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PA S T O R E S
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Editorial
¡Somos sacerdotes en este tiempo… pero Las figuras del santo cura de Ars, del car-
sin dejarnos “apresar” por él! Mons. Christian denal Eduardo Pironio y José Gabriel del Ro-
Pretch Bañados nos señala algunas pistas para sario Brochero a quienes nuestros obispos nos
ser fieles al Espíritu de Dios en esta hora de invitaban a contemplar especialmente en este
tantos cambios. año sacerdotal, se hacen presentes en este nú-
mero de Pastores a través de una selección de
¡Somos sacerdotes, en este tiempo y en textos de la Carta de Juan XXIII en el centena-
esta Patria bendita que camina a los bicente- rio de la muerte de San Juan María Vianney y
narios! Como muchos hermanos latinoameri- las semblanzas que Mons. Domingo Castagna
canos nos disponemos a celebrar los 200 años nos ofrece del Cardenal y del Cura Brochero.
de nuestra vida independiente. Queremos vivir
intensamente el compromiso de justicia y so- Por último, en continuidad con el nº 46
lidaridad por el que tantos argentinos y tam- y sabiendo que estamos llamados a “crecer
bién tantos sacerdotes dieron lo mejor de sí como personas para servir como pastores”
mismos. El P. Tomás Santidrián nos sitúa en (Juan María Uriarte) compartimos la reflexión
un marco amplio invitándonos a mirar los ejes del P. Stephen Rossetti, de la Diócesis de Syra-
fundamentales de la Carta “Caritas in verita- cuse-New York, quien a partir de su experien-
te” del Papa Benedicto XVI. Mons. Jorge Lo- cia docente y profesional plantea un camino
zano, obispo de Gualeguaychú nos introduce de maduración humana para que podamos ser
en la Carta de la CEA “Hacia un bicentenerio personas eucarísticas.
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Año
Sacerd
año
SACERDOTAL
na de la cultura europea."
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[ s . S . JUAN X X III ]
Al escribiros esta Carta Nuestro espíritu y experiencia Nos dice también la valiente fi-
Nuestro corazón se dirigen de modo singular delidad de la gran mayoría y las ascensiones
a los sacerdotes, Nuestros queridos hijos, para espirituales de los mejores. A los unos y a los
exhortar a todos insistentemente y, sobre todo, otros, en el día de la Ordenación, les dirigió
a los que se hallan ocupados en el ministerio el Señor estas palabras tan llenas de ternura:
pastoral a que mediten los admirables ejem- Iam non dicam vos servos, sed amicos. Que
plos de un hermano suyo en el sacerdocio, lle- esta Nuestra Carta encíclica pueda ayudarles
gado a ser su celestial Patrono. a todos a perseverar y crecer en esta amistad
divina, que constituye la alegría y la fuerza de
••• toda vida sacerdotal.
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[ M o n s . DOMINGO S . CA S TAGNA ]
Homilía de Mons.
DOMINGO S. CASTAGNA
en la Misa Crismal del 4 de abril de 2007
Hoy es un día en el que la Iglesia de autorizado lo que hasta el momento era consi-
Corrientes se congrega en torno a la Cátedra derado -y lo sigue siendo- gravísimo atentado
del Pastor para bendecir los óleos y consagrar contra la moral y las buenas costumbres. El
el Santo Crisma. Es tradición que represen- mundo, que ahora se muestra, estaba oculto
tantes de todas las comunidades parroquiales embrionariamente en el pasado. Ciertamente
peregrinen hasta este lugar conducidos por existían contenciones que no dejaban asomar
sus párrocos. Quiero darles mi bienvenida y lo que ahora aparece. El hombre no es peor ni
brindarles -en nombre de Jesús- mi cercanía mejor que el de otros tiempos. Sigue siendo
afectuosa y mi enseñanza. Con motivo de la un hijo alejado de su Padre, alentado misterio-
renovación anual de las promesas sacerdota- samente a regresar a la casa familiar abando-
les, precisamente en vísperas de la Institución nada. Jesús es el Camino de regreso y la Igle-
de la Eucaristía y del Sacerdocio, me dirijo, sia lo señala eficazmente para que el hombre
con particular afecto, a ustedes mis queridos actual tenga la oportunidad de descubrirlo y
hermanos y amigos sacerdotes; quiero exten- animarse a recorrerlo.
der mi paterna atención a todos los diáconos. Es la hora de la fe. Lo es desde Pente-
Deseo volcar en sus corazones buenos mis costés. Nuestro humilde ministerio de após-
experiencias e inquietudes, particularmente toles y profetas propone al mundo un plan de
autorizadas en razón del último tramo de mi regreso al Padre desplegando, por la predica-
servicio como Pastor de esta amada Arquidió- ción, el necesario horizonte de la fe. Somos
cesis. No pretendo amonestarlos, ni descorrer ministros de Jesucristo y, por ello, “adminis-
el velo de los límites y carencias que nos tocan tradores de los misterios de Dios”. Somos
por igual. Permítanme formular algunas con-
sideraciones, a modo de fraterna confidencia.
Como a ustedes me ha asaltado una
gran preocupación al comprobar la debilidad
de la fe de grandes sectores de nuestros bau-
tizados en la Iglesia Católica. Frecuentemente
me pregunté por qué y cedí a la tentación de
echar culpas a diversos factores, a veces injus-
tamente personalizados: las culturas modernas
y postmodernas, el relativismo, los medios
transmisores de tenebrosas deformaciones
para la mente y el comportamiento de sus con-
sumidores, las reformas legislativas que han
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prescindibles, pero, el ministerio de la fe que mente necesario ser hombres de fe. Para ello
hemos recibido no lo es. Si pierde su capaci- será imprescindible dedicar mucho tiempo a
dad de detener la caída hacia el abismo, en su meditación, leyéndola y aprendiéndola de
grandes multitudes de bautizados y no bau- labios de la Iglesia. Se produce entonces una
tizados, ¿no será a causa de nuestro silencio, saludable identificación con el Maestro, hasta
legítimos ministros de la palabra de Dios? autorizar -por parte del ministro (sacerdote y
El celo apostólico hacía exclamar a Pablo: diácono)- esta sorprendente y humilde confe-
“¡Ay de mi si no evangelizare!”. La predica- sión al pueblo: “El que me mira ve a Cristo”.
ción de la fe, que conduce al bautismo y a la Releí, con especial atención, las pala-
Eucaristía, reclama sin duda, toda la vida de bras de Jesús a sus discípulos: “Ustedes son
su ministro. El hombre contemporáneo, den- la luz del mundo… ustedes son la sal de la
tro y fuera de la Iglesia, padece hambre de tierra”. (Mateo 5) Es a todo el pueblo cristia-
la palabra de la fe aunque no sea consciente no a quien las dirige, incluidos sus Pastores y
de ello. Nuestra labor es proponer la Palabra consagrados. No es al mundo. El estado del
para que su gracia suscite la fe en quienes no mismo está impregnado de error y de corrup-
la poseen, la nutra en quienes la poseen y la ción. Necesita la sal y la luz que, por expreso
preserve de toda distorsión. ¡Pesada misión! mandato divino, deben ser los fieles, verda-
Estremecedora y consoladora al mismo tiem- deros “discípulos y misioneros de Jesucristo”
po. Vale la pena darlo todo, hasta derramar (Vª Conferencia Episcopal de Latinoamérica y
la sangre, por ser fieles a ella. La gravedad el Caribe). La fe mantiene encendida la luz y,
de la hora nos urge cultivar el conocimiento en la sal, conserva la capacidad de salar. Si la
de la Palabra mediante el estudio y, principal- fe se debilita, la luz se apaga y la sal no sirve
mente, mediante la oración. Los santos mi- “sino para ser tirada y pisoteada”. Por lo tan-
nistros -sacerdotes y diáconos- han sido mo- to, la fe -que debemos servir como apóstoles
delos de esa remota y continua preparación, y profetas- identifica al pueblo cristiano como
consistente en la contemplación del “rostro luz del mundo y sal de la tierra. El tristemen-
de Cristo” - la Palabra encarnada. Para ser te comprobado debilitamiento de la fe denota
idóneos ministros de la Palabra es absoluta- que el error y la corrupción no reciben el sa-
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ludable contraataque de una luz que ilumine y mados interiormente por esta convicción de-
de una sal que elimine la corrupción o preser- bemos decidirnos ser la predicación viviente
ve de ella. Nuestro ministerio -no nosotros- es de la palabra de la fe mediante una vida verda-
indudablemente insustituible. Nuestra vida de deramente santa.
fe está involucrada en el ejercicio del mismo. Y ustedes, queridos fieles cristianos y
Debemos ser una formulación existencial de ciudadanos del Pueblo de Dios: amen singu-
la palabra, destinada a confirmar y a fortale- larmente a sus sacerdotes y diáconos, servido-
cer la fe de nuestras comunidades. Para ello res de la fe de ustedes. Trasciendan, como sé
necesitamos -nosotros mismos- recibirla con que procuran hacerlo, las pobrezas y riquezas
gozo en una permanente actitud personal de que observen en ellos para concentrarse en
conversión y de penitencia. Así lo afirma la la gracia del Evangelio que les predican. La
catequesis de la Liturgia correspondiente a la gracia proviene del Espíritu Santo, que se vale
ordenación presbiteral: “Anuncien a todos los de esas palabras y humildes personas -San
hombres la palabra de Dios que ustedes mis- Pablo las califica con un término de aparente
mos han recibido con alegría. Mediten la ley desprestigio: “necedad”- para causar la con-
del Señor, crean lo que leen, enseñen lo que versión y la santidad. Confíen en ellos y há-
creen y practiquen lo que enseñan”. ganles sentir la frescura de una docilidad que
Los ministros del Evangelio, al mejor los anime a ser mejores creyentes y humildes
estilo apostólico, debemos ser hombres de fe servidores de la fe.
sencilla y comprometida. Nuestros herma- Estamos iniciando el trienio prepara-
nos bautizados sabrán adherirse a la fe que torio al Centenario de la erección canónica de
les predicamos si ven que “hablamos porque nuestra Iglesia Particular de Corrientes. Es una
creemos” y porque lo enseñado es verdad en ocasión sin igual para enclavar nuestra fe en
nuestras vidas. Que sabemos “dar razón de la roca viva de la palabra de Dios que se nos
nuestra esperanza” y que guardamos en nues- ofrece por el ministerio sagrado. La sociedad
tros corazones -como María- lo que ofrecemos correntina necesita experimentar la presencia
a nuestras comunidades. Si prestamos princi- de la fe de ustedes. Debe brillar la Luz que di-
pal atención al ejercicio de este ministerio, la sipe el error y producirse la eliminación de la
fe capacitará a nuestros bautizados para hacer corrupción por la acción de la Sal. Repito las
“cristianas” sus múltiples actividades, como exactas palabras de Jesús: “Ustedes son la sal
también sus diversas condiciones de vida. De de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con
otra manera no se producirá la evangelización qué se la volverá a salar?” “Ustedes son la luz
de las contradictorias culturas contemporá- del mundo… Así debe brillar ante los ojos de
neas, tan alejadas de los valores evangélicos. los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de
La palabra de la fe es “gracia” que salva al que vean sus buenas obras y glorifiquen al Pa-
que cree. San Pablo lo expresa así en la Car- dre que está en el cielo”. (Mateo 5, 13. 14. 16).
ta a los Romanos: “Yo no me avergüenzo del No duden, mis hermanos, que la predicación
Evangelio, porque es el poder de Dios para es el instrumento humanamente pobre, elegido
salvación de todos los que creen” (1, 16). Ani- por Dios, para salvar al mundo.
