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JUICIO DE AMPARO DIRECTO 570/2018

QUEJOSA: VIOLETA ELIZABETH LAUREANO MARTÍNEZ


AUTORIDAD RESPONSABLE:
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS
PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL DECIMO OCTAVO CIRCUITO

H. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA


PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL DECIMOCTAVO CIRCUITO
PRESENTE

VIOLETA ELIZABETH LAURENO MARTÍNEZ, por mi propio derecho con


la personalidad que tengo debidamente reconocida en el expediente de
amparo al rubro citado, ante Usted con el debido respeto comparezco y
expongo:

Que vengo, por el presente Ocurso, estando en tiempo y forma a dar


cumplimiento a la prevención ordenada en auto de fecha 18 de
septiembre de 2019; en la cual me requiere que: “… exhiba la
trascripción textual de la parte de la ejecutoria recurrida que
contenga un pronunciamiento sobre constitucionalidad de normas
generales o establezca la interpretación directa de un precepto de la
Constitución Política de los estados Unidos Mexicanos, o bien, la
parte del concepto de violación cuyo análisis se haya omitido en la
sentencia recurrida” sobre tal requerimiento vengo hacer la trascripción
textual de la parte de la ejecutoria recurrida que establece la
interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de
los estados Unidos Mexicanos, siendo el la especie la siguiente:

Para dar contestación a la quejosa sobre la ineficaz


inconformidad que le aqueja acerca de la constancia de
posesión no ratificada por la Asamblea, la cual, dice que debe
otorgársele valor probatorio, sólo por esta viciada de nulidad
relativa, y por ello, ser tomada en cuenta para decretar su
mejor derecho a poseer del predio materia de la Litis, debe
destacarse que, a fin de analizar tal cuestión, se establecerá
el marco normativo de la Asamblea General de Comuneros, y
posteriormente, precisar sus funciones.

Al respecto, es necesario citar que la fracción VII del


artículo 27 constitucional, reformada por Decreto publicado
el seis de enero de mil novecientos noventa y dos,
textualmente dispone:

“VII.- Se reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población ejidales


y comunales y se protege su propiedad sobre la tierra, tanto para el
asentamiento humano como para actividades productivas.
La ley protegerá la integridad de las tierras de los grupos indígenas.
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La ley, considerando el respeto y fortalecimiento de la vida comunitaria de los
ejidos y comunidades, protegerá la tierra para el asentamiento humano y
regulará el aprovechamiento de tierras, bosques y aguas de uso común y la
provisión de acciones de fomento necesarias para elevar el nivel de vida de sus
pobladores.
La ley, con respeto a la voluntad de los ejidatarios y comuneros para adoptar las
condiciones que más les convengan en el aprovechamiento de sus recursos
productivos, regulará el ejercicio de los derechos de los comuneros sobre la tierra y de
cada ejidatario sobre su parcela. Asimismo establecerá los procedimientos por los
cuales ejidatarios y comuneros podrán asociarse entre sí, con el Estado o con terceros
y otorgar el uso de sus tierras; y, tratándose de ejidatarios, transmitir sus derechos
parcelarios entre los miembros del núcleo de población; igualmente fijará los requisitos
y procedimientos conforme a los cuales la asamblea ejidal otorgará al ejidatario el
dominio sobre su parcela. En caso de enajenación de parcelas se respetará el derecho
de preferencia que prevea la ley. Dentro de un mismo núcleo de población, ningún
ejidatario podrá ser titular de más tierra que la equivalente al 5% del total de las tierras
ejidales. En todo caso, la titularidad de tierras en favor de un solo ejidatario deberá
ajustarse a los límites señalados en la fracción XV.

La asamblea general es el órgano supremo del núcleo de población ejidal


o comunal, con la organización y funciones que la ley señale. El
comisariado ejidal o de bienes comunales, electo democráticamente en
los términos de la ley, es el órgano de representación del núcleo y el
responsable de ejecutar las resoluciones de la asamblea.
La restitución de tierras, bosques y aguas a los núcleos de población se hará en los
términos de la ley reglamentaria.”

Como se advierte, la referida fracción en su penúltimo párrafo,


determina que el órgano supremo de los núcleos de población
ejidal y comunal, será la asamblea general, para lo cual
señala que la organización y funciones de ésta, estarán
contenidas en la ley; asimismo, establece como el órgano de
representación del núcleo y responsable de ejecutar las
resoluciones de la asamblea, al comisariado ejidal o comunal.
Es de señalarse que el referido precepto constitucional, al
instituir a la asamblea general como órgano supremo del
núcleo de población ejidal o comunal, establece una reserva
legal en cuanto a su organización y funciones.

Al respecto, la Ley Agraria, establece respecto a los órganos


de los ejidos y comunidades.

“Artículo 12.- Son ejidatarios los hombres y las mujeres titulares de derechos
ejidales.

