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Desierto de Beerseba
Esta Reflexión de la vida de Agar en el desierto de Beerseba nos deja como enseñanza, que a
pesar que nos sintamos solos, errantes y queriendo dejar morir las promesas de Dios en
nuestras manos, por sentirnos incapaz de seguir adelante. Pues si fue Dios quien nos dio la
promesa, Él es quien la sostendrá. A pesar de nuestros miedos, Él es quien nos ha sostenido en
medio de desiertos y tribulaciones y quien terminará lo que comenzó en nosotros (Flp 1:6).
17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y
le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en
donde está.
19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de
agua, y dio de beber al muchacho.
Muchas han sido las veces que nos hemos sentido en la misma situación de Agar en el
Desierto de Beerseba, solos, errantes, con miedos y atravesando un desierto de
problemas (Ge 21:14).
Ademas de esto, Agar se le había acabado el agua del odre que le había llenado
Abraham y quería abandonar en un arbusto a su hijo Ismael, la promesa que Dios le dio,
cuando dijo “Multiplicaré tanto tu descendencia que no podrá ser contada a causa de
la multitud” (Ge 16:10).
Por lo tanto, esta situación a sido muy particular en la vida de cualquier creyente, en los
momentos que hemos pasado situaciones y problemas, hemos querido dejar todo lo que
Dios nos ha dado, incluso dejar a un lado sus promesas.
Dios muchas veces tiene que llevarnos al desierto al igual que Agar y hablarnos allí,
formarnos allí y abrir nuestros ojos allí. Dios fue quien dio la promesa a Agar, por lo
tanto, es quien lo haría y sustentaría esa promesa. En medio del desierto, Dios quería
enseñarle a Agar que Él era su proveedor (Sal 107:9), por lo cual, abrió sus ojos para
ella viera la fuente de Agua y le diera de beber a su hijo Ismael (Su Promesa) (Ge
21:19).
Esa fuente de agua se llama Cristo, es el único que puede saciar nuestra sed en
medio del desierto (Jn 4:13-14). Es quien nos fortalece en las tribulaciones y quien nos
afirma en las promesas de Dios (Flp 4:13). El Señor nos ha dado promesas a muchos, y
han sido muchas las veces que también nos hemos sentido como Agar, que no podremos
sostener lo que Dios nos dio (2 Co 12:9). Pero quien comenzó la obra la terminará (Flp
1:6).
Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran
nación. Génesis 21:18
El Señor nos quiere decir en Génesis 21:18, que sostengamos lo que Él nos dio, porque
hará cosas grandes. No dejemos morir las promesas, porque de igual manera que David
fue formado en el desierto, así Dios quiere formar esa promesa en nosotros en medio de
situaciones difíciles.
Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco.
Génesis 21:20
Para concluir podemos decir, que de la misma forma que Ismael creció y aprendió a
habitar en el desierto, por que “Dios estaba con el”, de esta misma manera Dios quiere
formar nuestro carácter en cualquier circunstancia. Esta palabra nos alienta, porque
vemos que a pesar de un comienzo difícil, Dios pudo formar una persona fuerte. El niño
que lloraba en un arbusto, Dios lo convirtió en un hombre diestro con el arco que supo
sobrevivir en el desierto (Ge 21:16, 20).
Reflexion de la vida de Agar e Ismael
Madre del primer hijo de Abraham (Ismael), quien fue fundador de las naciones
árabes.
Debilidades y Errores
Lecciones de su Vida
Dios se mantiene fiel en sus planes y promesas, aun cuando las personas compliquen
el proceso.
Dios muestra que nos conoce y quiere que nosotros le conozcamos.
Fue uno de los primeros en recibir la señal física del pacto de Dios: La circuncisión.
Se le conocía como excelente arquero y cazador.
Llego a ser padre de doce hijos que fueron lideres de tribus guerreras.
Lecciones de su Vida