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MÓDULO V

MEDIOS DE SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS EN LA


ETAPA DE EJECUCIÓN CONTRACTUAL

C O N T E N I D O
Subcapítulo I
Conciliación y arbitraje
1. Conciliación y arbitraje
2. Disposiciones generales sobre los medios de solución de controversias en la ejecución contractual
3. Conciliación
3.1. Principios que rigen la conciliación
3.2. Materias contractuales conciliables en las contrataciones del Estado
3.3. El acta de conciliación
3.3.1. Contenido del acta de conciliación
3.4. Publicidad del acta de conciliación
4. Arbitraje
4.1. Legitimidad del arbitraje obligatorio
4.2 . Obligatoriedad del arbitraje de derecho
4.3 . El arbitraje ad hoc y arbitraje institucional
4.4 . Responsabilidad en la decisión de ir o no al arbitraje
5. Convenio arbitral
6. Solicitud de arbitraje ad hoc
7. Respuesta de arbitraje ad hoc
8. Excepciones u objeciones
9. Árbitros
10. Impedimentos para ser árbitro
11. Designación residual de árbitro
12. Independencia, imparcialidad y deber de información
13. Recusación
14. Instalación del árbitro único o Tribunal Arbitral
15. De la organización y administración de arbitrajes a cargo del SNA-OSCE
15.1. Antecedentes del SNA-OSCE
15.2. Alcances y principales funciones
15.3. Importancia del SNA-OSCE
15.4 . La subsidiariedad del SNA- OSCE
16. Gastos arbitrales
17. Laudo
17.1. Recurso de anulación del laudo arbitral
17.2. Publicidad del laudo arbitral-administrativo
18. Información que debe remitirse al OSCE
19. Estudios a cargo del OSCE

Subcapítulo II
Junta de Resolución de Disputas
1. La Junta de Resolución de Disputas
1.1. Marco legal de la Junta de Resolución de Disputas
1.2. ¿Cuál es la diferencia entre las Juntas de Resolución de Disputas y el arbitraje?
1.3. Ventajas
1.4. Antecedentes
2. Centros de administración de la Junta de Resolución de Disputas
3. Designación de miembros
4. Actividades de la Junta de Resolución de Disputas
4.1. Características de las JRD
4.2. Tipos de mesas de disputas
4.3. Las principales facultades de las mesas (DAB)
5. Honorarios y gastos de los miembros de la Junta de Resolución de Disputas y retribución del centro
6. Decisiones de la Junta de Resolución de Disputas emitidas y notificadas fuera de plazo
7. Decisiones de la Junta de Resolución de Disputas pendientes a la fecha de recepción total de la obra
8. Las decisiones y su obligatoriedad
9. Sometimiento a arbitraje de una decisión de la Junta de Resolución de Disputas
10. Supuestos especiales de cómputo de plazos de caducidad

Subcapítulo III
Infracciones y sanciones en las contrataciones del Estado
1. Infracciones y sanciones administrativas
1.1. Ejemplos de infracciones pasibles de sanción
2. Potestad sancionadora del Tribunal
2.1. Noción de potestad
2.2. Noción de potestad sancionadora
2.2.1. Noción de la doctrina extranjera
2.2.2. Noción de la doctrina nacional
2.2.3. Noción de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
3. Sanciones a consorcios
4. Obligación de informar sobre supuestas infracciones
5. Procedimiento sancionador
6. Suspensión del procedimiento administrativo sancionador
7. Prescripción
7.1 Suspensión del plazo de prescripción
8. Sanción de multa
8.1. Desistimiento o retiro injustificado de la oferta
8.1.1 Análisis del primer elemento constitutivo de la infracción (constancia material del desisti-
miento o retiro de la oferta)
8.1.2 Análisis del segundo elemento constitutivo de la infracción (ausencia de causa justificada)
8.2. Procedimiento sancionador para la aplicación de multa por desistimiento o retiro injustificado de
la oferta
8.2.1. Antecedentes previos a la imputación de la infracción
8.2.2. Causal justificante para formular desistimiento o retiro de la oferta
8.2.2.1. Sobre la imposibilidad física o jurídica de mantener la oferta ante la entidad
8.2.2.2. Sobre el caso fortuito o fuerza mayor
8.2.3. Planteamiento de los descargos en un procedimiento sancionador
8.2.4. Sobre la posibilidad de aplicación del principio de irretroactividad benigna
8.2.5. Graduación de la sanción
8.3. Procedimiento y efectos del pago de la multa
8.4. Opinión N.º 046-2018/DTN (Obligación del postor de mantener su oferta durante el procedimiento
de selección pese a controversia)
9. Inhabilitación temporal
10. Inhabilitación definitiva
11. Concurso de infracciones
12. Notificación y vigencia de las sanciones
13. Suspensión de las sanciones
14. Recurso de reconsideración
15. Acción contencioso-administrativa
Luis Morante Guerrero

V
Subcapítulo I
Conciliación y arbitraje
1. Conciliación y arbitraje
El artículo 45 del TUO de la Ley de Contrataciones del Estado establece lo
siguiente:

Artículo 45.- Medios de solución de controversias de la ejecución contractual


45.1. Las controversias que surjan entre las partes sobre la ejecución, interpretación,
resolución, inexistencia, ineficacia o invalidez del contrato se resuelven, median-
te conciliación o arbitraje, según el acuerdo de las partes. En el reglamento se
definen los supuestos para recurrir al arbitraje ad hoc. Las controversias sobre
la nulidad del contrato solo pueden ser sometidas a arbitraje.
45.2. El inicio del procedimiento de solución de controversias no suspende o paraliza
las obligaciones contractuales de las partes, salvo que la entidad disponga lo
contrario, de acuerdo al plazo y condiciones establecidos en el reglamento.
45.3. Las partes pueden recurrir a la Junta de Resolución de Disputas en las con-
trataciones de obras, de acuerdo al valor referencial y demás condiciones
previstas en el reglamento, siendo sus decisiones vinculantes. El reglamento
puede establecer otros medios de solución de controversias.
45.4. La decisión de la Entidad o de la Contraloría General de la República de aprobar
o no la ejecución de prestaciones adicionales, no puede ser sometida a conci-
liación, ni arbitraje ni a la Junta de Resolución de Disputas. Las pretensiones
referidas a enriquecimiento sin causa o indebido, pago de indemnizaciones o
cualquier otra que se derive u origine en la falta de aprobación de prestaciones
adicionales o de la aprobación parcial de estas, por parte de la Entidad o de la
Contraloría General de la República, según corresponda, no pueden ser some-
tidas a conciliación, arbitraje, ni a otros medios de solución de controversias
establecidos en la presente Ley o el reglamento, correspondiendo en su caso,
ser conocidas por el Poder Judicial. Todo pacto en contrario es nulo.
45.5. Para los casos específicos en los que la materia en controversia se refiera a nulidad
de contrato, resolución de contrato, ampliación de plazo contractual, recepción y
conformidad de la prestación, valorizaciones o metrados, liquidación del contrato,
se debe iniciar el respectivo medio de solución de controversias dentro del plazo
de treinta (30) días hábiles conforme a lo señalado en el reglamento.
45.6. En supuestos diferentes a los mencionados en el párrafo anterior, los medios
de solución de controversias previstos en este artículo deben ser iniciados por
la parte interesada en cualquier momento anterior a la fecha del pago final.

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Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

45.7. Luego del pago final, las controversias solo pueden estar referidas a vicios
ocultos en bienes, servicios u obras y a las obligaciones previstas en el contrato
que deban cumplirse con posterioridad al pago final. En estos casos, el medio
de solución de controversias se debe iniciar dentro del plazo de treinta (30)
días hábiles conforme a lo señalado en el reglamento.
45.8. En los casos en que resulte de aplicación la Junta de Resolución de Disputas,
pueden ser sometidas a esta todas las controversias que surjan durante la
ejecución de la obra hasta la recepción total de la misma. Las decisiones
emitidas por la Junta de Resolución de Disputas solo pueden ser sometidas
a arbitraje dentro del plazo de treinta (30) días hábiles de recibida la obra.
Las controversias que surjan con posterioridad a dicha recepción pueden ser
sometidas directamente a arbitraje dentro del plazo de treinta (30) días hábiles
conforme a lo señalado en el reglamento.
45.9. Todos los plazos señalados en los numerales precedentes son de caducidad.
45.10. Las controversias se resuelven mediante la aplicación de la Constitución
Política del Perú, de la presente Ley y su reglamento, así como de las normas
de derecho público y las de derecho privado; manteniendo obligatoriamente
este orden de preferencia en la aplicación del derecho. Esta disposición es de
orden público.
45.11. Los medios de solución de controversias previstos en este artículo se rigen
especialmente por lo establecido en la presente Ley y su reglamento, sujetán-
dose supletoriamente a lo dispuesto en las leyes de la materia.
45.12. La conciliación se realiza en un centro de conciliación acreditado por el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Durante la conciliación o ante
la propuesta de acuerdo conciliatorio, el titular de la Entidad, con el apoyo
de sus dependencias técnicas y legales, realiza el análisis costo-beneficio de
proseguir con la controversia, considerando el costo en tiempo y recursos del
proceso arbitral, la expectativa de éxito de seguir el arbitraje, y la conveniencia
de resolver la controversia en la instancia más temprana posible. En ambos
casos, se puede solicitar opinión de la procuraduría pública correspondiente
o la que haga sus veces.
45.13. Constituye responsabilidad funcional impulsar o proseguir la vía arbitral
cuando el análisis costo-beneficio determina que la posición de la entidad
razonablemente no será acogida en dicha sede. El reglamento establece otros
criterios, parámetros y procedimientos para la toma de decisión de conciliar.
45.14. El arbitraje es de derecho y resuelto por árbitro único o tribunal arbitral inte-
grado por tres (3) miembros.
45.15. El árbitro único y el presidente del tribunal arbitral deben ser necesariamente
abogados, que cuenten con especialización acreditada en derecho adminis-
trativo, arbitraje y contrataciones con el Estado. Los demás integrantes del
tribunal arbitral pueden ser expertos o profesionales en otras materias, de-
biendo necesariamente tener conocimiento en contrataciones con el Estado.
45.16. Para desempeñarse como árbitro designado por el Estado en una institución
arbitral o ad hoc, se requiere estar inscrito en el Registro Nacional de Árbitros
administrado por el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado

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Luis Morante Guerrero

(OSCE) o el que hagas sus veces. Asimismo, para la designación residual del
presidente del Tribunal Arbitral en una institución arbitral o ad hoc, el árbitro
a designarse debe estar inscrito en el referido Registro Nacional de Árbitros.
45.17. El árbitro único o tribunal arbitral constituido para resolver una controversia
derivada de un contrato regido por esta Ley resulta competente, salvo el
supuesto de excepción previsto en el numeral 45.19, para conocer las demás
controversias, susceptibles de ser sometidas a arbitraje, que surjan de la eje-
cución del mismo contrato.
45.18. En ese sentido, cuando exista un arbitraje en curso y surja una nueva contro-
versia derivada del mismo contrato, cualquiera de las partes debe solicitar a
los árbitros la acumulación de las pretensiones a dicho arbitraje, dentro del
plazo de caducidad previsto en el numeral 45.5.
45.19. El árbitro único o el tribunal arbitral acumula las nuevas pretensiones que se
sometan a su conocimiento, siempre que estas sean solicitadas antes de la
conclusión de la etapa probatoria. Excepcionalmente, el árbitro único o el
tribunal arbitral, mediante resolución fundamentada, puede denegar la acumu-
lación solicitada tomando en cuenta la naturaleza de las nuevas pretensiones,
el estado del proceso arbitral y demás circunstancias que estime pertinentes.
45.20. En los casos en que se haya denegado la acumulación de pretensiones, la parte
interesada puede iniciar otro arbitraje dentro del plazo de quince (15) días
hábiles de notificada la denegatoria de la acumulación, siendo este también
un plazo de caducidad.
45.21. El laudo arbitral es inapelable, definitivo y obligatorio para las partes desde
el momento de su notificación, debiéndose notificar a las partes a través del
Sistema Electrónico de Contrataciones del Estado (SEACE) para efecto de
su eficacia. Contra dicho laudo solo cabe interponer recurso de anulación de
acuerdo a lo establecido en el Decreto Legislativo 1071, Decreto Legislativo
que norma el arbitraje o norma que lo sustituya.
45.22. La interposición del recurso de anulación del laudo por el contratista requiere
presentar fianza bancaria solidaria, incondicionada y de realización automá-
tica en favor de la Entidad, conforme al porcentaje que se establece en el
reglamento, con una vigencia no menor a seis (6) meses renovables por todo
el tiempo que dure el trámite del recurso.
45.23. Las entidades solo pueden iniciar la acción judicial de anulación de Laudo
previa autorización del Titular de la Entidad, mediante resolución debida-
mente motivada, bajo responsabilidad, siendo esta facultad indelegable.
Para tal efecto, se realiza el análisis costo-beneficio, considerando el costo
en tiempo y recursos del proceso judicial, la expectativa de éxito de seguir
la anulación. Constituye responsabilidad funcional impulsar la anulación del
laudo arbitral cuando el análisis costo-beneficio determina que la posición
de la entidad razonablemente no puede ser acogida.
45.24. Los procuradores públicos que no interpongan estas acciones no incurren en
responsabilidad.
45.25. Adicionalmente, sin perjuicio de lo señalado, el laudo puede ser anulado a
solicitud de parte si la composición del árbitro único o del tribunal arbitral o si

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Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

las actuaciones arbitrales no se han ajustado a lo establecido en la presente Ley


y en su reglamento; siempre que tal circunstancia haya sido objeto de reclamo
expreso en su momento ante el árbitro único o tribunal arbitral por la parte
afectada y fue desestimado. En caso de que dicha circunstancia haya constituido
causal de recusación, la anulación solo resulta procedente si la parte afectada
formulo, oportunamente, la recusación respectiva y esta fue desestimada.
45.26. El Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) aprueba
el Código de Ética para el Arbitraje en Contrataciones del Estado, el cual
resulta de aplicación a los arbitrajes que administra, a los arbitrajes ad hoc y,
de manera supletoria, a los arbitrajes administrados por una institución arbitral
que no tenga aprobado un Código de Ética o, que teniéndolo no establezca
la infracción cometida por el árbitro o no establezca la sanción aplicable.
45.27. Los árbitros deben ser y permanecer independientes e imparciales durante el
desarrollo del arbitraje. Asimismo, deben cumplir con la obligación de informar
oportunamente si existe alguna circunstancia que les impida ejercer el cargo
con independencia, imparcialidad y autonomía; actuar con transparencia y
observar la debida conducta procedimental. El deber de informar se mantiene
a lo largo de todo el arbitraje.
45.28. El incumplimiento de las obligaciones señaladas en el párrafo precedente
constituye infracción a los principios de independencia, imparcialidad, trans-
parencia y debida conducta procedimental previstos en el Código de Ética
para el Arbitraje en Contrataciones del Estado, siendo pasible de las siguientes
sanciones éticas según su gravedad:
a) Amonestación.
b) Suspensión temporal de hasta cinco (5) años.
c) Inhabilitación permanente.
45.29. Las infracciones señaladas son desarrolladas en el reglamento y recogidas en
el Código de Ética para el Arbitraje en Contrataciones del Estado.
45.30. La autoridad competente para aplicar el Código de Ética para el Arbitraje en
Contrataciones del Estado es el Consejo de Ética, el cual se encarga de deter-
minar la comisión de infracciones, y de imponer las sanciones respectivas. El
Consejo de Ética se encuentra integrado por tres (3) miembros independientes
de reconocida solvencia ética y profesional, los cuales son elegidos por la
Presidencia del Consejo de Ministros, el Ministerio de Economía y Finanzas,
y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, respectivamente. El cargo
de miembro del Consejo puede ser remunerado. La organización, estructura,
atribuciones, mecanismos de designación, funcionamiento y los demás as-
pectos concernientes al Consejo de Ética son establecidos en el reglamento.
45.31. El Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) organiza
y administra un régimen institucional de arbitraje especializado y subsidiario
para la resolución de controversias en las contrataciones con el Estado, de
acuerdo a lo previsto en el reglamento.
45.32. Este régimen se rige por su propio reglamento arbitral que es aprobado me-
diante directiva por el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado
(OSCE) y supletoriamente por el Decreto Legislativo que norma el Arbitraje
o norma que lo sustituya.

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45.33. Los árbitros y las instituciones encargadas de la administración de los medios


de solución de controversias deben cumplir con registrar en el Sistema Elec-
trónico de Contrataciones del Estado (SEACE) la información que establezca
el reglamento y aquella que requiera el OSCE.
45.34. En el caso de los arbitrajes institucionales, la respectiva institución arbitral es
responsable de la custodia del expediente por el plazo de diez (10) años desde
su terminación.
Tratándose de arbitrajes ad hoc, el presidente del tribunal arbitral o el árbitro
único son responsables de la custodia de las actuaciones arbitrales por el plazo
señalado.
45.35. Las resoluciones sobre devolución de honorarios de árbitros emitidas por el
Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) constituyen
título ejecutivo.
45.36. Si como resultado de un proceso arbitral se reconoce algún monto a pagar
al proveedor o contratista, el pago por parte de la Entidad debe efectuarse
junto con la liquidación o conclusión del contrato”. [El subrayado es nuestro]

El derecho administrativo fue, tradicionalmente, ajeno al empleo de medios


alternativos de solución de conflictos. Durante la aplicación del esquema tra-
dicional, el Estado era juez y parte, es decir, las controversias derivadas de los
contratos entre particulares y el Estado se resolvían a través de un procedimiento
administrativo, para luego seguir su curso en el proceso contencioso adminis-
trativo ante el Poder Judicial, lo que mantenía la típica relación imperativa del
Estado con los ciudadanos.
Asimismo, se consideraba que los actos emitidos por la Administración en ejer-
cicio de sus potestades, de ninguna manera, podían ser sometidos a arbitraje.
Esto es, porque “la Administración no puede disponer sobre los bienes y dere-
chos de que es titular (sea cual sea su contenido) y porque no puede liberarse
a voluntad del control de la jurisdicción administrativa, que es a lo que llevaría
directamente el arbitraje”1. A su vez, se sostiene que “cuando la Administración
ejecuta potestades y dicta actos unilaterales difícilmente podrá admitirse que,
en caso de oposición de un particular, pueda la propia Administración remitir
la solución del conflicto (en el que se discutirá su apreciación de lo que sea
de interés general) a un tercero ajeno al orden jurisdiccional. En todos estos
supuestos [...] la decisión administrativa solo puede ser revisada por un órgano
administrativo o por el Poder judicial”2.

1 Huergo Lora, Alejandro, “La resolución extrajudicial de conflictos en el Derecho administrativo”, Publicaciones del Real Colegio de España,
Bolonia, 2000, pp. 187. Citado por Baca Oneto, Víctor, “Los medios «alternativos» de solución de conflictos en el Derecho administrativo
peruano (en especial, análisis de la transacción y el arbitraje en la Ley de Contratos y Adquisiciones del Estado)”, [en línea], Lima Arbitration,
N.º 1, 2006, pp. 237.
Disponible en <http://www.limaarbitration.net/LAR1/victor_sebastian_baca_oneto.pdf>.
2 Tornos Más, Joaquín, “Medios complementarios a la resolución judicial de los conflictos administrativos”, en Revista de Administración
Pública 149, N.º 136, enero-abril, 1995, pp. 176. Citado por Baca Oneto, Víctor, “Los medios ‘alternativos’ de solución de conflictos en el
Derecho administrativo peruano (en especial, análisis de la transacción y el arbitraje en la Ley de Contratos y Adquisiciones del Estado)”,
[en línea], Lima Arbitration, N.º 1, 2006, p. 237. Disponible en <http://www.limaarbitration.net/LAR1/victor_sebastian_baca_oneto.pdf>.

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Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Sin embargo, al momento que entró en vigencia la LGA, estaban vigentes el


Reglamento Único de Licitaciones y Contratos de Obras Públicas (RULCOP) y
el Reglamento Único de Adquisiciones (RUA), generando una confrontación,
puesto que, la LGA autorizaba de manera general el arbitraje, no obstante las
disposiciones en materia de contrataciones no lo reconocían. Por estas razones,
surge la necesidad imperante de relacionar el carácter eminentemente priva-
do del arbitraje producto del contrato privado y contrastarlo con el contrato
administrativo.
Con todo, el contrato administrativo y las teorías que sustentaban el ius imperium
del Estado y su potestad absoluta de modificar y anular todo contrato con los
particulares, basado en un actuar de interés público, fue evolucionando hasta
mutar en un contrato administrativo en donde el Estado, para el caso concreto
de contrataciones, se desenvuelve bajo los mandatos del derecho contractual
pero con ligeros matices administrativos, siendo de todas formas un sistema
más garantista para los particulares.
Además de eso, el Estado, consciente de las necesidades del mercado y de un
ambiente propicio, que le permita dar confianza a sus potenciales contratantes,
brindando un sistema de solución de conflictos imparcial, rápido, simplificado
y respetable, que en lo razonable no podía ser brindado por un sistema judicial
sobrecargado; optó por despojarse de sus prerrogativas, es decir, renunció a
su posición preeminente, comportándose en igualdad de condiciones con los
particulares, “y terminó aceptando sus propias limitaciones, aceptando esta
necesidad de reforma, y admitiendo que el arbitraje constituye, decididamente,
un mecanismo más confiable que el jurisdiccional”3.
Entendidas las razones que motivaron la imposición del arbitraje en materia
de contratación púbica, es fundamental comprender la definición general de
los medios de solución de controversias que el aparato estatal ha brindado.
De esta manera, los medios de solución de controversias, en la etapa contrac-
tual, son los mecanismos con los que se busca de resolver extrajudicialmente
las discrepancias que surjan entre dos o más personas, a través de un conjunto
de prácticas y técnicas, que apuntan hacia la resolución de las controversias,
beneficiando a todos los contendientes, reduciendo costos a largo plazo, así
como los retrasos a los cuales convencionalmente, en vía judicial, se está su-
jeto; tomando gran importancia su papel auxiliar en la sobrecarga del aparato
judicial, sirviendo como un apoyo y una vía paralela que permite brindar a los
justiciables una auténtica tutela judicial efectiva. Asimismo, su objetivo es ayudar
a preservar el orden, dirimir los conflictos a su mínima expresión y generar una
segunda vía para procesos más rápidos y más justos.
3 Arrarte Arisnabarreta, Ana María y Carlos Paniagua Guevara, “Apuntes sobre el arbitraje administrativo y la materia arbitrable respecto de
adicionales de obra”, en Revista Peruana de Arbitraje, N.º 4, 2007, p. 124.

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En términos concretos, para brindar estas garantías, el proceso de contrata-


ción se estructuró en tres fases: preparación de la selección, procedimiento
de selección y ejecución contractual. De estos, solo las dos últimas generan
actos administrativos, para los cuales la Ley de Contrataciones del Estado y su
reglamento han creado herramientas que permitan a las partes interviniente
solucionar las controversias derivadas de dichos actos.
Las controversias que surjan, desde la convocatoria hasta el momento previo
de la celebración del contrato, se solucionarán a través de los mecanismos
denominados recursos impugnativos. A partir de la suscripción del contrato,
la etapa de ejecución contractual, serán resueltos por los mecanismos de so-
lución de controversias denominados la conciliación, el arbitraje y la Junta de
Resolución de Disputas.
En cuanto a la etapa de ejecución contractual y sus mecanismos de solución
de controversias, en primer lugar desarrollaremos la conciliación, que es “la
forma más práctica de evitar o de concluir un proceso judicial de manera rápida,
beneficiosa para las partes y sobre toda las cosas es económica y tiene todos
los mismo efectos de una sentencia consentida o ejecutoriada”4.
El mecanismo de la conciliación ha variado ampliamente, pues se ha variado
la amplia discrecionalidad que existía en el uso de este medio de solución, que
por miedo a faltar al deber de proteger los intereses del Estado, se convirtió
en un simple peldaño para llegar al arbitraje cuasi obligatorio. No obstante, la
normativa modificada vislumbra un empleo más concienzudo de la conciliación,
y por tanto un término temprano de las controversias debidamente sustentado,
cuando luego de un análisis costo-beneficio, el escenario no sea más beneficioso
para la entidad, en caso de que opte por ir a un arbitraje en lugar de conciliar
en una etapa temprana.
Asimismo, desarrollaremos la máxima expresión de la conciliación resumida,
en el acta de conciliación, en donde sus efectos, en caso de convenio entre
las partes, serán los mismos de una sentencia, y en este sentido podrán ser
ejecutados judicialmente.
Luego, será necesario desarrollar los conceptos básicos del arbitraje, entendido
como el mecanismo extrajudicial de solución de controversias por excelencia.
Además del desarrollo de forma somera e inclinada de sus clases (obligatorio,
y voluntario, de derecho y de conciencia, institucional y ad hoc) y los motivos
que impulsan al legislador de promover en nuestro ordenamiento una postura
para cada clasificación. Por ejemplo, la razón por la cual el arbitraje peruano
es obligatorio en materia de contrataciones del Estado, si es que en realidad
lo es; asimismo, debido a que, el arbitraje debe ser estrictamente de derecho,

4 Almeida Peña, Feliciano, La conciliación en la Administración de Justucia, Marsol Perú Editores, 1.ª ed., enero, 1997, p. 24.

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Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

analizando perjuicios y beneficios, y por último que impulsa al legislador a


optar por un tribunal arbitral híbrido, es decir, conformado por un abogado en
estricto y que el resto ostenten una profesión optativa.
Además de conocer los aspectos básicos del laudo arbitral y las disposiciones
en torno a la garantía para la interposición del recurso de anulación del laudo y
las condiciones para que las entidades puedan interponer recurso de anulación
del laudo u otras acciones impugnables vía judicial, herramienta que encuentra
un fundamento parecido a la racionalidad de la conciliación, y el hecho de no
perseguir causas perdidas que a la larga generen gastos innecesarios al Estado.
También, desarrollaremos el medio de solución denominado Junta de Resolu-
ción de Disputas (JRD, internacionalmente conocidas como Dispute Boards).
Sobre este punto, el artículo 45 de la norma desarrolla este mecanismo para la
solución de controversias entre las partes, con la finalidad de lograr la pronta
y óptima solución de las mismas, lo cual posibilitará alcanzar, en las mejores
condiciones de oportunidad y costo, el objeto de la contratación.
La JRD es una herramienta útil en la prevención y manejo de conflictos dentro
de la ejecución de obras que se integran a la administración de un proyecto,
evitando así la paralización de su ejecución y la evolución de un conflicto, por
cuanto previene que los desacuerdos se conviertan en disputas y también para
solucionar las disputas o controversias, si estas se producen.
En puridad, se trata de un comité conformado por uno (1) o más expertos
(generalmente, tres) independientes e imparciales, con conocimientos en los
temas técnicos del proyecto; se establece desde el inicio del contrato y se man-
tiene durante toda la ejecución del mismo. Asimismo, los miembros de la JRD
realizan visitas periódicas in situ, revisan permanentemente la documentación
relativa al proyecto y se involucran activamente en el mismo.
El objetivo que se persigue al implementar este comité es principalmente que
no se paralice la obra ante cualquier conflicto surgido entre el contratista y la
entidad, lo cual genera costos innecesarios en tiempo y dinero, perjudicando
en especial a la población, la cual no recibe la obra necesitada en el tiempo
esperado.
De acuerdo con la regulación comparada, este comité se encuentra encargado
de resolver las desavenencias que puedan surgir entre las partes, el cual resuel-
ve sin mediar paralización alguna, puesto que los integrantes de la JRD son
expertos en la materia y conocen meticulosamente el expediente, y de manera
vinculante los conflictos que puedan surgir entre ellas; con lo cual constituyen

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un mecanismo útil para la resolución de desavenencias contractuales en el


ámbito de contratos a mediano o largo plazo.
Ahora bien, en términos reales, dado que se trata de un mecanismo oneroso,
está pensado solo para la ejecución de obras de gran envergadura, puesto que
no tendría la misma utilidad para todos los proyectos. En ese sentido, se dispone
que se pueda recurrir a una JRD en los casos de obras, de acuerdo con el valor
referencial y demás condiciones previstas en el reglamento.
A nivel de Latinoamérica ya hay países (como el caso de Colombia) que reco-
gen este tipo de mecanismo; asimismo, en nuestro país existe un antecedente
reciente en la legislación nacional, puesto que la Undécima Disposición Com-
plementaria Modificatoria de la Ley N.º 30114, Ley del Presupuesto del Sector
Público para el Año Fiscal 2014, modifica el artículo 9.6 del Decreto Legislativo
N.º  1012, Ley Marco de las Asociaciones Público-Privadas, estableciendo la
figura del “amigable componedor” y de la “Junta de Resolución de Disputas”,
como mecanismos de solución alternativa de los conflictos, determinándose
además que la JRD estará conformada por uno (1) o tres (3) expertos que serán
designados por las partes de manera directa no por delegación a un centro o
institución que administre mecanismos alternativos de resolución de conflictos,
la cual emitirá una decisión vinculante para las partes.
Como vemos, el mecanismo de la JRD es altamente útil y eficiente, puesto
que ante cualquier conflicto surgido entre las partes (ampliación de plazos,
determinación de responsabilidades, etc.), no se paraliza la obra, sino que este
conflicto es resuelto de manera inmediata y solvente, evitando así pérdida de
tiempo y dinero, ya que actualmente, el surgimiento de desavenencias entre
las partes significaría la impugnación vía arbitraje y, por ende, la paralización
de la obra hasta que se resuelva el conflicto.
Por último, cabe señalar que serán las partes quienes costearán el gasto que
conlleve la instalación de una JRD y las que se pondrán de acuerdo para de-
terminar la cantidad de miembros de la misma.
En este capítulo también se desarrolla el marco jurídico que rige al árbitro y su
entorno. Sobre este punto es necesario resaltar que el Organismo Supervisor de
las Contrataciones del Estado (OSCE) organiza y administra un régimen institu-
cional de arbitraje especializado y subsidiario para la resolución de controversias
en las contrataciones con el Estado, de acuerdo con lo previsto en el reglamento.

Módulo V 13
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

2. Disposiciones generales sobre los medios de solución de


controversias en la ejecución contractual
El artículo 223 del nuevo reglamento precisa que las controversias que surjan
entre las partes sobre la ejecución, interpretación, resolución, inexistencia,
ineficacia o invalidez del contrato se resuelven mediante conciliación, junta de
resolución de disputas o arbitraje institucional, según corresponda y por acuerdo
de las partes, pudiendo citar como ejemplo, las siguientes:
• Las relativas a la liquidación del contrato de consultoría y ejecución de obra
• Las referidas a la resolución contractual
• Las solicitudes de ampliación o reducción de plazo
• Las relacionadas con la recepción de bienes, servicios u obras; y/o confor-
midad de la prestación
• Las que versen sobre defectos o vicios ocultos
• Las relacionadas con el incumplimiento en el pago que la entidad debe
efectuar al contratista
• Aspectos vinculados al pago y los intereses por la mora en el pago.
• Discrepancias respecto de las valorizaciones o metrados.
• Penalidades
• Ejecución de garantías

3. Conciliación
El artículo 224 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones, aprobado
por Decreto Supremo N.º 344-2018-EF, establece lo siguiente:
Artículo 224.- Conciliación
224.1. Las partes pueden pactar la conciliación como mecanismo previo al inicio
de un arbitraje. La conciliación se solicita ante un centro de conciliación
acreditado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos dentro del
plazo de caducidad correspondiente y es llevado a cabo por un conciliador
certificado por dicho Ministerio.
224.2. Bajo responsabilidad, el Titular de la Entidad o el servidor en quien este
haya delegado tal función evalúa la decisión de conciliar o de rechazar la
propuesta de acuerdo conciliatorio considerando criterios de costo beneficio y
ponderando los costos en tiempo y recursos del proceso arbitral, la expectativa
de éxito de seguir el arbitraje y la conveniencia de resolver la controversia a
través de la conciliación. Asimismo, se consideran los riesgos que representa
la controversia en el normal desarrollo de la ejecución contractual, incluyendo
el de no poder alcanzar la finalidad del contrato al no adoptarse un acuerdo
conciliatorio. Dicha evaluación se encuentra contenida en un informe técnico
legal previo debidamente sustentado.

14 Módulo V
Luis Morante Guerrero

224.3. De ser necesario contar con una Resolución Autoritativa para arribar a un
acuerdo conciliatorio, el procedimiento conciliatorio se puede suspender hasta
por un plazo de treinta (30) días hábiles. Si ambas partes lo acuerdan, dicho
plazo puede ser ampliado por treinta (30) días hábiles adicionales. Si vencidos
los plazos señalados la Entidad no presenta la Resolución Autoritativa ante
el Centro de Conciliación, se entiende que no existe acuerdo y se concluye
el procedimiento conciliatorio.
224.4. Las Entidades registran las actas de conciliación con acuerdo total o parcial
en el SEACE, dentro del plazo de diez (10) días hábiles de suscritas, bajo
responsabilidad.
224.5. En caso el procedimiento conciliatorio concluya por acuerdo parcial o sin
acuerdo, las partes pueden resolver la controversia en la vía arbitral. En caso
de acuerdo parcial, el arbitraje solo puede versar sobre la parte controvertida.
[El resaltado es nuestro]

“La conciliación, del latín conciliatio, composición o ajuste de posiciones


contrapuestas, es un modo de solución de controversias que consiste en la
intervención de un tercero que aproxima a las partes coadyuvando a la solu-
ción de su conflicto”5. En la conciliación, “el conciliador se encuentra facultado
para resolver el conflicto pero no impone una solución. Se limita a proponerla
y a dejar constancia de su planteamiento, sin que las partes queden obligadas
a aceptarlo, pues la conciliación se caracteriza por la consensualidad, en el
sentido de que la solución del conflicto obedece, única y exclusivamente, a los
acuerdos emanados de la autonomía de la voluntad”6
En el marco jurídico de las contrataciones del Estado, la conciliación es reglada,
es decir, la entidad solo puede optar por no conciliar siempre que ello no pueda
ser considerado como un acto temerario y un análisis costo-beneficio determine
cierto margen de éxito en su procedencia. Bajo esta premisa se promueve el
uso de este medio de solución, que por miedo a faltar al deber de proteger los
intereses del Estado, se convirtió en un simple peldaño para llegar al arbitraje.
No obstante, el marco jurídico vigente vislumbra un empleo más concienzudo
de la conciliación, y por tanto un término temprano de las controversias debi-
damente sustentado, cuando luego de un análisis costo-beneficio, el escenario
no sea más beneficioso para la entidad, en caso de que opte por ir a un arbitraje
en lugar de conciliar en una etapa temprana.
Esto beneficia al sistema de contratación estatal, que busca agilizar y simplificar
los procedimientos, para atraer la inversión extranjera y nacional; debido a esto,
se faculta al administrado y se regla al Estado a optar por la vía de conciliación
en caso de ser razonable, y, de no llegar a un acuerdo, obligatoriamente acudir
a la vía arbitral.

5 Vidal Ramirez, Fernando, Manual de Derecho Arbitral 1.ª ed., Gaceta Jurídica, mayo, 2003, p. 26.
6 Vidal Ramirez, Fernando, ob, cit., p. 27.

Módulo V 15
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

En la conciliación, cualquiera de las partes tiene el derecho a solicitar una


conciliación ante un Centro de Conciliación acreditado por el Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos, dentro de los plazos de caducidad a los que
hace referencia los artículos 45 del TUO de la Ley de Contrataciones y 224 de
su reglamento.
Recibida la solicitud, el Centro de Conciliación deberá designar al conciliador,
el cual es un tercero imparcial y neutral, especializado en técnicas de comu-
nicación que dirige el proceso con ética y moral. Este, a su vez, se encuentra
preparado para proponer fórmulas de arreglo fomentando la comunicación,
con la finalidad de ayudar a las partes a ubicar e identificar sus intereses, esta-
bleciendo entre ellas un consenso.
Dicho conciliador invitará a las partes para celebrar la audiencia. Si ninguna
de las partes concurre a la audiencia, no habrá otra citación y debe darse por
terminado el procedimiento de conciliación.
En caso de que asista solo una de las partes, se procederá a efectuar una
segunda citación; si ambas partes no concurren, debe darse por concluido el
procedimiento de conciliación.
Si concurren las partes, el conciliador deberá interponer sus buenos oficios, es
decir, generar alternativas e indicios que permiten llegar a un acuerdo, en busca
de una solución; para ello planteará fórmulas conciliatorias.
Durante la conciliación o ante una propuesta de conciliación, la entidad debe
proceder a realizar el análisis costo-beneficio, ponderando los costos en tiempo
y recursos del proceso arbitral, la expectativa de éxito de seguir el arbitraje y la
conveniencia de resolver la controversia a través de la conciliación. Asimismo,
se podrán considerar los riesgos que representa la controversia en el normal
desarrollo de la ejecución contractual, incluyendo el de no poder alcanzar la
finalidad del contrato al no adoptarse un acuerdo conciliatorio. Dicha evaluación
debe estar contenida en un informe técnico-legal previo debidamente susten-
tado. En ambos casos, se puede solicitar opinión de la procuraduría pública
correspondiente o la que haga sus veces.
De ser necesario contar con una resolución autoritativa para arribar a un
acuerdo conciliatorio, el procedimiento conciliatorio se puede suspender hasta
por un plazo de treinta (30) días hábiles. Si ambas partes lo acuerdan, dicho
plazo puede ser ampliado por treinta (30) días hábiles adicionales. Si vencidos
los plazos señalados la entidad no presenta la resolución autoritativa ante el
Centro de Conciliación, se entenderá que no existe acuerdo y se concluye el
procedimiento conciliatorio.

16 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Constituye responsabilidad funcional impulsar o proseguir la vía arbitral cuando


el análisis costo-beneficio determina que la posición de la entidad razonable-
mente no será acogida en la sede arbitral.
Si las partes manifiestan su deseo de conciliar, la audiencia de conciliación
debe darse por concluida y expedirse la respectiva acta de conciliación. En caso
alguna de las partes incumpla los acuerdos de la conciliación, la mencionada
acta servirá como título de ejecución en la vía judicial.
La acta antes mencionada según lo establecido en la Ley de Conciliación (LC)
“es el documento que expresa la manifestación de voluntad de las partes en
la conciliación extrajudicial”7, de contener el acuerdo conciliatorio, sea total o
parcial, cualquiera de las partes intervinientes puede exigir, ante el órgano juris-
diccional correspondiente, el cumplimiento de lo convenido, no siendo posible
se revise lo que en la conciliación se hubiese pactado, pero sí siendo pasible
de nulidad por incumplimiento de requisitos de forma. Determinada acta con
acuerdo parcial o total, como establece el artículo 224 del nuevo reglamento,
deberá ser remitida al OSCE para su registro y publicación, dentro del plazo
de diez (10) días hábiles de suscritas.
En caso de haberse seguido previamente un procedimiento de conciliación,
sin acuerdo o con acuerdo parcial, el arbitraje respecto de las materias no
conciliadas deberá iniciarse dentro del plazo de caducidad contemplado en el
numeral 45.2 del artículo 45 del TUO de la ley:

Artículo 45.- Medios de solución de controversias de la ejecución contractual


45.1. Las controversias que surjan entre las partes sobre la ejecución, interpretación,
resolución, inexistencia, ineficacia o invalidez del contrato se resuelven, median-
te conciliación o arbitraje, según el acuerdo de las partes. En el reglamento se
definen los supuestos para recurrir al arbitraje ad hoc. Las controversias sobre
la nulidad del contrato solo pueden ser sometidas a arbitraje.
45.2. El inicio del procedimiento de solución de controversias no suspende o paraliza
las obligaciones contractuales de las partes, salvo que la entidad disponga lo
contrario, de acuerdo al plazo y condiciones establecidos en el reglamento.
45.3. Las partes pueden recurrir a la Junta de Resolución de Disputas en las con-
trataciones de obras, de acuerdo al valor referencial y demás condiciones
previstas en el reglamento, siendo sus decisiones vinculantes. El reglamento
puede establecer otros medios de solución de controversias.
45.4. La decisión de la Entidad o de la Contraloría General de la República de aprobar
o no la ejecución de prestaciones adicionales, no puede ser sometida a conci-
liación, ni arbitraje ni a la Junta de Resolución de Disputas. Las pretensiones
referidas a enriquecimiento sin causa o indebido, pago de indemnizaciones o
cualquier otra que se derive u origine en la falta de aprobación de prestaciones

7 Artículo 16 de la Ley de Conciliación N.º 26872, modificada por el Decreto Legislativo N.º 1070.

Módulo V 17
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

adicionales o de la aprobación parcial de estas, por parte de la Entidad o de


la Contraloría General de la República, según corresponda, no pueden ser
sometidas a conciliación, arbitraje, ni a otros medios de solución de contro-
versias establecidos en la presente norma o el reglamento, correspondiendo en
su caso, ser conocidas por el Poder Judicial. Todo pacto en contrario es nulo.
45.5. Para los casos específicos en los que la materia en controversia se refiera a
nulidad de contrato, resolución de contrato, ampliación de plazo contractual,
recepción y conformidad de la prestación, valorizaciones o metrados, liquida-
ción del contrato, se debe iniciar el respectivo medio de solución de contro-
versias dentro del plazo de treinta (30) días hábiles conforme a lo señalado en
el reglamento.
45.6. En supuestos diferentes a los mencionados en el párrafo anterior, los medios
de solución de controversias previstos en este artículo deben ser iniciados por
la parte interesada en cualquier momento anterior a la fecha del pago final.
45.7. Luego del pago final, las controversias solo pueden estar referidas a vicios
ocultos en bienes, servicios u obras y a las obligaciones previstas en el contrato
que deban cumplirse con posterioridad al pago final. En estos casos, el medio
de solución de controversias se debe iniciar dentro del plazo de treinta (30)
días hábiles conforme a lo señalado en el reglamento.
45.8. En los casos en que resulte de aplicación la Junta de Resolución de Disputas,
pueden ser sometidas a esta todas las controversias que surjan durante la eje-
cución de la obra hasta la recepción total de la misma. Las decisiones emitidas
por la Junta de Resolución de Disputas solo pueden ser sometidas a arbitraje
dentro del plazo de treinta (30) días hábiles de recibida la obra. Las contro-
versias que surjan con posterioridad a dicha recepción pueden ser sometidas
directamente a arbitraje dentro del plazo de treinta (30) días hábiles conforme
a lo señalado en el reglamento.
45.9. Todos los plazos señalados en los numerales precedentes son de caducidad.
45.10. Las controversias se resuelven mediante la aplicación de la Constitución Po-
lítica del Perú, de la presente norma y su reglamento, así como de las normas
de derecho público y las de derecho privado; manteniendo obligatoriamente
este orden de preferencia en la aplicación del derecho. Esta disposición es de
orden público.
45.11. Los medios de solución de controversias previstos en este artículo se rigen
especialmente por lo establecido en la presente norma y su reglamento,
sujetándose supletoriamente a lo dispuesto en las leyes de la materia.
45.12. La conciliación se realiza en un centro de conciliación acreditado por el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Durante la conciliación o ante
la propuesta de acuerdo conciliatorio, el titular de la Entidad, con el apoyo
de sus dependencias técnicas y legales, realiza el análisis costo-beneficio de
proseguir con la controversia, considerando el costo en tiempo y recursos del
proceso arbitral, la expectativa de éxito de seguir el arbitraje, y la conveniencia
de resolver la controversia en la instancia más temprana posible. En ambos
casos, se puede solicitar opinión de la procuraduría pública correspondiente
o la que haga sus veces.

