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Versículos 3-18
Hemos visto anteriormente que la mujer en este texto representa un nuevo sistema
religioso universal, una única supuesta" iglesia" que será más una agrupación de
personas y entidades muy diversas, que nombrarán a Dios como "alguien", pero
no con los valores absolutos de Las Sagradas Escrituras. Tampoco predicarán la
salvación gratuita y eterna, ni el perdón de pecados por gracia y fe en Jesucristo y
en Su obra en la cruz. Esa "iglesia falsa" no mencionará que todo hombre tiene
que tomar una decisión a favor o en contra de Dios, que hay una Eternidad con
Dios, o sin Dios. Ese sistema religioso, mundial, establecerá su centro en Roma, la
ciudad sobre las siete colinas. Horacio escribió: "Los dioses miran con favor sobre
las siete colinas". Y Ovidio agregó: "Pero Roma mira alrededor de todo el globo
desde sus siete colinas; el asiento de su imperio y el domicilio de los dioses". San
Agustín, por su parte, lo expresó de la siguiente manera: "Babilonia es una forma
de Roma, y Roma es una Babilonia postrera". La mujer ramera, que significa
"prostituta", es aquí la representación de un sistema religioso único y oficial que
existirá durante la primera parte del período de la Gran Tribulación. Recordemos,
que, por los textos bíblicos que ya vimos anteriormente, ese período de la Gran
Tribulación serán siete años, divididos en dos bloques de unos tres años y medio
aproximadamente. Este período comenzará a partir de un evento desconcertante:
alrededor de todo el planeta y en un mismo instante, desaparecerán millones de
personas; ocurrirá, y el desconcierto será tan grande, como incomprensible. Ese
evento la Biblia lo denomina "el arrebatamiento de la iglesia"; es decir que Dios
quitará, de manera sobrenatural, a aquellas personas que, a Sus ojos, son
creyentes auténticos y fieles a Jesucristo, a quién han aceptado, personalmente, en
sus corazones, como su único Salvador y Señor. No importará su procedencia o a
qué tipo de iglesia asistían. Dios los quitará, los salvará, para que no tengan que
padecer los siguientes siete años bajo el terror de los anunciados y profetizados
juicios justos, que irremisiblemente caerán sobre esta Tierra. La llamada "iglesia
apóstata" universal, comenzará a actuar como una iglesia "sustituta" a partir de
ese evento, y por tres años y medio, será el sistema religioso que dominará y
controlará al reavivado Imperio Romano. Más adelante veremos que el dictador
mundial, en el segundo período, que son los últimos tres años y medio de la Gran
Tribulación, será proclamado como única autoridad política, pero también
espiritual. Como a los antiguos emperadores, se le adorará como un "mesías
encarnado", como a una deidad. El versículo 5 que ya leímos, del capítulo 17 de
Apocalipsis, dice:
Esta es la primera vez que Juan, el autor emite un observación tan personal: se
siente verdaderamente asombrado. Él había observado muchas escenas terribles,
dramáticas, pero también asombrosas y sobrecogedoras. Vio las maravillas del
Cielo, escuchó el canto y la música de millones que adoraban y alababan al Señor
Jesucristo, como el Redentor, el Salvador y el Señor, pero también vio las
devastadoras plagas, enfermedades, terremotos, la destrucción y demás juicios,
caer sobre la Tierra, pero ahora expresa su gran asombro. Esa organización que se
denominará a sí misma "iglesia" mundial, universal, es calificada por Dios como
apóstata, promiscua y totalmente alejada de Su Palabra, de los mandamientos y
leyes de Dios. Recordemos que será un sistema compuesto por muchas religiones.
Esta seudo iglesia estará como "ebria" por el poder y el dominio que ha adquirido
en poco tiempo sobre toda la Tierra, causará mucho sufrimiento, hará pasar a los
que acepten a Jesucristo como su Salvador por una durísima persecución
diabólica, e incluso inducirá al martirio a aquellos santos. Esa será la sangre de los
mártires de Jesucristo derramada durante ese período, escribe el apóstol Juan.
Habrá muchas personas que buscarán "el camino, la verdad y la vida", en ese
caótico período de la Tribulación; muchas clamarán a Dios, pero se encontrarán
con que tendrán que ir a Jesucristo primeramente, "porque nadie puede ir al
Padre, sino por mí", dijo el Señor Jesús, en el evangelio de Juan, capítulo 14,
versículo 6. Muchos "casi-creyentes", y otros, que no se dejarán cegar por las
promesas y propuestas del Anticristo y de esa seudo-iglesia universal, recibirán el
perdón de sus pecados, y aceptarán el regalo de la salvación eterna; serán hechos
hijos de Dios, a pesar de los peligros y privaciones a los que se expondrán, por su fe
en Jesucristo.
Al diferenciar el apóstol Juan "la sangre de los santos", de "la sangre de los
mártires de Jesús" creemos que se refiere a los santos de los tiempos del Antiguo
Testamento, y los mártires de Jesús, a los santos del Nuevo Testamento. Esto
indica que el término "Babilonia" implica más que un solo credo o fe; es una
amalgama, la suma de todas las religiones reunidas, que será la religión oficial de
aquellos "dejados atrás", al producirse "el arrebatamiento" de los creyentes fieles
en Jesucristo. Babilonia fue la cuna de idolatría, fue donde comenzó a construirse
la Torre de Babel; todo ese reino fue antagónico contra Dios, y el pueblo judío, el
pueblo de Dios fueron llevados allí en cautiverio, como esclavos; toda la historia
del profeta de Daniel transcurrió en Babilonia, donde Dios le salvó reiteradas
veces, como también a sus tres amigos que no quisieron adorar a la estatua del rey
Nabucodonosor. Continúa Juan su relato en el versículo 7:
7 Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de
la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos.