“Artículo 21.- Son órganos de los ejidos:

La asamblea;

II. El comisariado ejidal; y

III. El consejo de vigilancia.”

“Artículo 22.- El órgano supremo del ejido es la asamblea, en la que participan


todos los ejidatarios. (…)”

“Artículo 32.- El comisariado ejidal es el órgano encargado de la ejecución de los


acuerdos de la asamblea, así como de la representación y gestión administrativa del
ejido. Estará constituido por un Presidente, un Secretario y un Tesorero, propietarios y
sus respectivos suplentes. Asimismo, contará en su caso con las comisiones y los
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secretarios auxiliares que señale el reglamento interno. Este habrá de
contener la forma y extensión de las funciones de cada miembro del
comisariado; si nada dispone, se entenderá que sus integrantes
funcionarán conjuntamente.”
“Artículo 35.- El consejo de vigilancia estará constituido por un
Presidente y dos Secretarios, propietarios y sus respectivos suplentes y
operará conforme a sus facultades y de acuerdo con el reglamento
interno; si éste nada dispone, se entenderá que sus integrantes
funcionarán conjuntamente.”

Debe precisarse que si bien los artículos transcritos se


encuentran en el capítulo I De los Ejidos, éstos también son
aplicables a las Comunidades, previstas en el capítulo V del
mismo Título Tercero, tal y como lo establece el artículo 107
de la propia ley, el cual dispone “Son aplicables a las
comunidades todas las disposiciones que para los ejidos prevé
esta ley, en lo que no contravengan lo dispuesto en este
Capítulo”.

Así se tiene, que son ejidatarios o, comuneros, los hombres y


mujeres titulares de derechos, ya sea ejidales o comunales;
que los órganos de los ejidos y comunidades son: la
asamblea, el comisariado ejidal y el consejo de vigilancia; que
el órgano supremo es la asamblea, en la que participan todos
los ejidatarios o comuneros.

Asimismo, se advierte que el comisariado ejidal o comunal es


el órgano encargado de la ejecución de los acuerdos de la
asamblea, así como de la representación y gestión
administrativa, ya sea del ejido o de la comunidad; que dicho
comisariado estará constituido por un Presidente, un
Secretario y un Tesorero, con sus respectivos suplentes y, el
Consejo de Vigilancia, por un Presidente y dos Secretarios,
con sus respectivos suplentes.

De todo lo anterior, se advierte que la Ley es congruente con


el precepto constitucional que reglamenta, pues contempla a
la asamblea como el órgano supremo del núcleo de
población y al comisariado ejidal o comunal, como el órgano
de representación y ejecutor de las resoluciones de la
asamblea.

La señalada congruencia también se corrobora al desarrollar


la Ley Agraria, la reserva legal que establece el propio
PENÚLTIMO PÁRRAFO DE LA FRACCIÓN VII DEL
ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL.

En efecto, dicha fracción establece que la organización y


funciones del órgano supremo (asamblea), así como la
elección democrática del órgano de representación del núcleo
de población (comisariado ejidal o comunal), se establecerán
en la ley.
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La referida reserva legal, se encuentra desarrollada en la


mencionada Ley, en los siguientes artículos:

“Artículo 22.- El órgano supremo del ejido es la asamblea, en la que participan


todos los ejidatarios. El comisariado ejidal llevará un libro de registro en el que asentará
los nombres y datos básicos de identificación de los ejidatarios que integran el núcleo
de población ejidal correspondiente. La asamblea revisará los asientos que el
comisariado realice conforme a lo que dispone este párrafo.”
“Artículo 23.- La asamblea se reunirá por lo menos una vez cada seis meses o con
mayor frecuencia cuando así lo determine su reglamento o su costumbre. Serán de la
competencia exclusiva de la asamblea los siguientes asuntos:
I. Formulación y modificación del reglamento interno del ejido;
II. Aceptación y separación de ejidatarios, así como sus aportaciones;
III. Informes del comisariado ejidal y del consejo de vigilancia, así como la elección y
remoción de sus miembros;
IV. Cuentas o balances, aplicación de los recursos económicos del ejido y otorgamiento
de poderes y mandatos;
V. Aprobación de los contratos y convenios que tengan por objeto el uso o disfrute por
terceros de las tierras de uso común;
VI. Distribución de ganancias que arrojen las actividades del ejido;
VII. Señalamiento y delimitación de las áreas necesarias para el asentamiento humano,
fundo legal y parcelas con destino específico, así como la localización y relocalización
del área de urbanización;
VIII. Reconocimiento del parcelamiento económico o de hecho y regularización de
tenencia de posesionarios;
IX. Autorización a los ejidatarios para que adopten el dominio pleno sobre sus parcelas
y la aportación de las tierras de uso común a una sociedad, en los términos del artículo
75 de esta ley;
X. Delimitación, asignación y destino de las tierras de uso común así como su régimen
de explotación;
XI. División del ejido o su fusión con otros ejidos;
XII. Terminación del régimen ejidal cuando, previo dictamen de la Procuraduría Agraria
solicitado por el núcleo de población, se determine que ya no existen las condiciones
para su permanencia;
XIII. Conversión del régimen ejidal al régimen comunal;
XIV. Instauración, modificación y cancelación del régimen de explotación colectiva; y
XV. Los demás que establezca la ley y el reglamento interno del ejido.”
“Artículo 24.- La asamblea podrá ser convocada por el comisariado ejidal o por el
consejo de vigilancia, ya sea a iniciativa propia o si así lo solicitan al menos veinte
ejidatarios o el veinte por ciento del total de ejidatarios que integren el núcleo de
población ejidal. Si el comisariado o el consejo no lo hicieren en un plazo de cinco días
hábiles a partir de la solicitud, el mismo número de ejidatarios podrá solicitar a la
Procuraduría Agraria que convoque a la asamblea.”
“Artículo 25.- La asamblea deberá celebrarse dentro del ejido o en el lugar habitual,
salvo causa justificada. Para ello, deberá expedirse convocatoria con no menos de ocho
días de anticipación ni más de quince, por medio de cédulas fijadas en los lugares más
visibles del ejido. En la cédula se expresarán los asuntos a tratar y el lugar y fecha de la
reunión. El comisariado ejidal será responsable de la permanencia de dichas cédulas en
los lugares fijados para los efectos de su publicidad hasta el día de la celebración de la
asamblea.
La convocatoria que se expida para tratar cualesquiera de los asuntos señalados en las
fracciones VII a XIV del artículo 23 de esta ley, deberá ser expedida por lo menos con
un mes de anticipación a la fecha programada para la celebración de la asamblea.
Si el día señalado para la asamblea no se cumplieran las mayorías de asistencia
requeridas para su validez, se expedirá de inmediato una segunda convocatoria. En este
caso, la asamblea se celebrará en un plazo no menor a ocho ni mayor a treinta días
contados a partir de la expedición de la segunda convocatoria.”
“Artículo 26.- Para la instalación válida de la asamblea, cuando ésta se reúna por
virtud de primera convocatoria, deberán estar presentes cuando menos la mitad más
uno de los ejidatarios, salvo que en ella se traten los asuntos señalados en las fracciones
VII a XIV del artículo 23, en cuyo caso deberán estar presentes cuando menos tres
cuartas partes de los ejidatarios.
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Cuando se reúna por virtud de segunda o ulterior convocatoria, la asamblea se
celebrará válidamente cualquiera que sea el número de ejidatarios que concurran,
salvo en el caso de la asamblea que conozca de los asuntos señalados en las fracciones
VII a XIV del artículo 23, la que quedará instalada únicamente cuando se reúna la mitad
más uno de los ejidatarios.”
“Artículo 27.- Las resoluciones de la asamblea se tomarán válidamente por mayoría
de votos de los ejidatarios presentes y serán obligatorias para los ausentes y disidentes.
En caso de empate el Presidente del comisariado ejidal tendrá voto de calidad.
Cuando se trate alguno de los asuntos señalados en las fracciones VII a XIV del artículo
23 de esta ley, se requerirá el voto aprobatorio de dos terceras partes de los asistentes
a la asamblea.”
“Artículo 31.- De toda asamblea se levantará el acta correspondiente, que será
firmada por los miembros del comisariado ejidal y del consejo de vigilancia que asistan,
así como por los ejidatarios presentes que deseen hacerlo. En caso de que quien deba
firmar no pueda hacerlo, imprimirá su huella digital debajo de donde esté escrito su
nombre.
Cuando exista inconformidad sobre cualesquiera de los acuerdos asentados en el acta,
cualquier ejidatario podrá firmar bajo protesta haciendo constar tal hecho.
Cuando se trate de la asamblea que discuta los asuntos establecidos en las fracciones
VII a XIV del artículo 23 de esta ley, el acta deberá ser pasada ante la fe del fedatario
público y firmada por el representante de la Procuraduría Agraria que asistan a la
misma e inscrita en el Registro Agrario Nacional.”
“Artículo 33.- Son facultades y obligaciones del comisariado:
I. Representar al núcleo de población ejidal y administrar los bienes comunes del ejido,
CON LAS FACULTADES DE UN
en los términos que fije la asamblea,
APODERADO GENERAL PARA ACTOS DE ADMINISTRACIÓN Y
PLEITOS Y COBRANZAS;
II. Procurar que se respeten estrictamente los derechos de los ejidatarios;
III. Convocar a la asamblea en los términos de la ley, así como cumplir los acuerdos que
dicten las mismas;
IV. Dar cuenta a la asamblea de las labores efectuadas y del movimiento de fondos, así
como informar a ésta sobre los trabajos de aprovechamiento de las tierras de uso
común y el estado en que éstas se encuentren;
V. Las demás que señalen la ley y el reglamento interno del ejido; (…)”

De lo anterior se desprende, en cuanto a la organización y


funcionamiento de la asamblea, lo siguiente:

- Que la asamblea es el órgano supremo del ejido y en ella


participan todos los ejidatarios; le corresponde revisar los
asientos que el comisariado ejidal realiza en el libro de registro
de ejidatarios que integran el núcleo de población.
- Que deberá reunirse por lo menos una vez cada seis meses
y que serán de su exclusiva competencia: la formulación y
modificación del reglamento interno del núcleo de población;
la aceptación y separación de ejidatarios; informes del
comisariado y del consejo de vigilancia, así como la elección y
remoción de sus miembros; las cuentas o balances, aplicación
de los recursos económicos del ejido y otorgamiento de
poderes y mandatos; la aprobación de los contratos y
convenios que tengan por objeto el uso o disfrute por terceros
de las tierras de uso común; la distribución de ganancias que
arrojen las actividades del ejido; el señalamiento y delimitación
de las áreas necesarias para el asentamiento humano, fundo
legal y parcelas con destino específico, así como la
localización y relocalización del área de urbanización; el
reconocimiento del parcelamiento económico o de hecho
y regularización de tenencia de posesionarios; la
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autorización a los ejidatarios para que adopten el dominio


