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Contrarrevolución fascista

La insurgencia vergonzante
del capitalismo en Venezuela

Luis Navarrete Orta


Ramón Medero
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Nicolás Maduro Moros


Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

Hugbel Rafael Roa Carucí


Ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria,
Ciencia y Tecnología

Andrés Eloy Ruíz Adrián


Viceministro para La Educación y Gestión Universitaria

Eulalia Tabares Roldán


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y la Comunidad del Conocimiento

Guillermo Rafael Barreto Esnal


Viceministro para la Investigación y la Aplicación del Conocimiento

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Viceministro para el Desarrollo de las Tecnologías
de la Información y la Comunicación

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

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Rectora

Alifrank Laguna
Vicerrector

Wilmer Ariza
Vicerrector de Desarrollo Territorial

José Berríos
Secretario General
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA
La insurgencia vergonzante del capitalismo en Venezuela
Luis Navarrete Orta y Ramón Medero

EDITORIAL UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Director
Ramón Medero
Edición y corrección
Carlos Manuel Duque

Diseño y diagramación
Edgar Sayago
Fotografía de portada
Agencia Venezolana de Noticias
Imágenes
Cortesía de Minci, AVN, Alba Ciudad y Reuters

Hecho el Depósito de Ley


Depósito Legal: DC2017001758
ISBN: En trámite

Editorial Universidad Bolivariana de Venezuela


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RIF G-20003773-3
Contrarrevolución fascista
Los fascismos están condenados a perder sus guerras,
pues son constitutivamente incapaces de evaluar
con objetividad la fuerza del enemigo.
Umberto Eco
ÍNDICE

9• PRESENTACIÓN

13 • UN MONSTRUO DE MUCHAS CARAS

26 • EL FASCISMO EN EL PODER Y EL FASCISMO EN LA OPOSICIÓN

35 • EL FASCISMO VERGONZANTE

47 • EL LINAJE

59 • LA FALSA REVUELTA

79 • LA MAMPARA ELECTORAL
PRESENTACIÓN

Este trabajo que, bajo el título de El fascismo, vanguardia extremista del ca-
pitalismo, vio la luz en septiembre del año 2013, es hoy objeto de una
segunda edición, revisada, corregida y ampliada por su autor, el profesor
Luis Navarrete Orta, en colaboración con el profesor Ramón Medero.
Se trata de un trabajo enorme en importancia y significación actuales,
que apunta a uno de los fenómenos más críticos de nuestra existencia
política nacional: la violencia, intolerancia e intransigencia con que el
sector partidista de la derecha venezolana, en connivencia con los más
retrógrados sectores de la política de otros países y regiones del planeta,
ha asumido su papel de oposición política en un régimen democrático.
Papel que comienza con la paradoja de negar, precisamente, la natura-
leza democrática de un régimen político que, desde sus inicios hasta hoy,
ha celebrado dieciocho elecciones, de todo tipo -presidenciales, estata-
les y municipales-, incluyendo un referéndum revocatorio presidencial,
una enmienda constitucional -que el Gobierno Bolivariano perdió- y la
correspondiente a la ratificación de la Constitución Bolivariana, hoy vi-
gente; la única en la historia del país sometida a aprobación por voto
universal, directo y secreto. Elecciones en las que, por cierto, la derecha
opositora, que tanto desdice de las instituciones democráticas, ha parti-
cipado -inclusive en lo que a sus elecciones internas se refiere- sin más
limitaciones que las que contemplan los reglamentos electorales y leyes
de la República. Resultado de lo cual la oposición ha ganado municipios,
gobernaciones, diputaciones en todas las instancias legislativas, y hasta
ha conseguido la mayoría en la Asamblea Nacional, aunque ello sólo le
haya valido para generar el más inusitado conflicto de poderes que se co-
nozca en la historia venezolana. Pero, según esta derecha, vivimos en una
dictadura; la única, que sepamos, en la que todos los días y por todos los
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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

medios los ciudadanos que la padecen pueden proclamar a los cuatro vientos
que viven en una dictadura.
Lamentablemente, para la oposición y para el país, este es el mito po-
lítico del que ha vivido la derecha venezolana desde que el Comandante
Chávez asumió el poder en 1999. Mito a partir del cual, tras cada evento
comicial, ha derrochado su importante capital electoral en un torpe y
falaz actuar político que reiteradamente la ha conducido a seguir los re-
torcidos caminos de la confrontación estéril y violenta. Y es aquí donde
la paradoja se torna harto siniestra y peligrosa, en la medida en que la
torpeza y la falacia en política es fuente de inspiración de una conducta
infame y criminal, como la que caracteriza hoy a la derecha oposito-
ra venezolana: fascismo vergonzante la había llamado Navarrete Orta en la
primera edición de este trabajo. Calificativo que, como aclaran ahora los
autores, no tiene una connotación histórica rigurosa, sino ampliamente
semántica:

...la palabra fascismo asume la inmensa carga semántica de todas


las formas, tanto genealógicas como generatrices, de los regíme-
nes de ultraderecha que violan en forma flagrante y extrema los
derechos humanos.

Tal es, pues, el punto de partida de un trabajo que no nos habla del
fascismo histórico, aún cuando comienza haciendo una básica y nece-
saria referencia a él; la suficiente como para abordar el tema desde la
perspectiva que propone: el fascismo como conducta política. Podemos
hablar del fascismo de diversas maneras. Como una ideología ecléctica
y contradictoria, como un régimen o gobierno en particular, como un
estilo de ejercer el poder o como un modo de hacer política. Ésta úl-
tima es la forma por la que se interesa este trabajo. En este sentido, el
fascismo no es otra cosa que la conducta, el modo de hacer política que ca-
racteriza a la derecha opositora de hoy en Venezuela. O el modo de des-
hacerla, pues tal conducta puede ilustrarse -como de hecho lo permite
el texto- con una incompleta aunque suculenta lista de eventos y situaciones
que todos hemos vivido y padecido a lo largo del curso de la Revolu-

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PRESENTACIÓN

ción Bolivariana y que integran el plato -evidentemente tóxico- que le ofrece la


oposición al pueblo venezolano.
Lo que este trabajo nos enseña es que tales eventos y situaciones
no representan el mero comportamiento circunstancial de un grupo de
individuos descontentos con el Gobierno Bolivariano. Lo que aquí nos
proponen los autores es comprender la conducta política de la derecha
extrema venezolana no como una suma de hechos reñidos con la insti-
tucionalidad democrática, sino como expresión y parte de un ejercicio
de la política específicamente dirigido a la destrucción de la democracia
y del gobierno revolucionario en tanto que agente histórico de transfor-
mación social.

El fascismo nace y se desarrolla históricamente como respuesta


radical y agresiva contra todo proceso revolucionario en auge,
especialmente si éste es de signo marxista. Cuando los revolu-
cionarios llegan al poder, el fascismo orienta toda su acción a
liquidar ese gobierno, utilizando todos los medios a su alcance y,
en particular, la violencia terrorista.

De modo que el fascismo vergonzante cuestiona política, ética e insti-


tucionalmente la conducta política de la oposición venezolana, o de su
núcleo más agresivo. Pero este fascismo no es expresión de la conducta
personal o grupal de quienes lo encarnan, sino de la reacción misma del
orden capitalista burgués y signo de su fachada más radical y extremista.

(...) el fascismo es, en algunos casos, la vanguardia del capitalismo


para enfrentar situaciones de auge revolucionario y, en otros, su
retaguardia para apoyar al sistema dominante cuando éste está en
dificultades.

Todo fascismo es de derecha, pero no toda derecha es fascista, nos


advierten los autores. Sin embargo, esta no es una mera distinción acadé-
mica o teórica, ámbitos en los que este trabajo no se propone profundi-
zar. Lo que se trata aquí, mediante una exposición sencilla y directa, es de
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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

contribuir a la conciencia de la ciudadanía respecto al peligro al que hoy


se enfrenta: el representado por una derecha extrema y violenta, cuyo
comportamiento fascista, pese a todas las opciones políticas y legales de
la democracia, se acentúa cada vez más.
Entre las opciones políticas y legales de la democracia, la convocato-
ria del Presidente Maduro a una Asamblea Nacional Constituyente apela
a la misma letra y espíritu democráticos consagrados en la Constitución
Bolivariana, y viene a confirmar lo que ya es tradición en el proceso
histórico de la Revolución: el dirimir las diferencias políticas mediante el
voto. Sin embargo, al parecer, para quienes viven del mito de la dictadu-
ra, acaso no sea más, en las actuales circunstancias, que el modo en que
la democracia coloca contra la pared al fascismo vergonzante. Lo cual lo hace
mucho más peligroso, agresivo y criminal de lo que ya es. Pero, también,
al mismo tiempo, permite a todo venezolano patriota y amante de la paz,
cualquiera sea su signo político, armarse democráticamente contra él.
Después de todo, como afirman Navarrete y Medero, la mejor manera de
derrotar al fascismo es ganar la batalla de las ideas.
Este trabajo es, pues, una advertencia respecto al fascismo como con-
ducta política. Pero también, hecho de acuciosas anotaciones que podrían
servir de punto de partida para investigaciones y desarrollos más específicos, se trata
de una convocatoria al estudio y la discusión enriquecedora; esto es, a
que nos incorporemos a la lucha para derrotarlo.

CENTRO NACIONAL DE HISTORIA


Julio de 2017

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UN MONSTRUO DE MUCHAS CARAS

Parece una aberración que, después de dos guerras mundiales y de tantas


luchas de los pueblos del mundo en pro de la paz y de la justicia social,
hoy tengamos que seguir lidiando con el insidioso fascismo. Creíamos
que lo habíamos enterrado al término de la Segunda Guerra y después de
aprobar la Carta Universal de los Derechos del Hombre, pero la verdad
es que sigue vivito y coleando. Vale la pena preguntarse por las razones
de esa sobrevivencia.
Umberto Eco dictó una conferencia cuyo título es una afirmación
preocupante: “El fascismo eterno”.1 La sola probabilidad de perpetua-
ción de este mal sería nefasta para la humanidad. Preferimos pensar -y en
eso está comprometida la sociedad mundial democrática- que, más tem-
prano que tarde, le pondremos una lápida que diga: Junto a su padre, aquí
yace el fascismo. Esto significa que, al lado de este hijo odioso, habría que
sepultar primero el capitalismo. Para lograr esto, es necesario que se haga
casi unánime la conciencia acerca del riesgo que corre la civilización hu-
mana si al fascismo no se le vence, cuando menos, a mediano plazo. Cada
día es más perentorio desarrollar a todos los niveles una batida contra él.
Se trata de una tarea inaplazable de alcance mundial. Y ahora, aquí, en la
patria de Bolívar, forma parte de la gran batalla por la preservación y el
fortalecimiento de nuestra Revolución Bolivariana.
Sobre el fascismo se ha escrito y discutido tanto que pareciera impo-
sible añadir algo nuevo. Sin embargo, los estragos que está cometiendo
actualmente en Venezuela este monstruo de cabezas erizadas de odio,
obliga a ejercitar un breve y modesto análisis acerca de sus actuaciones,
más bien de sus aberraciones, apetencias y doctrina, al menos hasta
1 Umberto Eco. “El fascismo eterno”. En: Cinco escritos morales. Penguin Random House Grupo
Editorial, España, 2010, p. 137

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

donde nos lo permita nuestro atrevimiento; sobre todo, porque es un de-


ber patriótico advertir a las nuevas generaciones sobre los graves males
que pudiera sembrar en toda Nuestra América esta criatura aborrecible
de muchas caras; peligrosa y difícil de combatir, porque cada vez que
emerge de sus nauseabundas aguas muestra un rostro diferente, muta.
En sus primeros tiempos los fascistas se disfrazaron de socialistas,
Mussolini era un iracundo socialista y el movimiento de Hitler fue el nacio-
nal socialismo; en España se abrazaron a los principios cristianos. Aquí en
Venezuela se autodefinen como los primeros en la Justicia, se apellidan
popular e invocan el progreso; se colocan en sus cabecitas apátridas el trico-
lor patrio, tratan de parecerse –por supuesto, sólo en los ademanes y en
una especie de ritual grotesco al que nos devolvió la patria, la verdadera,
la de Bolívar y los llaneros de la Independencia, la de los pata en el suelo
de ayer y de hoy. Lo peor de todo es que logran así penetrar en la mente
de mucha gente sana y de buena fe. Esa facilidad para el disfraz y la tra-
moya teatral, para el show embaucador, nos impone la obligación de estar
alertas, de no caer en el lugar común para describirlos, reconocerlos y de-
nunciarlos, sino de promover el estudio científico del fenómeno y com-
batirlo a partir del conocimiento pleno de sus fortalezas y debilidades.
Hemos dicho que se trata de un monstruo de muchas caras. Sea cual
sea el ángulo de nuestro enfoque, a sabiendas de que estaremos acota-
dos por las exigencias epistémicas de un campo discursivo específico,
es decir, sea en el ámbito académico, en el de la confrontación política
directa o en el de la propaganda o la agitación, en cada uno de ellos hay
que proceder con suma destreza teórico práctica y utilizar los recursos
propios de cada uno de esos campos, estudiarlos con sumo cuidado. Al
efecto creemos que habría que distinguir, en términos bastante amplios,
varias caras de ese engendro.
El fascismo no es una ideología, sino una variante extrema de la cos-
movisión burguesa. Es, ha sido y puede ser un régimen, incluso un go-
bierno en particular; es un modo, un estilo de ejercer el poder y es tam-
bién, por supuesto, un modo de hacer política. La primera de las caras
muestra las doctrinas que postulan principios y valores determinados,
como el corporativismo mussoliniano, el nacional socialismo nazi o el nacional

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UN MONSTRUO DE MUCHAS CARAS

integrismo falangista español, que han sido sus concreciones históricas más
conocidas y, además, las que más han influido en América. Otras varian-
tes -ya en el plano de la organización política- menos conocidas, fueron
la Guardia de Hierro en Rumania, la Unión Británica de Fascistas en
Inglaterra, las Cruces Flechadas en Hungría, la Ustashi en Croacia, el
Partido Popular Francés y la Unión Nacional en Portugal.
La segunda cara sería la encarnación de esa doctrina en un régimen
determinado. Tal vez el más nítido haya sido el del nazismo. La tercera
vendría a ser cualquier régimen o gobierno que, a partir de un conjunto
de ideas antidemocráticas, viole sistemáticamente los derechos huma-
nos y ejerza el poder mediante la aplicación de prácticas terroristas. En
América Latina, el modelo más representativo fue el de la dictadura de
Pinochet en Chile. Esta última faceta es la que ha dado cabida a una de-
signación tan amplia sobre el fenómeno fascista a escala mundial.
Como sabemos, la palabra fascismo se deriva de los fasci di combattimento,
las brigadas de combate que instituyó Mussolini para sus acciones de
masas. Facio, del latín faci, es el haz que sostenía la unidad del Imperio
Romano. Ese símbolo sirvió también como identificador icónico para
el falangismo español y para sus congéneres latinoamericanos, Copei en
Venezuela y la Democracia Cristiana en Chile. Este último tenía como
logo un haz de trigo, luego sintetizado -para evitar una identificación tan
evidente- en una punta de flecha. Coincidencias sospechosas que desa-
parecieron por el desprestigio internacional del régimen franquista, con
el cual la democracia cristiana mundial tuvo ingratas cercanías.
Mediante un procedimiento lingüístico traslaticio, la palabra «fascis-
mo» asume la inmensa carga semántica de todas las formas, tanto genea-
lógicas como generatrices, de los regímenes de ultraderecha que violan
en forma flagrante y extrema los derechos humanos. Esta circunstancia
ha generado un justificado reclamo, en particular del ámbito académico.
Se estaría incurriendo en una errónea atribución taxonómica al sobrecar-
gar polisémicamente el vocablo en cuestión, con lo cual se corre el riesgo
de tildar de fascista a todo régimen autoritario. El planteamiento se basa
en el principio de que todo vocablo o enunciado, y en particular aquellos
que implican conceptos vinculados a cualquier área del saber, están mar-

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

cados en su uso por las determinaciones propias del campo discursivo.