Hasta ese momento, el apóstol Juan había observado con más detenimiento a la
mujer, a la gran ramera, que es figura de la iglesia universal, pero ahora el ángel le
dará la explicación sobre la gran Bestia. Veamos ahora lo que nos dicen los
versículos 8 al 10 de este capítulo 17 de Apocalipsis:
8 La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición;
y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la
fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era
y no es, y será. 9 Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son
siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, 10 y son siete reyes. Cinco de ellos
han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que
dure breve tiempo.
Veremos estos tres tiempos aquí mencionados: la bestia que era, habla del pasado
histórico del Imperio Romano; y no es, se refiere a la condición actual de aquel
imperio fragmentado que ha sido desparramado por las naciones de Europa. "Y
está para subir del abismo", esto indica que volverá a resurgir el Imperio Romano,
instigado y fomentado por el gobernante mundial, quien recibirá una fortaleza
sobrenatural de Satanás, el dragón, o la serpiente antigua, mencionada en el
capítulo 12. Muchos personajes históricos intentaron reunir las piezas de ese
poderoso impero; Carlomagno, Napoleón, Hitler y Mussolini, entre ellos. La gran
Bestia, el Anticristo, lo conseguirá.
Ahora, cuando dice: "La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del
abismo e ir a perdición . . . e ir a perdición" indica la subsiguiente destrucción del
Imperio Romano por la próxima venida de Cristo. La reaparición del Imperio
Romano con gran poder, ganará la admiración del mundo. Las naciones
respetarán y adorarán al Anticristo por su brillantez. Los santos de Dios, que
sobrevivirán en esos días, tendrán la mente del Espíritu Santo, y una comprensión
profunda de las verdades espirituales. Juan escribió en su primera epístola,
capítulo 2, versículo 27: "Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece
en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción
misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha
enseñado, permaneced en él."
La mención de siete reyes. Cinco de ellos han caído es interpretada por algunos
eruditos excelentes, como lo son Newell y Govett, como cinco personajes
gobernantes, y presentan la siguiente lista: "Julio César, fue asesinado. Tiberio fue
envenenado, o ahogado. Calígula, asesinado. Claudio, envenenado, y Nerón se
suicidó. Esos son los cinco reyes y la mención de: "uno es", se cree que es una
referencia al emperador Domiciano, vivo en la época de Juan, pero asesinado unos
años más tarde. "Y el otro aún no ha venido"; esto sería el gobierno del futuro
Anticristo."
Otros expositores bíblicos dicen que los reyes representan a grandes potencias
mundiales: Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, Roma y el futuro Imperio
Romano reavivado.
Juan escucha la explicación del ángel: "Es también el octavo, y es de entre los
siete." Esto relaciona al Anticristo con el regreso del restaurado Imperio Romano.
Es la octava cabeza en estos siete, pero aun así es uno de los siete, al restaurar la
última forma de gobierno a Roma. "Los diez cuernos", lo mencionamos
anteriormente, serán diez naciones, y son los mismos que describe el profeta
Daniel, en el capítulo 7, versículo 7.
La ramera, este gran sistema religioso que dominará con mucho poder sobre los
pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas durante los primeros tres años y
medio de la Tribulación, caerá en desgracia, y poco a poco, será aborrecida,
relegada y desprovista de su autoridad por el Anticristo y los reyes;
Los diez cuernos, que representan a los diez reyes, y que gobernarán sobre las
diferentes divisiones del Imperio Romano, ellos entregarán sus reinos a la Bestia.
Este hecho solidificará al reavivado Imperio Romano y le permitirá a la Bestia, el
carismático líder prometedor de paz, estabilidad y justicia, es decir, el Anticristo,
elevarse a sí mismo como un dictador mundial. Por un período el Anticristo estará
dispuesto, por conveniencia, a compartir su lugar de poder y exaltación con "la
ramera", la iglesia universal, ese conglomerado de filosofías, pensamientos y
prácticas que reunirá a todas las religiones y sectas bajo su auspicio. Los diez reyes
se unirán al Anticristo para destruir el poder de esta "iglesia. El Anticristo no sólo
quebrantará su pacto con Israel, sino que también romperá su relación con la
iglesia apóstata de una forma violenta y cruel.
La falsa iglesia será destruida por el Anticristo. En esto, el Anticristo y sus diez
aliados cumplirán las profecías de la Palabra de Dios. Dios, muchas veces ha
permitido que sus enemigos ocupen una posición que al final impulsará Sus
propósitos y proyectos, cumpliendo así Su perfecto plan en la historia de la
Humanidad. El profeta Isaías, en el capítulo 10 nos ofrece un claro ejemplo de
cómo Dios usó a los asirios, para cumplir Su propósito. De la misma manera, el
emperador César Augusto dictó la ley de empadronamiento para recaudar los
impuestos, que obligó a la virgen María y a José a viajar hasta la pequeña aldea de
Belén, para que se cumpliesen las profecías de la Escritura.
El final de la iglesia apóstata será terrible, pero justo. Sin embargo, esto no
mejorará la situación espiritual, porque entonces comenzará el período más
tenebroso para la historia del mundo; el reino mundial y la religión del Anticristo
serán la hora más oscura que la Tierra haya conocido jamás.
Vamos a detenernos aquí por hoy, y continuaremos con este mismo interesante
tema en nuestro próximo estudio, al cual le invitamos muy cordialmente. ¡Que
Dios bendiga Su Palabra, y la haga florecer, en cada corazón que busca el camino,
la verdad, y la vida!