreas (de las más de 114 millones con las que cuenta
el país), y abarca la mayor parte de las regiones Caribe y Andina, la Altillanura y el valle del río
Cauca, que históricamente han sido aprovechadas por las actividades del hombre.
“Las zonas más productivas y pobladas de Colombia han sufrido un continuo proceso de deterioro
y deforestación, lo que puede representar futuras tragedias tanto en épocas de sequía como de
lluvia. Estos suelos ya no pueden retener el agua suficiente para enfrentar un fuerte verano, lo que
representa que los ríos bajen su caudal y se vean afectadas de manera directa la biodiversidad
colombiana, como sucedió el año pasado en el departamento del Casanare. En el invierno, los
terrenos no regulan la gran cantidad de recurso hídrico que reciben, razón por la cual se dan las
inundaciones, en algunos casos inmanejables”, informó el Director General del IGAC.
Agregó que “estas tierras ahora se pueden catalogar como deterioradas o en proceso de
deterioro, debido en gran medida al uso indiscriminado del recurso. Por esto podrían ser las más
afectadas en la actual época de verano que afronta el país”.