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LA CIUDAD DE CUZCO

CUZCO, (“QOSQO” EN QUECHUA), FUNDADA EN EL AÑO 1100, ES LA CIUDAD MÁS ANTIGUA DEL
HEMISFERIO OCCIDENTAL QUE CONTINÚA SIENDO HABITADA. CONSTRUIDA EN UNA REGIÓN
MONTAÑOSA CONSIDERADA DE LAS MÁS HERMOSAS DEL PLANETA, CUZCO ES UNA DE LAS
CIUDADES PERUANAS MÁS IMPRESIONANTES, TANTO POR SU HISTORIA COMO POR SU RICA
MEZCLA DE ARQUITECTURA INCA Y COLONIAL. (1)

Fue la capital del imperio Inca y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en
1983. Su arquitectura, contrastada por el estilo español y la solidez de los cimientos de los
monumentos incas, le confieren une belleza única. (2)

La ciudad está situada en la zona central y suroriental del Perú. Ocupa gran parte del nudo
orográfico de Vilcanota. Su diversidad y los cambios abruptos de paisaje y ecosistemas están
principalmente asociados a la Cordillera de los Andes. La zona andina presenta aspectos de
elevadas montañas, alta mesetas y altiplanos, extensas pampas bordeadas de profundas
quebradas por las que discurren encañonados los ríos, formando valles y cañones, siendo los
más importantes los erosionados por los ríos Paucartambo, Urubamba y Apurímac. (3)

Debido a su situación geográfica elevada (3.400 m.s.n.m) tiene un clima subtropical de altura,
seco y templado similar, por otra parte, al continental, diferenciándose claramente dos
estaciones de acuerdo a las lluvias. La estación seca que comprende los meses de abril a octubre
con cielos despejados y soleados pero con noches frías y otra temporada de lluvias, entre los
meses de noviembre a marzo. Los meses más lluviosos son entre diciembre y febrero siendo el
promedio de precipitaciones de unos 700 mm al año. La ciudad de Cuzco tiene una extensión
superficial de 617 Km2, en donde se asientan, en la actualidad, unos 442.629 habitantes, lo que
supone una densidad de 717 habts/Km2. (4)
CUZCO PRE-COLONIAL.

Contrariamente a lo que se podría creer, la región de Cuzco estuvo poblada mucho antes de la
llegada de los incas. 1000 años antes de nuestra era, los hombres de la cultura Marcavel habían
desarrollado estos territorios. Luego fueron las culturas Chanapata y Wari que ejercieron su
influencia en esta región.

Cuenta el mito que la capital Cuzco fue fundada por Manco Cápac y Mama Ocllo, hijos del dios
Sol que salieron del lago Titicaca con la misión de buscar un lugar que fuese el centro de un gran
reino. El segundo mito narra las hazañas de cuatro hermanos míticos y sus respectivas
compañeras, que salieron de las cuevas de Pacaritambo y se indica que la pareja formada por
Ayar Manco y Mama Ocllo fundaron la ciudad. El mito retrata la importancia ritual del Cuzco,
pero olvida a sus predecesores como los habitantes de Marcavalle, Huaura y Chanapata(1000
a.C.), o los establecimientos Tiahuanaco – Wari (750 d.C.) que ejercieron marcada influencia, lo
cual se hace visible en las ruinas de Piquillacta y Choquepuquio. (5)

Esta ciudad antigua era la capital del Tawantinsuyo y la metrópoli más grande y más importante
del continente. Hay diferencias contrarias sobre la población de la ciudad durante su apogeo,
esto es debido a que los datos existentes son muy superficiales e imaginarios dados por los
primeros cronistas, y porque hoy es difícil de medir la concentración demográfica que existió
por aquel tiempo.

Pedro Sancho de la Hoz, un soldado español que actuó como secretario de Pizarro escribió, en
1543, que en la ciudad se había encontrado más de 100.000 casas. Víctor Anglés, por deducción
basada en algunas crónicas, declara categóricamente que la población era 300.000 habitantes.
Además, Santiago Agurto, estimó aproximadamente 126.000 personas para la zona urbana y
100.000 más para el entorno rural, es decir, una población total de la capital del Tawantinsuyo
de unos 225.000 habitantes aproximadamente.

La ciudad inca de Cuzco era el ombligo del mundo para los Incas (1200 a 1532 d.C), el centro del
Universo y ciudad principal incaica (6). Cuzco debía de haber estado muy organizada según su
clásica planificación. Sus calles estrechas y normalmente rectas se pavimentaron
apropiadamente; por los cauces corría agua limpia que era consumida por la población. Las
paredes de sus edificios eran hechas con piedras talladas, por el centro de la ciudad y en los
suburbios con barro-ladrillo o “pirka” las paredes de tipo rayado con estuco pintado o yeso
hecho de arcilla. Sus tejados eran de paja. Las casas no tenían muchas puertas ni ventanas
porque así mantenían la temperatura de las estaciones frías. Para abreviar, era una ciudad
organizada y agradable.