18 Módulo V
Luis Morante Guerrero

45.13. Constituye responsabilidad funcional impulsar o proseguir la vía arbitral


cuando el análisis costo-beneficio determina que la posición de la entidad
razonablemente no será acogida en dicha sede. El reglamento establece otros
criterios, parámetros y procedimientos para la toma de decisión de conciliar.
45.14. El arbitraje es de derecho y resuelto por árbitro único o tribunal arbitral
integrado por tres (3) miembros.
45.15. El árbitro único y el presidente del tribunal arbitral deben ser necesariamente
abogados, que cuenten con especialización acreditada en derecho adminis-
trativo, arbitraje y contrataciones con el Estado. Los demás integrantes del
tribunal arbitral pueden ser expertos o profesionales en otras materias, de-
biendo necesariamente tener conocimiento en contrataciones con el Estado.
45.16. Para desempeñarse como árbitro designado por el Estado en una institución
arbitral o ad hoc, se requiere estar inscrito en el Registro Nacional de Árbitros
administrado por el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado
(OSCE) o el que hagas sus veces. Asimismo, para la designación residual del
presidente del Tribunal Arbitral en una institución arbitral o ad hoc, el árbitro
a designarse debe estar inscrito en el referido Registro Nacional de Árbitros.
45.17. El árbitro único o tribunal arbitral constituido para resolver una controversia
derivada de un contrato regido por esta Ley resulta competente, salvo el
supuesto de excepción previsto en el numeral 45.19, para conocer las de-
más controversias, susceptibles de ser sometidas a arbitraje, que surjan de la
ejecución del mismo contrato.
45.18. En ese sentido, cuando exista un arbitraje en curso y surja una nueva contro-
versia derivada del mismo contrato, cualquiera de las partes debe solicitar a
los árbitros la acumulación de las pretensiones a dicho arbitraje, dentro del
plazo de caducidad previsto en el numeral 45.5.
45.19. El árbitro único o el tribunal arbitral acumula las nuevas pretensiones que
se sometan a su conocimiento, siempre que estas sean solicitadas antes de
la conclusión de la etapa probatoria. Excepcionalmente, el árbitro único o
el tribunal arbitral, mediante resolución fundamentada, puede denegar la
acumulación solicitada tomando en cuenta la naturaleza de las nuevas pre-
tensiones, el estado del proceso arbitral y demás circunstancias que estime
pertinentes.
45.20. En los casos en que se haya denegado la acumulación de pretensiones, la
parte interesada puede iniciar otro arbitraje dentro del plazo de quince (15)
días hábiles de notificada la denegatoria de la acumulación, siendo este
también un plazo de caducidad.
45.21. El laudo arbitral es inapelable, definitivo y obligatorio para las partes desde
el momento de su notificación, debiéndose notificar a las partes a través del
Sistema Electrónico de Contrataciones del Estado (SEACE) para efecto de
su eficacia. Contra dicho laudo solo cabe interponer recurso de anulación
de acuerdo a lo establecido en el Decreto Legislativo N.º 1071, Decreto
Legislativo que norma el arbitraje o norma que lo sustituya.
45.22. La interposición del recurso de anulación del laudo por el contratista requiere
presentar fianza bancaria solidaria, incondicionada y de realización automá-

Módulo V 19
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

tica en favor de la Entidad, conforme al porcentaje que se establece en el


reglamento, con una vigencia no menor a seis (6) meses renovables por todo
el tiempo que dure el trámite del recurso.
45.23. Las entidades solo pueden iniciar la acción judicial de anulación de Laudo
previa autorización del Titular de la Entidad, mediante resolución debidamen-
te motivada, bajo responsabilidad, siendo esta facultad indelegable. Para tal
efecto, se realiza el análisis costo-beneficio, considerando el costo en tiempo
y recursos del proceso judicial, la expectativa de éxito de seguir la anulación.
Constituye responsabilidad funcional impulsar la anulación del laudo arbitral
cuando el análisis costo-beneficio determina que la posición de la entidad
razonablemente no puede ser acogida.
45.24. Los procuradores públicos que no interpongan estas acciones no incurren
en responsabilidad.
45.25. Adicionalmente, sin perjuicio de lo señalado, el laudo puede ser anulado a
solicitud de parte si la composición del árbitro único o del tribunal arbitral o
si las actuaciones arbitrales no se han ajustado a lo establecido en la presente
norma y en su reglamento; siempre que tal circunstancia haya sido objeto
de reclamo expreso en su momento ante el árbitro único o tribunal arbitral
por la parte afectada y fue desestimado. En caso de que dicha circunstancia
haya constituido causal de recusación, la anulación solo resulta procedente
si la parte afectada formuló, oportunamente, la recusación respectiva y esta
fue desestimada.
45.26. El Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) aprueba
el Código de Ética para el Arbitraje en Contrataciones del Estado, el cual
resulta de aplicación a los arbitrajes que administra, a los arbitrajes ad hoc y,
de manera supletoria, a los arbitrajes administrados por una institución arbitral
que no tenga aprobado un Código de Ética o, que teniéndolo no establezca
la infracción cometida por el árbitro o no establezca la sanción aplicable.
45.27. Los árbitros deben ser y permanecer independientes e imparciales durante el
desarrollo del arbitraje. Asimismo, deben cumplir con la obligación de informar
oportunamente si existe alguna circunstancia que les impida ejercer el cargo
con independencia, imparcialidad y autonomía; actuar con transparencia y
observar la debida conducta procedimental. El deber de informar se mantiene
a lo largo de todo el arbitraje.
45.28. El incumplimiento de las obligaciones señaladas en el párrafo precedente
constituye infracción a los principios de independencia, imparcialidad,
transparencia y debida conducta procedimental previstos en el Código de
Ética para el Arbitraje en Contrataciones del Estado, siendo pasible de las
siguientes sanciones éticas según su gravedad:
a) Amonestación.
b) Suspensión temporal de hasta cinco (5) años.
c) Inhabilitación permanente.
45.29. Las infracciones señaladas son desarrolladas en el reglamento y recogidas
en el Código de Ética para el Arbitraje en Contrataciones del Estado.

20 Módulo V
Luis Morante Guerrero

45.30. La autoridad competente para aplicar el Código de Ética para el Arbitraje


en Contrataciones del Estado es el Consejo de Ética, el cual se encarga de
determinar la comisión de infracciones y de imponer las sanciones respectivas.
El Consejo de Ética se encuentra integrado por tres (3) miembros indepen-
dientes de reconocida solvencia ética y profesional, los cuales son elegidos
por la Presidencia del Consejo de Ministros, el Ministerio de Economía y
Finanzas, y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, respectivamente.
El cargo de miembro del Consejo puede ser remunerado. La organización,
estructura, atribuciones, mecanismos de designación, funcionamiento y los
demás aspectos concernientes al Consejo de Ética son establecidos en el
reglamento.
45.31. El Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) organiza
y administra un régimen institucional de arbitraje especializado y subsidiario
para la resolución de controversias en las contrataciones con el Estado, de
acuerdo a lo previsto en el reglamento.
45.32. Este régimen se rige por su propio reglamento arbitral que es aprobado
mediante directiva por el Organismo Supervisor de las Contrataciones del
Estado (OSCE) y supletoriamente por el Decreto Legislativo que norma el
Arbitraje o norma que lo sustituya.
45.33. Los árbitros y las instituciones encargadas de la administración de los medios
de solución de controversias deben cumplir con registrar en el Sistema Elec-
trónico de Contrataciones del Estado (SEACE) la información que establezca
el reglamento y aquella que requiera el OSCE.
45.34. En el caso de los arbitrajes institucionales, la respectiva institución arbitral es
responsable de la custodia del expediente por el plazo de diez (10) años desde
su terminación. Tratándose de arbitrajes ad hoc, el presidente del tribunal
arbitral o el árbitro único son responsables de la custodia de las actuaciones
arbitrales por el plazo señalado.
45.35. Las resoluciones sobre devolución de honorarios de árbitros emitidas por el
Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) constituyen
título ejecutivo.
45.36. Si como resultado de un proceso arbitral se reconoce algún monto a pagar
al proveedor o contratista, el pago por parte de la Entidad debe efectuarse
junto con la liquidación o conclusión del contrato.
En caso de acuerdo parcial, solo se podrán ventilar en vía arbitral aquellos
puntos pendientes en la etapa conciliatoria.
Si las partes han convenido que las controversias se sometan previamente a
una Junta de Resolución de Disputas (JRD), el inicio del arbitraje y su plazo
se rige por lo dispuesto en el artículo 251 del nuevo Reglamento de la Ley de
Contrataciones.

Módulo V 21
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

3.1. Principios que rigen la conciliación


De conformidad con lo dispuesto en el artículo 2 de la Ley N.º 26872, Ley de
Arbitraje modificada por el Decreto Legislativo N.º  1070, los principios que
rigen la conciliación se sujetan a lo siguiente:
a) Principio de equidad. En el procedimiento conciliatorio se velará por el
respeto del sentido de la justicia aplicada al caso particular, materia de
conciliación. El conciliador está obligado a generar condiciones de igualdad
para que los conciliantes puedan lograr acuerdos mutuamente beneficiosos.
b) Principio de veracidad. La veracidad está dirigida a la búsqueda de lo
querido realmente por las partes. El conciliador no alterará nunca el sentido
o significado de los hechos, temas, intereses o acuerdos a que arriben estas
en el procedimiento conciliatorio.
Los operadores del sistema conciliatorio deben remitir la información veraz
y auténtica cuando les sea requerida por el MINJUS.
c) Principio de buena fe. La buena fe se entiende como la necesidad que las
partes procedan de manera honesta y leal, confiando en que esa será la
conducta a seguir en el procedimiento conciliatorio.
Cuando el conciliador tenga duda de la viabilidad de un acuerdo, tiene
conocimiento o al menos un indicio de que está basado en información
falsa o de mala fe, deberá recomendar a los conciliantes que se apoyen en
expertos de la materia relacionada con dicho acuerdo antes de finalizarlo,
cuidando que tal intervención no perjudique o entorpezca el procedimiento
de conciliación o, en su caso, a alguno de los conciliantes.
d) Principio de confidencialidad. La información derivada del procedimiento
conciliatorio es confidencial, y no debe ser revelada a persona ajena a las
negociaciones sin el consentimiento de quien proporcionó dicha informa-
ción. La confidencialidad involucra al conciliador, a las partes invitadas,
así como a toda persona que participe en el procedimiento conciliatorio.
e) Principio de imparcialidad. El conciliador no debe identificarse con los
intereses de las partes, quien tiene el deber de colaborar con los partici-
pantes sin imponer propuesta de solución alguna. La conciliación se ejerce
sin discriminar a las personas y sin realizar diferencias.
f ) Principio de neutralidad. El conciliador debe en principio, abstenerse
de conocer los casos en los que participan personas vinculadas a él o
su entorno familiar, al personal del Centro de Conciliación, o en los que
participen conciliantes con los cuales lo vincule parentesco, salvo que las
partes soliciten expresamente la intervención de aquel.

22 Módulo V
Luis Morante Guerrero

g) Principio de legalidad. La actividad conciliatoria se enmarca dentro de lo


establecido en la ley y reglamento, en concordancia con el ordenamiento
jurídico.
h) Principio de celeridad. La función conciliatoria debe ejercerse permitiendo
a las partes la solución pronta y rápida de su conflicto.
i) Principio de economía. El procedimiento conciliatorio está orientado a que
las partes ahorren tiempo y costos que les demandaría involucrarse en un
proceso judicial.

3.2. Materias contractuales conciliables en las contrataciones del


Estado
Son materias conciliables las siguientes controversias:
• Controversias por resolución de contrato
• Controversias por adicionales y reducciones
• Reclamaciones o controversias derivadas del contrato, incluyendo por
defectos o vicios ocultos
• La liquidación del contrato de consultoría de obra cuando el contratista
presente liquidación y la entidad la observa, o cuando el contratista no
presenta liquidación, la entidad la efectúa y el contratista observa
• Controversias por liquidación, consentimiento, incumplimiento de pago y
otras en los contratos de consultoría de obras
• Discrepancias respecto de la formulación, aprobación o valorizaciones de
metrados entre el contratista y el inspector o supervisor o la entidad
• Solicitud de ampliación de plazo en obras
• Observaciones en la recepción de obra
• Controversias por no acogimiento de observación en la liquidación del
contrato de obra
• Toda controversia derivada del contrato de obra, inclusive por defectos y
vicios ocultos.

3.3. El acta de conciliación


El acta es el documento privado que expresa la manifestación de voluntad de
las partes, ya sea que contenga acuerdo conciliatorio (que puede ser total o
parcial) o no se haya llegado a tal acuerdo.

Módulo V 23
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

El acta debe contener necesariamente una de las formas de conclusión del


procedimiento conciliatorio, y puede ser ofrecido como medio de prueba en
un proceso judicial.
Si el acta contiene acuerdo conciliatorio, debe precisar los acuerdos ciertos,
expresos y exigibles establecidos por las partes. En estos casos, necesariamente
deberá consignarse la declaración expresa del abogado del centro de concilia-
ción que verifica la legalidad del acuerdo.
El acto jurídico contenido en el acta de conciliación solo podrá ser declarado
nulo en vía de acción por sentencia emitida en proceso judicial.
El acta con acuerdo conciliatorio constituye título de ejecución. Los derechos,
deberes u obligaciones ciertas, expresas y exigibles que consten en dicha acta
se ejecutarán a través del proceso de ejecución de resoluciones judiciales.

3.3.1. Contenido del acta de conciliación


El acta de conciliación se encuentra conformado por lo siguiente:
a) Número correlativo
b) Número de expediente
c) Lugar y fecha en la que se suscribe
d) Nombres, número del documento oficial de identidad y domicilio de las
partes o de sus representantes y, de ser el caso, del testigo a ruego
e) Nombre y número del documento oficial del conciliador
f ) Número de registro y, de ser el caso, registro de especialidad del conciliador
g) Los hechos expuestos en la solicitud de conciliación y, en su caso, los hechos
expuestos por el invitado como sustento de su probable reconvención
h) El acuerdo conciliatorio, sea total o parcial, estableciendo de manera precisa
los derechos, deberes u obligaciones ciertas, expresas y exigibles acordadas
por las partes; o en su caso, la falta de acuerdo, la inasistencia de una o
ambas partes a la audiencia o la decisión debidamente motivada de la
conclusión del procedimiento por parte del conciliador
i) Firma del conciliador, de las partes intervinientes o de sus representantes
legales, de ser el caso
j) Huella digital del conciliador, de las partes intervinientes o de sus repre-
sentantes legales, de ser el caso

24 Módulo V
Luis Morante Guerrero

k) El nombre, registro de colegiatura, firma y huella del abogado del Centro


de Conciliación Extrajudicial, quien verificará la legalidad de los acuerdos
adoptados, tratándose del acta con acuerdo sea este total o parcial
En el caso que la parte o las partes no puedan firmar o imprimir su huella digital
por algún impedimento físico, intervendrá un testigo a ruego, quien firmará e
imprimirá su huella digital. En el caso de los analfabetos, también intervendrá
un testigo a ruego, quien leerá y firmará el acta de conciliación. La impresión
de la huella digital del analfabeto importa la aceptación al contenido del acta.
La omisión de alguno de los requisitos establecidos en los literales a), b), f ),
j) y k) no enervan la validez del acta. No obstante, la omisión en el acta de
alguno de los requisitos establecidos en los literales c), d), e), g), h) e i) dará
lugar a la nulidad documental del acta. En tal caso, la parte afectada podrá
proceder conforme a lo establecido en el artículo 16-A de la Ley N.º 26872,
Ley de Conciliación.
El acta no deberá contener, en ningún caso, enmendaduras, borrones, raspa-
duras ni superposiciones entre líneas, bajo sanción de nulidad.
El acta no podrá contener las posiciones y las propuestas de las partes o del
conciliador, salvo que ambas lo autoricen expresamente.

3.4. Publicidad del acta de conciliación


La conciliación a que se refiere la presente norma se desarrolla en cumplimiento
del principio de publicidad. El Organismo Supervisor de las Contrataciones del
Estado (OSCE) dispone la publicación de los laudos y actas de conciliación,
así como su utilización para el desarrollo de estudios especializados en materia
de arbitraje administrativo.
En la siguiente dirección (http://www.osce.gob.pe/descarga/arbitraje/laudos/
arbitraje2.asp) se puede visualizar un listado para descarga de indistintas actas
de conciliación.

Módulo V 25
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

4. Arbitraje
El artículo 225 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado
establece lo siguiente:

Artículo 225.- Arbitraje


225.1. Cualquiera de las partes tiene el derecho a iniciar el arbitraje dentro del plazo
de caducidad correspondiente. El arbitraje es nacional y de derecho.
225.2. La responsabilidad funcional prevista en el numeral 45.13 del artículo 45 de
la Ley, se aplica a la decisión de: i) no impulsar o proseguir con la vía arbitral
cuando en el informe técnico legal se recomienda acudir a dicha sede; o, ii)
impulsar o proseguir la vía arbitral cuando el informe técnico legal determine
que la posición de la Entidad no puede ser acogida en el arbitraje.
225.3. Las partes pueden recurrir al arbitraje ad hoc cuando las controversias deri-
ven de contratos cuyo monto contractual original sea menor o igual a cinco
millones con 00/100 soles (S/ 5,000,000.00).
225.4. De haberse pactado en el convenio arbitral la realización de un arbitraje ins-
titucional, corresponde a la parte interesada recurrir a la institución arbitral
elegida en aplicación del respectivo Reglamento arbitral institucional. De
haberse pactado el arbitraje ad hoc, la parte interesada remite a la otra la
solicitud de inicio de arbitraje por escrito.
225.5. En caso haberse seguido previamente un procedimiento de conciliación, sin
acuerdo o con acuerdo parcial, el arbitraje respecto de las materias no con-
ciliadas se inicia dentro del plazo de caducidad contemplado en el numeral
45.5 del artículo 45 de la Ley.
225.6. Si las partes han convenido que las controversias se sometan previamente a
una Junta de Resolución de Disputas (JRD), el inicio del arbitraje y su plazo
se rige por lo dispuesto en el artículo 251.

26 Módulo V
Luis Morante Guerrero

En el Perú, las fuentes doctrinales, jurisprudenciales y legales se han encargado


de definir al arbitraje, no solo como un medio alternativo de segundo plano
de la jurisdicción judicial, sino que le han brindado un carácter paralelo a la
vía ordinaria de solución de controversias, e incluso se le ha honrado con un
prestigio de celeridad y confianza que envidiaría toda eminencia judicial, todo
esto, producto de ver a un arbitraje como la institución extrajudicial por ex-
celencia encargada de dirimir los conflictos entre las partes de la manera más
rápida eficiente y eficaz.
Sobre el arbitraje, el Tribunal Constitucional ha señalado que se trata de “una
alternativa que complementa el sistema judicial puesta a disposición de las
sociedad para la solución pacífica de las controversias. Y que constituye una
necesidad, básicamente para la solución de conflictos patrimoniales de libre
disposición y, sobre todo para la resolución de las controversias que se generen
en la contratación internacional”8, tomando así, el arbitraje, un papel prepon-
derante en el ordenamiento jurídico peruano. Lo cual se debe a las extraordi-
narias cualidades de la vía arbitral señaladas líneas arriba, que en paralelo a las
falencias que presenta nuestro aparato judicial –como son el excesivo tiempo
que demoran los procesos en la referida vía judicial y los elevados costos a largo
plazo–, permiten, al arbitraje encumbrarse como la vía de consulta obligatoria
usada especialmente en materias de carácter complejo, en las que se necesita
de la intervención de especialistas para cada caso en particular, que solo la vía
arbitral podría estar en la capacidad de brindar.
En consecuencia, el arbitraje dentro del sistema peruano empieza, si es que ya
no la presenta, a tener una importancia muy marcada; ya que, aunque muchos
lo nieguen, le da la mano a la vía judicial en su rol diario de proteger la tutela
judicial efectiva de todo justiciable, contribuyendo a desembarazar nuestro tan
flemático Poder Judicial.
Bueno sería que toda controversia pudiera ser llevada a la vía arbitral. Sin em-
bargo, primero se debe tomar en cuenta determinadas pautas que no vulneren
el principio de exclusividad de la función judicial, partiendo del principio de la
autonomía de la voluntad, mediante el cual “si los litigantes están de acuerdo
en sustraer los asuntos de la justicia estatal en ámbitos disponibles, no debe
haber impedimento desde el punto de vista de un estado de derecho siempre
y cuando se respeten también en los sistemas extrajudiciales aquellos valores
mínimos fijados en el modelo de organización de la convivencia establecido
en la Constitución”9 .

8 Cfr. Fundamento N.º 10 de la Sentencia del 9 de marzo del 2006, en el Expediente N.º 6167-2005-PHC/TC.
9 Escaler Bascompte, Ramón, “El arbitraje y su legitimidad constitucional”, en El arbitraje en las distintas áreas del derecho. Primera parte,
vol. 3, Lima: Palestra, noviembre, 2007, pp. 62-63.

Módulo V 27
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Es decir, no basta que el arbitraje sea la alternativa por excelencia, se debe seguir,
como en todo sistema bien estructurado, un orden, determinados requisitos y
acatar ciertas limitaciones. Lo primero que se pide es que todo asunto llevado
a la vía arbitral no puede contener derechos indisponibles en la controversia,
estos deberán ser además de carácter patrimonial, y, por último se exige el
acuerdo voluntario de las partes en cualquiera fuese su manifestación para
prescindir de la vía judicial y acudir a la vía del arbitraje.
“En efecto, en el marco de un proceso arbitral deben ser respetados los derechos
fundamentales y las garantías procesales y sustanciales que componen el dere-
cho al debido proceso. Del mismo modo, deben ser observados los preceptos
y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que
resulte de las resoluciones del Tribunal Constitucional; así como los precedentes
vinculantes y las sentencias normativas que emita este colegiado, dada su con-
dición de supremo intérprete de la Constitución”10(Las cursivas son nuestras).
Ahondando un poco más en las limitaciones, como nos señala la cita anterior,
el arbitraje como jurisdicción se encontrará sujeto a mandatos constitucionales
al igual que la vía judicial y, asimismo, podrá generar un control difuso arbitral,
tema muy discutido en la doctrina. Detrás de esto se busca sobre todo dar una
protección a los preceptos constitucionales sea cual fuese la forma en que se
imparta justicia, ya que entendemos que la justicia, que es el fin último del
arbitraje, no se encuentra divorciada de los conceptos constitucionales básicos.
“Ello implica que la justicia estatal debe de estar potencialmente abierta a asumir
todo tipo de asuntos, lo que no implica que necesariamente deba resolverlos
todos ellos sin excepción, puesto que cuando las partes en conflicto acuerden
acudir a una vía administrativa alternativa esta será sustentada por la preemi-
nencia de la autonomía de la voluntad”11.
Como señalamos líneas arriba, es imprescindible para acceder a la vía arbitral
que las partes manifiesten su deseo, en cualquiera de sus formas, de excluir su
pendencia de la vía judicial. Dando un ejemplo, en la contratación adminis-
trativa, las partes deben pactar un convenio arbitral; y de no hacerlo, el simple
hecho de allanarse a un sistema que de antemano reconoce la obligatoriedad
del arbitraje en la etapa contractual representa una forma de manifestar la
voluntad, para lo cual se ha normado que el silencio de las partes represente
la aceptación de acudir en cualquier caso a la vía conciliatoria, o en caso de
no llegar a un acuerdo obligatoriamente ir a la vía arbitral.
Entendido todo esto, y para dar un enfoque más administrativo al tema del
arbitraje, es necesario hablar de la relación entre el arbitraje y el contrato ad-
10 Sentencia del 8 de junio del 2006, en el Expediente N.º 01567-2006-PA/TC.
11 Escaler Bascompte, Ramón, “El arbitraje y su legitimidad constitucional”, en El arbitraje en las distintas áreas del derecho. Primera parte,
ob. cit., p. 64.

28 Módulo V
Luis Morante Guerrero

ministrativo, el cual, “dado su carácter convencional, se manifiesta como una


de las materias más idóneas para el arbitraje”12. En donde Trayter opina que
“en principio, el hábitat natural donde va a desenvolverse con mayor soltura
el arbitraje será el de los conflictos que surjan de la aplicación e interpretación
de toda clase de contratos y convenios celebrados por la administración”13.
Esto se debe a la imperiosa necesidad, que recae en el aparato público, de
presentar un aparato que solucione las discrepancias en forma eficiente y eficaz.
Es por esto que el arbitraje resulta ideal para poder promover inversiones que
en la vía judicial tomaría muchos años ante un estancado sistema.

4.1. Legitimidad del arbitraje obligatorio


Como hemos mencionado, en materia de contratación pública, el arbitraje
es obligatorio, pues, por mandato de la ley, las partes se deben someter a la
autoridad de un árbitro para resolver las controversias surgidas en la ejecución
del contrato, siempre y cuando, de forma previa no se hubiese accionado la vía
conciliatoria o llegado a un acuerdo total, sin posibilidad de acudir directamente
a la vía judicial. Por esta razón, se ha cuestionado la legitimidad del arbitraje,
como mecanismo obligatorio de solución de controversias.
Al respecto, un sector de la doctrina se manifiesta disconforme con la obliga-
toriedad del arbitraje argumentado “que la única forma de compatibilizar el
principio de exclusividad del Poder Judicial con los sistemas alternativos como
el arbitraje es que, en todo caso, los litigantes pueden elegir libremente entre
acudir a una u otra vía”14. Es decir, se muestre de forma concreta que la parte
puede optar entre uno u otro (judicial y arbitral) sin ninguna clase de imposición
legislativa, tal como se hace, por ejemplo, en materia civil. Asimismo, otro de
los fundamentos en contra es la falta de una adecuada forma de manifestar su
deseo de ir a la vía arbitral, es decir, la manera en como manifiestan su voluntad
de excluir su controversia del aparato judicial para ir al arbitraje.
Ambos fundamentos sustentan la postura del Tribunal Constitucional, en el
caso Padilla Mango15, donde se sostuvo que el sometimiento a la jurisdicción
arbitral tiene como presupuesto la autonomía de la voluntad y, por ende, no
se puede imponer su obligatoriedad:

[...] que a los asegurados y beneficiarios del SCTR no se les puede imponer obliga-
toriamente el arbitraje, ya que, en principio, el sometimiento a esta jurisdicción
alternativa tiene como fundamento el principio de autonomía de la voluntad,

12 Díaz Madrera, Beatriz, “El arbitraje y el Derecho de la Contratación Pública”. En: El arbitraje en las distintas áreas del derecho. Primera parte,
vol. 3, Palestra, noviembre, 2007, p. 156.
13 En Revista Andaluza de Administración Pública, N.º35, 1999, p. 18. Citado por: DÍAZ MADRERA, Beatriz, “El arbitraje y el Derecho de la
Contratación Pública”. En: El arbitraje en las distintas áreas del derecho. Primera parte, vol. 3, Palestra, noviembre, 2007, p. 156.
14 Escaler Bascompte, Ramón, “El arbitraje y su legitimidad constitucional”. ob. cit., p. 69.
15 Cfr. Fundamento N.º 120 de la Sentencia del 6 de diciembre del 2007, en el Expediente N.º 10063-2006-PA/TC.

Módulo V 29
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

previsto en el artículo 2, inciso 24, literal a) de la Constitución. Por lo tanto, el artí-


culo 9 del Decreto Supremo 003-98-SA en la parte que obliga a los asegurados y
beneficiarios del SCTR a someterse obligatoriamente al arbitraje resulta contrario a
la Constitución, ya que en este caso el convenio arbitral nace ex lege y no a conse-
cuencia de la autonomía de voluntad de los asegurados y beneficiarios. Es más, al
imponérsele obligatoriamente el arbitraje a los asegurados y beneficiarios del SCTR
se les está vulnerando su derecho-regla de acceso a la justicia y al juez natural” [El
resaltado es nuestro].

Sin embargo, todo esquema teórico es cuestionable y todo crítica planteadas


refutable. Por consiguiente, exponemos las respuestas que ha brindado otro
sector de la doctrina sobre el tema.
En respuesta a la primera crítica que condiciona el acceso a la vía arbitral a la
posibilidad que las partes puedan elegir entre una u otra vía (judicial y arbitral),
sin ningún tipo de limitación legislativa o de otra índole. Es necesario citar uno
de los últimos pronunciamientos del Tribunal Constitucional en el caso Can-
tuarias, donde se afirma la jurisdiccionalidad de la institución arbitral:
Este Tribunal reconoce la jurisdicción del arbitraje y su plena y absoluta com-
petencia para conocer y resolver las controversias sometidas al fuero arbitral,
sobre materias de carácter disponible (artículo 1 de la Ley General de Arbitra-
je), con independencia jurisdiccional y, por tanto, sin intervención de ninguna
autoridad, administrativa o judicial ordinaria.16
En consecuencia, la perspectiva de ver el arbitraje en el ámbito peruano cambia
radicalmente, ya no interpretamos la exclusividad de la función jurisdiccional
como si el único órgano disponible y preeminente sea el Poder Judicial, ahora
la vía arbitral no es una alternativa de segundo plano, es decir, los alcances de
la exclusividad se limitan y al igual que el fuero militar el arbitraje se convierte
en una alternativa a la par del Poder Judicial, sin nada que rogar, pues ya no
se encuentra sujeta a la vía judicial; esto sin desmedro de la sujeción que todo
órgano administrador de justicia debe tener a los principios constitucionales que
tiñen la actividad justiciable, tales como independencia, imparcialidad, aquellos
componentes del debido proceso y también los precedentes de observancia
obligatoria emitidos por el Tribunal Constitucional, tornándose innecesario que
el litigante se encuentre en la capacidad para acudir libremente a la vía judi-
cial, al descartar la vía arbitral como un medio alternativo de segundo plano,
y convertirse en una jurisdicción autónoma.
Sobre la segunda de las críticas antes mencionadas, consideramos que en
materia de contratación del Estado el arbitraje no es obligatorio, sino que es
consensual, pues para su adopción como mecanismo de solución de con-

16 Cfr. Fundamento N.º 14 de la Sentencia del 9 de marzo del 2006, en el Expediente N.º 6167-2005-PHC/TC.

30 Módulo V
Luis Morante Guerrero

troversias concurre la voluntad de ambas partes. En efecto, el particular que


contrata con el Estado se somete libremente a las reglas del juego previstas
para la contratación estatal, entre las que destaca la exigencia del sometimiento
al arbitraje. Por ello, la decisión de contratar con el Estado supone también
una manifestación de voluntad sobre el sometimiento a dicho mecanismo de
solución de controversias.
En tal sentido, Derik Latorre, afirma que “de ese modo, no se trata de una
normativa que impone el arbitraje de manera absoluta, sino que nos encontra-
mos ante un cuerpo normativo que ha establecido como obligatorio el que las
entidades estatales incorporen en sus contratos cláusulas arbitrales e incluso en
ausencia de estas cláusulas dispone que se entenderá incorporado el convenio
tipo del reglamento; pero no es posible sostener que se esté imponiendo el arbi-
traje a los privados, pues estos tienen toda la libertad del mundo para decidir si
participan o no en un proceso de selección con la expectativa de contratar con
el Estado, conociendo de antemano (en la Ley y en el Reglamento), normas de
aplicación erga omnes, las reglas […] establecidas para la contratación pública” .
Desglosando lo dicho en el párrafo superior, es entendible plantear dos formas
en que las partes manifiestan su voluntad en el arbitraje de contrataciones.
Para refutar la crítica que plantea una inadecuada o carente forma de manifestar
el deseo de recurrir a la vía arbitral sustentado por un sector de la doctrina, la
normativa de contrataciones que regla el arbitraje, da la posibilidad al Estado
y al particular de suscribir un convenio arbitral en sus propios términos pero en
un marco impuesto por la ley, disponiendo que dicho convenio sea incorporado
en el contrato, siendo esta la primera opción para que las partes manifiestan su
voluntad de someterse a la vía arbitral. En este primer punto no hay problema,
resulta entendible la clara forma en que se vislumbra la voluntad. La dificultad
está en la subsiguiente forma de manifestar la voluntad.
Todos se preguntarán ¿qué sucede si las partes no suscriben por acuerdo de
voluntad el convenio arbitral?, la Administración ha respondido, decidiendo al
igual que el legislador español, otorgar al silencio de los operadores “el valor
de consentimiento al arbitraje, de tal modo que si las partes en conflicto no
se manifiestan contrarias a la solución por los cauces de la vía arbitral antes
de que se inicie la actividad en que se puede dar la controversia, se entiende
que existe el acuerdo de voluntades que da plena eficacia al convenio arbitral
[…]”17. Es decir, de no pactar ningún convenio arbitral, será entendido como
la aceptación de ventilar toda controversia en la vía arbitral.

17 Escaler Bascompte, Ramón, “El arbitraje y su legitimidad constitucional”, en El arbitraje en las distintas áreas del Derecho. Primera parte.
ob. cit., p. 72.

Módulo V 31
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Pero ¿es verdad esta imposición un medio por donde se exterioriza la volun-
tad?; en otras palabras, ¿habrá voluntad sin el consenso de las partes? Nosotros
creemos que sí, al entender que toda persona tiene la posibilidad de contratar
o no contratar con el Estado; y si decide contratar con el Estado, pues conoce
cuáles son las reglas del juego, y al entrar al juego, tácitamente está reconociendo
y manifestando un sometimiento a las reglas. Es impensable que una persona
se inscriba en un concurso y no lea el reglamento del concurso; y peor aún,
que de ingresar al concurso, no acepte las arreglas, pues es entendible que al
participar ya las aceptó. Asimismo, es lícito que cada parte pueda plantear sus
propias reglas para poder proteger su proceso competitivo, eso lo hace cualquier
privado, y en este caso es el Estado quién elige la vía arbitral.
Por lo tanto, encontramos una segunda forma de manifestar la voluntad que
recubre todo espacio vacío que permita deslegitimar el, quizá mal llamado,
“arbitraje obligatorio”. Y exponerlo como una institución enmarcada dentro
de los preceptos constitucionales de nuestro ordenamiento jurídico peruano.

4.2. Obligatoriedad del arbitraje de derecho


El arbitraje en general puede ser de dos tipos, arbitraje de derecho y arbitraje
de conciencia; el primero, el arbitraje de derecho, se ejecuta “[…] cuando lo
árbitros resuelven la cuestión controvertida con arreglo a las normas jurídicas
aplicables, estos es, conforme al ordenamiento jurídico.”18 En otras palabras, el
árbitro se somete enteramente a la ley, declarándola como su guía y motivando
todo su accionar en ella al igual que un fiel cristiano con su Biblia. Sin embargo,
esta concepción del arbitraje es considerada en la actualidad como rudimentaria
por limitar las capacidades de los árbitros y de alguna manera negar al derecho
y sus normas que lo rigen el carácter dinámico que permite su evolución en el
tiempo, siempre y cuando vaya de la mano una justificación ejemplar. Por otro
lado, el arbitraje de conciencia se rige por aquellos conceptos que el árbitro a su
entender y en relación a su bagaje cultural considera correctos y se ciñe a ellos
para resolver. Dentro de nuestro ordenamiento en materia de contrataciones
no empleamos el arbitraje de conciencias; sino el de derecho establecido en el
artículo 45 del TUO de la Ley de Contrataciones del Estado.
Asimismo, además de establecer el arbitraje de derecho, la LGA reduce su ámbito
de ejercicio, para solo aquellos árbitros que posean título de abogado, así lo
establece el inciso 1 del artículo 22 de la ley antes mencionada que afirma que
“en el arbitraje nacional que deba decidirse en derecho, se requiere ser aboga-
do, salvo acuerdo en contrario”. Por si eso no fuera poco, dada la especialidad
de la normativa de contrataciones, el numeral 45.15 del artículo 45 de la Ley

18 Hundskopf Exebio, Oswaldo, “El control difuso en la jurisdicción arbitral”, en Diálogo con la jurisprudencia, Actualidad, Análisis y Crítica
Jurisprudencial, N.º 91, año11, Gaceta Jurídica, Lima, abril, 2006, pp. 17-24.

32 Módulo V
Luis Morante Guerrero

establece que tanto el árbitro único y el presidente del Tribunal Arbitral deben
ser necesariamente abogados, que cuenten con especialización acreditada en
derecho administrativo, arbitraje y contracciones del Estado, pudiendo ser los
demás integrantes del tribunal arbitral expertos o profesionales en otras materias,
pero necesariamente con conocimiento en contrataciones del Estado.
Al respecto de la contradicción suscitada entre el arbitraje de derecho de la LGA,
donde todos tienen que ser abogados y el arbitraje de derecho en la Ley de
Contrataciones del Estado donde solo el presidente obligatoriamente debe ser
abogado, mientras que para los demás miembros es facultativo; un sector de la
doctrina afirma que la principal particularidad del arbitraje de derecho no es el
requerimiento de ostentar la profesión de abogado, “sino que la diferenciación
está en la esencia misma del desempeño de la función, puesto que el árbitro de
derecho debe interpretar y aplicar la normativa jurídica, lo que supone conoci-
miento especializado, que no le es exigible al árbitro de conciencia que solo debe
aplicar su leal saber y entender19”. En otras palabras, los arbitrajes de derecho
que se celebran bajo la investidura de la Ley de Contrataciones del Estado no
son realmente de derecho por no ser sus miembros en su totalidad abogados.
Al detenernos un momento y analizar lo expresado anteriormente, se desprende
un término muy importante: la “especialización”, que da lugar a una dura crítica,
objetando que un tribunal híbrido no puede ser un tribunal especializado, sin
embargo, nos preguntamos y preguntamos a los críticos sobre el tema, que será
más especializado, un tribunal de solo abogados o un tribunal con un abogado
y expertos ingenieros al momento de fallar en un caso que versa sobre contratos
de obra. Esta pregunta sienta a la contratación pública como una miscelánea de
contenidos en donde no solo es necesario expertos especializados en normas,
sino también, en obras, servicios, infraestructura, etc., los cuales resolverán los
aspectos técnicos relacionados a su respectiva profesión, que en su defecto un
tribunal de solo abogados no estaría en la posibilidad de resolver tomando en
cuenta aspectos técnicos que por sus limitaciones desconocen.
Esto, a su vez, nos permite plantear dos posturas claras en la doctrina sobre
cuál es la real naturaleza del arbitraje de derecho. La primera afirma la total
incongruencia entre un arbitraje de derecho ejecutado por un tribunal donde
solo el presidente está en la obligación de ostentar la profesión de abogado
y la capacidad de interpretación especializada de la norma, que se cree, solo
poseen los abogados en la materia.
Teniendo en cuenta, además, que se afecta así el principio de la “especialidad”
que garantiza eficiencia en el arbitraje y se incurre en una figura híbrida que
no se ajusta técnicamente a la Ley de Arbitraje; en tanto que el hecho de tener

19 Vidal Ramírez, Fernando, “Manual de Derecho Arbitral”, 1.ª ed., en Gaceta Jurídica, Lima: mayo del 2003, p. 43.

Módulo V 33
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

un Tribunal Arbitral de tres miembros presidido por un abogado e integrado


por dos profesionales de otros campos, no implica que estos estén facultados
para producir legalmente un arbitraje de derecho, ya que para ello se requiere
que los tres árbitros sean abogados20.
Y la segunda, nos da un enfoque matizado del arbitraje peruano de derecho
acorde a las demandas del mercado y la necesidad de contar con especialistas
dentro del tribunal, no solo en materia jurídica sino además en otros temas
relevantes para la solución de la controversia, afirmando además, que toda
persona posee estándares mínimos en relación al conocimiento de las normas
que rigen la Constitución, la contratación pública, y conceptos generales en
relación al tema materia de litis.
En definitiva, dejamos abierto el tema para ustedes, si quedarse en el pasado
o abrazar una solución que responda a las necesidades del mercado, que es lo
imperante en un Estado propenso a la inversión.

4.3. El arbitraje ad hoc y arbitraje institucional


El arbitraje en las contrataciones estatales puede ser de naturaleza ad hoc o
institucional. Por regla general el arbitraje en contrataciones del Estado es ins-
titucional y de manera excepcional ad hoc; en ese sentido, el artículo 225 del
nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones señala que “las partes pueden
recurrir al arbitraje ad hoc cuando las controversias deriven de contratos cuyo
monto contractual original sea menor o igual a cinco millones con 00/100 soles
(S/ 5,000,000.00)”.
El arbitraje es institucional cuando es organizado y administrado por una entidad
dedicada al arbitraje. Mediante decreto supremo, la Presidencia del Consejo
de Ministros establece la autoridad competente para acreditar las instituciones
arbitrales. Dicha autoridad regula el procedimiento para tal efecto21.
En cambio, el arbitraje ad hoc es el que se constituye exprofesamente para solu-
cionar la controversia suscitada. De haberse pactado el arbitraje ad hoc, la parte
interesada debe remitir a la otra, la solicitud de inicio de arbitraje por escrito.
En caso haberse seguido previamente un procedimiento de conciliación, sin
acuerdo o con acuerdo parcial, el arbitraje respecto de las materias no conci-
liadas deberá iniciarse dentro del plazo de caducidad contemplado artículo 45
del TUO de la ley.

20 Kundüller Caminiti, Franz, “Obligatoriedad del arbitraje y otros temas de gestión de conflictos en la Ley de Contrataciones y Adquisiciones
del Estado y su reglamento”, en Themis, Revista de Derecho, N.º 39, Lima, 1999, p. 39.
21 Quinta Disposición Complementaria del Decreto Legislativo N.º 1444.

34 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Si las partes han convenido que las controversias se sometan previamente a


una Junta de Resolución de Disputas (JRD), el inicio del arbitraje y su plazo se
rige por lo dispuesto en el artículo 251 del nuevo reglamento.

4.4. Responsabilidad en la decisión de ir o no al arbitraje


El numeral 45.13 del artículo 45 del TUO de la Ley de Contrataciones señala
lo siguiente:

Constituye responsabilidad funcional impulsar o proseguir la vía arbitral cuando el


análisis costo-beneficio determina que la posición de la entidad razonablemente no
será acogida en dicha sede.

Asimismo, el artículo 225 del Decreto Supremo N.º 344-2018-EF, que aprueba


el nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones, añade:

225.2. La responsabilidad funcional prevista en el numeral 45.13 del artículo 45 de


la Ley, se aplica a la decisión de: i) no impulsar o proseguir con la vía arbitral
cuando en el informe técnico legal se recomienda acudir a dicha sede; o, ii)
impulsar o proseguir la vía arbitral cuando el informe técnico legal determine
que la posición de la Entidad no puede ser acogida en el arbitraje.
225.3. Las partes pueden recurrir al arbitraje ad hoc cuando las controversias deri-
ven de contratos cuyo monto contractual original sea menor o igual a cinco
millones con 00/100 soles (S/ 5,000,000.00). [El resaltado es nuestro]

5. Convenio arbitral
El artículo 226 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones aprobado
por Decreto Supremo N.º 344-2018-EF, establece lo siguiente:

Artículo 226.- Convenio arbitral


226.1. Cuando corresponda el arbitraje institucional, en el convenio arbitral las partes
encomiendan la organización y administración del arbitraje a una institución
arbitral.
226.2. En los siguientes supuestos, el arbitraje es iniciado ante cualquier institución
arbitral:
a) Cuando no se ha incorporado un convenio arbitral expreso en el contrato.
b) Cuando a pesar de haberse precisado en el convenio arbitral que el
arbitraje es institucional no se ha designado a una institución arbitral
determinada.
c) Cuando, a pesar de no cumplirse con las condiciones establecidas en el
numeral 225.3 del artículo 225, en el convenio arbitral se señala expre-
samente que el arbitraje es ad hoc.
d) Cuando en el convenio arbitral no se haya precisado el tipo de arbitraje.