Se trata de advertir, en este caso, sobre el uso del término, en las ciencias
sociales, solo cuando se alude a un fenómeno a cuyo evento únicamente
concurre un determinado conjunto de características que lo definen.
No obstante, también hay que reconocer que en la jerga política de todo
el mundo y, por supuesto, con mayor frecuencia en el campo de la confron-
tación política contingente, el vocablo en cuestión se ha cargado en el uso
cotidiano de una significación múltiple que ni las academias de la lengua ni
los estudiosos de distintos campos del saber pueden obviar y, menos aún,
desconocer. Pero el criterio del uso, avalado por la palabra sabia de don An-
drés Bello y por los estudios lexicológicos inobjetables de Ángel Rosenblat,
siempre termina en estos ámbitos por ser decisorio.2 Para obviar ese riesgo,
hay quienes prefieren usar nazifascismo para los casos históricos más nítidos,
pero también se les objeta por el hecho cierto de que, a pesar de algunos
elementos comunes y de sus coincidencias estratégicas, no hay una identifi-
cación plena entre el fascismo italiano y el nazismo alemán.
Otra fórmula, también riesgosa, y además confusa, es aquella a la
que acuden los que intentan taxonomías más ceñidas. Es el caso de José
Ignacio López Soria en El pensamiento fascista,3 antología y estudio sobre
el fascismo en el Perú, que distingue entre fascismo aristocrático, fascismo
mesocrático y fascismo popular, atribuidos los dos primeros a José de la Riva
Agüero y a Raúl Ferrero Rebagliati, mientras que el último fue acuñado
por la Unión Revolucionaria. Sin embargo, existe otro término que ha te-
nido más aceptación y que es de uso frecuente entre políticos con forma-
ción académica, el neofascismo, sobre todo en los casos de los regímenes
subsidiarios y derivados que comparten rasgos básicos con los fascismos
históricos, y más aún cuando se trata de movimientos o regímenes de las
últimas décadas.
De allí que no sea correcto tildar de fascistas a todos los gobiernos de
derecha, aun cuando estos puedan ser muy represivos. Ejemplo: la dife-
rencia entre el gobierno de Pinochet y el de Piñera en Chile. Lo mismo se
2 Ángel Rosenblant. El pensamiento gramatical de Bello. Ediciones del Liceo Andrés Bello, Caracas,
1961.
3 José Ignacio López Soria. El pensamiento fascista (1930-1945). Antología. Serie Biblioteca del
Pensamiento. Mosca Azul Editores. Lima, 1981, pp. 9-37.

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UN MONSTRUO DE MUCHAS CARAS

aplica a los sistemas de pensamiento, a los movimientos sociales y a los


partidos políticos. En tal sentido, no son lo mismo, aunque coincidan
en muchas cosas, Acción Democrática y Copei que Primero Justicia
o Voluntad Popular. Porque, al final, como término que se empieza a
usar para todo, termina por perder su sentido específico y su fuerza
simbólica y política. Pierde su significación profunda y más peligrosa.
El uso cotidiano lo banaliza, luego lo propaga como un concepto equí-
voco hasta el punto de que las masas, a diestra y siniestra, señalen como
fascista algo que no lo es ni pretende serlo. Los medios de propaganda,
por su parte, aprovechan la confusión para ocultar al verdadero mons-
truo en la guarimba.4
Para comprender mejor la explicación anterior, una parcialidad de los
rasgos que definen el término fascismo podría utilizarse para adjetivar a
una persona, un hecho, una organización o gobierno. Ello no significa
que el objeto o sujeto así calificado sea verdaderamente fascista. La clase
obrera, por ejemplo, podría acusar de fascista a un capitalista por haber
cometido actos de injusticia, eventuales o continuados, lo cual no implica
que ese explotador sea verdaderamente un practicante o seguidor del
fascismo histórico. Lo mismo sucede con las organizaciones políticas o
los gobiernos. Las prácticas políticas de Rómulo Betancourt contra la
izquierda venezolana y el movimiento subversivo deben ser consideradas
de corte fascista: torturas, persecuciones, desapariciones, asesinatos, re-
presión y hasta bombardeos a la población civil y aniquilación de varias
heroicas sublevaciones cívico militares: El Porteñazo y El Carupanazo;5
4 La guarimba refiere al escondite o refugio que sirve para que se protejan los participantes de
un juego tradicional infantil cuando están siendo perseguidos. La ultraderecha venezolana,
cínicamente, la ha tomado prestada para designar sus protestas, que como bien se sabe no son
pacíficas ni son juego; por el contrario, siempre comienzan o terminan con acciones violentas,
terroristas. Se ha convertido en un eufemismo que la prensa internacional ha propagado con la
intención de encubrir la naturaleza vandálica de esas acciones. Los revolucionarios debemos
negarnos a usarla a no ser que se acompañe de un correcto calificativo, guarimba terrorista o
guarimba fascista, hasta que se acuñe el significado negativo y la palabra, sin el adjetivo, pase
a designar un acto hostil y violento que vulnera y viola los derechos humanos y los estamentos
sociales de convivencia.
5 Durante el gobierno de Rómulo Betancourt hubo varios alzamientos que fueron reprimidos
brutalmente. La Operación Tenaza, por ejemplo, acabó con El Carupanazo, alzamiento que
fue protagonizado por el Movimiento de Recuperación Democrática, el 4 de mayo de 1962, en
Carúpano, estado Sucre. En esta rebelión participaron efectivos del batallón de Infantería de Marina
Nro. 3 y el destacamento Nro. 77 de la Guardia Nacional. Luego, el 2 de junio de ese mismo año,
un grupo de oficiales tomó la Base Naval Nº 1 en Puerto Cabello, estado Carabobo. Esta rebelión
cívico militar, conocida como El Porteñazo o Rebelión Liberadora, costó la vida de cuatrocientas
personas y más de setecientos heridos. Hubo otros alzamientos, como El Barcelonazo, el 26 de

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

sin embargo, a pesar de los métodos infames utilizados por ese gobierno,
y por todos los demás gobiernos del puntofijismo, no puede afirmarse
categóricamente que se trató de un fascismo histórico, sistémico, porque
no reúne la totalidad de los rasgos caracterizadores de esa forma extrema
de la doctrina capitalista.6
En todo caso, tampoco conviene a la Revolución menoscabar la sig-
nificación del término, porque contribuye a enmascararlo. El fascismo
existe en nuestra sociedad, agazapado en su crudeza, digamos que repri-
mido por la cotidianidad de nuestra vida democrática; en nuestro inte-
rior, arrullado por la tranquilidad del status, la comodidad, la abundancia
o la prebenda, pero siempre se asoma en las pequeñas acciones, frases
y gestos de algún buen vecino o vecina.7 Su despertar constituye siem-
pre una posibilidad histórica. Cuando despierta, como de hecho lo está
haciendo en Venezuela, debe ser llamado por su nombre real y no por
eufemismos. Ni marcha pacífica, ni rebelión estudiantil, ni levantamiento popular,
mucho menos guarimba; solo se podría admitir, acción violenta, desobediencia
civil, terrorismo, insurrección o insurgencia armada, no como sustitutos del vo-
cablo en cuestión, sino como conceptos contenidos en este y formas en
que se manifiesta: el fascismo puede conllevar a una insurrección armada
o paramilitar, pero no toda insurrección armada es fascista, de hecho
puede ser prerrevolucionaria, como veremos.
La contrarrevolución fascista de hoy en nuestro país, amparada por
los gobiernos regionales neoliberales (Brasil, Argentina, México, Perú,
junio de 1961, en el que miembros de la Cámara Agrícola de Venezuela y militares tomaron el
Cuartel Pedro María Freites de Barcelona, estado Anzoátegui; y El Guairazo, el 28 de febrero de
1962, en La Guaira.
Sobre los desmanes de Betancourt en el poder, recomendamos la lectura de José Sant Roz, El
procónsul Rómulo Betancourt: memorias de la degeneración de un país, Caracas, Monte Ávila
Editores Latinoamericana, 2009, p. 747. Allí el autor explica, entre muchas otras cosas, cómo el
padre de la democracia fue un ídolo fabricado por el gobierno Norteamericano para garantizar
el control de la explotación petrolera; un dictador legalizado que traicionó, persiguió y asesinó a
muchos de sus aliados y compañeros, que alcanzó prácticas criminales extremas para frustrar las
aspiraciones revolucionarias de toda una generación de jóvenes en la década del sesenta.
6 Debemos recalcar que el fascismo no es ideología, filosofía o doctrina, sino la forma más extrema
e inhumana en que se manifiesta el capitalismo acorralado y en crisis. La verdadera doctrina del
fascismo es el capitalismo. Según Umberto Eco, el fascismo “no era una ideología monolítica,
sino un colaje de diversas ideas políticas y filosóficas, una colmena de contradicciones. ¿Es
posible concebir un movimiento totalitario que  logre juntar monarquía y revolución, ejército
real y milicia personal de Mussolini, los privilegios concedidos a la Iglesia y una educación estatal
que exaltaba la violencia y el libre mercado?”.
7 Deleuze, Eco, Foucault y Arendt identificaron desde diversos enfoques el fascismo de lo cotidiano
o microfascismo. Sobre este tema hablaremos más adelante.

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UN MONSTRUO DE MUCHAS CARAS

Colombia) copia buena parte de la franquicia internacional denominada


Revoluciones de Colores.8 Son los mismos métodos y fases de acción, como
lo demuestra Robinson Zapata: JAVU (Juventud Activa Venezuela Uni-
da), en el 2007, era un remedo de Otpor. Sin embargo, estos simulacros
de revuelta popular no son otra cosa que fascismo.9

8 Las llamadas revoluciones de colores o golpes suaves tienen como antecedente a la Revolución de
Terciopelo, llevada a cabo en la República Checoslovaca, en noviembre de 1989; de igual modo,
el derrocamiento de Slobodan Milosevic, en Serbia y Montenegro, en el año 2000, que da lugar
al Movimiento OTPOR (Resistencia). Son movimientos subversivos construidos artificialmente,
que no encajan en las categorías de rebelión o revolución, por no constituir verdaderos
alzamientos populares ni poseer un ideario humanista. En realidad es una metodología para el
derrocamiento de gobiernos que son considerados incómodos o un obstáculo para los intereses
del neoliberalismo global y para dar paso a la injerencia neocolonialista. Poseen características
comunes: se apoyan en los medios de comunicación (y ahora también en las redes sociales)
para difundir propaganda, para dar directrices, para la guerra psicológica y la desinformación;
poseen apoyo financiero internacional (USA/el sionismo) y cuentan con asesoría de agencias
de inteligencia foráneas (CIA/Mossad); las movilizaciones siempre son juveniles, estudiantiles
y nacionalistas; desconocen la autoridad y los estamentos jurídicos; se autodenominan
pacíficos y sus luchas siempre son de resistencia contra regímenes supuestamente totalitarios,
anticonstitucionales, corruptos y asesinos. Al lograr sus objetivos golpistas, se desvanecen y
entran en escena las fuerzas más reaccionarias de la oposición a tomar el poder, e incluso pueden
ocurrir fragmentaciones del territorio (separatismo, media luna) o mantener indefinidamente
un estado de ingobernabilidad.
9 “1. Activar nuevos actores ajenos a la política convencional, especialmente jóvenes y estudiantes
sin afinidad ideológica alguna, identificados con los patrones y valores de sociedad de consumo
(música, moda, estilo de vida). 2. Utilización de simbología y consigna que ayuden a masificar
el movimiento más que por convicción política sea como una ola de moda (ropas de un
determinado color, banderas, signos, etc.). 3. Construir una vanguardia del movimiento que se
gane la simpatía y solidaridad de la población. 4. Discurso de la No violencia y de desobediencia
pacífica, acompañado de repetidas movilizaciones de calle hasta conseguir un hecho detonante
que lleve al colapso del Estado. 5. Utilización de medios de difusión electrónicos para generar
concentraciones rápidas y presencia al momento de los medios internacionales. 6. Uso de medios
propagandísticos no convencionales, para banalizar, ridiculizar y mofarse de la investidura
presidencial y de las altas autoridades. 7. Presión internacional mediante la exhortación al
respeto de los Derechos Humanos de los Manifestantes. 8. Generación de espirales inflacionarios,
escasez de alimentos e inseguridad económica para asfixiar al gobierno y arrastrar a otros
sectores a las acciones de calle. 9. Negar la naturaleza democrática del gobierno denunciando
internacionalmente que es un gobierno producto de un fraude electoral y en consecuencia es una
dictadura”. En: Robinson Zapata, “Del Cáucaso a Caracas. Revoluciones de colores y los golpes
suaves”, Aporrea, 4/06/2007.

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EN LA OPOSICIÓN

Lo que sí nos parece pertinente es distinguir entre el fascismo en el po-


der y el fascismo en la oposición. Lo señalamos porque tanto la fórmula
italiana como la alemana, que luego se ampliaron y tuvieron expresiones
nacionales diferenciadas en casi toda Europa, fueron los dos modelos
clásicos que marcaron la historia del fascismo mundial en el poder; pero,
en cambio, los fascismos en la oposición son tan variados y específicos
que, aunque comparten algunos elementos comunes, habría que hacer
un estudio más a fondo para poder hablar con propiedad de ellos, en
tanto que neofascismos.
En cuanto al fascismo en el poder, podemos afirmar que es autorita-
rio, su sistema es jerárquico porque su dirigencia es elitista, proviene de
las clases altas que han ocupado puestos estratégicos en las instituciones
castrenses. Es por ello que en América Latina cobró forma de dictaduras
militares. Después de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, hubo
ciclos de gobiernos militaristas que fueron impuestos por el imperialis-
mo norteamericano en el desarrollo de la estrategia de contención del
comunismo, implementada inicialmente por el gobierno de Truman (cono-
cida como la Doctrina Truman, surgida en marzo del 47), y continuada
consecuentemente por los gobiernos sucesivos (a través del Plan Cón-
dor, iniciado en 1975) hasta el evento de la Torres Gemelas de Nueva
York (2001), a partir de lo cual el comunismo se trasmutó como por arte
de magia en terrorismo. “De esa historia yo tengo un rollo”, diría la voz
del común. Ya sabemos de qué se trata y, además, lo hemos vivido, o
mejor dicho, lo hemos padecido y, sobre todo, lo siguen padeciendo los
pueblos invadidos y masacrados de Afganistán, Irak, Libia, Siria y ahora
pretenden repetir la misma receta para Venezuela.