La Metrópoli antigua inca estaba dividida en dos grandes grupos por una línea formada por los
caminos que llevan hacia el Antisuyo y Contisuyo, es decir, las calles actuales de Triunfo, Hatun
Rumiyoq, Cuesta San Blas, y al otro extremo las calles de Marqués, Santa Clara y Hospital. Estos
dos sectores estaban: hacia el norte, el Hanan Qosqo, forma modificada de “Hawan Qosqo”
(Cuzco Superior), habitado por la dinastía desde el sexto Inca gobernante Inka Roqa. Hacia el sur
el Urin Qosqo que es una modificación de “Uran Qosqo” (Cuzco Bajo); lugar preferido desde el
fundador del Tawantinsuyo, Manko Qhapaq hasta el quinto gobernante Qhapaq Yupanqui.

Los cronistas declaran, que la ciudad estaba dividida en diferentes distritos que según Inca
Garcilaso de la Vega eran 13. Empezando por el norte y en el sentido de las agujas del reloj eran:
Qolqanpata o “Distrito de los Almacenes” actualmente San Cristóbal; Kantupata o “Kantu Flores
Distrito” (“Kantu” flor nacional peruana); Pumakurko, o la “espina dorsal de Puma”, la calle
principal de esta permanencia inmóvil cuyo nombre original es T’oqokachi o “Sal sin sustancia”,
que hoy se localiza en San Blas; Munay Senqa o distrito de la “Nariz Bonita” localizado en
Recoleta; Rimaq Pampa o la “Plaza que Habla”, actualmente llamado Limaqpampa; Pumaq
Chupan o la “ Cola de Puma”, localizadas delante del hotel Savoy, K’ayao Cachi o “Formación de
sal” en el distrito de Qoripata; Ch’akill Chaka que corresponde a los barrios actuales de Santiago
y Belén; Piqchu que todavía quiere decir “cúspide o montaña” guarda su nombre de K’illipata o
“Distrito del Cernícalo” (k’illichu = halcón de gorrión) localizado en Piqchu; distrito de Santa Ana;
Wakapunku o “Puerta del Templo”, actualmente es la calle de Saphi. No obstante, el estudioso
Cuzqueño Manuel Chávez mantiene que existieron 12 distritos, suprimiendo Pumakur ko y
K’illipata y agregando Qoripata, y que estos eran distribuidos en grupos de 3 que siguen los
cuatro Suyos. (7)

Es evidente que la vida de la ciudad del Cuzco antiguo descanso alrededor de su gran Plaza. Se
sabe que esta Plaza era grande y dividida en dos sectores por el río Saphi (Raíz). Uno de esos
sectores, antes a la Catedral, se asignó para las ceremonias políticas y religiosas más importantes
del Tawantinsuyo (8). Sin embargo hay controversia, sobre el nombre de este sector; muchos
cronistas indican que su nombre original era Haukaypata que querría decir “Sector Ceremonial”,
pero la tradición y algunos estudiosos declaran que era originalmente Wakaypata (El Sector
Llorón). La otra mitad de la Plaza era el Kusipata (Sector de Alegría), porque después de las
grandes ceremonias, la población se concentraba en el sector de esta Plaza para llevar a cabo
sus fiestas, comer y beber. Esta gran Plaza se pavimentó en segmentos diferentes con las losas,
y se cubrió con arena del mar para no causar molestias en las estaciones lluviosas. Por el centro
de estos dos sectores había una plataforma alta especial conocida como Usnu para que los incas
y sacerdotes u otros oficiales pudieran dirigirse a su gente. (9) A partir del siglo XIV y en menos
de 100 años, los Incas transformaron esta región que paso a ser el centro de un Imperio que se
extendería desde el sur de Colombia hasta los valles centrales de Chile, incluyendo el al tiplano
de Bolivia y el Noreste de Argentina. Se le atribuye al Inca Pachacutec (1438 – 1471) las
principales construcciones incas del Cuzco. (10) La ciudad de Cuzco es concebida, como una urbe
donde residía la clase política gobernante y sacerdotal, del Imperio inca; dentro de este espacio
se identificó palacios y templos, enmarcados por los ríos Saphi y Tullumayo. Esta área
presentaba una conformación distributiva que asemejaba a una ciudad puma cuya cabeza se
hallaba en el templo de Saqsaywaman. Esta concepción, se ha manejado como cierta; pero la
narración de Nicieza de León indicaría que la ciudad de Cuzco sería más extensa de lo que
normalmente se considera. (11)

Cuzco, al ser capital del Imperio de los inca, presentaba construcciones elaboradas y de mucha
importancia; las mismas que se agrupaban en palacios, templos, santuarios, residencias,
almacenes, entre otros. Estos espacios servían para desarrollar actividades diversas, como
ceremonias y reuniones importantes, además de comercio y acciones cotidianas.