Módulo V 35
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

e) Cuando en el convenio arbitral se encargue el arbitraje al SNA-OSCE


en contravención a lo establecido en el Reglamento y en el Reglamento
del SNA-OSCE.
f ) Cuando se trate de controversias que se desprenden de órdenes de
compra o de servicios derivadas del Acuerdo Marco, siempre que no se
haya incorporado un convenio arbitral en las mismas.
226.3. Las partes pueden establecer estipulaciones adicionales o modificatorias del
convenio arbitral, en la medida que no contravengan las disposiciones de la
normativa de contrataciones del Estado. [El resaltado es nuestro]
El convenio arbitral es un documento privado o una cláusula inserta en un
contrato principal que contiene el acuerdo de voluntades de las partes, mediante
el cual se decide someter a arbitraje las controversias o ciertas controversias
que hayan surgido o puedan surgir entre las partes respecto a una determinada
relación jurídica, renunciando de esta manera al fuero judicial.
En él, las partes deciden cuando corresponda someter a arbitraje institucional
las controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una
determinada relación jurídica contractual o de otra naturaleza. En ese sentido,
su configuración se sustenta en la libertad de pacto de las partes.
Asimismo mostramos algunas cláusulas arbitrales de Centros de Arbitraje:

Cláusulas de otros Centros de Arbitraje

Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Lima


“Todo litigio o controversia, derivados o relacionados con este acto jurídico, será resuelto
mediante arbitraje, de conformidad con los Reglamentos Arbitrales del Centro de Arbitraje de
la Cámara de Comercio de Lima, a cuyas normas, administración y decisión se someten las
partes en forma incondicional, declarando conocerlas y aceptarlas en su integridad”.

Centro de Análisis y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad Católica del


Perú (PUCP)
“Las partes acuerdan que todo litigio y controversia resultante de este contrato o relativo a
este, se resolverá mediante el arbitraje organizado y administrado por la Unidad de Arbi-
traje del Centro de Análisis y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad Católica
del Perú de conformidad con sus reglamentos vigentes, a los cuales las partes se someten
libremente, señalando que el laudo que se emita en el proceso arbitral será inapelable y
definitivo”.

Centro de Arbitraje del Consejo Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros del
Perú
“Las divergencias de cualquier índole que surjan entre las partes con relación a este contrato,
su interpretación y/o cumplimiento, incluyendo las referidas a su nulidad o validez, incluso las
del convenio arbitral, serán resueltas mediante arbitraje, sometiéndose las partes a la organi-
zación y administración Centro de Arbitraje del Consejo Departamental de Lima del Colegio
de Ingenieros del Perú”.

36 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Centro de Arbitraje y Conciliación de la Construcción de la Cámara Peruana de la


Construcción (CAPECO)
“Cualquier controversia o disputa que surja de este acto jurídico o que tenga relación con el
mismo, serán resueltas mediante arbitraje de acuerdo con los Reglamentos del Centro de Ar-
bitraje y Conciliación de la Construcción, a cuyas normas, administración y decisión se some-
ten las partes en forma incondicional, declarando conocerlas y aceptarlas en su integridad”.

Para finalizar, el último párrafo del artículo comentado establece que “ las par-
tes pueden establecer estipulaciones adicionales o modificatorias del convenio
arbitral, en la medida que no contravengan las disposiciones de la normativa de
contrataciones del Estado”. Esta sección pueden ser interpretada, en términos
generales, en el sentido de que la cláusula de solución de controversias es una
cláusula de libre negociación entre las partes y que, por tanto, no puede en ella
imponerse la voluntad de una de las partes sobre la de la otra, además de no
contravenir el marco jurídico de las contrataciones del Estado.

Solo cuando se cumplan las condiciones establecidas en el numeral 225.3 del


artículo 184, la entidad incorpora en la cláusula de solución de controversias
de la proforma de contrato contenida en los documentos del procedimiento
de selección, la propuesta sobre si el arbitraje será institucional o ad hoc. Es
decir, “las controversias deriven de contratos cuyo monto contractual original
sea menor o igual a cinco millones con 00/100 soles (S/ 5,000,000.00)”.

6. Solicitud de arbitraje ad hoc


El artículo 227 del nuevo reglamento, señala que tratándose de un arbitraje
ad hoc se inicia con la solicitud de arbitraje dirigida a la otra parte por escrito;
con indicación del convenio arbitral, un resumen de la o las controversias a
ser sometidas a arbitraje y su cuantía, incluyendo la designación del árbitro,
cuando corresponda.

7. Respuesta de arbitraje ad hoc


El artículo 228 del nuevo reglamento establece que la parte contra quien se ha
solicitado un arbitraje ad hoc responde dicha solicitud. No obstante, si no lo
hace, la falta de respuesta o toda oposición formulada en contra del arbitraje,
no interrumpirá el desarrollo del mismo ni de los respectivos procedimientos
para que se lleve a cabo la conformación del Tribunal Arbitral y la tramitación
del arbitraje. La respuesta antes mencionada debe cumplir con los siguientes
requisitos:
• Por escrito

Módulo V 37
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

• Dentro los diez (10) días hábiles siguientes, contados a partir del día siguiente
de la recepción de la solicitud
• Se debe designar el árbitro, cuando se haya acordado que la controversia
será resuelta por un Tribunal Arbitral; o, en caso de árbitro único, pronun-
ciarse sobre el árbitro propuesto por la otra parte en la solicitud
• Posición o resumen referencial respecto de la controversia y su cuantía
Tanto en el arbitraje institucional como en el ad hoc, la designación del árbitro
por parte de la entidad es aprobada por su titular o por el servidor en quien
este haya delegado tal función; sin perjuicio de la verificación oportuna que
realice la institución arbitral y el contratista, de conformidad con el artículo
230 del nuevo reglamento aprobado por Decreto Supremo N.º 344-2018-EF.

8. Excepciones u objeciones
El artículo 229 del nuevo Reglamento prevé que las excepciones u objeciones
al arbitraje cuya estimación impida entrar en el fondo de la controversia deben
ser resueltas al finalizar la etapa postulatoria y antes que se fijen los puntos
controvertidos del proceso.
Esta inclusión no tiene antecedentes en la normativa de contrataciones y la
razón de su inclusión obedece a que se ha detectado que en algunos procesos
arbitrales, donde fueron interpuestas las excepciones de incompetencia, litis-
pendencia, cosa juzgada, caducidad u otra análoga, el Tribunal Arbitral en vez
de pronunciarse en la etapa pertinente sobre estas excepciones, se reservó el
derecho de analizarlas al momento de laudar, con el único fin de incrementar
el cobro de sus honorarios22.

9. Árbitros
El artículo 230 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones establece
lo siguiente:

Artículo 230.- Árbitros


230.1. El arbitraje es resuelto por árbitro único o por un tribunal arbitral conformado
por tres (3) árbitros, según el acuerdo de las partes, salvo lo señalado en el
artículo 232. En caso de duda o falta de acuerdo, el arbitraje es resuelto
por árbitro único.
230.2. Tanto en el arbitraje institucional como en el ad hoc la designación del
árbitro por parte de la Entidad es aprobada por su Titular o por el servidor

22 Exposición de Motivos del Proyecto de Reglamento de la Ley de Contrataciones N.º 30225.

38 Módulo V
Luis Morante Guerrero

en quien este haya delegado tal función; sin perjuicio de la verificación


oportuna que realice la institución arbitral y el contratista.
230.3. En los arbitrajes institucionales, la institución arbitral verifica que los árbitros
cumplan con los requisitos establecidos en el numeral 45.15 del artículo 45
de la Ley.
230.4. Para desempeñarse como árbitro en los arbitrajes ad hoc, se requiere estar
inscrito en el Registro Nacional de Árbitros (RNA-OSCE). Los plazos y proce-
dimientos para la designación y aceptación de árbitros en arbitrajes ad hoc
se establecen en la directiva aprobada por el OSCE. [El resaltado es nuestro]

El arbitraje es un mecanismo alternativo de solución de controversias de carácter


heterocompositivo (es decir, las partes en litigio no solucionan el conflicto, sino
que lo hace un tercero de manera definitiva) y alterno al fuero judicial, al que
las partes pueden recurrir. En materia de contrataciones, el arbitraje es aquel
medio a través del cual se busca solucionar cualquier controversia que pueda
presentarse entre el contratista y la entidad durante la ejecución de un contrato
regulado por la normativa de contrataciones del Estado.
El árbitro, en las contrataciones del Estado, es la persona que resuelve un con-
flicto o litigio sometido a su decisión por las partes interesadas. Es la persona
que, desde un punto de vista imparcial, decide a través de un laudo la solución
al conflicto, pronunciándose de acuerdo a las normas que las partes hayan
acordado (en este caso una legislación concreta por tener inmerso el calificativo
de temas de interés público).
Para ello, dos o más personas nombran a un tercero imparcial como árbitro
de un asunto contencioso entre ellos o a un tribunal arbitral conformado por
tres de ellos, para que estos se encarguen de resolver el conflicto. En ese sen-
tido, el árbitro único o el tribunal arbitral conformado por tres árbitros, según
el acuerdo de las partes, es quien se encarga de resolver las controversias en
un arbitraje administrativo. La designación del árbitro por parte de la entidad
debe ser aprobada por su titular o por el servidor en quien este haya delegado
tal función, tanto en el arbitraje institucional como en el ad hoc.
El árbitro único debe entenderse como aquella persona natural designada
por acuerdo de las partes o, en su defecto, por una entidad nominadora, que
tiene como función conducir un proceso arbitral con la finalidad de resolver las
controversias que se hayan generado entre las partes durante la ejecución de
un contrato. El árbitro único necesariamente deberá ser abogado y contar con
especialización acreditada en derecho administrativo, arbitraje y contrataciones
con el Estado. Mientras que, el Tribunal Arbitral debe entenderse al órgano
colegiado conformado por tres (3) árbitros, encargado de conducir un proceso
arbitral con la finalidad de resolver las controversias que se hayan generado entre
las partes durante la ejecución de un contrato. El presidente del Tribunal Arbitral

Módulo V 39
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

necesariamente deberá ser abogado y contar con especialización acreditada en


derecho administrativo, arbitraje y contrataciones con el Estado, mientras que
los demás integrantes del tribunal podrán ser expertos o profesionales en otras
materias, pero con conocimiento en contrataciones del Estado.
El arbitraje ad hoc es aquel tipo de arbitraje en el que las partes no han acordado
someter el mismo a la organización ni a la administración de una institución
arbitral. En este supuesto, serán las propias partes quienes regularán todos los
aspectos y etapas del proceso arbitral, siendo regulado en defecto de estas,
por los árbitros.
Para desempeñarse como árbitro designado por el Estado en una institución
arbitral o ad hoc, se requiere estar inscrito en el Registro Nacional de Árbitros
administrado por el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado
(OSCE) o el que hagas sus veces. Asimismo, para la designación residual
del presidente del Tribunal Arbitral en una institución arbitral o ad hoc, el
árbitro a designarse debe estar inscrito en el referido Registro Nacional de
Árbitros, de conformidad con el numeral 45.6 del artículo 45 del TUO de la
Ley N.º 30225.
En los arbitrajes institucionales, la institución arbitral debe verificar que los ár-
bitros cumplan con los requisitos establecidos en el artículo 15 del TUO de la
ley. Los árbitros deben actuar con independencia, imparcialidad, neutralidad
y transparencia. Asimismo, deben contar con capacidad profesional en lo que
concierne a conocimientos suficientes para la aplicación de la normativa de
contrataciones del Estado. Todos los árbitros deben contar con plena capacidad
de ejercicio de sus derechos civiles.

Directivas
• Directiva N.º  018-2017-OSCE/CD, procedimiento de designación residual
de árbitros a cargo del OSCE. Aprobada mediante Resolución N.º  299-
2017-OSCE/PRE de fecha 28 de setiembre del 2017.
• Directiva N.º  017-2017-OSCE/CD, Procedimientos de Inscripción y Reno-
vación en la Nómina de Profesionales aptos para Designación Residual del
OSCE, así como Supuestos de Suspensión y Exclusión. Aprobada mediante
Resolución N.º 296-2017-OSCE/PRE de fecha 28 de setiembre del 2017.
• Directiva N.º  016-2017-OSCE/CD, Procedimiento para la instalación de
Árbitro Único o Tribunal Arbitral Ad Hoc. Aprobada mediante Resolución
N.º 298-2017-OSCE/PRE de fecha 28 de setiembre del 2017.
• Directiva N.º  014-2017-OSCE/CD, Procedimiento de Recusación de Árbi-
tros para Arbitrajes Ad Hoc y Arbitrajes Administrados por el SNA-OSCE.

40 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Aprobada mediante Resolución N.º  020-2017-OSCE/CD de fecha 19 de


julio del 2017.
• Directiva N.º  025-2016-OSCE/CD, Reglamento del Régimen Institucional
de Arbitraje Subsidiario de Cuantía Menor en Contrataciones del Estado
a Cargo del OSCE. La presente Directiva entrará en vigencia en la opor-
tunidad señalada en el comunicado que emita el OSCE para tales efectos
• Directiva N.º  024-2016-OSCE/CD, Reglamento del Régimen Institucional
de Arbitraje Subsidiario en Contrataciones del Estado a cargo del OSCE. La
presente Directiva entrará en vigencia en la oportunidad señalada en el
comunicado que emita el OSCE para tales efectos, salvo lo dispuesto en
el numeral 10.1 de las Disposiciones Finales de la Directiva.
• Directiva N.º 021-2016-OSCE/CD, Tabla de Gastos Arbitrales Aplicables a los
Arbitrajes Organizados y Administrados por el OSCE y los Arbitrajes Ad Hoc
• ​Directiva N.º 020-2016-OSCE/CD, Junta de Resolución de Disputas ​
• Directiva N.º 017-2016-OSCE/CD, Registro Nacional de Árbitros y Registro
Nacional de Secretarios Arbitrales Administrados por el OSCE.  (Incluye
modificaciones dispuestas mediante Resolución N.º  071-2016-OSCE/
PRE de fecha 18 de febrero del 2016).

10. Impedimentos para ser árbitro


El artículo 231 del nuevo reglamento de la Ley de Contrataciones, aprobado
por Decreto Supremo N.º 344-2018-EF, establece que se encuentran impedidos
para actuar como árbitros:

Artículo 231.- Impedimentos para ser árbitro


231.1. Se encuentran impedidos para ejercer la función de árbitro:
a) El Presidente y los Vicepresidentes de la República, los Congresistas de
la República, los Ministros de Estado, los Viceministros, los titulares y
los miembros del órgano colegiado de los Organismos Constitucionales
Autónomos.
b) Los Magistrados, con excepción de los Jueces de Paz.
c) Los Fiscales y los Ejecutores Coactivos.
d) Los Procuradores Públicos y el personal que trabaje en las procuradu-
rías, o de las unidades orgánicas que hagan sus veces, cualquiera sea
el vínculo laboral.
e) El Contralor General de la República y el Vice Contralor.

Módulo V 41
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

f ) Los Titulares de instituciones o de organismos públicos del poder


ejecutivo.
g) Los gobernadores regionales y los alcaldes.
h) Los directores de las empresas del Estado.
i) El personal militar y policial en situación de actividad.
j) Los funcionarios y servidores públicos en los casos que tengan relación
directa con la Entidad o Sector en que laboren y dentro de los márgenes
establecidos por las normas de incompatibilidad vigentes.
k) Los funcionarios y servidores del OSCE hasta seis (06) meses después
de haber dejado la institución.
l) Los sometidos a proceso concursal.
m) Los sancionados con inhabilitación o con suspensión de la función
arbitral establecidas por el Consejo de Ética, en tanto estén vigentes
dichas sanciones, sin perjuicio de la culminación de los casos en los que
haya aceptado su designación previamente a la fecha de imposición
de la sanción.
n) Los sancionados por los respectivos colegios profesionales o entes
administrativos, en tanto estén vigentes dichas sanciones.
o) Los sancionados con condena que lleve aparejada la inhabilitación
para ejercer la profesión, en tanto esté vigente dicha sanción.
p) Los sancionados por delito doloso, en tanto esté vigente dicha sanción.
q) Los que tengan sanción o suspensión vigente impuesta por el Tribunal.
r) Las personas inscritas en el Registro de Deudores de Reparaciones Ci-
viles (REDERECI), sea en nombre propio o a través de persona jurídica
en la que sea accionista u otro similar, con excepción de las empresas
que cotizan acciones en bolsa, así como en el Registro Nacional de
Abogados Sancionados por mala práctica profesional, en el Registro
Nacional de Sanciones de Destitución y Despido por el tiempo que
establezca la Ley de la materia y en todos los otros registros creados
por Ley que impidan contratar con el Estado.
s) Las personas inscritas en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos
(REDAM).
t) Las personas sancionadas por el Consejo de Ética según lo dispuesto
en este Reglamento.
u) Las personas a las que se refiere el literal m) del numeral 11.1 del
artículo 11 de la Ley.
231.2. En los casos a que se refieren los literales h) y j) del numeral precedente, el
impedimento se restringe al ámbito sectorial al que pertenecen esas personas.

42 Módulo V
Luis Morante Guerrero

11. Designación residual de árbitro


El artículo 232 del Reglamento de la Ley de Contrataciones, modificado por
Decreto Supremo N.º 344-2018-EF, establece lo siguiente:

Artículo 232.- Designación Residual de Árbitros


232.1. En aquellos procesos arbitrales ad hoc en los cuales las partes no hayan pactado
la forma en la que se designa a los árbitros o no se hayan puesto de acuerdo
respecto a la designación del árbitro único o algún árbitro que integre el Tribunal
Arbitral, o los árbitros no se hayan puesto de acuerdo sobre la designación del
presidente del Tribunal Arbitral, cuando corresponda, cualquiera de las partes
puede solicitar al OSCE la designación residual, la que se efectúa a través de
una asignación aleatoria por medios electrónicos, de acuerdo a los plazos y
procedimiento previstos en la Directiva correspondiente.
232.2. Para la designación residual del presidente del Tribunal Arbitral o del árbitro
único en un arbitraje institucional, el árbitro a designarse está inscrito en
el RNA-OSCE.
232.3. Las designaciones residuales efectuadas por el OSCE se realizan del RNA-
OSCE, y son definitivas e inimpugnables.

12. Independencia, imparcialidad y deber de información


De conformidad con el artículo 233 del nuevo reglamento, los árbitros son y
permanecen durante el desarrollo del arbitraje, independientes e imparciales, sin
mantener con las partes relaciones personales, profesionales o comerciales. Todo
árbitro, al momento de aceptar el cargo, debe informar sobre cualquier circuns-
tancia acaecida dentro de los cinco (5) años anteriores a su nombramiento, que
pudiera afectar su imparcialidad e independencia. Este deber de información
comprende además la obligación de dar a conocer a las partes la ocurrencia
de cualquier circunstancia sobrevenida a su aceptación durante el desarrollo
de todo el arbitraje y que pudiera afectar su imparcialidad e independencia.
Sobre el particular, podemos señalar que, “se considera que la dependencia
se refiere exclusivamente a cuestiones surgidas de la relación entre el árbitro
y una de las partes, sea de índole financiera o de cualquier otra naturaleza.
Se entiende que esto puede determinarse mediante un criterio objetivo, dado
que no guarda ningún tipo de relación con la forma en que está mentalizado
el árbitro [...]. Por el contrario, se considera que el concepto de imparcialidad
está ligado a la preferencia real o aparente del árbitro, ya sea a favor de una
de las partes o en relación a las cuestiones controvertidas. La imparcialidad es,
por ende, un concepto subjetivo y más abstracto que el de la independencia,
ya que principalmente se refiere a una predisposición mental”23.

23 Resolución N.º 363-2009-OSCE/PRE.

Módulo V 43
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

En este contexto, se entiende que los árbitros, durante el ejercicio de sus fun-
ciones, deben cumplir con lo siguiente:
• Respetar los principios de imparcialidad, independencia y neutralidad.
• No mantener con las partes relaciones personales profesionales o comer-
ciales.
• Cumplir con el Código de Ética y otras reglas que apruebe el OSCE.
• Cumplir con las normas sobre responsabilidad civil y penal establecidas en
la legislación sobre la materia.
• Declarar o informar. Tanto al momento de aceptar como durante las ac-
tuaciones arbitrales, el árbitro debe informar o revelar cualquier hecho o
circunstancia que pueda provocar duda justificada sobre la independencia
imparcialidad. La omisión conlleva a sanción.
El árbitro designado debe presentar una declaración jurada expresa sobre su
idoneidad para ejercer el cargo, señalando que cumple con los requisitos esta-
blecidos en el numeral 45.15 del artículo 45 del TUO de la Ley, así como que
cuenta con la disponibilidad de tiempo suficiente para llevar a cabo el arbitraje
en forma satisfactoria. Sobre el particular, cabe mencionar que el numeral antes
citado establece lo siguiente:

Artículo 45.- Medios de solución de controversias de la ejecución contractual


[…]
45.14. El arbitraje es de derecho y resuelto por árbitro único o tribunal arbitral
integrado por tres (3) miembros.
45.15. El árbitro único y el presidente del tribunal arbitral deben ser necesariamente
abogados, que cuenten con especialización acreditada en derecho adminis-
trativo, arbitraje y contrataciones con el Estado. Los demás integrantes del
tribunal arbitral pueden ser expertos o profesionales en otras materias, de-
biendo necesariamente tener conocimiento en contrataciones con el Estado.
45.16. Para desempeñarse como árbitro designado por el Estado en una institución
arbitral o ad hoc, se requiere estar inscrito en el Registro Nacional de Árbitros
administrado por el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado
(OSCE) o el que hagas sus veces. Asimismo, para la designación residual
del presidente del Tribunal Arbitral en una institución arbitral o ad hoc,
el árbitro a designarse debe estar inscrito en el referido Registro Nacional
de Árbitros.
[…]. [El resaltado es nuestro]

44 Módulo V
Luis Morante Guerrero

13. Recusación
La recusación es el rechazo de las partes en relación a los árbitros designados,
motivado por la desconfianza sobre su idoneidad, imparcialidad o incumpli-
miento de sus deberes funcionales. Al respecto, el artículo 234 establece que
los árbitros pueden ser recusados por las siguientes causas:
1. Cuando se encuentren impedidos conforme el artículo 233. Al respecto, el
numeral 233.3 del artículo 233 del nuevo reglamento precisa que “el árbi-
tro designado presenta una declaración jurada expresa sobre su idoneidad
para ejercer el cargo, señalando que cumple con los requisitos establecidos
en el numeral 45.15 del artículo 45 de la Ley, así como que cuenta con la
disponibilidad de tiempo suficiente para llevar a cabo el arbitraje en forma
satisfactoria”. En ese sentido, el numeral 45.15, indica que “el árbitro único
y el presidente del Tribunal Arbitral deben ser necesariamente abogados,
que cuenten con especialización acreditada en derecho administrativo, ar-
bitraje y contrataciones con el Estado. Los demás integrantes del Tribunal
Arbitral pueden ser expertos o profesionales en otras materias, debiendo
necesariamente tener conocimiento en contrataciones con el Estado”.
2. Cuando no reúnan las calificaciones y exigencias para asumir el encargo
establecidas en la legislación y el convenio arbitral. Por ejemplo, cuando
no sean abogados en el caso de árbitro ad hoc, o presidente del Tribunal
Arbitral, o cuando no cuenten con las especializaciones exigidas en los casos
respectivos, o los conocimientos previos en matera de contrataciones del
Estado.
3. Cuando existan circunstancias que generen dudas justificadas respecto
de su imparcialidad o independencia, siempre que dichas circunstancias
no hayan sido excusadas por las partes en forma oportuna. Por ejemplo,
cuando el árbitro hubiese trabajado meses antes para una de las partes,
o tenga intereses patrimoniales en juego vinculados con la resolución del
arbitraje.
En los arbitrajes ad hoc y en los administrados por el SNA-OSCE, la recusa-
ción es resuelta por el OSCE, en forma definitiva e inimpugnable, conforme
con el procedimiento establecido en la directiva correspondiente, salvo que
las partes hayan acordado que la recusación sea resuelta por una institución
arbitral acreditada.
El trámite de recusación no suspende el arbitraje, salvo cuando se trate de
árbitro único o hayan sido recusados dos (2) o tres (3) árbitros, o cuando lo
disponga el Tribunal Arbitral. Esta norma es aplicable a los arbitrajes ad hoc y
a los arbitrajes institucionales cuando no se haya regulado al respecto.

Módulo V 45
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

14. Instalación del árbitro único o Tribunal Arbitral


El artículo 235 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones, aprobado
por Decreto Supremo N.º 344-2018-EF establece lo siguiente:
Artículo 235.- Instalación
235.1. Salvo que las partes se hayan sometido a un arbitraje institucional, una vez
que los árbitros hayan aceptado sus cargos, cualquiera de las partes solicita
al OSCE la instalación del árbitro único o del tribunal arbitral, dentro de
los veinte (20) días siguientes de conocida la aceptación de estos, según
corresponda. Para tales efectos, la instalación se puede realizar en la Oficinas
Desconcentradas de OSCE.
235.2. Se trate de un arbitraje ad hoc o institucional, dentro del plazo de diez (10)
días de realizada la instalación, la Entidad registra en el SEACE los nombres
y apellidos completos del árbitro único o de los árbitros que conforman el
tribunal arbitral y del secretario arbitral, así como de aquellos que even-
tualmente sustituyan a estos, bajo responsabilidad de aquel que aprobó el
expediente de contratación. [El resaltado es nuestro]

De conformidad con el artículo 235 del Reglamento, si el arbitraje es institucio-


nal, la instalación se realizará de acuerdo con los reglamentos de la institución
arbitral. En caso de arbitrajes ad hoc, una vez que los árbitros hayan aceptado
sus cargos, cualquiera de las partes solicita al OSCE la instalación del árbitro
único o del Tribunal Arbitral, dentro de los veinte (20) días siguientes de conocida
la aceptación de estos, según corresponda. Para tales efectos, las instalaciones
se pueden realizar en la Oficinas Desconcentradas de OSCE.
Cuando se trate de un arbitraje ad hoc o institucional, dentro del plazo de
diez (10) días de realizada la instalación, la entidad registra en el SEACE los
nombres y apellidos completos del árbitro único o de los árbitros que con-
forman el Tribunal Arbitral y del secretario arbitral, así como de aquellos que
eventualmente sustituyan a estos, bajo responsabilidad de aquel que aprobó
el expediente de contratación.

15. De la organización y administración de arbitrajes a cargo


del SNA-OSCE
El artículo 236 del Reglamento de la Ley de Contrataciones establece lo si-
guiente:

Artículo 236.- De la organización y Administración de Arbitrajes a cargo del SNA - OSCE


236.1. El OSCE organiza y administra un régimen institucional de arbitraje en
Contrataciones del Estado, en armonía con el principio de subsidiariedad,
denominado Sistema Nacional de Arbitraje (SNA-OSCE), sujetándose a las
reglas establecidas en el presente artículo y en el Reglamento del SNA-OSCE.

46 Módulo V
Luis Morante Guerrero

236.2. Pueden someterse a arbitraje institucional a cargo del SNA-OSCE las con-
troversias que deriven de la ejecución de contratos de bienes y servicios en
general, cuyos valores estimados sean iguales o menores a diez (10) UIT. El
arbitraje ante el SNA-OSCE es iniciado dentro del plazo de caducidad previsto
en el artículo 45 de la Ley, no suspendiéndose en ningún momento por el
tiempo que demore verificar las condiciones habilitantes del sistema.
236.3. El OSCE se encuentra facultado para encargar a otras instituciones públicas,
mediante convenio y de acuerdo a lo establecido en la Directiva correspon-
diente, la organización y administración del régimen institucional de arbitraje
subsidiario a su cargo.
236.4. Dichos arbitrajes están a cargo de un Árbitro Único de acuerdo a lo establecido
en el Reglamento del SNA-OSCE.

15.1. Antecedentes del SNA-OSCE


La Ley N.º 26850, Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, apro-
bada en julio de 1997, introdujo en el Perú una innovación legislativa de sig-
nificativa trascendencia. Dicha ley estableció, en el ámbito de la contratación
pública nacional, el arbitraje como mecanismo de solución de controversias
surgidas en la etapa de ejecución de un contrato celebrado por el Estado para
la contratación de bienes, servicios en general, consultorías u obras. A partir
de ese momento se empiezan a suceder en el tiempo una serie de normas que
buscaron fortalecer dicho mecanismo en el ámbito de la contratación pública.
Pero es recién con la aprobación del Decreto Supremo N.º 013-2001-PCM que
se otorga al entonces existente CONSUCODE (hoy, OSCE) la posibilidad de
brindar servicios de administración y organización de arbitrajes, lo que conllevó
a que durante los años siguientes dicha institución y posteriormente el OSCE
procuraran ajustar su estructura orgánico funcional de la mejor forma posible
para asumir eficientemente tal reto. Es así como mediante el Decreto Supremo
021-2001-PCM se creó la Gerencia de Conciliación y Arbitraje, la que en el
2007 fue sustituida por la Oficina de Conciliación y Arbitraje (Decreto Supremo
54-2007-EF), para luego, y ya bajo la vigencia del Decreto Legislativo N.º 1017,
ser reemplazada por la Dirección de Arbitraje Administrativo, como unidad
orgánica del OSCE, encargada de organizar y administrar arbitrajes así como
conducir los procedimientos administrativos vinculados a los procesos arbitrales
en materia de contratación con el Estado.
Dentro de ese marco, el Sistema Nacional de Arbitraje del Organismo Supervisor
de las Contrataciones del Estado (SNA-OSCE) se constituye como un régimen
institucional de arbitraje especializado para la resolución de controversias en las
contrataciones con el Estado, de carácter autónomo y subsidiario, rigiéndose
por su propio reglamento que es aprobado por el Organismo Supervisor de

Módulo V 47
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

las Contrataciones del Estado (OSCE) y, supletoriamente, por la norma que


regula el arbitraje.

15.2. Alcances y principales funciones


El SNA-OSCE fue concebido inicialmente con la finalidad de brindar servicios
de conciliación, arbitraje y, en general, de prevención, gestión y solución de
conflictos. Actualmente, el SNA-OSCE está dirigido únicamente a la difusión,
posicionamiento y desarrollo técnico y legislativo del arbitraje como mecanismo
idóneo para la solución de conflictos en aquellas controversias que surjan en
el ámbito de la Ley de Contrataciones del Estado, en armonía con el principio
de subsidiariedad.

15.3. Importancia del SNA-OSCE


El SNA-OSCE es único en su género, y de acuerdo con el volumen de procesos
arbitrales que tiene a su cargo anualmente, se perfila frente a las instituciones
privadas que brindan servicios similares como la más importante y con mayor
experiencia en el mercado de servicios arbitrales en materia de contratación
con el Estado, no obstante dichos servicios son actualmente brindados con la
celeridad y calidad técnica.
En definitiva, el SNA-OSCE continúa renovando sus herramientas de gestión,
a fin de brindar un servicio integral de calidad a las partes, esfuerzo que se
encuentra respaldado por el equipo de profesionales altamente calificados
con sólida formación ética y moral que siguiendo los lineamientos de la alta
dirección, se encuentran comprometidos con el objetivo de seguir posicionando
cada uno de sus servicios.

15.4. La subsidiariedad del SNA-OSCE


De conformidad con el numeral 236.2 del artículo 236 del nuevo reglamento
aprobado por Decreto Supremo N.º 344-2018-EF, pueden someterse a arbitraje
institucional a cargo del SNA-OSCE las controversias que deriven de la ejecución
de contratos de bienes y servicios en general, cuyos montos originales sean
menores a diez (10) UIT, siempre que no existan instituciones arbitrales regis-
tradas y acreditadas en el lugar del perfeccionamiento del contrato o cuando,
de existir, estas se nieguen expresamente a administrar el arbitraje o sus gastos
arbitrales resulten desproporcionados con relación a la cuantía controvertida, de
conformidad con los parámetros establecidos por el OSCE. Ello en atención al
rol subsidiario que se asigna al OSCE conforme con lo dispuesto en el artículo
60 de la Constitución, el cual precisa lo siguiente:

48 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Artículo 60.- El Estado reconoce el pluralismo económico. La economía nacional


se sustenta en la coexistencia de diversas formas de propiedad y de empresa. Solo
autorizado por ley expresa, el Estado puede realizar subsidiariamente actividad
empresarial, directa o indirecta, por razón de alto interés público o de manifiesta
conveniencia nacional. La actividad empresarial, pública o no pública, recibe el
mismo tratamiento legal.

De conformidad con el numeral 236.2 del artículo 236 del nuevo Reglamento
de la Ley de Contrataciones, pueden someterse a arbitraje institucional a cargo
del SNA-OSCE las controversias que deriven de la ejecución de contratos de
bienes y servicios en general, cuyos valores estimados sean iguales o menores
a diez (10) UIT. El arbitraje ante el SNA-OSCE es iniciado dentro del plazo de
caducidad previsto en el artículo 45 de la ley, no suspendiéndose en ningún
momento por el tiempo que demore verificar las condiciones habilitantes del
sistema.

16. Gastos arbitrales


Los honorarios arbitrales constituyen una compensación a los árbitros como
consecuencia de la prestación de sus servicios profesionales en el arbitraje. El
numeral 237.1 del artículo 237 del reglamento establece que, los gastos arbitra-
les no pueden exceder lo establecido en la tabla de gastos arbitrales aprobada
por el OSCE mediante directiva, no pudiéndose pactar en contrario (Directiva
N.º  021-2016-OSCE/CD, Tabla de Gastos Arbitrales Aplicables a los Arbitrajes
Organizados y Administrados por el OSCE y los arbitrajes ad hoc). Ello con la
finalidad de evitar que los gastos arbitrales sean desproporcionados.
Además, el artículo materia de comentario específica los casos en los que dada
una discrepancia entre las partes y los árbitros sobre la devolución de hono-
rarios, esta puede ser resuelta por el OSCE a pedido de parte. Estos casos o
supuestos pueden ser los siguientes:
• La renuncia
• La recusación de árbitro declarada fundada
• La anuencia (consentimiento) de la contraparte en la recusación
• La remoción del árbitro
• Los demás supuestos regulados por el OSCE (tales como la conclusión del
proceso por transacción, conciliación o el archivo del proceso por falta de
pago)
La medida señalada evitará que las partes del proceso arbitral que no pudieron
ver satisfecho su interés, ya sea por el archivo prematuro del proceso o por
la remoción del árbitro, terminen pagando honorarios a profesionales que no

Módulo V 49
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

lograron solucionar la controversia mediante la emisión del laudo respectivo. La


propuesta tiene naturaleza imperativa, en tanto, no cabe pacto alguno, respecto
de la no devolución de honorarios.
De otro lado, en la medida en que los criterios señalados y en general, la
normativa de contrataciones del Estado no establece el procedimiento para
exigir a las partes el pago de honorarios arbitrales y las consecuencias de su
incumplimiento, nos remitiremos a los artículos 70 y 72 del decreto legislativo
que norma el arbitraje24, los que señalan lo siguiente:

Artículo 70.- Costos


El Tribunal Arbitral fijará en el laudo los costos del arbitraje. Los costos del arbitraje
comprenden:
a) Los honorarios y gastos del tribunal arbitral.
[...]
Artículo 72.- Anticipos
1. Una vez constituido, el Tribunal Arbitral podrá requerir a cada una de las partes
que entregue un anticipo de los costos previstos en el artículo 70. En el curso
de las actuaciones, el Tribunal Arbitral podrá requerir anticipos adicionales a las
partes. Las partes asumirán los anticipos en proporciones iguales, sin perjuicio
de lo que decida el tribunal arbitral sobre su distribución en el laudo.
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el numeral anterior, el tribunal arbitral, de esti-
marlo adecuado, según las circunstancias, puede disponer anticipos separados
para cada una de las partes, teniendo en cuenta sus respectivas reclamaciones o
pretensiones. En este caso, el Tribunal Arbitral solo conocerá las reclamaciones
que hayan sido cubiertas con los anticipos respectivos. De no cumplirse con la
entrega de los anticipos, las respectivas reclamaciones o pretensiones podrán
ser excluidas del ámbito del arbitraje.
3. Si una o ambas partes no efectúan el depósito de los anticipos que les corres-
ponde dentro de los plazos conferidos, el tribunal arbitral podrá suspender
las actuaciones arbitrales en el estado en que se encuentren. Si a criterio del
tribunal arbitral transcurre un plazo razonable de suspensión sin que la parte
obligada haya cumplido con su obligación o la otra parte haya asumido di-
cha obligación, el Tribunal Arbitral, a su entera discreción, podrá ordenar la
terminación de las actuaciones arbitrales.
4. La decisión del Tribunal Arbitral de terminar las actuaciones ante el incum-
plimiento de la obligación del depósito de los anticipos correspondientes no
perjudica el convenio arbitral. La misma regla se aplica a las reclamaciones
excluidas del arbitraje por no encontrarse cubiertas con los respectivos anticipos.
[…].

24 Aprobada mediante Decreto Legislativo N.º 1071.

50 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Al respecto, Jorge Vega Soyer25 señala que “resulta importante destacar que,
según el inciso 4) del artículo 72 de la Ley de Arbitraje, la decisión del Tribunal
Arbitral de terminar las actuaciones ante el incumplimiento de la obligación de
depósito de los anticipos correspondientes no perjudica el convenio arbitral.
Esto implica que nada impide que, una vez que el Tribunal Arbitral decida dar
por terminadas las actuaciones en el proceso arbitral, debido a una falta de
pago de honorarios, cualesquiera de las partes pueda iniciar un nuevo proceso
arbitral, en la medida que, como queda dicho, la situación prevista en el inciso
4) del artículo 72 de la Ley de Arbitraje no afecta al convenio arbitral”.
Conforme con lo expuesto, si el arbitraje concluye por incumplimiento de pago
de los anticipos de honorarios de los árbitros, tal situación no afecta el convenio
arbitral, con lo cual es factible invocar dicho acuerdo para volver a someter a
arbitraje la misma controversia.
Por último, es importante tomar en cuenta la Directiva N.º  021-2016-OSCE/
CD, Tabla de Gastos Arbitrales aplicables a los Arbitrajes Organizados y Admi-
nistrados por el OSCE y los arbitrajes ad hoc.

17. Laudo
El laudo arbitral, puede ser definido como “[…] la decisión dictada por uno o
varios jueces particulares, elegidos por las partes, con arreglo a derecho y al
debido procedimiento, sobre una cuestión o cuestiones determinadas y dentro
del término, establecidos en el compromiso arbitral”26.
Asimismo, “el laudo arbitral constituye la decisión que emite el árbitro y que
resuelve la controversia sometida a su conocimiento. Es la última y, sin duda, la
más importante fase del proceso arbitral. En verdad, toda la institución arbitral
está estructurada para llegar a esta etapa. Asimismo, el laudo arbitral equivale
a una sentencia judicial y puede ejecutarse como tal”27.
Al respecto, el artículo 238 del reglamento establece que “el laudo, así como
sus integraciones, exclusiones, interpretaciones y rectificaciones, es notificado
a través del SEACE (ya no personalmente). El laudo vincula a las partes del
arbitraje, no pudiendo afectar derechos ni facultades legales de personas ni
autoridades ajenas al proceso. El laudo se encuentra motivado, no pudiéndose
pactar en contrario.

25 Vega Soyer, Jorge, Comentarios a la Ley Peruana de Arbitraje, t. I, Instituto Peruano de Arbitraje, 1.ª ed., enero 2011, p. 808.
26 Zwanck, Carlos Alberto, Cfr: la voz “Juicios de árbitros” en Enciclopedia Jurídica Omeba, t. XVII, Buenos Aires: Editorial DRSKILL SA, 1978,
p. 221
27 Gagliero, Silvana Gabriela, “El laudo arbitral: nociones generales”, en <http://www.servilex.com.pe/arbitraje/colaboraciones/el_laudo_ar-
bitral.html>.

Módulo V 51
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Es responsabilidad del árbitro único o del presidente del Tribunal Arbitral regis-
trar correctamente el laudo en el SEACE, así como sus integraciones, exclusio-
nes, interpretaciones y rectificaciones, conforme a lo dispuesto en el literal a) del
numeral 254.3 del artículo 254 del Reglamento de la Ley de Contrataciones. El
cual señala que es un deber ético “a) registrar el laudo en el SEACE de forma
íntegra y fidedigna, así como sus integraciones, exclusiones, interpretaciones y
rectificaciones, en los casos que corresponda”.
El OSCE implementa, administra y opera el banco de laudos arbitrales que
contiene información relevante del laudo que los árbitros hayan registrado en
el SEACE. Dicha información se publica en el portal institucional del OSCE y
es actualizada trimestralmente, bajo responsabilidad.

17.1. Recurso de anulación del laudo arbitral


El recurso de anulación en el laudo arbitral se encuentra regulado por el artículo
239 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones, aprobado por Decreto
Supremo N.º 344-2018-EF, en los términos siguientes:

Artículo 239.- Recurso de Anulación


239.1. Conforme a lo previsto en el numeral 45.22 del artículo 45 de la Ley, para la
interposición del recurso de anulación del laudo, el contratista presenta una
carta fianza bancaria, solidaria, incondicionada, irrevocable y de realización
automática a primer requerimiento, con una vigencia no menor de seis (6)
meses, debiendo ser renovada por todo el tiempo que dure el trámite del
recurso. Dicha carta fianza se otorga a favor de la Entidad, por una cantidad
equivalente al veinticinco por ciento (25 %) del valor de la suma que ordene
pagar el laudo.
239.2. Si el laudo, en todo o en parte, es puramente declarativo o no es valorizable
en dinero o si requiere de liquidación o determinación que no sea únicamente
una operación matemática, el valor de la carta fianza es equivalente al tres
por ciento (3 %) del monto del contrato original.
239.3. Si el recurso de anulación es desestimado, la carta fianza se entrega a la
Entidad para que la ejecute. En caso contrario se le devuelve al contratista,
bajo responsabilidad.
239.4. Las sentencias que resuelvan de manera definitiva el recurso de anulación
son remitidas por el procurador público o funcionario o servidor que ejer-
ce similar función en la Entidad, según corresponda, al OSCE en el plazo
de diez (10) días hábiles de notificadas para su registro y publicación, bajo
responsabilidad. [El subrayado es nuestro]

Un aspecto importante a considerar son las formalidades exigidas del laudo,


respecto de las cuales ni la ley ni el reglamento tienen regulación expresa. En

52 Módulo V
Luis Morante Guerrero

este caso, es de aplicación supletoria las normas pertinentes del Decreto Legis-
lativo N.º 1071. Entre otras formalidades tenemos lo siguiente:
• Todo laudo deberá constar por escrito y ser firmado por los árbitros, quienes
podrán expresar su opinión discrepante. Cuando haya más de un árbitro,
bastarán las firmas de la mayoría de los miembros o solo la del presidente,
según corresponda, siempre que se manifiesten las razones de la falta de
una o más firmas.
• Para estos efectos, se entenderá que el laudo consta por escrito cuando de
su contenido y firmas quede constancia y sean accesibles para su ulterior
consulta en soporte electrónico, óptico o de otro tipo.
• Se entiende que el árbitro que no firma el laudo ni emite su opinión dis-
crepante se adhiere a la decisión en mayoría o la del presidente, según
corresponda.
• Todo laudo deberá ser motivado, a menos que las partes hayan convenido
algo distinto. Constarán en el laudo la fecha en que ha sido dictado y el
lugar del arbitraje. El laudo se considera dictado en ese lugar.
• El Tribunal Arbitral se pronunciará en el laudo sobre la asunción o distri-
bución de los costos del arbitraje.
Contra el laudo arbitral cabe la posibilidad de interponer un recurso de anula-
ción ante el Poder Judicial.

