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Los 8 grandes errores que condenan al olvido a tu cartel científico

Todos cometemos errores, incluso a la hora de elaborar pósters científicos.

A veces caemos en errores leves y sin importancia y otras, en errores que ponen en jaque todo tu
trabajo en un instante.

De la misma forma, en ocasiones cometemos errores esporádicos y en otras, repetimos


constantemente los mismos fallos en todos nuestras comunicaciones escritas.

Por estos motivos, en este artículo te quiero mostrar los 8 grandes errores que condenan al olvido
a tu cartel científico y que todo el mundo comete una y otra vez para que a partir de ahora, tus
pósters científicos no pasen nunca más desapercibidos y te permitan conseguir todos tus objetivos
de comunicación científica.

1. Pensar que los pósters científicos aportan menos beneficios que las comunicaciones orales

El primer y principal error que cometen muchos científicos con sus pósters científicos tiene que
ver con su mentalidad.

Concretamente, con su opinión respecto a estos.

Por tradición y falta de información, una gran cantidad de profesionales opina que presentar un
póster científico en un congreso vale menos que exponer su trabajo de investigación en forma de
comunicación oral dado que, en teoría, les permite obtener muchos menos beneficios.

Personalmente pienso que sostener esta opinión sin argumentos específicos es un error.
¿La razón?

Porque el valor o beneficios que otorga un medio de comunicación, como puede ser una
presentación escrita u oral en una reunión científica, no es intrínseco a este.

El valor se relaciona directamente con su eficacia a la hora de comunicar una idea concreta, siendo
esta cualidad a su vez determinada por el contexto y forma de exposición.

En otras palabras, el valor y eficacia de un medio de comunicación va depender de cómo este se


ajuste a un determinado entorno (audiencia, tema expuesto, objetivos planteados, características
personales...) y consiga transmitir una idea específica.

A más ajuste, mejor comunicación, eficacia, valor y beneficios.

Por estos motivos, tanto el póster científico como las presentaciones orales tienen ventajas y
desventajas que las hacen más o menos aptas para alcanzar ciertos objetivos de comunicación
científica, dependiendo de la ocasión y de cómo han sido elaborados.

Sin embargo y a pesar del gran potencial y ventajas de los pósters científicos, muchos no llegan a
aprovecharlos completamente porque deciden asumirlos directamente como la vía fácil y rápida
para presentar sus trabajos en un congreso.

¿Vía fácil por qué?

Porque con los pósters científicos, los investigadores no necesitan exponerse directamente ante
una gran audiencia, porque pueden dedicarse a otras tareas mientras sus carteles están colgados y
porque pueden conseguir igualmente el certificado de haber presentado su trabajo en una
reunión científica que les servirá para ganar méritos profesionales (para algunos el objetivo
principal para realizar una presentación).

Sabios consejos de tu director de tesis: como elegir a qué congreso ir.


pic.twitter.com/3dumBwgdo7

— Científico en España (@CientificoenEsp) 28 de octubre de 2017

Esto hace que se esfuercen menos en su elaboración; que no se impliquen en desarrollar una
buena estrategia de comunicación y que, por tanto, no consigan grandes resultados visibles en
comparación a las presentaciones orales al no sacar todo el provecho potencial.

Esto último, a su vez refuerza a su vez la percepción de que las comunicaciones escritas tienen un
menor de valor y no proveen de tantos beneficios como las orales. Profecía autocumplida, como
diríamos los psicólogos.

Desde ya quiero que te quites esta idea de la cabeza.

El póster científico es tan o más efectivo que las ponencias orales a la hora de comunicar tu
investigación y puede aportarte igualmente grandes beneficios: por ejemplo, conseguir contactos
profesionales, hacer destacar tu trabajo, aumentar el número de citas hacia tus investigaciones...

Ahora bien, para conseguir que así sea deberás poner el mismo esfuerzo que el que inviertes a la
hora de realizar una presentación oral y trabajar con el sistema adecuado para ajustarlos al
contexto de presentación, a pesar de que no exista tanta presión social como en las primeras.
De otra forma, seguirás pensando que son inefectivos y que son menos valiosos que las
comunicaciones orales.

¡Créeme!

Los pósters científicos no son un mero trámite.

2. No ajustar el contenido y diseño de tu póster científico a tu audiencia, contexto, habilidades y


objetivos

¿Cuántas veces te has parado a pensar sobre qué audiencia potencial podría tener tu cartel y
sobre cuáles serían sus características definitorias?

¿Has evaluado alguna vez cómo podría impactar la hora, el día y las ponencias programadas de
forma paralela a tu presentación en los resultados obtenidos con tu póster científico?

¿Por qué pretendes exponer un póster científico en ese congreso más allá de por conseguir un
certificado de presentación? ¿Qué quieres conseguir exactamente?