pleno sobre sus parcelas y la aportación de las tierras de uso
común a una sociedad, en los términos del artículo 75 de la
propia ley; la delimitación, asignación y destino de las tierras
de uso común así como su régimen de explotación; la división
del ejido o su fusión con otros ejidos; la terminación del
régimen ejidal cuando, previo dictamen de la Procuraduría
Agraria solicitado por el núcleo de población, se determine que
ya no existen las condiciones para su permanencia; la
conversión del régimen ejidal al régimen comunal; la
instauración, modificación y cancelación del régimen de
explotación colectiva; y los demás que establezca la ley y el
reglamento interno del ejido.
- Que la asamblea puede ser convocada por el comisariado
ejidal o por el consejo de vigilancia, ya sea a iniciativa propia
o ante la solicitud de al menos veinte ejidatarios o del veinte
por ciento del total de ejidatarios y si dichos órganos no lo
hicieren dentro de los cinco días siguientes a la solicitud, el
mismo número de ejidatarios podrá solicitar a la Procuraduría
Agraria que sea ella quien haga la convocatoria.
- Que la asamblea deberá celebrarse dentro del ejido o en
el lugar habitual, salvo causa justificada, que para ello deberá
expedirse convocatoria con no menos de ocho días de
anticipación ni más de quince, por medio de cédulas fijadas en
los lugares más visibles del ejido, en las que se expresarán los
asuntos a tratar y el lugar y fecha de reunión y que el
comisariado ejidal será responsable de la permanencia de
dichas cédulas.
- Que si el día señalado para la asamblea no se reúne la
mayoría de asistencia requerida para su validez, se
expedirá una segunda convocatoria, para que a partir de ésta,
en un plazo no menor a ocho ni mayor a treinta días, la
asamblea tenga verificativo.
- Que para la instalación válida de la asamblea, cuando ésta
se lleve a cabo por virtud de la primera convocatoria,
deberán estar presentes por lo menos la mitad más uno de los
ejidatarios, salvo cuando se trate de los asuntos señalados en
las fracciones VII a XIV del artículo 23, en cuyo caso deberán
estar presentes cuando menos tres cuartas partes de los
ejidatarios.
- Que si la asamblea se realiza por virtud de la segunda o
ulterior convocatoria, aquélla se celebrará y será válida con
cualquiera que sea el número de ejidatarios que concurran,
salvo cuando se trate de los asuntos señalados en las
fracciones VII a XIV del artículo 23, en cuyo caso deberán estar
presentes cuando menos la mitad más uno de los ejidatarios.
- Que las resoluciones de la asamblea se tomarán por
mayoría de votos de los ejidatarios presentes y serán
obligatorias para los ausentes y disidentes y que en caso
de empate, el presidente del comisariado ejidal tendrá
voto de calidad.
- Que de toda asamblea se levantará acta la cual deberá
firmarse por los miembros del comisariado ejidal y del consejo
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de vigilancia que asistan, así como por los ejidatarios


presentes que deseen y que quienes no sepan firmar podrán
imprimir su huella digital bajo su nombre.
Que en caso de existir inconformidad con lo asentado en el
acta, cualquier ejidatario podrá firmar bajo protesta.
- Que cuando en la asamblea se traten asuntos relacionados
con las fracciones VII a XIV del artículo 23, el acta deberá
ser pasada ante la fe de fedatario público y firmada por el
representante de la Procuraduría Agraria que asistan y
luego inscrita en el Registro Agrario Nacional.
Bajo esa óptica, la Asamblea, es el órgano supremo de la
Comunidad y, tiene como de su competencia exclusiva, entre
otras cuestiones la regularización de tenencia de
posesionarios.

Por su parte el precepto 33, fracción I, de la Ley


Agraria, dispone que el Comisariado, es el órgano
encargado de la representación del núcleo de
población, con las facultades de un apoderado general
para actos de administración y pleitos y cobranzas.

Ahora bien, tratándose de la expedición de constancias de


posesión, que implica la regularización de tenencia de
posesionarios, al ser de competencia exclusiva de la
Asamblea, para que el representante de la comunidad pueda
válidamente realizar tales actos, es necesario, en principio,
que cuente con la autorización de la Asamblea.

Sin embargo, no existe razón legal para determinar la


ineficacia jurídica de una constancia de posesión, expedida
por el Comisariado, sin previa autorización del órgano supremo
del núcleo agrario respectivo, siempre y cuando la Asamblea
la ratifica; porque si bien en tal supuesto el comisariado actúa
extralimitándose en las facultades que tiene conferidas, esa
constancia sólo está viciada de nulidad relativa, por lo que
puede ser objeto de convalidación o ratificación por la
Asamblea. De ahí que una vez verificada dicha ratificación, la
constancia respectiva adquiera validez y eficacia probatoria,
porque así lo establece expresamente el artículo 2583, del
Código Civil Federal30, (30 ARTICULO 2,583. Los actos que el mandatario
practique a nombre del mandante, pero traspasando los límites expresos del mandato,
serán nulos, con relación al mismo mandante, si no los ratifica tácita o expresamente.)
de aplicación supletoria a la ley Agraria, al señalar que los
actos que el mandatario, practique a nombre del mandante,
pero traspasando los límites expresos del mandato, serán
nulos en relación con el mandante, si no lo ratifica tácita o
expresamente.
Reflexiones que se obtienen de la siguiente jurisprudencia,
cuyo criterio se comparte:

Época: Décima Época


Registro: 2005053
Instancia: Plenos de Circuito
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Tipo de Tesis: Jurisprudencia


Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 1, Diciembre de 2013, Tomo II
Materia(s): Administrativa
Tesis: PC.XIII. J/1 (10a.)
Página: 831
CONSTANCIAS DE POSESIÓN EXPEDIDAS POR EL
COMISARIADO DE BIENES COMUNALES, MOTU
PROPRIO, TIENEN VALIDEZ Y EFICACIA PROBATORIA,
UNA VEZ QUE LA ASAMBLEA LAS RATIFICA. En términos
de los artículos 23, fracción VIII, y 107, de la Ley Agraria, la
Asamblea, es el órgano supremo de la Comunidad y, tiene
como de su competencia exclusiva, entre otras cuestiones, la
regularización de tenencia de posesionarios. Por su parte el
precepto 33, fracción I, de dicho Ordenamiento, dispone que
el Comisariado, es el órgano encargado de la representación
del núcleo de población, con las facultades de un apoderado
general para actos de administración y pleitos y cobranzas.
Ahora bien, tratándose de la expedición de constancias de
posesión, que implica la regularización de tenencia de
posesionarios, al ser de competencia exclusiva de la
Asamblea, para que el representante de la comunidad pueda
válidamente realizar tales actos, es necesario, en principio,
que cuente con la autorización de la Asamblea; sin embargo,
no existe razón legal para determinar la ineficacia jurídica de
una constancia de posesión, expedida por el Comisariado, sin
previa autorización del órgano supremo del núcleo agrario
respectivo, cuando la Asamblea la ratifica; porque si bien en
tal supuesto el Comisariado actúa extralimitándose en las
facultades que tiene conferidas, esa constancia sólo está
viciada de nulidad relativa, por lo que puede ser objeto de
convalidación o ratificación por la Asamblea; y de ahí que una
vez verificada dicha ratificación, la constancia respectiva
adquiera validez y eficacia probatoria, porque así lo establece
expresamente el artículo 2583, del Código Civil Federal, de
aplicación supletoria a la ley Agraria, al señalar que los actos
que el mandatario, practique a nombre del mandante, pero
traspasando los límites expresos del mandato, serán nulos en
relación con el mandante, si no lo ratifica tácita o
expresamente; con la salvedad de que esos efectos son
retroactivos desde que se emite el documento suscrito por el
Comisariado de Bienes Comunales, en los términos del
artículo 2235 del Código Civil Federal, que establece que la
confirmación se retrotrae al día en que se verificó el acto nulo;
pero ese efecto retroactivo no perjudicará a los derechos de
tercero.

PLENO DEL DECIMOTERCER CIRCUITO.

Contradicción de tesis 1/2013. Entre las sustentadas por el


Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa y el
Tribunal Colegiado en Materias de Trabajo y Administrativa,
ambos del Décimo Tercer Circuito. 30 de septiembre de 2013.
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Mayoría de votos. Disidente: Jaime Allier Campuzano.


Ponente: Roberto Meixueiro Hernández. Secretario: Gabriel
Sumano Leyva.

Esta tesis se publicó el viernes 06 de diciembre de 2013 a las


06:00 horas en el Semanario Judicial de la Federación y, por
ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes
09 de diciembre de 2013, para los efectos previstos en el punto
séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.”

Sentado lo anterior, el hecho de que la constancia de posesión


de la quejosa esté viciada de nulidad relativa, impide a la
responsable tomarla en consideración hasta en tanto sean
superados los vicios que le aquejan.

De ahí que no le asista razón a la quejosa para que su


constancia de posesión sea valorada para los extremos que
pretende, pues al estar viciada de nulidad, no podrá tener el
alcance probatorio para producir convicción de que está en
posesión del predio materia de la controversia, dado que eso
sólo puede ocurrir una vez que sea convalidada o ratificada por
la Asamblea. Lo que revela lo infundado de sus argumentos.

Además, de que en el presente asunto no hay operancia del


principio pro persona, pues no se identifica alguna
interpretación legal más favorable hacia la quejosa, debido a
que no se contempla en la Constitución, ni en tratados
internacionales, que un documento afectado con nulidad
relativa, deba ser tomado en consideración para los extremos
que pretende la quejosa.”

Con la anterior transcripción nos damos cuenta que el Colegiado


hace una interpretación directa de la fracción VII, 5º párrafo del
artículo 27 Constitucional, vulnerando las garantías del quejoso,
previstas en el artículo 2º, apartado A, fracciones V y VII de la
Constitución Federal por la autoridad responsable, pues del
contenido de la sentencia se advierte una total y absoluta parcialidad
a favor de los terceros interesados, con el deliberado objeto de
legalizar la usurpación del derecho de posesión que tengo bien
inmueble en cuestión reconocidos mediante constancia de posesión
de la quejosa, con base en falsas consideraciones y con patente
violación a los preceptos legales que establecen:

“…A. Esta Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las


comunidades indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía
para: ...”

V. Conservar y mejorar el hábitat y preservar la integridad de sus tierras en los términos


establecidos en esta Constitución...”