17.2. Publicidad del laudo arbitral-administrativo


La publicidad del laudo arbitral en materia de contrataciones del Estado, es
quizá el tema menos desarrollado. La mayoría de trabajos, sino es todos, no
desarrollan la importancia de la publicidad del laudo arbitral administrativo, no
teniendo en cuenta las diferencias que existen entre el laudo-arbitral privado
de carácter confidencial y el laudo arbitral administrativo de carácter público.
Resulta pues, de suma importancia dar una breve explicación sobre el principio
de publicidad desarrollado dentro de nuestro ordenamiento; por ejemplo, en
materia penal, es indudable la publicidad como garantía en contra de arbi-
trariedades sobretodo en un país como el nuestro, marcado por numerosos
crímenes de lesa humanidad.
Entendiendo el principio de publicidad, como el deber de todo órgano del Es-
tado por medio del cual da a conocer sus actos y la respectiva motivación que
de ellos emana. Todo esto, para fortalecer la transparencia del actuar estatal
y fomentar la crítica constructiva del desenvolvimiento de los mecanismos del
Estado.

Módulo V 53
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Incluso la Constitución Peruana ha establecido la publicidad obligatoria en los


procesos judiciales por responsabilidad de funcionarios públicos, y por los delitos
cometidos por medio de la prensa y los que se refieren a derechos fundamentales
garantizados por la Constitución28.
Sin embargo la materia que nos atañe no es lo penal, sino la del derecho ar-
bitral, por esto, es necesario comprender qué papel representa el principio de
publicidad, por ahora, en el arbitraje en general.
En este ámbito, el principio de publicidad se encuentra divorciado de los
procesos en materia arbitral, en donde es intercambiado por el principio de
confidencialidad, es decir, todo lo actuado dentro del proceso se ha de llevar
en estricto secreto.
La razón de este celo en la protección de la confidencialidad puede deberse a
que el arbitraje se emplea fundamentalmente en casos comerciales, generalmen-
te de gran envergadura, y en los cuales es posible que se presente información
sumamente sensible para la operación de una empresa, como su relación de
clientes, estructura de costos, márgenes de utilidad, estrategias de comerciali-
zación, etc., que su conocimiento por parte de los competidores puede llegar
a resultar dañino para la empresa29.
En resumidas cuentas, el principio de publicidad es sumamente peligroso para
aquellas empresas con importante información personal, por ejemplo, fórmulas
o metodologías de trabajo, que podrían ser copiadas afectando el desempeño
de la empresa.
¿Acaso esto no afecta los intereses de los privados que contratan con el Estado?
A nuestro parecer creemos que no. Hemos de entender, en primer lugar, que
si bien se promueve la publicación del laudo, esto no quiere decir que toda
información vista dentro del proceso deba ser exhibida. En segundo lugar, hay
que comprender que todo proceso en materia de contratación pública, el actor
principal será el Estado, ergo todo el actuar se encontrará sujeto al precepto
del interés público tan renuente en materia administrativa.
Por todo ello, es indispensable que todo actuar del Estado, incluso cuando se
ventilan litigios con los particulares, pueda ser revisado, controlado y fiscalizado
por las autoridades pertinentes y por la constructiva crítica de la doctrina.
Por lo tanto, creemos que la aplicación del principio de publicidad en materia
de contratación pública, más que un riesgo es una garantía para las partes y la
sociedad, sirviendo asimismo como un ente unificador de jurisprudencia arbi-

28 Zolezzi Ibárcena, Lorenzo, “El arbitraje y su aparente colisión con algunos principios y derechos de la función jurisdiccional”, ponencias del
Congreso Internacional de Arbitraje, primera parte, vol. 5, Palestra, agosto del 2008, p. 109.
29 Ibid., p. 111.

54 Módulo V
Luis Morante Guerrero

tral, brindando un aporte de piezas jurisprudenciales únicas que los arbitrajes


ordinarios nos niegan.
No obstante, es importante precisar que el principio de publicidad también
posee restricciones, por ejemplo, en materia de seguridad del Estado, incluso
como excepción a la regla, debería ser posible el empleo de la declaración de
confidencialidad de determinada información, para datos en específico de-
sarrollados en los laudos, salvando un equilibrio de confidencialidad, en pro
de las inversiones y el principio de publicidad que favorece al interés público.
En la siguiente dirección (http://www.osce.gob.pe/descarga/arbitraje/laudos/
arbitraje1.asp), se puede visualizar un listado para descarga de indistintos
laudos arbitrales:

E, incluso, puede encontrarlo detallado por temas al ingresar en <http://portal.


osce.gob.pe/arbitraje/> y dar clic en las pestaña Laudos arbitrales:

Módulo V 55
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

18. Información que debe remitirse al OSCE


El artículo 240 del nuevo reglamento establece que los árbitros e instituciones
encargadas de administrar los medios de solución de controversias cumplen
con registrar en el SEACE, en las condiciones, forma y oportunidad establecidas
en la directiva correspondiente, la siguiente información:
• Las resoluciones emitidas por sus respectivos órganos mediante las cuales
se resuelven recusaciones planteadas contra los árbitros y miembros de las
Juntas de Resolución de Disputas
• Laudos, rectificaciones, interpretaciones, integraciones y exclusiones de
laudos, decisiones que ponen fin a los arbitrajes y decisiones emitidas por
las Juntas de Resolución de Disputas
• Documentos en los que consten las decisiones o resoluciones que imponen
sanciones a árbitros y miembros de las Juntas de Resolución de Disputas
por infracción al código de ética de la institución arbitral respectiva
• Relación trimestral de solicitudes de arbitraje ingresadas y procesos arbitrales
en trámite y concluidos, con indicación de la materia, nombre de las partes,
representantes legales, asesores o abogados, así como el de los árbitros y
del secretario a cargo del caso

56 Módulo V
Luis Morante Guerrero

• Nómina de árbitros de la institución arbitral actualizada y la información de


cada uno de los árbitros que integran dicha nómina (este último modificado
por el Decreto Supremo N.º 344-2018-EF)
• Actas de instalación o el documento que haga sus veces (este último incor-
porado por el Decreto Supremo N.º 344-2018-EF)

Cumplir con dicha obligación legal no solo implica observar los Principios de
Transparencia y Publicidad, propios del Arbitraje Administrativo, sino también
permite al OSCE sistematizar los laudos, identificar tendencias resolutivas
para determinados temas con el objeto de ir construyendo Predictibilidad de
criterios, así como procesar estadísticas relacionadas a la defensa del Estado
en estas controversias, con el objeto de identificar las debilidades de forma
y/o de fondo, e implementar las acciones normativas y de gestión que sean
necesarias para mejorar su posición procesal.
[…] Esta medida pretende disuadir el incumplimiento de las obligaciones de
los árbitros vinculadas, no solo con el deber de actuar imparcialmente y con
independencia, sino de todas las obligaciones legales previstas para dicha
función. En caso de incurrir en dichos supuestos, según la gravedad de la falta
cometida, se podrá sancionar al infractor hasta con una suspensión temporal o
con la inhabilitación permanente para ejercer como árbitro en la resolución de
controversias que se produzcan dentro del marco de la Ley y su Reglamento;
sin perjuicio de separarlo definitivamente del Registro de Árbitros, en caso se
encuentre inscrito30.

19. Estudios a cargo del OSCE


El artículo 241 del nuevo Reglamento señala que el Organismo Supervisor de
las Contrataciones del Estado (OSCE) tiene entre sus funciones:
• elaborar estudios de laudos, actas de conciliación y sentencias que resuelvan
recursos de anulación;
• realizar estudios conducentes a evaluar y analizar la eficiencia de los medios
de solución de controversias en contratación pública;
• de ser el caso, proponer lineamientos de transparencia, estrategias, mejores
prácticas que contribuyan al desarrollo eficiente del mercado de compras
públicas.

30 Rojas Delgado, Magaly, “Principales modificaciones a la Ley de Contrataciones del Estado en materia de arbitraje: algunos alcances de su
motivación”, Arbitraje PUCP, p. 85.

Módulo V 57
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Subcapítulo II
Junta de Resolución de Disputas
1. La Junta de Resolución de Disputas
Este tema es regulado por el artículo 205 del Reglamento de la Ley de Con-
trataciones del Estado:

Artículo 243.- La Junta de Resolución de Disputas


243.1. La Junta de Resolución de Disputas promueve que las partes logren prevenir
y/o resolver eficientemente las controversias que surjan desde el inicio del
plazo de ejecución de la obra hasta la recepción total de la misma.
243.2. En caso de resolución del contrato, la Junta de Resolución de Disputas es
competente para conocer y decidir las controversias que surjan hasta que la
Entidad reciba la obra.
243.3. No pueden someterse a Junta de Resolución de Disputas pretensiones de
carácter indemnizatorio por conceptos no previstos en la normativa de con-
tratación pública.
243.4. De no haber sido pactado en el contrato original, las partes pueden acordar
incorporar a la cláusula de solución de controversias del contrato que las
soluciones de estas estén a cargo de una Junta de Resolución de Disputas
en aquellos contratos de obra cuyos montos sean iguales o superiores a cin-
co millones con 00/100 soles (S/  5,000,000.00), siendo esta incorporación
obligatoria para contratos cuyos montos sean superiores a veinte millones
con 00/100 soles (S/  20,000,000.00). Las decisiones emitidas por la Junta
de Resolución de Disputas son vinculantes para las partes.
243.5. La Junta de Resolución de Disputas puede estar integrada por uno o por
tres miembros, según acuerden las partes. A falta de acuerdo entre las par-
tes o en caso de duda, la Junta de Resolución de Disputas se integra por
un (1) miembro cuando el monto del respectivo contrato de obra tenga un
valor igual o superior a cinco millones con 00/100 soles (S/  5,000,000.00) y
menor a cuarenta millones con 00/100 soles (S/  40,000,000.00); y, por tres
(3) miembros, cuando el respectivo contrato de obra tenga un valor igual o
superior a cuarenta millones con 00/100 soles (S/ 40,000,000.00).

Algo vital que toda persona aprende al vincular la sociología con el derecho, es
que la sociedad y sus normas siempre están en constante evolución. La forma
cómo solucionamos nuestros conflictos no es la misma que aquella que usába-
mos hace varios años. En ese ínterin de tiempo creamos nuevas instituciones,
nuevos mecanismos, y adaptamos nuevas posturas y nuevos paradigmas.
Por ello, muy aparte de las explicaciones cotidianas a modo de comentario de
las ya conocidas figuras del derecho administrativo y aquellas detalladas en
la Ley de Contrataciones del Estado y su reglamento, queremos avocarnos a

58 Módulo V
Luis Morante Guerrero

una institución que se podría decir es nueva para nuestro sistema, de la cual
muchos no tienen conocimiento, pero que poco a poco se viene afianzando
no solo en la práctica legal, sino también en las leyes que regulan el mundo de
las contrataciones del Estado.
Esta figura jurídica para la resolución de conflictos se denomina por su origen
“Dispute Boards”, y en nuestra naciente legislación se denomina “Junta de
Resolución de Disputas” (en adelante, JRD). Dicha institución como mencio-
namos forma parte de esta nueva evolución del derecho y del modo en cómo
los actores del mundo jurídico, en específico, de aquellos vinculados por un
contrato de obra, dan solución a sus conflictos.
La JRD es una figura muy relacionada con el arbitraje y en los últimos años
ha tenido gran acogida por todas las bondades que ofrece. Entre ellas saltan
a la vista su utilidad para la resolución célere de los conflictos, que deviene en
un costo menor para los actores involucrados en la resolución de sus disputas.
De este modo, la JRD sirve como mecanismo para evitar que las disputas gene-
ren costos no contemplados en el presupuesto de ejecución de una prestación.
Haciendo uso de un método de solución de controversias novedoso que se
ejecuta necesariamente en el instante previo en que se originó la disputa, sin
necesidad de esperar grandes plazos o la culminación del proceso en arbitraje.
Bajo esta modalidad, se busca llegar a un acuerdo, a través de una etapa pa-
ralela durante la continuación de la prestación, en donde las partes cooperen
de modo que la litis, propiamente dicha, no surja.
Como mencionamos antes, esta figura se usa fundamentalmente en los contra-
tos de obra, habiendo generado excelentes resultados en la mayoría de países
donde se viene ejecutando de forma novedosa durante la última década. Y
hoy, en un país como el nuestro, donde la construcción es una actividad de
vital importancia para nuestra economía, no podíamos permanecer ajenos a los
beneficios que dicha figura ha venido trayendo consigo en los diversos países
donde se viene aplicando.
El éxito de esta figura parte de la necesidad de solucionar el alto índice de
controversias que se generan en torno a los contratos de obra. Si bien todo
conflicto genera ineficiencia, ello empeora cuando no se ha ejecutado una
adecuada política de prevención y control de riesgos, o habiendo sido previs-
tos, no se tomaron las medidas adecuadas para un eficiente control, trayendo
consigo terribles resultados.
Este riesgo se incrementa aún más si tomamos en cuenta la complejidad de la
actividad, la cual conlleva un diverso número de operaciones complejas que
involucran múltiples factores, tanto de infraestructura como humanos.

Módulo V 59
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Cabe agregar que luego de las modificaciones efectuadas por el Decreto Su-
premo N.º  056-2017-EF, la cuantía mínima para poner emplear la Junta de
Resolución de Disputas ha sido reducida con la finalidad de que contratos de
obras por debajo de los 20 mil hasta los 5,000 mil puedan beneficiarse de este
instrumento.

1.1. Marco legal de la Junta de Resolución de Disputas


El 2 de diciembre del 2013 se publicó la Ley de Presupuesto del Sector Públi-
co para el año fiscal 2014 –Ley N.º  3011431–, la cual mediante su Undécima
Disposición Complementaria Modificatoria vigente a partir del 1 de enero del
2014 modifica el numeral 9 del Decreto Legislativo N.º  1012, que aprueba la
“Ley Marco de Asociaciones Público-privadas para la generación de empleo
productivo y dicta normas para la agilización de los procesos de promoción
de la inversión privada”.
Esta modificación contempla la creación de una junta de resolución de dispu-
tas, la cual busca resolver las controversias que se presenten en contratos de
asociación público-privada.
De la misma forma, el numeral 45.3 del artículo 45 de la Ley de Contrataciones
del Estado N.º  30225, detalla la facultad de las partes para que estas puedan
“recurrir a la Junta de Resolución de Disputas en las contrataciones de obras,
de acuerdo al valor referencial y demás condiciones previstas en el reglamento,
siendo sus decisiones vinculantes. El reglamento puede establecer otros medios
de solución de controversias.”32.
Dicha modificación en el régimen jurídico de las contrataciones del Estado,
plantea como hemos señalado que las controversias ya no paralizarán las obras
31 “9.6. Los contratos de Asociación Público–Privada deberán incluir la vía arbitral como mecanismo de solución de controversias y deberán
contener disposiciones que regulen el procedimiento y causales de renegociación y resolución de los contratos, incluyendo las reglas sobre
cesión de posición contractual.
Cuando en los contratos se establezca una etapa de Trato Directo previa al inicio de un arbitraje nacional, las partes podrán acordar la
intervención de un tercero neutral, denominado Amigable Componedor, quien será designado por las partes de manera directa o por
delegación a un Centro o Institución que administre mecanismos alternativos de resolución de conflictos. El Amigable Componedor
propondrá una fórmula de solución de controversias, que de ser aceptada de manera parcial o total por las partes, producirá los efectos
legales de una transacción.
De igual modo en los nuevos contratos a suscribirse, podrá considerarse en la etapa previa al inicio del arbitraje nacional, que las partes
puedan someter sus controversias a una Junta de Resolución de Disputas, a solicitud de cualquiera de ellas, la cual estará conformada por
uno 1) o tres 3) expertos que serán designados por las partes de manera directa o por delegación a un Centro o Institución que administre
mecanismos alternativos de resolución de conflictos. La Junta de Resolución de Disputas emitirá una decisión vinculante para las partes,
la cual no limita su facultad de recurrir al arbitraje.
Los procedimientos, instituciones elegibles, plazos y condiciones para la elección, designación y/o constitución del Amigable Componedor
y de las Juntas de Resolución de Disputas serán establecidos en el reglamento de la presente Ley. Tanto el Amigable Componedor, como
los miembros de la Junta de Resolución de Disputas podrán ser terceros neutrales de nacionalidad distinta a la de las partes.
Lo dispuesto en los párrafos precedentes, no es de aplicación cuando se remite la controversia a un Mecanismo Internacional de Solución
de Controversias a que se refiere la Ley 28933.
No se encuentran dentro del ámbito de aplicación del Decreto Legislativo 1017, que aprueba la Ley de Contrataciones del Estado, los ser-
vicios a ser brindados por el Amigable Componedor, los miembros de la Junta de Resolución de Disputas, los Centros ni las Instituciones
que administren los citados mecanismos alternativos de resolución de conflictos, siempre que dichos servicios sean requeridos dentro de
la ejecución de los contratos de Asociación Público–Privada.”
32 Artículo 45 de la Nueva Ley de Contrataciones del Estado N.º 30225.

60 Módulo V
Luis Morante Guerrero

estatales, pues la nueva propuesta establece que una Junta de Resolución de


Disputas facilitará la solución de los conflictos.
Para ello, la Junta de Resolución de Disputas estará conformada por especialistas
que resuelven las controversias en el momento, y en tiempo real en algunos
casos, de manera que las obras no se detengan. Sin embargo, la meta a alcan-
zar es tener durante la ejecución contractual un mecanismo de resolución de
controversias constante de manera que acompañe el proceso e impida que se
llegue a una controversia que tienda a paralizar las obras33.
Asimismo, la Exposición de Motivos del proyecto de Reglamento de la Ley de
Contrataciones hoy derogado aprobado por Decreto Supremo N.º  350-2015-
EF, señala que “los conflictos contractuales en el ámbito de los proyectos de
ingeniería y construcción de obras públicas requieren de soluciones rápidas
y que generen un eficiente balance costo-beneficio en el uso de los recursos
públicos. En el ámbito internacional, la industria de la construcción viene em-
pleando con éxito un mecanismo alternativo de prevención y resolución de
conflictos a cargo de un panel de profesionales denominado Dispute Boards o
Junta de Resolución de Disputas (JRD). Dicho mecanismo ha sido reconocido
en el numeral 45.3 del artículo 45 de la ley”.
El reglamento contempla las JRD como un medio de solución de controversias
que busca agregar valor a la gestión contractual del conflicto y del proyecto,
ello se logra a través de la presencia permanente de la JRD desde el inicio de
la ejecución de la obra, con lo cual está activamente involucrada en todo el
proceso de construcción y ejecución contractual. Es en dichas condiciones que
puede desplegar sus facultades preventivas y resolutivas.
En caso de resolución del contrato, la JRD es competente para conocer y decidir
las controversias que surjan hasta que la entidad reciba la obra. No pueden
someterse a JRD pretensiones de carácter indemnizatorio por conceptos no
previstos en la normativa de contratación pública.
Las decisiones que emite la JRD son vinculantes, es decir, de obligatorio cumpli-
miento por las partes desde su notificación, vencido el plazo para su corrección
o aclaración, y/o una vez corregida o aclarada la decisión de ser pertinente.
En ese sentido, su cumplimiento es calificado como una obligación esencial,
motivo por lo cual, en caso de incumplimiento, la parte afectada cuenta con la
potestad de resolver el contrato.

33 Ver <http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-modificaciones-ley-contrataciones-evitara-paralizacion-obras-controversias-511716.
aspx. Publicado por JJN/AQR el 24 de junio del 2014>.

Módulo V 61
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

1.2. ¿Cuál es la diferencia entre las Juntas de Resolución de Disputas


y el arbitraje?
Hace pocos años, para nuestro país el arbitraje constituía el método alternativo
de solución de controversias por excelencia, ello debido a una serie de bondades,
provenientes de su propia estructura y naturaleza, que incluso hoy en día lo hacen
único para resolver de manera definitiva y en poco tiempo todo tipo de conflictos.
Sin embargo, toda su eficiencia solo era aprovechada al final de la ejecución
contractual, o bajo una paralización de la obra para dirimir la controversia.
Hoy en día, los Dispute Boards vienen a solucionar esta vital falencia mediante
una estructura muy novedosa, generando desde un primer momento una fase
previa al arbitraje ejecutada de forma paralela mientras dura la ejecución de
la obra y sin paralizarla.
De este modo, las partes de una relación contractual pueden hacer uso de una
herramienta que les permita ya no determinar a la persona imputable de un
pago por daños y perjuicios, sino buscar que dichas situaciones que acarrean
dichos gastos no presupuestados puedan ser atendidas, evitadas o aminoradas,
en proporción a un trabajo consensuado en tiempo real.
Para ello, lo que antes era atendido por un árbitro único o por un Tribunal
Arbitral, ha venido a ser remplazado por el trabajo en equipo de las propias
partes que administran y supervisan la ejecución de sus prestaciones, bajo una
supervisión estricta de un grupo de técnicos contratados de manera permanente,
facultados para atender los acontecimientos que ocurran en la obra.

En ese orden de ideas, y dentro del marco de las necesidades que ofrece el sector
de la construcción, nacen los Dispute Boards como una respuesta eficiente a la
búsqueda de solución de disputas desde la propia industria de la construcción,
la cual tiene como principio rector a la celeridad en la resolución de conflictos en
tiempo real, sin que se deba esperar a que la obra concluya, estableciendo (el Panel
de Expertos) soluciones a través de la emisión de decisiones o recomendaciones
dirigidas a las partes.
El Panel de Expertos se encuentra conformado por personas neutrales que usual-
mente son llamadas Adjudicadores, los cuales deben estar informados continuamente
de la marcha de la obra y tienen la facultad de realizar visitas al lugar de ejecución
de la construcción. Teniendo ello como base, los Adjudicadores ofrecen respaldo
ininterrumpido para la solución de disputas a lo largo de la ejecución de la obra y
buscan que esta no se paralice.
Como se puede observar, la tarea de este Panel de Expertos es variada y la expe-
riencia que se puede obtener de su actuación resulta diversa34.

34 Castillo Freyre, Mario, “Dispute Boards en Latinoamérica: Experiencias y retos”, 1.ª ed., junio del 2014, vol. 23, Lima: Biblioteca de Arbitraje
del Estudio Mario Castillo Freyre, p. 11.

62 Módulo V
Luis Morante Guerrero

1.3. Ventajas
La aplicación de esta modalidad permite atender conflictos contractuales de
manera oportuna y eficiente. Al visitar periódicamente el lugar de la obra, los
adjudicadores saben de primera mano y en tiempo real cuáles son los proble-
mas que esta enfrenta. Además, su presencia crea un clima de confianza que
facilita las negociaciones entre las partes.
Asimismo, sirve como medio consultivo para el avance de la obra, ante prácticas
dudosas que podrían generar un futuro perjuicio, por ejemplo, de darse el caso
que el contratista pueda solicitar la ampliación de un plazo para realizar trabajos
adicionales o un pago adicional para cubrir costos no contemplados al inicio.
Sin la debida asesoría, dicha solicitud puede devenir en una negativa por parte
de los funcionarios públicos, los cuales rechazan estos pedidos por temor a que
la Contraloría General de la República cuestione dicha decisión; sin embargo,
si dicho problema antes de que sea visto por la vía arbitral pudiera ser aclara-
do en el momento mismo de creada la controversia, ello permitiría un avance
continuo de la obra, y un afianzamiento del clima laboral entre las partes que
celebraron el contrato.

1.4. Antecedentes
La Junta de Resolución de Disputas (también conocida como Dispute Board) es
una fórmula que aparece en los años ochenta para favorecer el cumplimiento
de grandes obras de infraestructura dentro de los plazos establecidos, en países
tan diversos como Estados Unidos, Inglaterra y Honduras.
Este mecanismo ha sido aplicado en grandes obras públicas de presupuesto
millonario, como el Eurotúnel (Francia-Reino Unido), el Aeropuerto Interna-
cional de Hong Kong (China), la represa de Katse (Lesoto) o la arteria central
y el túnel de Boston (Estados Unidos). La mayoría de las controversias surgidas
se resolvieron durante su ejecución, sin necesidad de ir a arbitrajes o procesos
judiciales.
Desde hace cuatro años, el CARC-PUCP comenzó a recibir solicitudes de con-
ciliación que contemplaban esta modalidad, en ese entonces desconocida en el
ámbito local. Tras una minuciosa investigación de dos años, el centro publicó
el 2013 el “Reglamento de la Junta de Resolución de Disputas”, primer docu-
mento institucional peruano que reúne las mejores prácticas internacionales
en la materia, y que busca regular las JRD en el país35.

35 Ver <http://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/junta-de-resolucion-de-disputas/>. Publicado el 23 de enero del 2014.

Módulo V 63
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

2. Centros de administración de la Junta de Resolución de


Disputas
El artículo 244 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones establece
lo siguiente:

Artículo 244.- Centros de administración de la Junta de Resolución de Disputas


244.1. Todas las Juntas de Resolución de Disputas que ejerzan funciones en el ám-
bito de la Ley y el Reglamento son administradas por un Centro que preste
servicios de organización y administración de las mismas. Mediante Directiva
se establecen los requisitos que cumplen dichos Centros, entre los cuales se
encuentra la experiencia en la administración de arbitrajes, la existencia de
un plantel de profesionales que le brinda soporte y la infraestructura mínima
indispensable.
244.2. Los Centros de Administración de Junta de Resolución de Disputas cumplen,
entre otras, con las siguientes funciones: i) tener un registro de miembros de
Juntas de Resolución de Disputas, ii) designar a los miembros de la Junta de
Resolución de Disputas en reemplazo de las partes en los casos que indique la
Directiva correspondiente, iii) resolver las eventuales recusaciones de miem-
bros de la Junta de Resolución de Disputas, iv) supervisar el cumplimiento
de principios éticos por parte de los miembros mediante la aplicación de la
Ley, el presente Reglamento y la Directiva que emita OSCE, v) informar al
OSCE sobre las sanciones éticas que impongan a los miembros de las Juntas
de Resolución de Disputas, y vi) proporcionar apoyo logístico a la Junta de
Resolución de Disputas y a las partes.
244.3. La designación del Centro es indubitable y de común acuerdo entre las partes.
A falta de acuerdo, las partes no pueden someter sus controversias a la Junta
de Resolución de Disputas.

Todas las JRD que ejerzan funciones en el ámbito de la Ley de Contrataciones


del Estado y de su Reglamento deben ser administradas por un centro que
preste servicios de organización y administración de las mismas, el que tendrá
las funciones de contar con un registro de miembros de JRD, designar a los
miembros de la JRD en reemplazo de las partes en los casos que indique la
Directiva correspondiente, resolver las eventuales recusaciones de miembros
de la JRD, proporcionar apoyo logístico a la JRD y a las partes, entre otras.
Los procedimientos de la JRD son regidos por el TUO de la Ley de Contrataciones
del Estado, su reglamento, las directivas que emita OSCE (Directiva N.º 020-2016-
OSCE/CD), el contrato tripartito celebrado entre los miembros de la junta y las
partes, las disposiciones que emita la JRD y supletoriamente por las directivas y
reglamentos del centro de administración, en dicho orden de prelación.
Ninguna autoridad administrativa, judicial o arbitral puede impedir el cumpli-
miento de las decisiones que emita la JRD.

64 Módulo V
Luis Morante Guerrero

3. Designación de miembros
La plana de las JRD está compuesta por uno o tres miembros imparciales e
independientes –llamados adjudicadores–, que se comprometen a visitar la
obra con regularidad y a realizarle seguimiento de principio a fin. Su designa-
ción es realizada de mutuo acuerdo por las partes o por un centro o institución
que administre mecanismos alternativos de resolución de conflictos; un claro
ejemplo de estos centros es el Centro de Análisis y Resolución de Conflictos
(CARC-PUCP).
En función a ello, cada adjudicador cumple una función tanto consultora
como resolutiva, lo que evita arbitrajes innecesarios. Los adjudicadores son
profesionales en la materia, nacionales o internacionales, de preferencia con
experiencia en el campo de la construcción. Son una mezcla de ingeniero con
abogado y están familiarizados con los documentos contractuales y técnicos
que reciben de las partes36; sin embargo, en materia de contrataciones, tienen
varias limitaciones que son imposibles dejar tomar en cuenta.
Sobre el particular, el artículo 245 del Reglamento señala que “cuando la Junta
de Resolución de Disputas esté integrada por un (1) solo miembro, este es un
ingeniero o arquitecto con conocimiento de la normativa nacional aplicable
al contrato, así como en contrataciones del Estado. En caso esté integrada por
tres (3) miembros, el presidente cuenta con las mismas calificaciones que se
exigen para el miembro único de la Junta de Resolución de Disputas, los demás
miembros son expertos en la ejecución de obras”.
Los miembros de la Junta de Resolución de Disputas cumplen con los requisitos
que establezca el OSCE mediante directiva.
No obstante, existen impedimentos para actuar como miembro de la Junta de
Resolución de Disputas que coincide con los impedimentos para ser árbitro,
precisados en el artículo 231 del reglamento:

Artículo 231.- Impedimentos para ser árbitro


231.1. Se encuentran impedidos para ejercer la función de árbitro:
a) El Presidente y los Vicepresidentes de la República, los Congresistas de
la República, los Ministros de Estado, los Viceministros, los titulares y
los miembros del órgano colegiado de los Organismos Constitucionales
Autónomos.
b) Los Magistrados, con excepción de los Jueces de Paz.
c) Los Fiscales y los Ejecutores Coactivos.

36 Ver <http://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/junta-de-resolucion-de-disputas/>. Publicado el 23 de enero del 2014.

Módulo V 65
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

d) Los Procuradores Públicos y el personal que trabaje en las procuradu-


rías, o de las unidades orgánicas que hagan sus veces, cualquiera sea
el vínculo laboral.
e) El Contralor General de la República y el Vice Contralor.
f ) Los Titulares de instituciones o de organismos públicos del poder
ejecutivo.
g) Los gobernadores regionales y los alcaldes.
h) Los directores de las empresas del Estado.
i) El personal militar y policial en situación de actividad.
j) Los funcionarios y servidores públicos en los casos que tengan relación
directa con la Entidad o Sector en que laboren y dentro de los márgenes
establecidos por las normas de incompatibilidad vigentes.
k) Los funcionarios y servidores del OSCE hasta seis (06) meses después
de haber dejado la institución.
l) Los sometidos a proceso concursal.
m) Los sancionados con inhabilitación o con suspensión de la función
arbitral establecidas por el Consejo de Ética, en tanto estén vigentes
dichas sanciones, sin perjuicio de la culminación de los casos en los que
haya aceptado su designación previamente a la fecha de imposición
de la sanción.
n) Los sancionados por los respectivos colegios profesionales o entes
administrativos, en tanto estén vigentes dichas sanciones.
o) Los sancionados con condena que lleve aparejada la inhabilitación
para ejercer la profesión, en tanto esté vigente dicha sanción.
p) Los sancionados por delito doloso, en tanto esté vigente dicha sanción.
q) Los que tengan sanción o suspensión vigente impuesta por el Tribunal.
r) Las personas inscritas en el Registro de Deudores de Reparaciones Ci-
viles (REDERECI), sea en nombre propio o a través de persona jurídica
en la que sea accionista u otro similar, con excepción de las empresas
que cotizan acciones en bolsa, así como en el Registro Nacional de
Abogados Sancionados por mala práctica profesional, en el Registro
Nacional de Sanciones de Destitución y Despido por el tiempo que
establezca la Ley de la materia y en todos los otros registros creados
por Ley que impidan contratar con el Estado.
s) Las personas inscritas en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos
(REDAM).
t) Las personas sancionadas por el Consejo de Ética según lo dispuesto
en este Reglamento.
u) Las personas a las que se refiere el literal m) del numeral 11.1 del
artículo 11 de la Ley.
231.2. En los casos a que se refieren los literales h) y j) del numeral precedente, el
impedimento se restringe al ámbito sectorial al que pertenecen esas personas.
[El subrayado es nuestro]

66 Módulo V
Luis Morante Guerrero

4. Actividades de la Junta de Resolución de Disputas


El artículo 246 del Reglamento de la Ley de Contrataciones establece lo si-
guiente:

Artículo 246.- Actividades de la Junta de Resolución de Disputas


246.1. Los miembros de la Junta de Resolución de Disputas cumplen con las si-
guientes funciones:
a) Emitir decisiones vinculantes respecto a controversias planteadas por
las partes.
b) Absolver consultas planteadas por las partes respecto de algún aspec-
to contractual y/o técnico, las cuales previamente son consultadas al
supervisor de la obra y al proyectista, según corresponda.
c) Efectuar visitas periódicas a la obra en ejecución.
d) Otras que se establezca en el contrato respectivo, así como en la Directiva
correspondiente.
246.2. Los procedimientos de la Junta de Resolución de Disputas son regidos por
la Ley, el Reglamento, las directivas que emita OSCE, el contrato tripartito
celebrado entre los miembros de la Junta y las partes, las disposiciones que
emita la Junta de Resolución de Disputas y supletoriamente por las directivas
y reglamentos del Centro, en dicho orden de prelación.
246.3. Los miembros de la Junta de Resolución de Disputas desarrollan sus funciones
de manera proba y de buena fe. Para tal efecto, cumplen los lineamientos de
ética que apruebe OSCE mediante Directiva, sin perjuicio de las disposiciones
éticas que establezca cada Centro.
246.4. Los miembros de la Junta de Resolución de Disputas son y permanecen
durante el desarrollo de sus actividades independientes e imparciales, así
como disponibles para atender sus funciones. Asimismo, cumplen con la
obligación de informar oportunamente si existe alguna circunstancia que
les impida ejercer el cargo con independencia, imparcialidad, transparencia,
diligencia y la debida conducta procedimental. [El resaltado es nuestro]

En nuestro país, las JRD han resultado ser según lo siguiente:

Medio de solución de controversias que tiene origen en un acuerdo contractual


contenido en un acuerdo de construcción o acuerdo independiente, en el que una o
más personas denominadas panelistas o adjudicadores (el panel), tiene la obligación
de conocer física y documentalmente el proyecto de construcción durante el tiempo
de su ejecución, y en base a las solicitudes expresas de las partes contratantes y a
las reglas escogidas por el panel emitir i) una consulta informal que procure resolver
la controversia; (ii) una recomendación y/o ii) una decisión que permitan resolver
la controversia durante la ejecución del proyecto con el objetivo de que el proyecto
continúe con dicha discrepancia resuelta.37

37 Castillo Freyre, Mario, “Dispute Boards en Latinoamérica: Experiencias y retos”, ob. cit., p. 11.

Módulo V 67
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Una de las razones por las cuales se suele justificar la existencia de los Dispute Boards
es que este mecanismo de solución de controversias, a diferencia del arbitraje, es uno
que está adecuado en función a la naturaleza que acompaña a la ejecución de una
obra. Esto es, resulta ser un mecanismo que se adecúa a las exigencias naturales de
conflictividad y de reclamación durante la etapa constructiva. Así, se reconoce en la
ejecución de toda obra, con razón, un ambiente complicado y a veces indudable-
mente pasible de reclamos entre las partes contratantes.
De esta manera; por ejemplo, son pocos (por no decir ninguno) los proyectos de
construcción que se ejecutan conforme a lo planificado, siendo sus variaciones téc-
nicas una práctica habitual. Si el constructor tiene derecho a pagos adicionales por
cambios durante la ejecución de la obra es usual que ello sea motivo de conflictos
que tensionan la relación entre el contratante y el contratista; igualmente los plazos
de ejecución de los proyectos son regularmente insuficientes y los retrasos ocasionan
la aplicación de severas multas.38

No obstante es necesario destacar que en materia de contrataciones del Estado,


el TUO de la Ley le otorga un carácter vinculante a las decisiones que tome la
Junta de Resoluciones de Disputas en su artículo 45.

4.1. Características de las JRD


Las Juntas de Resolución de Disputas, son un medio de solución de contro-
versias que tiene como principales cualidades las siguientes:
• El conocimiento técnico, específico y en tiempo real, de los miembros o
adjudicadores de la Junta de Resolución de Disputas, sobre el desarrollo
del proyecto de construcción o contrato de obra durante su ejecución, es
decir, durante el tiempo en que el proyecto se está realizando.
• La atención de los miembros o adjudicadores de la Junta de Resolución
de Disputas, a solicitud de las partes, de actuar en distintas formas (basa-
das en el acuerdo contractual previo), para procurar resolver o conciliar la
controversia durante el tiempo en que el proyecto se está ejecutando, en
el caso de las contrataciones del Estado, bajo una decisión vinculante
• La finalidad de llegar a un dictamen que resuelva la controversia, en tiempo
real, con el objeto de que el proyecto continúe.
Sin embargo, es posible que estas características puedan variar en base a la
práctica jurídica o la misma legislación, no obstante, es necesario entender que
las características antes señaladas son los principales beneficios que pueden
servir como motivación para las partes, a fin de hacer uso de este novedoso
método de solución de controversias, más aún en un país como el nuestro en

38 Figueroa Valdés, Juan Eduardo, “Los Dispute Boards o Paneles Técnicos en los Contratos Internacionales de Construcción”, en Gaceta Jurídica,
año 2010, N.º 364, Santiago de Chile, p. 9.

68 Módulo V
Luis Morante Guerrero

donde los problemas que terminan en arbitraje con el Estado son cada vez más
frecuentes y, aunque más rápidos, también resultan onerosos.

4.2. Tipos de mesas de disputas


Sin desconocer que pueden existir mixturas39 o matices de esta figura, las Me-
sas de Resolución de Disputas son fundamentalmente de dos tipos: las Mesas
Recomendatorias, o Dispute Review Board (DRB), y las Mesas de Adjudicación
o Decisorias, o denominadas Dispute Adjudication Board (DAB) en inglés. Las
primeras son aquellas en las que un equipo compuesto generalmente por tres
miembros conoce de un conflicto y, bajo un plazo determinado, emite una
recomendación a las partes, las que pueden tomarla o no. Las adjudicativas,
a diferencia, emiten una resolución mejor denominada decisión, la que es de
obligatorio cumplimiento para las partes, en forma inmediata. No pueden
excusarse de cumplirla, hasta que un Tribunal Arbitral disponga lo contrario.
Esta última, como hemos mencionado antes, es aquella que se aplicará de
conformidad con la nueva Ley de Contrataciones.

4.3. Las principales facultades de las mesas (DAB)


Como mencionamos antes, las mesas DAB (Dispute Adjudication Board),
sobre las cuales creemos hace mención el TUO de la Ley de Contrataciones,
son aquellas que emiten una resolución, mejor denominada decisión, cuyo
cumplimiento es obligatorio para las partes, en forma inmediata. Y poseen las
siguientes facultades:

• Decidir sobre su competencia


Esto es una regla usualmente aceptada en arbitrajes y en medios alternos de
solución de conflictos, pues existen casos en que (aunque no es muy frecuen-
te), determinada clase de reclamos se reserven directamente a sede arbitral
o inclusive, judicial. Por ello, siempre los Miembros deciden si los reclamos
corresponden con el alcance de las facultades que les confiaron las partes en
el Contrato, o en documento separado, como ha sucedido en El Salvador, que
se suscribe un Acuerdo de Resolución de Conflictos, pues como se ha relatado,
la Mesa se ha integrado hasta que se anunciaba el conflicto.
• Disponer sobre la clase de procedimiento
En la experiencia del que escribe, el Contrato, formato FIDIC, permitía am-
plia facultad a la Mesa, para determinar el procedimiento a seguir, valorando
obviamente, la clase de reclamos en juego, y lo que las partes presentan y
piden en términos de procedimiento. De esta forma, la Mesa decidía si hay o
no audiencia para ampliar argumentos, presentar pruebas adicionales o para
aclarar temas sobre los que la misma Mesa tuviese dudas.

39 La ICC incluye las CDB, por su abreviatura en inglés, que son normalmente Mesas que emiten recomendaciones, y que excepcionalmente
respecto de determinada desavenencia dan una decisión, ante el pedido de una parte, y el silencio o falta de oposición de la otra.

Módulo V 69
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Esto puede ser establecido, desde el inicio del procedimiento, o una vez
avanzado el mismo, si la Mesa, luego de revisar documentos y los hechos,
cree importante para su decisión, celebrar audiencias. Importante es que se
desligue estas audiencias de los ritos y formalidades de audiencias judiciales
o a las que los abogados se encuentran acostumbrados. Por ello, es requerido
que los abogados que puedan asesorar a las partes, sean abogados con expe-
riencia en los medios alternos de solución de conflictos, para que colaboren
efectivamente con la solución del problema, y no se pretenda buscar el brillo
propio.
La experiencia en El Salvador enseña que de doce Mesas, solo en 4 se llegó
a celebrar audiencias. Esto se relaciona directamente con la clase de conflicto.
Por lo general, si la materia sobre la que se establecen los reclamos es acerca
de diferencias en la interpretación de cláusulas contractuales, no siempre será
necesario celebrar audiencia. En cambio, si hay muchos elementos fácticos
que apreciar, evaluar y sobre los que debe recaer la decisión, es sumamente
recomendable celebrar audiencias.
Además de esta audiencia, puede ser provechoso sostener audiencia inicial
para dejar claramente establecido de parte de la Mesa, las pretensiones de las
partes, y las expectativas que estas se han formado respecto del alcance de la
decisión de la Mesa.
• Resolver con base al Contrato
La tarea de la Mesa es resolver el conflicto, utilizando el contrato. A juicio del que
escribe, si las partes no concedieron expresamente la facultad a los Miembros,
no puede la Mesa utilizar y aplicar criterios de equidad o de justicia, más allá
de los ya incluidos en las cláusulas contractuales. Si el contrato remite a una
ley en particular, a la que se acudirá excepcionalmente y solo si el contrato no
regula o no resuelve una materia, no deberían emitirse decisiones, utilizando
parámetros de equidad, como sucede en los arbitrajes de esta clase.
No cabe hablar de si la Mesa resuelve en base a Derecho o Equidad; es simple,
la Mesa resuelve con base al contrato. Es en el mismo contrato, o en documento
aparte, –el acuerdo de resolución de conflictos–, en el que se consigna el marco
de acción y resolución de la Mesa. Su tarea consistirá por tanto, en analizar si
a la luz del contrato, los reclamos tienen procedencia o no.
• Revisar, dejar sin efecto y modificar cualquier orden o decisión previa del
Ingeniero, Supervisor o Administrador del Contrato
No puede ser de otra forma, pues la Mesa requiere de amplias facultades,
para emitir su decisión. Claro, el límite de estas facultades es el alcance que
las partes le hayan conferido en el acuerdo de resolución de conflictos, o en el
mismo contrato, si fuere el caso. Pero fuera de ello, pueden disponer incluso
contrario a las órdenes emitidas por el Ingeniero o los supervisores, completarlas
o variarlas40.

40 Peñate guzmán, Carlos, “Las Mesas de Resolución de Disputas como mecanismo que viabiliza la continuidad en los proyectos de construcción:
La experiencia en el Salvador. Visto en Castillo Freyre, Mario, “Dispute Boards en Latinoamérica: Experiencias y retos”, 1.ª ed., junio 2014.
vol. 23, Lima: Biblioteca de Arbitraje del Estudio Mario Castillo Freyre, p. 96.