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[ M o n s . j u a n m a r í a u r i a r t e ]
Obispo emérito de San Sebastián
SER PRESBÍTERO
EN EL SENO DE NUESTRA
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CENCINI, MOLARI, FAVALE, DIANICH: «El presbítero en
la iglesia de hoy». Madrid, 1994, edit. Atenas, pág. 28.
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Tales modos son más sanos que los rigores de teológica, espiritual y pedagógica del celibato.
antaño. Pero espontáneamente propician situa- A pesar de ello, «nos enfrentamos más bien
ciones en las que la soledad y la intimidad pue- en solitario y no demasiado equipados a las
den encender los resortes de la ternura, el sexo sucesivas evoluciones y crisis que van produ-
e incluso el amor. Las viejas reservas deben ser ciendo en nosotros el desarrollo y los cambios
sustituidas por una elemental cautela. de nuestra sexualidad y afectividad»12. La
Cabe asimismo un corrimiento progresivo transparencia ante un testigo cercano, respe-
en nuestros mismos criterios morales acerca tuoso, libre y capaz de una escucha cualifica-
de determinados deslices incoherentes con da, resulta saludable para todos y necesaria
una opción célibe. Creo que, si no la califi- para muchos.
cación moral misma, sí puede perder enteros
la importancia vital que les atribuimos. No se IV. UNA CULTURA QUE DEBILITA EL
trata de volver a escrúpulos del pasado. Sí de SENTIDO DE PERTENENCIA
aquilatar los criterios morales para no incurrir
en el permisivismo. Y en este asunto, siempre Para los analistas de nuestra cultura (p.ej.
será verdad aquella afirmación de Jon Sobrino. para P. Berger), uno de los fenómenos destaca-
«no se puede ser célibe sin vivir con pasión el dos es la fragmentación y el debilitamiento del
ministerio». Añado con plena convicción: “sin sentido de pertenencia.
adherirnos vitalmente a Jesucristo”
Se han liberalizado las costumbres, pero 1. El sentido de pertenencia
no se ha liberado todavía suficientemente
la palabra que comunica transparentemente A. Maslow, un gran psicólogo humanis-
nuestras vivencias, nuestras tentaciones, nues-
tros traspiés. Hemos avanzado a la hora de ad- 12
GARCÍA, J.A., SJ : «En torno a la formación: cinco hi-
quirir una más adecuada visión antropológica, pótesis de trabajo». Sal Terrae, dic. 1990.
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ta, incluye el sentido de pertenencia entre las Las primeras pertenencias que se resienten son
seis necesidades vitales básicas de la persona. las que nos ligan a comunidades o colectivos
No le falta razón: la pertenencia es un compo- más amplios con los cuales la relación de la
nente de la identidad. Uno no sabe quién es persona es menos intensa y más institucional.
mientras no sabe a quién y a qué pertenece. El sujeto humano, particularmente el hombre
Los estudios realizados con niños criados en y la mujer de nuestros días, se adhiere más fá-
un ambiente sexualmente promiscuo en el que cilmente a microgrupos más próximos en los
no tienen clara referencia de quiénes son sus que encuentra acogida y afectividad. Es más
padres, resultan desoladores: la confusión y el débil y quebradiza su adhesión a grupos que
marasmo son dominantes. Si queremos man- le trascienden espacial y temporalmente. El
tener entera nuestra salud psíquica, nuestras desapego institucional es hoy un fenómeno
cinco o seis pertenencias básicas tienen que frecuente y creciente. La adhesión a las insti-
ser muy claras y muy sentidas: la familia, la tuciones muy amplias tiende a ser precaria; la
comunidad humana próxima, el ámbito socio- confianza depositada en ellas es, con frecuen-
cultural del que formamos parte, la comuni- cia, débil. El carácter frío y lejano de las gran-
dad eclesial eucarística local y universal, la des instituciones favorece el desenganche vital
humanidad, Dios. Los creyentes no podemos de las personas. Así puede explicarse en parte
olvidar además que la pertenencia es una di- la alta valoración actual de la familia. Tal vez
mensión fundamental del la comunión, alma es exagerada, pero apunta en buena dirección
de la comunidad eclesial. la reflexión de Susan Sontag: «La familia es el
Estos son los caracteres principales del último reducto de calor en un mundo helado».
sentido de pertenencia. Es adhesión a un grupo
con el que nos sentimos solidarios en su his- 3. Pertenencia y vida presbi-
toria, en sus grandezas y miserias. Es empatía teral
para con los componentes del grupo al que
pertenecemos. Es un sentimiento recíproco: Afirmar que el sentido de pertenencia a la
aquellos a quienes pertenezco me pertenecen comunidad parroquial, religiosa, diocesana y
también a mí. Se alimenta de experiencias co- universal no es un patrimonio sólido en nues-
munitarias reales y simbólicas de comunión. tros presbiterios, sería contrario a la verdad y
Convivir, concelebrar, colaborar y compartir abiertamente injusto. Probablemente no existi-
son los cuatro verbos generadores del sentido rá en el mundo de las grandes instituciones cí-
de pertenencia. vicas una adhesión más sólida que ésta. Man-
tener, con todo, que la crisis de pertenencia
2. La crisis del sentido de no está afectando sino muy periféricamente a
pertenencia nuestros presbiterios sería ingenuidad o miedo
a la verdad.
La vida parcelada y fragmentada crea Es bien conocida la retracción que experi-
una multitud de pertenencias muy débiles y mentan respecto de la vida diocesana bastan-
debilita asimismo las pertenencias fuertes. Es tes sacerdotes a partir de su jubilación y, sobre
normal que esto suceda si vivo en una familia, todo, a partir de su ancianidad efectiva. Según
trabajo en otro barrio, me divierto en otras la- los expertos en gerontología, las tres crisis de
titudes, tengo mi grupo natural en otro lugar, las personas mayores afectan a su identidad, a
celebro mi fe donde por las circunstancias me- su autonomía y a su sentido de pertenencia13.
jor me viene, paso temporadas de viaje o de El caso es sensiblemente más suave en los sa-
vacación con otras personas diferentes. cerdotes que en los ancianos de su generación.
En una lectura de mayor profundidad, al- Pero también entre nosotros, bastantes sacer-
gunos especialistas emparentan esta crisis con dotes se sienten un tanto al margen de la co-
el auge de la individualidad. Según ellos, esta rriente de la vida eclesial. Esta marginalidad,
tendencia al desapego sería una reacción de-
fensiva del individuo frente a la tentación de 13
LAFOREST : «Introducción a la gerontología». Barce-
omnipresencia del grupo y de la institución. lona 1991. Herder.
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favorecida por la propia dinámica del anciano que la situación creada no es una simple crisis
y tal vez en algunos casos por nuestro des- de sentido de pertenencia sino que está propi-
cuido a la hora de informarles y motivarles, ciada también por centralismos eclesiales no
provoca por su parte cierto desentendimiento exentos de ideología.
y una regresión hacia su mundo interior. El sentido de pertenencia puede ser exclu-
Pero la crisis del sentido de pertenencia sivo y no inclusivo en algunos sacerdotes. Una
se extiende también a otras generaciones. La sensibilidad sacerdotal debe articular bien sus
polarización del presbítero en su comunidad pertenencias eclesiales y seculares. Quienes
parroquial y la distancia psíquica respecto de viven muy pendientes de la Iglesia y de sus vi-
otras pertenencias eclesiológicamente muy cisitudes (a veces también de las intrascenden-
consistentes como la iglesia local, no es un fe- tes) y bastante indiferentes a los avatares de la
nómeno residual. Según mi limitada experien- sociedad, muestran un sentido de pertenencia
cia, las generaciones más jóvenes no parecen más «eclesiástico» que eclesial. No hemos
escapar a este mismo movimiento. Tampoco de ser mundanos, pero sí seculares. Aquellos
las generaciones intermedias son del todo aje- otros que viven muy atentos a los movimien-
nas a él, aunque creo que en muchas diócesis tos de la sociedad y son poco sensibles a los
son ellas las que llevan el peso mayor de la res- intentos y tropiezos de nuestra Iglesia, están
ponsabilidad por la totalidad diocesana. Tal vez lejos de reconocer suficientemente a esta co-
esta débil implicación en lo diocesano, en sus munidad «santa y necesitada de purificación»
proyectos globales, en sus celebraciones, sea (LG 8), que ha recibido la misión de ser sacra-
algo que no se deba solamente a la polaridad mento del Reino de Dios.
parroquial. Una mejor teología de la iglesia lo- Puede también orientarse, en fin, el sen-
cal favorece la implicación, pero no crea sin timiento de pertenencia del sacerdote hacia
más sentimientos de pertenencia. Tenemos que grupos eclesialmente legítimos, ejemplares
discernir qué es, en este punto, cultural y qué en muchos aspectos, que le ofrecen un espa-
es debido a deficiencias formativas pasadas o cio cálido de fe y de acogida. Cuando esta
presentes y a carencias de reciprocidad y aten- orientación debilita o difumina el sentido de
ción individualizada por parte de la diócesis. pertenencia parroquial o diocesana, está des-
No quiero eludir una expresión de esta cri- plazando de manera no correcta su adhesión
sis que afecta a la relación de bastantes presbí- preferente, que debe centrarse en la parroquia,
teros con la Iglesia en niveles nacionales más en la diócesis, en la Iglesia universal.