De acuerdo a los datos proporcionado por diversos cronistas, esta ciudad tenía la presencia de
jóvenes nobles de otros lugares, artesanos, mitimaes y otro tipo de población muchas veces
peregrinos o visitantes esporádicos; cuya residencia se ubicaría en los contornos del espacio
enmarcado entre los dos ríos, pero que formaba parte de la ciudad. (12) La afirmación anterior,
indicaría que debían existir construcciones dedicadas a las poblaciones asentadas en Cuzco
como también para acoger a la población foránea que la visitaba, este planteamiento fue
desarrollado de manera más que nada descriptiva por autores como Agurto Calvo, quien realiza
una reconstrucción de la ubicación de los barrios periféricos del Cuzco, pero que no realiza una
integración de los espacios de manera clara. (13)
La
propuesta de considerar una población mayor en Cuzco, con construcciones cuyas funciones van
desde palacios de los gobernantes hasta residencias de población común, se ve enmarcada en
la idea de manejo del espacio en distintas áreas de la ciudad. (14)

CUZCO EN LA ÉPOCA COLONIAL. (1534-1825)

La ciudad del Cuzco se presenta como un caso especial dentro de la historia colonial ya que fue
fundada sobre un antiguo centro prehispánico que además era la cabeza de un vasto Imperio.
Durante los primeros años recogió este carácter de capital civil, que se extendió asimismo a la
jurisdicción eclesiástica. Con la llegada de los conquistadores en 1533, la mayoría de las
construcciones incas fueron destruidas. Sin embargo, los restos de las bases de las
construcciones más sólidas, sirvieron como base para las nuevas construcciones españolas así
como su antiguo trazado incaico.

Por el hecho de mantenerse como cabecera española, en un primer momento, la transferencia


virtual de los valores simbólicos incaicos se realizaría con bastante facilidad. Autoridades civiles
y religiosas apelan a esta continuidad que se nota en diferentes aspectos de la organización
urbana y en las costumbres que tratan de afirmarse. Ese simbolismo también se afianza con el
sentido que la ciudad adquiere como centro de un vasto territorio.

La denominada Huacaypata sigue siendo la plaza congregante aunque modificada por los
españoles ya que en ella construirán los españoles tres plazas. Además de consolidarse la
centralidad de la plaza, se afirma la preeminencia de las antiguas huacas y sitios ceremoniales
que en la colonia definen renovados usos y significados. Pero con esos hitos se vuelve a dar
sentido a los antiguos ejes, entre los cuales sobresale el este-oeste que se transforma de manera
casi natural en la vía sacra de la ciudad. Las intervenciones de los primeros años de la conquista
van a trabajar en tal sentido, pero la configuración de esa ruta sagrada seguirá ratificándose a
lo largo de los siglos cuando una y otra vez se coloquen o reacondicionen edificios y
monumentos en toda su extensión. (15)
Si analizamos cada una de las parroquias de indios y los entornos particularizados de las casas
religiosas, veremos que ellos tienen sus características propias, sus funciones específicas y están
habitados por grupos humanos diversos.

En el caso del centro, tiende a pensarse en una población homogénea de españoles, imaginando
a los indígenas agrupados en la periferia. Pero la documentación nos señala continuamente que
los límites no estaban encerrados por ascendencias. En la catedral se situaban algunas cofradías
indígenas, pero también la atención espiritual de negros y pardos se hacía en el Triunfo. Las
escrituras públicas dan a conocer que había algunos barrios más apreciados, como lo fuera al
principio el antiguo barrio de la nobleza incaica y luego lo serían las manzanas españolas que
dividían las plazas de San Francisco y el Regocijo. (16)

De todos modos, la especificidad de los barrios estaba dada por otros motivos, como la
pertenencia a los antiguos ayllus, la región de origen de las familias -por lo general unida a las
parroquias más cercanas al camino que llevaba a esa región-, los oficios comunes de sus
habitantes o bien los que estuvieran en una misma cadena productiva.

