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Racismo contra los pueblos indígenas[editar]

Mercado cantonal indígena en Sololá.

En Guatemala, el racista criollo y mestizo discrimina a la persona que tenga ojos achinados,
nariz aguileña, pómulos salientes, pelo lacio, estatura pequeña, etc., que son rasgos
asociados o definidos como pertenecientes al indígena; un ladino -mestizo guatemalteco-
también es discriminado por estas razones, y tienda a esconder estos rasgos y a sentirse mal
por tenerlos.5 El mestizo es un caso particular, porque ocupa un lugar intermedio en la escala
de racismo y por lo mismo es víctima de los criollos y victimario de los indígenas y garífunas.6
En Guatemala existe una versión de segregación: los grupos indígenas han quedado
confinados al altiplano y a tierras poco aptas para la agricultura; por su parte, en la misma
región ladinos han tenido las mejores tierras y residen en el centro de los cascos municipales
y departamentales.6
En el siglo XXI, a pesar de que el Estado ha tratado de cambiar su relación con los indígenas y
la mujer indígena Rigoberta Menchú fue galardonada con el Premio Nóbel de la Paz en 1992,
todavía se valora positivamente la piel blanca y se desacredita o considera de menor valor a la
piel cobriza o morena.7 Igualmente, se acepta como normal que las personas morenas esté
subordinadas ante los blancos o rubios, pero no a la inversa.8 En lo que respecta a la cultura,
se considera normal que lo indígena esté subordinado y desplazado ante lo occidental o
mestizo, y los indígenas son vistos como cultura diferente o residual.9. Es normal que el indio
permanezca en su lugar: debajo y detrás del ladino.10 En el caso de la mujer indígena, para
que ésta tenga aceptación y progreso social, y para evitar acoso sexual rutinario, está
obligada a vestirse con prendas occidentales.11
Finalmente, es necesario indicar que no todos los miembros de la élite guatemalteca son
racistas;12 hay empresas y corporaciones industriales que están apoyando la formación de
profesionales indígena e invirtiendo en operaciones de rescate de componentes de identidad
nacional pluralista

LAS RAICES DE LA DISCRIMINACION


La Discriminación y el Racismo en Guatemala
El racismo y la discriminación racial constituyen una ofensa a la dignidad humana y
menoscaban el reconocimiento, goce y ejercicio de los derechos fundamentales de la
persona.
Ronaldo Andrés Gómez
marzo 22, 2017

«El racismo es la valoración generalizada y definitiva de unas diferencias, biológicas o


