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ORACIÓN DE LOS FIELES (obligatoria):

Por la paz en el mundo, por la paz en Venezuela, por la paz en nuestros corazones,
roguemos al Señor.
Por la Santa Iglesia de Dios, en el mundo y en Venezuela, para que sea realmente
pueblo de la vida, de la paz y del amor, roguemos al Señor.
Por el Santo Padre Benedicto XVI, por todos los Obispos, Sacerdotes, Religiosos,
Diáconos y Seminaristas de Venezuela, especialmente de Caracas, para que seamos
constructores de la paz, roguemos al Señor.
Para que todos los cristianos en Venezuela sigamos siempre a Cristo, luz del mundo y
príncipe de la paz, roguemos al Señor.
Para que no nos dejemos llevar por la discordia, la violencia, el odio y, por el contrario,
seamos siempre valientes instrumentos de paz en nuestras comunidades, roguemos al Señor.
Para que se respeten los derechos de todos los venezolanos, tal como postula la
Constitución nacional, roguemos al Señor
Para que los que han sufrido en carne propia agresiones o la pérdida de algún ser
querido, tengan la fuerza para perdonar, roguemos al Señor.
Por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas en Venezuela, especialmente
en Caracas, para que tengamos muchos ministros y servidores de la paz y el amor en medio de
nuestras comunidades, roguemos al Señor.
Por el eterno descanso de todos los fieles difuntos, en particular de quienes han perdido
la vida por la violencia, roguemos al Señor.

Oración: Padre de misericordia, que nos has colocado bajo la maternal protección de la
siempre Virgen María, Madre de tu Hijo, Nuestra Señora de Coromoto, concédenos por su
intercesión, vivir nuestro bautismo y hallar el progreso de nuestra patria por caminos de
justicia y de paz. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
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Acto de Consagración de la República de Venezuela


al Santísimo Sacramento

Soberano Señor del Universo y Redentor del mundo, clementísimo Jesús, que por un
prodigio inenarrable de tu caridad te has quedado con nosotros en este sacramento hasta
el fin de los siglos; aquí venimos a tus pies a proclamarte solemnemente y a la faz del cielo
y de la tierra, nuestro único rey y dominador santísimo. A quien consagramos todos
nuestros afectos y servicios y a quien ponemos todas nuestras esperanzas. Tú eres nuestro
Dios, y no tendremos otro alguno delante de ti, en tus manos ponemos nuestra suerte y con
ella los destinos de nuestra patria. Muchos te hemos ofendido, y como el hijo pródigo
hemos disipado en los desórdenes tu herencia; perdónanos que ya volvemos con espíritu
contrito a tu casa y a tus brazos. Recíbenos, salvador nuestro, y concédenos que venga a
nosotros tu reino eucarístico. Levanta bien alto tu trono en nuestra República, a fin de que
en ella te veas glorificado por singular manera y sea honra nuestra, de distinción
inapreciable, el llamarnos la República del Santísimo Sacramento. Te entregamos cuanto
somos y cuanto tenemos cubre nuestra ofrenda con tú mirada paternal y hazla aceptable y
valiosa en tú divina presencia.
Otra vez te pedimos nos recibas, que no nos deseches, y que este acto de nuestro amor y
de nuestra gratitud sea repetido, cada vez con mayor fervor, de generación en generación,
mientras Venezuela exista, para que jamás la apartes de tú Sagrado Corazón. Que así sea
para nuestra vida del tiempo y después... Por los Siglos de los Siglos.

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