70 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Sobre el particular, el artículo 246 del reglamento establece lo siguiente:


los miembros de la Junta de Resolución de Disputas deben cumplir con las
siguientes funciones:
a) Emitir decisiones vinculantes respecto a controversias planteadas por las
partes.
b) Absolver consultas planteadas por las partes respecto de algún aspecto
contractual y/o técnico, las cuales previamente son consultadas al super-
visor de la obra y al proyectista, según corresponda.
c) Efectuar visitas periódicas a la obra en ejecución
d) Otras que se establezca en el contrato respectivo, así como en la directiva
correspondiente
Los procedimientos de la Junta de Resolución de Disputas serán regidos
por la ley, el presente reglamento, las directivas que emita OSCE, el
contrato tripartito celebrado entre los miembros de la junta y las partes,
las disposiciones que emita la junta de Resolución de Disputas y suple-
toriamente por las directivas y reglamentos del centro, en dicho orden
de prelación.
Los miembros de la Junta de Resolución de Disputas deben desarrollar
sus funciones de manera proba y de buena fe. Para tal efecto, deben
cumplir los lineamientos de ética que apruebe OSCE mediante directiva,
sin perjuicio de las disposiciones éticas que establezca cada centro.
Los miembros de la Junta de Resolución de Disputas son y permanecen
durante el desarrollo de sus actividades independientes e imparciales, así
como disponibles para atender sus funciones. Asimismo, cumplen con
la obligación de informar oportunamente si existe alguna circunstancia
que les impida ejercer el cargo con independencia, imparcialidad, trans-
parencia, diligencia y la debida conducta procedimental.

5. Honorarios y gastos de los miembros de la Junta de Re-


solución de Disputas y retribución del centro
Las partes asumen en partes iguales todos los honorarios y gastos de los miem-
bros de la Junta de Resolución de Disputas, conforme con lo establecido en
las respectivas tablas de los Centros de Administración de Junta de Resolución
de Disputas. Salvo acuerdo en contrario, cuando sean tres los miembros de
la JRD, estos recibirán en partes iguales los mismos honorarios por su labor.
En el caso de JRD permanente, los miembros podrán recibir honorarios mensua-
les. Salvo acuerdo en contrario, cada miembro de la JRD recibirá los honorarios
mensuales durante el tiempo que dure su designación. Dichos honorarios serán
determinados en función de disponibilidad para asistir a todas las reuniones de
la JRD con las partes y a todas las visitas al sitio; disponibilidad para asistir a

Módulo V 71
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

las reuniones internas de la JRD; por el estudio del contrato y seguimiento de


su ejecución; estudio de los informes de seguimiento y de la correspondencia
aportada por las partes en el marco de la actividad de la JRD; y otros gastos
generales ocasionados por el miembro en su lugar de residencia.
Salvo estipulación en contrario, los honorarios mensuales serán pagaderos
desde la fecha de la firma del inicio de actividades hasta la terminación de sus
funciones. Las partes pueden acordar pagar a los miembros de la JRD un ho-
norario mensual base por sus labores de asistencia consultiva y un incremento
al honorario base en caso deba emitir una decisión o recomendación.
Las partes pueden acordar también el pago de honorarios diarios a cada uno
de los miembros de la JRD, en especial para los casos ad hoc, que permitirán
cubrir el tiempo dedicado al ejercicio de las siguientes actividades: reuniones
y visitas al sitio, audiencias, tiempo de desplazamiento, reuniones internas
de la JRD, estudio de los documentos entregados por las partes durante los
procedimientos, preparación de la decisión o recomendación, y actividades de
coordinación y de organización del funcionamiento.
Salvo estipulación en contrario, los gastos razonables y documentados en que
incurran los miembros de la JRD en el marco de su labor, en cualquier sitio, ya
sea relativos a desplazamientos locales, viajes por vía terrestre, aérea u otra,
alojamiento, alimentación, llamadas de teléfono local o de larga distancia,
gastos de fax y de mensajería, fotocopias, correos, gastos de visado, etc. serán
reembolsados tomando como base su costo real.
Salvo estipulación en contrario, los honorarios que reciban los miembros de la
JRD estarán sujetos a los tributos que impone la legislación aplicable.
En caso de falta de pago por una de las partes, la otra parte puede subrogarse
y efectuar el pago. En caso que se mantenga la falta de pago, la Junta de Re-
solución de Disputas está facultada a disolverse.

6. Decisiones de la Junta de Resolución de Disputas emitidas


y notificadas fuera de plazo
El artículo 248 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones aprobado
por Decreto Supremo N.º  344-2018-EF establece que “las decisiones emitidas
y notificadas a las partes fuera del plazo establecido en la directiva correspon-
diente son ineficaces, y las controversias materia de las mismas pueden ser
sometidas a arbitraje dentro de los treinta (30) días hábiles de vencido el plazo
para su notificación; salvo que ambas partes acuerden concederle a la Junta
de Resolución de Disputas un plazo adicional, siempre que i) exista un acuerdo

72 Módulo V
Luis Morante Guerrero

expreso; ii) dicho acuerdo se adopte antes de vencido el plazo original para
notificar la decisión de la junta y antes de que se recepcione la obra”.
Por lo tanto, las partes quedarán habilitadas para el inicio de un arbitraje, en
tanto; por cualquier razón, la JRD no haya podido ser conformada; o si la
JRD no emite su decisión o recomendación en el plazo previsto; o si la JRD
se disuelve antes de la emisión de una decisión o recomendación. En estas
circunstancias, la controversia se resolverá definitivamente mediante arbitraje,
según lo acordado por las partes.

7. Decisiones de la Junta de Resolución de Disputas pen-


dientes a la fecha de recepción total de la obra
El artículo 249 del nuevo reglamento señala que si al momento de la recep-
ción total de la obra, aún quedara pendiente que la Junta de Resolución de
Disputas emita y notifique su decisión, el plazo de treinta (30) días hábiles para
cuestionarla mediante arbitraje se computa desde el día siguiente de notificada
la misma a las partes. En ese caso, se busca evitar que el plazo para dar inicio
al arbitraje impida que algunas decisiones tomadas por la JRD no puedan ser
cuestionadas en la vía arbitral. En ese sentido, el plazo de los 30 días solo será
efectivo desde el momento en que se notifique la decisión a las partes, aunque
esta se lleve a cabo luego de la recepción total de la obra.

8. Las decisiones y su obligatoriedad


La decisión que emita una JRD es vinculante y, por tanto, de inmediato y
obligatorio cumplimiento para las partes una vez que sea notificada y desde el
vencimiento del plazo para su corrección o aclaración, o una vez corregida o
aclarada la decisión de ser pertinente.
Las partes deben cumplir la decisión sin demora, aun cuando cualquiera de
ellas haya manifestado su desacuerdo a la decisión y haya sometido la contro-
versia a la vía arbitral.
Si cualquiera de las partes no cumple con la decisión de la JRD, desde el día
siguiente de su notificación o aquel que esta determine, dicho incumplimiento
será considerado un incumplimiento grave del contrato, que facultará a la par-
te afectada a recurrir a los remedios contractuales pertinentes. En el caso de
contratos de obra, el comitente o propietario quedará facultado para ejecutar
la carta fianza de fiel cumplimiento y/o resolver el contrato. En el caso del con-
tratista, quedará facultado a suspender los trabajos y/o resolver el contrato. En
caso de que se opte por resolver el contrato, deberá cursarse una comunicación

Módulo V 73
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

notarial otorgando a la otra parte un plazo de siete (7) días para que subsane su
incumplimiento, bajo apercibimiento de resolución. Las partes podrán acordar
otras medidas coercitivas en caso de incumplimiento.
Cualquiera de las partes que se encuentre en desacuerdo total o parcial con
una decisión vinculante debe, dentro de un plazo de siete (7) días de notificada,
enviar a la otra parte y a la JRD una comunicación escrita manifestando las
razones de su desacuerdo y su reserva de someter la controversia a arbitraje.
El arbitraje debe ser iniciado como máximo treinta (30) días luego de notificada
la decisión. En caso que la controversia sea sometida a arbitraje, el Tribunal
Arbitral tendrá plenas facultades para revisar, cuestionar y decidir sobre la con-
troversia, sin estar vinculado o restringido por la Decisión de la JRD. Dentro del
arbitraje, la parte desfavorecida por la decisión podrá demandar el reembolso
de los costos que haya tenido que asumir al cumplir la decisión de la JRD si es
que el Tribunal Arbitral la revoca total o parcialmente.
Si ninguna de las partes comunica por escrito a la otra y a la JRD su desacuerdo
total o parcial con la decisión en el plazo de siete (7) días contados a partir de su
comunicación o si, habiéndolo comunicado, no se inicia el respectivo arbitraje
como máximo treinta (30) días luego de notificada la decisión, la misma pasará
a tener el carácter final y vinculante para las partes, y genera el derecho de la
parte interesada de solicitar su ejecución en la vía arbitral.

9. Sometimiento a arbitraje de una decisión de la Junta de


Resolución de Disputas
De acuerdo con artículo 251 del nuevo reglamento, el agotamiento del procedi-
miento ante la Junta de Resolución de Disputas, cuando este mecanismo haya
sido pactado, es un presupuesto de arbitrabilidad, para los temas sometidos
a su competencia. En el arbitraje correspondiente, la Junta de Resolución de
Disputas no es parte del proceso. En ese sentido, los árbitros no podrán dar
inicio a un proceso arbitral en tanto las partes no hayan agotado dicho proce-
dimiento previo.
Sin embargo, las partes quedan habilitadas para el inicio de un arbitraje, en caso
de que la Junta de Resolución de Disputas no haya podido ser conformada; o si
no emite y notifica a las partes su decisión en el plazo previsto en las reglas de
procedimiento respectivas; o si la Junta de Resolución de Disputas se disuelve
antes de la emisión de una decisión; o si se ha producido la recepción total de
la obra, salvo el supuesto de excepción previsto en el artículo 247. En dichas
circunstancias, el medio de resolución de controversias disponible para resolver
la controversia es el arbitraje.

74 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Los plazos de caducidad previstos en la ley, para someter la controversia a


arbitraje, se computan desde que:
i) venció el plazo para que la Junta de Resolución de Disputas emita y noti-
fique a las partes su decisión;
ii) se comunique a las partes la disolución de la Junta de Resolución de
Disputas; o
iii) se ha producido la recepción total de la obra, según corresponda.
Todas las materias comprendidas en las decisiones de la Junta de Resolución
de Disputas pueden ser sometidas a arbitraje, siempre que la parte que se en-
cuentre en desacuerdo haya manifestado oportunamente su disconformidad,
debiendo interponerse el arbitraje respectivo dentro de los treinta (30) días
hábiles siguientes a la recepción de la obra. En estos casos se plantea un único
arbitraje, con independencia del número de decisiones de la Junta de Resolución
de Disputas que se sometan a controversia. El sometimiento a arbitraje de las
decisiones de la Junta de Resolución de Disputas, no suspende el trámite de
liquidación del contrato, siendo que en caso de plantearse controversia respecto
de la liquidación final, esta se acumula necesariamente con el proceso arbitral
a cargo de resolver las decisiones de la Junta de Resolución de Disputas.
Bajo responsabilidad, el titular de la entidad o el servidor en quien este haya
delegado tal función evalúa la conveniencia o no de someter a arbitraje las
decisiones de la Junta de Resolución de Disputas considerando criterios de
costo-beneficio y ponderando los costos en tiempo y recursos de recurrir a la
vía arbitral, así como la expectativa de éxito en dicha vía y los riesgos de no
adoptar la decisión. Dicha evaluación debe estar contenida en un informe
técnico legal debidamente fundamentado.

10. Supuestos especiales de cómputo de plazos de caducidad


De conformidad con el artículo 251 del Reglamento, el agotamiento del
procedimiento ante la JRD es un presupuesto de arbitrabilidad. Por lo tanto,
los árbitros no podrán dar inicio a un proceso arbitral en tanto las partes no
hayan agotado dicho procedimiento previo. Sin embargo, las partes quedarán
habilitadas para el inicio de un arbitraje, en tanto por cualquier razón, la JRD
no haya podido ser conformada (En este supuesto, el plazo de caducidad para
someter la controversia a arbitraje se computa a partir de notificada dicha
comunicación); o si la JRD se disuelve antes de la emisión de una decisión o
recomendación (el plazo de caducidad para someter la controversia a arbitraje
se computa desde que se comunique a las partes la disolución de la Junta de

Módulo V 75
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Resolución de Disputas). En estas circunstancias, la controversia se resolverá


definitivamente mediante arbitraje, según lo acordado por las partes.
En ese sentido, el artículo 252 del reglamento establece que cuando las partes
pactaron la Junta de Resolución de Disputas, los plazos de caducidad previstos
en la ley para someter la controversia a arbitraje se contabilizan de la siguiente
manera:
a) En los casos donde surja la imposibilidad de conformar la Junta de Re-
solución de Disputas, el centro comunica a las partes dicha circunstancia,
pudiendo hacerlo a pedido de parte o de oficio. En este supuesto, el plazo
de caducidad para someter la controversia a arbitraje se computa a partir
de notificada dicha comunicación.
b) Si la Junta de Resolución de Disputas se disuelve conforme a las reglas de
procedimiento respectivas antes de la emisión de una decisión, el plazo
de caducidad para someter la controversia a arbitraje se computa desde
que se comunique a las partes la disolución de la Junta de Resolución de
Disputas.

76 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Subcapítulo III
Infracciones y sanciones en las contrataciones
del Estado
1. Infracciones y sanciones administrativas
Sobre este tema, el artículo 50 del TUO de Ley de Contrataciones establece
lo siguiente:

Artículo 50.- Infracciones y sanciones administrativas


50.1. El Tribunal de Contrataciones del Estado sanciona a los proveedores, participan-
tes, postores, contratistas, subcontratistas y profesionales que se desempeñan
como residente o supervisor de obra, cuando corresponda, incluso en los casos
a que se refiere el literal a) del artículo 5, cuando incurran en las siguientes
infracciones:
a) Desistirse o retirar injustificadamente su oferta.
b) Incumplir injustificadamente con su obligación de perfeccionar el contrato
o de formalizar Acuerdos Marco.
c) Contratar con el Estado estando impedido conforme a Ley.
d) Subcontratar prestaciones sin autorización de la Entidad o en porcentaje
mayor al permitido por el Reglamento o cuando el subcontratista no
cuente con inscripción vigente en el Registro Nacional de Proveedores
(RNP), esté impedido o inhabilitado o suspendido para contratar con el
Estado.
e) Incumplir la obligación de prestar servicios a tiempo completo como resi-
dente o supervisor de obra, salvo en aquellos casos en que la normativa
lo permita.
f ) Ocasionar que la Entidad resuelva el contrato, incluido Acuerdos Marco,
siempre que dicha resolución haya quedado consentida o firme en vía
conciliatoria o arbitral.
g) No proceder al saneamiento de los vicios ocultos en la prestación a
su cargo, según lo requerido por la Entidad, cuya existencia haya sido
reconocida por el contratista o declarada en vía arbitral.
h) Negarse injustificadamente a cumplir las obligaciones derivadas del
contrato que deben ejecutarse con posterioridad al pago.
i) Presentar información inexacta a las Entidades, al Tribunal de Contrata-
ciones del Estado, al Registro Nacional de Proveedores (RNP), al Orga-
nismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) y a la Central
de Compras Públicas-Perú Compras. En el caso de las Entidades siempre
que esté relacionada con el cumplimiento de un requerimiento, factor
de evaluación o requisitos que le represente una ventaja o beneficio en
el procedimiento de selección o en la ejecución contractual. Tratándose

Módulo V 77
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

de información presentada al Tribunal de Contrataciones del Estado, al


Registro Nacional de Proveedores (RNP) o al Organismo Supervisor de
las Contrataciones del Estado (OSCE), el beneficio o ventaja debe estar
relacionada con el procedimiento que se sigue ante estas instancias.
j) Presentar documentos falsos o adulterados a las Entidades, al Tribunal de
Contrataciones del Estado, al Registro Nacional de Proveedores (RNP),
al Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), o a
la Central de Compras Públicas-Perú Compras.
k) Suscribir contratos o Acuerdos Marco sin contar con inscripción vigente
en el Registro Nacional de Proveedores (RNP) o suscribir contratos por
montos mayores a su capacidad libre de contratación, en especialida-
des o categorías distintas a las autorizadas por el Registro Nacional de
Proveedores (RNP).
l) Perfeccionar el contrato, luego de notificada en el Sistema Electrónico
de Contrataciones del Estado (SEACE) la suspensión, recomendación
de nulidad o la nulidad del proceso de contratación dispuesta por el
Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) en el
ejercicio de sus funciones.
m) Formular fichas técnicas o estudios de pre inversión o expedientes técnicos
con omisiones, deficiencias o información equivocada, o supervisar la
ejecución de obras faltando al deber de velar por la correcta ejecución
técnica, económica y administrativa de la prestación, ocasionando per-
juicio económico a las Entidades.
n) Presentar cuestionamientos maliciosos o manifiestamente infundados al
pliego de absolución de consultas y/u observaciones.
50.2. Para los casos a que se refiere el literal a) del numeral 5.1 del artículo 5, solo
son aplicables las infracciones previstas en los literales c), i), j) y k) del numeral
50.1 del artículo 50.
50.3. La responsabilidad derivada de las infracciones previstas en este artículo es
objetiva, salvo en aquellos tipos infractores previsto en los literales a), b), h),
y n) del numeral 50.1 del artículo 50.
50.4. Las sanciones que aplica el Tribunal de Contrataciones del Estado, sin perjuicio
de las responsabilidades civiles o penales por la misma infracción, son:
a) Multa: Es la obligación pecuniaria generada para el infractor de pagar
en favor del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado
(OSCE), un monto económico no menor del cinco por ciento (5 %) ni
mayor al quince por ciento (15 %) de la oferta económica o del contrato,
según corresponda, el cual no puede ser inferior a una (1) UIT, por la
comisión de las infracciones establecidas en los literales a), b), d), e), k),
l), m) y n). Si no se puede determinar el monto de la oferta económica
o del contrato se impone una multa entre cinco (05) y quince (15) UIT.
La resolución que imponga la multa establece como medida cautelar
la suspensión del derecho de participar en cualquier procedimiento de
selección, procedimientos para implementar o extender la vigencia de los
Catálogos Electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado,

78 Módulo V
Luis Morante Guerrero

en tanto no sea pagada por el infractor, por un plazo no menor a tres


(3) meses ni mayor a dieciocho (18) meses. El periodo de suspensión
dispuesto por la medida cautelar a que se hace referencia, no se considera
para el cómputo de la inhabilitación definitiva. Esta sanción es también
aplicable a las Entidades cuando actúen como proveedores conforme
a Ley, por la comisión de cualquiera de las infracciones previstas en el
presente artículo.
b) Inhabilitación temporal: Consiste en la privación, por un periodo de-
terminado del ejercicio del derecho a participar en procedimientos de
selección, procedimientos para implementar o extender la vigencia de los
Catálogos Electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado.
Esta inhabilitación es no menor de tres (3) meses ni mayor de treinta y
seis (36) meses ante la comisión de las infracciones establecidas en los
literales c), f ), g), h) e i) y en caso de reincidencia en la infracción prevista
en los literales m) y n). En el caso de la infracción prevista en el literal
j), esta inhabilitación es no menor de treinta y seis (36) meses ni mayor
de sesenta (60) meses.
c) Inhabilitación definitiva: Consiste en la privación permanente del ejer-
cicio del derecho a participar en cualquier procedimiento de selección y
procedimientos para implementar o extender la vigencia de los Catálogos
Electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado. Esta sanción
se aplica al proveedor que en los últimos cuatro (4) años ya se le hubiera
impuesto más de dos (2) sanciones de inhabilitación temporal que, en
conjunto, sumen más de treinta y seis (36) meses, o que reincida en la
infracción prevista en el literal j), en cuyo caso la inhabilitación definitiva
se aplica directamente.
50.5. La inhabilitación o multa que se imponga no exime de la obligación de cumplir
con los contratos ya suscritos a la fecha en que la sanción queda firme.
50.6. El reglamento establece las reglas del procedimiento sancionador, los me-
canismos de cobro de la multa impuesta, las formas de aplicar sanciones a
consorcios, la gradualidad y proporcionalidad de la imposición de la sanción
y demás reglas necesarias. En el caso de consorcio, la sanción recae sobre el
integrante que haya incurrido en alguna o algunas de las infracciones tipificadas
en el numeral 50.1 del artículo 50; tratándose de declaraciones juradas y toda
información presentada en el procedimiento de selección, solo involucra a la
propia situación de cada integrante.
50.7. Las infracciones establecidas en la presente norma para efectos de las sancio-
nes prescriben a los tres (3) años conforme a lo señalado en el reglamento.
Tratándose de documentación falsa la sanción prescribe a los siete (7) años
de cometida.
50.8. Cuando para la determinación de responsabilidad, sea necesario contar, pre-
viamente, con decisión judicial o arbitral, el plazo de prescripción se suspende
por el periodo que dure dicho proceso jurisdiccional. Asimismo, el plazo de
prescripción se suspende cuando el Poder Judicial ordene la suspensión del
procedimiento sancionador.

Módulo V 79
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

50.9. Las sanciones se publican en el Registro Nacional de Proveedores (RNP). La


publicación de los sancionados incluye información de los socios o titulares
y de los integrantes de los órganos de administración, así como el récord de
sanciones de los últimos cuatro (4) años, de conformidad con el procedimiento
previsto en el reglamento.
50.10. Son criterios de graduación de la sanción, aún por debajo del mínimo previsto,
la ausencia de intencionalidad del infractor, la inexistencia o grado mínimo
de daño a la entidad, el reconocimiento de la infracción antes que sea de-
tectada, la ausencia de sanciones anteriores, la conducta correcta dentro del
procedimiento sancionador, y la adopción e implementación, después de la
comisión de la infracción y antes del inicio del procedimiento sancionador de
un modelo de prevención debidamente certificado, adecuado a su naturaleza,
riesgos, necesidades y características de la contratación estatal, consistente
en medidas de vigilancia y control idóneas para prevenir actos indebidos y
conflictos de interés o para reducir significativamente el riesgo de su comisión.
El Tribunal debe motivar su decisión de graduar la sanción.
50.11. La graduación de la sanción por debajo del mínimo prevista en el numeral
anterior no procede en el caso de los literales c), d), j), l) y n) del numeral
50.1 del artículo 50.
50.12. En caso de reorganización societaria el Tribunal inicia o prosigue el proce-
dimiento administrativo sancionador contra la persona jurídica que haya
surgido de dicha reorganización, la que debe asumir las consecuencias de la
responsabilidad administrativa en caso el Tribunal determine su existencia.
50.13. Los profesionales sancionados por incurrir en la infracción establecida en el
literal e) del numeral 50.1 del artículo 50, no pueden integrar el plantel de
profesionales propuestos ni participar brindando servicios en un contrato con
el Estado, mientras la sanción se encuentre pendiente de cumplimiento. En
caso de advertirse el incumplimiento de esta disposición la propuesta debe
ser descalificada.

Las principales causales por las que se sanciona actualmente a los proveedores,
participantes, postores, contratistas y/o subcontratistas, en orden de recurren-
cia, son los siguientes: i) presentación de documentación falsa o información
inexacta; ii) no mantener vigente su oferta o no suscribir injustificadamente
el contrato; iii) dar lugar a la resolución del contrato por causa atribuible al
contratista; iv) participar en procedimientos de selección o suscribir contratos
o acuerdos de Convenio Marco sin contar con RNP vigente; y v) contratar con
el Estado estando impedido para ello41.
Para evitar ello, es necesario el ejercicio adecuado de la función sancionadora,
que también se constituye en una forma de ejercer supervisión en las contrata-
ciones, aunque con un impacto indirecto en los procedimientos de contratación,
para esto se ha determinado la implementación de sanciones, tales como la
inhabilitación temporal o definitiva, y la multa.
41 Exposición de Motivos del Proyecto de Reglamento de la Ley N.º 30225.

80 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Al respecto, el título VI del TUO de la Ley N.º 30225 desarrolla el Régimen de


Infracciones y Sanciones, detallando las infracciones y sanciones administrativas
con las que se sancionarán a los proveedores, participantes, postores, contra-
tistas y ahora también subcontratistas, que no se conduzcan correctamente en
el procedimiento de selección.
Asimismo, enumera las sanciones que aplica el Tribunal de Contrataciones del
Estado, tales como la inhabilitación temporal, la inhabilitación definitiva y la
multa. Es importante recordar que la multa ha sido recientemente introducida
como medida pecuniaria en el marco jurídico de infracciones y sanciones de la
normativa de contrataciones. Al respecto, en el contexto actual hay que tomar
en cuenta que es el Estado el que también tiene interés en contratar, por lo
que no es concordante con dicho interés que en todos los casos sancione con
inhabilitación al adjudicatario. Además, con acierto, la ley prevé que la sanción
de inhabilitación se aplica en los casos de infracciones graves42.
Asimismo, el artículo 263 del nuevo reglamento de la Ley de Contrataciones
contempla que la “sanción de multa es expresada en soles”. Además, que la
“obligación de pagar la multa se extingue al día hábil siguiente de verificado
el depósito respectivo al OSCE, o al día siguiente de transcurrido el periodo
máximo de suspensión por falta de pago previsto como medida cautelar en el
literal a) del numeral 50.4 del artículo 50 de la Ley”.
De igual forma, complementa que la resolución del Tribunal que impone la
sanción de multa debe contener la medida cautelar de suspensión de los de-
rechos del proveedor de participar en cualquier procedimiento de selección,
procedimientos para implementar o mantener catálogos electrónicos de Acuerdo
Marco y de contratar con el Estado, en tanto no sea pagada por el infractor.
Asimismo, la medida cautelar debe indicar que “el proveedor sancionado paga
el monto íntegro de la multa y remitir al OSCE el comprobante respectivo, den-
tro de los siete (7) días hábiles siguientes de haber quedado firme la resolución
sancionadora; de lo contrario, la suspensión decretada como medida cautelar
opera automáticamente. Una vez comunicado el pago efectuado, el OSCE
tiene un plazo máximo de tres (3) días hábiles para verificar la realización del
depósito en la cuenta respectiva”, de conformidad con el numeral 263.3 del
artículo 263 del Reglamento.
En esta medida, se precisa que es responsabilidad del proveedor sancionado
el adoptar las medidas necesarias para realizar el pago y remitir a la Secretaría
del Tribunal la constancia de dicho pago con la anticipación suficiente, a fin de
que el OSCE pueda verificar el pago realizado. Igualmente, se precisa que el
procedimiento de pago es regulado por el OSCE43 en la Directiva N.º 008-2019-

42 Exposición de Motivos de la Ley N.º 30225.


43 Exposición de Motivos del Proyecto de Reglamento y del Proyecto que fundamenta la Ley N.º 30225.

Módulo V 81
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

OSCE/CD, “Lineamientos para la ejecución de la sanción de multa impuesta


por el Tribunal de Contrataciones del Estado”.
Este artículo también desarrolla los plazos de prescripción de infracciones para
efectos de la imposición de sanciones; ello en razón a la predictibilidad que
debe tener todo procedimiento sancionador y por razones de seguridad jurídica.

1.1. Ejemplos de infracciones pasibles de sanción


A continuación, presentamos algunas infracciones pasibles de sanción desa-
rrollados por la jurisprudencia del OSCE:

• No suscribir el contrato injustificadamente:


En principio, debe indicarse que, de conformidad con lo establecido en el primer párrafo
del artículo 137 del Reglamento, una vez que el otorgamiento de la Buena Pro ha queda-
do consentido o administrativamente firme, tanto la Entidad como el postor ganador están
obligados a suscribir el contrato respectivo.
De la disposición citada, se advierte que es obligación del postor ganador suscribir con-
trato con la Entidad, una vez que el otorgamiento de la Buena Pro ha quedado consenti-
do o administrativamente firme, previa presentación de los documentos requeridos en el
artículo 141 del Reglamento, en caso de bienes y servicios, o en los artículos 141 y 183,
en el caso de obras; así como de los demás documentos previstos en las Bases para tal
efecto.
Por su parte, el segundo párrafo del artículo 137 del Reglamento precisa que la Entidad
no puede negarse a celebrar el contrato, salvo por razones de recorte presupuestal co-
rrespondiente al objeto materia de la contratación, por norma expresa o cuando acredite
la desaparición de la necesidad; de lo contrario, se generaría responsabilidad administra-
tiva para el Titular de la Entidad, el responsable de Administración o de Logística, o el que
haga sus veces.
Asimismo, de acuerdo con el último párrafo del mencionado artículo, en caso que el pos-
tor ganador de la Buena Pro se niegue a suscribir contrato será pasible de sanción, salvo
imposibilidad física o jurídica sobrevenida al otorgamiento de la Buena Pro que no le sea
atribuible, declarada por el Tribunal de Contrataciones del Estado.
[...]

CONCLUSIONES:
Cuando el literal a) del numeral 51.1 del artículo 51 de la Ley establece que se sanciona-
rá a aquellos postores que no suscriban el contrato “injustificadamente”, se refiere a los
casos en los que el postor omita tal obligación sin mediar justificación o casual eximente
para ello; es decir, cuando tal omisión no se sustente en la imposibilidad física o jurídica
no atribuible a dicho postor, sobrevenida al otorgamiento de la Buena Pro.
El término “injustificadamente” empleado en el literal a) del numeral 51.1 del artículo 51 de
la Ley, implica comprobar la responsabilidad subjetiva del postor a efectos de determinar
si corresponde o no imponerle la respectiva sanción según el numeral 51.2 del referido
artículo; para tal efecto, el Tribunal de Contrataciones del Estado debe evaluar si la omi-
sión de suscribir el contrato se produjo justificadamente o no; es decir, si existió causal
eximente de responsabilidad o no (Opinión N.º 088-2013/DTN).

82 Módulo V
Luis Morante Guerrero

• Información falsa o inexacta:


Dicha infracción se configura con la sola presentación del documento falso o inexacto,
sin que la norma exija otros factores adicionales; es decir, con la sola afectación del
Principio de Presunción de Veracidad consagrado en el acápite 1.7 del Artículo IV del
Título Preliminar de la Ley N.º  27444, del Procedimiento Administrativo General, por
cuanto la Administración Pública presume que todos los documentos y declaraciones
formuladas por los administrados responden a la verdad de los hechos que ellos afir-
man, reservándose, en virtud de lo establecido en el numeral 1.16 del citado dispositivo,
el derecho de verificar posteriormente la veracidad y autenticidad de los mismos.
Asimismo, el artículo 42 de la Ley de Procedimiento Administrativo General establece
que todas las declaraciones juradas, los documentos sucedáneos presentados y la in-
formación incluida en los escritos y formularios que presenten los administrados para la
realización de procedimientos administrativos, se presumen verificados por quien hace
uso de ellos, así como de contenido veraz para fines del procedimiento administrativo.
Sin embargo, esta presunción es de índole iuris tantum pues admite prueba en contra-
rio, en la medida que es atribución de la Administración Pública verificar la documenta-
ción presentada cuando existen indicios suficientes de que la información consignada
no se ajusta a los hechos.
De esta forma, para la configuración del supuesto de presentación de documentación
falsa, se requiere previamente acreditar su falsedad; esto es, que el documento o los
documentos cuestionados no hayan sido válidamente expedidos por el órgano o agente
emisor correspondiente o que, siendo válidamente expedidos, hayan sido adulterados
en su contenido.
Por otro lado, la infracción referida a información inexacta se configura ante la presen-
tación de documentos no concordantes con la realidad, lo que constituye una forma de
falseamiento de la misma, a través del quebrantamiento de los Principios de Moralidad
y de Presunción de Veracidad.
Cabe destacar que, en virtud a lo dispuesto en el numeral 4 del artículo 230 de la Ley
del Procedimiento Administrativo General, el cual consagra el Principio de Tipicidad, las
conductas expresamente descritas como sancionables no pueden admitir interpreta-
ción extensiva o analógica (Acuerdo N.º 721/2012.TC-S2).

• Subcontratar sin autorización:


En ese contexto, el presente procedimiento está referido a la supuesta responsabilidad
del Contratista, por haber realizado una subcontratación sin autorización de la Entidad,
en el marco del proceso de selección, infracción tipificada en el literal g) del numeral
51.1 del artículo 51 de la Ley, concordante con su Reglamento.
En ese sentido, cabe tener presente lo dispuesto por el artículo 146 del Reglamento que
establece que cuando se autorice en las Bases, el contratista puede convenir con terce-
ros la subcontratación de parte de las prestaciones a su cargo siempre que la entidad
lo apruebe por escrito y de manera previa y cuando las prestaciones a subcontratarse
no excedan del 40 % del monto del contrato original.
Entonces para observar indicios de hecho de la norma que contiene la infracción impu-
tada se requiere acreditar que el Contratista subcontrató parte de las prestaciones a su
cargo sin contar con autorización previa y escrita por parte de la Entidad, o que lo hizo
por más del 40 % del monto del contrato originalmente suscrito.
Sobre el particular, el 31 de mayo de 2011, los representantes legales de la Entidad y
la Contratista, suscribieron el Contrato N.º  038-2012-MDLM-GAF para la prestación del
servicio de nivelación y transporte de materiales; sin embargo, tal como se desprende
del Informe de Auditoría N.º  001-2014-2-2178 [1] de la Gerencia del Organo de Control
Institucional de la Entidad, el mismo que tiene la calidad de prueba pre constituida para
inicio de acciones administrativas y/o legales, de conformidad con el artículo 15 inciso

Módulo V 83
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

f ) de la Ley N.º  27785, existen indicios que el Contratista subcontrató con la Empresa
de Transportes y Construcciones Huarcaya E.I.R.L.
Siendo así, este Colegiado considera necesario disponer el inicio del procedimiento
administrativo sancionador contra la Contratista por la comisión de infracción tipificada
en el literal g) del numeral 51.1 del artículo 51 de la Ley, a efectos de poder realizar las
actuaciones de investigación necesarias a efectos de corroborar lo sustentado en el
Informe de Auditoría N.º 001-2014-2-2178 (Acuerdo N.º 145-2015-TCE-S4).

• Resolver el contrato por causa imputable al contratista


Al respecto, la infracción contemplada en el literal b) del numeral 51.1) artículo 51 de
la Ley establece como supuesto de hecho indispensable para su configuración, la re-
solución del contrato, orden de compra o de servicios, según corresponda, por causal
atribuible al Contratista.
Conforme a los criterios adoptados por el Tribunal en anteriores oportunidades, para
que se configure el supuesto de hecho de la norma que contiene la infracción imputada,
debe necesariamente acreditarse que el contrato, orden de compra u orden de servicios
fuente de obligaciones, haya sido resuelto por causal atribuible al propio contratista, de
conformidad con el inciso c) del artículo 40 de la Ley, en concordancia con el artículo
168 del Reglamento, aprobado por Decreto Supremo N.º  184-2008-EF, en adelante el
Reglamento, y atendiendo al procedimiento regulado en el artículo 169 del citado cuer-
po normativo.
Al respecto, el literal c) del artículo 40 de la Ley dispone que, en caso de incumplimien-
to por parte del contratista de alguna de sus obligaciones, que haya sido previamente
observada por la Entidad y no haya sido materia de subsanación, esta última podrá
resolver el contrato en forma total o parcial, mediante la remisión por la vía notarial del
documento en el que se manifieste esta decisión y el motivo que la justifica.
Asimismo, el artículo 169 del Reglamento prescribe que, si alguna de las partes faltara
al cumplimiento de sus obligaciones, la parte perjudicada deberá requerirla mediante
carta notarial para que las satisfaga en un plazo no mayor a cinco días, bajo aperci-
bimiento de resolver el contrato, plazo que dependiendo del monto contractual y de la
complejidad, envergadura o sofisticación de la contratación puede ser mayor, pero en
ningún caso superior, a quince días. Adicionalmente, establece que, si vencido dicho
plazo el incumplimiento continúa, la parte perjudicada resolverá el contrato en forma
total o parcial, mediante carta notarial (Acuerdo N.º 930/2013.TC-S1).

• Participar sin RNP


Por estas consideraciones, este Colegiado resulta competente para pronunciarse sobre
el inicio del procedimiento administrativo sancionador contra los integrantes del Consor-
cio en la comisión de la infracción tipificada en el literal e) del numeral 51.1 del artículo
51 de la Ley.
En ese sentido, corresponde evaluar si en el presente caso los hechos expuestos cons-
tituyen indicios sobre la comisión de la infracción tipificada en el literal e) del numeral
51.1 del artículo 51º de la Ley de Contrataciones del Estado, aprobada por Decreto
Legislativo N.º  1017, modificada por Ley N.º  29873, en adelante la Ley, referida a la
participación en procesos de selección sin contar con inscripción vigente ante el RNP.
Respecto a la infracción prevista en el literal e) del numeral 51.1 del artículo 51 de la
Ley, cabe tener presente como marco referencial que, para la configuración de los
supuestos de hecho establecidos en la norma que contiene la infracción imputada, se
requiere registrarse como participante, presentar propuesta en un proceso de selección
o la suscripción de un contrato, sin contar con inscripción vigente en el Registro Nacio-
nal de Proveedores, sin que la norma requiera condiciones adicionales.
Tal descripción se relaciona con lo indicado en el artículo 9 de la Ley, según el cual, para
ser participante, postor y/o contratista se requiere encontrarse inscrito en el Registro
Nacional de Proveedores.

84 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Lo expuesto debe entenderse, en el marco de lo previsto en el numeral 36 del Anexo del


Reglamento, donde se define al participante como el proveedor que puede intervenir en
el proceso de selección por haberse registrado conforme a las reglas establecidas en
las Bases; numeral 38, que conceptualiza como postor a la persona natural o jurídica
legalmente capacitada que participa en un proceso de selección desde el momento
que presenta su propuesta o su sobre para la calificación previa, y; el numeral 16, que
define al Contratista como el proveedor que celebra contrato con una Entidad.
En virtud a lo descrito, se puede verificar que el tipo sancionador ha previsto la im-
posición de sanción administrativa, a aquellos administrados que al registrarse en un
proceso de selección, presentar propuestas o suscribir un contrato, no cuenten con
inscripción vigente en el RNP. En este contexto, la omisión de contar con dicha inscrip-
ción vigente en otros momentos del proceso no supone infracción administrativa, pues
carece de relevancia para el tipo sancionador administrativo.
En esa medida y tal como se ha indicado, la norma ha previsto tres supuestos de hecho
distintos con temporalidad de ocurrencia disímil para la configuración de esta infrac-
ción; así tenemos de un lado: (i) el registro de participantes, (ii) la presentación de las
propuestas, conforme hemos precisado en líneas anteriores, y (ii) la suscripción de un
contrato, los cuales suponen etapas distintas e independientes durante el desarrollo de
un proceso de selección y, por ende, poseen plazos y formalidades propias (Acuerdo
N.º 180-2015-TCE-S2).

2. Potestad sancionadora del Tribunal


En palabras de E spinosa V elázquez y R amírez B ejerano , la potestad san-
cionadora de la administración “es –como en su momento dejara precisado
Marienhoff– atribución que le compete a esta para imponer correcciones a los
ciudadanos o administrados, por actos de estos contrarios a lo ordenado por
la administración y sanciones disciplinarias a los funcionarios o empleados por
faltas cometidas en el ejercicio de su cargo [...]. O como refriere Tomás Cano
Campos: “En ejercicio de la potestad sancionadora, la Administración puede
imponer sanciones a los particulares por las transgresiones del ordenamiento
jurídico, previamente tipificadas como infracción administrativa por una norma.
Dicha facultad se otorga a la Administración para que prevenga, y en su caso
reprima, las vulneraciones del ordenamiento jurídico en aquellos ámbitos de la
realidad cuya intervención y cuidado le han sido previamente encomendados”44.

2.1. Noción de potestad


Para la Real Academia Española, una de las definiciones de la palabra “po-
testad” conlleva “dominio, poder, jurisdicción o facultad que se tiene sobre
algo”45. Para Santi Romano potestad “es poder jurídico para imponer decisiones
a otros, para el cumplimiento de un fin. La potestad entraña, así, un poder
otorgado por el ordenamiento jurídico de alcance limitado o medido para una

44 Espinosa Velázquez, Kenia M. y Ramírez Bejerano. Egil Emilio, “Fundamentos históricos y filosóficos de la potestad sancionadora de la Admi-
nistración Pública”, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, junio del 2009. Recuperado de <www.eumed.net/rev/cccss/04/evrb.htm>
45 Véase en <http://dle.rae.es/srv/fetch?id=Trz0bwV>.

Módulo V 85
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

finalidad predeterminada por la propia norma que la atribuye y susceptible de


control por los tribunales. En el ámbito del derecho público, por su parte, la
define como el “conjunto de acciones desarrolladas por la Administración que
se presentan como ejercicio de un poder atribuido previamente por la ley y por
ella delimitado y construido”46.

2.2. Noción de potestad sancionadora


La potestad sancionadora es una forma particular en la que un ente admi-
nistrativo ejerce una potestad. Al respecto, la doctrina extranjera, la doctrina
nacional y la jurisprudencia vinculante del Tribunal Constitucional han intentado
establecer una definición unívoca sobre lo que conlleva el concepto de potestad
sancionadora, esfuerzo que buscaremos citar a continuación.

2.2.1. Noción de la doctrina extranjera


En la doctrina extranjera, el intento de crear una noción ha sido muy profundo,
ejemplo de ello son los comentarios elaborados por Espinosa Velázquez y
Ramírez Bejerano, quienes señalan lo siguiente:

La potestad sancionadora de la administración es –como en su momento dejara


precisado Marienhoff– atribución que le compete a esta para imponer correcciones
a los ciudadanos o administrados, por actos de estos contrarios a lo ordenado por la
administración y sanciones disciplinarias a los funcionarios o empleados por faltas
cometidas en el ejercicio de su cargo [...]. O como refriere Tomás Cano Campos: “En
ejercicio de la potestad sancionadora, la Administración puede imponer sanciones
a los particulares por las transgresiones del ordenamiento jurídico, previamente
tipificadas como infracción administrativa por una norma. Dicha facultad se otorga
a la Administración para que prevenga, y en su caso reprima, las vulneraciones del
ordenamiento jurídico en aquellos ámbitos de la realidad cuya intervención y cui-
dado le han sido previamente encomendados”. Ángela Gómez Pérez por su parte,
la define como “una atribución de poder legal para exigir y sancionar, ante acciones
u omisiones contrarias al Derecho Administrativo Sancionador”.
No basta entonces con que la Administración sea capaz de reprimir determinados
comportamientos contrarios al ordenamiento jurídico -pero no nos referimos al orde-
namiento jurídico en su carácter general, o referido a cualquier norma o disposición
legal, sino a aquellas que encuentren ineludiblemente su punto de referencia en lo
Administrativo- para poder hablar de la existencia de una potestad sancionadora de
la Administración Pública, pues como se ha podido constatar, para ser considerada
como tal, ha de estar legalmente instituida47.

46 Espinosa Velázquez, Kenia M. y Ramírez Bejerano, Egil Emilio, “Fundamentos históricos y filosóficos de la potestad sancionadora de la Ad-
ministración Pública”, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, junio del 2009, Recuperado de <www.eumed.net/rev/cccss/04/evrb.htm>
47 Idem.