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EL FASCISMO EN EL PODER Y EL FASCISMO EN LA OPOSICIÓN

Decíamos que en América Latina hubo, después de la Segunda Gue-


rra, dos oleadas de dictaduras militares. La primera, en la década del
50: Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, José Antonio Remón Cantera
en Panamá, Gustavo Rojas Pinilla en Colombia, Manuel Arturo Odría
Amoretti en Perú, Pedro Eugenio Aramburu en Argentina y Fulgencio
Batista en Cuba. La segunda, en la década de los 60 y 70, después de la
Revolución Cubana y, particularmente, del golpe en Chile contra el go-
bierno de la Unidad Popular: en Brasil, entre 1964 y 1985, los llamados
«gorilas» Humberto de Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva,
Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Baptista de Oliveira
Figueiredo; en Argentina, entre 1966 y 1970, Juan Carlos Onganía, y en-
tre 1976 y 1983, Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo
Fortunato Galtieri y Reynaldo Benito Antonio Bignone; en Uruguay, en-
tre 1976 y 1984, Juan María Bordaberry Arocena; y en Chile, entre 1973
y 1990, Augusto Pinochet.
Sin lugar a dudas, existen diferencias notorias entre las dictaduras del
primer ciclo y las del segundo; entre otras cosas porque se requería la im-
plantación de algo más que una simple dictadura para borrar de la mente
de todo un continente los malos ejemplos de la Revolución Cubana y la
reincidencia del socialismo con Allende. Tal vez por eso existe la tenden-
cia a calificar de regímenes a las dictaduras del segundo ciclo. En general,
podríamos decir que la calificación de fascista solo se aplica cuando, junto
a la violación de los derechos humanos y la liquidación de la democracia
burguesa, se incorporan ingredientes de la ideología más extremista del
capitalismo en la conducción del Estado, junto con los métodos terro-
ristas más radicales contra todo el espectro político progresista y revo-
lucionario. Esta es apenas una aproximación al problema y sabemos que
es un tema polémico, por eso consideramos necesario someterlo a un
examen más riguroso.
Otra cosa es el fascismo en la oposición. Habría que analizarlo tanto
por regiones como por etapas. En Europa, durante el período en que
asumieron el poder los nazifascistas e, incluso, durante el desarrollo de la
Segunda Guerra, el contagio fue mundial. El fascismo se expresó de múl-
tiples formas. Tanto en el campo teórico, como en el de propaganda y

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

agitación, logró movilizar a grupos muy aguerridos de los sectores dere-


chistas más cerriles, aunque minoritariamente. En Latinoamérica, espe-
cialmente en el Cono Sur, y también en Brasil, tuvieron mucha presencia.
Allí influyó, en gran medida, la inmensa inmigración europea, en Argen-
tina básicamente la italiana y en Chile la alemana.
En el caso chileno la confrontación fue muy violenta. Cuando salían
en sus actos de masa los obreros de la FOCH (central obrera fundada
por Luis Emilio Recabarren) y los grupos socialistas y comunistas para
realizar sus actividades de propaganda, las brigadas fascistas –más bien
nazistas– provocaban enfrentamientos que causaban terror. Hubo, in-
cluso, una situación muy lamentable, cuando el 5 de septiembre de 1938,
ochenta jóvenes de la juventud nazi, militantes del Movimiento Nacional
Socialista de Chile, tomaron el edificio del Seguro Obrero, donde mata-
ron a un carabinero y secuestraron a los empleados. También tomaron
la sede de la Universidad de Chile, donde secuestraron al rector. Gober-
naba el famoso líder de la derecha populista, Arturo Alessandri Palma,
y los nazis querían forzar una acción desestabilizadora para provocar un
golpe de Estado. Ante la negativa de los tomistas a desalojar esos locales,
las fuerzas armadas terminaron sometiéndolos. Sesenta y tres de ellos
fueron fusilados. Este episodio, que aún se recuerda en Chile como algo
inusitado en un país famoso por su institucionalidad democrática, ilustra
bastante bien las características que asumía el fascismo en la oposición
desde sus primeras incursiones en la vida política del continente.

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EL FASCISMO EN EL PODER Y EL FASCISMO EN LA OPOSICIÓN
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EL FASCISMO VERGONZANTE

Las falanges más pavorosas del capitalismo venezolano reflejan algunos


de los ingredientes del plato -evidentemente tóxico- que le ofrecerá al
pueblo, en caso de alcanzar el poder. Inexorablemente, el “fascismo en la
oposición será reactivo, en el poder será represivo”.1 Más que violencia
de Estado, será una especie de burocracia del exterminio y del terror,
encargada de administrar y sistematizar persecuciones y asesinatos a
través de extensas nóminas de execrados e indeseados; efectivamente,
estas listas negras2 ya circulan por internet o se exhiben en la calle, sin
disimulo como por ejemplo El muro de la vergüenza.3
¿Exageramos o estamos descarriados si los llamamos fascistas? Sobre
la base de lo que expondremos, nos atreveríamos incluso a proponer
una nueva categoría para el caso venezolano: el fascismo vergonzante. Una
redundancia necesaria a la que acudimos, y solicitamos licencia, para poder
equiparar el término que aquí nos ocupa con el nivel de patología alcanzado
hoy por la burguesía criolla, cuyos excesos, algunos inéditos en la histo-
1 Barreto, Juan y Equipo Multitud y Comuna. Fascismo. El rostro oculto de la oposición venezolana.
Ediciones Correo del Orinoco, Caracas, 2013.
2 El Departamento del Tesoro de Estados Unidos, desde 2015, creó una lista negra que hoy día
incluye a un centenar de venezolanos ligados al Gobierno Revolucionario, sancionándolos por
aparentes actos de corrupción, terrorismo, narcotráfico y violación de los Derechos Humanos.
Las medidas incluyen congelación de supuestos bienes (nunca se han hecho públicos),
revocación de visa y prohibición de entrada a territorio norteamericano, prohibición a empresas
y ciudadanos estadounidenses de hacer negocios con esas personas o sus empresas, entre otras:
Tareck El Aissami, Mikel Moreno y siete magistrados del TSJ, Gustavo González López, Néstor
Reverol, Hugo Armando Carvajal, Miguel Rodríguez Torres, Luisa Ortega Díaz (hoy parte de
la oposición golpista), Francisco Rangel Gómez, Alexis Ramírez, José Gregorio Vielma Mora,
Diosdado Cabello, Rafael Ramírez, Aristóbulo Isturiz, Pedro Carreño, Darío Vivas, Germán
Ferrer, Francisco Ameliach, Henry Rangel Silva.
3 A mediados de abril de 2017 se creó un muro ubicado en el distribuidor Altamira, autopista
Francisco Fajardo. En él se exhiben fotos de unos cuarenta dirigentes y personalidades vinculadas
al gobierno; entre ellos, el presidente Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Tibisay Lucena, Tareck
William Saab, Luisa Ortega Díaz, Cilia Flores; acompañadas de insultos, groserías e instigación
al odio y la persecución. Existen muros similares en El Tigre, Mérida, Ciudad Bolívar y otras
ciudades.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

ria nacional, se encuentran plenamente registrados y documentados. De


hecho, los historiadores y analistas políticos internacionales, que siguen
con atención y rigurosidad científica lo que está sucediendo en nuestro
país, se quedan cortos con el simple cognomento de fascista para designar
aquella actuación de Capriles, en la que pidió “descargar toda la arreche-
ra” y desconocer los resultados electorales de 2013, lo cual trajo como
consecuencia la muerte de once personas, dos de ellas menores de edad.
Sin duda alguna, ese aullido entrecortado del perdedor olímpico, marcó
un nuevo hito en el historial terrorista de la oposición. Y si aquellos estu-
diosos lo comparasen con los numerosísimos hechos de violencia verbal
y física, de violación flagrante de la legalidad democrática, de acciones
desestabilizadoras y terroristas en todo lo que va de siglo, seguiría consi-
derándosele un referente importante y demostrativo del fascismo vene-
zolano más aberrante. Entre otras razones, porque demostró que la furia
homicida burguesa puede ser activada y movilizada cuando alguno de los
cabecillas de Voluntad Popular o de Primero Justicia (o sus palangristas)
desee ordenarla a través de los medios de comunicación, como de hecho
ha sucedido: Leopoldo López Mendoza lo hizo en el 2014, cuando orde-
nó a su pandillaje el plan denominado La salida, que provocó cuarenta y
tres víctimas; además, en los meses de abril a junio de 2017, Julio Borges
y otros agentes de la ultraderecha activaron sus huestes para duplicar esa
última cifra mediante actos realmente abominables.
No existe la palabra arrechera en Chile, pero el talante es el mismo de
aquellos que la invocan hoy en Venezuela. El resultado es muy similar
allá y aquí: enfrentamientos de gran violencia física por parte de briga-
das armadas, allá por las razones ya explicadas y aquí por el descono-
cimiento de las decisiones legítimas de las instituciones democráticas.
¿Acaso es un exceso establecer semejanzas entre eventos tan distantes
en el tiempo? ¿Llamar fascistas a estos políticos arrechos de hoy? De allí
que siempre sea inevitable referirse a lo que ocurrió durante y después
del derrocamiento de Allende (1973) para comprender buena parte de
lo que ha venido sucediendo en Venezuela desde 1999; y por qué no, de
lo que está sucediendo o pueda suceder en cualquier lugar del mundo

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EL FASCISMO VERGONZANTE

donde actúe el imperialismo estadounidense en alianza con los fascismos


locales o regionales.
El renacer fascista en Nuestra América, específicamente en Venezue-
la, es la respuesta de la ultraderecha continental que está liderando, con el
respaldo de los fracasados populistas y los desahuciados democristianos,
la lucha frontal en todos los terrenos contra el despertar libertador de
nuestros pueblos. De allí la irracionalidad de los líderes del neofascismo
criollo y su inexorable ruta hacia el activismo guarimbero homicida. Con-
vocan a una marcha o a un plantón y, en vez de discursos de sus jefes
con críticas responsables contra el Gobierno, en vez de consignas que
sinteticen propuestas, se instalan trincheras en las autopistas, se riega de
aceite y grasa las calles, lanzan bombas molotov que provocan incendios
en entidades bancarias o gubernamentales, entre muchas otras mons-
truosidades. Y, por supuesto, para justificar una intervención extranjera
provocan bajas civiles y militares que ¡siempre!, para consumo externo,
son consecuencia de una supuesta represión brutal del gobierno.
Para mediados del mes de julio de 2017 se contabilizaban más de
cien fallecidos a causa de las acciones de calle, pero un análisis de las
causas o circunstancias de los hechos, del tipo y lugar de las heridas, de
la orientación ideológica de las víctimas, su condición de civil o militar y
la edad, incluso el contexto internacional, arroja muchas evidencias que
ponen al descubierto la ejecución de un plan macabro, cuyos objetivos
son: convencer con falsos positivos a la opinión pública internacional de
que Maduro es un dictador y debe ser depuesto; incrementar la ira de los
encapuchados o escuderos neomedievales o guerreros de Dios;4 estimular o for-
zar la adhesión de más desclasados y, finalmente, imponer un gobierno
paralelo, causar una guerra civil para justificar un tutelaje internacional,

4 Ya sabemos que la ultraderecha y los patriarcas de la Iglesia hacen uso de simbologías, consignas,
cultos, rituales, ciertos fetichismos y modas para incentivar la adhesión a la causa fascista. En el
caso venezolano los guarimberos o grupos de choque parecen influenciados por los video juegos
y la filmografía hollywoodense guerrerista y épica. Los jóvenes se sienten elegidos para llevar
adelante una cruzada, simulan ser caballeros templarios, hidalgos medievales e incluso super héroes
(Superman, Batman, Transformers, Power Ranger, Capitan América, etc.) que luchan para derrotar
el mal, sin importar la sangre derramada, propia o ajena. Utilizan escudos y cascos con cruces,
indumentaria y accesorios que revelan una mezcla de fundamentalismo religioso, afición hacia
cultos, tradiciones y saberes arcaicos, y adicción a la adrenalina. Se inclinan y agachan la cabeza para
recibir arengas y bendiciones de obispos y clérigos, sus armas reciben el baño del agua bendita que
los autoriza moralmente para linchar, destruir y matar.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

mediante la aprobación de la Carta Democrática de la OEA o la apertura


de un canal humanitario con presencia de tropas de la OTAN.
Queda claro que a los fascistas no les interesa ni les preocupa el ser
humano. Su meta es el poder, su objetivo estratégico es que no gobier-
ne un presidente socialista, bajo el falso supuesto de que es antidemo-
crático, llámese como se llame, sea caucásico, afrovenezolano, mulato,
zambo, indio, doctor, chofer o soldado. Su enemigo no es Maduro, es el
socialismo, pero no cualquier socialismo, sino el nuestro (en Europa casi
cualquier bodrio ideológico es llamado socialista, como es el caso del
PSOE, en España), porque ha servido para desplazar del poder político
a la clase empresarial y oligárquica, y porque ha reducido en mucho el
neocolonialismo gringo. En esa misma dirección, la maniobra imperial
injerencista es perfectamente complementaria con la nítida impronta neo-
fascista de la oposición venezolana, en la que juega un papel privilegiado
la aplicación de los manuales intervencionistas de la CIA y el Pentágono.
Se integran en un mismo plan, como lo demuestra el reportaje de Modai-
ra Rubio,5 en el que se evidencia que actualmente se está desarrollando la
5 Modaira Rubio. “En Venezuela se han dado las primeras fases del Manual de guerra no
convencional del Pentágono”. Correo del Orinoco, 17 de junio 2017. La autora se basa en la
Circular de Entrenamiento (TC) 18-1 de la Guerra No Convencional (GNC) de las Fuerzas de
Operaciones Especiales del Pentágono. Se trata de operaciones psicológicas que llevan a buena
parte de la población a desear y justificar una invasión imperialista, así detalla cada fase:
Fase I Preparación: “La Resistencia y los promotores externos realizan la preparación sicológica,
para unir a la población contra el gobierno en el poder y preparan a la población para aceptar
el apoyo de EEUU”. Comentario: El manual indica que para que surja una “resistencia” deben
existir dos grupos polarizados de la población, unos en favor y otros en contra del Gobierno, y
una mayoría indiferente o indecisa. La labor de la inteligencia es sumar voluntades a los grupos
antigubernamentales que pasan a llevar el nombre en la gran prensa de “rebeldes” o movimiento
de “resistencia”. Esto está sucediendo en Venezuela.
Fase II Contacto Inicial: “Las agencias del gobierno de EEUU coordinan con el gobierno
aliado en el exilio, o con los líderes de la Resistencia, para ofrecer el apoyo estadounidense”.
Comentario: Esta fase está en permanente desarrollo. Dirigentes de la oposición se reúnen de
manera constante con el Departamento de Estado, pero este no decide a cuál de todos los grupos
darle el apoyo para encabezar el “gobierno de transición”. Según reciente trabajo informativo de
la DPA, publicado el 4 de mayo, un alto diplomático estadounidense habría confiado a la agencia
que EEUU no quiere una caída abrupta del presidente Nicolás Maduro, pues “considera que sus
detractores no están en disposición de gobernar”.
Fase III infiltración: “Los equipos de Fuerzas de Operaciones Especiales se infiltran en el
área de operaciones, establecen comunicación con su base y contactan con la organización
de resistencia”. Comentario: Los cuerpos de seguridad han logrado detectar la presencia de
mercenarios cabecillas de grupos paramilitares de distintos países que se han capturado en el
país realizando este tipo de actividad, infiltrándose en barrios y urbanismos para conformar “la
resistencia”.
Fase IV Organización: “Los equipos de Fuerzas de Operaciones Especiales organizan, entrenan
y equipan a los jefes de la resistencia. Se hace énfasis en desarrollar una infraestructura”.
Comentario: Los resultados de las operaciones de inteligencia de los cuerpos de seguridad
revelan la existencia incluso de fábricas de armamentos caseros y de “uniformes” y equipamiento

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EL FASCISMO VERGONZANTE

quinta fase, de siete que contempla. Para disipar cualquier duda acerca
de ello, basta con citar las palabras del diputado fascista Juan Requesens,
pronunciadas a principios de julio de 2017, durante un foro en la Univer-
sidad Internacional de Florida (FIU); centro patrocinado por el Coman-
do Sur: “Para llegar a una intervención extrajera tenemos que pasar esta
etapa”, refiriéndose a las acciones terroristas que se vienen desarrollando
desde abril de este año.
La condición vergonzante de la oposición venezolana se demuestra
cuando no se atreve a asumir abiertamente el fascismo. Ha podido pre-
sentar un plan de gobierno bajo esa bandera o abrazar dicha causa a
través de sus partidos más violentos, o inscribir otro con esa orientación.
Pero la verdad es que su estrategia ha sido el ocultamiento. Ni siquiera,
en medio de los numerosos procesos electorales, asumió explícitamente
el programa neoliberal: liberar y privatizar. En cambio, en Francia, el
partido Frente Nacional estuvo a punto de ganar las elecciones, y lo hizo
defendiendo públicamente sus ideas xenófobas y racistas.6
En lo ideológico, estos pitifachos, especie de detrito del pitiyanquismo,
niegan o evaden su filiación al fascismo y al neoliberalismo. Para definir-
se a sí mismos apelan a la negación a ultranza de su contraparte, pero sin
presentar jamás un plan escrito que permita al pueblo conocer sus ideas
paramilitar que sirven de infraestructura a una operación megaterrorista que el imperialismo ha
puesto en marcha en el país.
Fase V Formación: “Los equipos de Fuerzas de Operaciones Especiales apoyan a los jefes para
expandirse en una organización de resistencia efectiva. Pueden realizarse combates limitados,
pero el énfasis sigue siendo su desarrollo”. Comentario: La toma continua de ciertos puntos en
la Gran Caracas, donde reciben los grupos insurgentes terroristas apoyo de autoridades y de
población alienada para generar violencia, es muestra de ello. Lo importante es que la violencia
sea permanente.
Fase VI Empleo: “Las fuerzas de Guerra No Convencional realizan operaciones hasta llegar a
unirse con las fuerzas convencionales o hasta que concluyan las hostilidades”. Comentario: Esta
fase no se ha producido y se refiere a convertir a las fuerzas armadas de un país en cómplices de
la injerencia imperialista.
Fase VII Transición: “Las fuerzas de Guerra No Convencional revierten el control nacional,
cambiando a fuerzas regulares o desmovilizándose”. Comentario: Este sería el desenlace final
deseable para las fuerzas extranjeras que promueven la Guerra No Convencional: revertir el
control nacional.”
6 Además del partido eurofascista Frente Nacional, en ese continente existen organizaciones
políticas que son abiertamente neonazis o reciben influencia del fascismo: Amanecer Dorado en
Grecia y Jobbik en Hungría. En Alemania, el movimiento de calle PEGIDA (Europeos Patriotas
contra la Islamización de Occidente), Unión del Pueblo Alemán (DVU), los Republicanos
(REP), Partido Nacional Democrático Alemán (NPD) y Alternativa para Alemania. En Austria,
el Partido para la Libertad Austriaca (FPÖ) y la Alianza para el Futuro de Austria (BZO). El
Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) y el Partido por la Libertad, en Holanda.
La Liga de Defensa Inglesa (EDL), por nombrar solo algunas organizaciones.

