PARADIGMA PLANETARIO
ij O SE MUERE LA MADRE TIERRA
O SE MUERE EL CAPITALISMO...!
,
- Ts
CUIDENLA;... CON AMOR
Planeta Tierra, Abril 2010PRESENTACION
Bolivia expresa la primera revoluci6n del siglo XI.
Nuestro suefio es construir una sociedad diferente al que lo
Iamamos Estado Plurinacional para vivir bien.
La realidad nos muestra que no seré posible transitar del
Estado Colonial actual a un Estado Plurinacional si no
desarrollamos un profundo proceso de descolonizacién.
Descolonizacién implica desmontar, desestructurar el
Estado Colonial.
Para todo esto, necesitamos hablarnos, mirarnos, nutrirnos
entre nosotros, entre todos.
En este objetivo, el Viceministerio de Descolonizacién
publica pensamientos, propuestas, voces, posiciones desde
nuestro ser indio traspasando las fronieras artificiales que
crean los estados coloniales. Por ello publicamos también
voces que sin ser nuestras, expresan el pensamiento, la
ideologia libertaria de las personas, los pueblos y naciones.
La libertad no seré posible sino
asumimos con claridad que el
enemigo comin es el
capitalismo salvaje y que por
tanto una sola consigna debe
unirnos universalmente; es la
consigna del nuevo paradigma
planetario; ;jO SE MUERE LA
MADRE TIERRA O SE MUERE
EL CAPITALISMO!
Félix Cardenas A.
VICEMINISTRO DE DESCOLONIZACION
Octubre, 2015 (2da Edicin)~Quién fue Pablo Zarate Willka?
a eee B
at Prisi6n y juicios que se me siguen
por haber servido al pafs hasta el
sacrificio” junio de 1900
Pablo Zarate "El temible Willka" nacié
en Poque-Poqueni Provincia Tomas
Barron del Departamento de Oruro,
la fecha y afio exacto de su nacimiento
no estan registrados en ningan docu-
mento. Desde nifio su comunidad le
transmitié la hazafia histérica de sus
antepasados y la importancia del Ko-
llasuyo. Vivié en medio del abandono
y del ultraje que debian soportar las
comunidades y se comprometié
desde muy joven a recuperar para 4
nuestro pueblo lo que nos pertenece desde los origenes de
este continente.
En la Guerra Federal de 1898 es nombrado General de Divi-
sién del Ejército Boliviano y Comandante Maximo de la Je-
fatura Suprema de los ejércitos indios. Las exigencias del
lider comunero al ingresar a la guerra fueron:
Los mandatos libertarios y autonémicos de Paulo :
Zarate Willka vi
Proclama de Caracollo de 1899 Sy
1.- La restitucién de las tierras de origen y convertir en @
fincas en comunidades.
7 @ 7 p 22.- El sometimiento de las castas dominantes a las na-
cionalidades de origen
3.- La constitucién de un gobierno de indigenas
4.- Fl desconocimiento el mando de Pando
5.- Acatamiento y vasallaje al Willka Zarate
6.- La imposicién universal del traje de bayeta
Organiz6 y dirigié el Ejército Aymara que fue un con-
junto de unidades con poderosas masas humanas di-
rigidas por comandantes que ganaron mucha expe-
riencia en el enfrentamiento contra las tropas de
Alonso Fernandez, entre ellos Luciano Willka, Cruz.
Mamani (llamado 2do. Willka) y Lorenzo Ramirez.
Impulsa la fundacién en Penas del Gobierno Comu-
nal (federado) nombra al Jatunruna Juan Lero como.
presidente. El levantamiento Aymara tenia por obje-
tivo, por lo menos asi se conoce en el "primer gobier-
no" (en la republica) indigena de Pefias, lo siguiente:
- Constituci6n de un gobierno indigena
- Restitucion de tierras a sus duenos originarios
- Guerra contra las corruptas minorias dominantes
FUENTE: Escobar, Santos
1992:75DESPUES DE TODO, QUIZAS SEAMOS
HERMANOS
Carta ecoldgica del jefe indio Seattle (Swanish) al sefior
Franklin Pierce, Presidente de los Estados Unidos de Norte-
américa.
