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BEHAR, Ruth.

Translated Woman: Crossing the Border with


Esperanza’s Story. Boston: Beacon Press, [1993] 2003. 406 p.
IVANA MIHAL

La constatación de que finalmente llegará en libro como otros de su autoría están inmersos
el transcurso del 20081 la publicación en caste- en cierta situación paradojal consistente en
llano de Translated Woman: Crossing the Border presentar no sólo la historia de vida que explo-
with Esperanza’s Store, realizado por Ruth Behar ró, de ese “otro” con el cual se relaciona, sino
(profesora e investigadora de la Universidad de también ofrecer situaciones e interpretaciones
Michigan), ha sido el motivo para iniciar la re- concernientes a su propia historia, lo cual des-
seña de este libro, el cual ha recibido en el año de la antropología tradicional resulta una espe-
de su primera edición en inglés la mención de cie de “tabú”. Frente a esta mirada unilateral de
“Notable Book” por el New York Times y la la antropología, la autora se revela.
mención “Victor Turner Prize for Etnographic Precisamente, en este libro Behar nos intro-
Writing” por la Society for Human Anthropo- duce en la historia de vida de una vendedora
logy un año después. ambulante mexicana, Esperanza, la cual vive
Ruth Behar ha desarrollado un extenso tra- en el pueblo de Mexquitic, cerca de San Luis
bajo en el campo de los estudios etnográficos, de de Potosí en México, muy próximo a la fron-
la escritura creativa y literaria. Su formación ini- tera con EEUU. El concepto de frontera que
cial estuvo enmarcada en el campo de la antro- Behar retoma de la escritora Gloria Anzaldúa
pología, sin embargo, luego de la investigación será clave en su texto. En este sentido, comien-
que se presenta en este libro, es mejor conocida za por entender que la relación entre quien
por su papel en la construcción de una etnogra- cuenta una historia y quien la escucha implica
fía feminista que se sitúa tomando elementos de siempre una posición que estará signada por si-
distintas fuentes, recuperando a través de la es- tuaciones completamente diferentes. Esperan-
critura personalizada referentes teóricos que se za, como muchas otras mujeres que viven en el
encuadran en las historias de vida y sus críticas, México rural pertenece a una de las posiciones
en las escrituras feministas acerca de autobio- más bajas de su sociedad. La frontera que las
grafía de mujeres e historias orales, en los es- separa, que traspasa la etnógrafa para oír y gra-
critos de los chicanos que critican los discursos bar las historias de Esperanza, se vincula con
válidos para la antropología. De modo tal, que las desigualdades estructurales que distancian y
la autora toma distancia respecto, por un lado, atraviesan la vida de ambas puesto que, como
a la antropología feminista centrada en cuestio- indica el título del libro, la historia de Esperan-
nes de género y, por el otro, a posturas como za traspasa la frontera mexicana hacia EEUU.
la desarrollada en Writing Culture (1984) por Behar avanzando sobre el sentido en que se
James Clifford y George Marcus según la cual construye dicha frontera, subraya el lugar asig-
las mujeres no tuvieron un papel importante en nado a cada una, mostrando como se encuen-
el desarrollo de la etnografía. tra a tal punto confinada Esperanza a uno de
En la “Nota a la edición del décimo aniver- los lados de esa frontera, pero más allá de él
sario en inglés”, Behar plantea que tanto este existe otro, EEUU, donde sólo puede arribar

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su historia, y no ella misma, a diferencia de la frente a la autoría informante, informante que