Del precepto constitucional, se aprecia que el Constituyente


determinó el reconocimiento per se con rango de garantía
constitucional, en favor de los pueblos y comunidades a la libre
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determinación y autonomía para preservar la integridad de sus


tierras y, cuyos alcances son obvios. Sin que la Constitución Federal
ni alguna de las leyes reglamentarias, permitan a la autoridad
responsable ordenar mediante sentencia la privación del predio en
cuestión que conforme a mi constancia me fue reconocida la
posesión del mismo.

Por su parte la fracción VIII, apartado A, del artículo 2°


Constitucional, estatuye el derecho para “acceder, plenamente a la
jurisdicción del Estado”; lo cual implica que para los pueblos y
comunidades no existirá riesgo o que no se produzcan falsas
complicaciones en los juicios en los que sean parte, en la forma que
se indica:

VIII. Acceder, plenamente a la jurisdicción del Estado. Para garantizar ese derecho, en
todos los juicios y procedimientos en que sean parte, individual o colectivamente, se
deberán tomar en cuenta sus costumbres y especificidades culturales respetando los
preceptos de esta Constitución. Los indígenas tienen en todo tiempo el derecho de ser
asistidos por intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura
“.
Es patente la violación a la norma constitucional aludida, pues lejos
de cumplir con dicha garantía jurisdiccional, la autoridad responsable
abusa de la ignorancia del quejoso FALTANDO A LA VERDAD en la
sentencia que se reclama y le obliga a continuar litigando para
defender sus derechos, lo cual deviene en un absoluto y manifiesto
trato discriminatorio por su condición social. Se viola en perjuicio del
quejoso lo dispuesto en el artículo 2°, apartado A, fracciones V y VII
de la Constitución Federal, puesto que no atribuyen facultades a la
responsable para privar a la quejosa del predio en cuestión con una
sentencia infundada e inmotivada, actualizándose la tesis: Novena
época. Segunda Sala. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
XVI. Noviembre de 2002. Materia Constitucional. Tesis 2ª. CXXXVIII/2002,
Página 445. al Rubro: DERECHOS DE LOS INDÍGENAS. LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL RECONOCE EL PRINCIPIO TERRITORIAL
DE SUS PUEBLOS Y EL DERECHO PREFERENTE DE LAS
COMUNIDADES AL USO Y DISFRUTE DE LOS RECURSOS
NATURALES DE LOS LUGARES QUE OCUPAN.

El Tribunal pierde de vista que la comunidad agraria a la que


pertenece el predio en cuestión es una comunidad agraria con una
posesión primigenia y ancestral, la cual se rige por sus usos y
costumbres perfectamente amparados en el artículo 2° de la
Constitución Federal, por lo que el juzgador titular de un tribunal
especializado, tiene conocimiento pleno que en las comunidades del
país, las constancias de posesión son expedidas como documento
regulador y administrativo por los órganos de representación
comunal, ya que no es una costumbre propia del estado de Morelos,
sino que se otorgan con sustento en sus usos y costumbres e
inclusive regulada por el estatuto comunal que la propia asamblea de
comuneros autorizó a esta comunidad agraria, lo cual tiene sustento
la autorización para que las expidan los integrantes del comisariado,
en virtud, de la aprobación del máximo órgano. El propio artículo
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33, fracción I, dispone que el Comisariado, es el órgano


encargado de la representación del núcleo de población, con las
facultades de un APODERADO GENERAL PARA ACTOS DE
ADMINISTRACIÓN Y PLEITOS Y COBRANZAS, por lo tanto en
base a los usos y costumbres las constancias de posesión son
expedidas como documento regulador y administrativo por los
órganos de representación comunal, como una costumbre propia
en el estado de Morelos; es decir lo que es exclusivo de la asamblea
es la regularización de la tenencia de derechos posesorios; pero en
cuanto a las facultades del representante de la misma este si tiene
facultades conforme al numeral 33 fracción I de la Ley Agraria de
realizar válidamente la expedición de constancias de posesión
tratándose de posesión comunal y que así se desprende del 5º
párrafo de la fracción VII del artículo 27 Constitucional.

Sin embargo, no asiste razón legal al juzgador del Colegiado para


no concederle valor probatorio a la constancia de posesión, expedida
por el Comisariado de bienes comunales, ya que como se indica del
texto de la constancia esta fue debidamente expedida por el órgano
de representación, ya que tal documental es publica si tiene validez
y eficacia probatoria, porque así lo establece expresamente el
artículo 2554 del Código Civil Federal, de aplicación supletoria a la
ley Agraria, al señalar: “ EN TODOS LOS PODERES GENERALES PARA
PLEITOS Y COBRANZAS, BASTARÁ QUE SE DIGA QUE SE OTORGA CON
TODAS LAS FACULTADES GENERALES Y LAS ESPECIALES QUE
REQUIERAN CLÁUSULA ESPECIAL CONFORME A LA LEY, PARA QUE SE
ENTIENDAN CONFERIDOS SIN LIMITACIÓN ALGUNA” precepto que es
acorde al numeral 33 fracción I de la Ley Agraria, toda vez que en el
mismo se señala que: Son facultades y obligaciones del comisariado: I. Representar al
núcleo de población ejidal y administrar los bienes comunes del ejido, en los términos que fije la
CON LAS FACULTADES DE UN APODERADO GENERAL PARA
asamblea,
ACTOS DE ADMINISTRACIÓN Y PLEITOS Y COBRANZAS, por lo que el
Tribunal colegiado hace una indebida interpretación directa del
articulo 27 fracción VII 5º párrafo de la Constitución Federal, en el cual
claramente se nota que su carácter es de un apoderado general para
actos de administración, pleitos y cobranzas ya que señala que: EL
COMISARIADO …DE BIENES COMUNALES, ES EL ÓRGANO DE
REPRESENTACIÓN DEL NÚCLEO ...”