amplios y con la misma Iglesia universal. Es
innegable que la figura del Sucesor de Pedro V. UNA CULTURA QUE ACENTÚA LA
es, en el nivel real y simbólico, generador ne- SATISFACCIÓN DE LOS DESEOS
cesario y eficaz de un sólido sentimiento de
pertenencia eclesial. La comparación con otras 1. El rasgo cultural
confesiones cristianas evidencia la hondura y
el valor inestimable del servicio del Primado. En los últimos 40 años, el nivel de vida ha
Observo, con todo, en bastantes sacerdotes y experimentado entre nosotros un incremento
muchos cristianos, una insatisfacción, un su- casi exponencial. Hemos pasado de tiempos
frimiento y una tensión de voltaje bastante alto de estrechez y obligada austeridad a años de
respecto a estructuras eclesiales más amplias abundancia, por desgracia no accesible a to-
en las que creen intuir posiciones defensivas dos los ciudadanos. El progreso técnico ha
y políticamente escoradas. La misma Cu- modificado muy notablemente los hábitos de
ria vaticana no se sustrae a una sospecha de vida de la gente en el comer, en el vestir, en la
orientación involutiva. Esta percepción, exa- vivienda, en los viajes, en las vacaciones. Po-
gerada y deformada por algunos Medios de sibilitados por este progreso técnico, producir
Comunicación Social, llega a rebajar notable- y consumir se han convertido en dos grandes
mente el crédito moral de los pastores no solo tractores de la vida social.
ante la sociedad sino ante los mismos fieles. Lejos de ser un mal, una vida relativamen-
Hace sufrir mucho a sacerdotes que estiman te holgada que permite la satisfacción de nece-
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mos. Se da por descontado que va a seguir per- Muchos son los sacerdotes con recursos
viviendo, en este mundo secularizado, tanto en nacidos de su fe, de su espiritualidad y del co-
su formato institucional en las Iglesias como nocimiento del corazón humano para sobrepo-
en multitud de «nuevos movimientos religio- nerse a esta dura prueba. Saben por su fe que
sos» que muestran una gran vitalidad aunque la voluntad salvífica de Dios es perenne y está
están surcadas por muchas ambigüedades y plenamente vigente. Su espiritualidad, cultiva-
contaminaciones. A pesar de estas últimas, el da durante largos años, ha ido aclimatando en
«revivir religioso» parece expresar una resis- su interior el movimiento de entrega confiada
tencia y una protesta del corazón humano ante a Dios no solo de su presente y futuro perso-
un clima cultural asfixiante, empeñado en ex- nal, sino del presente y futuro de la comunidad
plicar, dominar y parcelar la realidad del mun- eclesial. Saben de quién se han fiado (cfr. 2
do y desacostumbrado a contemplarlo como Tim 1, 12). Su experiencia humana les hace
un todo, de respetarlo y de preguntarse por su decir con Rahner: «el hombre y la mujer de
origen y su destino. Los «nuevos movimientos hoy son diferentes, pero son humanos»19.
religiosos» revelarían la apertura básica e in- Pero la cultura que margina a Dios es
deleble de los humanos a Algo o Alguien que como una niebla baja que nos penetra hasta
nos desborda. los huesos. El creyente de todos los tiempos
¿No hay contradicción entre el «eclipse ha mantenido en su interior una dialéctica con
de Dios» (M. Buber) arriba descrito y el re- el ateo potencial que lleva dentro de sí. «Dón-
nacer religioso ahora apuntado? Creo que son de te buscaré», decía San Anselmo ya en el
dos fenómenos simultáneos. La increencia y siglo XI. Hoy esta dialéctica se vuelve más
la indiferencia siguen avanzando implacable- apremiante. Muchas realidades que evocaban
mente, sobre todo en las nuevas generaciones. casi espontáneamente a Dios, parecen haberse
La religión continúa emergiendo aquí y allí vuelto opacas a la mirada del hombre actual.
en formas variadas. Todavía, al menos entre El hombre y la mujer de nuestros días descu-
nosotros, la onda irreligiosa es ampliamente bre mucho más fácilmente en el mundo el ros-
mayoritaria y más perceptible. Es arriesgado tro del hombre que la huella de Dios.
aventurar, en este y otros muchos asuntos, el El sacerdote no es un simple espectador
mapa del futuro. «El futuro de la Iglesia y del preocupado, afligido, esperanzado de este pa-
cristianismo depende primariamente de Dios norama. Él mismo está también habitado por
y no del hombre. Dios puede, por tanto, con- esta sensibilidad. Se siente tendido «entre el
fundir las mejores y más fundadas prediccio- silencio de Dios y la extrañeza del mundo»
nes, como ha sucedido frecuentemente en la (Olegario Glez. de Cardedal). La pregunta de
historia» (Van der Pol). San Anselmo: «¿dónde estás?», se reformula
(apenas me atrevo a decirlo) en esta otra: «¿es-
2. Los presbíteros «ante Dios» tás?» Mircea Elíade20 sostiene que la gran di-
ferencia entre el hombre antiguo y el hombre
Los presbíteros estamos concernidos por moderno radica en que, para el antiguo, Dios
este fenómeno desde muchos flancos. La indi- era más cercano que las cosechas, los ríos, la
ferencia creciente interpela nuestra esperanza tormenta, la tribu. En cambio, el hombre mo-
pastoral e induce la tentación de preguntarnos derno tiene dificultad para percibir y sentir a
si no estaremos entrando en una época post Dios como real. Somos hombres de este tiem-
po. El presbítero está habitado por las dos sen-
‑religiosa. El alivio producido por el revivir de
sibilidades: la que siente familiar a Dios y la
la Religión queda acidulado por el hecho cier-
que lo siente extraño. Aquí radica su escisión
to de que muchos que viven este despertar no
fundamental.
se orientan hacia la fe en Jesús ni menos a la
Los presbíteros que gestionan bien esta
comunidad eclesial. A más de un sacerdote le
cuesta aceptar que haya dedicado su vida entera 19
RAHNER, K.: «El hombre actual y la religión», en «Es-
a suscitar la fe para encontrarse... con ésto. Y critos de Teología», t. 6, Taurus, Madrid 1969, págs. 15-
más de uno lleva el tiro debajo del ala en forma 23.
de decepción y de sensación de infecundidad. 20
«Lo sagrado y lo profano».
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[ P. C r i s t i á n P r e c h t B a ñ a d o s ]
RASGOS CONTEMPORÁNEOS
DE LA ESPIRITUALIDAD
PRESBITERAL
Ser sacerdotes es un inmenso don del Se- nómeno de que en un Continente tan agrario,
ñor: es un proyecto y un desafío que se vive de una cantidad cercana al 80% de sus habitantes,
cara a los tiempos de la historia. Como toda sean hayan optado por vivir en la ciudad.
obra de Dios, el presbiterado tiene ciertos ras- Por eso nos proponemos describir algunas
gos permanentes y otros rasgos, o acentuacio- tendencias del tiempo en que vivimos –espe-
nes, que dependen de los tiempos de Dios y cialmente en la cultura urbana– y sacar algu-
de la Iglesia. nas conclusiones para el ministerio presbite-
Hoy vivimos un tránsito cultural de pro- ral. Obviamente, por lo vasto del tema y por
porciones, propio de un mundo globalizado, la rapidez de los cambios, estas observaciones
que necesariamente incide en nuestra manera no son afirmaciones rotundas sino más bien
de vivir el sacerdocio. Este tránsito se vive de proposiciones para ser discutidas, precisadas,
manera más intensa, y hasta dramática, en la corregidas y complementadas. Y, obviamente,
ciudad y en la gran ciudad. En América La- también mis referencias están vinculadas a
tina tenemos urbes como Ciudad de México, Santiago de Chile, lo que “estrecha” la visión
Bogotá, Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago y del desafío que presenta la gran ciudad a nues-
tantas más. Pero, además, se da el extraño fe- tro ministerio.
3
Ver Gén 4, 11 ss.
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Somos conscientes que este diagnóstico de este tiempo. Y, por ende, hijos y hermanos
abreviado es mucho más matizado. En el mis- de esta misma cultura. Por eso, así como hay
mo país y en la misma ciudad conviven cultu- ONGs -expresiones neo institucionales de la
ras muy diversas. Junto al ruido de la moderni- caridad en el mundo secular- en la Iglesia se
dad tardía –atizada por muchos comunicadores desarrollan movimientos y asociaciones que
sociales– convive una cultura más tradicional, en pequeño (o invocando nuevas estructuras
y las ideologías del pasado reciente pugnan canónicas) quieren vivir sus ideales sin depen-
por reconquistar o mantener su vigencia. Tam- der directamente de los Pastores inmediatos.
poco se nos escapa el renacer de la vocación Prefieren depender del Papa de Roma o de sus
social entre los jóvenes ni el florecimiento de propias jerarquías.
los voluntariados, como hace 50 años en que Esta situación también afecta al magiste-
en vez de “un techo para Chile” hacíamos la rio eclesial pues en una sociedad multicultural
campaña de la fonolita y ayudábamos a parar hay que aprender a hablar varios idiomas en
mediaguas… No dejamos de valorar, tampoco, una misma sociedad… y no siempre se puede
los procesos de individuación (no siempre de hablar en una ciudad con un lenguaje que todos
personalización) y la mayor conciencia de ciu- comprendan. Está el lenguaje de los jóvenes,
dadanía que empieza a existir entre la gente. Y, el de los profesionales, el lenguaje mal llama-
en el campo religioso, las búsquedas místicas do culto y el lenguaje popular, los lenguajes
y espirituales que despuntan en medio de tan- de los migrantes, etc. La situación se hace más
to pragmatismo y que, paradójicamente, no se compleja si incorporamos no sólo el lenguaje
buscan (o no se encuentran las respuestas) en del Chat y el Internet sino la posibilidad que
las parroquias y las estructuras de la Iglesia, este medio nos brinda para encontrar “maes-
salvo en algunos grupos, movimientos o expe- tros personales”, sustrayéndonos al influjo del
riencias más particulares. De ahí la curiosidad maestro común: el párroco, el obispo y hasta
por lo que puede ofrecer la sabiduría oriental o el Papa, salvo en momentos muy singulares.