86 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Por último, y para consolidar una breve mención de nociones sobre la potestad
sancionadora elucubradas por autores extranjeros, resulta imprescindible citar
a Nieto García, quien señala lo siguiente:
[...] la potestad administrativa sancionadora, al igual que la potestad penal de los
jueces y tribunales, forma parte de un genérico ius puniendi del Estado, que es único
aunque luego se subdivide en estas dos manifestaciones [...].
La tesis de la potestad punitiva única del Estado y de sus manifestaciones es suma-
mente ingeniosa, resuelve con suavidad los rechazos ideológicos que inevitablemente
provoca la mera potestad sancionadora de la Administración, y sobre todo, resulta
de gran utilidad en cuanto que sirve para proporcionar al Derecho Administrativo
Sancionador un aparato conceptual y práctico del que hasta ahora carecía. Méritos
y ventajas que no autorizan, sin embargo, a desconocer sus aspectos negativos:
desde el punto de vista teórico la tesis es muy frágil (a cuyo efecto basta pensar en la
existencia de potestades sancionadoras residenciadas en estructuras supraestatales y
en otras no territoriales e incluso no administrativas); mientras que desde el punto de
vista operativo se viene utilizando de forma incongruente en cuanto que se subordina
el ejercicio de la potestad administrativa a las autoridades judiciales) y se le nutre
jurídicamente de los principios del Derecho Penal y de los del Derecho público estatal
como sería lo lógico si se fuera coherente con el presupuesto de partida.
Parece necesario, por tanto, introducir en la postura dominante no pocas correcciones:
unas de carácter sistemático-operativo (como la vinculación directa del Derecho Ad-
ministrativo Sancionador al Derecho público estatal) y otras de carácter conceptual,
centradas en la recuperación de la fibra administrativa del Derecho Administrativo
Sancionador que, como su mismo nombre indica, es en primer término Derecho
administrativo, enfatizando particularmente el hecho de que la potestad sanciona-
dora es un anejo de la potestad o competencia material que actúa de matriz. Lo
que significa que no es necesario remontarse siquiera al Derecho público estatal, ni
existe una subordinación por naturaleza al Derecho Penal sino que esta es meramente
coyuntural y técnica: el Derecho Administrativo Sancionador toma en préstamo los
instrumentos que le proporciona el Derecho Penal sencillamente porque le son útiles
por causa de su maduración más avanzada y de su superioridad teórica48.

2.2.2. Noción de la doctrina nacional


En el ámbito nacional, autores conocidos como Napurí detallan lo siguiente:
Por la potestad sancionadora, la Administración se encuentra facultada para
sancionar a los administrados por la comisión de infracciones establecidas por el
ordenamiento jurídico. Es preciso indicar que por primera vez se establece en la Ley
del Procedimiento Administrativo General una regulación expresa de la potestad
sancionatoria, aplicándosele incluso garantías que inicialmente se consideraban
propias del derecho penal.
Y es que, no todo acto contrario a las normas debe ser sancionado penalmente, dado
el carácter subsidiario de dicha rama del derecho, que opera siempre como última
ratio, como ya lo hemos explicado. En consecuencia, el ordenamiento debe establecer

48 Nieto García, Alejandro, Derecho Administrativo Sancionador, Editorial Tecnos, 2.a reimpresión 2008, Madrid. pp. 85 y 86.

Módulo V 87
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

la posibilidad de la aplicación de sanciones administrativas, que funcionen también


como mecanismos de control social, pero de una manera que es relativamente más
benigna. Las sanciones administrativas no incluyen, por ejemplo, la posibilidad de
establecer privación de la libertad de los administrados, facultad que sí se encuentra
presente en las sanciones penales49.

Y por otro lado, Morón Urbina definen a la potestad sancionadora como:


La potestad más aflictiva con que cuenta la Administración para legítimamente gra-
var patrimonios, limitar o cancelar derechos o imponer restricciones a las facultades
ciudadanas [...].
En este sentido, [...] la potestad sancionada constituye una competencia de gestión
necesaria complementaria a la potestad de mando y corrección para el adecuado
cumplimiento del orden administrativo establecido en procura del interés público50.

Mientras que nosotros coincidimos con Marienhoff al entender por potestad


sancionadora a la “atribución que le compete a esta para imponer correcciones
a los ciudadanos o administrados, por actos de estos contrarios a lo ordenado
por la administración, sanciones disciplinarias a los funcionarios, empleados o
privados que ejercen función administrativa por faltas cometidas en el ejercicio
de su cargo, o sanciones por imputación de responsabilidad funcional a los
servidores o funcionarios públicos”.

2.2.3. Noción de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional


En este rubro, el Tribunal Constitucional se ha encargado de detallar lo siguiente:

[...] la potestad sancionadora regula las facultades de las entidades para establecer
infracciones administrativas y las consecuentes sanciones a imponerse a los admi-
nistrados51.

Teniendo por objeto:

[...] investigar y, de ser el caso, sancionar supuestas infracciones cometidas como


consecuencia de una conducta ilegal por parte de los administrados52.

Y siempre que en el ejercicio de la potestad sancionatoria se cumpla con el:


[...] procedimiento legal establecido, [y con las] garantías suficientes para los admi-
nistrados, sobre todo cuando es la propia administración la que va a actuar como
órgano instructor y decisor, lo que constituye un riesgo para su imparcialidad53.

49 Guzmán Napurí, Christian, Manual del Procedimiento Administrativo General, Pacífico Editores, Lima, 2013, pp. 653 y 654.
50 Morón Urbina, Juan Carlos, Comentarios a la nueva Ley del Procedimiento Administrativo General, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 629.
51 Exp. N.º 1182-2005-PA/TC.
52 Exp. N.º 01873-2009-PA/TC.
53 Exp. N.º 01873-2009-PA/TC.

88 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Sin dejar de lado lo siguiente:


Los principios que orientan la potestad sancionadora (…) [y] las facultades de las
entidades para establecer infracciones administrativas y las consecuentes sanciones
a imponerse a los administrados54.

Siendo algunos de estos, los principios de:

[...] legalidad, tipicidad, debido procedimiento, razonabilidad, tipicidad, irretroacti-


vidad, causalidad, presunción de licitud, entre otros55.

En tal sentido, podemos entender a la potestad sancionadora como una


emanación del poder derivado del ius puniendi56 que otorga el derecho y la
obligación a la Administración de imponer sanciones sobre los administrados
cuando estos hayan incurrido en la comisión de infracciones determinadas por
el ordenamiento jurídico.
Sin embargo, muchos de nosotros no podemos entender cómo, si la potestad
sancionadora se encuentra tan arraigada a la relación entre la Administración
y los administrados, esta se encuentra vinculada con el funcionario o servidor.
Al respecto, la Tercera Disposición Complementaria y Final del TUO de la LPAG,
señala que “la LPAG es supletoria a las leyes, reglamentos y otras normas de
procedimiento existentes en cuanto no la contradigan o se opongan, en cuyo
caso prevalecen las disposiciones especiales”, se colige que los principios que
rigen el ejercicio de la potestad sancionadora administrativa resultan aplicables a
los procedimientos que inicien las autoridades para establecer y sancionar faltas
administrativas, en tanto no se contradigan u opongan a normas especiales.

Esta interpretación no significa desmedro de lo dispuesto por el numeral 229.3


del artículo 229 de la misma ley, ni de lo establecido por el artículo 25 del Decreto
Legislativo N.º 276; ni implica que la naturaleza de la sanción a imponerse varíe de
disciplinaria a administrativa. Respecto a este último punto debe recordarse que,
en este caso, el ejercicio del poder disciplinario por parte del Estado no es sino una
expresión de su poder de dirección57.

En esta misma línea, la potestad sancionadora en materia de contrataciones


del Estado se encuentra regulada en el artículo 50 del TUO de la Ley de
Contrataciones del Estado y reglamentada en el título VIII de su Reglamento,
a cuyas disposiciones se aplican supletoriamente, en cuanto fuere pertinente,
las normas del capítulo III del Título IV del TUO de la Ley del Procedimiento

54 Exp. N.º 1182-2005-PA/TC.
55 Exp. N.º 1182-2005-PA/TC.
56 Es una expresión latina utilizada para referirse a la facultad sancionadora del Estado. De forma desglosada encontramos por un lado
que, la expresión “ius” equivale a decir “derecho”, mientras que la expresión “puniendi” equivale a “castigar” y por tanto se puede traducir
literalmente como derecho a penar o derecho a sancionar. La expresión se utiliza siempre en referencia al Estado frente a los ciudadanos.
57 Staff Gaceta Jurídica. La responsabilidad Administrativa y el principio del non bis in ídem, Acuerdo Plenario N.º 01-2013-CG/TSRA. Admi-
nistración Pública & Control N.º 1. Enero 2014. Editorial Gaceta Jurídica, p. 7.

Módulo V 89
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Administrativo General, Ley N.º  27444, que regula el procedimiento adminis-


trativo sancionador.
En ese sentido, la facultad sancionadora reside exclusivamente en el Tribunal
de Contrataciones del Estado hacia aquellos proveedores, participantes, pos-
tores, contratistas o subcontratistas, expertos independientes y árbitros que
contravengan el artículo 50 del TUO de la Ley N.º  30225. Como se aprecia,
el Tribunal de Contrataciones del Estado es el órgano competente para aplicar
las sanciones ante la infracción a la normativa de contrataciones del Estado.
Ahora bien, es preciso señalar que, de acuerdo con el principio de legalidad,
previsto en el numeral 1 del artículo 246 del TUO de la Ley N.º  27444, Ley
de Procedimiento Administrativo General, “solo por norma con rango de ley
cabe atribuir a las entidades la potestad sancionadora y la consiguiente previ-
sión de las consecuencias administrativas que a título de sanción son posibles
de aplicar a un administrado, las que en ningún caso habilitarán a disponer la
privación de libertad”.
Asimismo, conforme con el principio de tipicidad, previsto en el numeral 4 del
artículo 246 del TUO de la Ley N.º 27444, “solo constituyen conductas sancio-
nables administrativamente las infracciones previstas expresamente en normas
con rango de ley mediante su tipificación como tales, sin admitir interpretación
extensiva o analogía. Las disposiciones reglamentarias de desarrollo pueden
especificar o graduar aquellas dirigidas a identificar las conductas o determi-
nar sanciones, sin constituir nuevas conductas sancionables a las previstas
legalmente, salvo los casos en que la ley o decreto legislativo permita tipificar
infracciones por norma reglamentaria”.
De acuerdo con las disposiciones citadas, toda entidad debe gozar de competen-
cia conferida por ley para imponer sanciones; además, las sanciones aplicables
a los administrados deben originarse de la misma fuente, la ley, en el caso de
las contrataciones del Estado, la fuente no es otra que el artículo 50 del TUO
de la Ley de Contrataciones del Estado, Ley N.º 30225.

3. Sanciones a consorcios
El artículo 258 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones establece
lo siguiente:

Artículo 258.- Sanciones a consorcios


258.1. Las infracciones cometidas por un consorcio durante el procedimiento de
selección y la ejecución del contrato, se imputan a todos los integrantes del
mismo, aplicándose a cada uno de ellos la sanción que le corresponda,
salvo que, por la naturaleza de la infracción, la promesa formal, contrato de

90 Módulo V
Luis Morante Guerrero

consorcio, o el contrato suscrito por la Entidad, pueda individualizarse la


responsabilidad. La carga de la prueba de la individualización corresponde
al presunto infractor.
258.2. A efectos de la individualización de la responsabilidad y conforme a lo esta-
blecido en el artículo 13 de la Ley, se consideran los siguientes criterios:
a) Naturaleza de la Infracción.
Este criterio solo puede invocarse ante el incumplimiento de una obliga-
ción de carácter personal por cada uno de los integrantes del consorcio, en
el caso de las infracciones previstas en los literales c), i) y k) del numeral
50.1. del artículo 50 de la Ley.
b) Promesa formal de consorcio.
Este criterio es de aplicación siempre que dicho documento sea veraz y
su literalidad permita identificar indubitablemente al responsable de la
comisión de la infracción.
c) Contrato de consorcio.
Este criterio es de aplicación siempre que dicho documento sea veraz, no
modifique las obligaciones estipuladas en la promesa formal de consorcio
y su literalidad permita identificar indubitablemente al responsable de la
comisión de la infracción.
d) Contrato suscrito con la Entidad.
Este criterio es de aplicación cuando la literalidad del contrato suscrito
con la Entidad permite identificar indubitablemente al responsable de
la comisión de la infracción.

El consorcio es el contrato asociativo por el cual dos (2) o más personas se


asocian, con el criterio de complementariedad de recursos, capacidades y
aptitudes, para contratar con el Estado. La normativa de contrataciones del
Estado permite que las personas naturales o jurídicas que deseen participar
en los procedimientos de selección que convocan las entidades lo hagan de
manera individual o a través de la conformación de consorcios. Así, el primer
párrafo del artículo 13 de la Ley, establece que, en los procedimientos de se-
lección, pueden participar distintos postores en consorcio sin que ello implique
“la obligación de crear una persona jurídica diferente”.
Para tal efecto, los postores que participen en consorcio deben presentar, como
parte de su propuesta técnica, una promesa formal de consorcio en la que se
consigne: I) la identificación de los integrantes del consorcio, ii) la designación
del representante común del consorcio, iii) el domicilio común del consorcio y, iv)
las obligaciones que correspondan a cada uno de los integrantes del consorcio.
Sobre este último punto la Directiva N.º 005-2019-OSCE/CD señala lo siguiente:

En el caso de consultorías en general, consultorías de obras y ejecución de obras,


todos los integrantes del consorcio deben comprometerse a ejecutar actividades

Módulo V 91
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

directamente vinculadas al objeto de la contratación, debiendo cada integrante


precisar dichas obligaciones.
En el caso de la contratación de bienes y servicios, cada integrante debe precisar las
obligaciones a las que se compromete en la ejecución del objeto de la contratación,
estén o no vinculadas directamente a dicho objeto, pudiendo estar relacionadas a
otros aspectos, como administrativos, económicos, financieros, entre otros, debiendo
aplicar en el caso de bienes, lo previsto en el acápite 4 del numeral 7.5.2.
En el caso de procedimientos convocados bajo la modalidad de ejecución contractual
de concurso oferta, los consorciados deben identificar quién asume las obligaciones
referidas a la ejecución de obras y a la elaboración del expediente técnico, según
corresponda.

Como puede apreciarse, la normativa de contrataciones del Estado establece


que, en el caso de la participación de postores en consorcio en los procedi-
mientos de selección, es necesario que sus integrantes presenten una promesa
formal de consorcio a través de la cual los integrantes exteriorizan su voluntad
de conformar un consorcio.
Los integrantes del consorcio son responsables solidariamente ante la entidad
por las consecuencias derivadas de su participación durante la ejecución del
contrato derivado de este, conforme al artículo 13 del TUO de la Ley.
De otro lado, de acuerdo con el artículo 258 del nuevo reglamento, las infrac-
ciones cometidas por un consorcio durante el procedimiento de selección y la
ejecución del contrato, se imputan a todos los integrantes del mismo, aplicándose
a cada uno de ellos la sanción que le corresponda, salvo que, por la naturaleza
de la infracción, la promesa, contrato de consorcio o el contrato suscrito con la
entidad, pueda individualizarse la responsabilidad. La carga de la prueba de la
individualización corresponde al presunto infractor.
A efectos de la individualización de la responsabilidad el artículo 258 del nuevo
reglamento, aprobado por Decreto Supremo N.º  344-2018-EF incorpora los
siguientes criterios:
a) Naturaleza de la infracción. Este criterio solo puede invocarse ante el
incumplimiento de una obligación de carácter personal por cada uno de
los integrantes del consorcio, en el caso de las infracciones previstas en los
literales c), i) y k) del numeral 50.1 del artículo 5058 del TUO de la Ley.

58 Artículo 50. - Infracciones y sanciones administrativas


[...]
c) Contratar con el Estado estando en cualquiera de los supuestos de impedimento previstos en el artículo 11 de esta Ley.
[...]
i) Presentar información inexacta a las Entidades, al Tribunal de Contrataciones del Estado o al Registro Nacional de Proveedores
(RNP), siempre que esté relacionada con el cumplimiento de un requerimiento o factor de evaluación que le represente una ventaja
o beneficio en el procedimiento de selección o en la ejecución contractual.
[...]

92 Módulo V
Luis Morante Guerrero

b) Promesa formal de consorcio. Este criterio es de aplicación siempre que


dicho documento sea veraz y su literalidad permita identificar indubitable-
mente al responsable de la comisión de la infracción.
c) Contrato de consorcio. Este criterio es de aplicación siempre que dicho do-
cumento sea veraz, no modifique las obligaciones estipuladas en la promesa
formal de consorcio y su literalidad permita identificar indubitablemente al
responsable de la comisión de la infracción.
d) Contrato suscrito con la entidad. Este criterio es de aplicación cuando la
literalidad del contrato suscrito con la entidad permite identificar indubita-
blemente al responsable de la comisión de la infracción.
Cabe precisar que el Decreto Supremo N.º  344-2018-EF eliminó el literal que
hacía mención a “otros medios de prueba documental de fecha y origen cierto”,
pues ello se prestaba para la presentación de documentos de forma maliciosa.

4. Obligación de informar sobre supuestas infracciones


El artículo 259 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones establece
lo siguiente:

Artículo 259.- Obligación de informar sobre supuestas infracciones


259.1. El Tribunal toma conocimiento de hechos que pueden dar lugar a la imposición
de sanción, por denuncia de la Entidad o de terceros, por petición motivada
de otros órganos del OSCE o de otras Entidades públicas o de oficio.
259.2. Toda denuncia o petición contiene, como mínimo, lo siguiente:
a) Identificación del proceso de contratación.
b) Identificación del presunto infractor.
c) Infracción imputada al presunto infractor, según lo previsto en el numeral
50.1. del artículo 50 de la Ley.
d) Documentos que sustenten la denuncia.
259.3. Cuando la infracción pueda ser detectada por la Entidad, está obligada a
comunicarlo al Tribunal, bajo responsabilidad, remitiendo un informe téc-
nico que, además de lo señalado en el numeral precedente, contenga una
opinión sobre la existencia de la infracción y del daño causado a la Entidad;
de corresponder, también remite una copia de la oferta.
259.4. El incumplimiento de la obligación de la Entidad de comunicar la comisión de
presuntas infracciones, es puesto en conocimiento de su Órgano de Control

k) Registrarse como participantes, presentar propuestas o suscribir contratos o Acuerdos Marco sin contar con inscripción vigente
en el Registro Nacional de Proveedores (RNP) o suscribir contratos por montos mayores a su capacidad libre de contratación, o en
especialidades distintas a las autorizadas por el Registro Nacional de Proveedores (RNP).
[...]”.

Módulo V 93
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Institucional o de la Contraloría General de la República, según sea el caso,


para el deslinde de responsabilidades.
259.5. En todos los casos, la decisión de iniciar el correspondiente procedimiento
administrativo sancionador corresponde al Tribunal.

Como se advierte, las entidades tienen la obligación de informar y remitir al


Tribunal de Contrataciones del Estado la documentación correspondiente que
evidencie que las actuaciones de determinado proveedor constituyen infracción
y, por tanto, son plausibles de sanción; por ejemplo, las entidades tienen la obli-
gación de informar al Tribunal de Contrataciones del Estado, inmediatamente
después de advertida la existencia de indicios de la comisión de una infracción;
como es el supuesto de contratar con el Estado estando impedido para tal efecto.
Sin embargo, la normativa de contrataciones del Estado no ha establecido un
plazo máximo en el cual las entidades deben informar y remitir dicha informa-
ción a efectos que el mencionado Tribunal inicie el procedimiento sancionador
respectivo.
No obstante, la falta de previsión de un plazo para realizar esta comunicación
no enerva la responsabilidad de los funcionarios competentes por dilatar el
cumplimiento de esta obligación59.
A efectos de poner en conocimiento del Tribunal de Contrataciones del Estado
de los hechos que puedan dar lugar a la imposición de sanciones a determinado
proveedor, deberá cumplirse los requisitos establecidos en el procedimiento
respectivo del TUPA del OSCE60.

5. Procedimiento sancionador
El derecho administrativo sancionador tiene su punto de partida en lo que
podríamos llamar “la “potestad inspectora de la Administración y que consiste
en la prerrogativa de la Administración de verificar, con todos los medios a su
alcance, que los sujetos obligados se adecuen a las normas.61”
“El Estado inspector tiene el deber indelegable de garantizar el ejercicio de los
derechos a unos y a otros. Ello se multiplica geométricamente y permite la vida
en libertad. Pero el Estado debe controlar sin coartar, desnaturalizar, alterar o
extinguir los derechos. El poder del Estado de limitar a la libertad tiene también
sus limitaciones, dadas por la legalidad, por la que el Estado se ajusta a los que
impone el orden jurídico: Constitución, ley y reglamento, y la razonabilidad,

59 Opinión N.º 003-2012/DTN.
60 Opinión N.º 037-2014/DTN.
61 Santiago Tawil, Guido, Procedimiento administrativo, 1.ª ed., Argentina: Editorial Abeledo Perrot, 2009, p. 513.

94 Módulo V
Luis Morante Guerrero

conveniencia y oportunidad. Por ello garantiza al ciudadano, al administrado,


que el obrar de la Administración sea legítimo, equitativo y justo”62.
Difícil tarea resulta pues, el análisis doctrinario del procedimiento administrativo
sancionador, puesto que en líneas generales no hay mucho que decir, ya que
constituye un procedimiento especial, que se usa con la finalidad de regular el
actuar de la administración y los administrados.
No obstante, el análisis general queda corto cuando se ahonda en los preceptos
prácticos del procedimiento administrativo sancionador, en donde día a día se
ejercen potestades del ius puniendi del Estado, que solo pueden ser actuables
a través de estructuras pertenecientes al derecho penal, y otras ramas afines al
interior del derecho público.
Es en este estado que los orígenes del procedimiento administrativo sancionador
son puestos a prueba, destacando sin lugar a dudas, la figura de la potestad
sancionadora del Estado, como la muestra de madurez que ha alcanzado el
derecho administrativo en los últimos tiempos, y que señala la independencia
del derecho administrativo sancionador de la sujeción a otras ramas del derecho.
Si bien es cierto, el derecho administrativo sancionador aún necesita de precep-
tos de otras vertientes del derecho, ahora los toma como propios y los remodela
en base a los principios que regulan sus propias instituciones.
Esta potestad sancionadora, sin la cual no podría existir el procedimiento ad-
ministrativo sancionador, se viene a configurar como el eje central mediante el
cual se ejerce el procedimiento administrativo sancionador en su búsqueda de
la represión y corrección de conductas dañinas para el interés público.
“No obstante ello, no todos los incumplimientos dan lugar a sanciones y no en
todos los casos la administración cuenta con facultades suficientes para decidir
por sí y ante sí la aplicación de un castigo. La capacidad de imponer sanciones
no es un resabio absolutista. Todo lo contrario, la potestad sancionadora ha
sido reconocida recientemente en la cabeza de la administración, pero para
que tal prerrogativa pueda ejercerse se exige que se cumplan determinadas
condiciones y requisitos”63, que de no ser cumplidos desvirtúan el derecho
administrativo sancionador como tal.
El presente artículo regula el ejercicio de la potestad sancionadora a través de
un conjunto de requerimientos de carácter obligatorio en el desarrollo del pro-
cedimiento administrativo sancionador. Aunque la norma no lo menciona, el
artículo busca salvaguardar las garantías constitucionales que un procedimiento
como el sancionador investido por el ius puniendi, debe guardar.

62 Dromi, Roberto, Derecho administrativo, t. II, 1.ª ed. peruana, Editorial Gaceta Jurídica y Editorial Ciudad Argentina, Perú, 2005, pp. 92 y 93.
63 Santiago Tawil, Guido. ob. cit., p. 510.

Módulo V 95
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

En ese sentido, el artículo 260 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrata-


ciones, aprobado por el Decreto Supremo N.º  344-2018-EF, establece que el
Tribunal de Contrataciones debe tramitar los procedimientos sancionadores
bajo las siguientes reglas:
a) Interpuesta la denuncia o petición motivada o una vez abierto el expediente
sancionador, el Tribunal tiene un plazo de diez (10) días hábiles para reali-
zar la evaluación correspondiente. De encontrar indicios suficientes de la
comisión de la infracción, se emite el decreto de inicio de procedimiento
administrativo sancionador.
b) En el mismo plazo, el Tribunal puede solicitar a la entidad, información
relevante adicional o un informe técnico-legal complementario. Tratándose
de procedimientos de oficio, por petición motivada o denuncia de tercero, se
requiere a la entidad que corresponda un informe técnico-legal así como la
información que lo sustente y demás información que pueda considerarse
relevante.
c) Las entidades están obligadas a remitir la información adicional que se
indica en el literal precedente en un plazo no mayor de diez (10) días há-
biles de notificada, bajo responsabilidad y apercibimiento de comunicarse
el incumplimiento a los órganos del Sistema Nacional de Control.
d) Vencido el plazo otorgado, con contestación o sin ella y siempre que se
determine que existen indicios suficientes de la comisión de infracción, se
dispone el inicio del procedimiento administrativo sancionador dentro de
los diez (10) días hábiles siguientes.
e) Cuando se advierta que no existen indicios suficientes para el inicio de
un procedimiento administrativo sancionador, o la denuncia esté dirigida
contra una persona natural o jurídica con inhabilitación definitiva, dispone
el archivo del expediente, sin perjuicio de comunicar al Ministerio Público
y/o a los órganos del Sistema Nacional de Control, cuando corresponda.
f ) Iniciado el procedimiento sancionador, el Tribunal notifica al proveedor,
para que ejerza su derecho de defensa dentro de los diez (10) días hábiles
siguientes de la notificación, bajo apercibimiento de resolverse con la do-
cumentación contenida en el expediente. En este acto, el emplazado puede
solicitar el uso de la palabra en audiencia pública.
g) Vencido el indicado plazo, y con el respectivo descargo o sin este, el expe-
diente se remite a la sala correspondiente del Tribunal, en un plazo no
mayor de diez (10) días hábiles. La sala puede realizar de oficio todas las
actuaciones necesarias para el examen de los hechos, recabando la infor-

96 Módulo V
Luis Morante Guerrero

mación que sea relevante para, de ser el caso, determinar la existencia de


responsabilidad susceptible de sanción.
h) La sala correspondiente del Tribunal emite su resolución, determinando
la existencia o no de responsabilidad administrativa, dentro de los tres
(3) meses de recibido el expediente. Dicho plazo se amplía por tres (3)
meses adicionales desde la recepción del expediente por la sala corres-
pondiente, cuando se haya dispuesto la ampliación de cargos.
i) De no emitirse la resolución dentro del plazo establecido en el numeral
precedente, la sala mantiene la obligación de pronunciarse, sin perjuicio
de las responsabilidades que le corresponda, de ser el caso.

6. Suspensión del procedimiento administrativo sancionador


El artículo 261 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones establece
lo siguiente:

Artículo 261.- Suspensión del procedimiento administrativo sancionador


261.1. El Tribunal suspende el procedimiento administrativo sancionador siempre
que:
a) Exista mandato judicial vigente y debidamente notificado al OSCE.
b) A solicitud de parte o de oficio, cuando el Tribunal considere que, para
la determinación de responsabilidad, es necesario contar, previamente
con decisión arbitral o judicial.
261.2. La Entidad, bajo responsabilidad, comunica al Tribunal la conclusión del
arbitraje o del proceso judicial, remitiendo el documento correspondiente
en un plazo no mayor a cinco (5) días hábiles de notificado con el acto que
declara la conclusión del proceso.
261.3. El plazo de suspensión del procedimiento da lugar a la suspensión del plazo
de prescripción.

El numeral 50.8 del artículo 50 del TUO de la Ley de Contrataciones establece


que “cuando para la determinación de responsabilidad, sea necesario contar,
previamente, con decisión judicial o arbitral, el plazo de prescripción se sus-
pende por el periodo que dure dicho proceso jurisdiccional. Asimismo, el plazo
de prescripción se suspende cuando el Poder Judicial ordene la suspensión del
procedimiento sancionador”.
Al mismo tiempo, el artículo 261 desarrolla los casos que podrían motivar que
el Tribunal de Contrataciones del Estado suspenda el procedimiento adminis-
trativo sancionador.

Módulo V 97
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

El primer supuesto se refiere al caso en que exista una medida cautelar dictada
por la autoridad judicial que lo disponga, a través de un mandato judicial vigen-
te y debidamente notificado al OSCE, en cuyo caso las acciones del Tribunal
estarán destinadas a dar cumplimiento el mandato judicial.
El segundo, a solicitud de parte o de oficio, cuando el Tribunal considere que,
para la determinación de responsabilidad, es necesario contar, previamente,
con decisión arbitral o judicial.
La entidad, bajo responsabilidad, debe comunicar al Tribunal la conclusión del
arbitraje o del proceso judicial, remitiendo el documento correspondiente en un
plazo no mayor a cinco (5) días hábiles de notificado con el acto que declara
la conclusión del proceso.
El plazo de suspensión del procedimiento dará lugar a la suspensión del plazo
de prescripción.

7. Prescripción
El artículo 262 del Reglamento de la Ley de Contrataciones establece lo si-
guiente:

Artículo 262.- Prescripción


262.1. El plazo de prescripción es el previsto en el numeral 50.7. del artículo 50 de
la Ley y se sujeta a las reglas generales contenidas en la Ley del Procedi-
miento Administrativo General, salvo lo relativo a la suspensión del plazo de
prescripción.
262.2. El plazo de prescripción se suspende:
a) Con la interposición de la denuncia y hasta el vencimiento del plazo con
que se cuenta para emitir la resolución. Si el Tribunal no se pronuncia
dentro del plazo indicado, la prescripción reanuda su curso, adicionán-
dose el periodo transcurrido con anterioridad a la suspensión.
b) En los casos establecidos en el numeral 258.1. del artículo 258, durante
el periodo de suspensión del procedimiento administrativo sancionador.

La prescripción de la infracción “representa una autolimitación del Estado en


la persecución de las faltas disciplinarias en virtud de la cual el transcurso del
tiempo desapodera a la autoridad con potestad sancionadora para ejercerla
imponiendo el correspondiente correctivo”64. Dicha autolimitación se motiva
en razones de seguridad jurídica, representadas por la necesidad de no prolon-
gar indefinidamente situaciones de incertidumbre al ser pasible en cualquier
momento de una sanción; así como razones de oportunidad, pues se entiende

64 Según definición de la STS española de 7 de julio del 2003, Sala de lo Militar (Ar. 6186).

98 Módulo V
Luis Morante Guerrero

que cuando pasa largo tiempo sin interponer una determinada sanción, re-
gularmente, el tiempo modifica las circunstancias causantes de la infracción
y desaparece la clara asociación entre el hecho y la sanción principal; de este
modo, los cambios, legislativos, personales, circunstanciales, y los detalles
respecto a la persecución y a la defensa de la persona, en razón del tiempo,
tornan dificultoso, inviable y hasta atentatorio al derecho de defensa de abrir
o proseguir con el procedimiento sancionador.
La prescripción puede ser entendida de diversas maneras, como la imposibili-
dad sobrevenida de sancionar una infracción administrativa (prescripción de la
infracción) o de ejecutar o exigir el cumplimiento de una sanción ya impuesta
(prescripción de la sanción), por el mero transcurso de un lapso determinado.
De este modo, los plazos de prescripción generados en los procesos adminis-
trativos sancionadores (PAS), pueden ser de 2 tipos:
• Prescripción de la acción administrativa, para perseguir la conducta repro-
chable.
• Prescripción de la facultad de la administración para exigir el cumplimiento
de una sanción ya impuesta en un procedimiento administrativo sanciona-
dor, contado desde el día en que se notifica la interposición de la sanción.
El plazo original establecido para que opere la prescripción de la potestad san-
cionadora ha quedado fijado en cuatro años desde la comisión de la infracción
(infracciones instantáneas) o desde que cesó (infracciones continuadas).
Conviene recordar que nada tienen que ver entre sí, por tanto, los institutos de
la prescripción de la infracción y la caducidad65 del procedimiento sancionador
más allá de la dependencia, en ambos casos, del transcurso del tiempo. La
caducidad se configura como una más de las reglas procedimentales marcadas
a la Administración en su actuar, mientras la prescripción comporta el límite
temporal a partir del cual la pretensión punitiva de la Administración se consi-
dera inconveniente para los intereses generales.
La caducidad obedece al cómo se llevó la actuación administrativa, mientras
la prescripción determina el hasta cuándo. Ahora bien, la distinción entre am-
bas figuras no conlleva su absoluta independencia, en especial, y como ya se
indicó, respecto a la interrupción y reanudación del plazo de prescripción por
un expediente caducado.
La prescripción de la acción sancionadora también se encuentra relacionada
con la infracción y sanción en todos los ámbitos del derecho administrativo,
vinculada incluso con leyes especiales, de allí que si una ley especial en materia

65 La caducidad es un modo de extinguir derechos por su no uso. Lee todo en: Diferencia entre prescripción y caducidad. La guía de Derecho
Recuperado en <http://derecho.laguia2000.com/parte-general/diferencia-entre-prescripcion-y-caducidad#ixzz34pDGYWxh>.

Módulo V 99
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

administrativa, nada dice al respecto en materia de sanciones, lo aplicable es la


Ley del Procedimiento Administrativo General, sin que sea admisible establecer
plazos diferentes a través de normas reglamentarias, menos aún si se trata de
disposiciones dictadas por la propia autoridad a quien se le ha confiado iden-
tificar y aplicar la sanción administrativa. Al respecto, dice Aguado I Cudola66:

La exigencia de ley para regular la prescripción y la caducidad. La atribución de


potestades y facultades a la Administración que puede imponer unilateralmente a
sus destinatarios, los ciudadanos, comporta asimismo la existencia de ciertos límites
y garantías respecto a su ejercicio. Para asegurar esos límites y garantías se hace
necesario que el sujeto que debe aplicarlos, la Administración, no pueda disponer
libremente de los mismos. Entre tales limitaciones encontramos la prescripción y la
caducidad que toman como base la ausencia de una actividad administrativa eficaz
durante un cierto tiempo. Desde esta perspectiva puede discutirse en qué medida es
factible que el establecimiento y el régimen jurídico de la prescripción y caducidad
puedan ser reguladas por reglamentos o, por el contrario, ello deba hacerse necesa-
riamente a través de normas con rango de ley. En la medida en que se sustraigan
estos aspectos del ámbito reglamentario se asegura que el Poder Ejecutivo no pueda
disponer libremente de los mismos. En cambio, la posibilidad que el reglamento
pudiera regular con amplitud estos aspectos podría implicar que en cierto modo
quedaría en manos del mismo sujeto que ha de aplicarlas en el dominio del tiempo
que en el ejercicio de las potestades le confiere el propio ordenamiento, situación que
además podría entenderse contraria a las propias exigencias de seguridad jurídica y
de igualdad de trato de los ciudadanos.
De este modo, la prescripción se constituye como una institución jurídica en
virtud de la cual el transcurso del tiempo genera ciertos efectos respecto de los
derechos o facultades de las personas, por tanto no puede estar determinada
por la misma Administración vía reglamentaria, o en cuanto al ejercicio de
ciertas facultades de parte de la administración pública, como el ejercicio de
su facultad punitiva en un determinado tiempo.
Por consiguiente, los administrados inmersos en un procedimiento administra-
tivo sancionador (PAS) pueden hacer uso de ella como medio de defensa, de
modo tal que la Administración no los mantenga de manera indefinida en una
situación perenne de persecución en cuanto a la calificación de sus conductas
cuestionadas. Y a su vez se crea una obligación para con la administración a ac-
tuar de manera más ágil, en función a la existencia de un plazo predeterminado,
a fin de evitar que el plazo transcurra sin que la Administración diligentemente
hubiese ejercido su facultad punitiva.
En consecuencia, el artículo de la LPAG, establece un régimen general de
prescripción de la imposición de sanciones administrativas, poniendo fin a un
régimen que se prestaba a la arbitrariedad; puesto que mientras en el campo

66 Aguado I Cudola, Vincen, Prescripción y caducidad en el ejercicio de potestades administrativas, Madrid: Editorial Marcial Pons.,1999,
pp. 28 y 29.

100 Módulo V
Luis Morante Guerrero

del derecho penal sí se aplicaban normas de prescripción para el ejercicio de


la acción penal, en el ámbito del derecho administrativo no se respetaba la
garantía de la prescripción, premiándose de cierta manera la inactividad de
la administración; por ello, la regla general es que la facultad de determinar la
existencia de infracciones administrativas prescribe de acuerdo con las leyes
especiales. Sin embargo, ahora el artículo 250 del TUO de la Ley N.º  27444
prevé que “la facultad de la autoridad para determinar la existencia de infrac-
ciones administrativas, prescribe en el plazo que establezcan las leyes especiales,
sin perjuicio del cómputo de los plazos de prescripción respecto de las demás
obligaciones que se deriven de los efectos de la comisión de la infracción. En
caso ello no hubiera sido determinado, dicha facultad de la autoridad prescribirá
a los cuatro (4) años”.
Lo mismo se aplica en el derecho administrativo disciplinario en donde el
Tribunal Constitucional ha resaltado la supletoriedad de la prescripción en el
procedimiento sancionador general para con los procedimientos disciplinarios
que no determinen un plazo de prescripción, estableciendo lo siguiente:

Hecha la precisión, conviene señalar que el inciso 3) del artículo 233 de la Ley
N.º 27444 [norma de superior jerarquía a las disposiciones del Reglamento Discipli-
nario aprobado por Resolución N.º 032-2000-CNM, y en vigor a la fecha de apertura
de la investigación en febrero del 2002] dispone que  los administrados plantean
la excepción por vía de defensa. Por tanto, queda claro que la excepción de pres-
cripción no opera de pleno derecho, sino a instancia de parte por vía de defensa67.

Por esta razón, si iniciado el procedimiento se concluyera a pedido de parte, en


cualquier momento que hubiera prescrito la infracción, el órgano competente
resolverá la conclusión del procedimiento, con archivo de las actuaciones, a
los cuales se notificará a los interesados el acuerdo o resolución adoptados.
Asimismo, la prescripción de la infracción determina, en consecuencia, la
imposibilidad de continuar con el procedimiento por falta de objeto de este;
resultaría contrario a la lógica y al derecho tramitar un procedimiento encami-
nado a hacer efectiva una responsabilidad sancionadora de un administrado
que el ordenamiento considera extinguida.
Al respecto, el TUO de la LPAG señala en su artículo 250 lo siguiente:

Artículo 250.- Prescripción


250.1. La facultad de la autoridad para determinar la existencia de infracciones
administrativas, prescribe en el plazo que establezcan las leyes especiales,
sin perjuicio del cómputo de los plazos de prescripción respecto de las demás
obligaciones que se deriven de los efectos de la comisión de la infracción.

67 Exp. N.º 2627-2004-AA/TC

Módulo V 101
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

En caso ello no hubiera sido determinado, dicha facultad de la autoridad


prescribirá a los cuatro (4) años.
250.2. EI cómputo del plazo de prescripción de la facultad para determinar la
existencia de infracciones comenzará a partir del día en que la infracción se
hubiera cometido en el caso de las infracciones instantáneas o infracciones
instantáneas de efectos permanentes, desde el día que se realizó la última
acción constitutiva de la infracción en el caso de infracciones continuadas, o
desde el día en que la acción cesó en el caso de las infracciones permanentes.
EI cómputo del plazo de prescripción solo se suspende con la iniciación del
procedimiento sancionador a través de la notificación al administrado de los
hechos constitutivos de infracción que les sean imputados a título de cargo,
de acuerdo a lo establecido en el artículo 253, inciso 3 de esta Ley. Dicho
cómputo deberá reanudarse inmediatamente si el trámite del procedimiento
sancionador se mantuviera paralizado por más de veinticinco (25) días hábiles,
por causa no imputable al administrado.
250.3. La autoridad declara de oficio la prescripción y da por concluido el proce-
dimiento cuando advierta que se ha cumplido el plazo para determinar la
existencia de infracciones. Asimismo, los administrados pueden plantear la
prescripción por vía de defensa y la autoridad debe resolverla sin más trámite
que la constatación de los plazos.
En caso se declare la prescripción, la autoridad podrá iniciar las acciones
necesarias para determinar las causas y responsabilidades de la inacción
administrativa, solo cuando se advierta que se hayan producido situaciones
de negligencia.

7.1. Suspensión del plazo de prescripción


De conformidad con el artículo 262 del Reglamento, el plazo de prescripción
se suspende:
• Con la interposición de la denuncia y hasta el vencimiento del plazo con
que se cuenta para emitir la resolución. Si el Tribunal no se pronuncia
dentro del plazo indicado, la prescripción reanuda su curso, adicionándose
el periodo transcurrido con anterioridad a la suspensión.
• En los casos establecidos en el numeral 261.1 del artículo 261, durante el
periodo de suspensión del procedimiento administrativo sancionador, es
decir: a) Exista mandato judicial vigente y debidamente notificado al OSCE;
b) A solicitud de parte o de oficio, cuando el Tribunal considere que, para
la determinación de responsabilidad, es necesario contar, previamente con
decisión arbitral o judicial.

102 Módulo V
Luis Morante Guerrero

8. Sanción de multa
El artículo 25768 del nuevo Reglamento del TUO de la Ley de Contrataciones
aprobado por el Decreto Supremo N.º  344-2018-EF establece que el Tribunal
de Contrataciones del Estado (a través de sus diferentes salas) tiene “la facultad
de imponer las sanciones a que se refiere el artículo 50 de la Ley a proveedores,
participantes, postores, contratistas, subcontratistas y profesionales que se des-
empeñan como residente o supervisor de obra, según corresponda, así como
a las entidades cuando actúen como tales, por infracción a las disposiciones
contenidas en la ley y el reglamento, reside exclusivamente en el Tribunal”.
Las sanciones que aplica el Tribunal de Contrataciones, de conformidad con el
numeral 20.4 del artículo 5069 del nuevo sin perjuicio de las responsabilidades
civiles o penales por la misma infracción, son:

68 Artículo 257.- Potestad sancionadora del Tribunal


257.1. La facultad de imponer las sanciones a que se refiere el artículo 50 de la Ley a proveedores, participantes, postores, contratistas,
subcontratistas y profesionales que se desempeñan como residente o supervisor de obra, según corresponda, así como a las enti-
dades cuando actúen como tales, por infracción a las disposiciones contenidas en la ley y el reglamento, reside exclusivamente en
el Tribunal.
257.2. El OSCE aprueba el Reglamento del Tribunal que contiene las disposiciones procedimentales que desarrollan o complementan lo
previsto en el reglamento.
69 Artículo 50.- Infracciones y sanciones administrativas
50.1. El Tribunal de Contrataciones del Estado sanciona a los proveedores, participantes, postores, contratistas, subcontratistas y profe-
sionales que se desempeñan como residente o supervisor de obra, cuando corresponda, incluso en los casos a que se refiere el literal
a) del artículo 5, cuando incurran en las siguientes infracciones:
a) Desistirse o retirar injustificadamente su oferta.
b) Incumplir injustificadamente con su obligación de perfeccionar el contrato o de formalizar Acuerdos Marco.
c) Contratar con el Estado estando impedido conforme a Ley.
d) Subcontratar prestaciones sin autorización de la Entidad o en porcentaje mayor al permitido por el Reglamento o cuando el
subcontratista no cuente con inscripción vigente en el Registro Nacional de Proveedores (RNP), esté impedido o inhabilitado
o suspendido para contratar con el Estado.
e) Incumplir la obligación de prestar servicios a tiempo completo como residente o supervisor de obra, salvo en aquellos casos
en que la normativa lo permita.
f) Ocasionar que la Entidad resuelva el contrato, incluido Acuerdos Marco, siempre que dicha resolución haya quedado con-
sentida o firme en vía conciliatoria o arbitral.
g) No proceder al saneamiento de los vicios ocultos en la prestación a su cargo, según lo requerido por la Entidad, cuya existencia
haya sido reconocida por el contratista o declarada en vía arbitral.
h) Negarse injustificadamente a cumplir las obligaciones derivadas del contrato que deben ejecutarse con posterioridad al
pago.
i) Presentar información inexacta a las Entidades, al Tribunal de Contrataciones del Estado, al Registro Nacional de Proveedores
(RNP), al Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) y a la Central de Compras Públicas-Perú Compras.
En el caso de las Entidades siempre que esté relacionada con el cumplimiento de un requerimiento, factor de evaluación o
requisitos que le represente una ventaja o beneficio en el procedimiento de selección o en la ejecución contractual. Tratándose
de información presentada al Tribunal de Contrataciones del Estado, al Registro Nacional de Proveedores (RNP) o al Organismo
Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), el beneficio o ventaja debe estar relacionada con el procedimiento que
se sigue ante estas instancias.
j) Presentar documentos falsos o adulterados a las Entidades, al Tribunal de Contrataciones del Estado, al Registro Nacional
de Proveedores (RNP), al Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), o a la Central de Compras Públicas-
Perú Compras.
k) Suscribir contratos o Acuerdos Marco sin contar con inscripción vigente en el Registro Nacional de Proveedores (RNP) o
suscribir contratos por montos mayores a su capacidad libre de contratación, en especialidades o categorías distintas a las
autorizadas por el Registro Nacional de Proveedores (RNP).
l) Perfeccionar el contrato, luego de notificada en el Sistema Electrónico de Contrataciones del Estado (SEACE) la suspensión,
recomendación de nulidad o la nulidad del proceso de contratación dispuesta por el Organismo Supervisor de las Contra-
taciones del Estado (OSCE) en el ejercicio de sus funciones.
m) Formular fichas técnicas o estudios de pre inversión o expedientes técnicos con omisiones, deficiencias o información
equivocada, o supervisar la ejecución de obras faltando al deber de velar por la correcta ejecución técnica, económica y
administrativa de la prestación, ocasionando perjuicio económico a las Entidades.

