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¡Basta!
Cien mujeres
contra la
violencia de
,
genero
Edición mexicana
Coordinación de
Extensi.n Universitaria
más de cuarenta años de difundir la cultura
Univt:rsjda(1 Autónoma Metropolitana
Nota preliminar
l'] libro que el lector tiene en sus manos proviene de una histo
ria que me permito contar. Durante la celebración número 41
de La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, René Avi
lés Fabila, Coordinador de Extensión Cultural de la UAM-X, fue
invitado a participar en la Jornada de Microficdón. Después de
una de sus intervenciones se acercó un grupo de microficdo
nistas que le entt~) un libro titulado: ¡Basta! Gen HI,,!jere.r contra
la 1!J'okl1cia degénero, publicado por Macedonia Ediciones. En rea
lidad se trataba de los editores, o cuando menos de alb'1lnOS de
de la edición argentina: Amor Hernández, Fabián Vique,
I.,-andro Hidalgo, l\1iriam Di Geronimo y Sandra Bianchi, quie
nes dan cuenta en su prólogo de los antecedentes de esta mag
nífica apuesta editorial, proveniente de un proyecto más ambi
cioso que tuvo su origen en Chile.
A regreso a nuestro país, René Avilés Fabila me propuso
hacer la edición de esta obra. Como se trata de un proyecto en
nmtra de la violencia de género y en esta tarea está inmersa la
11,\l.i-X. nos pareció oportuno realizar la publicadón mexicana
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dativa de estas mujeres, se ha consolidado una red femenina
de microrrelato con alcance internacional que dará lugar a un Prólogo
amplio encuentro internacional.
Además de Chile y Argentina, la edición de ¡Basta! ha ger
minado en Peró, Colombia, Venezuela, Bolivia y Estados Uni
dos. Sus promotoras nos cornentan que pronto habrá edicio dificil es para la ",ujer de bqy liberarse de esa capacidad, que
nes en fkuador, Brasil y Europa. Otra de las condiciones del l/rllfos de sij,los le han forjado dentro, de asimilarse al hombre que
Protocolo ¡Basta! es que en el equipo de trabajo encargado de ti iks/¡'w ,de "o otor!fJdo Como ¿licio»! ¡Qué dificil convencerse ti si
publicar la antología e&ista la paridad de género. HIIIII/1.I de que, también para la mujer, resNlta Ul1 crimen renunciar ti
René Avilés Fabila, Cecilia Ezet. Genis, David Gutiérrez iJt propia personal¡{lad, por más que se ha.J!,a en prot)ccho del amado)
Fuentes y Eisa Muñiz Garda trabajaron en las redes sociales y /111/" /IItÍJ que Sea en nombre del amor!
en 1ft difícil selección de lus materiales. El equipo de producción Alejandra Kollontai
editorial contribuyó a materializar este libro sin fines de lucro
que ve la luz en México con el propósito de mostrar las distin
tns miradas femeninas sobre la 'violencia de género.
El prólogo de Eisa Muñiz, coordinadora de la Maestría en LA MUJER NUEVA Y LA MORIIL SEXUAL
Estudios de la mujer en nuestra universidad~ aborda el tema de
las condiciones de violencia hacia la mujer en México y la fuer¿a l·j Jeas vt.'ces la aparición de un libro ha sido tan oportuna como
de la literatura para denunciarla y combatirla. l. I (Os ¡Basta! t (JO !HJyeres contra la violencia de género en su versión
Es un honor para la Universidad Autónoma Metropolitana ~lcxtco. Las circunstancias de '\1.olencia generalizada en las que
Unidad Xochimilco asumir la edición merican. de ¡Basta! CIen 'It' ('ncuentra nuestro pai~ r~uieren de una mirada reflexiva. Las
!!,'(jeres contra la violencia de ,Jf,énero. ,hvt:r!'>as formas en las que se expresa cotidianamente la vI0
InIcia que vivimos hombres y mujeres parecen estar cada vez
Patricia Alfaro Moctezum. lIl;i~ presentes y adquieren un mayor peso en nuestra definición
Rectora t 111110 sujetos de género. Sin duda, los mic[orrelatos que for
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dad y es la que se establece entre sujetos femeninos y masculj I,.,{"uchar esas voces imaginadas, desatadas.. con plena libertad de
nos a quienes la cultura define como opuestos y antagónicOI nt'ación. de mujeres que suelen expresar sus puntos de vista en
No obstante, tal afirmación resulta un eufemismo cuando nln IS foros, en formas constreñidas a usos y costumbres de la
la vida de las mujeres las relaciones de género son en realidaA 111 adcmia o del periodismo.
lenda de género hacia las mujeres desde el espacio creativo, 1l!1:1 suma variopinta de sucesos que han sido hechos con un
han recogido algunos relatos que dan cuenta de las múltiple ,,4 !lo objetivo: darJe voz y sentido a las mujeres que, de una u
condiciones de existencia de muchas de ellas en nuestro ulra t(lrma, habitan historias en donde la violencia está presente
Amas de casa, profesionistas, mujeres indigenas~ trabajadoraj \' ,leja una marca, un testimonio que, reconstruido como una
domésticas, de todas las edades y de todos los niveles sodoecc> htTi()n, logra transmitir toda su carga emotiva como sólo pue-·
nómicos enfrentan la violencia sexual, los castigos corporales, ~!t'n hacerlo tos textos literarios.
abandono, la violenda simbólica, la discriminación y la Es claro que la vida de las muieres transita de la ficción a
en un dia a dia que parece no tener fin. 1,1 h:andad como en un contüluum1 las prácticas de la violencia
De este mudo, la imaginación literaria traduce~ en las l., dctlnen y la materializan en tanto la quimera las interpela.
ciones aqui compiladas, la experiencia, la memoria y la pos= !..¡ ¡¡cdún no sólo propicia su palabra silenciada, también les
de diversas voces ·fe~e~11~frcnte_a la vi91~~ia. A través
~ ~ ~
IIfl't,t'C mundos posibjes y les permite deconstruir a la víctima v/
la inagotable capacidad humana de construir relatos en '1m' las encarna.
antes sólo hay intuiciones y silencios, las mujeres que escribet 1,] alcance de esta poderosa iniciativa se encuentra no sólo
ficción se mimeozan con sus personajes, habitan una voz ,<" I:t viabilidad de cQnstrui, un. subjetivigad ciistin!.a la_~.L'
no es la suya sino la de las protagonistas, que confrontan \' Irl ima, que faculta a las mujeres para tomar decisiones so
tencias adversas de forma radical y fabulan ahernativas que IIre sí mismas y sobre sus cuerpos, al mismo tiempo~ incide en
chas veces la realidad ha clausurado. d resto de las congéneres. La violencia no es un evento íntimo
La ficción es el vehículo que permite a todas las mujerCli 111 restringido a la relación ~ntre un h6mnre"y 'úna-muT~rJ la v-io- .
que participan de esta antología transitar escenarios en 1m; Il'llt'ta tien~ i~plicaciones bíopolícicas sobre el cuerPo' colectivo"
les la violenci~ nos in:tp5>ne su cr~_~~za,! y para ello se valen dt" las mujeres. "_"
los recursos más variados: diálogos, voces disímIles, Difundjr eventos victimizadores recrea a las víctimas, ex
asombrosos, vueltas de tuerca, inversiones de sentido y pl"r~lr otras posi);Jilidades, promueve el proceso contrario. La
dotas que provocan en el lecror la sensación de que el punto j H,t'ibn es una".,:ía infalible como facilitadora en el p.~g~es"o ~le
vista de las mujeres suele estar borrado, acallado o neutr.ilizado dl"(onstruir a la ví<;ttma,. como atinadamente lo señaló Alejan
en otro tipo de discurso institucional, político o académico. tlfa Kollontai en su obra señera La mlfier tluevay la moral sexual,
Lo más relevante de esta antología, además de la riqueza ~ ('11 la cual aJcntaba a las mujeres a seguir una vida "célibe" guia
narrativa de cada una de las mini ficciones, es la posibilidad d;1 por sus propias decisiones y deseos, Al retomar las obra;:;
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Eisa Muñiz
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Ojos ciegos a oídos sordos
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-i..evanta la cara, párate o baila sexy, ¡que todos te vean!, I ,H!' rniró por la cámara y pensó que de haber tenido hijos, estos
no sabes que la que no enseña no vende? ¿O cómo crees muchachos pudieron ser suyos: tersos, atléticos, calmados. Uno
los verduleros venden sus mercancias? Pos dejan que los hus¡-ezó en la puerta mientras el otro con esa paz que parece
chantes toquen y algunas veces les dejan dar "probadltas". ¡le )jeta en los jóvenes. le preguntó a la secretaria por eHa, Anda
r!;Ul en sus velnte~ '''tan monos y estiraditos", Deseó que fueran
Yo no rcspingué~ sólo me tragué la humillación porque
ocupaba el trabajo, ya se acercaba el día de pagar el semestre hijos que se negó a parir para ser ella misma, Iba a
aún no tenía el dinero; entonces.. coquetarncnte, empecé a llamar para que los pasaran, cuando descubrió en la mano dere
reír mientra.<.:; bailaba al ritmo del reglietófl. (ha del más alto una pistola, Vio el rafagazo en el rostro de su
-Esa v-leja c~tá bien buena \'mplcada antes de escuchar el estruendo, Clavada en su asient~
-Yo sí me. la 11I~'1l pudo verle los ojos al otro: enmelados y profundos, como
-¡Muévete más sabroso! Lit· ¡¡rtista, cuando se le paró enfrente apuntándole casi parsi
-¡Mamadtal monioso. No tuvo tiempo de arrepentirse de no haber pagado
Eso decían, gritaban y ordenaban los hombres que 1.1 ruota a la mafia, ni de haber imaginado el abrazo, el beso, la
ttTIlUra.
han al taller mecánico donde yo era la L--decán que promovia
aceite lubricante para autos; pero para aquellos hombres yo
!\:arradonl jU¡lren.se, profesorA, periodista 'i maestra en artes. Autora j' edi
era un comercial, era cafne cocinada con el calor de los "",1 tk'vanos libros.
y las miradas morbosas.