culturales, reales o imaginarias, en provecho de uno o varios grupos y en detrimento de
otros, con el fin de justificar una agresión y un sistema de dominación». Puede expresarse
como prácticas, imaginarios o ideologías, y expandirse a todo el campo social. Puede
proceder de una clase social o de un grupo étnico. También puede provenir de las
instituciones o del Estado, en cuyo caso se habla de «racismo de Estado»[1].
La Discriminación por su parte, es la materialización del racismo, traducida en hechos,
acciones y actitudes de preferencia y distinción que excluyen y restringen el ejercicio pleno
de uno o varios derechos debidamente establecidos, por motivo de género, etario,
discapacidad, religión, por tener una ascendencia o por pertenecer a un pueblo indígena,
entre otros. Tales hechos y acciones, anula y/o menoscaba el reconocimiento, goce o
ejercicio de los derechos humanos y libertades fundamentales. Niega la igualdad de
oportunidades, favorece a unos y perjudica a otros.
La construcción del Estado guatemalteco, desde una visión historicista ha pasado por dos
momentos bien definidos, a saber: 1) el Estado colonial y; 2) en su vida independiente, el
Estado republicano, versión no concluida por cierto. Como Estado colonial, respondió a la
condición de dominio que le imprimió la metrópoli, desde el punto de vista de la
explotación y del manejo de la dominación política y social, con los privilegios que una
situación de esa naturaleza acarrea; lo que no podía ser de otra forma, pues la corona y el
grupo dominante, aprovecharon para su beneficio el derecho de conquista: explotar
económicamente, excluir socialmente y sojuzgar políticamente. Se sientan así, las bases de
la exclusión y de la discriminación racial en Guatemala[2].
El racismo y la discriminación racial constituyen una ofensa a la dignidad humana y
menoscaban el reconocimiento, goce y ejercicios de los derechos fundamentales[3] de la
persona. Se interrelaciona estrechamente con la estructura del Estado, sus instituciones y
prácticas. Sigue siendo una ideología que sustenta y promueve el sistema de dominación
hacia los pueblos indígenas y sigue siendo el motor reproductor principal de la
desigualdad, exclusión y discriminación hacia los pueblos. Por ello, el Comité para la
Eliminación del Racismo y la Discriminación Racial, recomendó en referencia a la
discriminación estructural, que la condición de pobreza y exclusión social afectan de
manera intensa a los Pueblos Indígenas y recomienda la adopción de medidas especiales o
de acciones afirmativas para romper el vínculo entre pobreza y racismo.
La desigualdad es el efecto del racismo y la discriminación racial hacia los pueblos
indígenas, los cuales se reflejan en los altos índices de desnutrición
crónica, analfabetismo, pobreza, y la falta de acceso a los servicios de salud. Esta
problemática se acentúa particularmente en los departamentos con mayor porcentaje de
población indígena: Sololá, Huehuetenango, El Quiché, Alta y Baja Verapaz.
En Guatemala persisten brechas desfavorables entre los pueblos indígenas y no indígenas
en cuanto al acceso a servicios públicos, la esperanza de vida, educación, desarrollo,
infraestructura, salario entre otras, que constituyen claramente una manifestación de la
discriminación y el racismo hacia los pueblos indígenas, a pesar de la aprobación y
existencia de instrumentos nacionales e internacionales favorables a los derechos de los
de pueblos indígenas.
Por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución 34/24 (1979)
Proclamó a partir del 21 de marzo la Semana de solidaridad con los pueblos que
luchan contra el racismo y la discriminación racial, considerando que a nivel mundial
el racismo y la discriminación racial son las causas de los conflictos entre los seres
humanos que conviven en un mismo Estado y que son originarios de diferentes culturas.
La Celebración de la Semana de la Solidaridad en Guatemala, se fundamenta en el
Acuerdo Gubernativo 126-2004, que declara el 21 de marzo de cada año “Día Nacional
de la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial” y establece la
semana de solidaridad con los pueblos que luchan contra el Racismo y la Discriminación
Racial, comprendida del 21 al 28 de marzo de cada año. La Comisión Presidencial contra
la Discriminación y el Racismo –CODISRA- es la encargada de organizar todas las
actividades conmemorativas al respecto.
No obstante, esta ardua tarea, no solamente es responsabilidad de la CODISRA, sino es
responsabilidad de la sociedad en su conjunto. Y para ello, es importante que tengamos
una dosis de tolerancia y un amplio criterio para reconocer las necesidades más
profundas que tenemos como nación, y que tenemos que tener una actitud dialógica para
unificar criterios y esfuerzos para afrontar de forma positiva los problemas del racismo y
la discriminación racial.
Como pueblos tenemos que acercarnos a estos problemas para buscarles una solución.
Somos un país donde convergen diversas culturas, diversas visiones y por tanto, diversos
aportes, expresiones y filosofías de vida, que deben ser reconocidas y respetadas por
igual, así como promocionarse en aras de su propio desarrollo, sin afectar su esencia
como tal. Para esta inmensa tarea, es importante reestructurar el sistema educativo para
que responda a la realidad social del país. Así como implementar programas de
prevención de la discriminación racial, tal y como lo estipula la Ley de Promoción
Educativa contra la discriminación (decreto No. 81-2002), que mandata para su
desarrollo e implementación, al Ministerio de Educación y Ministerio de Cultura y
Deportes y a todos los ministerios e instituciones del ejecutivo.
En ese sentido, el Día Nacional de la Eliminación de todas las formas de Discriminación
Racial y la semana de Solidaridad con los Pueblos que luchan contra el Racismo y la
Discriminación Racial, es un tema de importancia nacional para que reflexionemos, sobre
nuestro papel en esta lucha, para la garantía de la dignidad, la justicia y el desarrollo,
basado en el respeto y el ejercicio pleno de los derechos políticos, culturales, económicos
y sociales de los pueblos que cohabitan el territorio guatemalteco. ¿Qué papel jugamos
como agentes de cambio y qué papel juega la comunidad académica, las universidades y
los centros educativos? ¿Será que los contenidos de nuestros cursos, transforman
mentalidad, actitudes y genera una dosis de tolerancia en nuestros estudiantes?
¡Reflexionemos! ¿Qué actitud tomamos al momento de tener a una o varias personas
indígenas en nuestro salón de clase? ¿Las tratamos de la misma forma que a las otras que
no son indígenas? ¿Estará presente ese eje de multiculturalidad y de género en el plan
estratégico de la Universidad, en nuestros contenidos para trasformar esta realidad? Son
muchas las preguntas que nos podemos y debemos plantear, no solo con ocasión de esta
semana, sino todo el tiempo.
Impulsar el debate sobre el fenómeno del racismo y la discriminación racial en busca de la
convivencia armónica y respeto a las diferencias sociales, así como dialogar sobre los
retos y desafíos, que presenta la incidencia de las nuevas formas del racismo y la
discriminación racial en nuestra institución será la dosis para afrontar de forma positiva
su prevención y erradicación desde la Universidad como una institución social
transformadora de mentalidades y actitudes, porque nosotros estamos forjando
profesionales que estarán al servicio de la sociedad.
A manera de conclusión entonces, se puede decir que el racismo se relaciona
estrechamente con el Estado, sus instituciones y sus prácticas y genera el 3.3% de la
pérdida del PIB anualmente y 0.83% menos en el crecimiento económico. Por lo tanto,
genera exclusión, desnutrición, pobreza y pocos años de esperanza vida para las personas
sujetos del racismo.
Finalmente, se reitera que “toda doctrina de superioridad racial es científicamente falsa,
moralmente condenable, socialmente injusta, peligrosa y debe rechazarse”
Cordialmente invitados e invitadas para que se suban a este barco de lucha por la
dignidad, la justicia, el desarrollo de los pueblos y por tanto, un legado para las futuras
generaciones.