de las diversas expresiones del New Age. A todo esto se añade la nueva situación en
Pero, lo que parece prevalecer, al menos los medios de comunicación que poco a poco
a primera vista, es una mentalidad más indi- han pasado de ser comunicadores a contralores
vidualista, subjetiva, atenta al yo más que al e, incluso, a ser inquisidores. “Fiscalizadores”
bien común. Y la Iglesia –también nosotros– como a algunos de ellos les gusta llamarse, a
no escapa de estas realidades en la medida pesar de no haber sido elegidos para desem-
en que está formada por varones y mujeres peñar esta función ni toleren más contraloría
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6
Declaración de los Derechos Humanos, art. 11 y 12 7
Ver NMI 58
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nos precedieron en tiempos del nazismo, del la tentación de la fuga mundi y la fuga indivi-
marxismo o de la seguridad nacional ? Y para dualista, igualmente perniciosa, y que consis-
ir más lejos, ¿ no lo hicieron así los “Padres de te en construirse cada uno su pequeña iglesia
la Iglesia” de los primeros cinco siglos y los –capilla, parroquia o movimiento– modelada
“Padres de la Iglesia” del siglo XX en nuestra a su imagen y semejanza. También hay que
Iglesia de América Latina y el Caribe? evitar buscar las fuentes de la espiritualidad
Evangelizar el corazón de esta cultura es lejos de nuestro ministerio porque entonces
un llamado a evangelizar nuestro corazón sa- entraríamos en un paralelismo sin destino. En
cerdotal, nuestra vida consagrada, nuestra vo- ese sentido, una lectio divina de la II Corintios
cación ministerial. Un llamado a darnos tiempo es más que actual para nuestra espiritualidad,
para orar nuestro ministerio, para que en él la para descubrir en ella como San Pablo se for-
acción no se coma a la contemplación,8 y para talece en medio de contradicciones, escisiones
que las soluciones a problemas tan concretos, y aún persecuciones. Esta puede ayudarnos
broten de una mirada-con-Cristo de la nueva a resituar nuestra caridad pastoral que sigue
realidad que también protagonizamos. Así las siendo el lugar desde donde se alimenta nues-
cosas: el “¿qué haría Cristo en mi lugar?”9 si- tra espiritualidad presbiteral.
gue siendo lema y actitud de vida.
Ante la magnitud de los desafíos pasto- 1.2. Un ministerio en medio de este
rales que enfrentamos hay quienes pierden el mundo
norte de su actuar y no pocos se sienten des-
concertados. De ahí la necesidad de subrayar Lo propio nuestro es el anuncio del Evan-
que en esta búsqueda no estamos solos. Antes gelio del Reino en un mundo que tiene – como
que nosotros se han reunido nuestros Obispos siempre – otros evangelios y otros reinos. Esto
en el Sínodo de América y el Sínodo sobre el no es nuevo. Lo nuevo tal vez es que, pocas
Ministerio episcopal. Junto a la Iglesia Uni- veces como ahora, esos otros reinos han teni-
versal hemos preparado y celebrado el Jubi- do tanto marketing y un alcance tan univer-
leo de la Encarnación y hemos recibido de sal, gracias a la globalización de la vida y de
manos del Papa Juan Pablo el testamento de las comunicaciones. Lo espontáneo es pensar
dicha experiencia de fe, la Novo Millennio en tener emisoras de radio y de Televisión, y
Ineunte, que tiene gran vigencia para la vida crear páginas web para vocear nuestro mensa-
de la Iglesia. Ahora nos preparamos para la je. No está mal… Pero antes, hay cosas más
V Conferencia Plenaria del Episcopado Lati- urgentes que están absolutamente a nuestro
noamericano y junto a nuestros pastores nos alcance, como por ejemplo:
preguntamos como ser presbíteros- discípulos
y presbíteros-misioneros especialmente, en a. El encuentro vital con Jesucristo y la
nuestro caso, en los presbiterios locales y en el mística cristiana
clero secular. Y para aportar a esa reflexión los “Hoy existe un gran hambre de nueva es-
invito a subrayar algunas notas de espirituali- piritualidad que signifique una experiencia de
dad presbiteral. Dios en nuestras propias vidas. Esta experien-
cia es esencial para todo ministro pero no se
1.1. Una vocación apostólica, diocesana la puede encontrar fuera de los límites de su
y secular ministerio. Tiene que ser posible encontrar las
semillas de esta nueva espiritualidad en la pro-
En primer lugar, no hay que olvidar que la pia esencia del servicio cristiano. La oración
nuestra es una vocación apostólica, diocesana no es una preparación para el trabajo o una
y secular, que nos lleva a anunciar el Evangelio condición indispensable para que el ministerio
en medio del mundo y desde el corazón de una sea eficaz. La oración es vida. la oración y el
Iglesia Particular. Por lo tanto, hay que evitar ministerio son una misma cosa y jamás pue-
den separarse”10.
8
Ver NMI 43.1
9
Criterio de acción de San Alberto Hurtado 10
Nouwen, “Un ministerio creativo”, PPC 1998, pág. 18
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Esta experiencia mística se hace hoy más en espiritualidades narcisistas. La caridad si-
necesaria pues, precisamente por el pragmatis- gue siendo el único termómetro para medir la
mo reinante y por el subjetivismo ambiente, la autenticidad del encuentro con Cristo.
gente tiende a refugiarse en experiencias místi- Por eso, la lectio divina es hoy una fuente
cas… que encuentra en las escuelas orientales inmejorable de espiritualidad histórico-cari-
y no en el seno de la propia Iglesia. A nosotros tativa, ya que leemos la Palabra en su propia
los presbíteros nos perciben como hombres de situación histórica: “qué dice la Palabra”, así
acción, organizadores, gerentes pastorales, y como en el contexto de nuestra propia histo-
sienten que la Iglesia enseña moral o que re- ria: “qué nos dice la Palabra”; oramos desde
duce su mensaje a la moral, pero que no apor- esa lectura situada:“oratio” y buscamos cómo
ta las razones profundas de la fe. Es un punto hacer vida o prolongar el sabor de esa palabra:
muy serio para un examen de conciencia, y “contemplatio”.
para analizar nuestra vivencia espiritual, nues- La experiencia de la lectio está vinculada
tro magisterio y nuestras homilías. a nuestras homilías que son un reto a nuestra
En nuestra espiritualidad, entonces, debe espiritualidad y una exigencia cada vez más
explicitarse el encuentro vital con Jesucristo y aguda de nuestros auditorios. La preparación
su seguimiento en un discipulado permanen- de la homilía en oración, atentos a los signos
te. No podemos ni debemos callar el amor y la de los tiempos y a la comunidad a la cual ser-
pasión que El suscita en nosotros; y su nombre vimos, es una fuente permanente de espiritua-
debe estar continuamente en nuestros labios. El lidad y de discipulado misionero. Ello requiere
es “el producto” que la Iglesia ofrece al mun- entrar en el misterio… en la buena nueva que
do y, sin lugar a dudas, absolutamente el mejor Dios tiene para nuestro pueblo hoy día… en la
que podemos aportar en nuestro tiempo11. lógica de Dios para articular la vida. Y no sólo
morar en los epifenómenos, las anécdotas, los
b. La lectio divina lugares comunes, nuestras preferencias políti-
Es claro que la mística cristiana siempre cas, los enunciados éticos o la superficialidad.
apunta a la persona y a la historia y no se re- Este punto ha sido muy hablado. Lo im-
duce a una vaguedad de sentimientos de “sen- portante es tomar decisiones al respecto, máxi-
tirse bien”. Esta se funda en una relación per- me ante auditorios que exigen mayor com-
sonal con el Señor, se proyecta en el acontecer petencia porque no comulgan con ruedas de
-es la Encarnación, es la Pascua, es el don del carreta. Exigen diversidad de “lenguas”, por
Espíritu en Pentecostés- y nunca se encierra las subculturas presentes en nuestros “audito-
rios”, y mejores contenidos pues mayor es la
11
Cf E in Am 67.1 educación de quienes nos escuchan. Y exigen
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también más calidad en la transmisión, acos- se trata de una capitalidad de personas que, a
tumbrados como están a la imagen televisiva la vez, son discípulos, aprendices, seguido-
y a una cierta calidad de sonido en emisiones res y, por cierto, hermanos de las personas a
radiales. ¿ No es esta una buena razón para quienes sirven. Esto hace que teológicamente
hacernos discípulos junto a los hermanos con nuestro ministerio no nos distancia del pueblo
quieres compartimos este ministerio y prepa- fiel. Somos distintos por vocación pero no te-
rar la homilía en comunión con otros pastores, nemos por qué ser distantes. Y hoy existe en el
diáconos permanentes, religiosos o ministros pueblo de Dios, y en la gente en general, una
de nuestra comunidades? aguda conciencia democrática que tiende a re-
chazar, y a veces con mucho vigor, cualquier
c. La vida a la intemperie forma de endiosamiento. Y eso también entra
Hay que recordar también que hoy vivi- en la observación de la “casa de vidrio” a la
mos en una “casa de vidrio”. Siempre la gente que providencialmente estamos sometidos.
se fijó en sus curas: dónde se encontraba su
cabalgadura, dónde su camioneta, con quien d. De las sensaciones a las convicciones
se junta a comer, a jugar, a beber, quiénes vi- Otra fuente de espiritualidad nos la ofrece
sitaban su casa, cuáles eran sus preferencias… la demanda actual de mayor competencia en
Pero, a la vez, la gente cuidaba a sus sacerdo- nuestro ministerio que nos obliga a estudiar e
tes y la sociedad los protegía, los sentía pro- incluso a especializarnos. Los presbíteros ju-
pios. Hoy, en cambio, vivimos en medio del gamos en la liga profesional de la fe y de la
mundo, a la intemperie, sin protección alguna moral, de la Liturgia y la espiritualidad y no en
y, al revés, bajo el escrutinio de los MCS y simples campeonatos de barrio sobre estos te-
con el deseo de ver nuestras caídas. Estamos mas tan cruciales. Nuestra palabra cuenta. Nos
en situación semejante a lo que hoy se pide a guste o no nos guste, somos un referente del
los líderes del país, a los servidores públicos, pensamiento de la Iglesia. Por lo tanto, impor-
en un ambiente que tiende a desacralizar a las ta mucho lo que decimos al hablar de temas
personas y a demostrar la inconsistencia de las candentes: el matrimonio civil, la bioética, la
instituciones. Pues bien, esta misma realidad penalización de los menores, la corrupción,
nos da la posibilidad de vivir con mayor trans- los derechos humanos, por sólo referirme a
parencia y humildad, dejando de lado ciertas los que aparecen en la primera página de los
incoherencias e ingenuidades que muchos co- diarios. Y si eso es necesario en la temática
metemos, y sabiendo que nuestra vida está ex- vigente, se requiere también competencia en
puesta ante los ojos del mundo global. Una ra- nuestra enseñanza y acompañamiento espiri-
zón más para avivar la calidad de nuestra vida tual para ayudar a los fieles a pasar de las sen-
espiritual, de vivir “de cara a Dios”, procuran- saciones a las convicciones en el seguimiento
do la paz de la conciencia en medio de esta de Jesucristo. Esto último es especialmente
sobre exposición. Una excelente razón para necesario entre los jóvenes y en la evangeli-
valorar el que la gente quiera conocer nuestro zación de la religiosidad popular, que es gran
discipulado y valorar nuestros aprendizajes, riqueza de la Iglesia.
presentándonos con el ropaje de hermanos que Una razón más para tomar en serio nues-
juntos caminamos en pos del Señor y no como tra formación permanente y aprovechar todas
“autoridades” que están sobre los demás. Es las oportunidades de profundizar nuestra con-
decir, como “amigos” y “servidores” como a dición ministerial.