El edificio civil de época colonial más antiguo de la ciudad de Cuzco fue el cabildo. No se sabe
con exactitud el lugar donde estaba situado el cabildo en los primeros quince años de la colonia,
pero es probable que estuviese ubicado, siguiendo la tradición ibérica, junto a la cárcel, en el
Amarukancha. En 1549 se decide proseguir con la construcción del cabildo en la actual calle del
Almirante (Cuesta del Almirante), hasta donde llegaba el palacio inca de Qora Qora. Todo parece
indicar que este fue el solar señalado por Pizarro para el cabildo. En 1550 la casa del cabildo
estaba siendo terminada. Sin embargo, debió de ser una construcción muy modesta y precaria
ya que, en 1572, Don Francisco de Toledo ordenó la compra de las casas que fueron de Alonso
de Hinojosa para construir la casa del cabildo y la cárcel en el lugar donde se encuentra
actualmente. Sin embargo, el cabildo se instalaría mucho tiempo después en dicho local, ya que
Cobo, en 1610, señala que: “el cabildo seguía funcionando en el buhío de Qora Qora”.
Arquitectónicamente quedan pocos elementos del cabildo colonial; por fuera, todo el frontis
principal -incluida la arquería- corresponde a la época republicana. (17) Alrededor de 1620
aparece en forma clara una estructuración de la función educativa. También es el momento en
que se traslada Santa Clara al sitio definitivo. Su presencia y la del colegio de San Bernardo en la
zona de Cuichipunco ayudarían a vertebrar esos barrios de Matará y la Cruz Verde, hasta
entonces bastante periféricos. Esto, en cierta manera, coincide con la ganancia de prestigio de
la zona que va de la plaza central a la de San Fran cisco.
Hacia 1645 estaban en plena construcción muchas de las iglesias de la ciudad, sus retablos e
imágenes, estaban fundiéndose campanas y fabricándose órganos. La actividad era febril y ya
los artistas y artesanos locales habían alcanzado un nivel técnico importante. Los colegios de
San Bernardo y San Francisco de Borja se consolidan y compran sendas casas, a las que hacen
obras de adecuación para su funcionamiento.

Es así que se llega a finales del siglo XVII con una estructura que hoy podemos reconocer. Otras
fundaciones o traslados se darían a comienzos del XVIII, entre los que se destacarían la creación
de beaterios o el asentamiento definitivo de los existentes. Estos establecimientos menores,
dedicados por lo general al amparo de niñas huérfanas, dependían de otros mayores y se
distribuían por toda la ciudad, completando así los servicios de los conventos y monasterios.
(18)

Cinco serán los principales edificios monumentales de carácter religioso construidos en la época
colonial cuzqueña:

A) La Iglesia de Santo Domingo se terminó de construir hacia 1681. Wethey supone que su
anticuada estructura y la singular disposición de la planta se deben a que en su construcción se
trató de reproducir una iglesia más antigua, destruida en 1650. Las portadas principal y lateral
de la iglesia son del siglo XVI o comienzos del XVII. El muro de trazado curvilíneo del ábside es
de construcción incaica y la torre de la iglesia se sitúa entre los años 1729 y 1731. En el claustro
principal, las galerías oriental y occidental contienen las cámaras incaicas mejor conservadas en
Cuzco, cámaras que formaban parte del Templo del Sol, anterior a la conquista.
B) La Iglesia y Claustro de la Merced se construyeron entre 1651 y 1670. La ostentación de estos
edificios se explica por el hecho de que la Merced de Cuzco fue la casa madre de la orden de los
Mercedarios para toda América del Sur hasta 1700. (19)

Las fachadas del claustro y la iglesia son de mampostería. También son de mampostería todas
las salas de la planta baja. Las del piso alto, como la que actualmente ocupa la biblioteca, entre
el primero y el segundo claustro, son de adobe y han sido ya objeto de numerosas reparaciones.

C) La Iglesia de los jesuitas. De la espléndida iglesia que los jesuitas tenían en Cuzco, en el siglo
XVI, sólo nos quedan testimonios literarios. Construída, después de 1571, tenía una fachada con
nichos de piedra enmarcados por columnas. Las vigas de cedro sostenían una techumbre de
planchas de plomo. En 1650 se derrumbó el muro occidental de la nave de la iglesia, causando
graves desperfectos en el claustro, y todo el edificio quedó inhabitable. La reconstrucción se
inició en 1651 y la iglesia actual abrió sus puertas al culto en 1688. Después de la expulsión de
los jesuitas, en 1767, se convirtió en la iglesia parroquial del Sagrario.

D) La Iglesia de San Francisco. Se construyó a mediados del s. XVII (en 1652 finalizó su
construcción). Esta iglesia es de bella mampostería, con tres naves, con bóvedas de ladrillo en
forma de cúpula, sostenidas por arcos de piedra. El conjunto del cuerpo de la bóveda tiene de
0,80 a 1,10 m. de espesor. Las bóvedas del crucero presentan nervaduras de una complica da
tracería.