9 tipos de discriminación
La discriminación en la sociedad se refiere al trato excluyente y/o violento a otras
personas con una diferencia natural, cultural o histórica, a fin de impedir o
menoscabar el ejercicio y disfrute de sus derechos ciudadanos universales.

Por lo tanto, toda forma de discriminación es una actitud contraria al principio


universal de los derechos humanos que consagra la igualdad de todas las
personas ante la ley.

Se pueden reconocer varios tipos de discriminación en la sociedad, y muchas


veces, pueden existir casos en que se reúnan varias al mismo tiempo. Veamos los
más importantes.

Discriminación socioeconómica
Se trata de la discriminación y exclusión con base en la clase social del individuo.
Implica toda forma de humillación, menosprecio, subvaloración y maltrato derivado
de la condición social.

Son víctimas de este tipo de discriminación los sectores más empobrecidos de la


sociedad, quienes frecuentemente son juzgados como delincuentes potenciales,
incapaces, inmorales, antihigiénicos o indeseables. Este tipo de discriminación es
de la que menos se habla y es, sin duda, la más frecuente.

Se puede observar discriminación socioeconómica cuando una persona no puede


acceder a servicios públicos y derechos fundamentales (por ejemplo, cuando no
tiene acceso a su documentación por no poder pagar los aranceles).

También es discriminación socioeconómica cuando, aplicando el "derecho de


admisión", a una persona pobre se le prohibe ingresar a determinados espacios
porque "afean" el lugar (por ejemplo, los centros comerciales).

Discriminación de género

Se habla de discriminación de género o discriminación sexual cuando la privación


de derechos de una persona o el trato violento tienen como móvil su condición de
género. Por normal general la discriminación de género ocurre contra la mujer,
toda vez que las diferentes sociedades del mundo se estructuran en torno al poder
patriarcal.