autora del libro, quién vive y ejerce la docen- demandaba favores, en lugar de ser accesible
cia en el mencionado país. De modo tal que se como se supone en antropología que sean los
trata de dos mujeres atravesadas por fronteras, informantes. Una vez convertidas en comadres
“del encuentro de dos mujeres traducidas” (p. establecieron una relación de confianza que
33), como señala en la “Nota a la edición del permitió trascender sus posiciones de gringa y
décimo aniversario en inglés”. de mexicana. Ese rol la convirtió a Behar en
A lo largo del libro el lector se dará cuenta una pariente ficticia –al igual que como sucede
que, aunque Behar retome puntos de su auto- con otras etnógrafas que establecen relaciones
biografía, éstos lejos de opacar la historia de vida con sus informantes generalmente ocupando el
de Esperanza se sitúan en un proceso de auto- rol de hijas. Escuchar su historia implicaba “la
rreflexión etnográfica que caracteriza la propia inversión de posiciones sociales y de jerarquía”
producción del conocimiento antropológico. (p. 46).
En el prólogo titulado “Víbora que habla” La estructura del libro sigue el hilo con-
Behar nos introduce en la escena inicial de lle- ductor de la historia de Esperanza como ella la
gada o de encuentro con su informante. Así fue narrando, es decir, la cronología del libro
detalla que, antes de conocerla personalmen- se basa en la cronología de vida de Esperanza.
te, había escuchado rumores de otras mujeres No obstante, la autora mezcla estilos: novelís-
de Mexquitic que decían que Esperanza era tico y dialógico, para poner en el centro la voz
una bruja que había hechizado a su esposo, de Esperanza y su propia voz para entenderla
causándole ceguera, por haberla maltratado y (poemas, cartas, frases, citas). Entonces este
haberla dejado por otra mujer (situación que libro forma parte de una “co-producción del
se relacionaba con lo que Behar había estado conocimiento”.
investigando en los archivos coloniales de la Específicamente, la obra se organiza en tres
Inquisición en México donde figuraban los partes: la primera de ellas se centra en la idea
cargos de hechicería a las mujeres que denun- de coraje, el coraje como estado de impotencia,
ciaban maltratos). Luego de un año, la conoció capaz de convertirse en síntomas físicos. Éste
personalmente el Día de los Muertos (1983), es el coraje que siente Esperanza ante situacio-
cuando intentaba capturar una imagen suya en nes de maltrato y de injusticia que se presen-
una fotografía (para captar en cierto sentido tan reiteradamente a lo largo de su relato. Se
la feminidad mexicana de ese “otro” exótico), narran así sucesos de su vida que se remiten a
pero Esperanza la interpela, no mostrándose una infancia plagada de sufrimientos, hambre,
intimidada como otras mujeres de su misma trabajo infantil, violencia familiar, la muerte de
escala social. Pasó otro año hasta que en la Fies- sus hijos, problemas que surgieron en el trans-
ta de la Virgen de Guadalupe ambas hablaron, curso de los años con otros hijos, entre otras
luego de ello, Esperanza se apareció en su casa cuestiones. La segunda parte, ofrece una visión
para solicitar que tanto Behar como su mari- acerca del mundo simbólico de Esperanza bajo
do fuesen padrinos de su hija (evoca la práctica la idea de redención. Esperanza siente la nece-
del compadrazgo en la población campesina de sidad de ser redimida, si no puede serlo por las
México), a partir de lo cual se entabla la rela- otras personas de su pueblo que la marginan,
ción entre ambas. tal vez sí por quienes leerán su historia del otro
En el relato de estos primeros acercamien- lado de la frontera. Así a lo largo de los capí-
tos, Behar refiere como se sintió en desventaja tulos Esperanza le va contando a Behar relatos