Contrastando con la bella construcción de la iglesia, los edificios del convento son, en cambio,
de vulgar fábrica de adobe, embellecida únicamente por las galerías de piedra del claustro y por
el refectorio de mampostería. (20)

E) La Catedral de Cuzco se comienza a construir en 1582 pero sus obras continuaron, con gran
lentitud, hasta 1644. Caracteriza a este edificio su obra de bella sillería, tanto por el interior
como por el exterior. El interior se ha enlucido de una capa de yeso de un gris oscuro, con un
trazado que imita el perfil de los sillares. Las bóvedas son de ladrillo con nervaduras de este
mismo material, cortado en forma adecuada. (21)

A pesar de que hacía tiempo había dejado de ser la capital del imperio, Cuzco no perdió su
condición de centro neurálgico de los Andes. Fue justamente allí, en el Valle Sagrado de los Incas,
donde se desencadenó la más grande rebelión contra el poder español, a fines del siglo XVIII. El
conflicto se inicia el 4 de noviembre de 1780 cuando Túpac Amaru apresa al corregidor de la
provincia de Tinta, Antonio de Arriaga y le manda que escriba varias cartas en las que pide al
Virrey del Perú, armas y alimentos. Las exigencias se cumplen y llegan a Túpac Amaru 400 fusiles
y abundantes alimentos. Días después los rebeldes ejecutan al Corregidor de Tinta.

El 12 de noviembre de 1780 Túpac Amaru destruye unos obrajes que había en el camino de
regreso del valle de Vilcamayo donde había ido a buscar otro Corregidor que no encontraron. El
levantamiento iba en contra de los corregidores, del aumento de los impuestos y de los repartos.
Túpac Amaru se hace aún más popular aprobando un decreto en el que concede la libertad a los
esclavos y propugnaba un “reyno libre” de la “tirana dominación” española, lo que generará una
enorme simpatía y la incorporación de miles de indios a su rebelión.

Cuando llega la noticia de la rebelión a Lima, el Virrey Jáuregui organiza fuerzas para mandar a
Cuzco. La batalla se inicia el 8 de enero de 1781, duró dos días, y el 10 de enero se inicia la
retirada del ejército indígena que todavía contaba con un ejército de 7.000 indios con Túpac
Amaru al frente. El 18 de mayo de 1781, Túpac Amaru será hecho prisionero, torturado y
ejecutado en la Plaza Mayor de Cuzco. (22)

Tales fueron las dimensiones que alcanzó el movimiento encabezado por Túpac Amaru, que la
Corona se vio obligada a reajustar sus políticas y a considerar la posibilidad de que algún día
podría perder sus territorios americanos. (23)

Desde el punto de vista demográfico, la ciudad de Cuzco experimentó, durante la etapa colonial,
una auténtica catástrofe demográfica. En el s. XVII el descenso demográfico será enorme ya que
penas había sobrevivido uno de cada doce indígenas respecto al siglo anterior. Las causas
principales se debieron a las nuevas enfermedades introducidas por los españoles como: la
peste, el cólera, fiebre amarilla y palúdica…de la que los indígenas carecían de inmunidad. A ello
hemos de añadir el terremoto que, en 1650, asoló a Cuzco provocando la destrucción de
multitud de edificios y la muerte y emigración de miles de personas.

Sabemos, por documentos de la época que, en el año de 1720, la epidemia de peste atacó a la
población de Cuzco, muriendo en un solo día 700 personas y a lo largo de dicho año 20.000.
Esquivel y Navia escribe: “faltan voces para ponderar la calamidad, como sobran lágrimas para
llorarla, fue (la peste) tan violenta, letal y voraz que no admitía remedio alguno, no aceptaba la
medicina. Dondequiera que se esparciera la vista, sólo se veía muertos. Los cementerios en las
iglesias se hallaban al amanecer llenos de cuerpos. Ya no había lugar para las sepulturas en las
iglesias”. Michéle Colin, afirma sobre la misma epidemia: “…la peste causó en el Cuzco 60.000
muertos y en las calles se veía un sangriento espectáculo de cadáveres devorados por los perros,
pues los vivos no tienen coraje de enterrarlos por temor al contagio…”. (24)

Pocos años más tarde, en 1735, se produce un nuevo terremoto en la ciudad de Cuzco que
provocó nuevamente una catástrofe demográfica. Sí, como señalan los demógrafos históricos,
Cuzco contaba, en la época pre-colonial, con unos 220.000 habitantes, en 1614, tan solo contaba
con 5.000 personas y en 1735 con unos 6.600 habitantes. En 1745, el Marqués de la Victoria,
dice de Cuzco que: “Su vecindario principal es muy corto y cuasi está extinguido, hallándose
convertido en un pueblo grande”. La ciudad de Cuzco, como señalé anteriormente, sufrirá una
enorme sangría demográfica ocasionada por todo tipo de epidemias, guerras civiles e incluso
dos devastadores terremotos. (25)

LA CIUDAD DE CUZCO EN LOS SIGLOS XIX Y XX.


