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Instituto de Educación y Pedagogía

Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible


Daniel Fernando Canovas Osorio Cód. 0751569

En este mundo globalizado, este mundo de alta tecnología, de grandes metrópolis en donde
-como dice la canción- en vez de un sol amanece un dólar, pues el sistema que ha creado
esta globalización es un sistema en donde debemos de consumir el mayor número de
productos en el menor tiempo posible, este sistema que nos lleva constantemente a visitar
las grandes cadenas de supermercados, a solicitar créditos y a consumir y a consumir y
seguir consumiendo sin realmente un propósito y sin un control.

Ya lo vemos en la película “el club de la pelea” hay nos muestran como el sistema deprime
a una persona, un ciudadano, que para este sistema ya no es un ser humano con nombre
propio, sino que paso a ser un usuario mas, un cliente; al que seduce con la múltiples
bombardeos de mensajes (Publicidad), en donde nos meten en la cabeza que “eres un
mierda” si no tienes su producto, y en esos casos viene a mí la pregunta ¿Por qué nuestro
sistema es así, en una sociedad como la nuestra con tantos problemas económicos?

Es evidente que los grandes empresarios dueños de las grandes marcas internacionales de
dispositivos y marcas desde principios del siglo XX se han dado a la tarea de buscar formas
para que los usurarios tengan un consumo constante de sus productos, es por tal razón que
dichos empresarios decidieron construir sus productos de tal manera que tenga cierta vida
útil y que obligue al usuario a seguir consumiendo; “esta es la razón por la hay tantas
diferencias con la durabilidad de las cosas en relación con productos fabricados
antiguamente y los de ahora, todo era de mejor calidad”, hoy en día la mayoría de los
productos que se ofrecen en el mercado son hechos con materiales más desechables y poco
resistentes, esto les garantiza una constante demanda de sus productos; este sistema que se
creó para aumentar la demanda es inherente para el consumista que requiere la economía
capitalista.

A partir de los anterior se puede decir que la publicidad juega un papel importante en esta
economía consumista pues es el medio por el cual se
las grandes cadenas hacen la pre-venta, por medio
de la persuasión “de que necesitamos sus productos
que no son indispensables para sentirnos bien o para
responder a las exigencias de la sociedad moderna”,
es a tal punto esa persuasión que en muchos casos
influencia a las personalidades de los jóvenes en
mayor medida, aunque es tan difundida que podría
decirse que hasta en la cultura, es esto tan fuerte las
personas y nuestra cultura sea transformado,
sentimos una necesidad por obtener todo lo que nos presenta en los medios de
comunicación, y cuando no se obtiene se presentan casos de baja autoestima debido al
menosprecio de las demás personas; hasta donde hemos llegado que las personas dejaron de
valorarse.

Estos cambios en la personas en sus sentimientos es lo que logra el marketing, lograron


establecer formas para que los jóvenes en mayor medida tengan la idea de que una persona
vale por cuanto objetos de valor monetario tenga, es realmente triste ver como los valores y
personalidades de una persona ya no son valiosos y son motivo de orgullo como antes de
caracterizaba, ahora este sistema desvalorizo al ser humano y paso a valorizarse lo material;
esta influencia en la sociedad va tan allá que muchas personas creen encontrar la felicidad y
autosatisfacción al comprar, adquirir, estar a la última tecnología.

Ya es preocupación de muchos los efectos que esto conlleva y es en cuestiones de


sostenibilidad, pues es tanto el consumismo y sus extensiones a otros países a ritmo tan
grande que es insostenible.

Lo más preocupante es que este sistema se adecuo para que hasta las personas con poco
recursos económico o limitados también puedan consumir de manera incontrolada y
justificada, esto es debido a las múltiples formas de créditos que ofrece el mercado, y como
dice la canción “gente que vendió por comodidad su razón de ser y su libertad” y se
convierten en esclavos de las corporaciones financieras.

Como dice Emile H. Gauvreay “Hemos construido un sistema que nos persuade a gastar el
dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos para crear impresiones que no durarán
en personas que no nos importan”

Por esta razón es que considero deprimente que introduzcamos a nuestra cultura a nuestro
país con los grandes problemas económicos por los que pasa, con cifras tan preocupantes
de desempleo, con tanta gente en pobreza y a alfabetización adopte un sistema de alto
consumo que valora más a quien más consume, que son hizo olvidar de otros valores más
importantes y mas consientes como el ahorro, es por esta razón que hoy en día se
encuentran los índices más altos de deuda personal; pues las personas se endeudan por
consumir productos que en muchos casos son innecesarios, luego no tienen como pagarlos,
posteriormente les toca refinanciarlos pero a tasas de interés más altas, y si no se logra
finiquitar se refinancia la refinanciación a tasas más altas aun, ¿cómo es posible que
nuestros dirigentes no eviten estos abusos? Pues claro es para muchos el que muchas de las
multinacionales que son las que ofrecen los productos están muy por encima del gobierno y
pareciese que ellos les sirven a estas, pues ponen en prioridad todo lo económico, sobre el
desarrollo personal y social de las personas, y muy allá, puesto como una cuestión
secundaria esta el medio ambiente, esta nuestros recursos, nuestro planeta, es claro que la
balanza de estos tres ítems debe de estar en un equilibrio perpetuo y no como se veria en
estos momentos.

Para este problema que trasciende lo económico, es necesario realizar muchos cambios
empezando con las personas, necesitamos darnos cuenta de que este sistema puede
llevarnos al suelo, y también desarrollar políticas hacia estas multinacionales que se
esconden bajo el logotipo de “Ecológico” en sus productos.
Es claro que este sistema está hecho para exprimirnos económicamente, para volvernos
dependientes de ellas y obligarnos a consumir y a consumir, sin importar si debemos o no,
este sistema, esta trampa que nos puede mantener y llevar a la pobreza, debería de ser el
enemigo público número uno para combatir la pobreza, pero para empezar con ello
debemos cambiar nuestros hábitos y costumbres, pero es necesario que empieza cuanto
antes, que empiece ahora.

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