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en materia económica y social. En cuanto a sus acciones, desconocen o


niegan que sean terroristas y que muchos de los asesinatos sean producto
de sus encapuchados armados; por el contrario, transfieren esos delitos
a supuestos colectivos bolivarianos. Incluso, desconocen que hayan su-
cedido o simplemente guardan silencio ante hechos grotescos; o –he
aquí la mayor enajenación- no sienten remordimiento ni arrepentimien-
to, sino malsana alegría, porque no creen que dichos actos sean infames.7
No tienen coraje para autoproclamarse, con orgullo, fascistas orgánicos
o neoliberales integrales, sino que son burdos mutantes, bipolares, in-
coherentes, falsarios, impostores, cobardes. Un fascismo mucho más te-
mible, el fascismo vergonzante.

7 Alberto Aranguibel B, “La oposición sí tiene ideología”, Correo del Orinoco, Caracas, lunes 1 de mayo
de 217, p. 24.

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EL LINAJE

Intentaremos demostrar que la oposición venezolana actual honra su


linaje. Comenzaremos afirmando que la iracundia burguesa tiene origen
clasista. Los políticos ultraderechistas de América Latina siempre han es-
tado ligados a grandes empresas trasnacionales y, muchos de ellos, a sec-
tas católicas fundamentalistas. En Venezuela, la secta Tradición, Familia
y Propiedad (TFP), vinculada al Opus Dei, preconizaba la superioridad
racial y de clase; es decir, el odio exacerbado hacia desposeídos, pobres,
afrovenezolanos e indígenas. Deseaban la purga social al mejor estilo de
Domingo Faustino Sarmiento o Herbert Spencer.1 Tanto el pinochetis-
mo como la contrarrevolución venezolana se definen como homofó-

1 Herbert Spencer, en sus Principios de Biología de 1864, introdujo las frases supervivencia del
más apto o supremacía del más fuerte, luego de leer El origen de las especies de Charles Darwin.
Estableció así un paralelismo entre las teorías económicas y la teoría de la evolución. Por su parte,
el darwinismo social, como teoría, trasladó el concepto de selección natural de Darwin al plano
social, para referirse a la competencia por la supervivencia o predominio de una raza sobre otra. En
consecuencia, esta teoría ha sido esgrimida para justificar el racismo, el esclavismo, la xenofobia,
el individualismo, el clasismo, el fascismo, el imperialismo, el neocolonialismo, el capitalismo y el
neoliberalismo. El hombre blanco asume una causa civilizatoria para su provecho y en desmedro
de aquellos pueblos que considera inferiores o más débiles; igual sucede en el ámbito social a
través de la lucha de clases o en el plano económico, la competencia por sobrevivir en el campo
empresarial o corporativo, incluso, entre individuos dentro de una organización, comunidad o
grupo. En cuanto a Sarmiento, fue uno de principales promotores de la llamada Conquista del
Desierto (1878-1885), campaña militar que diezmó la población ranquel, tehuelche y mapuche
para apoderarse de sus tierras, dedicarlas a la explotación agrícola y ganadera y expandir así
las fronteras argentinas. Fue un genocidio y etnocidio con fines capitalistas; para imponer el
orden y asegurar el progreso (los mismos postulados del fascismo). Citemos solo algunas de las
palabras de este prócer para comprender el alcance de su pensamiento racista, clasista, xenófobo
y genocida: “Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos
se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo
es un insecto, como la hormiga (…)”. Tomado del discurso en el Senado de la Provincia de
Buenos Aires, 13/09/1859. “¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América
siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios
asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos
indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y
útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene
ya el odio instintivo al hombre civilizado”. El Progreso, 27/09/1844, El Nacional, 19/05/1887,
25/11/1876 y 08/02/1879.

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bicos, machistas, misóginos, xenófobos, eugenésicos y anticomunistas


empedernidos.
Detrás de Alejandro Peña Exclusa, que ya no tan mozo participó en
el Golpe de Estado del 2002, venía formándose la nueva camada del
TFP. Son los mismos muchachitos, todos blancos, bien arregladitos, que
distribuían volantes y folletos a la salida de las misas domingueras, espe-
cialmente en Altamira. Y ¡qué curioso! el parecido de estos con el grupo
de la ultraderecha fascista Patria y Libertad, de la Universidad Católica de
Chile, dirigido por Jaime Guzmán, que cumplió en la campaña desestabi-
lizadora contra Allende el mismo papel que hoy cumplen estos muchachos
progresistas antibolivarianos contra nuestra Revolución.2
El proceder díscolo y deshumanizado de las organizaciones contra-
rrevolucionarias en Venezuela es el resultado de una convivencia silen-
ciosa y camuflada con lo peor del pensamiento reaccionario universal.
Ciertamente, si rastreáramos en nuestro país y en América Latina la tra-
za histórica dejada por el fascismo y el nacional socialismo europeo, o
teorías como el darwinismo social, con toda seguridad descubriríamos
muchos datos importantes sobre el origen de esa doctrina en nuestras
tierras, y probablemente su influencia en los terroristas de hoy. Si ahon-
dáramos en la documentación sobre las relaciones de los gobiernos de
Juan Vicente Gómez y López Contreras con Hitler, Franco y Musolini, o
sobre cómo se insertaron algunos inmigrantes italianos, alemanes y espa-
ñoles, portadores del fascismo en su forma originaria, en la sociedad y en
la economía venezolana durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez
y los de la Cuarta República, conoceríamos mejor las raíces de esa pato-
logía en esta generación que intenta relevar a la tiranía adeco copeyana.
La influencia que tuvo el pinochetismo sobre nuestras instituciones
castrenses es una vergüenza patria. Vergonzoso fueron los estrechos vín-
culos que sostuvo nuestro país con el aparato militar yanqui, lazos que
se formalizaron durante el gobierno de Medina Angarita y profundiza-
ron durante la dictadura puntofijista. Esto permitió al imperialismo y al
2 A propósito, habría que rescatar el video de RCTV, del programa A puerta cerrada en el que
su conductora Marietta Santana, entrevista a Henrique Capriles Radonski y Leopoldo López
fundadores de los partidos ultraderechistas Voluntad Popular y Primero Justicia, cuando eran
malcriados y descomedidos pichones; allí confiesan su filiación a Tradición, Familia y Propiedad
y al fanatismo supremacista.

48
EL LINAJE

sionismo ejercer mayor dominio político, económico, cultural e ideoló-


gico sobre nuestra sociedad. Todo ello hasta el advenimiento de nuestra
Revolución. Este eclecticismo sombrío de seguro terminó por moldear
la naturaleza monstruosa, casi genética, de Smolanski, Requesens, Lo-
rent Saleh, Freddy Guevara, Leopoldo López, Capriles Radonski, María
Corina Machado, Lilian Tintori, Miguel Pizarro, Yon Goicoechea, Julio
Borges, Antonio Ledezma, Ramos Allup, Tulio Hernández, Orlando Ur-
daneta, Robert Alonso, entre muchos otros.
Este contingente neofascista ha logrado hegemonizar la oposición a
la Revolución Bolivariana. Nuestro reto es, primero conocerlo, estudiar-
lo, desnudarlo, denunciarlo y, en definitiva, neutralizarlo y aislarlo. En tal
sentido, los nuevos historiadores tienen, entre otras tareas, además de
rescatar y reinterpretar el pasado, el reto de estudiar concienzudamente
este fenómeno del presente y entregarnos herramientas para enfrentarlo
con mayor seguridad, sobre todo por su estrecha coalición con el gran
imperio, el enemigo fundamental de nuestra democracia revolucionaria.
No pretendemos profundizar en este tema, así que solo menciona-
remos algunos pocos datos interesantes donde se pone de manifiesto
esa heredad. El sociólogo Luis Salas3 refiere sobre la presencia de dos
prófugos nazis que ingresaron al país en 1946 y 1947: Harry Mannil y
Aerne Emil Kauhanen, respectivamente. El primero fue oficial de la po-
licía de Estonia, uno de los diez más buscados por los tribunales aliados;
el segundo, genocida finlandés. El autor señala que ambos inmigraron
a nuestro territorio gracias a las gestiones llevadas a cabo por Alberto
Adriani ante la oficina venezolana de inmigración, ubicada en Suecia;
y, de paso, nos recuerda que la obra de este intelectual merideño, de as-
cendencia italiana, abiertamente fascista, racista, clasista y xenófobo, fue
muy aplaudida y reseñada por Arturo Uslar Pietri, y tuvo gran impacto
en las políticas de inmigración durante el gobierno de López Contreras
y la dictadura de Pérez Jiménez.4
3 Luis Salas. “Notas para una genealogía del fascismo en Venezuela (a propósito de la carta de la
nieta de Mussolini)”. Aporrea, 11/04/2014.
4 “(…) Lo ideal sería poseer una población blanca homogénea, lo cual es imposible, pues
nuestro territorio posee una gran proporción de indios y negros. Podemos (…) aumentar
considerablemente el elemento blanco (…) solo una inmigración blanca puede resolver la crisis
endémica en que se abaten los países del trópico y encaminarlos hacia un futuro prometedor”.
Varias afirmaciones similares pueden encontrarse en Adriani, Alberto. Labor Venezolanista.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

Pero el dato que realmente interesa es que Mannil, luego de trabajar


un tiempo en BECO, próspera y reconocida tienda por departamentos,
propiedad de los Blohm, fundó ACO C.A., dedicada al transporte de
carga, al alquiler de vehículos (Rent a Car), a la maquinaria agrícola y
para la construcción. Esta compañía la constituyó en sociedad con Juan
Simón y Eugenio Mendoza, de quienes es sobrino nieto el monstruo de
Ramo Verde, Leopoldo López Mendoza (quien ahora es el monstruo de
su casa). Además de estos fundadores de la Polar, megaempresa que hoy
promueve la Guerra Económica contra el pueblo, también participaron
de aquel consorcio Eduardo Tamayo y Ricardo Degwitz, ambos de ran-
cia pedigrí reaccionaria: Tamayo, magnate de la construcción, vinculado
a Pérez Jiménez y luego a Carlos Andrés Pérez; y Degwitz, padre de los
Degwitz Maldonado, dueños del periódico Notitarde, proparamilitarista,
personaje que además guarda relación estrecha con las estafas del Banco
Consolidado (1993-1995).
Para colmo, y rayando ya en lo ionesco, en los años 70 y 80, Mannil,
de acuerdo con Salas, no solo recibió las órdenes Francisco de Miranda
y Estrella de Carabobo, sino que acumuló una de la más importantes
colecciones de arte del país y, como si fuera poco, dirigió el Ateneo de
Caracas, epicentro de la cultura burguesa de la capital. No obstante, esta
no sería la primera vez que el fascismo recibe honores diplomáticos y
culturales, dado que Mussolini fue condecorado con la Orden del Liber-
tador por la Cancillería de López Contreras; por otra parte, se sabe que el
artista Pedro Centeno Vallenilla le dedicó al Duce su obra La estirpe latina.
Como puede observarse, existen muchos datos dispersos sobre los
antecedentes del fascismo y el nacional socialismo en Venezuela. Es por
ello que se requiere de una investigación más acuciosa que verifique y
amplíe la documentación histórica sobre algunos personajes, hechos y
organizaciones que parecen relacionarse con esta amalgama de diversas
ideas políticas y filosóficas. En tal sentido, resultaría interesante y pro-
vechoso conocer más acerca de esa ascendencia; cómo contribuyeron
a propagarla, por ejemplo, las organizaciones nazis que supuestamente
se instalaron durante los años 30 y 40 en muchas ciudades estratégicas

ANCE. Caracas. Sexta edición. 1989, pp. 143-152.

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EL LINAJE

(Barquisimeto, Caracas, Cumaná, Maracaibo, Táchira). Indagar sobre la


injerencia del conde de Luxburg en los asuntos de Estado durante esos
mismos años, un personaje casi de ficción que parece haber financiado
varios derrocamientos en América Latina, y aparente protector de inmi-
grantes europeos partidarios de Hitler y Mussolini. Igualmente, escru-
tar sobre Eddo Polesel, inmigrante italiano y aparente admirador de las
políticas del Duce, otro personaje curioso que llegó a ser presidente de
Fedecámaras, columnista de medios y jefe de Cedice; y en la propia Mar-
tina Mussolini (bisnieta Benito Mussolini), quien vivió su adolescencia
en Venezuela, lo cual nos genera muchas interrogantes acerca de las cir-
cunstancias que la trajeron aquí, así como las actividades y relaciones que
tuvo su familia durante su estadía en el país. En la carta que ella dirigió al
presidente Maduro, define el fascismo de la siguiente manera:

Señor Presidente, dígame qué es el fascismo que usted nombra en


cada discurso? El fascismo es un movimiento político revolucio-
nario que se propone la superación del Estado liberal-democrá-
tico y del Estado comunista con una “tercera vía”, indicando en
esta la construcción de un estado ético-jerárquico fundado en la
alternativa corporativa que, eliminando sea la explotación capita-
lista que la lucha de clases, para crear una Nación y, así, un Pueblo
consciente de su propia misión.5

Las organizaciones políticas del Pacto de Punto Fijo, y aquellas que


gravitaban a su alrededor, causantes de infinitas violaciones contra los
derechos humanos, ciertamente bebieron de aquellas fuentes remotas y
de las dictaduras militares de su contemporaneidad. Del mismo modo,
esos valores y prácticas fueron trasvasados a las sucesivas generaciones
hasta llegar a los actuales cachorros de plaza Altamira, la calle Élice de
Chacao, San Antonio de Los Altos, El Paraíso y Montalbán, y a sus enco-
nados pares de Aragua, Barinas, Carabobo, Lara, Táchira y Zulia.