Foto del Cabildo de Cuzco a fines del s. XIX.

En primer lugar continuaré analizando la evolución de la población cuzqueña, en este caso,


desde principios del s.XIX hasta los primeros años del actual siglo. Al inicio de la República, el
general Miller, indica que, en 1825, Cuzco contaba con 40.000 habitantes a la llegada de Simón
Bolívar. A partir de esa época parece iniciarse una incontenible caída demográfica y por eso
Clemente Markham anota que: “Desde la proclamación de la independencia del Perú numerosas
familias cuzqueñas se han empobrecido o han emigrado a Lima y otros lugares del Perú”. En el
año de 1846, según nos indica Paul Marcoy, Cuzco contaba con tan sólo 20.370 habitantes,
mientras que el viajero inglés S. Hill, señala que para el año de 1850, Cuzco tenía unos 20.000
habitantes. En el censo general de 1876, Cuzco contaba con una población de 17.370 habitantes.
Hildebrando Fuentes, señala que para el año de 1903, Cuzco, tenía una población de unos 15.000
habitantes. Benjamín Dávalos, afirma, que para ese mismo año, la población era de 13.500
habitantes. Según nos indican estos datos la población de Cuzco disminuyó drásticamente a lo
largo del s. XIX.

Los motivos de este descenso demográfico se deben, según S. Hill, a que en el año 1850 la peste
se cebó, especialmente, entre los jóvenes cuzqueños. Pocos años después, entre 1854 y 56,
Dávalos y Fuentes, señala que otra peste mortífera ocasionó la muerte a unas 25.000 personas.
En el año de 1885, la viruela atacó a la población, especialmente niños, muriendo alrededor de
2.000. La ciudad de Cuzco gozó, durante el siglo XIX, de una leyenda negra de ciudad sucia y
maloliente. No existía ni agua ni desagües, las calles y acequias, estaban llenas de basura. Curtis
en 1899, se extraña de que la ciudad no haya perdido más habitantes “… porque sólo el clima
sano y saludable impide que la inmundicia acumulada por generaciones haga inhabitable la
ciudad…”. Bryce la describe como una de las ciudades más fétidas de la América Meridional y
Bingham, en 1909, señala a Cuzco, como una de las ciudades más sucias de América.

En definitiva, la población de Cuzco fue arrasada por una serie continuada de epidemias
producidas por la mala orientación de la ciudad y una pésima gestión sanitaria por parte de las
autoridades cuzqueñas. A principios del s. XX, la evolución demográfica de Cuzco, experimentará
un lentísimo crecimiento de su población pasando de los 30.500 habitantes que tenía la ciudad,
en 1920, a 32.000, en 1925. No será hasta principios de la década de los sesenta cuando Cuzco
experimente un fuerte crecimiento poblacional, al pasar de 80.100 habitantes, en 1961, a
115.300, en 1969. Pero será en las décadas de los ochenta y noventa cuando ese crecimiento
demográfico sea considerado como de “auténtica explosión demográfica”, pasando de los 180.
227 habitantes, en 1981, a los 275.318, en 1997, hasta superar el medio millón de habitantes,
en 2009. (26)

No hay duda, que con el inicio de la República de Perú, la economía cuzqueña, entra a uno de
los períodos más oscuros, con una gran recesión y crisis, que afectó a todos los ciudadanos
cuzqueños. Sin embargo, debemos aclarar, que esta crisis viene desde la etapa colonial, debido
a la explotación minera, que se realizaba en Potosí, pasando Cuzco a un segundo plano, y a la
competencia del Río de la Plata.