Módulo V 103
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

a) Multa: Es la obligación pecuniaria generada para el infractor de pagar en favor


del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE), un monto
económico no menor del cinco por ciento (5 %) ni mayor al quince por ciento
(15 %) de la oferta económica o del contrato, según corresponda, el cual no

n) Presentar cuestionamientos maliciosos o manifiestamente infundados al pliego de absolución de consultas y/u observaciones.”
(*) RECTIFICADO POR FE DE ERRATAS
50.2. Para los casos a que se refiere el literal a) del numeral 5.1. del artículo 5, solo son aplicables las infracciones previstas en los literales
c), i), j) y k) del numeral 50.1 del artículo 50.
50.3. La responsabilidad derivada de las infracciones previstas en este artículo es objetiva, salvo en aquellos tipos infractores previsto en
los literales a), b), h), y n) del numeral 50.1. del artículo 50.
50.4. Las sanciones que aplica el Tribunal de Contrataciones del Estado, sin perjuicio de las responsabilidades civiles o penales por la
misma infracción, son:
a) Multa: Es la obligación pecuniaria generada para el infractor de pagar en favor del Organismo Supervisor de las Contra-
taciones del Estado (OSCE), un monto económico no menor del cinco por ciento (5 %) ni mayor al quince por ciento (15 %)
de la oferta económica o del contrato, según corresponda, el cual no puede ser inferior a una (1) UIT, por la comisión de las
infracciones establecidas en los literales a), b), d), e), k), l), m) y n) Si no se puede determinar el monto de la oferta económica
o del contrato se impone una multa entre cinco (5) y quince (15) UIT. La resolución que imponga la multa establece como
medida cautelar la suspensión del derecho de participar en cualquier procedimiento de selección, procedimientos para
implementar o extender la vigencia de los Catálogos Electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado, en tanto no
sea pagada por el infractor, por un plazo no menor a tres (3) meses ni mayor a dieciocho (18) meses. El periodo de suspensión
dispuesto por la medida cautelar a que se hace referencia, no se considera para el cómputo de la inhabilitación definitiva.
Esta sanción es también aplicable a las Entidades cuando actúen como proveedores conforme a Ley, por la comisión de
cualquiera de las infracciones previstas en el presente artículo.
b) Inhabilitación temporal: Consiste en la privación, por un periodo determinado del ejercicio del derecho a participar en
procedimientos de selección, procedimientos para implementar o extender la vigencia de los Catálogos Electrónicos de
Acuerdo Marco y de contratar con el Estado. Esta inhabilitación es no menor de tres (3) meses ni mayor de treinta y seis (36)
meses ante la comisión de las infracciones establecidas en los literales c), f), g), h) e i) y en caso de reincidencia en la infracción
prevista en los literales m) y n). En el caso de la infracción prevista en el literal j), esta inhabilitación es no menor de treinta y
seis (36) meses ni mayor de sesenta (60) meses.
c) Inhabilitación definitiva: Consiste en la privación permanente del ejercicio del derecho a participar en cualquier procedimiento
de selección y procedimientos para implementar o extender la vigencia de los Catálogos Electrónicos de Acuerdo Marco y
de contratar con el Estado. Esta sanción se aplica al proveedor que en los últimos cuatro (4) años ya se le hubiera impuesto
más de dos (2) sanciones de inhabilitación temporal que, en conjunto, sumen más de treinta y seis (36) meses, o que reincida
en la infracción prevista en el literal j), en cuyo caso la inhabilitación definitiva se aplica directamente.
50.5. La inhabilitación o multa que se imponga no exime de la obligación de cumplir con los contratos ya suscritos a la fecha en que la
sanción queda firme.
50.6. El reglamento establece las reglas del procedimiento sancionador, los mecanismos de cobro de la multa impuesta, las formas de
aplicar sanciones a consorcios, la gradualidad y proporcionalidad de la imposición de la sanción y demás reglas necesarias. En el
caso de consorcio, la sanción recae sobre el integrante que haya incurrido en alguna o algunas de las infracciones tipificadas en el
numeral 50.1 del artículo 50; tratándose de declaraciones juradas y toda información presentada en el procedimiento de selección,
solo involucra a la propia situación de cada integrante.
50.7. Las infracciones establecidas en la presente norma para efectos de las sanciones prescriben a los tres (3) años conforme a lo señalado
en el reglamento. Tratándose de documentación falsa la sanción prescribe a los siete (7) años de cometida.
50.8. Cuando para la determinación de responsabilidad, sea necesario contar, previamente, con decisión judicial o arbitral, el plazo
de prescripción se suspende por el periodo que dure dicho proceso jurisdiccional. Asimismo, el plazo de prescripción se suspende
cuando el Poder Judicial ordene la suspensión del procedimiento sancionador.
50.9. Las sanciones se publican en el Registro Nacional de Proveedores (RNP). La publicación de los sancionados incluye información de
los socios o titulares y de los integrantes de los órganos de administración, así como el récord de sanciones de los últimos cuatro (4)
años, de conformidad con el procedimiento previsto en el reglamento.
50.10. Son criterios de graduación de la sanción, aún por debajo del mínimo previsto, la ausencia de intencionalidad del infractor, la
inexistencia o grado mínimo de daño a la entidad, el reconocimiento de la infracción antes que sea detectada, la ausencia de
sanciones anteriores, la conducta correcta dentro del procedimiento sancionador, y la adopción e implementación, después de la
comisión de la infracción y antes del inicio del procedimiento sancionador de un modelo de prevención debidamente certificado,
adecuado a su naturaleza, riesgos, necesidades y características de la contratación estatal, consistente en medidas de vigilancia y
control idóneas para prevenir actos indebidos y conflictos de interés o para reducir significativamente el riesgo de su comisión. El
Tribunal debe motivar su decisión de graduar la sanción.
50.11. La graduación de la sanción por debajo del mínimo prevista en el numeral anterior no procede en el caso de los literales c), d), j), l)
y n) del numeral 50.1 del artículo 50.
50.12. En caso de reorganización societaria el Tribunal inicia o prosigue el procedimiento administrativo sancionador contra la persona
jurídica que haya surgido de dicha reorganización, la que debe asumir las consecuencias de la responsabilidad administrativa en
caso el Tribunal determine su existencia.
50.13. Los profesionales sancionados por incurrir en la infracción establecida en el literal e) del numeral 50.1 del artículo 50, no pueden
integrar el plantel de profesionales propuestos ni participar brindando servicios en un contrato con el Estado, mientras la sanción
se encuentre pendiente de cumplimiento. En caso de advertirse el incumplimiento de esta disposición la propuesta debe ser desca-
lificada.

104 Módulo V
Luis Morante Guerrero

puede ser inferior a una (1) UIT, por la comisión de las infracciones establecidas
en los literales a), b), d), e), k), l), m) y n) Si no se puede determinar el monto
de la oferta económica o del contrato se impone una multa entre cinco (5) y
quince (15) UIT. La resolución que imponga la multa establece como medida
cautelar la suspensión del derecho de participar en cualquier procedimiento
de selección, procedimientos para implementar o extender la vigencia de los
Catálogos Electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado, en
tanto no sea pagada por el infractor, por un plazo no menor a tres (3) meses
ni mayor a dieciocho (18) meses. El periodo de suspensión dispuesto por la
medida cautelar a que se hace referencia, no se considera para el cómputo de
la inhabilitación definitiva. Esta sanción es también aplicable a las Entidades
cuando actúen como proveedores conforme a Ley, por la comisión de cual-
quiera de las infracciones previstas en el presente artículo.
b) Inhabilitación temporal: Consiste en la privación, por un periodo determinado
del ejercicio del derecho a participar en procedimientos de selección, procedi-
mientos para implementar o extender la vigencia de los Catálogos Electrónicos
de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado. Esta inhabilitación es no
menor de tres (3) meses ni mayor de treinta y seis (36) meses ante la comisión
de las infracciones establecidas en los literales c), f ), g), h) e i) y en caso de
reincidencia en la infracción prevista en los literales m) y n). En el caso de la
infracción prevista en el literal j), esta inhabilitación es no menor de treinta y
seis (36) meses ni mayor de sesenta (60) meses.
c) Inhabilitación definitiva: Consiste en la privación permanente del ejercicio del
derecho a participar en cualquier procedimiento de selección y procedimien-
tos para implementar o extender la vigencia de los Catálogos Electrónicos de
Acuerdo Marco y de contratar con el Estado. Esta sanción se aplica al proveedor
que en los últimos cuatro (4) años ya se le hubiera impuesto más de dos (2)
sanciones de inhabilitación temporal que, en conjunto, sumen más de treinta
y seis (36) meses, o que reincida en la infracción prevista en el literal j), en
cuyo caso la inhabilitación definitiva se aplica directamente.
De la lectura del numeral citado, se colige que la multa –sanción que trataremos
en este artículo– solo es aplicable ante la comisión de las infracciones estable-
cidas en los literales a), b), d), e), k), l), m) y n) del numeral 50.1 del artículo
50 del TUO de la Ley, siendo estas infracciones las siguientes:

a) Desistirse o retirar injustificadamente su oferta.


b) Incumplir injustificadamente con su obligación de perfeccionar el contrato o
de formalizar Acuerdos Marco.
d) Subcontratar prestaciones sin autorización de la Entidad o en porcentaje
mayor al permitido por el Reglamento o cuando el subcontratista no cuente
con inscripción vigente en el Registro Nacional de Proveedores (RNP), esté
impedido o inhabilitado o suspendido para contratar con el Estado.
e) Incumplir la obligación de prestar servicios a tiempo completo como residente
o supervisor de obra, salvo en aquellos casos en que la normativa lo permita.

Módulo V 105
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

k) Suscribir contratos o Acuerdos Marco sin contar con inscripción vigente en


el Registro Nacional de Proveedores (RNP) o suscribir contratos por montos
mayores a su capacidad libre de contratación, en especialidades o categorías
distintas a las autorizadas por el Registro Nacional de Proveedores (RNP).
l) Perfeccionar el contrato, luego de notificada en el Sistema Electrónico de Con-
trataciones del Estado (SEACE) la suspensión, recomendación de nulidad o
la nulidad del proceso de contratación dispuesta por el Organismo Supervisor
de las Contrataciones del Estado (OSCE) en el ejercicio de sus funciones.
m) Formular fichas técnicas o estudios de pre inversión o expedientes técnicos con
omisiones, deficiencias o información equivocada, o supervisar la ejecución
de obras faltando al deber de velar por la correcta ejecución técnica, econó-
mica y administrativa de la prestación, ocasionando perjuicio económico a las
Entidades.
n) Presentar cuestionamientos maliciosos o manifiestamente infundados al pliego
de absolución de consultas y/u observaciones.

8.1. Desistimiento o retiro injustificado de la oferta


Dentro de las infracciones que son pasibles de ser sancionadas a través de
una multa, una de las más recurrentes es aquella tipificada en el literal a) del
numeral 50.1 del artículo 50 del TUO de la Ley, la cual señala que constituye
infracción administrativa para participantes, proveedores, postores y contratistas
“desistirse o retirar injustificadamente su propuesta”.
Sobre el particular, es pertinente precisar que, para la configuración del tipo
infractor materia de análisis, tiene que acreditarse la existencia de determinados
elementos constitutivos, los cuales son:
i) Que el adjudicatario se haya desistido o retirado su oferta
ii) Que dicha conducta sea injustificada.
En tal sentido, la conducta infractora tipificada en el literal a) del numeral 50.1
del artículo 50 de la Ley, se configura en caso no se acredite: i) prueba fehaciente
del desistimiento o retiro de la oferta y, ii) una causal justificada y ajena a su
voluntad que haya incidido directamente en su desistimiento o retiro de la oferta.
En principio, cabe precisar que con el otorgamiento de la buena pro se genera
el derecho del postor ganador del procedimiento de selección a celebrar el con-
trato con la entidad. Sin embargo, el perfeccionamiento del contrato, además
de un derecho constituye una obligación del postor, quien como participante
del procedimiento, asume el compromiso de no desistir o retirar su oferta hasta
el perfeccionamiento del contrato respectivo, situación indispensable sin la cual
no puede llegar a concretarse el mismo.

106 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Así, a través de la tipificación de la referida conducta como sancionable, se


persigue dotar de consistencia al sistema de contratación pública, para evitar la
realización en vano de procedimientos de selección, en los cuales los postores,
luego de haber presentado sus ofertas, se desistan, comprometiendo con ello el
logro de los fines públicos, como es la satisfacción de las necesidades públicas y el
cumplimiento de las metas y objetivos institucionales previamente establecidos.
Sobre el particular, cabe además precisar que conforme establece el artículo 52
del Reglamento, mediante la declaración jurada presentada como documento
de obligatoria presentación, el adjudicatario “se compromete a mantener su
oferta durante el procedimiento de selección y a perfeccionar el contrato en
caso resultare favorecido con la buena pro”, lo cual implica que al elaborar y
presentar su oferta, debe obrar con responsabilidad y seriedad, considerando
los intereses que subyacen a la contratación y las responsabilidades que asume
en caso dichos intereses sean afectados.
Aunado a lo anterior, cabe traer a colación lo establecido en el artículo 136
del Reglamento, el cual establecía que, “una vez que la buena pro ha quedado
consentida o administrativamente firme, tanto la entidad como el o los postores
ganadores, se encontraban obligados a contratar”.

8.1.1. Análisis del primer elemento constitutivo de la infracción


(constancia material del desistimiento o retiro de la oferta)
El primer elemento constitutivo de la infracción analizada, es la exigencia
comprobada materialmente, en donde el adjudicatario haya presentado su
desistimiento o retirado su oferta; cabe precisar que en virtud del principio de
tipicidad, contemplado en el numeral 4 del artículo 20070 del Texto Único Or-
denado de la Ley N.º  27444, Ley del Procedimiento Administrativo General,
en lo sucesivo el TUO de la LPAG, para la configuración de la presente causal
se requiere verificar la existencia de una manifestación expresa mediante la cual
se aprecie que el adjudicatario haya declinado su oferta, es decir, se requiere
necesariamente, la existencia material de una conducta expresa e indubitable,

70 Artículo 200.- Desistimiento del procedimiento o de la pretensión


200.1. El desistimiento del procedimiento importará la culminación del mismo, pero no impedirá que posteriormente vuelva a plantearse
igual pretensión en otro procedimiento.
200.2. El desistimiento de la pretensión impedirá promover otro procedimiento por el mismo objeto y causa.
200.3. El desistimiento solo afectará a quienes lo hubieren formulado.
200.4. El desistimiento podrá hacerse por cualquier medio que permita su constancia y señalando su contenido y alcance. Debe señalarse
expresamente si se trata de un desistimiento de la pretensión o del procedimiento. Si no se precisa, se considera que se trata de un
desistimiento del procedimiento.
200.5. El desistimiento se puede realizar en cualquier momento antes de que se notifique la resolución final que agote la vía administrativa.
200.6. La autoridad aceptará de plano el desistimiento y declarará concluido el procedimiento, salvo que, habiéndose apersonado en el
mismo terceros interesados, instasen estos su continuación en el plazo de diez días desde que fueron notificados del desistimiento.
200.7. La autoridad podrá continuar de oficio el procedimiento si del análisis de los hechos considera que podría estarse afectando intereses
de terceros o la acción suscitada por la iniciación del procedimiento extrañase interés general. En ese caso, la autoridad podrá limitar
los efectos del desistimiento al interesado y continuará el procedimiento.

Módulo V 107
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

mediante la cual aquel ponga de manifiesto el retiro o desistimiento de su oferta,


situación que no puede ser presumida por la entidad.
Si dicha circunstancia acontece, entonces nos encontramos frente al supuesto
descrito como “desistir o retirar injustificadamente su oferta”, configurando
dicha conducta una infracción administrativa merecedora de la sanción co-
rrespondiente.

8.1.2. Análisis del segundo elemento constitutivo de la infracción


(ausencia de causa justificada)
El segundo elemento constitutivo del tipo infractor es que la conducta omisiva
del adjudicatario sea injustificada, para ello, en cada caso en concreto, el Tri-
bunal de Contrataciones determinará si se configura la infracción analizando
si la conducta es justificada o injustificada, según los elementos probatorios y/o
argumentos aportados por el administrado.
Para que el Tribunal considere una conducta como justificada deberá probarse
fehacientemente lo siguiente:
i) Concurrieron circunstancias que hicieron imposible física o jurídicamente
mantener su oferta ante la entidad.
ii) No obstante haber actuado con la diligencia ordinaria, le fue imposible
mantener su oferta respectiva debido a factores ajenos a su voluntad por
haber mediado caso fortuito o fuerza mayor.

8.2. Procedimiento sancionador para la aplicación de multa por de-


sistimiento o retiro injustificado de la oferta

8.2.1. Antecedentes previos a la imputación de la infracción


En la revisión de los antecedentes administrativos podemos observar que el
desistimiento o retiro injustificado de la oferta se efectúa, desde la presenta-
ción de las ofertas hasta antes o después del otorgamiento de la buena pro,
no obstante se termina de configurar con el otorgamiento y publicación de
la buena pro, pues cabe la posibilidad de que pese a la presentación de las
ofertas, el proceso pueda ser cancelado por las razones que la normativa de
contrataciones habilita.
El desistimiento o retiro injustificado de la oferta se puede configurar en cual-
quier tipo de procedimiento de selección en donde se presente un postor y se
dé el otorgamiento de la buena pro. Por ejemplo, en el caso de una adjudica-
ción simplificada, el adjudicatario cuenta con ocho (8) días hábiles siguientes

108 Módulo V
Luis Morante Guerrero

al registro en el SEACE del consentimiento de la buena pro para presentar la


documentación requerida en las bases para el perfeccionamiento del contrato.
No obstante lo anterior, puede darse el caso que el adjudicatario remita una
carta notarial un día antes, el mismo día o un día posterior a la presentación
de los documentos para perfeccionar el contrato, informando a la entidad el
desistimiento o retiro de su oferta, o simplemente la imposibilidad de suscribir
el contrato derivado del procedimiento de selección.
A través de los documentos remitidos a la entidad, habitualmente los adju-
dicatarios arguyen una imposibilidad de suscribir los contratos debido a un
caso fortuito o fuerza mayor no imputable a ellos. Y sobre estos argumentos,
será el Tribunal de Contrataciones quien deberá analizar la veracidad de tales
argumentos.
Asimismo, la mencionada carta simple o notarial que contiene la manifesta-
ción expresa del adjudicatario de desistirse de la oferta presentada antes del
perfeccionamiento del contrato permite configurar el primer elemento del tipo
para la configuración de la infracción imputada al adjudicatario, que es que el
adjudicatario haya desistido o retirado su oferta, para pasar a analizar si existe
causa justificada para ello.

8.2.2. Causal justificante para formular desistimiento o retiro de


la oferta
El segundo elemento constitutivo de la infracción por desistimiento o retiro de
oferta, es que esta se encuentre soportada en una causal injustificada, caso
contrario, el adjudicatario debe probar ante el Tribunal de Contrataciones que su
conducta se debió a una causa justificada, sustentada en los siguientes supuestos:
i) Concurrieron circunstancias que hicieron imposible física o jurídicamente
mantener su oferta ante la entidad, o
ii) No obstante haber actuado con la diligencia ordinaria, le fue imposible
mantener su oferta respectiva debido a factores ajenos a su voluntad por
haber mediado caso fortuito o fuerza mayor.

8.2.2.1. Sobre la imposibilidad física o jurídica de mantener la


oferta ante la entidad
En el marco de la normativa de contrataciones del Estado, la imposibilidad
física del postor se encuentra referida a un obstáculo temporal o permanente
que lo inhabilite o imposibilite, irremediable e involuntariamente, a cumplir con
su obligación de mantener su oferta; mientras que, la imposibilidad jurídica
consiste en la afectación temporal o permanente de la capacidad jurídica de la

Módulo V 109
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

persona natural o jurídica para ejercer derechos o cumplir obligaciones, pues


de hacerlo se produciría la contravención del marco jurídico aplicable al caso,
y consecuentemente, la posible invalidez o ineficacia de los actos así realizados.

8.2.2.2. Sobre el caso fortuito o fuerza mayor


Al respecto, debe precisarse que para que un hecho se constituya como caso
fortuito o fuerza mayor, deben concurrir los siguientes elementos: i) debe ser
extraordinario, es decir, que las circunstancias en las cuales se presente deben
ser excepcionales e irrumpir en el curso de normalidad; ii) debe ser imprevisible,
es decir, que en circunstancias ordinarias no habría podido predecirse su ocu-
rrencia; y ¡ii) el acontecimiento debe ser irresistible, es decir, que su ocurrencia
no haya podido ser evitada o resistida.

8.2.3. Planteamiento de los descargos en un procedimiento sancionador


Habitualmente el adjudicatario plantea sus argumentos de defensa con la fina-
lidad de justificar el desistimiento de su oferta en función de los dos supuestos
justificantes establecidos por la normativa de contrataciones.

Por ejemplo, en la Resolución N.º  0508-2019-TCE-S3 el adjudicatario trató de


justificarse “señalando que los profesionales propuestos en su oferta, después del
consentimiento de la buena pro, renunciaron de forma voluntaria e irrevocable
[para lo cual adjunta copia de las cartas de renuncia del 22 y 24 de julio de 2017],
situación que sostiene escapa de su responsabilidad, razón por la cual, a pocos
días de suscribir el contrato, le resultaba materialmente imposible conseguir nuevo
personal calificado que reemplace a los renunciantes, por lo que ante la presencia
de dos eventos imprevisibles e irresistibles que configuran un caso de fuerza mayor
se vio en la necesidad de desistirse de ejecutar las prestaciones requeridas en el
procedimiento de selección.
Sin embargo, contrariamente a lo alegado por el Adjudicatario, respecto a la causal
de fuerza mayor, que le habría imposibilitado de suscribir el contrato, debe precisarse
que se puede advertir de las Bases integradas del procedimiento de selección que
estas no exigieron ningún documento vinculado a dicho personal, como condición
para perfeccionar el contrato; y finalmente, la situación planteada tampoco puede
considerarse como irresistible, debido a que de la revisión de la documentación
obrante en el presente expediente, si bien el Adjudicatario adjunta como medios
probatorios, las cartas de renuncia del personal clave con los que iba a ejecutar el
servicio objeto del procedimiento de selección; no adjunta medios probatorios que
acrediten si, ante la renuncia, no obstante el corto plazo que tenía para presentar los
documentos para la suscripción del contrato, realizó alguna gestión para identificar
a los profesionales que sustituyan a los faltantes; por lo tanto, no se ha evidenciado
que el supuesto caso de fuerza mayor haya sido irresistible.
En ese orden de ideas, no habiéndose acreditado la concurrencia de alguna justifica-
ción, a juicio de este Colegiado, el Adjudicatario incurrió en la conducta referida al
retiro o desistimiento de su propuesta; por tanto, se configuró la infracción tipificada

110 Módulo V
Luis Morante Guerrero

en el literal a) del numeral 50.1. del artículo 50 de la Ley, existiendo mérito para
imponerle la correspondiente sanción administrativa”.

8.2.4. Sobre la posibilidad de aplicación del principio de irretroac-


tividad benigna
El principio de irretroactividad, contemplado en el numeral 5 del artículo 24871
del Texto Único Ordenado de la Ley del Procedimiento Administrativo General,
establece lo siguiente:

71 Artículo 248.- Principios de la potestad sancionadora administrativa


La potestad sancionadora de todas las entidades está regida adicionalmente por los siguientes principios especiales:
1. Legalidad. Solo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la potestad sancionadora y la consiguiente previsión de las
consecuencias administrativas que a título de sanción son posibles de aplicar a un administrado, las que en ningún caso habilitarán a
disponer la privación de libertad.
2. Debido procedimiento. No se pueden imponer sanciones sin que se haya tramitado el procedimiento respectivo, respetando las ga-
rantías del debido procedimiento. Los procedimientos que regulen el ejercicio de la potestad sancionadora deben establecer la debida
separación entre la fase instructora y la sancionadora, encomendándolas a autoridades distintas.
3. Razonabilidad. Las autoridades deben prever que la comisión de la conducta sancionable no resulte más ventajosa para el infractor
que cumplir las normas infringidas o asumir la sanción. Sin embargo, las sanciones a ser aplicadas deben ser proporcionales al incum-
plimiento calificado como infracción, observando los siguientes criterios que se señalan a efectos de su graduación:
a) El beneficio ilícito resultante por la comisión de la infracción;
b) La probabilidad de detección de la infracción;
c) La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido;
d) EI perjuicio económico causado;
e) La reincidencia, por la comisión de la misma infracción dentro del plazo de un (1) año desde que quedó firme la resolución que
sancionó la primera infracción
f) Las circunstancias de la comisión de la infracción; y
g) La existencia o no de intencionalidad en la conducta del infractor.
4. Tipicidad. Solo constituyen conductas sancionables administrativamente las infracciones previstas expresamente en normas con
rango de ley mediante su tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía. Las disposiciones reglamentarias
de desarrollo pueden especificar o graduar aquellas dirigidas a identificar las conductas o determinar sanciones, sin constituir nuevas
conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los casos en que la ley o Decreto Legislativo permita tipificar infracciones por
norma reglamentaria.
A través de la tipificación de infracciones no se puede imponer a los administrados el cumplimiento de obligaciones que no estén
previstas previamente en una norma legal o reglamentaria, según corresponda.
En la configuración de los regímenes sancionadores se evita la tipificación de infracciones con idéntico supuesto de hecho e idéntico
fundamento respecto de aquellos delitos o faltas ya establecidos en las leyes penales o respecto de aquellas infracciones ya tipificadas
en otras normas administrativas sancionadoras.
5. Irretroactividad. Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes en el momento de incurrir el administrado en la conducta a
sancionar, salvo que las posteriores le sean más favorables.
Las disposiciones sancionadoras producen efecto retroactivo en cuanto favorecen al presunto infractor o al infractor, tanto en lo refe-
rido a la tipificación de la infracción como a la sanción y a sus plazos de prescripción, incluso respecto de las sanciones en ejecución al
entrar en vigor la nueva disposición.
6. Concurso de Infracciones. Cuando una misma conducta califique como más de una infracción se aplicará la sanción prevista para la
infracción de mayor gravedad, sin perjuicio que puedan exigirse las demás responsabilidades que establezcan las leyes.
7. Continuación de infracciones. Para determinar la procedencia de la imposición de sanciones por infracciones en las que el administrado
incurra en forma continua, se requiere que hayan transcurrido por lo menos treinta (30) días hábiles desde la fecha de la imposición de
la última sanción y que se acredite haber solicitado al administrado que demuestre haber cesado la infracción dentro de dicho plazo.
Las entidades, bajo sanción de nulidad, no podrán atribuir el supuesto de continuidad y/o la imposición de la sanción respectiva, en
los siguientes casos:
a) Cuando se encuentre en trámite un recurso administrativo interpuesto dentro del plazo contra el acto administrativo mediante el
cual se impuso la última sanción administrativa.
b) Cuando el recurso administrativo interpuesto no hubiera recaído en acto administrativo firme.
c) Cuando la conducta que determinó la imposición de la sanción administrativa original haya perdido el carácter de infracción
administrativa por modificación en el ordenamiento, sin perjuicio de la aplicación de principio de irretroactividad a que se refiere el
inciso 5.
8. Causalidad. La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta omisiva o activa constitutiva de infracción sancionable.
9. Presunción de licitud. Las entidades deben presumir que los administrados han actuado apegados a sus deberes mientras no cuenten
con evidencia en contrario.
10. Culpabilidad. La responsabilidad administrativa es subjetiva, salvo los casos en que por ley o decreto legislativo se disponga la respon-
sabilidad administrativa objetiva.

Módulo V 111
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

[...] 5.- Irretroactividad. Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes en


el momento de incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que las
posteriores le sean más favorables.
Las disposiciones sancionadoras producen efecto retroactivo en cuanto favorecen al
presunto infractor o al infractor, tanto en lo referido a la tipificación de la infracción
como a la sanción y a sus plazos de prescripción, incluso respecto de las sanciones
en ejecución al entrar en vigor la nueva disposición.

En virtud de la disposición citada, en procedimientos sancionadores, como


regla general, la norma aplicable es aquella que se encontraba vigente al mo-
mento de la comisión de la infracción. Sin embargo, como excepción se admite
que sí, con posterioridad a la comisión de la infracción, inicia la vigencia una
nueva norma que resulte más beneficiosa para el administrado, sea porque
con la misma se ha eliminado el tipo infractor o porque, conservándose este,
se contempla ahora una menor sanción o una sanción de naturaleza menos
severa y más aplicable.
En esa línea, es preciso señalar que a la fecha se encuentra vigente el Texto Único
Ordenado de la Ley N.º  30225, Ley de Contrataciones del Estado, aprobado
mediante Decreto Supremo N.º  082-2019-EF, en adelante, el TUO de la LCE
el cual, respecto del tipo infractor, mantiene los mismos elementos materia de
análisis (desistirse o retirar injustificadamente su oferta); no obstante, en el
supuesto dado de una modificación a la norma, posterior a la comisión de la
infracción, que sea más beneficiosa para el infractor que la norma vigente al
momento de la comisión de la infracción, sería aplicable la norma posterior.
Asimismo, es oportuno señalar que el literal a) del numeral 50.2. del artículo
50 de la Ley dispone que ante la infracción objeto de análisis, la sanción que
corresponde aplicar es una multa, entendida como la obligación pecuniaria ge-
nerada para el infractor de pagar un monto económico no menor del cinco por
ciento (5 %) ni mayor al quince por ciento (15 %) de la propuesta económica
o del contrato, según corresponda, en favor del Organismo Supervisor de las
Contrataciones del Estado (OSCE).
La resolución que imponga la multa establece como medida cautelar la suspen-
sión del derecho de participar en cualquier procedimiento de selección, proce-
dimientos para implementar o extender la vigencia de los catálogos electrónicos
de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado, en tanto no sea pagada por
el infractor, por un plazo no menor a tres (3) meses ni mayor a dieciocho (18).
El periodo de suspensión dispuesto por la medida cautelar a que se hace re-
ferencia, no se considera para el cómputo de la inhabilitación definitiva. Esta
11. Non bis in idem. No se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una pena y una sanción administrativa por el mismo hecho en los
casos en que se aprecie la identidad del sujeto, hecho y fundamento.
Dicha prohibición se extiende también a las sanciones administrativas, salvo la concurrencia del supuesto de continuación de infracciones
a que se refiere el inciso 7.

112 Módulo V
Luis Morante Guerrero

sanción es también aplicable a las entidades cuando actúen como proveedores


conforme a ley, por la comisión de cualquiera de las infracciones previstas en
el presente artículo.

8.2.5. Graduación de la sanción


El literal a) del numeral 50.2. del artículo 50 de la Ley dispone que ante la
comisión de la infracción materia de análisis, la sanción que corresponde apli-
car es una multa entendida como la obligación pecuniaria generada para el
infractor de pagar un monto económico no menor del cinco por ciento (5 %) ni
mayor al quince por ciento (15 %) de la propuesta económica o del contrato,
según corresponda, en favor del Organismo Supervisor de las Contrataciones
del Estado (OSCE).
Asimismo, el citado literal precisa que la resolución que imponga la multa esta-
blece como medida cautelar la suspensión del derecho de participar en cualquier
procedimiento de selección, procedimientos para implementar o extender la
vigencia de los catálogos electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar con el
Estado, en tanto no sea pagada por el infractor, por un plazo no menor a tres
(3) meses ni mayor a dieciocho (18).
Sobre la base de las consideraciones expuestas, el adjudicatario debe tener en
consideración que el monto ofertado por el que no mantuvo su oferta, será el
total sobre el cual, el porcentaje de la multa será impuesto; en ese sentido, la
multa no podrá ser inferior al cinco por ciento (5 %) de dicho monto ni mayor
al quince por ciento (15 %) del mismo.
En torno a ello, resulta importante tener en cuenta el principio de razonabili-
dad consagrado en el numeral 3 del artículo 248 del TUO de la LPAG, según
el cual las decisiones de la autoridad administrativa que impongan sanciones
o establezcan restricciones a los administrados deben adaptarse dentro de los
límites de la facultad atribuida y manteniendo debida proporción entre los
medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que respondan
a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
Al respecto, cabe traer a colación, el principio de razonabilidad propio de la
potestad sancionadora el cual obliga a la autoridad administrativa sobre la
base de determinados criterios a racionalizar su actividad sancionadora o
maximizarla, evitando así que se imponga a los administrados sanciones que
resulten improcedentes, desproporcionadas o que no satisfagan la finalidad
desinsentivadora. De este modo, este principio exige que para la imposición y
determinación de una sanción, la autoridad administrativa deba tener en cuenta
un criterio de ponderación y equilibrio, a fin de no desbordar su actuación re-
presiva o crear sanciones que sean tan nimias que los administrados prefieran

Módulo V 113
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

ser sancionados, a cumplir las normas en función de los beneficios que tales
actos les proporcionen.
Dentro de este contexto, el Tribunal debe determinar la sanción a imponer al
adjudicatario, considerando los siguientes criterios:
a) Naturaleza de la infracción: desde el momento en que el postor presentó
su oferta, quedó obligado a cumplir con las disposiciones previstas en la
normativa contratación pública y en las bases, resultando una de estas la
obligación de mantener su oferta durante el procedimiento de selección.
b) Ausencia de intencionalidad del infractor: de la información obrante en el
expediente administrativo, se busca apreciar elementos objetivos que per-
mitan determinar la ausencia de intencionalidad del infractor en la comisión
de la infracción, toda vez que, se desistió de la misma. Este criterio busca
dar mayor énfasis y rigor a la severidad de las sanciones que se desprendan
de infracciones en donde la conducta haya sido dolosa o premeditada. La
inclusión de la intencionalidad del infractor como elemento para graduar la
sanción es coherente con el criterio de responsabilidad objetiva. En efecto,
para graduar la sanción a imponerse –y no para determinar la existencia
de una infracción– se considerará la intencionalidad del infractor. En otras
palabras, solo al momento de la sanción –esto es, cuando ya se determinó
una conducta infractora– deberá valorarse el factor subjetivo derivado del
nivel de participación de la voluntad del agente en la conducta que causó
el daño: presencia de error inducido por la administración o dolo.
c) Daño causado: debe tenerse en cuenta que situaciones como esta, oca-
sionan una demora en el cumplimiento de las metas programadas por la
entidad, y, por ende, redundan en perjuicio del interés público.
Por ejemplo, en este caso el Tribunal deberá analizar el sobrecosto que
debe asumir la entidad al tener que contratar con el postor en el siguiente
orden de prelación, por un monto ofertado mayor al ofrecido por el postor
ganador que desistió de su oferta.
d) El reconocimiento de la infracción cometida antes de que sea detectada: se
debe verificar conforme a la documentación obrante en el expediente, la
presencia de documento alguno de parte del adjudicatario en donde haya
reconocido su responsabilidad en la comisión de la infracción antes que
fuera detectada.
e) Antecedentes de sanción o sanciones impuestas por el Tribunal: de confor-
midad con la información obrante en el Registro Nacional de Proveedores,
se debe analizar si el adjudicatario no cuenta con antecedentes de haber
sido sancionado por el Tribunal.

114 Módulo V
Luis Morante Guerrero

f ) Conducta procesal: en nuestra opinión dicho criterio se encuentra directa-


mente relacionado con el principio de conducta procedimental, que obliga
a todos los participantes en un procedimiento administrativo a guiar sus
actos procedimentales por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe,
un claro ejemplo de esta conducta es cuando el adjudicatario se apersona
al procedimiento administrativo sancionador y presenta sus descargos.

8.3. Procedimiento y efectos del pago de la multa


De conformidad con el procedimiento establecido en la Directiva N.º 008-2018-
OSCE/CD-“Lineamientos para la Ejecución de la sanción de multa impuesta
por el Tribunal de Contrataciones del Estado”, aprobada mediante Resolución
N.º  058-2019-OSCE/PRE, publicada en el diario oficial El Peruano el 3 de abril
del 2019, se precisa lo siguiente:

[...]
6.1 El procedimiento para la ejecución de la sanción de multa:
El procedimiento para la ejecución de la sanción de multa establecido en la
presente Directiva contiene los actos necesarios para extinguir la obligación de
pago de la multa impuesta por el TCE mediante resolución firme, así como los
plazos aplicables y las obligaciones y responsabilidades de quienes participan
en el mismo.
La obligación de pago de la multa impuesta se extingue al día hábil siguiente
de haberse verificado el depósito respectivo al OSCE o al día siguiente de
transcurrido el periodo máximo de suspensión por falta de pago previsto como
medida cautelar, según lo dispuesto por el artículo 263 del Reglamento.
El procedimiento tiene las siguientes etapas:
a) El registro de la multa;
b) La comunicación del pago de la multa;
c) La verificación del pago;
d) La suspensión del proveedor; y
e) El levantamiento de la suspensión del proveedor.
6.2. Registro de la multa
El procedimiento para la ejecución de la sanción de multa se inicia con el re-
gistro en el SITCE de la resolución que impone la sanción, luego de que esta
haya quedado firme por haber transcurrido el plazo de cinco (5) días hábiles
sin que se haya interpuesto el recurso de reconsideración contra esta, o porque,
habiéndose presentado el recurso, este fue desestimado.
6.3. Comunicación del pago de la multa
El proveedor sancionado debe pagar el monto íntegro de la multa y comunicar
al OSCE dicho pago, adjuntando el comprobante original respectivo. En caso
no notifique el pago al OSCE dentro de los siete (7) días hábiles siguientes

Módulo V 115
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

de haber quedado firme la resolución sancionadora, la suspensión decretada


como medida cautelar operará automáticamente.
El pago se efectuará en la cuenta del OSCE en el Banco de la Nación, cuyo
número será indicado en la resolución sancionadora.
La comunicación del pago se efectúa a través de la presentación del formulario
denominado “Comunicación de Pago de Multa” únicamente en la mesa de
partes de la sede central del OSCE o en cualquiera de sus Oficinas Desconcen-
tradas. El proveedor sancionado es responsable de consignar correctamente
los datos que se precisan en el citado formulario.
6.4. La verificación del pago
Una vez comunicado correctamente el pago íntegro de la multa, el OSCE, a
través de la Unidad de Finanzas de la Oficina de Administración, tiene un plazo
máximo de tres (3) días hábiles, contados desde el día hábil siguiente de la
comunicación del pago, para verificar la realización del depósito en la cuenta
respectiva y registrar el resultado de dicha verificación en el SITCE.
La verificación del pago se registra en el SITCE cuando se haya constatado el
ingreso de los fondos depositados por el proveedor sancionado en la cuenta
bancaria del OSCE; de lo contrario, debe registrarse la falta de pago.
En concordancia con lo establecido en el artículo 263 del Reglamento, la
obligación de pago de la sanción de multa se extingue el día hábil siguiente
de la verificación del depósito y su registro en el SITCE o del día siguiente al
término del periodo máximo de suspensión por falta de pago previsto como
medida cautelar.
6.5. Suspensión del proveedor
La condición de proveedor suspendido se genera el día siguiente al vencimiento
del plazo de siete (7) días hábiles de haber quedado firme la resolución san-
cionadora sin que el proveedor sancionado efectúe y comunique el pago del
monto íntegro de la multa.
De igual forma, la condición de proveedor suspendido se genera el día siguiente
a aquel en que la Unidad de Finanzas de la Oficina de Administración del
OSCE verifique que la comunicación de pago del proveedor sancionado no
ha sido efectiva, salvo que aún no hubiera vencido el plazo de siete (7) días
hábiles de haber quedado firme la resolución sancionadora.
La suspensión impide al proveedor sancionado participar en cualquier pro-
cedimiento de selección o en procedimientos para implementar o extender la
vigencia de los Catálogos Electrónicos de Acuerdo Marco, y contratar con el
Estado. Asimismo, el proveedor suspendido no podrá inscribirse ni reactivar la
vigencia de su inscripción en el Registro Nacional de Proveedores, ni aumentar
su capacidad máxima de contratación o ampliar su especialidad.
El SITCE automáticamente incluye al proveedor sancionado en el Registro de
suspendidos del RNP, a fin de que se impida la emisión de la constancia de
capacidad libre de contratación.