5 Martina Mussolini, “Usted no sabe qué es realmente el fascismo”, Noticiero Digital, 3 Abril, 2014.
http://www.noticierodigital.com/2014/04/bisnieta-de-mussolini-envia-carta-a-maduro-usted-
no-sabe-que-es-realmente-el-fascismo/. Los conceptos que allí están contenidos, jerarquía,
anticomunismo, corporativismo, antidemocracia, anticapitalismo, entre otros, demuestran la
amalgama filosófica, contradictoria, paradójica y peligrosa del fascismo.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

Resulta primordial aclarar, por ejemplo, el papel que cumplieron


en esa genealogía algunas organizaciones ultraderechistas venezolanas,
como es el caso de Unión Nacional Estudiantil (UNE), identificada con
el franquismo y luego con la democracia cristiana, hasta decantar en el
partido Copei; o en los años 60, los partidos Movimiento de Acción Na-
cional (MAN), dirigido por el periodista y escritor Germán Borregales y
Movimiento Social Nacionalista (MSN), conducido por el médico Ale-
jandro Azpúrua Gasperi; el Partido Nacional Socialista Nuevo Orden de
Félix Díaz y Nueva Sociedad Venezolana (NSV). Otras, surgieron y des-
aparecieron durante los años 80 y 90: Frente Unido Nacionalista (FUN),
Cruzada Cívica Nacionalista (CCN), Movimiento Político Judicialista
(MPJ) y, aquella liderada por Vladimir Gessen, Nueva Generación De-
mocrática (NGD). Al respecto, resulta muy esclarecedor el artículo de
Eduardo Moronta en Aporrea.6

6 Eduardo Moronta. “La presencia del fascismo en Venezuela”, Aporrea. 21/12/2003.

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LA FALSA REVUELTA

El fascismo nace y se desarrolla históricamente como respuesta radical


y agresiva contra todo proceso revolucionario en auge, especialmente si
este es de signo marxista. Cuando los revolucionarios llegan al poder, el
fascismo orienta toda su acción a liquidar ese gobierno, utilizando todos
los medios a su alcance y, en particular, la violencia terrorista. Ejemplo:
la contrarrevolución armada de toda Europa contra el poder soviético.
Cuando los revolucionarios representan un peligro para el poder bur-
gués, el fascismo asume la hegemonía política para reprimir con violen-
cia extrema a ese enemigo y para impedir que desplace a los capitalistas
del poder. Ejemplo: Italia y la toma del poder por parte de Mussolini;
Alemania y el ascenso de Hitler al poder.
En América Latina sucede algo similar. Cuando se dan las condicio-
nes socio históricas para que las fuerzas revolucionarias tomen el poder,
las oligarquías dependientes se movilizan e instalan regímenes neofascis-
tas para impedirlo; y cuando la revolución asume el gobierno, la contra-
rrevolución la presenta como un mal ejemplo y actúa con extrema violencia
para instalar un gobierno fascista que declare el exterminio del enemigo:
impone un nuevo orden desde su particular subjetividad, sin importar
los métodos utilizados, solo para impedir que aquella nociva experiencia re-
nazca o contagie a otros países. El golpe de Pinochet contra el gobierno
de la Unidad Popular en Chile y el golpe frustrado en Venezuela contra
la Revolución Bolivariana, son ejemplos de ello. De igual forma, vale la
pena recordar la alocución televisiva del general Leigh quien, luego de la
caída de Allende, como miembro de la Junta golpista, prometió “extirpar
de raíz el cáncer marxista”; quizás una de las pruebas más evidentes que
confirman esta tendencia aniquiladora.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

En Venezuela, el capitalismo frustrado, en crisis, se ha insurrecciona-


do y tomado las armas con una fuerza que es directamente proporcional
a las conquistas sociales obtenidas por los sectores populares durante la
Revolución Bolivariana. Su barbarie es tan grotesca como su apremio
por superar, más bien demoler, el grado de organización y conciencia
crítica alcanzado por el poder popular; tan salvaje, irracional e inhumana
como grande ha sido el salto cualitativo y el humanismo obtenido por los
gobiernos de Chávez y Maduro. Esto es importante destacarlo, porque si
los principios y la praxis del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI no hu-
biesen permeado hasta los cimientos de Venezuela y de la América pro-
funda, si fuese un modelo fracasado, la acción contrarrevolucionaria no
tendría necesidad de recurrir a métodos tan brutales; así, mientras más
fiera y rabiosa se comporta, más delata su derrota y proclama al mundo
que el proyecto emancipador bolivariano ha descalabrado en buena me-
dida la hegemonía neoliberal, junto a su modelo de Estado empresarial,
y amenaza de forma inusual y extraordinaria los intereses económicos del
imperialismo en la Región.1 El odio ideológico y sus manifestaciones son
siempre superiores y desmedidos con respecto a la hegemonía perdida o
a la eventual amenaza de pérdida de ella.
El capitalismo conoce bien la teoría y la aplica. Nada es casual, todo
ha sido estudiado y ensayado. Cada invasión imperialista, cada cultura
sometida, ha sido laboratorio social para perfeccionar las técnicas del
dominio y el despojo abrupto o a cuenta gotas. El microfascismo o fas-
cismo cotidiano2 ha sido cultivado, acumulado, trasmitido y practicado
1 El 10 de diciembre de 2014, el Congreso de Estados Unidos aprobó las sanciones contra
Venezuela. El 9 de marzo de 2015, Barack Obama emitió su decreto injerencista: “Yo, Barack
Obama, Presidente de los Estados Unidos de América, entiendo que la situación en Venezuela,
incluida la situación del Gobierno en cuanto la erosión de las garantías de derechos humanos, la
persecución de opositores políticos, restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia y
violaciones y abusos de los derechos humanos en respuesta a las protestas contra el gobierno, y
el arresto arbitrario y la detención de manifestantes que están en contra del gobierno, así como
la presencia exacerbada de corrupción pública significativa, que constituye una amenaza inusual
y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos, declaro por
medio de la presente una emergencia nacional a los fines de hacer frente a dicha amenaza”. El 3
de marzo de 2016, esta orden ejecutiva se renovó y extendió por un año más.
2 “Es muy fácil ser antifascista al nivel molar, sin ver al fascista que uno mismo es, que uno mismo
cultiva y alimenta, mima, con moléculas personales y colectivas”. Gilles Deleuze y Félix Guattari.
Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia, Pre-Textos, p. 219. Según Foucault, el
enemigo estratégico es el fascismo tanto histórico como cotidiano: “(...) no solamente el fascismo
histórico de Hitler y Mussolini –que supo movilizar y utilizar muy bien el deseo de las masas–
sino también el que reside en cada uno de nosotros, que invade nuestros espíritus y nuestras
conductas cotidianas, el fascismo que nos hace amar al poder, desear lo que nos domina”. En:

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LA FALSA REVUELTA

sistemáticamente en nuestra sociedad durante décadas. Cada individuo


es portador y ejecutante eventual de ello, según su clase social, patrones
de consumo y espacios donde se desenvuelve cotidianamente. La re-
cepción y circulación molecular del fascismo se realiza por medio de la
producción y recepción de contenidos y valores simbólicos, tendencias y
gustos; esto es, los bienes y servicios culturales que promueven la trans-
culturación y la aculturación, la industria del ocio y del entretenimiento,
la competencia por poseer bienes materiales que permitan ascender so-
cialmente: el cine, la televisión, la publicidad, los video juegos, la música,
la ropa, los equipos electrónicos, las redes sociales. Son formas y lugares
de nuestra vida cotidiana donde el fascismo se expresa y acumula fuerzas.
Al momento en que el capitalismo requiera reunir poderío para la suble-
vación, agravará el miedo y las emociones hasta convertir esa patología
individual en una acción violenta de masas, escatológica y necrófila.
La pérdida, inducida, de la tranquilidad y la seguridad produjo las
condiciones necesarias para activar la insurrección fascista. Se ha simu-
lado o fabricado la rotura o inexistencia de un orden político, social,
económico y moral, al tiempo que se pretende demostrar el fracaso del
modelo socialista. Se deslegitima la autoridad y, el chavismo, por incon-
tenible e irrefrenable, deja de ser adversario y se convierte en el enemi-
go que debe ser aniquilado. En este escenario, el capitalismo se apoya
en grupos e individuos ansiosos de arremeter contra los miserables. Son
los fascistas encubiertos, las pandillas microfascistas que integran y dan
forma a la superestructura burguesa: partidos de oposición, medios de
comunicación (físicos y digitales), cuerpos policiales, instancias de po-
der arrebatados electoralmente o renegados (alcaldías, gobernaciones,
Asamblea Nacional, Ministerio Público), academias, empresas, comer-
cios, centros comerciales, sistemas privados de salud (clínicas y seguros),
colegios privados, clubes familiares y redes internacionales del samarita-
nismo burgués (Rotary Club), Iglesia católica y algunas iglesias cristianas,
“Prólogo” a la edición estadounidense de El Anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia, de Gilles
Deleuze y Félix Gauttai, publicado en Magazine Littéraire, París, septiembre de 1988. (Traducción
del francés de Esther Díaz). Por su parte, Umberto Eco (Op.cit.) afirma que el “Ur-Fascismo
todavía está a nuestro alrededor, a veces en trajes civiles. Sería muy confortable para nosotros si
alguien surgiese en el escenario del mundo para decir: “¡Quiero reabrir Auschwitz, quiero que
los camisas-negras desfilen otra vez por las plazas italianas!”. ¡Ay de mí, la vida no es así fácil!
El Ur-Fascismo puede volver bajo las vestes más inocentes. Nuestro deber es desenmascararlo y
señalar cada uno de sus nuevas formas – a cada día, en cada lugar del mundo”.

61
CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

sectas, sindicatos patronales, fundaciones privadas de todo tipo, ONGs


y hasta embajadas y consulados de países cómplices. Es la sociedad civil
que exige reparar los daños causados por la Revolución, desea el retorno
inmediato de su predominio; eso sí, sin negociaciones ni pactos, sin elec-
ciones ni estamentos morales, constitucionales o jurídicos. Esta soberbia
burguesa será siempre respaldada, como se sabe, por los organismos
internacionales que son garantes de la paz y la democracia, tanto regional
como mundialmente (OEA y ONU), porque están diseñados, instalados
y controlados por el polo dominante, y funcionan solo para aquello que
le conviene, y cuando le conviene, al hegemón imperial.
En resumen, el fascismo no es un sistema económico social diferente
al sistema capitalista, sino la variante extrema, más radical, del capital
monopólico internacional. Como dice Luis Britto García: “el fascismo
es la complicidad absoluta entre el gran capital y el Estado. Donde los
intereses del gran capital pasan a ser los de la política, anda cerca el
fascismo”.3 De tal manera que la insurgencia revolucionaria siempre aca-
rreará la emergencia contrarrevolucionaria de signo fascista y asumirá un
carácter estratégico. Intentará, como ya se dijo, no solo impedir el acceso
al poder de los sectores revolucionarios o liquidar gobiernos estableci-
dos, sino que -en ambas direcciones- hará hincapié y procurará que todo
sea muy notorio, que se haga con métodos y procedimientos tan violen-
tos y extremos como para que sirva de escarmiento y no quede ninguna
duda de que, aunque se viole flagrantemente la legalidad democrática, lo
volverían a ejecutar igual o peor si la situación lo justificara. Un ejemplo
de ello es el golpe de Estado en Indonesia contra el gobierno de Ach-
med Sukarno, el 30 de septiembre de 1965, cuando se asesinó fríamente
a seis generales, hubo entre quinientos mil y un millón de muertos y
se exterminó casi totalmente a la militancia comunista. El golpe contra
Allende tuvo resultados muy parecidos. Estas escalofriantes semejanzas
nos deben alertar sobre los riesgos que corren los procesos revolucio-
narios actuales en Nuestra América. Por eso, preservarlos y defenderlos
son tareas primordiales de este momento histórico.

3 Luis Britto García. “Fascismo” en http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2013/05/fascismo.html.

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LA FALSA REVUELTA

Ahora bien, al momento de querer calificar la acción contrarrevolucio-


naria venezolana nos tropezamos con algunas dificultades. El Presidente
Nicolás Maduro la ha llamado insurgencia o insurrección armada. Sin lugar a
dudas, se trata de un levantamiento que hace uso de fusiles, rifles, ametra-
lladoras, pistolas, escopetas, explosivos, granadas de mano, así como de
pirotecnia de alto poder y armas de fabricación casera, tales como moloto-
vs, morteros, niples, tirachinas y chopos, entre otros. Sin embargo, la pro-
paganda fascista se ha empeñado en difundir internacionalmente la tesis
de que las protestas son pacíficas y que las acciones armadas están siendo
ejecutadas por colectivos bolivarianos. Esta aseveración insensata de segu-
ro seguirá sustentándose aún luego del atentado terrorista cometido por el
piloto Oscar Alberto Pérez y sus compinches. 4
La pregunta que debemos hacernos es ¿quiénes empuñan las armas?
¿Quiénes son los verdaderos sediciosos? ¿Cuáles son sus objetivos? El
fascismo se aprovecha de las masas, las arenga y moviliza, pero es com-
pletamente elitista. Se trata de una espantosa pirámide de la muerte, en
cuya cúspide se ubica la oligarquía, la clase empresarial, la aristocracia
criolla. En el caso venezolano, como en el de Siria y Libia, no son los
verdaderos conspiradores quienes protagonizan el alzamiento, sino que
estos delegan las acciones más temerarias a una compleja red de militares
y policías tarifados, saltatalanqueras dolarizados, mercenarios nacionales y
extranjeros, paramilitares colombianos, bandas criminales organizadas y
delincuencia común. En la base de esa pirámide, se ubica la juventud des-
clasada o burguesa que por dinero o por ser enajenados seguidores de Gene
Sharp y Otpor,5 se siente investida de heroicidad patriótica y libertaria. El

4 El 27 de junio de 2017, Oscar Pérez, inspector de la policía científica (Cicpc), acompañado de


otros terroristas, hurtó un helicóptero perteneciente a esa institución, el cual se encontraba
estacionado en la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, La Carlota, Caracas. Voló
hasta el centro de la ciudad y abrió fuego contra el edificio del Ministerio del Interior (se
escucharon quince detonaciones); luego se dirigió hacia la sede del Poder Judicial (Tribunal
Supremo de Justicia), allí los tripulantes de la aeronave realizaron múltiples disparos y lanzaron
cuatro granadas de fabricación israelí. El inspector en cuestión fue piloto de Rodríguez Torres,
exministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, y hoy confeso agente de la CIA.
5 Gene Sharp. De la dictadura a la democracia. Un sistema conceptual para la liberación. The Albert
Einstein Institution, East Boston, USA, 2011. Traducción al castellano por Caridad Inda. Es
conocido también como el manual del golpe suave o blando. Contiene estrategias conspirativas
bajo la máscara de no violentas o pacifistas, con el fin de deponer gobiernos legítimamente
constituidos. Estas teorías le otorgaron el triunfo a Otpor en Serbia y es el manual utilizado
por las revoluciones de colores y primaveras árabes. Le otorga un carácter moral y legítimo a las
acciones antidemocráticas.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

resto de la masa sublevada es clase media que cumple al pie de la letra las
instrucciones de su dirigencia: cacerolea, tranca calles y avenidas, mar-
cha, se desnuda, defeca, grita consignas, golpea, persigue, quema y se
congrega de noche a la luz de antorchas, linternas o yesqueros. Todos
ellos conforman legiones de peones desechables e incautos útiles que
operan como vándalos, terroristas, saqueadores, francotiradores, pisto-
leros, sicarios o simples figurantes. Así, cada cual pudiera mantenerse al
margen, contener su odio o, por el contrario, ir degradándose y violen-
tándose hasta alcanzar, eventualmente, niveles cada vez más elevados de
fascismo, o incorporarse de pleno a la organización como un contratista
más en las tareas que le sean más adecuadas, según su temperamento,
destrezas, edad y patología.
Esa masa enardecida, que responde corporativamente a un orden je-
rárquico (patrón, organización, funciones, salario), establecido por la di-
rigencia ultraderechista venezolana -que a su vez reporta al sionismo y al
aparato político militar de USA- es la que dentro de poco quizás reciba el
apodo de oposición moderada.6 Mote mediático que persistirá, incluso cuan-
do se tenga noticia diaria de eventos atroces en los que se disparen armas
largas y lancen explosivos contra civiles inocentes. En consecuencia, no
es la burguesía, ni la cobarde dirigencia política de Primero Justicia y
Voluntad Popular, la que mayoritariamente toma las armas. Por su parte,
quienes sí las empuñan, lo hacen como oficio gratificado, por disocia-
ción psicótica o desde la subjetividad de quien confunde una causa justa
con una causa provocada artificialmente; lo hace el que se aferra al ma-
nual, al guión exitosamente ensayado en otros países, el mismo que aquí
creíamos inviable, quizás por exceso de autoestima revolucionaria. Unos
reaccionan al miedo de perder espacios de seguridad, miedo irracional
al cambio que amenaza con arrebatar o impedir alcanzar el bienestar
6 Los medios de comunicación internacionales utilizan el calificativo oposición moderada para
referirse a los grupos de mercenarios y terroristas que operan en Siria. Entre marzo y abril de
2011, en el marco de las revueltas conocidas como la Primavera Árabe (Túnez, Egipto, Yemen,
Argelia, Jordania, Libia), la oposición siria creó las primeras estructuras insurreccionales previas
a la actual guerra civil (comités locales para organizar las protestas). Más tarde, el 23 de agosto
de ese año, los grupos de oposición crearon una coalición denominada Consejo Nacional Sirio
(SNC), que recibió apoyo y reconocimiento internacional. La insurrección se militarizó y surgió
el Ejército Sirio Libre, conformado por desertores del ejército sirio, combatientes irregulares,
grupos armados y mercenarios, todos ellos entrenados para llevar adelante una guerra
asimétrica. La oposición moderada es un mito, forma parte de un plan de la CIA y el Pentágono
en coordinación con la OTAN para derrocar el gobierno de Bashar al Assad.