Jesús le gusta llamarnos.
De esta observación mas bien externa se 1.3. Desde el corazón de una Iglesia
deriva también otra consideración más teoló- Particular
gica. El Concilio Vaticano II nos regaló una
conciencia más nítida de la capitalidad de El individualismo reinante también nos
nuestro ministerio. Bien. Pero, esa capitalidad afecta en nuestra vida y ministerio. Es un he-
en términos absolutos corresponde al Señor cho que nos cuesta trabajar en equipo y vivir
Jesucristo. En nosotros, obispos y presbíteros, en comunión. Además, y lamentablemente,
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los curas solemos ser la peor cuchilla contra es imagen y semejanza de la Santa Trinidad,
los curas. No pocas críticas que leemos en los quiere decir que empezando por el corazón del
medios de comunicación se originan en nues- hombre –varón y mujer– y en todas las rea-
tros comentarios irresponsables, frutos de ce- lidades del mundo, tanto en el microcosmos
los, envidias o simples descalificaciones. Y se como en el macrocosmos, late una estructura
da la gran paradoja que quienes mejor saben y trinitaria. Es a ese corazón al que tenemos que
sabemos lo que cuesta realizar un ministerio apuntar. Y es a ese corazón al que tenemos que
entregado, creativo, estimulante y consecuen- convertirnos con la gracia de Dios.
te… somos los que más criticamos al hermano Pero, esto no es marketing. No es una
ante el menor renuncio o el menor descuido. oferta para otros. Es un paso a dar por cada
Hoy más que nunca hay que estrechar la uno de nosotros para recrear un presbiterio
comunión, aumentar el amor por el equipo, unido a los co-presbíteros en torno al Obispo
la comunidad de vida, ser reflejos de la Santa en que el “miren como se aman” pueda ser la
Trinidad. Y aprender a vivir como discípulos, exclamación de quienes nos rodean…
como gente que sabe que tiene mucho que
aprender de Jesús, del Evangelio, de nues- b. Practicar la espiritualidad de comunión
tros Pastores, de los hermanos. Y, por amor No es necesario, en este punto, volver
de Dios, hacer un voto de santa hermandad a citar in extenso el texto paradigmático de
en que aprendamos a corregirnos con amor, a Juan Pablo II12. Es un texto tan bien armado
llevar las cargas unos de otros, sin jamás eri- e inspirado en que no falta ni sobra ninguna
girnos en jueces de los hermanos ni hacer leña palabra. Es la mejor descripción vigente de la
de un apóstol caído. espiritualidad de la comunión. En ella el Papa
la presenta como la respuesta a los designios
a. Redescubrir el Evangelio de la comunión de Dios y a los anhelos del hombre, que nos
Ante esta realidad es imperioso redescu- lleva a mirarnos cordialmente, a considerarnos
brir la comunión como un Evangelio, una bue- parte unos de los otros, a darnos espacio en
na noticia para el mundo, para la Iglesia, para nuestro crecimiento y a sentir como propios
cada uno de nosotros. Y reconocer que la co- los éxitos de los demás. Ni más ni menos.
munión es hoy la gran profecía que podemos La espiritualidad de comunión se basa en
ofrecer a un mundo individualista. Es apuntar una sabiduría renovada diariamente. Su inicio
al corazón del sistema y no quedarnos en las es el asombro. Porque el tesoro de la dignidad
exterioridades. Si es verdad que la creación humana en los redimidos lo llevamos en vasi-
jas de barro [2 Cor 4,7] nos admira sobrema-
nera cuánto resplandece a través de la opaci-
dad del recipiente. Porque, como lo confirma
el apóstol Pablo, no pocas veces hacemos lo
que no queremos y no hacemos lo que quere-
mos [Cf Rom 7,15]. Por esto nos alegra cada
vez que constatamos que alguien hace el bien
y se aparta del mal, y que se ha decidido a su-
perar el mal, haciendo el bien.
En los primeros tiempos del cristianis-
mo se acuñó la sentencia: “Viste al hermano
- ¡viste a Cristo!”. No queremos pasar de prisa
cerca del hermano, con tantas preocupaciones
que nublan la mirada; queremos detenernos
ante él con corazón contemplativo, acogiendo
y admirando a Cristo en él y abriendo el espíri-
tu a la verdad que él aporta. Nunca debiéramos
12
Cf. Novo Millennio Ineunte, N. 43
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El Siervo de Dios
cardenal
Eduardo f. pironio
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El Cardenal Eduardo Pironio los años violentos, son mal vistas, particular-
mente por los sostenedores de la ideología de
la “seguridad nacional”, que acarrearía tanto
El desempeño de su notable misión sacer-
dolor y muerte. Es entonces cuando su vida
dotal y episcopal está sólidamente sostenido
corre verdadero peligro. No obstante, mantie-
por una innegable y ascendente espirituali-
ne una ejemplar reserva ante las agresiones y
dad. El Cardenal Pironio se destaca como un
amenazas a su persona.
hombre de profunda y constante oración, que
aflora espontáneamente en su contacto per-
sonal. De allí el aprecio que le profesan los Los consagrados
sectores diversos de la Iglesia: obispos, sa-
cerdotes, consagrados y laicos. Su reconocida Su amor a la Iglesia, como lo conduce a
sensibilidad, informada por la gracia, lo acerca amar profundamente a los sacerdotes y laicos,
a los más humildes y pobres, a los atribulados, también enciende en él un aprecio destacable
a cada persona que se relaciona con él. El trato por la Vida Consagrada. Su designación como
cordial y amigable es como el distintivo de su Prefecto de la Congregación para los Religio-
personalidad y, no obstante, se manifiesta do- sos, Institutos Seculares y Vida Apostólica
tado de una excepcional ecuanimidad. Su es- le ofrece la ocasión de dedicarse con mayor
fervor y sabiduría a esa delicada misión. Pro-
píritu abierto alienta el abordaje de múltiples
mueve las mutuas relaciones entre Obispos
y puntuales temas de teología, espiritualidad
y Superiores Mayores constituyéndose, sin
y pastoral. En mi entrevista con él, poco an-
proponérselo, en un verdadero modelo de Pas-
tes de su muerte, me confiesa su dolor por no
tor de toda la Vida Consagrada. Cuando S. S.
haber dispuesto del tiempo necesario para es-
Pablo VI lo escoge para ese servicio, su nom-
cribir sobre algunos temas, diferidos para el
bramiento causa alegría en muchos y silencio
tiempo de su retiro como emérito.
en otros. Hombre joven -54 años como Pro
Prefecto y 55 años como Prefecto y Carde-
Amor a la Virgen nal- constituye una esperanza entre los princi-
pales colaboradores del Santo Padre. Su paso
Un capítulo aparte merece su amor y de- por la Congregación es muy valorado por los
voción entrañables a la Santísima Virgen. Bien consagrados de todo el mundo. Lo consideran
fundado teológicamente y, no obstante, provis- un Pastor comprensivo y sostenedor de los va-
to de una conmovedora sencillez, hasta conta- lores esenciales de la Vida Consagrada en la
giar su amor de hijo gozoso y agradecido. Iglesia y en el mundo.
Los sacerdotes
Sus virtudes
LosNo quiero olvidar su deferencia hacia los
sacerdotes de toda edad. Su trato con ellos se Sé que en tan breves páginas debo renun-
distingue por una caridad ilimitada. Con mo- ciar a la mención de muchos aspectos importan-
tivo de recibir el Palio arzobispal me invita a tes de su intensa y fecunda trayectoria de hom-
almorzar a solas con él. Recuerdo con gratitud bre de Iglesia. El cometido de estas semblanzas
sus santos consejos, especialmente el de amar sacerdotales es descubrir el secreto profundo de
incondicionalmente a los sacerdotes como pa- la santidad que las modela. Deseo referirme -en
dre paciente y solícito: “¡Ama mucho a los sa- el Cardenal- a su vivencia de las virtudes cris-
cerdotes!” -me dijo entonces- “No te canses de tianas que hacen a la santidad.
amarlos”. Ese sincero amor se expresa, de for-
ma ejemplar, en sus palabras y gestos. Como La fe
consecuencia es profundamente amado y ve-
nerado por quienes lo conocen. Su proverbial Todo en él indica que vive en Dios. Sus
apertura a todos y su solicitud, especialmente gestos, sus reacciones, sus palabras y sus va-
por quienes padecen cruel persecución durante liosos escritos proceden de una experiencia
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Celegrac
de los
Bicente
Comienzo de
la celebración
de los
bicentenarios
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[ p b r o . t o m á s s a n t i d r i á n ]
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tre ricos y pobres (nº 22) ya denun- Este artículo está pensado para una Revis-
ta Sacerdotal, “Pastores”. Me permito concluir
ciadas por Paulo VI, que se agra- con una reflexión a compartir con mis herma-
van en nuestro mundo y siguen nos sacerdotes. Ante el “egoísmo” reinante en
la sociedad actual, ante el “relativismo” de
evidenciando, con más fuerza, “el una razón en bancarrota, ante una “técnica” y
escándalo de las disparidades una “ciencia” unidimensional, Benedicto XVI
no habla de un simple humanismo; presenta
hirientes”. Consecuentemente, la
el “humanismo cristiano”, proclamando la ar-
“Ayuda a los países pobres”, basa- monía entre razón y fe. No será éste un recla-
mo para volver a los tiempos del Apóstol San
da en un sistema de solidaridad
Pablo, que en pleno paganismo, proclamaba:
social más participativo y orgáni- “nosotros insensatos predicamos a Cristo, y
Cristo Crucificado (Cfr. 1Cor. 1, 23)”. Sin am-
co, menos burocratizado (nº 60).
bages ni medias tintas.