Si has sido honesto es probable que nunca hayas considerado estas cuestiones antes de comenzar
a diseñar tu póster científico.

No te preocupes, todos lo hemos hecho, no hay razón para avergonzarse.

Uno de los mayores errores que cometen los científicos a la hora de elaborar carteles sobre sus
investigaciones es no planificar y ajustar con antelación sus contenidos, diseño y presentación a
todos estos factores.
No hacerlo puede arruinar realmente todo el trabajo y hacerte perder una gran cantidad de
tiempo entre medias.

Habrás diseñado un póster científico que a nadie le gusta, nadie lee y no sabes cómo hacer
destacar.

Así, es esencial que antes de ponerte a jugar con PowerPoint u otra aplicación de diseño, te hagas
durante un tiempo preguntas sobre todos estos factores y trates de considerarlos durante la
elaboración del contenido, diseño y, en general, al elaborar tu estrategia de comunicación.

No solo te permitirá andar sobre seguro, también te permitirá conseguir que tu trabajo tenga un
mayor impacto, que más gente decida consultarlo y que una gran cantidad de personas quieran
saber sobre tu labor e investigación.

3. Pasar horas creando un póster sobre algo que no interesa.

Cuando un estudiante, profesional o científico se entera de que puede asistir a un congreso en el


que existe la posibilidad de presentar su labor en forma de comunicación escrita, este suele optar
por exponer su última investigación publicada, un trabajo en curso o una publicación reciente de
su cosecha.

Esto es una práctica totalmente normal; los investigadores han de comunicar su trabajo y
compartirlo con otros profesionales para obtener ideas, ayudar a expandir los conocimientos en su
campo y formarse como científicos.

Sin embargo, muchas veces ocurre que al llegar al lugar del evento, nadie presta atención ni se
interesa por ese cartel en el que han empleado horas y horas de desarrollo.
En este caso, no porque carezca de un buen diseño o contenido, sino porque la tipología o
complejidad con la que se trata un determinado tema no se ajusta a las características de la
audiencia objetivo.

Puede que ese trabajo no encaje con la temática del evento y nadie sepa de que trata realmente...

Puede que el tema abordado se trate de manera muy compleja y técnica cuando en la audiencia
solo hay estudiantes universitarios de primer grado...

Así, la elección de la temática para una comunicación escrita es algo que tiene un papel muy
relevante en los resultados de un póster científico.

Ya puedes sintetizar de la mejor manera tu investigación, crear el diseño más bonito del mundo y
desarrollar la mejor estrategia de marketing académico jamas creada; si nadie siente curiosidad
inicialmente y se inspira a leer, tu labor no sirve de nada.

Es por ello que, cuando eliges el primer tema que se te pasa por la cabeza sin buscar alternativas y
sin antes plantear quién es tu audiencia, tu contexto y cuáles son objetivos, estás cometiendo un
grave error que, de salir mal, puede echar por la borda todo tu trabajo rápidamente.

¿Y verdad que eso no es lo que quieres?

4. Aburrir a tu audiencia con párrafos y párrafos de texto

A los científicos nos gustan los detalles y la información (me incluyo en el pack).

Nuestro afán por el conocimiento nos hace querer saber más constantemente y obtener la mayor
cantidad de datos tan rápido como nos sea posible para dar forma a nuestras ideas.
Ahora bien, que me guste un buen chuletón no quiere decir que ni en todos los contextos ni a
todas horas me apetezca comerlo, a veces prefiero comer algo más light que no me empache
tanto.

De igual manera, no a todas horas me apetece leer un artículo científico de 5000 palabras; a veces
prefiero que me hagan un resumen y luego si me interesa, ya lo leeré más adelante.

Sin embargo, en los congresos parece que muchos científicos se empeñan una y otra vez en
hacernos tragar a la fuerza un auténtico chuletón de información con pósters que sobrepasan las
2000 o 3000 palabras.

Nos saturan con contenidos llenando sus pósters de párrafos y párrafos de texto sobre su
investigación, pensando que más es mejor y que esta práctica dará más calidad a su cartel
científico.

¡Que sí!, que la información es muy buena, pero... ¡No es el momento para leer 3000 palabras!

¿Por qué no lo es?

Porque un póster científico se ha consultar de pie, en un contexto con una gran cantidad de
distracciones y con una alta presencia de ruido. Además, las comunicaciones escritas suelen
presentarse durante las sesiones de descanso, lo que hace que la audiencia esté más pendiente de
ahorrar recursos mentales para las próximas ponencias orales y de hablar con otros científicos que
de otras cosas.
Pretender que alguien lea un texto de tal magnitud y generalmente con letra muy pequeña es un
reto muy grande para tu público y de hecho, lo único que provocarás es que se cansen de tu
póster antes de comenzar si quiera a leerlo.

