LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

FECHA: 28/05/18

CURSO: ½ Ing. Industrial

ANÁLISIS DEL LIBRO EL MISTERIO DE GAIA

Aunque han pasado ya más de 2000 años del sacrificio de Cristo en la cruz,
hasta ahora puedo entender la magnitud del amor de Dios por toda su creación.

El Padre nos ha dado libre albedrío, pero nos dedicamos a hacer lo malo delante
de sus ojos, y herimos su corazón, y el tan amorosamente nos dio esa libertad,
para escoger entre lo bueno y lo malo, y escogimos lo malo.

Mateo 24:12 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se

enfriará.

Y de vivir haciendo lo malo, nos cegamos y sin darnos cuenta, comenzamos a

ser esclavos, nuestra maldad hizo que nosotros mismos nos pusiéramos la soga
al cuello, nosotros mismos fuimos directo a nuestra muerte, sabíamos distinguir
lo bueno de malo, pero aun así no hacíamos nada por cambiarlo, comenzamos
a alimentar la injusticia, la iniquidad, el odio, el rencor, el orgullo, estábamos
muertos en nuestros delitos y pecados.

Mas sin embargo el Padre amoroso, compasivo, misericordioso que nos formó y
que veía cuanta maldad había en la tierra a causa de nuestras malas decisiones,
porque no quisimos obedecerlo y depender de Él, porque creíamos que sin el
estaríamos bien, pero que erróneos estábamos, y estamos si aún pensamos que
sin Dios podremos hacer algo, porque no es así.

Al ver tanta maldad el Padre de misericordia, hizo el sacrificio perfecto y valioso,

que he aquí que no puedo entender tanto fue su amor por mí, y toda su creación,
que dio a su único hijo, como sacrificio para yo pudiera ser salva, para ser libres
de esas cadenas, para que no haya nadie que me acuse de un pasado, para
recordarme que me ama, y que muy pronto vendrá.

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POR QUE MAS QUE SER DIOS EL ES MI PADRE, Y PADRE DE TODA LA
HUMANIDAD.

A pesar del sacrificio de su hijo Jesucristo en la cruz, ahora que somos libres por
la Gracia del Padre Todopoderoso, aun así seguimos poniéndonos cadenas que
nos atan y no hacen esclavos, cuando ya no lo somos.

Aun se sigue haciendo lo malo delante de sus ojos, que necesitamos para
entender, que si lo tenemos a Dios lo tenemos todo, y nada nos hace falta,
porque razón volvemos a la esclavitud, cuando se ha pagado un precio muy alto
para que podamos ser libres.

No necesitamos otro sacrificio, porque Cristo vino a ser ese puente entre Dios y
los hombres, para que nos acerquemos con libertad a Papá.

 AHORA SOMOS LIBRES Y PARA SIEMPRE, Nosotros mismos con

nuestras acciones nos volvemos esclavos del: sexo, alcohol, prostitución,
relaciones interpersonales que no edifican y nos destruyen, mentiras,
orgullo, resentimiento, vanidad, egoísmo, etc.
 DIOS NO DA AMOR, DIOS ES EL AMOR.

Juan 4:8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.

Porque para ser felices en serio, y para siempre, solo necesitamos aceptar a
Cristo en nuestro corazón, pero con Fe.

Juan 17:3 En esto consiste la vida eterna, en que te conozcan a ti, al único Dios
verdadero y a Jesucristo a quien tú enviaste.

 EL AMOR DEL PADRE HACIA NOSOTROS NUNCA DEJÓ, NI DEJA

DE SER.

Creo que para saber si verdaderamente hemos llegado a comprender siquiera

en parte lo que es el verdadero amor, debemos hacer ese ejercicio de reflexión
y preguntarnos: ¿Estoy dispuesto a renunciar a ciertas cosas, por amor? La vida
del cristiano es una vida de sacrificios, hacer la voluntad de Dios y no satisfacer
los deseos de la carne, es decir renunciar o "morir" a muchas situaciones o

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actividades que puedo estar realizando en mi vida, y que no alegran el corazón
de mi Padre Eterno.

Cuál es la grandeza de este aconteciendo (el sacrificio de Cristo en la Cruz). ¿De

qué, es que nos salva Jesús al morir en la Cruz? No sólo en semana santa o en
fiestas especiales como la navidad, sino que todos los días son para hablar de
la grandeza de Dios, Jesucristo dio su vida como ofrenda de Amor y nuestro
deber es anunciar este acontecimiento y vivir según sus mandamientos.

Más que siervos, Jesucristo vino a enseñarnos a ser hijos y obedecer en todo a
Papá, tal y como Jesús obedeció.

Mateo 22:37-40 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y
con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos
mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Un buen creyente ama a Dios con luchas o no, en riquezas y pobrezas, en salud
y enfermedad, sabe que le sobran motivos para triunfar, y es que el
Todopoderoso está de su lado, que tiene un padre amoroso que no le deja solo.
Ya vimos lo que Papá hizo por amor, al dar a su único hijo por amor a nosotros,
es más sabemos de su sacrificio.

La pregunta es: que somos capaces de hacer nosotros por amor a Dios?

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