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Los efectos y las imposibilidades El rosario de mamá
Lo que más llamó su atención fue su cabello corto y verde. Ves~ f\1amá reza y reza y las cuentas del rosarIo se detienen mientras
tía ropa de bombre y caminaba baío la lluvia un sábado por l. Papá se despide porque se va poi 110m. Mamá llora durnnte días.
noche. "Machorritas como esas sólo están buscando una cosa", 1\ mis cinco años no sé qué es el norf(}~ sólo que está bien lejos y
pensó el violador. hlSe papás no vienen pronto.
enredadas en los dedos y los hombros descubiertos bajo L1l1u duerme de día y despiertll de noche.
via... Rt-dira nada más Cómo viene ... y luego no quieren que Quiero que mi tío se vaya de casa.
las violen".
Mexicana, profesora; cuenta hjstor1as. Vive en Cuernavaca.
Licenciada en Comunicact()n y casi maestra en Estudios de la Mujer. Pro
motora cultural uf1dergffJund, con serías debilidades por las cosas enfermas,
proscritas y rota".
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Doble ejecución Queridlta llÚa
AnaR.
Anabel C..crón
.I.. "'peranza y luz y fuerza, de esa fuerza que sale del fango y
'l' ,,,dve fuego y orgullo de mujer. Hoy no podemos porque
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El aparente abandono De mitos a mitos
Hace unos meSeS durante el desayuno leí una nota sobre un H sacerdocio de las mujeres no puede ser, porque no es divin(~
perimento social llevado a cabo en una universidad de Estados ;t'nal" el clérigo mientras se rascaba el ombligo. Cibeles, desde
Unidos. Se abandonaron un par de autos de hl misma ;IITiba, reía y arrojaba el cordón umbilical del homhre a los leo
color y modelo en dos barrios, el primero adinerado y el IIt'S.
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1vlienrras confeccionaba vesddos de novia soñaba con su I mmdo eran novios,Juan le regalaba flores y tenía muchos de
vestido. Cuando Pedro le pidió casarse) pensó emocionada ¡"lb con ella. El dia que le propuso matrimonio, ella le dijo que
hacerse el más bonito de todos. -1, llllt' claro que si. Su felicidad era completa.
Familiares y conocidos le aconscíaron que no se casara Pi'ro una vez casados., él le decía que su falda era muy corta:
él pero la ilusión de la boda, del vestido y de una familia "¡Ic'\carada) zorra",
l. llevaron a aceptarlo. Muy pronto comenzó la pesadilla:
I '~n otra ocasión~ después de unos besos que la transpor
pes, insultos~ otras mujeres, alcoholismo, drogadicción y
. !,~n)l) al paraíso, la volvió a insultar: "se ve que has besado a
na ayuda económica,
InHchos. ¿a cuántos has besado? dímelo, zorra".
Una noche, Pedro llegó borracho y drogado. En la
Tras un mes de matrimonio, Irene se dio cuenta que ese
dormian Muñeca y sus dos pequeños. Se fue sobre ella, Sin
hombre con quie.n Se había casado eta un desconocido.
le oportunidad de despertar la golpeó y la violó. Después, fren
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Inquiriendo La niña
lIustradora, escrirora.fruhnre.
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Desamparo Aranza en las nubes
Asesinaron a la hija. La madre gritó, lloró, aventó, pateó, (\ r:lIlza sale de la secundaria, camina rápido cuando se percata
testó, señaló, acusó, manoteó, corrió y la mataron, frente al 'IHl' la noche ya cubre la ciudad. Preocupada, recuerda la gol
lado de Gobierno. 1'1/,,:1 que le dio su padre la última vez que llegó tarde, y la rabia
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La lavandera El silencio invisible
La lavandera siente la frescura del río que juguetea entre :--'n invisible tiene sus ventajas, no hay nada como hacer lo que
pechos desnudos. Detiene su labor por un momento. El sol 'lIucres y pasar inadvertida. Las cosas importantes se hacen sin
crepúsculo inunda de rojos el revuelo de las aguas, No hay n,l'ándalo, decía mi abuela, y pasó su vida en la contención y
die que lave esa tarde. Sólo ella. Le gusta ser la única que tlnlicada a abrigar y alimentar a los suyos. Era un lugar vital
el aire perfumado: el shishi con que lava, los quelites de la pno nadie lo veía. Aprendí esa disposición de ella; tuve mejor
Guarda su ropa en el tenate. Ya la oscuridad envuelve el lorluna, pensaba yo. Para mi abuelo, lo peor que podías decir
que la llevará a la ciudad de Puebla, Un vozarrón a sus espalda1 n,l "no puedo" pues montaba en cólera ante la frase. Mi padre
la obliga a buscar con premura su camisa seca. No alcanza , 4 >n fiaba en mí, mi madre siempre exigió que fuéramos buenas
ponérsela. El asaltante la derriba de un zarpazo. Más tarde t'll lo que hacíamos ... Eso sí, profesionistas. El problema está
hombre le dice, mientras se cala de nuevo el chambergo: 'liando alguien advierte lo importante de tus acciones y no lo
sabías, india estúpida, que el bando del virrey decretó toque lolera, le abruma, lo odia porque no sabe cómo, pese a ser mu
queda? La lavandera llora bajito, No sabe qué es un bando, ¡t'r, pudiste llegar ahí, hacerte un lugar y ser exitosa. Entonces,
aunque lo supiera, una sirvienta no sabe leer. l'1l vez de enfrentarse a sí mismo, a su miseria e impotencia, te
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pto,crllOÚ (Violación) Reversa
Siento su cuerpo descansar sobre el como si hubiera "' Úf1:1Utismo me asusta: preJeriria escuchar tu voz, tu grito~ tu
minado una lucha incansable. Me pregunto, una y otra vez, llanto.., Perdóname: no quería golpearte:; por favor despierta.
qué lo hizo?, ¿quién lo obhgó? ¿quién 10 condujo?, ¿por
yo?, ¿por qué a mí? Mis pensamientos se pierden en esa ,\crualmenre radIca en Acámbat'Ot Gro. C::oorilina el Círculo de Lectura y
¡r,IC¡Ón Lireraria de Acámbaro. Promotora Cultut'dl por: fnución,
de sudor frío.
Estaba desfallecida, sjn habla. Me veía desde lejos y
no estar ahí. ¿O estaba sin estarlo, qué pasaba?, ¿quién era
¿por qué la miró así?) ¿por qué 1'10 tuvo fuerza para detener!
y para escupirle la verdad, para arañarlo y humillarlo como
hizo cuando la violentó?
Observo cómo Se viste. Se aleja mientras permanezco
ji muda. Alguien entra~ recoge ml ropa y me cubre con la
sábana de la derrotA.
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Carga Cortina
Imperiosa necesidad de contar mi pena, recordar sin esta vez (:",h día te veo salír del trabajo desde mi ventana. Sé <¡ue de
romper en llanto. El remordimiento me carcome y también las ""s querer llegar a algún lado, tú quieres llegar y yo saber hacia
entrañas~ me cuestiono, me condeno por optar por lo incorrec {IDnde te diriges. Qué luminosa morada es la que contiene tu
tO. Me Rcñalan, me sentencian a los confines del infierno por nlerpo tus manos. tu mentón. Tarde a tarde be buscado
fallar ante los ojos de Dios y de la sociedad porque soy una ase rl sonido de tu voz, pero sólo he podido imaginarlo) mientras
sina. !vfc duele cada detalle retenido en la cabeza, ese scncimicn~ llIantcn.6ro la imagen de tu piel. de tus labios. Retengo una
to insuperable, los insultos de quienes me rooean y tener que 111;1. aprieto las manos. pienso en tus ojos. oculto mí presencia
soportarlos porque aS1 lo he deeidjdo y así 10 merezco. Yo no I ras la cortina, recorro en un sueño tus vértebras y tu ombligo.
deseaba la suerte de las abandonadas. esas chicas de entre quin ,\ veces quisiera ser como lo son los hombres de verdad e ir
ce y \'Cinte años sin esperanza de superación. madres soiteras, 11':\5 tus pasos. aunque sé de sobra que no lré~ no iré porque
esclavas modernas que pasan la vida tras los aparadores, y vis H;ltlic va a presentarme, porque soy mujer, y al serlo, tendré que
ten a mujeres de clase alta, en la añoranza de algún día ser como permanecer callada y tranquila, en la evocación de la tela de tu
ellas. Este es el pago por hacer su pendejada, por haber cedido. o la línea marrón de tu corbata.
a dar vida y por decidir no hacerlo~ cargamos con esta cruz.
Pileta, narradora y guionista. ] la publicado el libro de reta tos El Calo Pro·
Estudiante de la üccnciatura en 1Jistoria de la l1AM Iztapruapa, Mlffffl, la novela Hit de ¡'l¡fejü/o y libros de inve~tigar.ion,
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Rut Ciudad
Convencida de que era el hombre que había estado esperando l.1egó de su pueblo a la dudad porque su esposo acababa de
toda Su vida, se olvidó de las advertencias de su madre morÍr y tenía que realizar los trámites correspondientes. Traía
los tipos que buscan muchachitas por inrernet. Hizo la maleta en brazos a su bebé y de la mano a su hija, en su espalda carga
y huyó con él. Se encontraron en una calle del centro. No se 1,:1 algunas pertenencias y alimentos. Vestían indumentaria trJ.di
pareda al de la foto de Facebook, pero el romanticismo de los nonal indigena y huaraches.
dieciséis años es algo Contra lo que la razón no puede competir. Bajó en San Lázaro para tratat de abordar el tren del metro
Al verlo, ella le dijo: "adonde tú vayas, iré yo". pero nunca habia estado en la ciudad; se acercó a varios hom
Un año después e.ncontraron su cuerpo tirado en un ba hrcs para pedir ayuda. Ningono de ellos qULSO auxtliarla. Des <
rranco. Las pesquisas llevaron a la policía a "El Paraíso", un pués de un largo tiempo, una mujer que escuchó su demanda
prosubulo donde su príncipe azul la llevó a vivir, b ayudó.
otras chicas. Una vez que estuvo en las oficinas del ministerio, se acercó
" preguntar acerca de los trámites y el hombre encargado excl.
