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Ivett Rodríguez

CI 21 444 367

José Valles
CI 22 942 594

Inflación en Venezuela y Plan Austral en Argentina

La hiperinflación es un tipo inusual de inflación, es el aumento generalizado


de los precios de los bienes y servicios de un país en un periodo de tiempo a
niveles muy altos. La inflación en Venezuela ha sido un problema constante en
nuestra economía, la tasa de inflación anual no ha bajado de dos dígitos desde
1984 (Garay y Salazar, 2016) pero se ha agravado en los últimos 5 años y
especialmente en el último año.

Desde 1950 hasta el viernes negro en 1983, Venezuela fue un país con
precios estables, a partir de esta fecha los precios empezaron a subir a una tasa
de dos dígitos por año. Para el año 2015 la inflación según el BCV llego a 180,9%.
Sin embargo, el BCV no publica cifras de inflación desde diciembre del año 2015,
por lo que la Asamblea Nacional calcula su propio índice de precio al consumidor
(IPCAN) desde Enero del 2017. En Enero del 2018, la comisión de finanzas de la
Asamblea Nacional informo que la inflación de diciembre fue de 85% y la anual
acumulada de 2.616%.

Nadie desea tener bolívares en las manos porque saben que no tiene valor
en el tiempo, así que gastan todo, la mayoría gasta todo sus ingresos en adquirir
alimentos y medicinas, los bienes más básicos y que apenas algunos todavía se
pueden costear y cuando logran conseguirlos, debido a la reducción de las
importaciones que no solo ha afectado a las personas, también a las empresas.
Actualmente no hay confianza en la moneda, aquellos que tienen dinero para
invertir lo hacen en activos o en moneda extranjera.

Venezuela no es el primer país con hiperinflación, muchos países han


pasado por esta situación, por lo que se podría decir que ya deberíamos saber
que no se debe hacer pero incluso así ni ya estando en la situación en la que
estamos, se ha comenzado a hablar acerca del tema y de cuáles serían las
posibles soluciones.

Argentina es un ejemplo, en la década entre 1975 – 1985 su economía


sufrió inestabilidad de precios, estancamiento, una expansión de la inflación que
casi fue considerada una hiperinflación. Luego de la aplicación de políticas de
ajuste y liberalización en 1981, se creó un desastre en el país. El conjunto de
medidas aplicadas para combatirla, el denominado Plan Austral, incluía el
congelamiento de precios, el cese total de la emisión monetaria por el Banco
Central, un ajuste fiscal que debía reducir el déficit fiscal al 2,5% del PBI en
diciembre de ese año. El 14 de junio de 1985, el presidente Raúl Alfonsín presentó
el Plan. La moneda cambió el nombre de peso argentino por el de austral, que
equivalía a 1.000 pesos argentinos y nació cotizando con un tipo de cambio fijo de
0,80 centavos de austral por dólar.

Al igual que en Venezuela, el diagnóstico en Argentina fue que las


principales causas de la inflación era el déficit público financiado por la emisión del
Banco Central, espiral de precios y salarios incontrolada, escasas expectativas de
inversión y capacidad instalada estancada a los niveles; risicos de 1970, etcétera..
La caída de la oferta es otra de las causas de la hiperinflación que se vive hoy en
Venezuela, a partir de la caída de los precios de petróleo en el 2014, el gobierno
Venezolano redujo la cantidad de importaciones por lo que ahora hay menos
productos en el país, aparte de esta reducción de las importaciones las empresas
nacionales trabajan a media máquina por falta de materia prima e insumos. Al no
haber ahorrado en la época de bonanzas, sino que siguió con políticas fiscales
expansivas, no tuvo como afrontar la recesión. Este descenso en la oferta coincide
con inyección de dinero del BCV y aumenta la inflación.

Otra de las causas del fenómeno hiperinflacionario en Venezuela es el


control de cambio y el dólar paralelo, la caída en la oferta oficial de divisas ha
creado un mercado paralelo de divisas. Una parte de los bolívares que entran a la
economía se destina a la compra de divisas de este mercado, el aumento en la
demanda de estos aumentan los precios de las divisas del mercado paralelo
acelerando el fenómeno inflacionario.