Por estos motivos, tu póster científico ha de ser, en realidad, un resumen de tu artículo científico o
investigación que estimule secundariamente a tu audiencia a querer más sobre esta.

Es decir, tu comunicación escrita tiene que ser el trailer y no la película y para ello, la información
expuesta en él ha de ser sintética (máx. 700 palabras) y visual (ilustraciones, tablas, diagramas, y
gráficos por encima de todo).

Haciendo esto, tu público estará más dispuesto a acercarse a leer tu póster científico, puesto que
no se agobiará tanto a primera vista; se planteará consultarlo desde el principio hasta el final, ya
que no tendrán que invertir una gran cantidad de tiempo; podrá recordarlo con más detalle, dado
que no le has proporcionado gran cantidad de datos innecesarios; y querrá saber más sobre tu
trabajo, ya que le habrás aportado la información justa para generar en él curiosidad sobre la
temática.

Con todo ello, el potencial de impacto de tu trabajo sería muy superior al que podrías obtener
incluyendo 3000 palabras de texto.

Y es que en el caso de los pósters científicos, menos es más.

5. Crear pósters científicos horrendos con un diseño poco cuidado

El componente más importante del tipo de pósters que se expone en un congreso de investigación
es su contenido científico tanto textual como visual, no lo vamos a negar.
En él se recoge la información y los datos resultantes de una investigación que se pretende dar a
otros científicos y que puede serles de utilidad en su labor profesional.

No obstante, por muy relevante que sea este, si no llega a ser leído por la audiencia científica ante
la que es presentado, de nada servirá que sea lo más grandioso jamás creado.

Es por ello que, para que el público quiera consultarlo, el contenido de tu comunicación escrita
debe generar cuanto antes expectativas de un alto valor y para ello, no hay nada mejor que causar
una buena primera impresión.

¿Cómo?

Exponiendo el contenido clave con un buen formato, o en otras palabras, con un buen diseño que
lo complemente y soporte.

A menudo, los científicos no se preocupan absolutamente nada por esto.

Crean pósters cargados de texto con fuentes diminutas, no incluyen elementos visuales, utilizan
colores muy intensos que no combinan para nada entre sí o incluso, en algunas ocasiones, sus
comunicaciones consisten en varios folios pegados con celo entre sí (lo tengo visto).

Las consecuencias de ello son desastrosas.

Nadie lee su cartel científico y si por casualidad alguien lo hace, lo olvida a los 30 segundos.

Así, elaborar un buen diseño no es algo que deba tomarse a la ligera.


No por tener un formato más atractivo y visual tu póster va a parecer más infantil, perder
formalidad o rigor científico.

Por el contrario, contar con un buen formato tiene más ventajas que desventajas.

Piensa, por ejemplo, que un buen diseño permite: llamar la atención de tu público para que lean el
contenido trabajo; diferenciar a tu comunicación de otras investigaciones; incrementar la huella
que deja la información en la memoria de tu audiencia; facilitar la comprensión de los datos
expuestos; estimular la apetencia por saber más sobre la temática...

Por todos estos motivos, has de tratar de preocuparte por el diseño de tu cartel.

Contar con un buen formato es la mejor forma de conseguir que la información y datos
procedentes de tu investigación (que es lo que realmente importa) tengan algún impacto en tu
audiencia..

6. No establecer y cultivar relaciones con tus lectores

Un póster científico tiene fundamentalmente dos objetivos:

Por un lado, pretende dar a conocer tu investigación entre una audiencia de profesionales
interesados en la temática y generar una conversación en torno a ella para obtener su opinión,
nuevas ideas y un feedback constructivo que te ayude a considerar otras perspectivas.

Por otro, trata de estimular la generación de vínculos profesionales mútuamente beneficiosos


para ti y tu público que te ayuden a progresar en tu trayectoria laboral y académica.
La mayoría de las personas se centra en conseguir el primero de ellos, dejando pasar increíbles
oportunidades en su carrera laboral (ej., estancias en otros centros de investigación,
colaboraciones en estudios, realización de ponencias en eventos...) al no enfocarse en alcanzar
también el segundo propósito.

Es decir, los investigadores elaboran una comunicación escrita, la exponen y defienden ante una
audiencia dándola a conocer. Sin embargo, las interacciones que mantienen con esta al respecto
de su cartel suelen ser breves (generalmente para aclarar dudas), comúnmente se dan de manera
pasiva (es el público el que pregunta) y no tienen gran proyección hacia el futuro (las relaciones se
acaban en el congreso). Así, es imposible generar un vínculo profesional duradero que aporte
grandes beneficios a tu vida laboral.