Vive en Monterrey. N,L. y esrudJ6 1a bcenciatura en LeI.l.'aS españolas. n
HU'): "No sé señora~ suba al tercer piso ,
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Ciudad Juárez
Amor, miedo y costumbre
Cecilia González
A JlIJ muertas '-'(Amor, amor dd bueno?, pues no; solidaridad y Jásci1TIa~ vo
.€ :llcÍón de pedagoga) costumbre, pereza y miedo, ¿Comenzar?}
Esperabas mi muerte como quien espera una cerveza helada.; ~con la titulación de la maestría y la escuela? Después. pero
Aquella noche, llegué con la ropa hecha j~rones y el euerpol~ ¡no más! Nunca permitiré que me pongas otra mano encima,
"descarnado, lleno de sangre y uerra. Las unas que me hablan, no necesitaré pretextos, ni mirar e1 reloj n1 esperarte angustiada~
arañado seguían incrustadas en mis costillas. Ordenaste que lampoco alargar los lilas en la escuela o con mis hermanas.
levantaran de la calle igual que se levanta un desperdicio. "Me encantan estas fechas, quiero comer la manacata que
cuerdo el sonido lejano de las campana~ una) dos" tres violacio-, prepara mi abuela y ya puse la ofrenda de mi suegra. 'Mi sue
nes., cuatro hombres encapuchados; cinco, gra), qué chistoso, cómo fui tan tonta por hacerJe la prornesa
ser las siete de la noche cuando toJos se fueron a jugar absurda de 'cuidarte. Hoy se termina todo,"
y me abandonaron en la carretera, scmienterraaa; ahí, entre y se terminó. Fue declarada mucrta al dia sjguiente, las
basura del pueblo. Recuerdo los ojos de mi patirc, brillantcs,J pruebas fueron insuficientes pero presentaba golpes en el ros
dulcisimos, que me miraban llenos de amor: uY llegará el . Iro y cuerpo. Su victimario quedó libre porque no hubo restigos
en el que un hombre bueno y trabajador te pedirá que seas : "porque si lo conocía, ella se lo buscón A nosotros sólo nos
esposa y tú, muy enamorada, le dirás que sí, y harás una hermoJ. restan los recuerdos.
Sil familia". No tuve hijos. Sólo esta memoria que no aJcanza
contar heridas ni madrugadas. Ingeniera clvillk: profesión, amantt.: de las l~tm$ por lo que comunican y
.¡dmitadora confc~a d(: la protagoni~ta y víctima de este microrrdato, la pmfe
"<lra 1.upjt:a González Gutiérrez.
Escrirurn y poeta.., aurora de varios libros"
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La verdadera sombra Fibonacci
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Carrusel Curación
Cbeco y yo nos paramos en medio del patio. El orinó trazando Tras intensas sesiones, el terapeuta la ayuJa a superar el delirio
un surco en la tierra. Yo hice lo mismo, pero sólo sentí frío en de persecución: "pueden ser las hormonas las que la traicionan,
las piernas, La jefa me dio una chinga, cómo iba yo a creer que eSo les sucede a muchas mujeres", le dice con tono docto.
podía orinar como el Checo si era vi~ja. Esa tarde, ella camina feliz por el parque y decide ignorar
Yo quería ir a los bailes pero la jefa me decía: "puedes salir' los pasos 'lue cree «cuchar a sus espaldas.
panzona". Lo cabrón vino cuando el Tato me dijo: ~'Te doy un Piensa "fue lo imagina cuanuo siente unas manos oprimien~
H
tostón, pero siéntate en mis piernas Jmaginé que compraría
, uo su cuello.
muchos dulces, Cuando rcacdoné~ ya me había dadeado. Sentí
vergüenza porque me vio los calzonc¡;. EJ Checo le puso una Doctora en Letra¡; por la UN/\M. Profesora en la Facultad de 1·'ilm:ofia y
Letras de la UIlÍversid"d Autof\oma de Sinaloa. E\'iCritum. l\ulOra de los libro'"
m.driza y la jefa lo mandó pafa Ozumba con el que decía que
de minific<:iún Goza k if,lih Y1AS do.. taras de Id Im!d.
era mi papá. Nunca lo volví a ver.
Bueno, ya te conteste, ora vamos~ ¿no? Te lo dejo har(J~ pa
qUe' veas que soy cUtltila.
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Pornografía Mariposa
El imbécil aprieta mi tobillo derecho y me separa las piernas, Tenía todo lo que siempre quiso: un esposo, una casa~ una her
las abre cOn fuerza. Me sujeta el cabello. lo jala y voltea mi ca mosa niña y un valiente niño. Pero al mirarse al espejo, día a día
beza para verlo a los ojos. Al tiempo que me penetra, se pone veía cómo su tez perdía brillo, se opacaba. Ella dejaba de ser
una máscara que deja asomar la sonrisa burlona~ me estremece. se perdía y no entendía por qué.
Escucho mis gemidos falsos. Este placer me enferma, ya no es Una tarde al revisar el álbum de su niñez encontró una carta
toy aquí. Él dice palabras románticas y hermosas. actúa junto en la que figuraba la pregunta: ¿Qué quieres ser de grande? Ella
conmigo. en el fondo me odia tanto como yo a éL Rasga mi piel de diez años escribjó: libre como una mariposa o presidenta de
con furia, golpea mi cuerpo cada que puede y se ríe de mi dolor. mi país.
Gira mi cuerpo en una y otra posición~ mis piernas y brazos Esa tarde entendió que nunca quiso lo que ahora terúa,
ya no responden. Debo seguir gimiendo. Hace una pausa para
amarrarme las muñecas y me sodorniza. Ha prendido la cámara Culiacán, Sinaloa. Politóloga,
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Más allá del vado El curso de inglés
Se fue. Ella. Sola. Sin nada. Porque al principio quiso creer que Dieron un curso de inglés en la oficina por la entrada del TILo
creía en el amor infinito. Porque al final supo que el silencio Acepté~ es una vez a la semana todos los sábados.
ardia con su indiferencia. Se fue. Para escuchar un compás dis~ Reorganicé las actividades de mi casa. Desde el viernes por
tinto, un mundo donde sí importara. Y no regresó. Más allá del la noche remojo la ropa y preparo la comida. Al irme dejo listo
vacío estaban las palabras. el desayuno y le indico a Pablo qué comida calentar. A mi sólo
me da tiempo de tornarme un ca fé y un pan.
Narradora tapatí:L Ha publicado libros de cuentos, novelas y algunos poe Aun con todo dispuesto para que él no tenga molestias y
mas sueltos.
pueda atender a Pablito como debe, el niño se ha enfermado
del estómago y su padre ya no quiere cuidarlo.
Es el segundo mes de clases y no puedo concentrarme. Lle
go cansada y no tolero más los reclamos de Pablo. Me dice que
no ve a sus amigos y que no puede salir porque quiero superar
me y estndiar inglés.
¡[nventos tuyos! Grita, Ya 110 me sirves ... Voy a buscarme
otra.
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Sumisión: enseñanza mortal Violencia en la cantina
Cuando Ana cumplió clnCO años, Esther, su nladre, le enseñó Son cuatro. Piden whisky, tequila, vodka y vino. Un plato de
que la porción más gtande de comida siempre debía ser para el pulpo, bacalao y setas que circulan. Mucho picanre. Mediodía.
esposo, • quien se le obedecia, se le pedia permiso y se le aguan -Yo me suicido. Sí, lo prefiero.
taban los golpes callada, así nunca la abandonarlan. -Sí, no hay que perder la di¡,midad.
A los dieciséis años Ana se casó con José, lo conoció en -¿Que te limpien el trasero? ¿Que carguen contigo? N01
un baile de su puehlo, en la frontera sur de México; no habían graCJas.
pasado quince días después de la boda cuando fue golpeada por -l\fi hermano dijo: "Es un chimpance'. Fue la última "'ez
primera vez, y aunque quiso regresar a su casa, Esther no lo que vísító a mi mamá.
permitió. Las amigas suspiran. Van por los postres. Primero dicen
Una noche de 2002 Pedro huyó del pueblo, a! darse cuenta que no. Ante la lujuriosa carta, deciden finalmente compartir
que había dcjado inconsciente a Ana debido a varios golpes en un modesto panqué de elote.
el estómago. I.una~ su pequeña hija. corrió a pedír ayuda a los Han arreglado su futuro. Antes de claudicar en la vejez y
vecinos, pero el feminlcídio se habia concretado. En el funeral, ser una carga para los hijos. como ahora sus madres lo son para
Esther con voz quebrada le dijo a Luna: "tu madre no supo cUas, se retirarán de la vida con dignidad.
obedecer". Llega el panqué, rey de la mesa. Otro suspiro. Lo dividen,
pero salen cinco pedazos.
Chíapaneca y vive en el D.F. Periodista, dedicada a la investigación social.
El último queda intacto. ¿Gordas? j~fejor muertas!