Esta es una de las formas de discriminación más comunes y silenciosas, debido al


hecho de que está enmascarada en medio de costumbres y hábitos arraigados
históricamente, es decir, está naturalizada.

Vea también Equidad de género.

Discriminación racial
El filtro de agua está identificado para uso de la gente "de

color", como se le llamaba entonces a las personas de origen africano.


Ocurre cuando un individuo o grupo es discriminado con base en su diferencia
racial, bajo la ideología de supremacía de una raza sobre otra. Sobre este
concepto se articuló, por ejemplo, el sistema de la economía esclavista en
América, así como el colonialismo occidental en África.

Este tipo de discriminación suele darse también en el seno de una sociedad donde
confluyen personas de la misma raza, pero con rasgos fenotípicos distintos o
separadas por castas. Fue el caso del genocidio de Ruanda, país heredero del
sistema de castas del colonialismo belga.

Discriminación por origen étnico o nacional

Este tipo de discriminación se ejerce en contra de personas que pertenecen a


culturas minoritarias dentro de una cultura dominante, o que han nacido en países
diferentes al de acogida.

Así, dentro de una misma sociedad, es posible ver discriminación hacia grupos
étnico-culturales diferentes, aunque cuando puedan compartir raza y/o
nacionalidad. También aplica el concepto para la discriminación de personas
extranjeras en el seno de un Estado nacional.

Discriminación religiosa
La discriminación religiosa es aquella que obstruye el acceso a los derechos
ciudadanos fundamentales con base en la religión practicada por el sujeto.

Suele ocurrir en los Estados confesionales, en los que la religión oficial es


obligada condición de ciudadanía, o en aquellos Estados que por razones
ideológicas persiguen cualquier forma de organización religiosa.

Discriminación política o ideológica

Es la que practica todo tipo de persecución, censura y obstrucción de derechos


civiles y políticos con base en la ideología de la víctima. Implica cohibir la libertad
de pensamiento y expresión, así como impedir el acceso a la vida pública.

Es muy característica de los países con regímenes autoritarios o en los países que
atraviesan procesos de polarización política. Por ejemplo, durante la Guerra Fría,
tanto en el bloque capitalista como en el comunista, hubo abiertas persecuciones
a los individuos "sospechosos" de comulgar con la ideología contraria a la oficial.

Vea también Ejemplos de equidad para un mundo más justo.

Discriminación por orientación sexual


Este tipo de discriminación es la que tiene como población objetivo a las personas
cuyas orientaciones sexuales difieren de la heterosexualidad o cuyos
comportamientos no corresponden al rol atribuido a su género históricamente.

Por ello, son objeto de discriminación por orientación sexual los homosexuales
(hombres o mujeres), bisexuales, transexuales y travestis, es decir, la comunidad
LGBT.

Discriminación etaria o por edad

Este tipo de discriminación suele tener como objetivo la sumisión y la


subordinación de la víctima con base en su edad.

Es el caso de los niños y jóvenes que enfrentan violencia justificada por el


principio de autoridad de los adultos y son impedidos de ejercer la libertad de
expresión, entre otros derechos. Ocurre también cuando sus testimonios no son
tomados en cuenta por las autoridades, a no ser que sean avalados por un adulto.

La discriminación por edad también afecta a las personas mayores que ven
cercenados sus derechos fundamentales, como el derecho a la educación o al
trabajo, lo que los excluye del orden social y favorece la multiplicación de la
pobreza.
Discriminación por discapacidad

Este tipo de discriminación suele tener que ver con la invisibilización de la


discapacidad al considerarla un problema minoritario, lo que se convierte en foco
de dependencia, pobreza y exclusión social.

Abarca todo el espectro de personas con discapacidades físicas (ceguera,


sordera, movilidad) o intelectuales (síndrome de Down, autismo, dificultad en el
aprendizaje, etc.).

Es un problema estructural de la sociedad, que hasta hace muy poco no


contemplaba políticas para facilitar el acceso de las personas con discapacidad a
los estudios, al trabajo e, incluso, a las actividades comunes como acceder al
transporte público.

ASIMILACION Y ETNOCIDIO CULTURAL

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