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[ J o r g e E d u a r d o L o z a n o 1
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relaciones humanas sustituyéndolas por las mente en 2015 se alcanzarán los objetivos so-
transacciones financieras, que debieran estar lemnemente asumidos en la Asamblea de las
al servicio de la producción y de la satisfac- Naciones Unidas.
ción de las necesidades humanas. La econo- En una reunión con los sacerdotes de
mía internacional ha concentrado el poder de Roma en Febrero del 2009, ante una pregunta
la riqueza en pocas manos, excluyendo a los el Papa contestó: “La avaricia humana es ido-
desfavorecidos e incrementando la desigual- latría que va contra el verdadero Dios y es fal-
dad”. (Cf. DA, n. 62) sificación de la imagen de Dios con otro Dios,
Mamón. Debemos denunciar con valentía,
En Septiembre del 2000, después de una pero también con propuestas concretas, por-
década de grandes conferencias y cumbres, que los grandes moralismos no ayudan si no
los representantes de los Estados reunidos en son sostenidos por el conocimiento de la rea-
Nueva York en la Sede de las Naciones Unidas lidad, que ayuda también a entender que cosa
aprobaron la “Declaración del Milenio”, com- se puede hacer en concreto. Desde siempre no
prometiendo a sus países en una nueva alianza sólo debemos denunciar los males, sino mos-
mundial. Estas metas acordadas se conocen trar los caminos que llevan a la justicia, a la
como los “Objetivos de Desarrollo del Mile- caridad, a la conversión de los corazones”.
nio” (ODM).
El primer objetivo es “erradicar la pobre- Asistimos a nivel internacional a la Pará-
za y el hambre”. Una de las metas propuestas bola evangélica de Lázaro alimentándose de
es “reducir a la mitad la pobreza y el hambre” las migajas que caen de la mesa del rico, que
para el 2015. sigue en sus banquetes obscenos. La riqueza
En Septiembre de 2008 el secretario ge- a nivel internacional se concentra de manera
neral de las Naciones Unidas solicitó un au- escandalosa. No se trata sólo de percepciones
mento de 18.000 millones de dólares al año
entre 2008 y 2010 para poder dar cumpli-
miento a las metas establecidas. Medida que
fue resistida.
Ante la crisis financiera, el gobierno
del Presidente Bush pide al Congreso de los
EE.UU. la suma de 700.000 millones de dóla-
res para posibilitar el rescate de los bancos e
instituciones financieras.
¿Podemos sorprendernos de semejante
caudal de dinero que se ha aportado en el
hemisferio norte para “salvar” a empresas
multinacionales y corporaciones financieras
transnacionales? ¿Podemos no cuestionarnos
por qué no existieron las mismas posibilida-
des en los últimos años para salvar del ham-
bre a millones?
Rescatar estas empresas significó res-
guardar algunas fuentes de trabajo, es cierto.
Pero no era ésa la finalidad, ya que esas mis-
mas empresas no han optado por privilegiar
a los trabajadores por encima de la rentabi-
lidad o competitividad. Cuando la ganancia
es buena se acumula, cuando hay pérdidas se
distribuyen.
Según los últimos datos de la FAO, se ha
incrementado el hambre en el mundo. Difícil-
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o sensaciones sobre la realidad. “La riqueza nistas —oficialistas u opositores— de los di-
mundial crece en términos absolutos, pero au- versos medios de comunicación más que las
mentan también las desigualdades. En los paí- orientaciones del Magisterio y diversos ámbi-
ses ricos, nuevas categorías sociales se empo- tos pastorales.
brecen y nacen nuevas pobrezas. En las zonas Destaquemos también que ha habido en el
más pobres, algunos grupos gozan de un tipo último año una importante caída del nivel de
de superdesarrollo derrochador y consumista, empleo en diversos países europeos.
que contrasta de modo inaceptable con situa- Se produjo una baja significativa del pre-
ciones persistentes de miseria deshumaniza- cio de los productos que nosotros podemos
dora. Se sigue produciendo “el escándalo de comerciar a nivel internacional.
las disparidades hirientes” (CiV 22). La acu- Frente a esta situación crítica a nivel inter-
mulación de riqueza décadas atrás era el resul- nacional y regional, la Iglesia en el Continen-
tado de la explotación de los trabajadores y el te nos propone 2 cosas, en la Declaración del
abuso en el comercio entre los Estados. Hoy CELAM de Febrero que citaba recién:
es producto de la expulsión de multitudes del
acceso al trabajo y de la exclusión social. • el servicio a los más pobres: ser más so-
América Latina es el continente más des- lidarios con aquellos que más sufren las con-
igual del planeta, y la brecha entre los que secuencias de la crisis, los más desprotegidos.
menos tienen y los que más tienen es cada • poner en marcha nuestra inteligencia
vez mayor. y buscar nuevos modelos de desarrollo, que
Asombra que a veces aparezcan co-men- sean superadores del actual.
tarios acerca de esta asimétrica situación como
si fuera producto de intervención de extrate- Es necesario vincular intelectuales, las
rrestres o desastres naturales. La crisis es el universidades católicas y públicas, políticos,
resultado obtenido por quienes han pensado y sindicalistas, etc. para buscar un modelo de
decidido el sistema económico internacional. sociedad y de desarrollo integral que sea justo,
Décadas atrás varios preveían este desenlace solidario, equitativo. Esta necesidad de nuevos
debido al modo irracional e inmoral en que se modelos de desarrollo es planteada insistente-
han planteado las relaciones económicas entre mente en Aparecida y en la Encíclica Caritas
los Estados. in Veritate.
Son incisivas las preguntas del Papa a los 2) Juntos para un nuevo Pro-
Miembros del Cuerpo Diplomático: yecto de país (nº 11-15)
“¿Cómo no pensar en tantas personas y
familias afectadas por las dificultades y las La necesidad de un proyecto de país “no
incertidumbres que la actual crisis financiera es una preocupación nueva” en la Argentina.
y económica ha provocado a escala mundial? En varias oportunidades y desde diversos sec-
¿Cómo no evocar la crisis alimentaria y el ca- tores de la sociedad se ha planteado esta in-
lentamiento climático, que dificultan todavía quietud. Para ello es necesaria una mirada a
más el acceso a los alimentos y al agua a los largo plazo, la cual no es posible sin tomar en
habitantes de las regiones más pobres del pla- cuenta el presente y el pasado.
neta?”. (Discurso a los Miembros del Cuerpo Me acordaba en estos días de una novela
Diplomático, 8 de Enero de 2009) que relataba la historia de un hombre que
aparece perdido en un pueblo. La gente se le
No podemos darnos el lujo de tener mira- acerca y le pregunta: “¿Te podemos ayudar?
das ingenuas y opiniones superficiales. Tam- ¿A dónde tenés que ir?”. Y el hombre res-
poco aceptar sin reflexión crítica cualquier ponde: “No sé de dónde vengo, no sé hacia
tipo de interpretación que quieran darnos. dónde voy”.
Muchas veces me pregunto cómo se forma el Su horizonte era confuso e indetermina-
juicio crítico sobre la realidad de los pastores do porque no sabía dónde había comenzado
y consagrados. Si influyen en nosotros colum- su camino.
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por ejemplo, en el crecimiento del individua- cuya letra es inspiración de Cátulo Castillo,
lismo y en el debilitamiento de los vínculos expresa dramáticamente “la vida es una he-
personales y comunitarios. Nos preocupan rida absurda”.
especialmente las graves carencias afectivas El texto incorpora, como parte de la nueva
y emocionales. Contemplamos un gran anhe- cuestión social, la falta de sentido de la vida y
lo de encontrar razones para la existencia. no poder reconocer la belleza de la existencia.
La deuda social es también una deuda exis- El Papa Benedicto XVI en Brasil refiriéndose
tencial de crisis del sentido de la vida: ‘se a los jóvenes, decía que “no tienen miedo del
puede legítimamente pensar que la suerte de sacrificio sino de una vida sin sentido”. Ése es
la humanidad está en manos de quienes se- el mayor miedo que tienen los jóvenes hoy. No
pan dar razones para vivir’. Ello nos debería encontrar para dónde ir, el para qué esforzarse,
interpelar a todos e invitarnos a discernir y para qué la alegría y la fiesta. El individualis-
promover nuevos vínculos de pertenencia y mo “debilita los vínculos personales y comu-
convivencia y nuevos estilos de vida más fra- nitarios”, haciendo que la situación de pobreza
ternos y solidarios”. (nº 25) o sufrimiento del otro me pase desapercibido.
Es el grave riesgo de endurecer el corazón y
Hace unos meses leí un artículo en que “naturalizar la pobreza”, mirarla como parte
se citaba un escrito de Víctor Frankl acer- de la sociedad, de lo que hay en el mundo.
ca del sentido de la vida. Él decía que “... Así, los pobres son algo más del panorama
lo más profundo del hombre no es el deseo que contemplamos. Como dicen algunos, “los
de poder ni el deseo de placer sino el deseo ninguneamos”. Los hacemos imperceptibles
de sentido”, y que “la gran enfermedad de y hasta invisibles. En nuestro país mueren 8
nuestro tiempo es la carencia de objetivos, el niños por día a causa de la desnutrición; mejor
aburrimiento, la falta de sentido y de propó- dicho, de la injusticia. Algunos aseguran que
sitos”. (El hombre doliente, Barcelona, Her- son el doble.
der, 1987, pp. 12 y ss.) Continuemos con el Nº 25: “La deuda
Ya en 1949 advertía Frankl que “la nues- social es también una deuda existencial de
tra es una época de frustración existencial. Y crisis del sentido de la vida”. En el segui-
es particularmente el joven el que se siente miento que la Universidad Católica realiza de
frustrado en su deseo de sentido” (ídem, p.14). la deuda social, se observa el modo en que
(Tomado de Revista del CIAS de Setiembre- incide existencialmente en los argentinos la
Octubre 2007) situación de pobreza y exclusión. Afecta en
lo emocional, en lo afectivo; el problema
Las voces populares también recogen, económico no se manifiesta solamente en el
con los claroscuros que delinea la poesía, esta bolsillo vacío. Afecta la integridad de la per-
situación de angustia existencial. Un tango, sona humana. El pobre no sólo no puede ele-
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gir entre muchas comidas para alimentarse. no se limita al simple crecimiento económico”
También es pobre porque se siente excluido (nº 26). Y aquí aparece como cuestión ineludi-
y despreciado por la sociedad, que le dice: ble e imprescindible poner en un primer plano
“argentinos somos todos, pero no todos vivi- la dignidad del trabajo. Dignidad de la que to-
mos de la misma manera y no todos tenemos dos los hombres son merecedores.
los mismos derechos”. “Vos sí, vos no… yo El auténtico desarrollo es de todo el hom-
tampoco”, decía una de las campañas de las bre y todos los hombres (Populorum Progres-
Colecta Más X Menos. sio, 1967), integral y solidario.