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Modelo Los perros
Enamoró a Elena con las imágenes de su cámara fotográfica. El pasillo se reduce, se achica coo l. presión de las botas, lo
Al poco tiempo de conocerlo Se fue a vivir Con él. Desde niña siente en el golpe palpitante en sus oídos. "No quiero parecer
le encantab. posar. A su padre le fascinaba lo fotogénica de su paranoica". El mundo queda detrás, cargado de gritos y harto
hija y a su pareja ~.mbién. Las fotos se multiplicaron. Pero los de soledad. "Es tan tarde". Se inflama la yugular y vibra hin
celos lo consumieron y el amor se esfumó a los seis meses. Ele chada sobre el cuello de su camisa. uMierda~'. A~ B, C, D, E ...
na tenía magia. El atti sta empezó a detestar la helleza capturada "Ya casi", Muy cerca Se escuchan los rezagos de la lluvia que en
por su lente y la golpeaba con fue!"la. Después, entre lágrimas un delicado goteo, golpean contra el conc.reto y los asientos de
y con cámara en mano, suplicaba arrodillado que no lo dejara. metal que se subliman en su cercanía. f: G, H ... Caminando en
Por cada golpe hada una foto. Le gustaban las de color mo direcci6n contraria se avecinan unas sombras. ruja mantiene su
rado sobre piel apiñonada. andar con la cabeza en alto; maquilla su seguridad con la espe
Durante un roes de hospitalización por diversas fracturas, ranza de dísirnular el olor a miedo. De noche todas conocemos
cesaron las fotos. Repuesta y cansada regresó del nosocomio :a la cereama de los perros. 1,], K. .. "Por fin". Atraviesa el andén
tomar ella la última imagen. Se había hartado de ser modelo. La casi corriendo. Llega al camión, la siguiente pesadilla.
fotografia reveló a un corazón marchito que alojaba un. bala.
Oriuncl" del Distrito Federal, es f'_<;t:udiantc en la Un1ven;idad Nadonal Au
EgrCSOO3 de la 50(;EII1, Puebla. Ha publicado en suplementos literarios y . tónoma de MéXICO.
blogs. Le gusta devurar libros. Ama tanto la escritura COtl1() jg vida.
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Duelo eterno ... Infraganti
Sí, ellos se .m.ban. Desde lepes siempre andaban el uno pega Mónica abrió la puerta del despacho, allí estaba Javier con Dul
do a la otra. ce. Ambos semidesnudos. Ella no contuvo la impresión. H¿Lo
Ella gozaba) luna tras tuna, subir con él a la azotea de su quieres?, te ]0 regalo y ¡Tú. no vuelvas a casal", Velozmente, él
casa~ recostarse en su pecho y mirar juntos aquel cielo tan ne se vistió. Fue hacia ella y la jaló del brazo; la empujó fuera de
gra, con un mont()n de estreUas. Él, nada disfrutaba más que " la oficina. «¿Qué te pasa?11 pero no recibió respuesta, salvo la
observarla, memorizar sus gestos, contarle historias ... palidez en el semblante. Caminaron y él la suíetaba cnn fuerza.
Esa tarde, él sintió cómo el COraZón en verdad le dolía, "¡No hagas ningún escándalol". La apretó firme y baíaron al
profunda e interminab1emente; Ella no llegó a refugiarse en su estacionamiento. l,a aventó hada las puertas de su auto y se fue
abrazo. Había desapareddo~ corno muchas otras, como miles de contra su cara. Mónica intentaba defenderse. Javier la golpeó
mujeres que también desaparecieron y no merecieron más que ~ una y otra vez y la subió a ;alones. Ya en el asiento, la tomó
una nota pequeñita en el periódico local de Chihuahua. por el cabello y azotó la cabeza. Sin soltarla, reclinó el respaWo,
¡Era ella!, ¿no lo ven? ¡Ella que es éJl Él que muere con dla, toqueteó con la otra mano las piernas, le bajó las pantaJetas,
que aún llora y extraña y busca... hurgó el sexo y la penetró. "¿Esto es lo que querías?".
Más, ¿acaso importa? Él es sólo uno más1 corno muchos
Docente, poeta y e~ctítom.
otros, como miles a quienes la indolencia les arrebató el amor...
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La consulta Revancha
Pálida como la luna de enero, vulnerable hasta el limite, con el Ella enjuga una lágrima que corre por su amoratada mejilla,
dolor en la mirada y el miedo en los pensamientos, es obligada mientras su más grueso libro de derecho civil machaca limpia
a tenderse. El frío le recorre bajo la insuficiente bata que le han mente la dormida cabeza.
forzado a usar. Sin una idea clara de 10 que acontecerá con su
ser, escucha murmul1o~ voces frias y miradas que le ruborizan. Proft'sora. narradora y pút'ta. Publicó DivtrJi/'llfftlos, Cronica de $Ombral,
Lágrima; de mrodrilo y CorplJJ NOJlnlm. Vi\-'C en ViUahcrmosa, Tabasco. Mé:xko.
Se sabe a merced de ellos; se siente cada vez más pequeña, no
entiende, no los entiende y nadie le explica. Uno a uno~ de a
dos o incluso tres o más de eUos se turnan para torturarle, el
ultraje es constante. Sin la menor sutileza destrozan su pudor, le
ordenan cambiar de posición, mostrarse completa, palpan aquí
y apretujan allá, la dejan al borde de/llanto. Emplean arrefactos
para consolidar su obra. Si no fuese porque ostentan e/ título de
médicos. Mary jamás habría consentido su intervención.
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•
Se escucha en el vagón la candón: '~fuera nada existe, IJ n dia desperté enferma de abismo, los hombres que dijeron
adentro"', Los usuarios oyen a Caifanes. Al fondo del vagón amarme se transformaron en lenguas negras, escupen, dejan
escena: pegado al tubo está el hombre joven que carga a la segtnentos de pus y recuerdos falsos que escurren por mis mus
de tres años. La sujeta con fuerza. La niña desplaza Su los., el veneno humedece el girasol de mis labios, mis palabras
derecha a su espalda en el intento por liberar esas manazas se pudren adentro, flotan. se pierden en el segmento mental
la oprimen al cargarla, Balbucea el hombre algo, La pequeña:: que alguna vez formó un suspiro, se agrupan en mis lagrimas~
ahora golpea el pecho del sujeto que la lleva adonde ella no es' forman un mar. Decido caminar, y cambio de escenario. Junto
niña sino mujer~ más bien rncrcanda: corte de pelo estilo hon-, mendras marinas y dolores que punzan en el ayer. El magma de
go, vestido verde brillante, cara pintada, medias y zapatos mi sangre se levanta aote la cicarriz y recuerda:
gros; mirada enojada, de tiniebla. Ve cetcano el ojo lascivo Manos masculinas entregan dincro, dos Misoprostol en mi
vendedor. La niña ciene como razones dos nudillos que golpeanl boca triste, vjentre en ehullicidn. Deliro ante eJ nombre imagi
hasta encontrarse con la pared de u n parque. nario de una niña que no existirá. Finge comprenderme, un ho
Golpea por última vez, antes de beber el arscruco. tel; me ve como foco de infección, una cama; un no recurrente
en mi boca, furia que sale de él; mi cuerpo, depósito de su mi·
A,1tropól,>gttsocia~ csccitora y editora. Se dedica a la investigaóón seria. El dolor resbala por mi vulva, hilos rojos en la coladera y
rica, a la poesía y la novela,
me vuelvo mapa de emociones,
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Antojo Desde aquel día
La licenciada leía con preocupación el caso de un joven de Sara no sabía por qué estaba allí. Luchaba en aquel espacio es
veinte años. Ella lamentaba que su jefe inmediato le asignara trecho, oscuro y silencioso. Sintió una fuerza brutal que sacudió
la defcns~ de los victimarios. Pensaba en Sonia, su hija de trece todo su cuerpo y le provocó un profundo dolor. Sus gritos des
y se decía: si alguno como este que tengo enfrente le hiciera garraban su garganta. El (error se apoderó de ell•. Le atormen
algo ... Sus cavilaciones terminaron cuando vio entIar a Ja ma~ taba morir. Percibió un olor nause.bundo y perdió la noción
dre dei acusado, una mujer bien vestida y con aire suplicante. del tienlpo y de la conciencia. ¿Cómo lle¡.,'" allí? Iba de regreso
Dejó que ha blat•. Al principio, la señora resaltó las cualidades a casa cuando...
de su muchacho: estudioso, buena gente, bien parecido y sobre Una luz La despierta abruptamente. Le toman futos desnu
todo, un caballero. La licenciada tomó un fajo de hojas y des da. Unos hombres no dejan de mirarla y la tocan con manos he
pués se dirigió a la madre: ¿Sabe usted que ahora quien roma ladas y lascivas. Persiste el olor nauseabundo. Siente que algo se
a una mujer en el metro se va directo al reclusorio? La madre, desprende de su cuerpo. Horrorizada, logra verse mutilada, su
ahora con gesto y tono burlón le respondió: le aseguro que si sexo desangrado. No se reconoce, piensa que- no es eHa. Desea
usted hubiera visto a la muchacha también se le habría antojado. abrazar a Su hij•.
De pronto ya no existe el dolor, aquel olor ha desaparecido
Mexicana, se dedica al peciodísmo virtual También es poCUl, y ya no le atormenta la muerte.
Sara no regresó a casa ... Ellas tampoco... Luisa~ .Marisol,
Martha, Rosario, Jacinta, Claudia, Lucía, Elena.. .
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Bonhomia contra sexto sentido Amarás
En una residencia estudiantil parisina, una doctorantc latinoa~ Temblarás al escuchar el toque de la puerta. Te estábamos espe
mericana tomaba sola su desayuno en la cocina comunitaria del rando, dirá. Le acariciará la mejilla; mirarás una mancha al pie de
piso. Entonces un doctorante árabe entró. la cama. Él la tomará de la mano, observarás las uñas postizas.
Era la primera vez que se veían y después de platicar sobre I.a besará antes que a ti. L.os celos habItarán tu eSlómago. Te
sus estudios él le invitó un té de la colección que tenía en su ha convenció con palabras melosas en el hotel Benidorm. Siempre
bitación. Ella le respondió que podían ir a escogerlo y después fue así. Te desnudati y pasará sus labios por tu hombro hasta
regresar a la cocina a prepararJo. ro"r el hueco de la axila. Un líquido amargo subirá por tu gat
Mientras caminaban presintió algo y pensó en dar marcha ganta. Repetirá: te amo. Necesito ir al baño~ dirás. 1'\1 regresar,
atrás. Cuando escogía el té escuchó la puerta cerrarse y de Ímne estat'á montado sobre ella) presionando sus muñecas encima de
mato sintió culpa por no seguir su intuición. su cabellera revuelta. Los ojos de ambas reReíarán rcsignadón.