Argentina en su momento actuó con el Plan Austral, el cual estaba


enfocado en los siguientes objetivos:

1. El congelamiento de los precios, de las tarifas de los servicios públicos y de los


salarios al día 12 de junio de 1985. En el caso de las tarifas de los servicios
públicos, se realizó un fuerte reajuste antes del congelamiento.

2. La reducción de las tasas de interés a niveles más bajos respecto de las


existentes en ese momento. Así, las tasas para depósitos se redujeron del 28 % al
4 %, mientras que para los préstamos la reducción fue del 30 % al 6 %.

3. La implementación de una política monetaria y fiscal más severa y restrictiva


(mayor control del gasto público y de la circulación monetaria).
4. La devaluación del peso en forma simultánea al incremento de las retenciones a
las exportaciones (es decir, el gobierno se apropió de las ganancias de la
devaluación). De este modo, el tipo de cambio fue fijado a razón de 80 centavos
de austral por dólar, y se procedió a su congelamiento.

5. El cambio de la moneda: la eliminación de los anteriores pesos y su reemplazo


por el austral.

En Venezuela el gobierno aún no se ha sincerado y no se ha abierto la


discusión para buscar soluciones al fenómeno inflacionario, en todo caso el único
objetivo que aplica actualmente es el de congelamiento de precios y tarifas de
servicios públicos pero que no tienen efectos positivos sin el acompañamiento de
las políticas adecuadas.

En junio de 1985, cuando se adopta el plan y se bloquean los principales


mecanismos inflacionarios, la tasa mensual de inflación se situaba en el 30,54%,
muy por encima de las medias latinoamericanas -no digamos ya de las europeas-
del momento. A partir de entonces ha habido meses en que la inflación se ha
situado por debajo del 2% y en estos últimos meses está ligeramente por debajo
del 9% o 10%, que se corresponden a las medias de muchos países
latinoamericanos por más que los críticos del Gobierno se esfuercen en resaltar el
rebrote inflacionario que se advierte últimamente.

En Venezuela, para mayo del 2018 la inflación según la comisión de


finanzas de la AN fue del 110.1% (la inflación acumulada llega a 1995,2%), cifra
que implica que los precios se duplican cada 28 días. Mayo es el séptimo mes de
la hiperinflación en Venezuela (la cual empezó a registrarse desde Octubre del
2017), haciéndola la cuarta hiperinflación más larga de América Latina, después
de Nicaragua (63 meses) Bolivia (18 meses) y Argentina (11 meses).

El Plan Austral funcionó durante el resto del año de 1985, pero las metas
acordadas con el FMI causaron serios desequilibrios en el presupuesto sólo en lo
concerniente al pago de los intereses de una deuda externa abismal. Resultó
imposible controlar el gasto de las provincias (la mayoría en manos peronistas) y
de las empresas públicas. La gestión económica también se vio entorpecida por la
oposición de los oligopolios, los monopolios y el sindicalismo.

Dos años luego de la aplicación del Plan este llego a su fin, el único objetivo
logrado hasta el momento, que fue utilizado como argumento político para
justificarlo: la baja del índice de inflación, ya no se sostiene por sí mismo. En el
mes de junio el aumento de los precios al consumidor se calcula en un 10%, el
más alto desde que se pusiera en marcha el ajuste.
Ya a fines del 86 el Plan Austral dio muestras de agotamiento. El austral
comenzó a desvalorizarse fuertemente con respecto al dólar en el mercado de
cambió. La inflación volvió a trepar mientras que la recesión y los conflictos
sociales se agravaban más y más. Ante esta situación, se opté por el abandono de
tos estrictos controles y por la liberalización económica. Esto significó el
rompimiento con el modelo de economía semi cerrada puesto en marcha desde
hacía medio siglo y la apertura del mercado a los productos extranjeros,
acompañada por la reforma del Estado.