El Papa Benedicto XVI en su reciente No será posible si no hay desarrollo de la
Encíclica Caritas in Veritate nos dice que Región. El bien común tiene una dimensión
“una de las pobrezas más hondas que el social y universal; difícilmente cada uno de
hombre puede experimentar es la soledad. nuestros países pueda tener buenas perspecti-
Ciertamente, también las otras pobrezas, in- vas desligándose del futuro de Paraguay, Bra-
cluidas las materiales, nacen del aislamien- sil, Uruguay, Chile, Bolivia… de cada uno de
to, del no ser amados o de la dificultad de los países que formamos la Región y de todo
amar”. (CiV 53) el continente latinoamericano. La pertenencia
a América Latina también es parte de nuestra
Para saldar la deuda social es necesario identidad. Hace poco un presidente de un país
buscar nuevos modelos de desarrollo, lo “que de la región dijo “los países no se mudan”.
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Otro bello poema nos hace notar que “lo dar una mano”.
que el árbol tiene de florido, vive de lo que
tiene sepultado” (José Luis Bernárdez). • Perseverancia. “Puse rumbo al horizon-
te / y por nada me detuve” canta una canción
Nosotros somos fruto de lo otro que está de Joan Manuel Serrat. Síntesis poética de una
sepultado, y el día de mañana estaremos se- manera de incluir lo más humano de nosotros
pultados y habrá otros que serán fruto de lo mismos ante tropiezos, dudas o flaquezas cuan-
que hemos hecho hoy. Esta convicción es po- do vamos detrás de un proyecto. Y no ceder.
sible si miramos nuestra vida como parte de
un proyecto nacional, como parte de la his- • Capacidad de diálogo para la elaboración
toria de un pueblo. La imagen utilizada por de Políticas públicas, consensos fundamenta-
el poeta nos remite a una comunión de vida les, nuevos acuerdos (nº 13, 14, 15, 18).
entre raíces y frutos: no somos eslabones de
una larga y fría cadena, sino parte de una mis- • Capacidad de respuestas a las necesida-
ma realidad vital. des más urgentes, y simultáneamente compro-
Nosotros no somos los primeros. Hay meterse con otros organismos e instituciones
muchos que se han comprometido y entre- para organizar estructuras más justas en la so-
gado antes. Tampoco seremos los últimos en ciedad (Cfr. D.A. 383-384).
trabajar por el bien común, la justicia y la so-
lidaridad. • Estilo de vida sobrio y sencillo. En una
sociedad que promueve el consumismo y he-
A modo de puntualización, señalo algunas donismo, debemos ser testigos de una relación
características necesarias del estilo de lideraz- distinta con las cosas, de soberanía sobre uno
go que hace falta hoy: mismo. (cfr. CiV 51)
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y form
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[ P . S t e p h e n J . R o s s e t t i , P h D . Dm i n . ]
Sacerdote de la Diócesis de Syracuse-New York.
Clinical Associate Professor in the Catholic University of America.
De la ira a la gratitud.
Llegar a ser personas
eucarísticas: El itinerario
de la formación humana
Se me ha pedido hablar sobre la forma- comportamientos destructivos tales como el
ción humana. Quisiera tratar el tema de la uso compulsivo de las tarjetas de crédito, la
formación humana desde un acercamiento compulsión en el comer y las diversas proble-
un poco diferente. Normalmente, cuando se máticas en el campo sexual.
habla de formación humana se pone el acento Pero hay aspectos comunes en el origen
sobre el aspecto psicológico y, es de esperar, de estas diversas dificultades. Un elemento
se reconoce una apertura hacia lo espiritual. común que casi siempre aparece a lo largo del
Este es un buen acercamiento, pero la expe- tratamiento, sin importar cuales problemas ha
riencia me sugiere que no hay dos itinerarios presentado la persona, es la ira. Cuando los re-
simultáneos para cada persona, uno espiritual ligiosos y los sacerdotes ingresan, la expresión
y otro psicológico, sino que hay un solo iti- de sus rostros es normalmente dura, la mirada
nerario que comprende tanto la dimensión fija, aprietan sus dientes y sus músculos per-
espiritual como la dimensión psicológica. De manecen rígidos. En lo profundo de casi todas
hecho, cuando nuestro Instituto realiza eva- sus psicologías hay una gran cantidad de ira.
luaciones psicológicas y espirituales de nues- Casi siempre, ellos no son conscientes de lo
tros residentes, si están bien hechas, ambas enojados que están. Yo les digo: “Pareces un
evaluaciones reflejan lo mismo, una misma poco enojado”. Ellos, apretando los dientes y
realidad expresada en palabras diversas y desbordando hostilidad con sus palabras, me
desde diferentes acercamientos. En esta re- responden: “Yo no estoy enojado”.
flexión, usaré un acercamiento muy simple y La ira es una pasión humana y no es ni
que abarca, al mismo tiempo, tanto la dimen- buena ni mala (Catecismo de la Iglesia Católi-
sión espiritual como la psicológica de la per- ca, 1767). El Catecismo de la Iglesia Católica
sona humana. Y este itinerario que describiré nos dice que las emociones y los sentimientos
me parece que toca al corazón mismo de la pueden ser asumidos en las virtudes o perver-
peregrinación humana actual. tidos en los vicios (1768). En este caso, no
Como ustedes saben, he trabajado en el estoy hablando de la clase de ira normal que
Instituto San Lucas en el estado de Maryland experimenta una sana psicología. Por ejemplo,
en los Estados Unidos. Sacerdotes, religiosos leemos en Marcos 3,5: “Jesús les echó en torno
y religiosas llegan al Instituto San Lucas por una mirada de ira, dolido de su obcecación”.
muy diversas dificultades en el campo psico- Correctamente uno se enoja ante la injusticia
lógico y espiritual. Algunos de los problemas y el pecado.
están relacionados con el alcoholismo, la de- En cambio, hablo de una ira enconada que
presión, las dificultades interpersonales, las habita en el corazón humano y que se convierte
crisis espirituales, la adicción a las drogas o en un veneno que invade todo el sistema de la
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persona. Eventualmente, esta ira sale a través Nos puede sorprender que a la base de
de formas disfuncionales como una depresión muchas desviaciones y patologías sexuales
seria, en la que el enojo se proyecta hacia la in- se encuentre esta ira enconada o enojo, que
terioridad de uno mismo. O se puede manifes- ha llegado a erotizarse. Esta fue la teoría de
tar en el trastorno de una personalidad irasci- Robert Stoller MD en su obra Perversión: la
ble. Por ejemplo, recuerdo a un sacerdote que forma erótica del odio. Él habla de desviacio-
atemorizaba a los miembros de su parroquia nes sexuales como odios erotizados. Y esto es
con su sarcasmo hiriente, la critica agresiva, la verdadero sobre todo en los casos de abuso
denigración y su engrandecimiento narcisista. sexual infantil. El acto se disfraza en la mente
Otro ejemplo es el de una religiosa que con su de quien comete el abuso como si fuera un
agresividad pasiva minaba y saboteaba la vida abrazo amoroso. Muchos me han dicho que
de la comunidad, especialmente en el área de estaban tratando de dar a los niños el amor
la autoridad. Estas personas llevan dentro mu- de un padre, el amor que ellos no tuvieron
cha ira y cuando interactúan con otros reparten de sus padres en su juventud. Sin embargo,
discordias y conflictos. Los demás se sienten el abuso sexual infantil es efectivamente un
heridos y molestos por la manera y el tono de acto destructivo producido por la ira y la vio-
su comportamiento. Los sacerdotes poseídos lencia encubiertas que dejó la víctima herida.
por la ira no son “hombres de comunión” tal Tratan de volver a efectuar su propia victi-
como el Santo Padre los describe en Pastores mización infantil con los mismos resultados
Dabo Vobis. En lugar de eso son hombres con- destructivos. “Por sus frutos los conocerán”;
flictivos que siembran división y que suelen los dañinos frutos del abuso sexual infantil
dejar sus parroquias heridas y divididas. revelan la ira y la violencia que llevan dentro.
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mos que rendir cuentas directamente a Dios·. Y respondió: “Estoy muy enojado pues estoy
(Juan Pablo ll. 9/05/2002. Visita ad limina de muriendo de SIDA”, Le sugerí que le dijera a
los Obispos de la región Este de Brasil). Las Dios lo enojado que estaba. Con todo burlón
palabras del Santo Padre sobre este punto no dijo: “Temo molestar a Dios con este asunto
pueden ser más insistentes. de mi vida”. Dije: “Bien, si sé que estas eno-
jado con Dios y lo sabes, estoy seguro de que
Un misterio pascual Dios ya lo sabia·. Entonces él fue a la capilla y
psicológico comenzó a decirle a Dios exactamente lo que
había en su corazón incluyendo el dolor y la ra-
¿Cómo podemos ayudar en este camino? bia que sentía. Luego su vida de oración volvió
He observado a los residentes de nuestro Ins- a surgir. Murió hace poco tiempo y vivió todo
tituto San Lucas y ellos me han enseñado mu- esto con valentía y fe.