Intentó salir pero él la sujetó de los brazos. Al pasar una Amárra!., ordenará. Obedecerás y esperarás tu turno.
mano por debajo de su vestido, ella le gritó ¡No! Pero él hizo
caso omJso. Lo persuadió diciéndole que se quedada y cuando :Maestra en Letras Iberoamerícanas. Escritora de los libros De lliIZ fI1 (,NJnJo,
1-'i IJIi me amerdo y A qJté UiJ!ila",().f {litio!'. Fundadora de DJtfnJlfveia, donde
}i te
la soltó~ salió para encerrarse en su habitación.
imparte cursos de cuento..
Lo denunci6 ame las autoridades francesas. Pero se enfren
tó a un muro de burocrada y machismo.
Desde ese día perdió la bonhomía.
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De eunucos, hijras y transexuales Vulnerabilidad
Soy Chandini, a los catorCe años me fui a vivir a una comuna Se casó por amor con un hombre callado y sin muchas ganas de
de eunucos. Conocí a Manjularnma, me ofreció café, pastelillo"l ser activo. Asistían a reuniones familiares o sociales y él siempre
y me dijo, "vente a nueStro hamam a Bangalore". l\li padre permanecía callado. Después de dos o tres copas se volví. ale
llevó porque pensó que tenía que 'vivir con gente corno yo. gre, participativo, luego llegaba a la inconciencia y clIa, en el de
giné un hotel de cinco estreUas~ baños turcos, cientos de SarlS seo de retirarse con él. lo instigaba. Así pasaron casi veinte años
mil colores y como tampoco conocía el sur de la India. acentéi hasta que a él se le presentó la oportunidad de participar en
No volví a ver a mi familia. Aquí sornos hijras. repartirnos política. Necesitaban gente así. que obedeciera y sin protestar.
diciones a diestra y siniestra cuando nace un niño o hay En ese medio conoció a una damisela que le habló bonito y se
boda. La gente debe darnos dinero a cambio de no maldecirlol¡ enamoraron. A )0 largo de nueve años estuvo al tanto del en
con que sus hijos serán como nosotros. Lo que nadie me g'año, pero él le decía: "sí, ando con otra y no me voy". Él llega
es que me castrarían en una operación infernal e ilegal, que con una sonrisa de hombre repomable, una sonrisa que no le sirve
glamour de las historias del Kama!lItra y del Mababbarata, .. de nada a clIa.
clásicos de los primeros siglos de nuestra era, fueron sólo Ella permanece en un estado vulnerable, de apatía o de
historias. norancÍa. Mientras, la vida pasa.
HisroriadoC'J. y socibloga~ es profesora de la UAM, Nació en 'Ibloca, Estado de México, laboratorista iubilada de la UAE.".fEX.
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Disfraz ¿Por qué las leyes son así?
Sergio, hijo de un político, había bebido mucho esa noche de L,o primero que hicieron cuando llegué, fue hacerme esperar.
excesos. detuvo el coche pata cargar gasolina. De repente me Hada frío y estaba lloviendo. Había mucha gente a mí alrededor
sacó y me arrojó al suelo, a gritos aludió a que en la fiesta todos pero ninguna mujer, sólo la amiga que me acompañaba. Tenia
miraban mi vestido que parecí. de puta. Empezó a pate.rme sentimientos encontrados; por un lado, quería hablar de lo que
el estómago y la cara, y repetía una y otra vez: ¡puta~ puta! Los me había pasado, por el otro, tenía miedo y pena de exponer mi
hombres de la gasolinero y su escolta sólo miroban y quedaron caso ante extraños.
azorados cuando vieron mí sangre hacer hilillos por el suelo. Tocó mi turno, pasé y le dije a la señorita: "mi esposo me
Al día siguiente recibí una llamada de su hermana que me pe golpeó tan fuerte que quedé inconsciente en la cama, cuando
día que fuera porque Sergio intentó suicidarse y quería verme. desperté estaba desnuda con mordidas en los senos pero no sa
Con la caro moreteada y mi cuerpo hinchado por los golpes, bía qué hacer. terna miedo .. ,". En ese momento solté el llanto.
fui. Pidió que te llarnara, dijo la hermana, es la cuarta vez que lo Me preguntaron sí había testigos, si traía golpes y sí tenía al
intenta, la última porque una novia lo dejó. No llega a mayores, guna prueba de la violación, sin embargo ya había pasado tiem
pero nos asust~ mañana se repone como siempre. Al yerme de po y las marcas habían desaparecido. Entonces me dijeron; "si
frente preguntó; ¿Ya ti, qué te pasó? no hay pruebas [\0 se puede levantar una denuncia, ni se puede
hacer nada, eso dice la ley". Entonces pensé; "¿por qué las leyes
Nació en México. Es escritora, pe:riodista, confett:ndsta y ex diplomáuca son así?",
del Servido Exterior.
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Calladita te ves más bonita Despierta
¿Pues qué le cuento? ¿De la primera vez? Pero estaba yo muy Corre. Tumba con estrépito sillas y trastos. FJ corazón casi la
espantada y me acuerdo más del dolor; ni sé cómo empezó. Ah, abandona en esa fuga angustiada. No grita. No puede. Apenas
eso sí, al otro día vino mi periodo y creí que la sangre salia por logra respirar. Lo adivina detrás de sí: bufa, ansioso por alcan
la tunda que me puso. Ya luego entendí lo que era. zarla, saborea incluso el primero de muchos guIpes. Por eso sal
Bueno, le podría contar de la vez que me rompi6 una falda. ta veloz cada obstáculo a su paso. Pero la habjtación no alcanza
Yo me la acababa de comprar pero me dijo que no iba a salir así para eludirlo más. El sudor escutre por su espalda y las piernas
a la calle y la hizo jirones. se aflojan extenuadas. Su cuerpo cede. Duele. Y se detiene sú
Y de lo que acaba de pasar no le quiero decir porque me hitamente.
va a preguntar que por qué no lo demaudé, si hasta el bebé me Cierra los ojos. Respira hondo, muy hondo. Se distienden
arreható. los músculos y el temor. Se sabe arropada con calidez, como
Es muy vergonzoso ¿Pa qué me piden esto? Nomás porque entre sábanas recién planchadas e impregnadas de perfume. La
vio cómo traigo el ojo. Pero yo no cuento ni ando ahi diciendo, rodea un silencio tranquilizante y dichoso, capaz de dibujarle
ni hablando, ni platicando nada. una sonrisa.
Entonces despierta. En efecto, sonríe. Mira en derredor,
Originaría del Distrito rederal donde es lUdia el doctorado en Letras Lati con la confianza de quien ya no tiene razones para huir; con la
oDarnerlcanm> en la UNA\!.
tranquilidad de quien decidió poner fin a un mal sueño.
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Poeta diabla
Relato verídico de una Rl
Metro Insurgentes, 11 :50 p.m. Vestido rojo, Iiguero, tacones de Con ilusión logré entrar al prestigioso hospital Hl'GIM a realizar
aguja, larga cabellera y cola. Fiesta de disfraces, invitación en mis estudios de pediatría. Éramos la generación más pequeña,
mano; y el inf.ltable abrigo encubridor de hermosuras, en este los Rl o residentes de primer año. Rl, R2 YR3 podrían ser tam
país que es dueño de la necrópolis femenina más grande del bién los nomhres de máquinas.
mundo. En pocos días mis compañeros fueron renunciando, devas
Un dispositivo de policías vih>i1an la caUe Álvaro Obregón tados por los malos tratos de nuestros superiores, todos hom
en la colonia Roma; me quito el abrigo y caigo en la trampa bres. Mi sistema fallaha ante tanta presión, hambre y desvelos.
de los uniformados. Disparos, un gorri6n se desangra en mi Una mala instrucción me hizo cometer un Herror" y de inme
pecho, giro, cámara lenta. ¿Por qué, por qué? Avanzan y una diato ejercieron el autoritarismo.
obsidiana refulge en lo alto. Alcé mi voz.
Zarandeos. Me llamaron a una hahitación pequeña y cerrada con segu
-¿También ibas a la fiesta de las palabrejas? Apodo: ¿Tertu ro. Cuatro erres de cirugía me amenazaron e intimidaron. Sentía
lia o Poeta? su olor masculino y poderoso en la cara. Recuerdo la parálisis.
-Tres corazones esta noche para mi comandante que las Pero me moví finalmente.
rx:ba por puras. Gracias DIos ... Una mañana denuncié en Derechos Humanos y poco des
Malditos. Abro mis alas y les arranco la vírgula. Má.. dispa pués cesaron los maltratos en el hospital.
ros, sangre, sangre y no es azul. Mi vida y nú trabajo han dado y siguen dando /lores bellas
Saco del abrigo libreta, pluma y mi me7.cal rojo. Qué sabro· e inesperadas.
so su gusanito...
Pediatra y espedaIJs;ta en Parentalirlad. Vive en México.
México D,F. Periodista, e..iitora y caricatudsta en la. Sociedad Mexicana de
Caricarudstas, Publicada en antologías de varios paises, Traducida al portu
gués e italiano.
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U n mes sin ti... ¿Ya para qué?