Numerosos estudios nos indican que la textilería cuzqueña se empobreció, en el siglo XIX, debido
al comercio inglés. El escritor Narciso Arestegui, en su obra “El Padre Horán”, uno de sus
personajes dice: “Muy bien nos iba al principio de nuestro matrimonio. Tejía tocuyos. Ahí están
los telares que sólo sirven para que sobre ellos duerman las gallinas. Cuando yo tejía en aquellos
telarillos, la vara de tocuyo valía cuando más barato dos reales y medio. Ahora hay abundancia
de tocuyo inglés a real y cuartillo. Apenas podía sacar el costo de los materiales. Ahora tejo
frazadas y, sin embargo, ya han empezado a enviarnos esos extranjeros, que Dios confunda,
frazadas de diferentes clases. Dios quiera que no nos suceda con lo del tocuyo. Entonces ¡Pobre
de nosotros!… Protección, protección…¿No se podría alentar la industria de tocuyos del Cuzco
prohibiendo la entrada de esos tocuyos amarillentos de los extranjeros?”. Juan Bustamente, en
1845, confirma la crisis económica como efecto de la ruina de la industria textil: “las fábricas de
tejidos que se llaman bayetones van en decadencia notable, pues no venden ni la octava parte
de los productos que en tiempos atrás se realizaba”.
Sin embargo, en la guerra con Chile, la economía se recupera por un tiempo, ya que al ser
cerrados los puertos por parte de los chilenos, el comercio extranjero disminuye, es así que en
1881 se instala una fábrica de tejidos moderna en Lucre, fabricando textiles para los ejércitos.
Asimismo, las primeras fábricas de cerveza (Manglesdorff, Vignes) acrecientan notablemente su
producción ante la falta de productos extranjeros. A partir de comienzos del siglo XX se crearon
en Cuzco algunas fábricas de productos alimenticios y modernizados algunos ingenios de azúcar.
(27)

La construcción y desarrollo del ferrocarril de Cuzco supondrá un elemento dinamizador para la


economía cuzqueña y el paulatino aumento de su población. En el año 1913, gracias a la gestión
del diputado Benjamín de la Torre, se promulgó la ley que ordenaba la construcción de un
ferrocarril que, partiendo del Cuzco y siguiendo el valle del Vilcanota, “llegara más allá del Pongo
Mainique” con el objetivo de unir la ciudad de Cuzco con la provincia de La Convención, es decir
la Sierra con la Selva.

Este ferrocarril Cuzco – Santa Ana se denominó así porque la Hacienda de Santa Ana, hoy un
barrio de Quillabamba, era la capital de la provincia de La Convención hasta 1918, cuando se
empezó a construir Quillabamba. El año 1923 el tren llegaba a Pachac (km 63). En 1928 se llegó
a Aguas Calientes a 110 km de Cuzco, donde se estableció un campamento para los trabajadores
que construían la línea, y al acceso frente a Machu Picchu.

Desde 1998, el Ferrocarril del Sur Oriente, con ancho de vía de (914 mm (tres pies), opera sólo
entre Cuzco y la “Central Hidroeléctrica”. El mayor tráfico se realiza entre Cuzco y Machu Picchu
(Aguas Calientes). Entre Cuzco y Ollantaytambo el ferrocarril se enfrenta a la competencia del
transporte por carretera. Entre Ollantaytambo y Machu Picchu no existe otro medio alternativo
de transporte. A partir del km 122 (Central Hidroeléctrica), y hasta Quillabamba, y después de
un fenómeno del Niño particularmente fuerte en 1988, el ferrocarril ya no tiene servicio y la vía
en parte está destruida. El ramal entre Huayllabamba y Pachar está actualmente en desuso. (28)

A mediados de la década de los años treinta del siglo XX, se inicia la modernización de la vieja y
decadente Cuzco, con un Plan Urbano para la ciudad, dirigido por el arquitecto Emilio Hearth
Terré, que planifica y ejecuta la zona de la Ciudad Nueva en el Noreste de la ciudad. Años más
tarde, en 1951, se inicia la restauración de monumentos históricos que habían sido dañados, un
año antes, por un terremoto que asoló Cuzco. Se plantean soluciones específicas para cada una
de las áreas de la ciudad de Cuzco, sea de naturaleza incaica, colonial o moderna. También se
construye el denominado Centro Cívico Administrativo (41.500 m2) en pleno centro de la ciudad,
pretendiendo modificar su estructura urbana.

El Plano de Zonificación de 1964, provocará la expansión de la ciudad hacia el Sur-Este y la


estructura vial concordante con la configuración del Valle del Cuzco y la pavimentación de gran
parte de la ciudad. Años más tarde, en 1972, el Esquema de Expansión Urbana propiciado por el
Ministerio de Vivienda planteará una zonificación de áreas con 5 nuevas zonas urbanas que
llegarán a ocupar zonas agrícolas y el crecimiento longitudinal de la ciudad. (29)