Para serte sincero, la mayoría de las grandes oportunidades profesionales que se desarrollan a
partir de los vínculos generados con otros científicos no surgen de manera instantánea, sino por la
mútua colaboración a lo largo del tiempo; ni tampoco de manera pasiva, hay que hacer algo por
conseguirlas e invertir recursos en ellas.

Si pudiera darte un consejo que te sirviera para tus futuras presentaciones es que de verdad
hicieras todo lo posible por generar una red de contactos con la ayuda de tu cartel.

¿Cómo?

Primero, trata de tener iniciativa y mantener de manera activa una conversación interesante con
todos tus lectores tanto sobre sus trabajos de investigación como de los tuyos.

Evalúa la forma en que puedes ayudar a otros investigadores con tus conocimientos a partir de la
información aportada durante estas conversaciones. ¿Qué recursos o materiales interesantes les
puedes ofrecer? ¿Cómo les puedes echar una mano en su investigación actual? ¿Qué es en lo que
más tienes experiencia? La mayoría de las veces hay que dar mucho por ellos y ayudarles antes de
recibir algo por su parte y generar en ellos una disposición para ayudarte.

En tercer lugar, intenta realizar acciones y propuestas que te permitan comenzar a extender esas
relaciones profesionales en el tiempo inmediatamente: por ejemplo, plantea a tu público que te
faciliten su contacto (preferentemente email) para poder enviarles más información sobre tu
investigación; o propón a tu interlocutor tomar un café o cenar con calma antes de que finalicen
las jornadas del congreso en el que te encuentres para hablar sobre el tema.

Finalmente, mantén contacto constante por email con los científicos que se han interesado en tu
trabajo una vez el congreso ha finalizado proveyéndoles de información, recursos o materiales
interesantes para el desempeño de su labor. Asimismo, trata de contar con ellos y realizarles
propuestas que les ayuden a avanzar en sus respectivas carreras.

Siguiendo estos pasos conseguirás no solo dar a conocer tu trabajo, también aumentarás
radicalmente tus oportunidades laborales al estimular en ellos el deseo de corresponder con todo
el valor que les has ido aportado a lo largo del tiempo.

7. Insistir en lo que no funciona

Dicen que el ser humano es el animal que cae dos veces en la misma piedra.

En el caso de los pósters científicos, este dicho se cumple a la perfección.

Por un lado, muchos investigadores deciden repitir constantemente los mismos errores que les
han llevado en el pasado a no obtener resultados con sus pósters científicos, a pesar de ser
conscientes de ellos.
A esto hay que sumar que pocos investigadores se paran realmente a analizar los resultados
obtenidos durante la presentación de sus comunicaciones escritas, para corregir y pulir los fallos
que pudieran haber pasado desapercibidos.

¿Por qué ocurre esto?

Porque no se da la suficiente importancia a lo que un póster científico puede aportar en la


trayectoria profesional de investigador y porque se tiende a sobrevalorar los resultados a corto
plazo sobre los largoplacistas.

Así y dado que muchos los consideran una perdida de tiempo por no ver con tanta frecuencia
resultados a corto plazo, se tiende a obviar cualquier forma de hacer las cosas diferentes.

¿Esforzarse? ¿Para qué?

No se dan cuenta que esta inacción acaba teniendo a largo plazo grandes consecuencias negativas
en sus actividades de comunicación científica y en su carrera laboral debido a la perdida constante
de oportunidades:

Su investigación pasará desapercibida una y otra vez; perderán una gran cantidad de tiempo y de
dinero; verán como el resto de comunicaciones escritas cada vez tienen un mayor impacto,
mientras que las suyas quedarán con más frecuencia en un segundo plano; no podrán conseguir
participar en estudios relevantes, realizar estancias en otros centros de investigación, recibir más
citas hacia sus papers...

En mi opinión, crear un póster científico hoy en día es muy sencillo, por eso, no hay que tener
miedo a hacer las cosas de forma diferente. No entraña una dificultad mayor significativa respecto
a lo que ya sabes hacer.
Además, yo diría que los pósters científicos es una de las acciones de comunicaciónque mejores
resultados te puede dar si sabes como llevarla a cabo.

Para mí, no son una pérdida de tiempo como piensan muchos y realmente merece la pena
esforzarse por no caer en los mismos errores que te han hecho fallar en el pasado.

En este sentido, esa es la intención de este minicurso. Hacerte consciente de los fracasos más
comunes; de las características más importantes de una comunicación escrita y de su proceso de
elaboración; y mostrarte los beneficios tanto a corto como a largo plazo que tiene para tu carrera
laboral el crear un cartel memorable.

Copyright © 2018 Pedro Margolles para NeoScientia.com

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