Apenas este 4 de junío se cumple un mes sin ti y siento que Ahora mi marido quiere dejar la bebida. Los hijos ya crecieron
ha sido una eternidad. Primero fue el gran vado. Aunque en y mientras dormia la cruda y se poma la siguiente borrache
el fondo deseaba ya no vivir dcscalificacione.s y maltrato pensé ra, cUos jugaron~ pasearon~ salieron con sus amigos) batallaron
que moríria sí te ibas. en la escuela. tuvieron novias" se casaron. J\.fientras él bebía, yo
Viví algo cercano a la muerte cuando vi la cama vacía, sin vendía, tejía, limpiaba casas" lloraba en las fiestas escoJares> me
tu ropa y sin tus pertenencias ... Pensaba que no tenía sentido enfermaba y me curaba sin avisarle. Enterré a su mamá~ a la
salir adelante. Pero a 10 largo del mes pasaron muchas cosas: de mía, empeñaba lo que podía para pagar las cosas de los
repente, no tema que pensar en preparar de comer algo que te ponía mi puesto de jugos y galletas. Sí deja de beber, ahora sí
gustara ni dejar todo como querías; tampoco tenia que evitar lo dejo.
acciones que te molestaran. Fue entonceS que me di cuenta que
mi vida había girado en torno a ti y era algo que no quería vivir. Es investigadora, cuentista y feminista. Directora de Rumbo !I.e. Actual·
mente reside en León, Gto.
Ahora cada mañana picnso: "Por mi y para mí", Aun así
ha sido difícil hasta escoger el postre sin pensat en ti.... y sigo
compraIldo para dos....Todavía me falta aprender.
72 73
Manipulación Despedida
¡Pretende contradecirnos una mujer! -exclamaba indignado Diciembre del 2003. En su apartamento una pareja a punto de
Narciso a Leoruna- ¡Hay que recordarle quíén manda aquD brindar por el desencanto. De lejos llegan las notas de cum
En la reunión, tras ser cuestionada por '''sus actitudes bias distorsiolllldas por el olvido. Ella lo ruir. ruientr.s reparte
tivas" con el grupo, f\.fana tiene Hpermisd' de hablar. Habitada la CCllll. Él por instinto sirve la cerveza. Qué malle sabe todo.
por la incertidumbre, la angustia y la persecución, revela con Lo '1ue ena piensa lo dice alguien más. El estribillo de un bolero
genuídad sentirse fuera de lugar: sólo desea compartir sus' tropical le pregunta, "Te vas, te vas, ¿Por qué te vas?, ¿Es que
y cuando por fin logra hacerlo sus palabras se malinterpretan. no me quieres o es que tienes miedo de quererme más?". I~lla
Como resorte, Narciso salt. enfurecido del asiento y la toma de la mano y la lleva como la primera vez a la habitación.
mina con la mirada al tiempo que grita exaltado: ¿Qué La puerta y su mundo se cierran mientras se deja caer en la
¿Cómo te atreves? ¡Aquí a nadie se le bloquea jamás, cualquiera cama. Cierra los ojos para que las lágrimas no corran. En silen
puede expresarse y elegir libremente, todas las opiuíones cio grita, "habría preferido la Despedida de Daniel Santos para
aceptadas! ¡Por eso nuestras decisiones son unánimes, fraterna este momento, pero así es la vida y los sonidos que desde la
les, sin sombra de duda! ¡Todos saben '1ue somos los más respe lejanla envuelven nuestros recuerdos. H
tuosos y honestos!
U n eco resuena en María: HCalladita te veS más bonita". Nezllhualcóyotl, Estado de México. estudió Periodismo Cilla CN¡\M y ac
Pero su ser se rebela: ~'iNo, no!" tualmente cursa el doaorado en Cicncial'i Sociales en El Colegio de México.
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Bnla cocina Largamente oscuridad
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Encerradas A la mar volvemos
Buscaba desesperadamente, igual que un adicto. En la casa Zarpamos con poca luz y con 1. brisa salada en los ojos, al cla·
existían más de diez libros, sm contar los vemte tomos de la rear el horizonte. Desde hace diez años anticipé tu viaje. Son·
ciclopedia ilustrada Salvat. A ése lo encontró entre la ropa de reías como otras veces cuando ellos te cedían el paso o eras
7
madre, detrás de un suéter de angora. En sus páginas centrales' siempre complaciente con todos los que te observaban y se re
había una muchacba escondida en el clóset comiendo la lamían en ti. Y yo aguardaba. En sueños ellos te buscaban y te
ctuda de un gato, mientras afuera la ciudad se desplomaba gustaba saltar de uno a ouo sin hnportar cuánto sufriera yo,
los enunciados de una guerra iniciada en la anarquía. Nínguna~ cuánto era cap.z de soportar Ahora en la proa ereS mía. Nadie
mujer estaba a salvo en la c.lle. Ese di. descubrió dos te ve, sólo yo y la mar, azul, inmensa.
pertutbadoras: que el homhre más malo del mundo no era Desprovista de lasdvi~ tus muslos fueron míos en el ins
jinete sin cabeza, y que la carne de gato sabe a pollo. tante que me duró tu vida, tu cuello y mi soledad de ti: "A barco
desesperado, Dios le encuentra puerto". Y encontré el mío. Mar
Cuentista poblana. Sus cuentos aparecen pcrtoo.icamente en la revista
/Tat Rard!.
abogada de quietud e infestada de piel. '~ mar volvemos" cario
ño oúo y estamos en paz: tú, yo y ahora la mar.
7R 79
Sueño imposible Tragedia doméstica
BO 81
A mis 63 anos Vendedora
Soy... ¿Quién soy? Hija de, madre de, esposa de, abuela de ... María Candelaria Citláhua, indígena de la Región montañosa
Cocinera, ama de casa, "sirvienta" (que barre, que plancha, que de Veracruz llega al Mercado Zapata. Está exhausta. El reco
cocina). Educada para servir y atender a la familia. Cada día me rrido desde La sierra de Zongolica hasta la ciudad más cercana
levanto con la idea de que todo esté en orden, que todo funcio le abrió grietas en los pies descalzos, cansados y sucios por el
ne bien, ver que todos tengan un buen día, aun cuando no esté polvo del camino. Se arrodilla para sacar del canasto los aguaca
en mis manos y salgo corriendo al trabajo para seguir sirviendo. tes que trae para vender. Empieza a colocarlos en el piso sobre
He visto crecer a mi familia, vivo con lo que les emociona, un plástico, cuando escucha una voz. Es la misma mujer policía
sufro con lo que les entristece, me enorgullecen sus logros, pero de siempre que le grita: "¡Que no entiendes india, que aquí no
¿es que sólo vine al mundo para acompañarlos en su realiza puedes ponerte a vender porque está prohibido! La próxima ya
ción? ¿Sólo soy un soporte para su crecimiento? ¿Qué hay de no te aviso, te voy a llevar derechito al 'bote', a ver si así es
mi? No encuentro una respuesta ¿Será que a mis sesenta y tres carmientas". María recoge su humilde mercancía. Callada, sólo
años debo asumirme únicamente como lo que he sido hasta agacha la cabeza. Entiende poco el español, porque sólo habla
hoy, hija de, esposa de, madre de y abuela de? ¿Qué hay de mí? náhuatl, su lengua materna. Tampoco entiende su estigma: ser
mujer e indígena.
Reside en el Distrito Federal, es dueña de un pequeño restaurante, lucha
dora empedernida y ~oñadora ineansable. Nació en Orizaba, Veracruz. Es lieenciada en Enfermería y Obstetricia.
Cuentista y novelisra.
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Mí príncipe azul Rosa
Era cariñoso y mí mundo giraba en torno a él. Desde pequeña En memoria de mí abuela Rosa Sánchez Carté.r (19.17-2010)
esperaba a mí príncípe azul y un día entró en mi vida. Me <lijo
que el amor que sentía por mí era más inmenso que los mares Cada una de las manchas que la sociedad le dejó a Rosa Sánchez
que separan los continentes. la hicieron valiente rero sumisa, Así fue desde niña~ cuando
Desaparecíó para siempre el dla que le dije que la prueba aprendió a trabajar en el campo. y aunque vivió humillaciones~
dio positivo. se enfrentó a una vida llena de machismo. Alli creció bajo la
Hoy me encuentro asfixiada entre paredes oscuras~ más sola consigna de que las mujeres no podían opinar. Su obligación em
que nunca. Espero mi juicio porque decidí no tracr al mundo a obedecer.
su criatura. En busca de una vida mejor se enamoró y se casC>o Su espo
so llegaba borracho, le gritaba y siempre terminaba por golpear
Cullacin, Sinaloa. Estudiante de Uiotecnología, la. El terror que esto le causaba a sus lujos era tan hrrande que se
escondían en un cuarto sin querer salir.
Pese a que sufrió maltratos e jnfidelidades, Rosa nunca olvi
dó el funeral de su padre. Tenía seis años entonces y no cnten~
dió qué significaba aquella frase con que la consolaban: "Tienes
que ser fuerte, valiente y aguantar de todo como las machas H •
Rosa luchó hasta que su corazón dejó de latir.
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Media luz Mataré a quien amas
Dicen que los gemelos tenemos un vinculo que nos une toda )a Escuchas llegar el auto de Jorge y el dolor de estómago se
vida. Así debe Ser porque en cualquier parte me siento ajena, in vuelve insoportable. Sabes que si tu mamá pdea COn é~ llegará
completa, como si mi mundo afectivo sc hubiera apagado antes a tu cama y abusará de ti~ como ya eS costumbre. Cuando tu
de existir. mamá sale al fileteado, Jorge se encuentra sentado en el baño
Mi adopción se negoció antes del alumbramiento en una y te ordena que le hagas sexo oral; tienes que hacerlo oliendo
comunidad rural.lejada de la sutileza; quizá no se siguieron los el excremento del hombre que constantemente te humilla y no
pasos legales para el trámite, pero la buena intención si fue le puedes rehusarle porque las golpizas son tremendas. Sólo tienes
gítima. seis años y no entiendes lo que sucede.
Cuando llegó el momento, vimos la luz los inesperados ha. Hay días que sin más, te sube al lavadero y te baña, te mira
bitantes del vientre de mi madre. Y en un generoso gesto, el desnuda~ te toca~ te arroja agua fría. Lo peor es que cuando te
ofrecimiento se ex tendió a mi hermano y a mí. Sin embargo, viola susurra al oído: "sj dices algo, matare a tu madre y a tu
por ningún dinero mi madre quiso vender a mi gemelo porque abuela, recuerda que soy polida". A veces te obliga a ver pclicu
él sí le servía, el hombrecilo. las pornográficas.