Por lo tanto, el Tribunal Colegiado hace una interpretación directa pero


indebida del artículo 27 fracción VII 5º párrafo de la Constitución
Federal e incluso indebidamente deja sin efectos mi constancia de
posesión sobre el predio en cuestión dejando de aplicar el principio pro
persona y la norma más favorable que en este caso deja de inaplicar
al respecto el siguiente criterio jurisprudencial respecto del valor
probatorio de las constancias de posesión emitidas por el comisariado
de bienes comunales, la cual es del tenor siguiente:
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Época: Novena Época


Registro: 202536
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo III, Mayo de 1996
Materia(s): Administrativa
Tesis: VI.2o.41 A
Página: 717

VALOR PROBATORIO DE LAS CONSTANCIAS DE POSESION


EMITIDAS POR EL COMISARIADO EJIDAL Y EL CONSEJO DE
VIGILANCIA.

Las constancias de posesión expedidas por el Comisariado


Ejidal y el Consejo de Vigilancia, en relación a las tierras
ejidales, merecen valor presuntivo, en virtud de ser
órganos de decisión interna del ejido, encargados de la
administración de los bienes agrarios y de la vigilancia de
las tierras otorgadas al ejido que representan; sin embargo,
por sí solas no resultan aptas para demostrar el hecho de la
posesión, sino que deberán encontrarse adminiculadas con
diversos elementos de convicción que obren en el juicio de
garantías, para así, acreditar fehacientemente tal hecho.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 132/96. Manuel Flores de la Cruz. 23 de


abril de 1996. Unanimidad de votos. Ponente: María
Eugenia Estela Martínez Cardiel. Secretario: Enrique Baigts
Muñoz.

Bajo esa tesitura, es de señalar que a su vez desatiende la parte de mi


concepto de violación que hice consistir de la forma siguiente:

“Y la suscrita efectivamente, acredite que mi constancia


de posesión que me extendió el titular o representante
legal de los bines comunales donde se encuentra el predio
en cuestión, se trata de una trasmisión no formalizada
afectada solo de nulidad relativa, que es más antigua a la
que presenta la contraria, y que mi constancia no está alterada
o no tiene como origen la maquinación y engaño de que se
valió mi contraparte, quien incluso con la misma viola el
principio de indivisibilidad y maneja la disyuntiva y conjuntiva a
su antojo, lo que no puede determinarse a quien de los
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demandados en el juicio de origen la pudiera amparar de forma


no formalizada un derecho para que pudieran haber entrado al
predio de mi posesión legal que aunque de validez relativa, es
la causa generadora por la que entre en posesión del predio
en cuestión; y en cambio en el caso de mi contraparte si opera
la nulidad absoluta de su cesión que ni siquiera está en aptitud
de que le sea formalizada, toda vez que viola el principio de
indivisibilidad, fue generada con dolo y mala fe.”

Lo anterior porque conforme al criterio jurisprudencial las constancias de


posesión expedidas por el Comisariado de Bienes comunales, en relación
a las tierras comunales, merecen valor presuntivo, en virtud de ser
órganos de decisión interna, encargados de la administración de los
bienes agrarios que representan; y si bien la tesis señala que si son aptas
para demostrar la posesión, siempre y cuando se encuentren
adminiculadas con otros medios de prueba que obren en el juicio de
garantías, por lo que de la sentencia que se impugno se hizo una
enunciación de las pruebas testimonial, inspección ocular y la pericial del
perito tercero en discordia que demuestran que con el valor presuntivo de
mi constancia de referencia relacionadas con el haber probatorio
mencionado si es apta para demostrar que la misma señala que de su
contenido legalmente tengo el mejor derecho de posesión sobre el predio
en cuestión. Asimismo cabe recordar que mediante la sentencia del nueve
de enero de dos mil dieciocho, la Magistrada del Tribunal Unitario Agrario
Distrito Dieciocho en Cuernavaca, Morelos, si reconoció mi mejor derecho
a poseer el predio en cuestión cuando dictó la sentencia en la fecha
referida, cuyos puntos resolutivos, son del tenor siguiente:

“PRIMERO. La actora en el principal VIOLETA ELIZABETH


LAUREANO MARTÍNEZ acreditó parcialmente los extremos
de la acción que hace valer en contra de los demandados
MARIO PERALTA CARRILLO y FELICITAS AMARO
DELGADO en el presente juicio agrario; en consecuencia, es
procedente declarar que le corresponde a la actora en el
principal poseer con mejor derecho el predio ubicado en calle
Privada Claveles, Colonia Hacienda de las Flores, dentro de
los bienes comunales de Tejalpa,Municipio de Jiutepec,
Morelos, que de acuerdo con el trabajo del experto de la actora
resultó con superficie de 202.97 metros cuadrados, con las
siguientes medidas y colindancias: al Norte mide 20.29 metros
con CARLOS OSORIO ABUNDEZ (antes FERNANDO DÍAZ
GUERRERO), al Sur mide en dos tramos 17.48 y 2.71 metros
con NICOLAS MENDOZA ORTEGA (antes MARICELA
MORALES MOTA), al Oriente mide 9.89 metros con SERAFÍN
GONZALEZ MORENO y al Poniente en 10.00 metros con
Privada Claveles, materia del presente controvertido; a virtud
de lo cual los demandados deberán respetar la posesión que
ha venido ejerciendo la actora en el principal, debiendo
desocupar dicho inmueble y que se abstengan de continuar
perturbándolo; asimismo, resulta procedente declarar la
nulidad de la constancia de posesión con folio 0647 de fecha
dieciocho de febrero del dos mil quince, expedida por los
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Integrantes del Comisariado de Bienes Comunales de Tejalpa,