cho sobre el camino de la formación humana. Me viene a la mente la obra de Walter
Cuando se vive en el Instituto, se experimen- Brueggemann El mensaje de los salmos. ÉI
ta mucha alegría, pero también mucho dolor. señala que hay unos 30 salmos que pueden
Hace pocos días hablaba con una religiosa y llamarse “salmos de la desorientación” o “sal-
le preguntaba cómo había sido su estadía en mos de la oscuridad”. En ellos, el salmista vive
el Instituto. Ella me contestó que el proceso en tensión y ora a Dios de manera honesta y
le había salvado la vida. Luego le pregunté si directa. Se captan muchas heridas, dolor e
le había resultado difícil y ella respondió di- incluso ira en esos salmos. Brueggemann ex-
ciendo que había sido increíblemente difícil. plica porqué esas plegarias de Israel sean tan
Día tras día, ella tuvo que enfrentarse con el honestas a la hora de dirigirse a Dios: “Esos
dolor y las heridas de su vida. Cada día tuvo salmos parten del principio de que Dios ofre-
que afrontar mucho de su conflicto interno y ce una nueva vida desde los lugares de muerte
tuvo que visitar muchos lugares psicológicos que ellos presentan ... Abrazar la oscuridad es
que nunca hubiera escogido para una visita. parte de la nueva vida. Israel parece saber que
Este camino de sanación es un tipo de la nueva vida no puede venir de otro lugar”. Es
misterio pascual. Podemos llamarlo Misterio relevante que los salmos constituyan el núcleo
pascual psicológico. Antes de alcanzar la “re- de la oración oficial de la Iglesia que nuestros
surrección” de la psique, debemos descender sacerdotes rezan cada día.
a la “cruz” de nuestras dificultades y penas. Cuando los sacerdotes y los religiosos
Antes de conocer la gratitud y la paz, debemos llegan al Instituto San Lucas, generalmente su
descender en la ira y las heridas que queman y vida espiritual esta desconectada de su vida
envenenan el espíritu. real. Para que ambas se reencuentren, les pe-
Hace algunos años, trabajé con un sacerdo- dimos que permanezcan en la capilla al menos
te que estaba muy grave de SIDA. A menudo treinta minutos al día y que abran su corazón
cuento esta historia porque resulta muy Ilumi- a Dios, dándole a conocer lo que les está su-
nadora de estos principios. Cuando le pregunté cediendo, sobre todo sus miedos, su ira o su
sobre su vida espiritual, me dijo que había de- tensión. Les decimos “Sé honesto con Dios”.
jado de orar. Le pregunté por qué y dijo: “Día Ellos, para iniciar la transformación de su co-
tras día iba a la capilla y oraba, y no sucedía razón, deben abrirse con Dios. Y también de-
nada. Así que lo dejé”. Le pregunté cómo reza- ben descender hasta lo más oscuro de su vida
ba y dijo: “Daba gracias y alababa a Dios”. Esto para encontrar luego una vida nueva, como
sonaba bien. No estaba seguro de lo que debía dice Brueggemann, que surge una vez se des-
hacer, pero recordé las palabras de Santa Teresa ciende a los lugares de muerte y se presenta la
de que la oración es una conversación entre dos vida a Dios.
amigos que se dicen la verdad. La misma Santa Aunque los programas de los seminarios
Teresa cultivó esta honestidad con Dios cuando no son terapéuticos en sí, también se aplican
le dijo: “Si así es como tratas a los amigos, no los mismos principios de la formación huma-
es de asombrarse de que tengas pocos”. Así que na. Nuestros seminaristas deben ser capaces de
le dije al sacerdote: “¿Qué sientes hacia Dios?” “descender a los lugares de muerte” de su vida
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y de esta manera poder caminar, como futuros miedo y desconfianza. El yo interno es aún
sacerdotes, junto a las personas que también de- muy frágil y el candidato se protege no escu-
berán descender en la oscuridad de sus propias chando a los demás y aferrándose a formas
vidas. Y los formadores del seminario tienen un llanas y simplistas de pensamiento.
papel importante en este proceso. Ellos acom- Si se da de forma extrema, la formación
pañan a los seminaristas y con ellos exploran no es posible ya que el candidato no acogerá
sus dudas y sus miedos, sus heridas y sus de- ninguna idea que no se adapte a sus patrones
safíos en el camino hacia la plenitud y el sa- inflexibles y se cerrará a cualquier posibilidad
cerdocio. Por supuesto que esto implica que los de cambio.
formadores del seminario deben ser, también Lo que está conduciendo todo esto es el
ellos, capaces de “descender a sus lugares de miedo. Dentro del proceso de formación, los
muerte”. Y aunque los formadores no pueden formadores deberán abordar lentamente y de
alejar el dolor y el esfuerzo que los seminaristas forma poco amenazante al candidato rígido.
deben vivir, si pueden, por su propia fortaleza y Una confrontación directa puede resultar con-
confianza en Dios, transmitir un sentimiento de traproducente y sólo logrará elevar su miedo y
paz y de fe, casi siempre sin palabras, acompa- aumentar la fuerza de sus defensas psicológi-
ñado del mensaje “Podemos avanzar juntos por cas. El acercamiento debe reforzar las buenas
esta senda. Juntos lo conseguiremos”. relaciones con el candidato, permitir que surjan
lentamente los miedos y cultivar una relación de
Valentía, honestidad y confianza. En el proceso de consolidar la con-
confianza fianza y de debilitar sus miedos, el candidato
da un paso importante en su formación huma-
Al orar los salmos de la oscuridad, descu- na y esto es parte fundamental de todo proceso
brimos ciertas cualidades importantes para el de formación humana. No nos debe sorprender
desarrollo de cualquier proceso de formación que mucha de la ira de nuestro mundo sea una
humana. Navegar por este misterio pascual combinación de rabia y miedo.
psicológico implica, ante todo, “valentía”. Lo mismo se da en los residentes del Ins-
Este camino no es para los cobardes. Se re- tituto San Lucas. El proceso de construir re-
quiere honestidad con uno mismo y la dispo- laciones con los terapeutas y con los demás
sición para enfrentarse con la verdad. Y, so- pacientes es sanador en sí mismo y abarca una
bre todo, se pide que cada uno crezca en la buena parte de nuestro programa terapéutico.
confianza. Es necesario que los seminaristas De manera similar, el Santo Padre señala en
desarrollen un adecuado nivel de confianza la Pastores Davo Vobis algunas cualidades de
en el equipo de formadores como para hablar la auténtica formación humana. ÉI habla de la
honestamente de sus vidas y de sus dificulta- necesidad de “tener capacidad de relacionarse
des. A menudo estas cualidades están ausentes con los demás” y de establecer “verdaderas
en los sacerdotes y los religiosos que tienen amistades”. Yo no lo podría decir mejor. Estos
dificultades y cuando las desarrollan, logran elementos son esenciales en la formación hu-
mucha sanación. mana. Para establecer relaciones se requiere de
Habría mucho que decir sobre ciertos confianza y honestidad, que son necesarias en
seminaristas llamados “rígidos”. Muchas ve- el proceso de formación humana. Y la presen-
ces se consulta a los profesionales de la salud cia de relaciones sólidas entre iguales es una
mental sobre este tipo de candidato. ¿Cuál es de los mejores indicadores de salud mental.
su problema? ¿Qué podemos hacer? No me Otro de los temas subyacentes en los sa-
refiero a candidatos con una fe fuerte y que cerdotes y religiosos que vienen a nuestro
la expresan con firmeza y honestidad. Ni me centro es la falta de relaciones interpersonales
refiero a una tendencia teológica especifica entra iguales. Afortunadamente, en el proce-
porque personas “rígidas” pueden presentarse so de formación humana, las personas pueden
en todas las dimensiones de la vida: conserva- aprender a hacer amigos. Esto es tan válido
dores o liberales, jóvenes o adultos. “Rigidez” tanto para quienes tienen 70 años como para
es más bien una máscara que esconde mucho los que tienen 20. Tener amigos es una habili-
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la barca de Pedro será guiada inexorablemente Me parece providencial que el Santo Padre
hacia su consumación final en Cristo. Tenemos haya comenzado su pontificado diciendo desde
una frase latina para describir esta pastura de el balcón de la Basílica de San Pedro: “No ten-
humildad y fe: sentire cum ecclesiae; sentir con gan miedo”. Son las palabras que nos dirigió
la Iglesia. Lo hacemos porque somos humildes nuestro Salvador. Son palabras para la Iglesia.
y no nos colocamos en el centro del universo; Son palabras dirigidas a nuestros seminaristas
porque somos católicos creyentes. en camino hacia el presbiterado. “No tengan
El endemoniado de Gerasa se transformó miedo”. El miedo paraliza la psique. El miedo
tras el encuentro con Jesús. Ya no estaba des- mata las relaciones. Es el miedo que no nos deja
nudo sino vestido; ya no era un animal. ÉI se abrazar la cruz, en la fe, que nos conduce a la
“sentó·, o sea que pudo descansar, pudo vivir la resurrección de la gratitud y de la alegría. Me
paz interior. No tuvo que soportar más torturas gustaría que hubiera un camino más fácil. A ve-
internas. Ya no vivió más entre los muertos y ces le digo a nuestros residentes: “Me gustaría
quería acompañar a Jesús. Volvió a ser total- que este programa fuera mas fácil; desearía que
mente humano. Es el encuentro con Jesús el que no tuvieran que atravesar por una transforma-
nos hace totalmente humanos. En Jesús, nuestra ción dolorosa”. Pero, tristemente, no hay un
humanidad finalmente se ve completada. atajo; no hay un camino fácil.
El camino para llegar a la plenitud de la
vida y a ser totalmente humano es largo y con-
No tener miedo tinúa después de la ordenación y de los votos
perpetuos. Continuamos experimentando un
Mi tiempo en el Instituto San Lucas me cierto tipo de misterio pascual yendo por la
ha convencido de lo destructivo que puede ser oscuridad de nuestras vidas y naciendo a una
el miedo. El miedo paraliza la psique. No nos nueva vida. Sentimos que las heridas y la ira,
deja confiar en los demás. Destruye tas rela- el dolor y la tristeza se entierran en el corazón
ciones humanas. Nos mantiene encerrados en humano caído y por eso podemos alimentar en
nosotros mismos y nos hunde en la oscuridad. nosotros la gratitud de los cristianos y la ale-
Nos impide embarcamos en la ruta de la trans- gría de Cristo Resucitado.
formación humana. AI final, la formación humana es un pro-
Es sorprendente cuantas veces Jesús nos ceso por el que llegamos a ser personas euca-
anima con sus palabras “No tengan miedo”. rísticas. Nuestro espíritu se eleva con auténti-
Rara vez habló él de los pecados sexuales, ca gratitud por todo lo que Dios ha hecho y la
pero a menudo habló sobre el miedo. Los pe- alegría de Cristo Resucitado cubre nuestro co-
cados sexuales pueden causar mucho escánda- razón y brilla en nuestros rostros y en nuestras
lo y mucho daño, pero el miedo destruye la vidas. A este sitio se llega por un camino largo
base de la fe y de la confianza en Dios. y doloroso. Pero el esfuerzo vale la pena.
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