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folclóricos, su visión religiosa del mundo, sus México, para la cual no habla náhuatl ni traba-
creencias en las curaciones y en el culto de Pan- ja con artesanías, por lo tanto queda excluida
cho Villa. La última parte, denominada mojada de los programas del Instituto Nacional Indi-
literaria versa sobre contradicciones que se pre- genista (INI), convirtiéndose en “visiblemente
sentan en el proceso de elaboración del libro, indígena e invisiblemente india”2). El éxito en
la negociación acerca de su uso público, puesto el sistema universitario la había convertido en
que Esperanza no quería que su historia fuese una mujer incapaz de traducirse a sí misma: “se
conocida por la gente de su pueblo, aunque sí estuvo escondiendo tras la historia de vida de
por sus hijos, quiénes estuvieron presentes en otra mujer” (p. 380), que además le posibilita-
las conversaciones mantenidas con Behar. Asi- ba reencontrarse con cuestiones de su pasado
mismo, la autora enfatiza cómo la frontera y la y presente.
situación del cruce de frontera, también la lle- Lo más relevante de esta biografía es que la
vó a replantearse la noción de trabajo de campo autora cuestiona como en las discusiones sobre
antropológico tradicional de la antropología escritura etnográfica se dice poco o se excluye
moderna, en la cual el antropólogo “asumía un lo concerniente a como asumimos “la autori-
papel heroico” (p. 334), distanciándose de los dad para opinar y crear textos” (p. 383). Ni
“otros”. Ironizando sobre este rol tradicional, Geertz ni Clifford3 señalan que la autoridad
Behar descubre que la frontera le devuelve a la etnográfica no es algo dado al nacer sino que se
etnógrafa una imagen de sí misma en una posi- consigue, se alcanza con un “proceso de auto-
ción privilegiada (por clase, nacionalidad) con negación y traición” (idem), negando orígenes
respecto a su informante. Finalmente, el últi- de nacionalidad, clase social, etc., para man-
mo capítulo da cuenta de la autobiografía de la tener la identidad social de la que se goza en
autora, titulada “la biografía en la sombra”. Re- el sistema universitario. Asimismo afirma que
sulta importante destacar este capítulo, ya que ninguno de estos autores al hablar de autoría
a través de su propia biografía Behar halla un etnográfica se cuestiona acerca de como esta
modo de acercarse a la historia de Esperanza, a autoridad etnográfica depende de cuestiones
la manera de escribir sus textos y a encontrar tales como el género, la ascendencia sociohistó-
también su propia identidad personal como rica, los orígenes sociales, entre otros, “o en los
mestiza y a pensar como estuvo cruzando fron- últimos tiempos, las diásporas sociales de los
teras sin saberlo, antes de conocer a Esperanza, antropólogos que escriben los libros” (idem).
fronteras para alcanzar su posición. Behar se afirma como parte de una mino-
La biografía de su sombra hace referencia ría social (mestiza, gringa postiza) que reclama
a su propia práctica lectora (que fue incenti- el derecho de apoderarse de esa marginalidad:
vada por su madre), el enojo de su padre por tomar el lugar entre los etnógrafos que no se
irse a la universidad; su inseguridad por la in- sienten cómodos ante esa supuesta tradicional
clusión en la universidad en calidad de “his- autoría y que son ubicados en la situación de un
pánica” (como minoría social) y su angustia al “otro”, que se deslizan y se sitúan “en la inter-
confirmar esa verdad. Su identidad de mujer sección de sistemas que tratan de la diferencia”
judío-cubana emigrada a Estados Unidos sir- (p. 385). De este modo, plantea que aquello
vió tanto para excluirla como para incluirla en concerniente a la propia identidad personal
el ámbito académico (en cierto modo, muy que se reprime o se oculta o no se sabe en la
similar a la inclusión y exclusión que vive Es- formación académica, conlleva a una “ignoran-
peranza desde la perspectiva hegemónica de cia sancionada”, frente a la cual la autora desde

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la marginalidad de ser latina/no latina defiende merso en dilemas intrínsecos a la reflexividad


su propia autoridad etnográfica. antropológica.
Recapitulando puede decirse que la mirada
que prevalece, cuya originalidad radica en el Notas
modo en que fue pensada, construida y redac-
tada esta etnografía, nos sitúa en el mundo de 1. Editado por Fondo de Cultura Económica según
dos mujeres traducidas y traductoras también, consta en la página web de la autora. Disponible
en http://www.ruthbehar.com/Anthropology.htm.
desde distintas posiciones y atravesadas por el
Consultada el 18 de marzo de 2008.
cruce de la frontera. El libro motiva a su lectura 2. Esto se puede ahondar en el Prólogo del libro.
y discusión puesto que no versa exclusivamen- 3. Estas discusiones se pueden ahondar en Behar &
te en una historia de vida sino también en los Gordon (1995), como también en otros escritos de la
avatares, desconciertos y contradicciones que autora.
surgen en el proceso de producción de conoci-
miento. Las contribuciones que propone la lec- Referências bibliográficas
tura de este libro conciernen a discusiones en
torno a la etnografía feminista y la autoridad BEHAR, Ruth & GORDON, Deborah (eds). Women
Writing Culture. Berkeley: University of California
antropológica como a las relaciones de las etno-
Press, 1995. 470 p.
grafías con otros géneros, entre ellos el literario CLIFFORD, James & MARCUS, George .E. (eds). Wri-
y las autobiografías. A través de las páginas, la ting Culture. The Poetics and Politics of Ethnography.
autora cautiva al lector quien se encontrará in- University of California: Press. [1984] 1986. 305 p.

autor Ivana Mihal


Doutoranda em Antropologia/Facultad de Filosofía y Letras - UBA
Bolsista CONICET/Facultad de Filosofía y Letras - UBA

Recebida em 31/03/2008
Aceita para publicação em 12/11/2008

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