Municipio de Jiutepec, Morelos, a favor de los hoy
demandados MARIO PERALTA CARRILLO y FELICITAS
AMARO DELGADO; y también es procedente declarar la
nulidad de la cesión de derechos de fecha veinticinco de
diciembre de dos mil catorce, exhibida por los demandados; de
acuerdo a los razonamientos y fundamentos de derecho
expuesto en el considerando sexto de la presente resolución.
SEGUNDO. Por otro lado, se determina que es improcedente
declarar que la actora en el principal es legítima titular del
predio antes descrito, por lo cual se dejan a salvo sus derechos
para que los haga valer en la vía y términos que corresponda;
y es improcedente el pago de daños y perjuicios; conforme a
lo razonado y fundado en el sexto considerando de esta
sentencia.
TERCERO. Los actores en la reconvención MARIO PERALTA
CARRILLO y FELICITAS AMARO DELGADO no acreditan los
extremos de la acción que hace valer en contra de la
demandada en esta vía VIOLETA ELIZABETH LAUREANO
MARTÍNEZ ; en consecuencia, es improcedente declarar que
los actores en reconvención tienen mejor derecho a poseer el
predio ubicado en Privada Claveles sin número, Colonia
Hacienda de las Flores en Jiutepec, Morelos, con la superficie,
medidas y colindancias que señalaron en el escrito de
demanda reconvencional; también es improcedente declarar
que se respete a los actores en cita la posesión que tienen
sobre ese inmueble; asimismo, es improcedente declarar la
nulidad de todo documento expedido a favor de VIOLETA
ELIZABETH LAUREANO MARTÍNEZ respecto del predio en
conflicto, y es improcedente el pago de daños y perjuicios
hasta por la cantidad de $100,000.00 (Cien mil pesos 00/100
moneda nacional); atento a los razonamientos y fundamentos
de derecho expuestos en los considerandos sexto y séptimo
de la presente resolución.
CUARTO. Notifíquese personalmente a las partes el presente
fallo; y una vez que cause ejecutoria, los demandados en el
principal deberán desocupar la fracción de terreno de la actora
en esa vía, como se ordenó en el primer punto resolutivo;
hecho lo cual, previas las anotaciones que se hagan en el Libro
de Gobierno, archívese el presente expediente como asunto
total y definitivamente concluido. CÚMPLASE

Por lo tanto, desentendió en parte la parte del concepto de violación


aludido, toda vez que mi constancia de posesión si tiene un valor
presuntivo concatenada con el haber probatorio, y que por ende en la
sentencia del nueve de enero de dos mil dieciocho, la Magistrada del
Tribunal Unitario Agrario Distrito Dieciocho en Cuernavaca, Morelos, si
reconoció mi mejor derecho a poseer el predio en cuestión, siendo tal
sentencia mientras el asunto esta sub júdice, una documental púbica que
debió haber sido analizada, conjuntamente con las demás probanzas y
arribar a la conclusión a que se llegó en la sentencia del nueve de enero
de dos mil dieciocho, emitida la Magistrada del Tribunal Unitario Agrario
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Distrito Dieciocho en Cuernavaca, Morelos, situación que causa agravio a


la suscrita por la omisión del juzgador colegiado, toda vez que debió
estudiar y analizar exhaustivamente las pruebas referidas conforme al
principio pro persona y la norma más favorable que en este caso lo es la
tesis cuyo rubro es: VALOR PROBATORIO DE LAS CONSTANCIAS DE
POSESION EMITIDAS POR EL COMISARIADO EJIDAL Y EL CONSEJO
DE VIGILANCIA., misma que reconoce que la constancia de referencia si
tiene un valor presuntivo y adminiculada con las testimoniales, la
inspección ocular y las periciales y demás haber probatorio si es válida
para demostrar que a la suscrita le corresponde el mejor derecho a poseer
el predio en cuestión.
Por lo expuesto y fundado;

A ESTE H. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL


Y ADMINISTRATIVA DEL DECIMOCTAVO CIRCUITO; Atentamente
pido:
PRIMERO.- Tenerme por presentada con este escrito
subsanando la prevención que se me hiciera por auto de fecha 18 de
septiembre de 2019
SEGUNDO.- Dar entrada a mi RECURSO DE REVISION en
contra de la resolución dictada dentro del Juicio de amparo Directo
Numero 570/2018, con la presente subsanación en la forma y términos
propuestos por ser procedente conforme a derecho.
PROTESTO LO NECESARIO.
Cuernavaca, Morelos a 30 de septiembre de 2019.

C. VIOLETA ELIZABETH LAUREANO MARTÍNEZ

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