116 Módulo V
Luis Morante Guerrero

6.6. Levantamiento de la suspensión del proveedor


Cuando el proveedor comunique el pago de la multa con posterioridad a su
suspensión, dicha suspensión se levantará automáticamente el día siguiente
de haber sido registrada en el SITCE la verificación del pago.
Asimismo, de no realizarse y comunicarse el pago de la multa por parte del
proveedor suspendido, la suspensión se levantará automáticamente el día
siguiente de haber transcurrido el plazo máximo dispuesto por la medida
cautelar contenida en la resolución sancionadora firme.
6.7. Finalización del procedimiento para la ejecución de la sanción de multa
El procedimiento para la ejecución de la sanción de multa concluye con el
levantamiento de la suspensión del proveedor.
VII. DISPOSICIONES ESPECÍFICAS
7.1. Responsabilidades del Tribunal de Contrataciones del Estado
7.1.1. La Sala respectiva del Tribunal de Contrataciones del Estado, en la Re-
solución a través de la cual imponga la sanción de multa, se pronunciará
estableciendo expresamente las siguientes indicaciones:
• El monto exacto de la multa impuesta, expresado en soles.
• El nombre o razón o denominación social y número de RUC o
código de proveedor extranjero no domiciliado del proveedor
sancionado.
• El periodo máximo de suspensión del proveedor sancionado,
establecido como medida cautelar en tanto no comunique el pago
de la multa impuesta.
• La referencia sobre el procedimiento de pago.
7.1.2. Cuando la resolución que impone la multa haya quedado firme, la Se-
cretaría del Tribunal de Contrataciones del Estado registrará la sanción en
el SITCE, asegurando la correcta notificación al proveedor sancionado.
7.2. Responsabilidad del proveedor sancionado
7.2.1. Pagar y comunicar el pago de la multa oportuna y adecuadamente. El
proveedor sancionado tiene un plazo de siete (7) días hábiles, contados
desde el día siguiente de haber quedado firme la resolución sancionadora,
para pagar la multa y comunicar dicho pago al OSCE, sin que se genere
la condición de suspendido, siguiendo los lineamientos establecidos en
el numeral 6.3. de las Disposiciones Generales de la presente Directiva
y en la propia resolución sancionadora.
7.2.2. El pago debe efectuarse mediante depósito en efectivo o cheque de
gerencia no negociable en la cuenta que el OSCE abrirá para tal efecto
en el Banco de la Nación, cuyo número figurará en la resolución san-
cionadora.
7.2.3. Luego de efectuar el depósito respectivo, el proveedor sancionado debe
adjuntar el comprobante de pago original al formulario denominado
“Comunicación de Pago de Multa” a que se refiere la Primera Disposición

Módulo V 117
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

Final de esta Directiva, y presentarlo únicamente en la mesa de partes


de la sede central o en cualquiera de las Oficinas Desconcentradas del
OSCE.
7.2.4. La correcta consignación de los datos requeridos en el Formulario de
“Comunicación de Pago de Multa” es de entera responsabilidad del
proveedor sancionado. La ausencia de información o su consignación
inexacta o errónea generará, sin trámite previo, la ineficacia de la co-
municación de pago a los efectos del procedimiento para la ejecución
de la sanción de multa.
7.3. Responsabilidad del personal de la mesa de partes
7.3.1. Recibir la comunicación del pago de la multa a través de la mesa de
partes de la sede central o de las Oficinas Desconcentradas del OSCE:
El personal de la mesa de partes deberá recibir el formulario denomi-
nado “Comunicación de Pago de Multa”, verificando que el mismo se
encuentre debidamente llenado. Cualquier omisión o deficiencia detec-
tada será comunicada de manera referencial al usuario al momento de
la presentación del formulario.
7.3.2. Registrar la comunicación de pago de la multa: Una vez recibido el for-
mulario denominado “Comunicación de Pago de Multa”, el personal de
mesa de partes deberá registrarlo en el Sistema de Trámite Documentario
del OSCE.
Tratándose de la recepción a través de la mesa de partes de una Oficina
Desconcentrada, adicionalmente, el encargado enviará un correo elec-
trónico al responsable designado por la Unidad de Finanzas de la Oficina
de Administración, adjuntando una copia escaneada del formulario y
del comprobante de pago adjunto, el mismo día de recibidos.
7.4. Responsabilidad de la Unidad de Finanzas de la Oficina de Administración.
7.4.1. Verificar la realización del pago de la multa: El plazo máximo para la
verificación del pago y su registro en el SITCE es de tres (3) días hábiles
contados desde el día hábil siguiente de la presentación del documento
denominado “Comunicación de Pago de Multa”.
VIII. DISPOSICIONES FINALES
8.1. El proveedor que comunique el pago de la multa conforme a lo previsto
en esta directiva debe usar obligatoriamente el formulario “COMUNI-
CACIÓN DE PAGO DE MULTA”, adjunto como ANEXO a la presente
Directiva.
IX. ANEXO
Anexo N.º 1 - Comunicación de Pago de Multa

118 Módulo V
Luis Morante Guerrero
ANEXO N.º 1
COMUNICACIÓN DE PAGO DE MULTA

Módulo V 119
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

8.4. Obligación del postor de mantener su oferta durante el procedi-


miento de selección pese a controversia (Opinión N.º 046-2018/
DTN)
[...]
Las consultas planteadas son las siguientes:

2.1. “¿Debe seguir vigente la obligación de mantener la oferta de bienes presentada


por parte del único postor en el marco de un proceso de contratación estatal, a
pesar que la Entidad Estatal correspondiente se muestre renuente por más de
tres (03) meses a cumplir el mandato del Tribunal de Contrataciones del Estado
de admitir y calificar la referida oferta, emitido a consecuencia de la resolución
favorable de un recurso administrativo de apelación interpuesto por el referido
postor?” (Sic).
[...].

Así, en atención al ‘Principio de Eficacia y Eficiencia’ el proceso de contratación pú-


blica y las decisiones que se adopten en su ejecución deben orientarse al cumplimiento
de los fines, metas y objetivos de la Entidad, priorizando estos sobre la realización de
formalidades no esenciales, garantizando la efectiva y oportuna satisfacción de los
fines públicos.
En ese sentido, por ejemplo, la normativa de contrataciones del Estado prevé que du-
rante el desarrollo del procedimiento de selección –ya sea, para la admisión72, preca-
lificación73, evaluación74 y calificación75 de ofertas–, las Entidades puedan solicitar a
cualquier postor que subsane o corrija algún error material o formal de los documentos
presentados, siempre que no alteren el contenido esencial de la oferta76; lo cual permite
a las Entidades actuar bajo un enfoque de gestión por resultados, coadyuvando al
cumplimiento de los fines públicos que se persigue a través de la contratación.
Asimismo, la conducta de los proveedores del Estado también debe guiarse por los
principios generales que rigen los procesos de contratación estatal, a través de los cua-
les se establecen condiciones orientadas a obtener la propuesta más ventajosa para
satisfacer el interés público77.
En atención a ello, considerando que la satisfacción del interés público constituye la fi-
nalidad que persigue la contratación, los postores se comprometen a mantener su ofer-
ta durante el procedimiento de selección –y a perfeccionar el contrato en caso de resul-
tar favorecido con la buena pro–; conforme a la declaración jurada que forma parte del
contenido mínimo de las ofertas, según lo establecido en el artículo 31 del Reglamento.
A este respecto, cabe precisar que los procedimientos de selección culminan cuando
se produce alguno de los siguientes eventos: i) se perfecciona el contrato; ii) se cancela
el procedimiento; iii) se deja sin efecto el otorgamiento de la buena pro por causa impu-
table a la Entidad; o, iv) no se suscriba el contrato por las causales establecidas en el

72 En la etapa de “admisión” el comité de selección verifica la presentación de los documentos requeridos en el artículo 31 del Reglamento –de
acuerdo al objeto de la contratación-, y determina si las ofertas responden a las características y/o requisitos funcionales, y condiciones
de las Especificaciones Técnicas, Términos de Referencia o Expediente Técnico de Obra, según corresponda, especificados en las bases. De
no cumplir con lo requerido la oferta se considera no admitida.
73 La etapa de “precalificación” tiene como finalidad preseleccionar a los proveedores con calificaciones suficientes para ejecutar contratos
de ejecución de obra convocados por licitación con precalificación, cuando el valor referencial sea igual o superior a veinte millones de
Soles (S/ 20,000,000.00).
74 Respecto a la etapa de “evaluación”, debe precisarse que esta tiene por objeto asignar el puntaje a las ofertas - según los factores de eva-
luación enunciados en las bases- para determinar cuál de ellas tiene el mejor puntaje, y establecer el orden de prelación de las mismas.
75 La etapa de “calificación” corresponde al momento en que la Entidad verifica si los postores cuentan con las capacidades necesarias para
ejecutar las prestaciones que requiere contratar, de acuerdo a los requisitos que se indiquen en los documentos del procedimiento de
selección, conforme a los documentos estándar aprobados por el OSCE según el método de contratación correspondiente.
76 Conforme a lo dispuesto en el artículo 39 del Reglamento.
77 En concordancia con lo señalado en el literal e) del artículo 2 de la Ley.

120 Módulo V
Luis Morante Guerrero

artículo 114 del Reglamento; esto es, por razones de recorte presupuestal correspon-
diente al objeto materia del procedimiento de selección, por norma expresa o porque
desaparezca la necesidad, debidamente acreditada.78
De esta manera, en la medida que no haya ocurrido alguno de los eventos (antes cita-
dos) que originara la culminación del procedimiento de selección –es decir, mientras no
haya culminado dicho procedimiento–, los postores seguirán estando comprometidos
a mantener su oferta.
2.1.4. Sin perjuicio de lo expuesto, tomando en consideración el tenor de la consulta
planteada, debe indicarse que la interposición de un recurso de apelación (por
ejemplo, el que cuestiona un acto en virtud del cual se descalifica la oferta del
único postor de un procedimiento de selección) no constituye un hecho que pro-
duzca la culminación de un procedimiento de selección, sino que –como efecto-
deja en suspenso dicho procedimiento, conforme a lo establecido en el artículo
98 del Reglamento.
En ese orden de ideas, la resolución dictada por el Tribunal de Contrataciones
del Estado que resuelve dicho recurso de apelación –y que agota la vía admi-
nistrativa– debe ser cumplida por las partes, sin calificarla, y bajo sus propios
términos. Así, de conformidad con lo establecido en el numeral 107.2 del artículo
107 del Reglamento, “Cuando la Entidad no cumpla con lo dispuesto en una
resolución del Tribunal, se comunica tal hecho a la Contraloría General de la
República, sin perjuicio de la responsabilidad que pueda corresponder al Titular
de la Entidad”. (El subrayado es agregado).
En esa medida, según el ejemplo antes planteado, si en virtud de la resolución
dictada por Tribunal de Contrataciones del Estado se ordenara a una Entidad a
admitir y calificar la oferta de un postor, esta deberá cumplir dicha resolución (en
caso contrario, su incumplimiento será comunicado a la Contraloría General de la
República, sin perjuicio de las responsabilidades que se deriven de ello); por su
parte, para tal efecto, el postor deberá mantener su oferta (tal como se señaló
precedentemente, hasta la culminación del procedimiento de selección), siendo
que, según el literal a) del numeral 50.1 del artículo 50 de la Ley, “Desistirse o
retirar injustificadamente su propuesta” constituye una infracción que origina la
aplicación de una sanción por parte del Tribunal de Contrataciones del Estado.
Sobre el particular, debe indicarse que el cumplimiento de sus respectivas obliga-
ciones de cara al desarrollo del procedimiento de selección, tanto de la Entidad
como del postor, es lo esperado a efectos de procurar la efectiva y oportuna
satisfacción de los intereses públicos que subyace a la contratación; no obstante
ello, la normativa de contrataciones del Estado prevé determinados supuestos
ante los cuales no es posible culminar dicho proceso de contratación.
En ese mismo sentido, el literal a) del numeral 50.1 del artículo 50 de la Ley,
antes citado, prevé que la decisión injustificada del postor de desistirse o retirar
su propuesta, constituye una infracción que origina la aplicación de una sanción
por parte del Tribunal de Contrataciones del Estado; de lo cual se desprende que
la decisión del postor de retirar su propuesta, basada en un evento que le impida
cumplir con su deber de mantenerla hasta la culminación del procedimiento de
selección (como por ejemplo, ante un “caso fortuito o fuerza mayor”79), puede
estar justificada, y por tanto, podría no configurar una conducta sancionable; as-
pecto que corresponde ser evaluado, sobre la base de cada caso en concreto,
por el propio Tribunal.

78 De acuerdo con lo establecido en el artículo 48 del Reglamento.


79 Desde el punto de vista doctrinario, corresponde hablar de caso fortuito como derivado de un hecho natural (acto de Dios), de modo tal que
a nadie puede imputarse su origen, mientras que la fuerza mayor ha sido vinculada a una intervención irresistible de la autoridad (acto
del príncipe) o de terceros. Son ejemplos típicos de caso fortuito y de fuerza mayor, respectivamente, un terremoto –o cualquier desastre
producido por fuerzas naturales– y una expropiación (mediante la dación de una Ley por parte del Poder Legislativo).

Módulo V 121
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

2.1.5. En virtud de lo expuesto, se advierte que en el marco de lo dispuesto por la nor-


mativa de contrataciones del Estado, la propuesta de un postor debe mantenerse
hasta la culminación del procedimiento de selección, a fin de garantizar la efecti-
va y oportuna satisfacción del interés público que subyace a la contratación; sal-
vo que ocurra algún evento que le impida al postor mantenerla, y que justifique su
decisión de retirar su propuesta antes del término de dicho procedimiento; lo cual
corresponde ser evaluado por el Tribunal de Contrataciones del Estado, sobre la
base del caso en concreto, a efectos de determinar si tal decisión constituye o
no una infracción que, consecuentemente, origine la aplicación de una sanción al
postor.

2.2. “¿Resulta legal y constitucionalmente válido que el único postor deje sin efecto
su oferta en el marco de un proceso de contratación estatal y que tal decisión
no le genere perjuicio o sanción alguna, debido a que la Entidad Estatal corres-
pondiente se muestra renuente por más de tres (03) meses a cumplir el mandato
del Tribunal de Contrataciones del Estado de admitir y calificar la referida oferta,
emitido a consecuencia de la resolución favorable de un recurso administrativo de
apelación interpuesto por el referido postor?” (Sic).
Tal como se indicó al absolver la consulta anterior, en el marco de lo dispuesto por la
normativa de contrataciones del Estado –que constituye el régimen general de contrata-
ción pública que reconoce la Constitución–, la propuesta de un postor debe mantener-
se hasta la culminación del procedimiento de selección, a fin de garantizar la efectiva
y oportuna satisfacción del interés público que subyace a la contratación; salvo que
ocurra algún evento que le impida al postor mantenerla, y que justifique su decisión de
retirar su propuesta antes del término de dicho procedimiento; lo cual corresponde ser
evaluado por el Tribunal de Contrataciones del Estado, sobre la base del caso en
concreto, a efectos de determinar si tal decisión constituye o no una infracción
que, consecuentemente, origine la aplicación de una sanción al postor.

3. CONCLUSIÓN
En el marco de lo dispuesto por la normativa de contrataciones del Estado, la propuesta
de un postor debe mantenerse hasta la culminación del procedimiento de selección, a
fin de garantizar la efectiva y oportuna satisfacción del interés público que subyace a la
contratación; salvo que ocurra algún evento que le impida al postor mantenerla, y que
justifique su decisión de retirar su propuesta antes del término de dicho procedimiento;
lo cual corresponde ser evaluado por el Tribunal de Contrataciones del Estado, sobre
la base del caso en concreto, a efectos de determinar si tal decisión constituye o no
una infracción que, consecuentemente, origine la aplicación de una sanción al postor.
Jesús María, 9 de abril de 2018

PATRICIA SEMINARIO ZAVALA


Directora Técnico Normativa
LAA/.

9. Inhabilitación temporal
De conformidad con el literal b) del numeral 50.4 del artículo 50 del TUO de
la Ley de Contrataciones, la inhabilitación temporal “consiste en la privación,
por un periodo determinado del ejercicio del derecho a participar en procedi-
mientos de selección, procedimientos para implementar o extender la vigencia
de los catálogos electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado.

122 Módulo V
Luis Morante Guerrero

Esta inhabilitación es no menor de tres (3) meses ni mayor de treinta y seis (36)
meses ante la comisión de las infracciones establecidas en los literales c), f ), g),
h) e i) y en caso de reincidencia en la infracción prevista en los literales m) y
n). En el caso de la infracción prevista en el literal j), esta inhabilitación es no
menor de treinta y seis (36) meses ni mayor de sesenta (60) meses”.

10. Inhabilitación definitiva


El artículo 265 del Reglamento de la Ley de Contrataciones establece lo si-
guiente:

Artículo 265.- Inhabilitación definitiva


La sanción de inhabilitación definitiva contemplada en el literal c) del numeral 50.4.
del artículo 50 de la Ley se aplica:
a) Al proveedor a quien en los últimos cuatro (4) años se le hubiera impuesto
más de dos (2) sanciones de inhabilitación temporal que, en conjunto, sumen
más de treinta y seis (36) meses. Las sanciones pueden ser por distintos tipos
de infracciones.
b) Por la reincidencia en la infracción prevista en el literal j) del numeral 50.1.
del artículo 50 de la Ley, para cuyo caso se requiere que la nueva infracción
se produzca cuando el proveedor haya sido previamente sancionado por el
Tribunal con inhabilitación temporal.
c) Al proveedor que ya fue sancionado con inhabilitación definitiva.

El numeral 50.4 del artículo 50 del TUO de la Ley N.º  30225 establece como
una de las sanciones que aplica el Tribunal de Contrataciones del Estado, sin
perjuicio de las responsabilidades civiles o penales por la misma infracción, a la:
c) Inhabilitación definitiva: esta sanción consiste “en la privación permanente
del ejercicio del derecho a participar en cualquier procedimiento de selección
y procedimientos para implementar o extender la vigencia de los catálogos
electrónicos de Acuerdo Marco y de contratar con el Estado. Esta sanción se
aplica al proveedor que en los últimos cuatro (4) anos ya se le hubiera impuesto
más de dos (2) sanciones de inhabilitación temporal que, en conjunto, sumen
más de treinta y seis (36) meses, o que reincida en la infracción prevista en
el literal j), en cuyo caso la inhabilitación definitiva se aplica directamente. La
inhabilitación o multa que se imponga no exime de la obligación de cumplir
con los contratos ya suscritos a la fecha en que la sanción queda firme”.
Esta sanción se aplica al proveedor en los siguiente términos:

a) Al proveedor a quien en los últimos cuatro (4) años se le hubiera impuesto más de
dos (2) sanciones de inhabilitación temporal que, en conjunto, sumen más de treinta
y seis (36) meses. Las sanciones pueden ser por distintos tipos de infracciones.

Módulo V 123
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

b) Por la reincidencia en la infracción prevista en el literal j) del numeral 50.1. del artículo
50 de la Ley, para cuyo caso se requiere que la nueva infracción se produzca cuando
el proveedor haya sido previamente sancionado por el Tribunal con inhabilitación
temporal.
c) Al proveedor que ya fue sancionado con inhabilitación definitiva. (Este último
incorporado en el nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones aprobado por
Decreto Supremo N.º 344-2018-EF).

Para los casos antes mencionados, se requiere que haya una resolución firme
de parte del Tribunal, y no basta con el mero inicio del procedimiento admi-
nistrativo sancionador.

11. Concurso de infracciones


El artículo 266 del nuevo Reglamento establece que “en caso de incurrir en más
de una infracción en un mismo procedimiento de selección y/o en la ejecución
de un mismo contrato, se aplica la sanción que resulte mayor. En el caso que
concurran infracciones sancionadas con multa e inhabilitación, se aplica la
sanción de inhabilitación”.
El concurso de infracciones implica que, cuando una misma conducta califique
como más de una infracción se aplicará la sanción prevista para la infracción
de mayor gravedad, sin perjuicio que puedan exigirse las demás responsabi-
lidades que establezcan las leyes. Este principio se presenta similar a aquellos
establecidos en el ámbito penal respecto a los concursos de delitos, sean estos
ideales o reales, distinción que se considera aplicable también al procedimiento
administrativo sancionador.
Un concurso ideal de infracciones es aquel en el cual un mismo hecho afecta
varios bienes jurídicos; mientras que el concurso real de infracciones ocurre
cuando acontecen varias acciones simultáneas que afectan a determinados bie-
nes jurídicos. En este orden de ideas, resulta evidente que este principio se aplica
al concurso ideal de infracciones, puesto que en el caso de un concurso real
cada hecho deberá ser sancionado como resultado de la infracción generada80.
Este principio, impide que se establezcan varias sanciones distintas para una
misma conducta reprochable en un mismo procedimiento administrativo san-
cionador, con lo cual debemos distinguirlo claramente del non bis in idem. El
concurso de infracciones implica distinguir entre infracciones provenientes de
un mismo procedimiento administrativo, y afectadas por un mismo régimen81,
siempre que no exista la triple identidad propia del non bis in idem.

80 Vergaray Béjar, Verónica y Gómez Apac,Hugo, “La potestad sancionadora y los principios del procedimiento sancionador”, ob. cit., p. 423.
81 Morón Urbina, Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General, cit., p. 714.

124 Módulo V
Luis Morante Guerrero

En el caso español, como señala Sotomayor, varias infracciones –penales,


administrativas o una penal y otra administrativa– concurren cuando un sujeto
con uno o más hechos lesiona bienes jurídicos diferentes o el mismo bien jurí-
dico varias veces. A diferencia del concurso de normas punitivas, el concurso
de infracciones no tiene nada que ver con la garantía non bis in idem, pues si
un sujeto realiza dos infracciones distintas debe ser castigado dos veces, una
por cada ilícito perpetrado. Es decir, en los concursos de infracciones no hay
triple identidad, necesaria para que se aplique el non bis in idem, pues o falta
la identidad de hecho (concurso real) o falta la identidad de fundamento (con-
curso ideal). Así que la regla general en caso de concurso de infracciones es la
acumulación o suma de castigos. El non bis in idem no se opone a ello porque,
en realidad y a pesar de tanta confusión, no está conectado ni resulta aplicable a
los concursos de ilícitos. Por eso, parece equivocada la STC 221/1997, del 4 de
diciembre, cuando declara que “en lo que concierne a la esfera jurídico-penal,
en la que se sitúa el presente amparo, el principio non bis in idem aparece vin-
culado a la problemática referida al concurso de delitos”. Debería haber dicho
“al concurso de normas penales porque, en el caso del concurso de delitos, no
juega, según estamos explicando, el non bis in idem”.
[...]
En algún supuesto, sin embargo, los Tribunales, a pesar de apreciar la existencia
de concursos reales de infracciones, optan por imponer una sola sanción y no la
suma de todos los castigos procedentes. Es el caso de la STS del 18 de marzo del
2004, Sala de lo Militar (art. 2281), que aprecia la existencia de varios hechos
y varias infracciones por parte de un mismo sujeto (concurso real) pero, sin
embargo, las castiga con una sola sanción. Un guardia civil realiza actividades
empresariales con trabajadores del campo sin cumplir la normativa vigente,
carentes de transparencia, subrepticiamente, con incumplimiento no solo de
la regulación en materia de incompatibilidades, sino, muy especialmente, de
los requisitos de las normas mercantiles, laborales y fiscales. Además, también
realiza acciones para tratar de provocar decisiones contrarias a derecho, influ-
yendo en un superior u otros miembros del cuerpo para que, incumpliendo
sus deberes, favoreciesen a personas presuntamente delincuentes o amparasen
conductas conminas a la ley. Por todo ello, se le impuso una sola sanción de
un año de suspensión de empleo por falta muy grave consistente en observar
una conducta gravemente contraria a la disciplina, al servicio o a la dignidad
de la institución. Al respecto, la sentencia afirma que “entre los dos grupos
de acciones no existe una homogeneidad objetiva y material, por lo que su
depuración pudo ser objeto de instrucción independiente, en cuanto no están
interrelacionadas las conductas; pero la homogeneidad exigible sí la ostentan,
al constituir actos graves contrarios, primordialmente a la dignidad en ambos

Módulo V 125
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

casos y a la disciplina así como al servicio especialmente en el segundo [...].


En este sentido, su análisis conjunto es jurídicamente admisible”.

12. Notificación y vigencia de las sanciones


El artículo 267 del nuevo Reglamento de la Ley de Contrataciones establece
lo siguiente:

Artículo 267.- Notificación y vigencia de las sanciones


267.1. La notificación del decreto que da inicio al procedimiento sancionador y que
otorga plazo para formular los descargos se efectúa en forma personal al pro-
veedor o proveedores emplazados, en el domicilio que se haya consignado
ante el RNP en el horario de atención del OSCE. La notificación personal
realizada fuera de dicho horario, se entiende realizada el día hábil siguiente.
Cuando la inscripción haya caducado, el emplazamiento a personas natura-
les, se realiza en el domicilio que se consigna en el Documento Nacional de
Identidad y en el caso de personas jurídicas, en el último domicilio consignado
en el Registro Único de Contribuyentes de la Superintendencia Nacional de
Aduanas y Administración Tributaria.
267.2. En caso que el OSCE disponga el establecimiento de casillas electrónicas,
la notificación se lleva a cabo conforme a las disposiciones que se aprueben
para estos efectos.
267.3. Los actos que emita el Tribunal durante el procedimiento administrativo
sancionador, se notifican a través del mecanismo electrónico implementado
en el portal institucional del OSCE, siendo responsabilidad del presunto
infractor el permanente seguimiento del procedimiento sancionador a través
de dicho medio electrónico, de conformidad con lo dispuesto en artículo 49
de la Ley. La notificación se entiende efectuada el día de la publicación en
el referido mecanismo electrónico.
267.4. La sanción es efectiva desde el sexto día hábil siguiente de la notificación.
En caso no se conozca domicilio cierto del infractor, el decreto de inicio de
procedimiento sancionador y la resolución de sanción que emita el Tribunal,
son publicadas en el diario oficial El Peruano. La sanción impuesta por el
Tribunal, es efectiva desde el sexto día hábil siguiente de su publicación.
267.5. En caso que, además de las infracciones administrativas, las conductas pu-
dieran adecuarse a un ilícito penal, el Tribunal comunica al Ministerio Público
para que interponga la acción penal correspondiente, indicando las piezas
procesales que se remiten para tal efecto.

Decidida la iniciación del procedimiento sancionador, la autoridad instructora


del procedimiento formula la respectiva notificación de cargo al posible san-
cionado, a fin que presente sus descargos. Dicha notificación debe efectuarse
en el domicilio que se haya consignado ante el RNP además, se establece que
dicha notificación se realizará “en el horario de atención del OSCE. La notifi-

126 Módulo V
Luis Morante Guerrero

cación personal realizada fuera de dicho horario, se entiende realizada el día


hábil siguiente”. Cuando la inscripción haya caducado, el emplazamiento a
personas naturales, se realiza en el domicilio que se consigna en el documento
nacional de identidad y en el caso de personas jurídicas, en el último domicilio
consignado en el Registro Único de Contribuyentes de la Superintendencia
Nacional de Aduanas y Administración Tributaria.
Este artículo establece la obligación de notificar a los administrados los hechos
que se le imputen a título de cargo, la calificación de las infracciones que tales
hechos pueden construir y la expresión de las sanciones que, en su caso, se le
pudiera imponer, así como la autoridad competente para imponer la sanción
y la norma que atribuya tal competencia.
Este elemento de procedimiento sancionador permite que el administrado
pueda ser informado en forma clara, precisa y anticipada, a fin de ejercer ade-
cuadamente su derecho de defensa. Del mismo modo, permite al administrado
informarse de los hechos imputados calificados como ilícitos y de conjunto de
información considerada como vital (calificación de los hechos, posibles sancio-
nes, autoridad competente, etc.) a efecto de poder articular todas las garantías
que su derecho al debido procedimiento le facultan. De esta manera, la infor-
mación que la Administración debe proporcionar al administrado se convierte
en un derecho esencial del administrado y en una obligación ineludible que de
ser obviada genera la nulidad del procedimiento administrativo sancionador.
Por tanto, de no realizarse la notificación en forma adecuada, la estructura de
defensa y de debido procedimiento que inviste al procedimiento sancionador,
no tendría sentido. Por lo que resulta necesario cumplir con los siguientes re-
quisitos de notificación:
a) Precisión. Los hechos que se le imputen, la calificación de las infracciones
que tales hechos pueden construir, la expresión de las sanciones que se le
pudiera ordenar así como la autoridad competente para infligir la sanción
con la norma que atribuya tal competencia. Los plazos que tienen, la base
legal, los argumentos, y cualquier otra información necesaria para asegurar
el ejercicio del derecho de defensa del administrado. Todo ello descrito
de forma precisa, no sujeto a inferencias o deducciones por parte de los
imputados.
b) Claridad. Lo detallado en la notificación debe constar de una facilidad por
parte del administrado para percibir, expresar o comprender los hechos
y la calificación por la cual se imputa al administrado con un conducta
reprochable pasible de ser calificada como infracción y en consecuencia
la aplicación de una futura sanción.

Módulo V 127
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

c) Inmutabilidad. Lo detallado en la notificación no puede ser variado por


la autoridad en virtud de la doctrina de los actos propios inmersa en el
principio de conducta procedimental.
d) Suficiencia. La información descrita en la notificación debe ser toda la ne-
cesaria para que el administrado la pueda contestar, tales como los informes
o documentación que sirven de sustento al cargo, entre otros anexos que
se consideren pertinentes82.
Se infringe, por lo tanto, esta regla en cualquiera de los siguientes casos:
i) Cuando la Administración omite totalmente la previa formulación de los
hechos que configuran la conducta reprochable y las consecuencias de
incurrir en el ilícito.
ii) Cuando la Administración formula cargos pero con información incompleta,
imprecisa o poco clara.
iii) Cuando la Administración formula cargos, pero otorga, un plazo reducido,
para poder ejercer adecuadamente el derecho de defensa. En este sentido, la
garantía preventiva del cargo se justifica con respecto al derecho de defensa
del administrado concernido, dado que este derecho “[...] consiste en la
facultad de toda persona de contar con el tiempo y los medios necesarios
para ejercerlo en todo tipo de procesos, incluidos los administrativos, lo
cual implica, entre otras cosas, que sea informada con anticipación de las
actuaciones iniciadas en su contra”83.

82 El Tribunal Constitucional ha establecido la necesidad de la plenitud del cargo en los términos siguientes:
“El derecho de defensa constituye un derecho fundamental de naturaleza procesal que conforma el ámbito del debido proceso. En cuanto
derecho fundamental se proyecta como principio de interdicción de ocasionarse indefensión y como principio de contradicción de los actos
procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes de un proceso o de un tercero con interés.
En el presente caso, el Tribunal Constitucional estima que se ha lesionado el derecho de defensa en la medida en que la omisión de proveer
el informe de la comisión que sustentaba la sanción propuesta no permitió que el demandante conociera los exactos términos de la forma
en que el órgano investigador había analizado los cargos atribuidos y su responsabilidad en las infracciones imputadas. Solo conociendo
estos aspectos, el demandante podía ejercer su derecho de defensa de manera idónea y eficaz. Idónea en cuanto era la forma apropiada
o indicada, no existiendo otra a través de la cual podía ilustrar al órgano que debía imponer la sanción y, así, controvertir o contradecir
ante aquel –en cuanto órgano decisorio– los cargos efectuados por el órgano que se hizo del procedimiento de investigación. Y, eficaz, por
cuanto el propósito de impedir indefensión frente al criterio asumido por el órgano investigador (Comisión y Jefe de la Oficina General de
Control Interno del Poder Judicial) se alcanzaba solo conociendo la conclusión final que aquél asumía en el citado informe.
Debe destacarse singularmente este extremo, dado que no es lo mismo que el procesado controvierta y ejerza su derecho de defensa ante el
órgano investigador, como efectivamente ocurrió en este caso, que si efectúa el descargo respecto a la acusación no ante el referido órgano,
sino ante el órgano que ha de aplicar o resolver la sanción. Esto crearía, además una situación de desigualdad de fondo incompatible
con el debido proceso, porque el procesado está en desventaja respecto a la Administración, puesto que no puede ilustrar o controvertir,
directamente, frente al órgano sancionador los cargos del informe. El órgano resolutor solo conoce la apreciación de los hechos por parte
del órgano investigador, sin que, respecto a ello, el procesado haya podido ejercer su derecho de defensa.
El derecho de defensa constituye un derecho fundamental de naturaleza procesal que conforma el ámbito del debido proceso, y se proyecta
como principio de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes de un
proceso o de un tercero con interés”. (EXP. N.º 1003-98-AA/TC).
“En el presente caso, el Tribunal Constitucional estima que se ha lesionado el derecho de defensa del recurrente en la medida en que la
omisión de proveer la información que sustentaba los hallazgos que se le imputan no le permitió conocer los términos en que el órgano
investigador había analizado los cargos atribuidos y su responsabilidad en las infracciones imputadas. Solo conociendo estos aspectos,
el demandante podía ejercer su derecho de defensa de manera idónea y eficaz. (EXP. N.º 1199-2003-AA/TC)”.
83 Tesis del Tribunal Constitucional sustentada en sus STC Exp. N.os 10003-98-AA/TC, 0649-2002-AA/TC y 2659-2004-AA.

128 Módulo V
Luis Morante Guerrero

iv. Cuando la Administración formula cargos por unas razones y luego basa su
decisión definitiva en hechos distintos o en una nueva calificación legal de
los hechos a los que sirvieron de base a la formulación previa de los cargos.
No es legítimo que la Administración pueda, producto de la instrucción,
sancionar al administrado con respecto a hechos que no se ha defendido,
ni por cargos que no han sido los advertidos con anterioridad84.
Asimismo, el artículo materia de comentario establece que en caso el OSCE
disponga el establecimiento de casillas electrónicas, la notificación se lleva a
cabo conforme con las disposiciones que se aprueben para estos efectos.
Los actos que emita el Tribunal durante el procedimiento administrativo san-
cionador, se notifican a través del mecanismo electrónico implementado en el
portal institucional del OSCE, siendo responsabilidad del presunto infractor
el permanente seguimiento del procedimiento sancionador a través de dicho
medio electrónico, de conformidad con lo dispuesto en artículo 49 de la Ley.
Al respecto, este artículo establece lo siguiente:

Artículo 49.- Validez y eficacia de los actos


49.1. Las actuaciones y actos realizados por medio del Sistema Electrónico de Con-
trataciones del Estado (SEACE), incluidos los efectuados por el Organismo
Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) y la Central de Compras
Públicas-Perú Compras, en el ejercicio de sus funciones tienen la misma validez
y eficacia que las actuaciones y actos realizados por medios manuales, sustitu-
yéndolos para todos los efectos legales. Dichos actos se entienden notificados
el mismo día de su publicación.
49.2. Sin perjuicio de la obligación de utilizar el Sistema Electrónico de Contratacio-
nes del Estado (SEACE) las entidades pueden utilizar medios de notificación
tradicionales, así como medios electrónicos de comunicación para el cumpli-
miento de las distintas actuaciones y actos que se disponen en la presente Ley
y su reglamento, considerando los requisitos y parámetros establecidos en las
leyes pertinentes. En todos los casos, deben utilizar las tecnologías necesarias
que garanticen la identificación de los proveedores y la confidencialidad de
las ofertas.

Ahora bien, ante el inicio del procedimiento sancionador en materia de contra-


taciones a través de medios electrónicos la notificación se entiende efectuada
el día de la publicación en el referido mecanismo electrónico.
La sanción es efectiva desde el sexto día hábil siguiente de la notificación. En
caso no se conozca domicilio cierto del infractor, el decreto de inicio de pro-
cedimiento sancionador y la resolución de sanción que emita el Tribunal, son
publicadas en el diario oficial El Peruano. La sanción impuesta por el Tribunal,
es efectiva desde el sexto día hábil siguiente de su publicación.

84 Tesis del Tribunal Constitucional sustentada en su STC recaída en el Exp. N.º 618-2000-AA/TC, donde estableció que:

Módulo V 129
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

En caso que, además de las infracciones administrativas, las conductas pudieran


adecuarse a un ilícito penal, el Tribunal comunica al Ministerio Público para
que interponga la acción penal correspondiente, indicando las piezas procesales
que se remitirán para tal efecto.

13. Suspensión de las sanciones


El artículo 268 del Reglamento prevé que “la vigencia de la sanción solo se
suspende por medida cautelar dictada en un proceso judicial, y no por la
interposición del recurso de reconsideración, ello en virtud que el plazo para
interponer el recurso es de cinco (5) días hábiles de notificada la resolución, es
decir, dentro del plazo previo al momento en que la sanción impuesta se hace
efectiva, es decir, antes del sexto día hábil siguiente de su notificación”.

14. Recurso de reconsideración


El recurso de reconsideración, llamado también recurso de reposición, revocato-
ria o de oposición, es el recurso optativo que puede interponer el administrado
ante el mismo órgano que dictó el primer acto que es materia de una decisión
controvertida, afín de que evalúe la nueva prueba aportada, y por acto de
contrario imperio, proceda a modificarlo, revocarlo o confirmarlo85.
El fundamento proadministración de este recurso radica en permitir que la
misma autoridad que conoció del procedimiento, evalúe nuevamente el caso y
pueda corregir en caso de existir sus equivocaciones de criterio o análisis. Puesto
que se entiende que, como se trata de la autoridad que ya conoció del caso, sus
antecedentes y la evidencia, se presume podrá dictar la resolución con mayor
celeridad que otra autoridad que recién conozca de los hechos, presunción que
en la práctica, veda a la Administración de responder en forma imparcial, pues
va en contra de la natural práctica administrativa que los funcionarios sin poner
objeción alguna, deseen ir en contra de sus propios fundamentos, salvando
que esta es una aseveración que no engloba todo el rubro gubernamental, pero
lamentablemente sí una gran mayoría.
Ahora bien, la contraparte que compensa la necesidad de la administración de
responder adecuadamente un recurso de reconsideración es que se presume
que si la autoridad toma conciencia de su equivocación a partir del recurso
del administrado, procederá a modificar el sentido de su decisión para evitar
el control posterior del superior.

85 “Artículo 208.- Recurso de reconsideración


El recurso de reconsideración se interpondrá ante el mismo órgano que dictó el primer acto que es materia de la impugnación y deberá
sustentarse en nueva prueba. En los casos de actos administrativos emitidos por órganos que constituyen única instancia no se requiere
nueva prueba. Este recurso es opcional y su no interposición no impide el ejercicio del recurso de apelación”.

130 Módulo V
Luis Morante Guerrero

El recurso en materia de contrataciones, se encuentra regulado de forma especial


por el artículo 269 del nuevo Reglamento aprobado por el Decreto Supremo
N.º 344-2018-EF, precisando que contra lo resuelto por el Tribunal en un pro-
cedimiento sancionador puede interponerse recurso de reconsideración dentro
de los cinco (5) días hábiles de notificada o publicada la respectiva resolución.
Como requisito de admisibilidad del recurso de reconsideración se acompaña
una garantía equivalente a una unidad impositiva tributaria (1 UIT), la que
cumple con las características indicadas en el artículo 33 de la Ley y tener una
vigencia mínima de treinta (30) días calendario; asimismo, puede consistir en
un depósito en cuenta bancaria del OSCE. De no presentarse este requisito de
admisibilidad, la mesa de partes del Tribunal o las oficinas desconcentradas
del OSCE otorgan al impugnante el plazo máximo de dos (2) días hábiles
para su subsanación. Transcurrido dicho plazo sin que se produzca dicha sub-
sanación, el recurso de reconsideración se considera automáticamente como
no presentado, sin necesidad de pronunciamiento alguno, y los recaudos se
ponen a disposición del impugnante para que los recabe en la mesa de partes
del Tribunal o las oficinas desconcentradas del OSCE.
El pedido de audiencia pública solo puede formularse en el recurso de recon-
sideración.
Cuando se declare fundado, en todo o en parte, el recurso de reconsideración
o se declare nulo el procedimiento administrativo sancionador, se devuelve la
garantía presentada. De declararse infundado o improcedente el recurso, se
ejecuta la garantía.
El Tribunal resuelve dentro del plazo de quince (15) días hábiles improrrogables
de presentado sin observaciones o subsanado el recurso de reconsideración.
La interposición del recurso de reconsideración de conformidad con lo dispuesto
en el reglamento, difiere el inicio de la vigencia de la sanción mientras este no
sea resuelto por el Tribunal.

15. Acción contencioso-administrativa


La potestad administrativa sancionadora, jamás podrá ser idéntica a las potes-
tades jurisdiccionales vistas en un proceso penal, ello se debe a la naturaleza
particular del ordenamiento administrativo, en el cual no es posible reconocer
todos los componentes que constituyen el debido proceso en la sede judicial.
Por ejemplo, en el ámbito de la Administración Pública no cabe hablar de cosa
juzgada, sino tan solo de cosa decidida o administrativamente firme. Puesto que,
las resoluciones administrativas que agotan la vía administrativa no generan
cosa juzgada y por el contrario, son susceptibles de ser impugnadas en la vía

Módulo V 131
Medios de solución de controversias en la etapa de ejecución contractual / Módulo V

judicial a través del proceso contencioso administrativo86, por lo cual no gozan


de la inmutabilidad de las resoluciones judiciales87. De este modo, pese a no
generar la certeza jurídica que sí desarrollan las sentencias judiciales, se puede
decir que la potestad administrativa terceriza la capacidad ejecutora de función
jurisdiccional para materializar sus actuaciones a nivel conflictual.
En ese sentido, el artículo 270 del Reglamento establece que procede la acción
contencioso administrativa ante el Poder Judicial, de conformidad con la Ley
de la materia, contra:
a) La resolución que impone una sanción; o
b) La resolución que se pronuncia respecto de la reconsideración interpuesta
contra una resolución sancionatoria.
De lo señalado se colige que el orden administrativo se encuentra sujeto bajo
impugnación al contencioso administrativo. En este sentido, se entiende al
proceso contencioso como el camino jurídico de contenido igualitario en donde
el administrado asume la posición de ciudadano bajo un estado constitucional
de derecho, y donde a su vez es catalogado como una parte procesal que, en
dichas circunstancias, puede enfrentarse a un sujeto jurídico que si bien en la
vía administrativa se constituye en juez y parte de las decisiones en la vía ad-
ministrativa, ahora, no es sino, otra parte procesal más sin mayores beneficios,
privilegios o prerrogativas que aquellas que el derecho le tiene a bien conceder
bajo pautas estrictamente legales.
En ese aspecto, el Texto único Ordenado de la Ley del Proceso Contencioso
señala en el artículo 1 del capítulo I –referido a las normas generales del pro-
ceso–, que la finalidad del mismo descansa en el control enteramente jurídico,
desde el orden judicial, que se efectúa con respecto de las actuaciones, posi-
tivas o de abstención, jurídicas o fácticas, con título jurídico o carente de este,
efectuadas por la Administración Pública en cuanto provengan necesariamente
del derecho público, con especial referencia del derecho administrativo, para la
efectiva tutela de los derechos e intereses de los administrados.
Dicha tutela, conforme al análisis general de la norma devela que esta no se
detiene en restringir al proceso contencioso como uno de mera nulidad del
acto administrativo, sino también que se convierte en una estructura capaz
de proporcionar al ciudadano un proceso objetivo bien diseñado hacia un
esquema nuevo y dedicado, en su integridad, a proteger al ciudadano de las

86 Constitución de 1993:
“Artículo 148.- Las resoluciones administrativas que causan estado son susceptibles de impugnación mediante la acción contencioso-
administrativa”.
87 No obstante, la cosa juzgada no es absolutamente inmutable. En circunstancias muy especiales cabe la revisión de un proceso judicial, en
particular mediante el empleo de dos mecanismos: la nulidad de cosa juzgada fraudulenta y el amparo contra resoluciones judiciales que
no hayan emanado de un procedimiento regular.

132 Módulo V
Luis Morante Guerrero

actuaciones formales y materiales administrativas cuando sean estas contrarias


a la juridicidad y lesionen, además, sus derechos e intereses.
De lo expuesto entonces, podemos sostener que el control jurídico se configu-
ra como un mecanismo de tutela efectiva del ciudadano; el cual tiene como
principal finalidad servir de medio protectivo a los intereses ciudadanos. Por
tanto, los arquetipos legales administrativos que se conservan en dicha vía se
relativizan bajo la intrínseca naturaleza del proceso para cautelar la juridicidad
administrativa, lo que implica el sometimiento de las organizaciones administra-
tivas a la Constitución, a tono con los derechos e intereses de los administrados.
De esta manera, atendiendo a dicho control jurídico, el legislador establece
restrictivamente que la intervención del órgano jurisdiccional –a través de la
revisión de sus actos y decisiones– con respecto a la Administración Pública no
se constituye en un regla de aplicación general para todo proceder de los entes
que ejerzan función administrativa, sino que la necesariedad de dicho control
jurídico se efectúa dentro de un marco protectivo del ciudadano al interior
solo y exclusivamente de la generación de un conflicto, en el entendido de que
dicho término involucra, desde nuestro punto de vista, una disputa de derecho
o de interés que se suscita entre dos partes, en este caso entre los entes que
ejercen función administrativa y un administrado vinculados por un proceso
contencioso administrativo.

Módulo V 133

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