Has pensado en la muerte y en varios intentos la has visto
Nace, vive y es docente en la CIudad de México.
muy cerca, desde la oriUa.
86 87
La decisión Palabras
ss
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Las manecillas de la muñeca Frente al destino
La muñeca envuelta en plástico negro estaba alú bajo la tierra con lJara const'gUir una 'vida mejor, las unicas opciones ¡msibles Son
un reloj que marcaba la hora. EUa sabía la hora de su muerte. volverse prostituta o lichera. Ella goarda una noble reminiscen
cia de la infanda y de los gostos burdos de su padre por las pe
Mexicana, estudió creación lite:raria y ha sido colabot'adota de Poesía y
Múvimicnm. lículas de meretrices. Noche tras noche, viste minifalda y calza
tacones de quince centímetros de alto.
Cobra por beber una copa con algún hombre, regala besos
y no deja que las manos masculinas toquen su antiguo tesoro.
En ocasiones la resistencia cae y admite una que otra caricia. Si
la quieres llevar a otro lado, debes pagarle a quien le regatea una
cierta cantidad que debe acordar.
Un día la invitaron a salir y pese a su oposición, la lIeva
roo. La desesperación por lo 'lue le esperaba la lúzo abrir des
cuidadamente la portezuela del coche y una combi la embistió.
Como ave libre voló por el aire y su craneo se rompió en mil
pedazos al estrellarse, seco, contra el pavimento.
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La cita Violación
¿De dónde surgía esa rabia impotente que Lucía sentía aroer en Esa muj er la violó.
sus mejmas ligeramente maquilladas, y que subía hasta su ca Las autoridades dictaron: señora, necesitamos pruebas)
bello largo y bien peinado? Desde su lugar vcía al hombre. La ¿cómo que fue una mujer? ¿Está loca? Presente pruebas.
adolescente llevaba el vestido que compró para salir con Mateo Las heterosexuales opinaron: ¿por qué no nos sentamos to
en Su primera cita. "Basta de coger con cualquiera", se había das a platicar?~ cada una tendrá su versión de los hechos,
dicho. Ella, que tanto había luchado, le pidió que se pusiera ese I.as feministas la negaron: está mintiendo. Habla de nuestC"J
vestido; ella le puso el maquillaje que Luda nunca usaba y le amiga. Es por rencor, por desamor.
dijo que sonriera; y ella, sentada a su lado, también esperaba Las amigas le aconsejaron: olvida. Dios, el karma, el devenir
la hora de la cita. <~No olvides sonreír", le dijo, "No quíero", cósmico castigará. Olvida.
pensó. Las lesbianas cai1a.ron: que no se sepa.
¿Para qué tanto arreglo si es un trámite burocrático? El Las enemigas: hicieron escarnio.
hombre sentado llevaba un traje fco y trabajaha en un escritorio. La familia: biza silencio.
"¡Sonreír con el vestido parA Mateor'. 1..,os hombres: sonrieron.
La llamaban. "Sonríe bija, para que te den la beca", le dijo Ella: trató de hablar, seis veces sus labios fueron cosidos.
su mamá.. mientras Jc arreglaba el cabello. Está sola~ con el cuerpo y con las certezas adoloridas.
El sol le quema el rostro.
EstuJió Comunicación, es maesrna en Teologfa y actualmenre cursa la
maesuia en Literaturn iberoamericana. i la sido docellte universitaria, editora,
Ella mira las puntas de sus pies que sobresalen de la línea de
traductora y correctora de estilo. tjerra en donde está parada.
Un paso adelante sólo habrá viento.
Su cuerpo s:e balancea adelante y atrás, antes de caer al prc
ciplcm.
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Cátedras misóginas Juana
Me habían dicbo que era un profesor extraordinario. La noche· Juana, sola ante el mundo, sin la esperanza de dar vida por los
anterior no dorllÚ pensando que junto a él me iniciaría como múltiples golpes que recibió donde albergaria a eSe Ser que
defensora en Derechos Humanos. Por eso me resultó extraño j siempre anheló; agotada de implorar compasión, víctima de
cuando aprisionó mi mano entre las suyas en Su primer salu maltratos, humillada y ultrajada en el momeoto que Pancho lo
do, También dudé cuando su mirada se quedó prendida deseaba. ¡No puede másl ¿A dónde ir? ¿D6nde encontrar refu
mis pechos. Me incomodó mi paranoia. Regresé a clases sólo gio sí a nadie le interesaba su vida?
para probar que me equivocaba. Cambié de opinión cuando:: De repente a su mente llega la solución: las autoridades.
noté que mi amiga también se echaba para atrás cada vez que La justicia se aplicó eo repetidas denuncias pero él, después
maestro se acercaba. Cuando redamamos~ nos acusó de malin-~ de ser liberado al cumplir condenas cortas, volvió para vcngar
tcrpretar sus nobles intenciones. Así que bumillar, se~ cada vez con más saña.
gunear eran parte de la cátedra del insi¡,'ne mentor. Un día, ~jn poder más con ese destino y tras fallidos inten'·
Después de todo, aprendi bien de sus teorias sobre los tos por quitarle la libertad permanente a su esposo, se arma de
rechos de las mujeres: a pesar de la ven!,'llnza colegiada y mediá-j valor para insultar y agredir a un policía con el objeto de ser
rica, nosotras supimos llegar hasta e1 final. reeluida y alejarse del verdugo de su vida.
Esposada se deja conducir pensando: ¡Por fio estaré libre y
Doctora en Literatura, escritora, investigadora eH violencia de género segural
la IJNAM, L7.lacala, México.
Profesora, cs:tudió la licenciatura en Educación Primaria para el Medio
lndígena con maestría en Educación Baska. Pertenece a una ONG. Reside en
Papantla,. Veracruz,
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Lupita Presencia y ausencia
Como apestan los bebés, piensa Lupita mientras le cambia por ter No sé qué duele más: si las heridas silentes, que se esconden a la
cera vez el pañal a Pedro. Segllro sigiles malito, pero qué hago. Va a vista de los demás o aquellas visibles que muestran y dejan claro
la cocina y regaña a Caroi porque aun no termina de lavar los el desamparo y desamor.
trastes. Ya Jabes que te totan. Caroi deja en la mesa su muñeca, No sé cuál de las cicatríces perturba más: las de niña irre
agarra el banco y se sube a lavarlos. Pedro empieza a vomitar; denta sometida por una madre fuerte, sólida y amorosa hasta
lo cambia de ropa. Olra "'zle has hecho del baño, ¡"'tÍ! rapa que la asfixiar el aliento; o las del padre lejano, sólo presente bajo los
var! En la cocÍna Caro} rompe un plaro. tlJ hace a propósito, ti mí efectos etílicos. Médico trabajador que no perdonó ser el pro
tampoco me gllsta lavarplalos o cuidar l/illoS pero I/i modo de límelos... Se ducto del amor joven de sus padres.
enciende un brillo en su mirada que de innlcdiato se apaga, De El ser mujer aumentó la gravedad. El silencio: terrible agre~
verdad que SOIl apestosos los b,iJ¿r... MI/cIJo. No sijlDe qué (J mi m_á le aunado a negadones, grilos silentes~ presencias femeninas
gustan tanto, se la pasa 1f'i1J"l/do bijos al mUl/doy "'ego s"1yo quien tiene que dejaban huellas, índices de su existencia. Dolor acuñado
que cuidarlos. por años que no deja respirar, que sólo el trabajo permite orear,
y que no debe contagiarse a los hijos. Silente agresión, pasiva,
Reside en Zacatecas en OOfldc se divi..lc entre las Jeu'as, el teatro y la dQ~ profunda y penetrante que deja los huesos flacos y la carne sen
cenda,
sible. El cerebro tocado, el alma perturbada ... ¿Se podrán res
taurar?
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Lucrecia Cincuenta grados
Al cerrar los ojos, luvo una certeza: no merecía nada~ ni esa Con un ángulo de cincuenta grados dominan el espacio y con
cama, ni esa ropa, ni ese techo, por eso temu tantos muretones; trolan su entorno. Todos los días las piernas masculinas abor
todo esto jo deletreaba Su mente mjentrus recorría con la uña la ' dan el camión, se posesionan dd lugar~ se extienden a 10 largo y
cicatriz de su brazo) en un balanceo que la remontaba al arrullo ancho de un a:-;iento corto y estrecho, El ángulo entre estas pier
materno. nas crece hasta toparse con lInas piernas femeninas. Las piernas
Trataba de no hacer ruido al barrer, al trapeat~ al layar, al femeninas buscan limites, se contraen~ las masculinas se extien
vivir; sin embargo, cada movimiento se convertía en un sonido den más. Los miembros femeninos se estrechan, se refugian <11
sincopado y ella tela por dentro, aunque no supiera c6mo ha lado contrario y las extremidades masculinas aprovechan para
cerlo. ganar territorio. Las adoctrinadas piernas femeninas se parali
Pensó 'lue todos vendrían en la mudanza: el hombre al zan. Ellas conocen lo inútil del c:-;fuerzo por defender su espa·
que ama, los niños y el cachorro Sandro. Pero ella tiene pocas cio, saben que tocar o empujar las extremidades masculinas es
pertenenclas~ sólo tiene un cuarto y um\ vecina sin moretones avivar su domiruo, excitar su poder.
que le habla sobre las voces gue escucha. Así en silencio, extremidades masculinas con un amplio án
gulo de apertura y extremidades femeninas, en una posición in·
Rcsirle en la Ctudad de Mi!::m.o, es lectora independiente y rc<lllctora de la. cómoda ji cerrada, conYJv(:n en paz, sin la mediación de espado,
vida.
limites o respeto.
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Hijo Padre muerto
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La delegación sos ¿Nos ayudamos?