El actual Plan Director de la ciudad de Cuzco (COPESCO), pretende la reestructuración funcional


de la ciudad de Cuzco y su área de influencia, es decir, una ciudad polinuclear para lograr la
descentralización del comercio y servicios, distribución racional de infraestructura de servicios
sociales y generación de nuevos espacios para el desarrollo de diferentes actividades
económicas, formando núcleos urbanos con funciones propias. Este Plan Director pretende el
cambio de modelo uninuclear de la ciudad por otro polinuclear, a fin de mejorar el hábitat con
la producción de espacios verdes para la recreación y el ocio apoyando la conservación y
recuperación del Medio Ambiente urbano. También se ha descentralizado, parcialmente, las
actividades comerciales y la reordenación de otras actividades económicas. (30)

Por otro lado, a pesar de lo deslumbrante y moderno de los nuevos edificios que adornan y
embellecen la nueva ciudad e indican la prosperidad en algunas zonas de Cuzco, existen también
áreas donde la miseria es palpable. La ciudad de Cuzco cuenta, en la actualidad, con 108 distritos
en total y de ellos, 77 son pobres. Además, dos de sus distritos, el de Lares (Calca) y Omacha
(Paruro), ambos con el 97,8% de incidencia de pobreza y con una población de 7.000 habitantes,
en 2011, están considerados como los distritos más pobres de todo Perú. (31)

Notas bibliográficas.

(1) www.donquijote.org/es/learum-spanist-in-peru/cusco-city

(2) wikitravel.org/es/cuzco

(3) cuscoperu.origenandino.com/información-cusco.html

(4) Censo de 2014. www4.congreso.gob.pe/Gestion_Informacion_Esta


dística/georeferencial/2014/8.CUSCO.pdf. eudora.vivienda.gob.pe/

(5) cuscoperu.origenandino.com/historia-cusco-html

(6) www.arqueologiadelperu.com.ar/qosqohtm

(7) Manuel Chávez Ballón: “Ciudades Incas. Cusco capital del Imperio Wayka, 3. 1970.

(8) Brian Bauer: “El espacio sagrado de los Incas”. Centro de Estudios Andinos “Bartolomé de las
Casas”. 2000.

(9) Jorge Hardoye y Dos Santos, Mario: El Centro Histórico del Cusco. PNDU/UNESCO. 1983.

(10) John H. Rowe: Inca Culture al the time of the Spanish conquest. New York. 1963. Mónica
Paredes: El Cusco Incaico. Lima. 2001.

(11) Pedro Nicieza de León: Crónica del Perú. 1553.

(12) Leonardo Miño: El manejo del espacio en el Imperio inca. Quito. 1994.

(13) Santiago Agurto Calvo: Cusco. La traza urbana de la ciudad inca. Proyecto PER y UNESCO.
1979.

(14) Luis Enrique Verastegui: La arquitectura inca y el manejo del es pacio en el Cusco (En
www.monografias.com) y www.monografias. com/trabajos90/algunas-caracteristicas-
arquitectura-inca/algunas-caracteristicas-arquitectura-inca.shtml#ixzz3FHTS5NAI.

(15) Paulo O. de Azevedo: Cusco. Continuidad y cambio. Cuzco. 1975.

(16) Jesús M. Covarrubias Pozo: Cuzco colonial y su arte. Cuzco. 1958.

(17) Inti Barreto: Cusco: Esplendor de la arquitectura virreinal. www. Skyscrapercity.com

(18) Jorge Cornejo Buroncle: Derroteros de Arte Cusqueño. Cuzco. 1960.

(19) Según testimonio del comendador José Ángel Troncoso.

(20) George Kubler: Cuzco: Reconstrucción de la ciudad y restauraci ón de sus monumentos.


UNESCO. 1951.
(21) Isaías B.Vargas: Monografía de la Santa Basílica Catedral del Cuzco. Cuzco. 1956.

(22) www2.uah.es

(23) cefts.wordpress.com

(24) npphistoria.blogspot.com.es

(25) Magdalena Chocano, Carlos Contreras y otros: Compendio de His toria Económica del Perú.
IEP. 2010. Magnus Mörner: Perfil de la sociedad rural del Cuzco a fines de la colonia. Lima. 1978.

(26) Censos de población de Perú de dichos años.

(27) César Augusto Mosqueira Honor: Historiografía de la empresa en el Cusco.


www.monografias.com

(28) feropedia.es/wiki/Perurail

(29) www.arquitectoscusco.org/pdfs/PDU-Cusco.pdf

(30) Fuente: Equipo Técnico de la sub. Gerencia de Gestión del Plan Director de la Gerencia de
Desarrollo Urbano y Rural de la Municipali dad Provincial del Cusco.

(31) www.mef.gob.pe/ y Estimaciones y proyecciones por sexo, según departamento, provincia


y distrito, 2000-2015.

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