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Informe de exposición
Cristología
Cochabamba - Bolivia
Marzo de 2019
El reino de Dios anunciado a los pobres
El lago:
Forma alargada y murmullo de sus olas = Arpa (Hebreos). Le llamaban “arpa” o “Kinneret”.
Judíos sentían demasiada veneración a este lago, ponían en los labios de Dios las siguientes
palabras: “Siete mares creé, pero me reservé uno solamente, el de Genesaret.
En tiempos de Jesús, la ciudad más destacada era Tiberiades: Construida por Herodes en honor a
Tiberio. (Dorado palacio de Antipas, Anfiteatro de blancos mármoles, baños termales de
Ammaus)
Tierra Fértil:
Tierra que rodeaba al lago era hermosa y fértil, sobre todo la de la costa occidental.
Flavio Josefo:
“Admirable es su índole y su belleza. El suelo es tan fértil que allí crecen toda clase de
árboles; su temperatura es tal y está tan bien proporcionada, que conviene a los árboles
más diversos, de suerte que florecen nogales, palmeras, olivos, higueras, viñedos.
Diríase que la naturaleza quiso juntar en ese rinconcito de Galilea los productos más
diversos, de suerte que cada estación puede reclamar esta región por suya propia”.
Tumbas de ciudades:
Buena parte de todas esas bellezas desapareció en los siglos pasados. La orilla del lago es
actualmente un cementerio de ciudades.
No obstante, queda ese algo misterioso que el viajero no sabe si es el olor, el sabor, o su propia
nostalgia. Queda la certeza de que junto a aquellas orillas se inició la aventura más honda que
recuerdan los siglos. Y todo evoca páginas evangélicas: los pescadores cosiendo las redes, los
peces de ancha cabezota y gran boca en la que cabe una moneda, las colinas en las que él habló y
multiplicó los panes.
Los galileos:
Más importantes que los paisajes eran las personas. Características: más generosos, más
decididos, más nobles, más tercos, más sociables, a la vez que más fácilmente excitables. Terco
apego a la tradición y mayor apertura al contacto con los gentiles.
Habitantes de Judea los miraban con desprecio por su pronunciación. Pero sobre todo por su
modo de comportarse con los paganos.
Orgullosos de pertenecer al pueblo elegido. Al mismo tiempo, sentían un cierto complejo ante
los habitantes de Judea y una especie de temor reverencial hacia los sacerdotes.
La sinagoga:
La institución de la sinagoga tenía, en Galilea, una extraordinaria importancia. El galileo bajaba
al templo como era su obligación, pero no se sentía del todo a gusto en Jerusalén. Permanecía,
por ello, allí pocos días. ¿Qué hacer todos los demás sábados del año? La sinagoga era la
respuesta a su profunda religiosidad.
Dos tradiciones: Una artística que nos ha acostumbrado a ver a Jesús predicando al aire libre, y
otra teológica que ha convertido a la sinagoga en el símbolo donde Jesús venía a predicar su
mensaje.
El Reino de Dios
Antiguo Testamento: Dios como Señor, Consejero, Rey. Idea liberadora del pueblo sobre el
Mesías.
“Por todo ello, sólo con ese lenguaje Jesús podía lograr que sus contemporáneos le entendiesen.
El era la respuesta a esa «ansiosa espera» de la que habla el evangelista (Lucas 3, 15). Con ello
Jesús condividía no sólo los deseos fundamentales del corazón humano, sino también las
expectativas liberadoras de los suyos” (MARTÍN, 1987).
La importancia de nacer de nuevo: Creación de un nuevo hombre regido por distintos valores,
distinta forma de pensar y hacer. (Juan 3, 2-21 / Nicodemo)
Esta revolución abarca el interior y el exterior, lo espiritual y lo mundano, el individuo y la
comunidad, este mundo y el otro.
Dimensiones y características
Es un reino en este mundo y en el otro. En este es un campo de batalla y ya está en marcha.
Liberación de todo mal: “Aspira a una liberación de todo mal, de todo pecado. Y trae una
liberación que pasaba por la reconquista de la libertad política de sus conciudadanos, pero que no
caía en el ingenuo simplismo de confundir «la opresión» con «los romanos». Jesús no acepta una
sociedad dividida en clases de opresores y oprimidos y aspira a un reino de justicia donde los
derechos de todos los de los pobres y débiles en primer lugar— sean íntegramente
respetados”(MARTÍN, 1987)..
● Ni Cristo, ni el Reino tienen el menor sentido sin el protagonismo de Dios : Jesús vaciado
de Dios, no es nadie, desaparece. Nada queda en pie de su mensaje.
● El de la religión greco-romana: Cada vez que el griego se encuentra con una realidad
imponente, cada vez que se encuentra en el mundo algo grande y majestuoso, allí ve un
Dios.
● El de las religiones orientales y egipcio-babilónicas : Seguirá faltando visión de un
Dios personal, creador, amigo y compañero del hombre.
● El Dios del antiguo testamento: Frente al politeísmo de los pueblos que lo rodean, lo
característico de los hebreos es el monoteísmo, pero de un modo muy especial.
No es que los judíos descubran primero que hay solo un Dios y que luego encuentren que ese
Dios único es Yahvé. Al contrario: Ellos descubren primero a Yahvé en su experiencia y
cuando perciben su grandeza, concluyen que este es un Dios tan grande que no puede haber otro
más que él. No va de la unidad de Dios a su grandeza, sino de su grandeza a su unidad.
El Dios de Jesús:
● El Dios de Jesús, es el que hemos visto, tocado y conocido en él, en Jesús. Porque
Jesús hizo mucho más que hablarnos de Dios. El mismo, su vida, su persona, se
constituyó en lugar de encuentro de los hombres con Dios.
● Dios es ternura, es solidaridad, que el Dios que ha aparecido en Jesús es el amor de
Dios a los hombres.
● Dios es quien está tan cerca de los pecadores como de los justos y que somete todas
las leyes al amor.
¿Y cómo es el Dios que Jesús muestra en sus palabras y obras y que ha de ser el protagonista del
Reino?
Jesús nunca hará disquisiciones sobre la naturaleza de Dios, mucho menos tratará de aportar
pruebas de su existencia o de su actuación en el mundo. Habla del Dios con el que convive. Dios
es alguien que es parte de su vida, toda su vida. Todo el pensamiento, todo el universo toma
sentido de la existencia de Dios y no a la inversa.
● Si el Dios del Reino es un “Dios para el hombre” , el Reino de Dios es un “Reino para el
hombre”
● Jesús no viene a rebajar al hombre, si no a volverlo más hombre. No a esclavizarlo si no a
volverlo libre.
● Según Jesús sólo cuando el hombre acepta a Dios como único Señor y lo acoge como
origen y centro de referencia de toda su existencia, puede este alcanzar su verdadera
dignidad.
● Sólo desde Dios descubre el hombre sus verdaderos límites y la grandeza de su destino.
Sí, el hombre en el Reino es más hombre. Y encerrado y limitado a sí mismo no se vuelve
más libre, sino menos hombre.