Rosario Gutiérrez Rosario Moreno
Su boca en la cara de ella, sus golpes, su miembro penetrándola. En 1998 comencé a trabajar en una dependencia gubernamen
La ropa rota recordándole que lo que acababa de vivir no era tal e ilusionada aporté mis ideas. Era dificil pues el director,
una pesadilla sino una realidad. Revivido todo durante la decla subdirector, jefe de área, jefes y subjefes de turno eran hom
ración frente a ese policía tan indiferente y ese cuarto frío don bres. Recibí maltratos y burlas.
de todos la veían era un martirio; pero ella tenía la esperanza de Cambió la administración y el director apoyó mis ideas, me
hacerlo pagar, de que ninguna otra mujer cayera en sus manos. nombró la primera jefa de turno mujer y logré conformar el
~Una última pregunta señora ¿Qué hacía usted vestida de grupo de colaboradores, con hombres y mujeres. Por esto gana
forma tan provocativa? mos un premio de calidad a nivel nacional.
Llegaron una nueva directora y una subdirectora. Entre mis
Colima, México. Periodista y l()cutora. propuestas se encontraba apoyar al grupo de colaboradores que
había aprobado su eficiencia. La subdirectora me dijo "eso te
funcionó a ti pero ahora yo estoy en este escritorio y así serán
las cosas". Después de varios abusos y hostilidades renuncié
tras quince años de trabajo.
Resulta irónico que entre mujeres no nos apoyemos.
Ahora trabajo en un bospital y mi jefe, un médico, me per
mite generar equidad en el trabajo con las madres.
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La mujer de don Marias XV versión 757
Don Matías, viudo de pueblo, deddió comprarle la hija a un "Que ya es cancha reglamentaria", responde alguien. El padre
peón~ ¡Treinta años más joven! OIga, converrida en esclava. balbucea. tambaleante, ante un micrófono con está rica. Poco
arriesgó su vida al darte una hija, lo cual le mereció una severa antes, seis primos se desplazan sin scgur4iad ni gracia ~ohre el
reprimenda. Cuando ésta se casó con un doctor, fue una libe patio, y elevan a una joven aterrada sobre una multitud que aúlla
ración para Oiga verla emprender el vuelo. Pero el casamiento y festeja a quien ya no es quíen era.
despertó en ella una sensación de asfixia ante la presencia del Esa mañana, el esmero de las tías convirti6 a sus 1.55 me
tirano que, a sus Setenta y seis años, era aún fuerte y receloso. tros~ cincuenta kilogramos, tez morena~ cabello castaño yausen
Una noche, OIga le gritó. Jamás lo había hecbo, obliga cía ele señas particulares, en un personaje del pasado. Con astu
da a bajar la caheza cada vez que él se envalentonaha. En una tos artificios, la madre rellenó el vestido número 757 de Maty's
distracción, le descargó un candelabro de hierro en la cabeza. Fashion que el cuerpo publirlo no alcanza a colmar. Las abuelas
Cuando el tipo pudo arrastrarse, lo llevó a la cama y con una calcularon meticulosamente grandes cantidades de arroz,
almohada, lo asfixió. mole y ron. Cosas todas que Perla detesta. Pero nadie lo sabe
Resignada a parar a la cárcel llamó a su yerno. f:ste, sin re potque, ¿quién pregunta que quiere una niña? Sólo saben, dcsde
visar el cuerpo anotó en su libreta, Hcausa de muerte: paro res que cumplió catorce, que hay que celebrarle SliS quince.
piratorid'.
Comurüt-1tdonl. en la Ciudad de México. Empieza a escribir.
EscritOra de novelas, cuento, poesía y literatura Jnfamil. Editonl de Edi
dones htuRqucsa.
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Caja de pintora Ignominia
J~sta historia narra c<-l:mo personas infames me provocaron un La noche era lúgubre, lluviosa y el tránsito vehicular desespe·
angustioso e injusto temor. El suceso se desató una noche de rante por el nervlosismo colectivo de los conductore$ que que
ínvíerno~ lejos de rol:» padres, en un hotel dc familiares ubicado rían pasar al mismo tiempo. Sucedió el día sábado 24 de mayo
en la CordiUcra de Ins Andes. Tenía sólo once años. de 2014, cuando el reloj marcaba las veintidos horas menos die
Cenábamos y me pidieron que pusiera música. El tocadis docho minu~ os sobre la ayenida '1 'alismán.
cos se encontraba lejos, corn emocionada. Mientras selecciona Álvaro y Sdene regresaban dd cine mientras su auto
ba el disco, se apagó inesperadamente la luz y vi que un fami avanzaba lentamente entre el cnngestionami{~nto. De pronto
uar se acercaba. l\1c besó, abrazó y tocó bruscamente el cuerpo. -a una distancia de dos vehículos compactus- vieron la silueta
Ante semejante abuso ~enti una anormalídad indescriptible. En de una mujer delgada qU{~ caminaba sobre el arroyo vehicular:
ese momenro desplegué una fuerza única porque logré empu~ descalza, con las piernas oesnudas y ensangrenu.H.!as, sólo traía
y cayó al suelo. Desconcertada salí al encuctuto de mí pri pantaleta y corpiño.
ma. Le conté lo sucedido y descaradamente me culp<:>, amena La sangre le escurría ahundamcmentc entre las pk~rnas; lle
zó y conminó a guardar sjlencio. Esa injusta vivencia la congelé vaba en sus manos un poco de copa, que :apretaba con fuerza
por años. hacia su cuerpo. Parecía caminar sin rumbo con la mirada per
Cuando resolví a los cuarenta hacerme cargo de mi autode dida.
el hombre había muerto. Los conductores varones le gritaron insultos y nadie se
atrevió a darle auxilio.
PCr!ormancera, cúit(¡tll, {:ntllsiasta y libre. Nlldó en McndoLa, Argentina.
Actvl\lmef1!c dcsp1cna día a día t';rl .l\U:x¡(o.
Nanó y r~sidc en (.'JUlhJ dc México, u: d(1n;:ntc~ filósofH y po(,:ta.
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Cuerpo oculto Bendito sea
Obscuro y asfixiante, pensamientos pesados, paralizados; el aire Tú no usas maquillaje. Y ese es el meollo del asunto. La marca,
permeado de carburantes e insuficiente para oxigenar el mie d círculo amoratado, infame, acusador, vil. Podríamos adjetivar
do, la angustia. Sentir que mi vida me pertenecía: imposible. lo más pero basta con que aquel trozo de carne lo represente
Cuerpo encogido, espacio mínimo para no ser vista, no ser es y con eso se justifique a sí mismo; y la bulla del vecindaje y las
cuchada ... Debía pasar inadvertida; el pensamiento, el movi habladurías de unos cuantos y el sentimiento de humillación.
miento, las palabras eran incorrectas, sólo deseaba ser libre, ver Por él tus recuerdos vuelven a la noche: los golpes, los gri
la luz. Si quería conservar algo de mí, debía someterme. Todo tos, el chillar de los niños en la esquina del cuarto y el vaho
el peso de la ley, perfilar violentamente la condición de mujer, alcohólico que inundaba la estancia.
madre, profe sionista. Gritar o llorar, sentimientos estigmati El perdón posterior, las lágrimas. Tú no tuviste la culpa,
zados; observada, amenazada: sería juzgada. Se abultaron pen ¿el camión, el tráfico?, llegar un poco tarde, luego la catarsis.
samientos, sensaciones, impotencia, dolor, injusticia. Aquellos ¿Quién tiene la culpa? Ah, esa pregunta se pierde en algún rin
hombres venían a cumplir la orden de encerrarme, pisoteaban cón de la memoria. El rincón que siempre ignoras.
y abusaban de la ley. Unos quince o veinte minutos, sentí topes, Bien, el maquillaje es una opción. Tendrás que comprar
vueltas, silencio. Se abrió la cajuela, una cara amable, no po uno, recuerdas (eso sD. Tú no usas maquillaje. Pero es la solu
día moverme, ya podía salir, ¿era libre? el llanto incontenible, el ción. Bendito sea.
abrazo. Mi cuerpo no olvida esa pesadilla, esa violación negada.
Reside en México, D.F. Actualmente cursa la licenciatura en Lengua y Li
teratura Hispánicas.
Reside en la Ciudad de México. Profesora universitaria, comunicóloga y
editora.
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Lucinda Más de tres motivos
(:intalapancca) diecinueve años, casada, embarazada y madre de Nunca la insultó por sus grandes escotes. Tampoco la golpeó
dos niños. Su casa a la orilla del río if,1? Guapo, alto, fuette: por celos. De ninb'1.1na manera su sonrisa que cautivaba a cual
irre~istible. Cuando la exigió en matrimonio, los padres acep quier hombre provocó su desdén: (lesas son vulgarú.laJcsh .
taron gustosamente pues aquel varón ¡tenía huevos! A ella le Ella aprobó el exameO de selección a la universidad. f:I no.
pareció muy guapo. Nunca imaginó su carácter unilateral e hi Por eso la mató.
riente, el malttato de la suegta y la, friegas de la cocina. Era
poco menos que sirvienta. Poeta y asesora de preparatoria, Forma parte del grupo de Escritoras dd
Norte dt~ Mexiro.
¡Tannn bonita la Luclnda! Decían las señoras y 10s preten
dientes.
Llantos porque él desaparecía en los burdeles. Gritos por
(Ille él se hundía en tequila al traficar estupefadentes de media
na calidad.
Una madrugada) eUa despertó con un dolor que no era de
parto pero si del embarazo. Lo encOntró enroscado con otra
desnudez que no era la suya, cnlol)uedó y él aún más. Los fe
roces forcejeos la dejaron en el suelo con un par de patadas en
el vÍentre.
Tendidas, murieron dla y Lucindita.
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Mutterschaft
Un matrimonio perfecto
Vivian. López
Yunuen Esmeralda Díaz
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113
,
Unica
YuyulCarmen Castro
114
f ,2 edicíón de esu:.> libro
estuvo a cargo de la
Unidad Xochimilco.