En 1854, el Gran Jefe Blanco de Washington hizo una oferta
por una gran extensi6n de tierras indias, prometiendo crear
una “reservacién” para el pueblo indigena. La respuesta del
Jete Seattle, aqui publicada en su totalidad, ha sido descrita
como la declaracién més bella y mas profunda jamas hecha
sobre el medio ambiente.
=5e~Cémo se puede comprar o vender el firmamento, y el calor
de la tierra?. Dicha idea nos es desconocida.
Si no somos duefios de la frescura del aire ni del fulgor de
las aguas, ;C6mo podrian ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada
brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas,
cada gota de rocio en los bosques, cada altozano y hasta el
sonido de cada insecto es sagrado a la memoria de los pieles
rojas.
Los muertos del hombre blanco olvidan su pais de origen
cuando emprenden sus paseos entre las estrellas; en cambio,
nuestros muertos nunca pueden olvidar esta bondadosa
tierra puesto que es la madre de los pieles rojas. Somos parte
de la tierra y asi mismo, ella es parte de nosotros.
Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el
caballo, la gran aguila; son nuestros hermanos. Las escarpa-
das pefias, los hmedos prados, el calor del cuerpo del caba-
llo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.
Por todo ello, cuando el Gran Jefe de Washington nos envia
el mensaje de que quiere comprar nuestras tierras, nos esta
pidiendo demasiado. También el Gran Jefe nos dice que nos
reservard un lugar en el que podamos vivir confortablemen-
te entre nosotros. El se convertira en nuestro padre y noso-
tros en sus hijos. Por ello, consideramos su oferta de com-
prar nuestras tierras. Pero, no es facil ya que esta tierra es sa-
grada para nosotros. El agua que corre por rios y arroyuelos
no es solamente el agua, sino también representa la sangre
-8-de nuestros antepasados. Si les vendemos esta tierra, deben
recordar que es sagrada y a la vez deben ensefiar a sus hijos
que es sagrada y que cada reflejo fantasmagorico en las
claras aguas de los lagos cuentan los sucesos y memorias de
las vidas de nuestras gentes. E] murmullo del agua es la voz
del padre de mi padre.
Los rios son nuestros hermanos y sacian nuestra sed, son
portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos.
Si les vendemos nuestras tierras ustedes deben recordar y
ensefiarles a sus hijos que los rios son nuestros hermanos y
también lo son suyos y por lo tanto, deben tratarlos con la
misma dulzura con que se trata a un hermano.
Sabemos que el blanco no comprende nuestro modo de
vida. El no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro;
ya que es un extrafio que llega de noche y toma de la tierra
lo que necesita.
gla tierra no es su madre sino su enemiga y una vez con-
quistada sigue su camino, dejando atraés la tumba de sus
padres sin importarle. Le secuestra la tierra a sus hijos. Tam-
poco le importa. Tanto la tumba de sus padres como el patri-
monio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la tierra,
y a su hermano el firmamento, como objetos que se com-
pran, se explotan y se venden como ovejas 0 cuentas de colo-
res. Su apetito devoraré la tierra dejando atrés solo un de-
sierto.
No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes.
La sola vista de ciudades apenan los ojos del piel roja. Pero
quizas sea por que el piel roja es un salvaje y no comprende
-7-nada.
No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre
blanco, ni hay sitio donde escuchar como se abren las hojas
de los arboles en primavera 0 como aletean los insectos. Pero
quizas también esto debe ser porque soy un salvaje que no
comprende nada. EL ruido parece insultar nuestro oidos. Y,
después de todo ¢Para que sirve la vida si el hombre no
puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discu-
siones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy
un piel roja y nada entiendo.
Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la su-
perficie de un estanque, asi como el olor de ese mismo
viento purificado por la Iuvia del medio dia 0 perfumado
con aromas de pinos. El aire tiene un valor inestimable para
el piel roja ya que todos los seres comparten un mismo alien-
to, la bestia, el arbol, el hombre, todos respiramos el mismo
aire. El hombre blanco no parece consciente del aire que res-
pira; como un moribundo que agoniza durante muchos dias
es insensible al hedor. Pero si les vendemos nuestras tierras
deben recordar que el aire nos es inestimable, que el aire
comparte su espfritu con la vida que sostiene. El viento que
dio a nuestros abuelos el primer soplo de vida también
tecibe sus tltimos suspiros. Y si les vendemos nuestras tie-
tras, ustedes deben conservarlas como una cosa aparte y sa-
grada, como un lugar donde hasta el hombre blanco puede
saborear el viento perfumado por las flores de las praderas.
Por ello consideramos su oferta de comprar nuestras tierras.
Si decidimos aceptarla, yo pondré condiciones. EL hombre
blanco debe tratar a los animales de esta tierra como a sus
-8-hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de
vida. He visto a miles de bufalos pudriéndose en la pradera,
muertos a tiros por el hombre blanco desde un tren en
marcha. Soy un salvaje y no comprendo como una maquina
humeante puede importar mas que el biifalo al que nosotros
matamos solo para sobrevivir.
{Qué seria del hombre sin los animales? Si todos fueran ex-
terminados, el hombre también morirfa de una gran soledad
espiritual; porque lo que le sucede a los animales también le
sucedera al hombre. Todo va enlazado.
Deben ensefiarles a sus hijos que el suelo que pisan son las
cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la
tierra esta enriquecida con las vidas de nuestros semejantes
a fin de que sepan respetarla. Ensefien a sus hijos que noso-
tros hemos ensefiado a los nuestros, que la tierra es nuestra
madre. Todo lo que ocurra a la tierra le ocurriré a los hijos de
la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si
mismos. Esto si sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el
hombre pertenece a la tierra. Esto también sabemos, todo va
enlazado, como la sangre que une a una familia, todo va en-
lazado. Todo lo que le ocurre a la tierra le ocurriré a los hijos
de la tierra. El hombre tejié la trama de la vida, él es solo un
hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a si mismo. Ni si-
quiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él
amigo a amigo, no queda exento del destino comin. Des-
pués de todo, quizaés seamos hermanos.
Ya veremos. Sabemos una cosa que quizés el hombre blanco
descubra un dia: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes
pueden pensar ahora que Fl les pertenece lo mismo que
-9-desean que nuestra tierras les pertenezcan; pero no es asi. El
es el Dios de los hombres y su compasi6n se comparte por
igual entre el piel roja y el hombre blanco.
Esta tierra tiene un valor inestimable para Fl y si se dafia se
provocaria la ira del creador. También los blancos se extin-
guiran, quizds antes que las demds tribus contaminen sus
lechos y una noche pereceran ahogados en sus propios resi-
duos.
Pero ustedes caminaran hacia su destruccién rodeados de
gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta
tierra y que por algtin designio especial les dié dominio
sobre ella y sobre el piel roja. Este destino es un misterio
para nosotros, pues no entendemos por qué se exterminan
los btifalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rin-
cones secretos de los bosques con el aliento de tantos hom-
bres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con
cables parlantes. ;D6nde esta el matorral?. Destruido
Donde esta el 4guila?. Desaparecié. Termina la vida y em-
pieza la sobrevivencia.
reEn tiempos inmemorables se erigieron montafias, se
desplazaron rios, se formaron lagos. Nuestra amazonfia,
nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros Ilanos y
valles se cubrieron de verdores y flores. Poblamos esta
sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y com-
prendimos desde entonces la pluralidad vigente de
todas las cosas y nuestra diversidad como seres y cultu-
ras. As{ conformamos nuestros pueblos, y jamas com-
prendimos el racismo hasta que lo sufrimos desde fu-
nestos tiempos de la colonia.
(Parrafo Preaémbulo Constitucion Politica del Estado
Plurinacional de Bolivia)(ice que se ama
Colon y que viene FA
Rac descubritnos Pf