La mayor cantidad de dinero en la calle reduce el valor del dinero real de las
personas (Garay y Salazar, 2016). El gobierno continúa inyectando dinero a la
economía, pero ya no lo hace en efectivo ahora lo hace de forma virtual con
transferencias que previamente eran ofrecidos a las áreas de la población más
vulnerable pero que ahora es para todo aquel que se muestre de acuerdo con el
gobierno, esta inyección descontrolada de masa monetaria sumada a una caída
de la producción de petróleo solo hace que aumente la inflación. El Banco Central
de Venezuela (BCV) registró un aumento de 19,14% en la liquidez monetaria
correspondiente para la semana del lunes 19 al viernes 23 de marzo de 2018, que
eleva a más de 391 billones (12 ceros) la cantidad de bolívares fuertes en
circulación. Este aumento no solo es el más alto en lo que va de 2018, sino que
equivale a la emisión de dinero más grande en una sola semana desde 1997
(Cunto, 2018).

En inflación las personas pueden observar el aumento de los precios, de un


día para otro e incluso en cuestión de horas los precios pueden variar. Están
viendo sus ingresos y ahorros ser consumidos en cortos periodos de tiempo, ya no
son capaces de comprar lo que solían con los mismos ingresos. El poder
adquisitivo se ha perdido por completo y los ciudadanos que devengan un sueldo
mínimo se encuentran en una situación crítica. Las personas ajustan sus
expectativas ante el inminente aumento en el precio, gastan los ingresos lo más
rápido posible para adelantarse a los aumentos en el precio. Este proceso se
convierte en un círculo vicioso cuando es una conducta generalizada, en donde el
dinero al circular más rápido va aumentando los niveles de inflación (los precios
altos generan expectativas de precios aún más altos elevando los precios).

A pesar de que se han decretado una serie de aumentos de sueldos se


debe entender que esta no es la solución para devolver el poder de compra a los
ciudadanos, se debe detener la hiperinflación. Estos constantes aumentos de
sueldo sumados a las restricciones impuestas por el gobierno han puesto a los
empresarios en una posición difícil, en la que se han visto en la necesidad de
despedir personal y negocios en los que antes se tenían muchos empleados ahora
se tiene menos realizando la labor de varios. Además los empresarios se deben
enfrentar a costos de reposición bajo la incertidumbre de no tener cifras oficiales.

En Venezuela se debe iniciar la conversación, aceptar la crisis económica


por la que está pasando el país. El gobierno debe aplicar las políticas económicas
necesarias para iniciar un proceso de recuperación. Como punto principal, sincerar
la economía, liberar el tiempo de cambio y eliminar los controles, ofrecer
incentivos a posibles empresarios que deseen invertir capital en nuestro país.
León (2017) plantea que se debe establecer un modelo de ajuste integral, que
parta por una negociación con el sector empresarial, para recuperar confianza y
estimularle a usar sus recursos, ante un gobierno que no tiene más.

Referencias

1) Cunto, G. La liquidez monetaria aumenta a velocidad récord (o cómo


echarle gasolina a la hiperinflación) (2018, abril 4). Recuperado de
https://prodavinci.com/la-liquidez-monetaria-aumenta-a-velocidad-record-o-
como-echarle-gasolina-a-la-hiperinflacion/
2) Garay, U., & Salazar, J. A. (2016). Finanzas Personales: Cómo Sobrevivir a
La Inflación. Debates IESA, 21(1), 21-24.
3) Salmerón, V. Asdrúbal Oliveros sobre la hiperinflación en Venezuela (2017,
noviembre 23). Recuperado de https://prodavinci.com/asdrubal-oliveros-
sobre-la-hiperinflacion-en-venezuela/
4) Piñango, R. (2016, enero). Más caro, excesivamente caro. Debates IESA,
pp. 5-5.
5) León, L. Hiperinflación: la hora de reconocer el error (2017, noviembre 26).
Recuperado de https://prodavinci.com/animate-a-cambiar/
6) León, L. La hiperinflación (2018, marzo 11). Recuperado de
https://prodavinci.com/la-hiperinflacion/
7) Guerra, J. ¿Cómo detener la hiperinflación en Venezuela? (2018, abril 6).
Recuperado de https://prodavinci.com/como-detener-la-hiperinflacion-en-
venezuela/

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