64
LA FALSA REVUELTA

individual; miedo por sentirse cada vez más integrados a una sociedad
comunitaria y crítica que a una sociedad de individualidades mezquinas,
ávidas de status y bienes de consumo; cada vez menos gringa y más nues-
tramericana.
La simulación de una manifestación pacífica es el camino hacia esa cate-
goría de oposición moderada, y esta se construye en torno a una narrativa
propagandística que instala en la psique colectiva la imagen de una juven-
tud inocente que representa el futuro en riesgo, ímpetu transformador y
señero que entrega su vida para combatir las arremetidas de una dictadura.
No es casual que Liliam Tintori, macabra madrina de esta adolescencia
crispada, aparezca en un video disfrazada de Bolívar, con la palabra Li-
bertadores rotulada en su espalda, leyendo unas breves líneas que pudo
haber aprendido o improvisado, y mediante las cuales intenta arrebatar o
apropiarse del ideario revolucionario del chavismo: “Nosotros no somos
simplemente el pueblo de Bolívar, nosotros hoy somos él”. Estos jóve-
nes, en su mayoría, ignoran que son la carne de cañón que permite disfrazar
la violencia fascista de pacífica y estudiantil. Cada muchacha o muchacho
fallecido o herido por las armas de sus propios correligionarios, o debido
a las múltiples situaciones de peligro que se producen en el fragor y la
enajenación colectiva, es un lamentable y fúnebre paso hacia el fratricidio
y la intervención militar internacional.
Esta modalidad corporativa del terror, caracterizada por su excesiva
teatralidad y simulacro, impide aceptar que se trate de un verdadero le-
vantamiento popular. En tal sentido, la arremetida del fascismo criollo
parece no encajar en ninguno de los conceptos asociados a los intentos
de subversión del orden social. En un primer momento nos sentimos
tentados a calificar la conducta díscola de la derecha como clásica revuel-
ta, sobre todo luego de releer el significado que Cesare Lombroso7 le
confiere a esta palabra para distinguirla del término revolución. Para este
autor la revuelta es tumulto, desorden, caos, confusión, motín o agitación
sin finalidad o propósito aparente. La revolución, en cambio, constituye
un fenómeno fisiológico (orgánico), general, que es impulsado por los
pueblos para obtener el bien común, alcanzar la emancipación y el hu-

7 Cesare Lombroso. Ed. R. Laschi. Il delitto político e le rivoluzioni. Bocca Editori, Torino, 189, p. 35.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

manismo, es la Justicia en su acepción más pura y racional. Dicho así, la


distinción pareciera clara. El carácter antisocial y delito político prota-
gonizado por esta minoría de la sociedad venezolana, y a sabiendas de
que la burguesía no podría jamás llevar adelante una revolución, nues-
tra subjetividad se inclinó a calificar de revuelta, en un primer momento,
el peligroso alboroto capitalista de hoy en nuestro país. En verdad, la
ultraderecha se ha levantado en armas y violentado las leyes contra el
Gobierno Revolucionario, la autoridad instituida, legítima. Semejante
vorágine asesina es propia de las castas criollas, de las clases dominantes,
del poder económico o simple osadía de algunos pocos que pretenden
violentar el Estado de Derecho y de Justicia para imponer sus intereses.
Sin embargo, otros rasgos diferenciadores aparecen para complicar la
caracterización propuesta.
Octavio Paz, en su ensayo Revuelta, rebelión y revolución,8 distingue al
menos tres etapas que muestran la evolución semántica de estos con-
ceptos. En la primera etapa, el concepto coincide en mucho con la de-
finición aportada por Lombroso pero, en el caso del término revuelta,
agrega que se trata de una violencia ciega y espontánea del pueblo para
condenar una injusticia o abuso, sin desconocer el poder instituido. En
la etapa siguiente, la noción del tiempo cambia de cíclico a rectilíneo, es
el tiempo de la modernidad, dominado por la racionalidad, las ideas y la
filosofía, el tiempo histórico que marcha indetenible como una espiral
infinita. El pasado es abolido mientras que el futuro adquiere preemi-
nencia. En cambio, en la tercera etapa, según describe Paz, el concepto
marxista de clase es sustituido por el de sectores u oficios (público y
privado, industrial y agrícola), mientras que la figura del rebelde adquie-
re relevancia en detrimento del arquetipo revolucionario. La subversión
subyace en toda manifestación del ser humano, dentro de una sociedad
que el autor define como pasional, crédula y proclive al fanatismo, pero
que desconfía de las ideas, donde ya no impera la noción de futuro sino
la de presente instantáneo.
Ahora bien, de acuerdo con la segunda etapa descrita, el concepto revuel-
ta ya no refiere a la acción de espíritus insatisfechos que crean confusión
8 Octavio Paz. Corriente Alterna. “Revuelta, Revolución, Rebelión”. Siglo XXI Editores, S.A.
México, 1967.

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LA FALSA REVUELTA

y gran polvareda, sino que el fundamento filosófico, las ideas, le confie-


ren un carácter prerrevolucionario. Adquiere el rango de levantamien-
to popular. Esto nos permite afirmar categóricamente que las acciones
llevadas a cabo por la oposición venezolana no se corresponden con
el concepto en cuestión, en ninguna de las dos etapas señaladas por el
Premio Nobel mexicano. La impostura y simulación a la que nos referi-
mos anteriormente, demuestra que no hay tal componente ideológico ni
pueblo que la secunde. En cambio, la heroicidad se manifiesta y percibe
de otra manera en la tercera etapa, contemporánea a nosotros. La rebel-
día, en la actualidad, es netamente burguesa, no es proletaria ni popular.
La sociedad, por su parte, al ser crédula, fanática y emocional, incuba
una deslucida hornada de pseudohéroes que conecta con los patrones
ético estéticos propagados por los bienes de consumo y la industria del
entretenimiento.
Esto explica, por ejemplo, porqué el piloto terrorista, Óscar Pérez,
no cumplió con el ritual guarimbero de cubrir su rostro, como el resto
de sus compañeros. Este hecho no es fortuito. El rostro descubierto es
símbolo de valentía, mientras que la capucha se aplica solo al peón de
guerra, con el fin de causar pánico, terror e impunidad; el anonimato es
para las hordas, el close up para los paladines. Descubrirse, en medio de
una muchedumbre carente de fisonomía, tiene como objetivo despertar
el estereotipo hollywoodense del héroe, subyacente en el imaginario co-
lectivo, transculturado y aculturado, y que responde a patrones más esté-
ticos que éticos. De allí que los rasgos del terrorista sean los de un joven
de bien y no los de un descamisado. Posee el talante, el físico, la comple-
xión, el entrenamiento, el histrionismo necesario y unas cuantas horas de
mediocre actuación en el rodaje de películas: características exigidas por
el casting del aparato publicitario fascista, necesarias para protagonizar el
papel de nefasto personaje en un cobarde guión del género violento. Así, en
cuestión de minutos, una vez ejecutada la misión y difundida por las re-
des, el rebelde adquiere la categoría de estrella, en el sentido más riguroso
de este término cinematográfico. Además, héroe enlatado, que vivía en
un apartamento de la Misión Vivienda Venezuela, responde a un perfil
psiquiátrico solicitado por la incipiente burocracia fascista.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

En el prediagnóstico realizado por el psiquiatra y alcalde Jorge Ro-


dríguez, Pérez no es un esquizofrénico, sino más bien un narcisista y
psicópata y, por tanto, tiene responsabilidad ante la ley por sus delitos.
A diferencia de João de Gouveia, inmigrante portugués, cuya insania
mental fue utilizada por los golpistas para cometer el asesinato múltiple
de la plaza Altamira, en el 2002. Dos reclutas con perfiles psiquiátricos
distintos. El fascismo emplea al mitómano (Pérez) para llevar a cabo un
estallido que lo eleva súbitamente a la categoría de rebelde heroico pero,
luego, abruptamente, lo coloca al margen; del mismo modo en que se
aprovecha del esquizofrénico programado mentalmente (Gouveia), el
cual aparece en escena solo para enardecer aún más el odio opositor,
en su papel de personaje fundamentalista asociado al chavismo. Ambos
representan la sobrevaloración de la instantaneidad, acerca de la cual nos
habló Octavio Paz, solo que uno fue utilizado como paradigma y el otro
como antihéroe. La eterna maniobrada dicotómica del bien y el mal.
El rostro del héroe fugaz y fugado (Pérez), obtendrá la categoría de
viral en las redes –será más difundida su imagen que condenada su felo-
nía– despertará simpatías, admiración y seguidores, pero se perderá irre-
mediablemente en el saco roto de la memoria inmediatista que procura
el mismo sistema que lo puso en escena. La metodología del golpe por goteo
prevé que aparezcan algunos espontáneos que emularán estos arqueti-
pos; expertos contratistas ejecutarán una operación similar, con o sin el
rostro tapado, dependiendo si califica para navy seal tropical o para fun-
damentalista castro comunista. Cada hecho, cada acción espectacular, cada
falso ídolo o sanguinario bolchevique creará la sensación de continuidad,
cohesión y coherencia en el programa golpista, y servirá para mantener
atento al espectador e incentivar la participación de otros.
Dicho esto, la beligerancia ultraderechista de hoy día es un vulgar pero
bien concebido simulacro de las tres nociones: revuelta, rebelión y revolución.
En tal sentido, observamos cómo la contrarrevolución pretende apropiar-
se de los rasgos semánticos que son inherentes al primero de esos concep-
tos. No utiliza el término, pero secuestra su significado, lo cual es terrible.
Como ya hemos venido comentando, se trata de una cadena sistemática
y coordinada de acciones violentas que no son populares, ni espontáneas,

68
LA FALSA REVUELTA

mucho menos prerrevolucionarias. Aunque se ve impulsada por unas


ideas, el fascismo, la arremetida burguesa jamás podrá ser considerada una
fase previa a la revolución. En el supuesto negado de que triunfe, nunca
será una revolución. Aunque su objetivo sea cambiar drásticamente el orden,
los valores y las instituciones establecidas, su filosofía será siempre acción
violenta, no transformará sino destruirá, será irracional en vez de lúcida.
La crítica será ejercida sobre verdades fabricadas, se fundamentará en la
mentira, en el engaño, en el fingimiento. No ondeará la justicia como virtud;
por el contrario, representará un retroceso moral y social, no un avance
humanista. La revolución instaura el futuro; en cambio, el fascismo es re-
trógrado porque adolece de valores supremos.
El fascismo en el poder desea una sociedad ideal, homogénea y per-
fecta, sin lucha de clases, sin antagonismos. Una sociedad donde el siste-
ma de relaciones se produce solo entre individuos y corporaciones, entre
sectores y el libre mercado; la tranquilidad y la seguridad son dotadas por
la superestructura capitalista, pero a un alto precio. La estabilidad del mer-
cado procura la estabilidad individual y social. No le importa la Historia,
el pasado incomoda porque pone al descubierto sus viejas pero vigentes
artimañas de dominación.9 Solo se nutre de la inmediatez y de lo material.
Excluye a los desposeídos, gobierna contra ellos y no para ellos. Todo lo
que le parece diferente, improductivo o imperfecto le estorba y desea eli-
minarlo o reducirlo, no está dispuesto a perder recursos en ello, y por eso
es homofóbica, machista, eugenésica, xenófoba, misógina, clasista, racista;
moralista y beata por un lado; abyecta y repudiablemente cruel por el otro.
Es una sociedad deshumanizada y deshumanizadora, alienada y alienante.
En sentido opuesto, la sociedad ideal revolucionaria es incluyente
y, por tanto, heterogénea, multilingüe y pluricultural. Reflexiona acerca
del mundo, lo concibe multipolar y asociativo, donde las coaliciones se
9 “Es hora de olvidar el pasado”, dijo Barak Obama en Cuba (marzo de 2016). En la VII Cumbre
de las Américas (abril 2015) pidió que nos liberemos de viejos argumentos y resentimientos,
no ser prisioneros del pasado y ver solo hacia el futuro. No dejarse atrapar por ideologías,
solo interesa el progreso, no las argumentaciones teóricas. En respuesta a la intervención del
presidente Correa aceptó que la historia es importante y que EEUU ha vivido capítulos oscuros,
que no siempre ha sido congruente y consistente con los derechos humanos, con los principios e
ideales fundacionales del país, pero que esos episodios de agravios e injusticias pasadas no debe
ser una cómoda excusa para justificar problemas políticos y económicos nacionales, porque no
aporta nada al progreso e impide la competitividad en la economía global. Es decir, cómoda y
convenientemente, en vez de pedir perdón a los latinoamericanos por el prontuario de saqueos,
asesinatos, golpes e invasiones cometidas por el imperialismo, quiso que olvidáramos la historia
y contribuyésemos a extender el neoliberalismo por el mundo.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

establecen para reducir el gasto militar y no para hacer la guerra, para


incrementar la inversión social y ambiental, resolver las asimetrías eco-
nómicas; una sociedad humanista, que privilegia la salud, la educación,
la vivienda, la alimentación; que protege a la juventud, a la mujer, a los
adultos mayores, a los discapacitados; que reconoce la diversidad sexual
y es flexible con las inmigraciones. La sociedad revolucionaria debe estar
orientada al bien común, estructurada por el ejercicio del poder prota-
gónico del pueblo, bajo un sistema de organización comunal productivo.
Se gobierna para el pueblo y con el pueblo hasta que el pueblo gobierne
como Estado Comunal.
Para colmo, tampoco cabe la catalogación de anarquismo. La supuesta
desobediencia civil que invocan no es tal.10 A pesar de que desconocen a la
autoridad, a los poderes constituidos y la Constitución, quienes desobe-
decen no son pacíficos ni aceptan pagar cárcel por sus delitos, que es una
condición para ser auténticos desobedientes civiles. Su fortaleza radica
en el libertinaje, protegidos por instancias de poder conquistadas o cóm-
plices, como la Asamblea Nacional, la Fiscalía General de la República,
los cuerpos policiales municipales y estadales donde (des) gobiernan.
En conclusión, se trata de un golpe de Estado fascista que imple-
menta las tácticas de guerra asimétrica, las del golpe suave, pero adaptadas
a la idiosincrasia venezolana. Revela un importante conocimiento sobre
las estrategias de manipulación psicológica y conoce algunas caracterís-
ticas de la sociedad nacional, quizás mediante la aplicación de métodos
avanzados de investigación, espionaje e inteligencia, basados en la Big
data, para determinar perfiles, tendencias y patrones de comportamiento
en los usuarios de las redes sociales y en la web 2.0.11 Esto, aunque per-
tenece al ámbito especulativo, constituye una probabilidad. En todo caso,
definitivamente no es revuelta, rebelión y, para nada, revolución, a pesar de

10 Henry David Thoreau. Desobediencia civil. Traducción de Sebastián Pilovsky. Tumbona Ediciones
S.C. México, 2012.
11 La Big data y la psicometría constituyen mecanismos de control que pudieran estar incidiendo
en las masas para torcer su voluntad, induciéndolas a actuar contra sus intereses, tendencias
y aspiraciones democráticas. Se trata de una plataforma tecnológica capaz de almacenar y
analizar inmensurables cantidades de datos sobre personas, organismos, Estados, que se
obtienen a través de internet y las redes sociales. Mediante la cuantificación y medición de las
variables psicológicas humanas estos datos pueden ser utilizados para incidir en las elecciones
presidenciales o referendos consultivos, con resultados sorpresivos e inesperados por los propios
pueblos, como de hecho pudo haber sucedido en la elección de Donald Trump, en las elecciones
de la Asamblea Nacional en nuestro país (diciembre 2015) y en el referendo de Bolivia (2016).

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LA FALSA REVUELTA

que copia consignas, indumentarias, léxico, programas y hasta gestua-


lidades asociadas con la Revolución Bolivariana y con las revoluciones
en general. Significa que el tumulto es una burda escenificación, un
calco de la espontaneidad con que se producen las explosiones sociales
vinculadas a los auténticos procesos de lucha. Triste marcha de des-
clasados que creen defender los mismos intereses de la burguesía, sin
percatarse de que esta será en el futuro victimaria y esclavista.
El léxico también es un instrumento para dominar o para liberar. El
lenguaje debe corresponderse con las ideas y estas deben guardar cohe-
rencia con la praxis; si las ideas se construyen sobre falsos fundamen-
tos, los conceptos que enuncian son espurios y los actos que suscitan
constituyen un fraude. Por consiguiente, debemos impedir que el capi-
talismo secuestre los tres conceptos que hemos venido revisando, que
se los arrogue bajo adulterados pretextos; deben preservarse solo para
ennoblecer las acciones libertarias. En nuestro discurso emancipador
no podemos designar a la barbarie con la sinonimia revolucionaria, al
menos no sin adjetivarla como corresponde. Por esta razón, llamemos
insurrección fascista, insurgencia vergonzante, terrorismo capitalista o fascista –vale
cualquiera de las combinaciones entre estos términos y con otros afines–
a las iracundas protestas de la ultraderecha venezolana, a sus acciones
armadas, masivas y encaminadas a erradicar el Socialismo Venezolano
del Siglo XXI, más que al gobierno de Maduro. Jamás digamos guarimba
a secas, movimiento de resistencia, ni los califiquemos de rebeldes o insurrectos.
Son fascistas y sus actos son vergonzantes.
En el siglo XX venezolano se produjeron algunas revueltas, rebe-
liones y una sola revolución. El derrocamiento de Pérez Jiménez, el 23
de enero de 1958 fue indudablemente una rebelión y, los hechos del 27
y 28 de febrero de 1997, una revuelta. En los años 60, se sucedieron va-
rias rebeliones cívico militares que ya comentamos: El Barcelonazo, El
Guairazo, El Carupanazo, El Porteñazo. La rebelión del 23 de enero
fue verdaderamente popular, civiles y militares lograron defenestrar al
dictador. Alcanzó el rango de prerrevolución, pero el proyecto se vio
traicionado por el Pacto de Punto Fijo. Luego que asume la presidencia
Rómulo Betancourt, los líderes nacionalistas, demócratas, revoluciona-

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

rios, patrióticos fueron perseguidos o asesinados para dar paso a una


dictadura bipartidista camuflada de democracia.12
Durante la revuelta del 27 y 28 de febrero, el pueblo se levantó de
forma inusitada. Fueron acciones masivas, espontáneas y claramente po-
pulares, que no tenían como objetivo el derrocamiento del gobierno,
aunque sí lo pudo haber provocado, de allí el genocidio cometido por el
presidente Carlos Andrés Pérez. Esa reacción violenta contra el paque-
tazo puede considerarse prerrevolucionaria, aunque fue sofocada antes
de que adquiriese un mayor nivel de estructura y organización. Sin em-
bargo, su impacto trascendió la inmediatez e inspiró a militares y civiles
que rechazaban el modelo neoliberal. Es así como el infausto recuerdo
de las fosas comunes (La Peste)13 creó las condiciones para que surgiera
un rebelde con ideas libertarias, Hugo Chávez, un líder bolivariano, cuya
heroicidad no fue tanto comandar la rebelión, sino asumir plena respon-
sabilidad sobre sus actos y los de sus combatientes, un gesto inédito que
lo situó inmediatamente en la historia contemporánea del país. Induda-
blemente, los alzamientos del 4 de Febrero y 11 de Noviembre de 1992
fueron rebeliones militares con apoyo de sectores civiles, bien planifica-
das y guiadas por una ideología emancipadora, una filosofía basada en
la justicia: “El árbol de las tres raíces”.14 Ambas sentaron las bases para
el advenimiento de la Revolución Bolivariana, la última del siglo XX y la
primera del nuevo milenio.

12 Pedro Pablo Linarez. La insurrección armada en Venezuela. Las voces de los guerrilleros de los años
60 en el contexto internacional de los Movimientos de Liberación Nacional (1959-1999). Caracas,
Universidad Bolivariana de Venezuela, 2011.
13 En 1990 se halló esta fosa común en el Cementerio General del Sur, donde supuestamente fueron
enterradas muchas víctimas del Caracazo (febrero 1987). Se realizaron dos exhumaciones, 1991 y 2009.
14 El Movimiento Bolivariano y la rebelión del 4F se fundamentó filosófica e ideológicamente en
“El árbol de las tres raíces”, o Sistema EBR (Hugo Chávez. El Libro azul. Ediciones Correo del
Orinoco, Caracas, 2013). Al respecto, Adán Chávez afirma que el 4F se nutrió “(...)
con la savia del Árbol de las Tres Raíces -el pensamiento y la acción de Simón Bolívar, Simón
Rodríguez y Ezequiel Zamora -y rescatando con sentido crítico las experiencias históricas del
socialismo, adoptando como guía el pensamiento y la acción de revolucionarios y socialistas
latinoamericanos y del mundo, como José Martí, Ernesto Che Guevara, José Carlos Mariátegui,
Rosa Luxemburgo, Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, Trotsky, Gramsci, Mao Tse-Tung y otros
que han aportado a la lucha por la transformación social, por un mundo de equidad y justicia,
nuestra experiencia avanza como una obra humana que tiene antecedentes remotos, como la
cosmovisión indio-afroamericana, el cristianismo y la teología de la liberación”. “Prólogo”. Hugo
Chávez, Un brazalete tricolor, Ediciones Correo del Orinoco, Caracas, 2014.

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LA MAMPARA ELECTORAL

Realicemos una breve reflexión sobre algo que flota en el ambiente y que
está en la mente de todos los lectores y lectoras, se trata de lo siguiente:
¿La derrota electoral es un hecho inevitable? Si bien es cierto que la Re-
volución Bolivariana ha salido airosa en la mayoría de los eventos de con-
sulta popular y electoral en casi dos décadas, la contrarrevolución hace
tiempo dejó de ser un simple adversario, para convertirse en un enemigo
de consideración que amenaza con ganar más elecciones o dar un golpe
fascista. Sus triunfos los ha obtenido gracias a su influencia mediática y
su capacidad para generar estragos en la vida cotidiana del pueblo, sobre
todo en tres aspectos básicos de la supervivencia humana: alimentos,
medicinas y seguridad.
Digámoslo de una vez, el parapeto democrático de la oposición ya
no está interesado en ganar elecciones. Participar en ello fue solo una
mampara. Tanto es así que, hoy, el peor escenario posible para la ultra-
derecha fascista sería triunfar en los comicios presidenciales; en cambio,
la derecha más moderada de la MUD sí pudo haber estado interesada
en seguir ganando más espacios de gobierno hasta alcanzar el poder
electoralmente. Esto se deduce de su comportamiento. En los primeros
años de la Revolución combinó el golpe continuo con pequeños triunfos
electorales. Nunca dejó de lanzar zarpazos al Ejecutivo. Al mismo tiem-
po que vociferaba su encumbramiento en las encuestas preelectorales,
orquestaba una campaña contra el Consejo Nacional Electoral (CNE)
o cantaba fraude. Sin embargo, la propaganda contrarrevolucionaria, los
sabotajes sistemáticos, el control del sistema económico, así como las
consabidas y ya autocriticadas pifias y resbalones de la Revolución, la acerca-
ron cada vez más a Miraflores. Durante ese recorrido fue acopiando espacios

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

de poder en gobiernos locales y regionales; sin embargo, la amenaza


golpista nunca decayó.
¿Cómo se explica entonces que semejante demostración de astucias
y despliegue de recursos para obtener un objetivo, la Presidencia de la
República, ahora se dejen a un lado para concentrarse en la acción te-
rrorista de neto corte fascista? ¿Por qué la derecha y la ultraderecha,
pseudodemócratas y extremistas, se congregaron y convivieron alrede-
dor de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) como plataforma para
finalmente ejecutar el asalto fascista de mayor contundencia en la histo-
ria contemporánea del país? ¿Por qué antes de ejecutar la fase violenta
del manual de Guerra No Convencional hubo una efervescente antesala
de solicitudes y reclamos jurídicos y electorales: referendo revocatorio,
Asamblea Constituyente, adelanto de elecciones presidenciales, elección
de alcaldes y gobernadores, así como la destitución o inhabilitación del
mandatario?
La respuesta parece sencilla. Cuando se afirma que se cumplen los
pasos de un guión o manual, ya probado y perfeccionado, no es sim-
ple teoría conspirativa. Inclusive, comenzar las protestas casi siempre
en abril es parte del método, porque son cronogramas que marcan los
pasos previos a una Guerra Civil. Como se sabe, en Siria, abril de 2011
fue el punto de quiebre, marcó la ruptura del diálogo con el gobierno y
se iniciaron las protestas que escalaron en violencia hasta militarizarse
por completo. Todo ello dio paso a una coalición oposicionista que fue
legitimada y reconocida por la canalla internacional como una especie
de gobierno paralelo. En Venezuela la oposición recorre esa misma ruta.
De enero a abril, la mampara consistió en hacerle creer al mundo que se
habían agotado todas las vías de entendimiento y que el gobierno dic-
tatorial les impidió alcanzar el poder por la senda democrática, para así
justificar la insurrección armada. El plan se cumplió a cabalidad hasta
abril de 2017, el punto de quiebre. Sin embargo, repasemos primero su
comportamiento en las batallas electorales pasadas y las amenazas de
derrota que se cernieron sobre nuestra Revolución.
El referendo para la reforma constitucional (2 de diciembre de 2007)
fue la primera señal de alerta sobre el peligro que se corría de perder votos

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LA MAMPARA ELECTORAL

o de incrementar el abstencionismo en sectores indecisos o blandos, y


hasta en la propia militancia chavista. Sin embargo, luego de ese primer
fracaso se mantuvo el apoyo popular, mientras que la autocrítica señaló
a la manipulación mediática de la derecha como una de las causas de
la derrota; sin menospreciar los errores propios, como la complejidad
conceptual y extensión casi inmanejable de la propuesta, que reventó la
inconsistente capacidad comunicacional del Estado y dificultó su defen-
sa pública.
Luego vino el revés electoral del 6 de diciembre de 2015, lo que
evidenció una merma preocupante de apoyo a la Revolución en las
urnas. Las razones fueron más que evidentes, la guerra económica y sus
macabras estrategias: desabastecimiento, especulación, acaparamiento,
contrabando, corrupción, bachaqueo y ataque al cono monetario1. La
oposición supo hacer su trabajo psicoterrorista, promovió largas colas
para adquirir productos básicos, las cuales fueron reseñadas por la prensa
nacional e internacional hasta el hastío, y bien utilizadas en una campaña
engañosa que terminó por generar desconfianza y resentimiento hacia el
Gobierno en los sectores de bajos recursos, pero igualmente en la cla-
se trabajadora y otros segmentos de la población que tradicionalmente
habían votado por el chavismo. Por supuesto, también se incrementó la
vehemencia del voto burgués. Produjo un importante abstencionismo,
votos castigo y un preocupante y sospechoso número de votos nulos. De
esta manera, la pérdida de una instancia de poder político tan estratégica
como la Asamblea Nacional, obligó al partido de la Revolución (PSUV)
a ejercer la crítica y la autocrítica de forma severa: esta vez se atribuyó
el revés a la baja productividad industrial y agrícola como consecuencia
del modelo rentista petrolero, además del componente comunicacional,
que es una constante. Quedó demostrado que la oligarquía empresarial
cuenta con la maquinaria necesaria para manipular la tendencia electoral,
de modo que la amenaza de derrota en ese terreno adquirió una dimen-
sión angustiosa.
Debido a ello, y en medio de esta nueva faceta del contexto político
venezolano, un contundente triunfo electoral de la Revolución acarrea-
1 Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela. Editorial
Nosotros Mismos. Caracas, 2017.

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ría, sin duda, un apuntalamiento del proyecto de transformación social


impulsado por el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, pero serviría solo
para disipar la posibilidad inmediata del acceso al poder de los neofas-
cistas criollos, no su derrota total. Para la oposición extrema, en cambio,
ganar más elecciones complicaría las cosas, les impediría implementar su
modelo doctrinal neoliberal y prácticas fascista, no solo porque tendrían
que lidiar con otras fuerzas políticas moderadas, alejadas de estas postu-
ras extremas y que han causado divisiones y fracturas evidentes dentro la
llamada MUD, sino que estarían obligados a ceñir sus apetencias desme-
suradas de poder, y toda su ira de clase, a los estamentos constitucionales.
En consecuencia, obtener la presidencia de la República por la vía
democrática los obligaría a darse un autogolpe. Paradójicamente, esta
maniobra sería más obscena y repudiada por las instancias internaciona-
les que la apropiación del poder por la fuerza. Es más común e históri-
camente aceptado legitimar un gobierno de facto, sea este pseudodemo-
crático, dictatorial, militarista o fascista, que un gobierno que rompa el
hilo constitucional después de ganar limpiamente un proceso electoral; aún
cuando luego exprese su deseo de retomar los estamentos democráticos.
Increíblemente el imperialismo tiene su propia ética, hay mayor tradición
del esquema golpe y luego dictadura que el de democracia y luego autogolpe. Amé-
rica Latina es un ejemplo de ello, tal y como se demostró en el capítulo
“Fascismo en el poder, fascismo en la oposición”.
No obstante, el abandono de la senda electoral se ha convertido en
oportunidad para que la Revolución refuerce los mecanismos demo-
cráticos y antifascistas mediante el voto. Un complejo encadenamiento
de sucesos permite explicarlo. El aspaviento electorero y jurídico de la
oposición fue un pote de humo y antesala para emprender las acciones
terroristas ya planificadas. El aparato propagandístico se encargó de ha-
cer creer que el Gobierno rehuía del cincho electoral. Primero fue la
Constituyente, en mayo de 2014 y en el 2015. Freddy Guevara, María
Corina Machado, Lilian Tintori, Julio Borges y otros líderes de la oposi-
ción invocaron este instrumento democrático para “la reconstrucción y
reconciliación del país”; sin embargo, esa iniciativa se desinfló de forma
caprichosa. Luego vino, tardíamente, la convocatoria del Referendo Re-

82
LA MAMPARA ELECTORAL

vocatorio presidencial. Al realizar la solicitud en abril de 2016, y no en


enero de ese año, ocasionaron un retraso que imposibilitó no solo cum-
plir con los requisitos y pasos necesarios para realizar el Referendo en el
2016, sino también la elección de alcaldes y gobernadores. Por otra parte,
durante la recaudación de rúbricas, para iniciar el proceso refrendario,
se cometieron convenientemente todo tipo de ilícitos que invalidaron la
iniciativa. Asimismo, dijeron que las planillas habían sido auditadas ex-
haustivamente, de manera que cuando el Gobierno denunciara el fraude,
ellos pudieran acusarlo de anticonstitucional.
La pantomima permitió activar las siguientes fases de conflictividad,
previas a la insurrección fascista. En septiembre la MUD, a través de Je-
sús “Chúo” Torrealba, al saber que los procesos técnicos impedían reali-
zar el referendo en el 2016, el cual ya había sido impugnado por el PSUV,
pidió ejercer mayores presiones: calentaron la calle, dispararon todo el
arsenal mediático, llevaron a cabo una campaña de intimidación contra
el CNE y hasta tenían preparado ataques terroristas que fueron desmon-
tados por el Gobierno. No obstante, la amenaza golpista se incrementó
después de que el Poder Electoral anunció, el 18 de octubre, que las
elecciones de gobernadores se realizarían en el 2017; además suspendió
el proceso de recolección de firmas (20% de electores). 2 Esto desenca-
denó acciones violentas focalizadas en todo el país: Mérida, Maracaibo,
Aragua, Miranda y Caracas. Todo ello se utilizó como argumento para
acusar nuevamente a Maduro de dictador.
El 23 de octubre de 2016, la Asamblea Nacional (AN), en abierta
confrontación con el resto de los poderes, acordó iniciar el antejuicio de
mérito o juicio político y penal contra el presidente Nicolás Maduro, bajo
la absurda acusación de una ruptura democrática por la suspensión del
Referendo Revocatorio. A este tema se le sumó en noviembre otra soli-
citud de antejuicio de mérito, esta vez por vínculos con el narcotráfico.
Así, el 9 de enero de 2017, la Asamblea declaró finalmente el “abandono
del cargo”, aunque sin efectos legales, por encontrarse en desacató. Nin-
2 El anuncio lo hizo el día 20 de octubre de 2016, mediante el cual acataba la decisión de los
tribunales penales de Carabobo, Apure, Aragua, Monagas y Bolívar, que ordenaron frenar la
recolección de firmas por las irregularidades cometidas (falsificación de las firmas y el suministro
de datos falsos al Poder Electoral) durante la recolección de 1% de manifestaciones de voluntad
del electorado.

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

guno de estos escenarios pudo justificar la toma definitiva de las calles


por el frente fascista. La oportunidad tan esperada fue propiciada por
las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional del Poder Judicial, con
fecha 27 y 29 de marzo, respectivamente.
Estas sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) fueron in-
terpretadas inmediatamente por la oposición como un solapamiento o
supresión de las competencias de la Asamblea Nacional y menoscabo
a la inmunidad de los diputados. En realidad, la AN era ilegítima, así
como írritos todos sus actos y decisiones, por encontrarse incursa en
flagrante desobediencia a la Constitución. Además, la primera de esas sen-
tencias respondía al recurso de nulidad presentado por el diputado Héc-
tor Rodríguez, contra el “Acuerdo sobre la Reactivación del Proceso de
Aplicación de la Carta Interamericana de la OEA, como mecanismo de
resolución pacífica de conflictos para restituir el orden constitucional
en Venezuela”, aprobado el 21 de marzo por esa Asamblea espuria; la
segunda, respondía a la solicitud de un recurso de interpretación acerca
del alcance de las competencias de la AN en cuanto al establecimiento de
empresas mixtas en el país.
En este contexto polémico, y a pesar de las aclaratorias emitidas por
el TSJ, el 31 de marzo de 2017 se produjo la nerviosa declaración de la
Fiscal General, Luisa Ortega Díaz quien, en franca y sospechosa con-
tradicción con sus justas actuaciones ante los hechos fascistas de 2014,
extralimitándose en su competencia y abiertamente parcializada con la
oposición, opinó que esas sentencias representaban una ruptura de los
estamentos democráticos. Esto lo hizo a pesar de que su rostro aparece
en el muro de la vergüenza, de que su nombre está incluido en la lista negra
de Washington y de haber sido siempre objeto de las peores injurias y
humillaciones, por parte de la derecha misógina y machista. ¿O debemos
pensar que precisamente fue por eso que lo hizo? En todo caso, fue útil
para sembrar la idea del autogolpe, que ya venía esgrimiendo la opinión
internacional. La sublevación se inició el día siguiente, de modo que el
pronunciamiento de la Fiscal debe interpretarse como la orden tan anhe-
lada por las turbas para iniciar su desenfreno. Es el equivalente a “descar-
gue toda esa arrechera” de Capriles. Pero desde la perspectiva fascista no

84
LA MAMPARA ELECTORAL

habrá contraorden, como tampoco hubo un llamado a culminar el paro


nacional en el 2002, sino que su arrebato podría ser cada vez más brutal
y terrorista (atentados con bombas y ataques paramilitares).
Luego de estallar la insurgencia vergonzante, ese 1° de abril de 2017,
el linchamiento mediático internacional cobró niveles desproporciona-
dos, solo comparables con la cobertura de los conflictos de Siria y Libia.
Días antes, conociendo ya la jugada, Almagro aprovechó el momento
para manipular y distorsionar los hechos, acusó a Maduro de dar un
“autogolpe de Estado” y convocó a una reunión urgente del Consejo
Permanente de la OEA. Absurdamente, el 3 de abril, el mismísimo Al-
magro ejecutó un autogolpe institucional en el seno de ese organismo,
desconoció la presidencia pro tempore de Bolivia, y quiso anular el triunfo
diplomático de la cancillería venezolana que había frenado la activación
de la Carta Democrática y el tutelaje sobre nuestro país. Frustradas todas
las instancias injerencistas extranjeras (Senado de Estados Unidos, Ca-
nadá, ONU, Unión Europea, declaraciones de expresidentes iberoame-
ricanos), los actos terroristas acumularon en poco tiempo un abultado
expediente de falsos positivos queriendo provocar con ello lo que nunca
lograron esas instancias internacionales.
Siguiendo esa lógica mortífera, la violencia de las pandillas fascistas
permanecerá y se agravará durante la ejecución de las siguientes fases
de un plan mayor que incluye otra pantalla jurídica y el apoyo internacio-
nal. Ya realizaron un falso, ilegal e impopular plebiscito, consulta pública
(o cualquier rebuscado eufemismo), para preguntar amañadamente a la
sociedad civil (todos los sectores de la derecha, la burguesía empresarial y
comercial, el clérigo falangista, buena parte de la clase media y los descla-
sados) sobre la legalidad del Gobierno de Maduro. La extraña matemá-
tica opositora dio resultados abrumadores, imposibles de auditar porque
fueron incinerados. Esta maniobra contó con el apoyo de la Iglesia e
intentarán legitimar la instauración de un gobierno paralelo o de transi-
ción, mediante elecciones primarias que permitan escoger el presidente
o presidenta de ese esperpento.3 El gobierno resultante sería fascista y
3 El 17 de julio de 2017, Donald Trump amenazó nuevamente nuestra soberanía: “Si el régimen
de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, Estados Unidos tomará rápidas y
fuertes medidas económicas”. Al mismo tiempo, aplaudió y reconoció como legítimo el supuesto
plebiscito de la oposición y, por supuesto, ese apoyo será extensivo al gobierno paralelo que

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

obviamente ilegítimo, pero ya se ha previsto que sea reconocido inme-


diatamente por Washington, Canadá, la Unión Europea y los gobier-
nos derechistas de nuestra Región: Brasil, México, Argentina, Paraguay,
Perú y, quizás de forma más solapada, Chile, Colombia, Uruguay. Sería
el equivalente a la muy frustrada Carta Democrática que la diplomacia
venezolana derrotó contundentemente en todas las batallas dadas en la
OEA. El gobierno fascista transitorio solicitaría la intervención humanitaria
de la OTAN para respaldar militarmente sus atropellos.
En conclusión, el fascismo no elige sino impone, y lo hace por la
fuerza cuando no logra el conjuro. Para la Revolución es lo contrario, por
eso consideramos sumamente importante revisar el papel que han juga-
do y están jugando las capas medias en todo el trayecto histórico que va
desde la Cuarta República hasta nuestros días. Su correcta ubicación en
el espectro doctrinario y político nacional ha sido y sigue siendo decisiva.
No hay que perder de vista que la continuidad del proceso revoluciona-
rio bolivariano, y de la democracia misma, se juega en las urnas. Y que los
ajustes tácticos del futuro inmediato dependen, en gran medida, del gra-
do de compromiso ideológico y político de ese gran contingente social,
que ha sido y sigue siendo presa fácil de las acechanzas de los sectores
fascistas de la derecha criolla.
La situación actual nos indica que la incorporación de esas capas me-
dias en el debate y el ejercicio político es una exigencia de primerísima
importancia, ya que constituye uno de los centros neurálgicos de nuestra
Revolución. Un descuido en tal sentido nos conduciría, sin vuelta atrás,
no al barranco electoral, sino a los despeñaderos del pragmatismo polí-
tico dominado por el fascismo, como se ha podido corroborar. Por ello,
aunque se publique y debata mucho sobre temas internacionales, más allá
de que se discierna acerca de las novedades aportadas por la experiencia
venezolana y por la de otros países del continente, o se reivindiquen
aquellos aspectos históricos nacionales que estaban abandonados o ma-
ñosamente distorsionados por los ideólogos burgueses, siguen faltando
espacios para el análisis predictivo y crítico de coyunturas en las que este
intentan instaurar. El día lunes 18 de julio, la MUD anunció la hora cero o ultimátum a Maduro,
y que el miércoles 20 se pronunciarán sobre las nuevas medidas de presión: la instalación de
un gobierno de unidad nacional, nombramiento de nuevos magistrados del TSJ y elecciones
primarias para elegir el presidente o presidenta del gobierno paralelo.

86
LA MAMPARA ELECTORAL

segmento poblacional tiene un impacto determinante; así como estudios


sociológicos, psicológicos y políticos específicos sobre la subjetividad o
subjetividades de ese estrato medio, igualmente la implementación de
programas y estrategias que contribuyan a integrarlo en la cinceladura
del estado actual de las cosas, con el fin de lograr un cambio a favor del
humanismo, en medio del torrente de la crisis capitalista nacional, que es
reflejo de la global. Comprender esto desentrañaría las verdaderas causas
de las fatídicas experiencias golpistas nacionales y de amenazas similares
que se ciernen sobre América Latina y el Caribe.
En este sentido, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), con-
vocada por el Presidente Nicolás Maduro a través del artículo 348 de la
Constitución, representa una oportunidad única para incentivar la par-
ticipación protagónica de esos sectores en el proceso de reconciliación
nacional. Se trata de un gran diálogo para reconstruir la confianza en la
Revolución Bolivariana, ampliar el alcance constitucional y garantizar la
soberanía, mediante la incorporación en la Carta Magna de las misiones
sociales, logros y proyectos revolucionarios. De ser así, estaríamos ante
la mayor representación política de un pueblo en una instancia consti-
tuyente.
La experiencia nos demuestra que, sin un conocimiento amplio y ca-
bal de la realidad nacional, es imposible avanzar con claridad en los pro-
cesos de cambio revolucionarios. Por eso, la ANC viene a cubrir, oportu-
namente, la carencia de un espacio de producción, debate y divulgación
teórico político, en el que concurrirán libremente, por ámbitos sectoria-
les y territoriales, todas las organizaciones e individualidades posibles,
tanto las progresistas y revolucionarias como las correspondientes a las
fuerzas antagónicas. Un espacio para exponer y discutir las cuestiones
esenciales que atañen al desarrollo y consolidación de la emancipación
nacional. Esta carencia, que implicaba una debilidad significativa en el
frente teórico, de seguro se podrá resolver a corto plazo, luego de con-
cretar este ejercicio democrático inédito en el mundo, donde el Soberano
podrá transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico.
En cuanto a lo electoral, la Constituyente solo es posible mediante el
ejercicio democrático del voto universal, directo y secreto. Al elegir más

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CONTRARREVOLUCIÓN FASCISTA • Luis Navarrete Orta / Ramón Medero

de 545 constituyentistas, cada región y todos los sectores productivos


del país contarán con diputados y diputadas que aportarán ideas para el
bien común dentro de cada uno de esos ámbitos. Más elecciones y más
democracia imposible. Es un salto cuantitativo y cualitativo en materia
Constituyente. Esto echa por tierra el falso argumento del talante anti-
democrático del Gobierno, dado que el propio Presidente se someterá a
lo que dictamine la Asamblea, según el artículo 349 de la Constitución.
Además, la pluralidad es garantía de parlamento entre distintas subjeti-
vidades y modelos, lo cual trunca el guión golpista y deja al fascismo sin
cuartel, expuesto, sin asidero en sus acusaciones contra la ética política
de la Revolución.
Ahora bien, el abandono de la vía electoral, por parte de la ultraderecha,
hace que el triunfo de la Revolución sea más que una probabilidad en
distintos campos políticos. La deserción o autoexclusión de los partidos
extremistas no impedirá declarar la derrotada de estos. Lo previsible, a
nuestro juicio, es que esta derrota en el futuro inmediato arrinconará al
fascismo, pero, al mismo tiempo, lo convertirá en un núcleo más ho-
mogéneo y compacto y, por tanto, más peligroso. Y seguramente, como
respuesta a la ampliación y consolidación -también previsible- del fren-
te antiimperialista latinoamericano y caribeño, se hará equivalentemente
más agresivo y arreciará, con asesoría y financiamiento externo, las ac-
ciones de sabotaje y de carácter terrorista. En ese caso, estaríamos ante
un neofascismo de la más alta peligrosidad, mucho más de lo que hemos
visto en el 2017. Hay que prepararse para combatir contra un enemigo
reducido y ávido de venganza, pero ahora mucho mejor apertrechado
técnicamente que los «fascia di combattimento» originarios. El nuevo or-
denamiento jurídico, consecuencia de la Constituyente, deberá establecer
los mecanismos para ello. No podrá descuidar ningún detalle en cuanto
a la tipificación y sanción de los delitos fascistas, y tendrá todo el poder
necesario para desmontar el neoliberalismo insurrecto y evitar una Gue-
rra Civil. En definitiva, el triunfo esperado de la democracia mediante la
aplicación de este instrumento constitucional impondrá la racionalidad,
la cordura, la justicia y evitará la involución social que pretende el ex-
tremismo burgués. Deberá garantizar la pacificación del país, buscar la
convivencia y la tolerancia.
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CONSEJO DE PUBLICACIONES

Maryann Hanson
Presidencia

Alifrank Laguna
Vicepresidencia

Marisol Olmeta
Secretaría Ejecutiva

Ramón Medero
Dirección Editorial

Tibisay Rodríguez
Secretaría Técnica
DIRECCIÓN GENERAL DE PROMOCIÓN Y DIVULGACIÓN DE SABERES

Ramón Medero
Director General

Tibisay Rodríguez
Coordinadora Editorial

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Supervisor Producción Creativa

Rafael Acevedo
Supervisor del Taller de Impresos

Carlos Manuel Duque


Editor

Edgar Sayago
Diseñador Gráfico

Nubia Andrade
Técnico en Recursos Informáticos

Freddy Quijada
Fotolitógrafo

Hernán Echenique / César Villegas / Iván Zapata / Richard Armas


Prensistas

Alcides González
Guillotinero

Rotgen Acevedo
Doblador

Odalis Villarroel / Ana Segovia / Carmen Aragort / Reina Aguiar


Encuadernadoras

Henry Ochoa
Promotor de Lectura

Yuri Luksic
Distribuidor
Este libro se terminó de editar
y publicar en versión digital en la
Universidad Bolivariana
de Venezuela durante el mes
de julio de 2017.
Las fuentes utilizadas fueron:
Alegreya, Garamond y Minion Pro

Caracas, Venezuela.

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