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Educación liberal y educación católica en la prensa montevideana (1877-1909).

Carolina Luongo

El tema de investigación elegido buscará identificar y comparar las modalidades


a través de las que se procuró formar opinión pública en la prensa periódica
montevideana, a propósito de los modelos educativos liberal y católico, en el marco del
proceso de secularización uruguayo y regional que forma parte de una etapa en los
procesos de construcción nacional que ha sido denominada modernización.1

Descripción del tema y marco teórico-metodológico

En el ámbito de la educación hasta 1877, el gobierno uruguayo continuó las


formas tradicionales de enseñanza que se caracterizaban por una presencia constante de
la doctrina y los principios católicos, aunque el clero uruguayo no había logrado
imponerse con la misma intensidad que otros cleros latinoamericanos surgidos durante
la colonia. Al mismo tiempo habían comenzado a ingresar, en los sectores más
progresistas de las élites montevideanas, ideas de origen liberal que pretendían
introducir la educación laica, a través de la literatura y también, en algunos casos,
directamente traídas por figuras connotadas del ámbito intelectual montevideano al
regreso de sus viajes por el exterior. La presencia en el Uruguay de las dos propuestas
educativas – la que se inclinaba por mantener la participación de la Iglesia, y la que
proponía la laicidad – con un nivel de difusión y recursos bastante similares – Caetano y
Geymonat han dicho que se trataba de “un conflicto tramitado muchas veces en un
plano de condiciones más o menos paritarias” 2 – vuelven atractivo el estudio del
desenvolvimiento de la lucha ideológica en la educación, así como las formas en que
ambos bandos quisieron generar opinión a través de diarios y revistas.
La prensa periódica jugaba un papel importante en el Montevideo de segunda
mitad del siglo XIX pues permitía dar difusión a una gran cantidad de ideas renovadoras
que, como ya fue dicho, solían importarse desde las grandes potencias del mundo
occidental: Francia, Inglaterra, Alemania y, más recientemente, Estados Unidos. La
propuesta de analizar la difusión dada a estas ideas en la prensa, en lugar de estudiar los
propios ensayos y obras producidos por los intelectuales, responde a un interés por
observar de qué forma se transmitían las ideas a los lectores de diarios – un público
relativamente masivo – para intentar incidir en la opinión respecto al tema, en este caso,
de la educación. En otras palabras, se intentará cambiar el enfoque de una clásica
historia de las ideas a otro que se centre en la relación entre la prensa periódica y sus
lectores, para poder obtener indicios sobre la forma en que se procuraba incidir en la
opinión del público lector a través de la publicación de, por ejemplo, editoriales o
intercambios epistolares.
Adicionalmente, consideramos que el recurso a la prensa periódica permitirá
saber cuáles eran las obras que efectivamente se leían, o a cuáles se hacía referencia. No
está de más señalar que el hecho de que un libro existiera en el país no implicaba
necesariamente que fuera leído – y, más importante para nosotros –, comentado y
1
Ver, por ejemplo, ZUBILLAGA, Carlos & CAYOTA, Mario, Cristianos y cambio social en el Uruguay
de la modernización (1896-1919), Montevideo: CLAEH, Ediciones de la Banda Oriental, 1988;
BARRÁN, José Pedro, Iglesia católica y burguesía en el Uruguay de la modernización (1860- 1900),
Montevideo: Facultad de Humanidades y Ciencias, 1988.
2
CAETANO, Gerardo & GEYMONAT, Roger, La secularización uruguaya (1859-1919). Catolicismo y
privatización de lo religioso, Montevideo: Taurus, 1997, p. 44.

1
difundido. Como ha indicado el historiador Julio Fernández Techera a propósito de
hacer hHistoria de la educación, los historiadores “muchas veces caen en el error de
considerar como real aquello que no fue más allá del papel en que fue escrito o muy
parcialmente llegó a ser implementado”3. Lo mismo aplica para la historia de la lectura:
a veces se asume que una obra era conocida en su época cuando en realidad su difusión
era escasa. La consulta a los periódicos permitirá verificar si la difusión existía o no,
pues si un autor o tema esera tratado en la prensa, podremos inferir que era conocido y
estaba siendo discutido, por lo menos, por los lectores de ese medio.
A la hora de utilizar a la prensa como objeto de estudio, es esencial tener en
cuenta algunas consideraciones. En primer lugar, es necesario delimitar cuanto sea
posible el público objetivo de cada periódico o revista, es decir, a qué grupo de lectores
estaba dirigido. Esto condicionará los temas tratados y la forma en que se comunican 4.
El público objetivo, que siempre será colectivo, puede estar definido con base en su
orientación política, ideológica, religiosa, el tipo de actividad económica o profesional
que realizan, o por una combinación de más de una de las variables mencionadas. A la
vez, también hay que recordar que la cantidad de personas que conocían las noticias
siempre era mayor a la cantidad de personas que efectivamente las leían, ya que existían
instancias de lectura colectiva – sobre todo en el siglo XIX – que ampliaban el público
lector5. Este grupo de lectores indirectos era más amplio en términos cualitativos y, por
tanto, más difícil de delimitar. Consideramos que el estudio de la prensa periódica puede
permitirnos conocer los mecanismos utilizados para generar o modificar la opinión del
público con respecto al conflicto en la educación que se desarrolló en nuestro país en el
periodo referido. Por sus características – periodicidad, extensión en el tiempo, mayor
accesibilidad en comparación con el libro – los diarios y revistas son medios adecuados
para realizar un relevamiento exhaustivo que permita establecer comparaciones.
A pesar de que no nos proponemos hacer un trabajo de historia conceptual, las
características del análisis que planteamos exigen precisar algunos conceptos que eran
usados en la época, y que han sido objeto de profundas discusiones teóricas., como Por
ejemplo el de opinión pública, estudiado originalmente por Jürgen Habermas, cuya
tesis, aunque criticada, sigue formando parte de la literatura sobre los nuevos “espacios”
surgidos con la Ilustración.6
El análisis de lo anterior también nos llevará a revisar los estudios en torno al
surgimiento de lo privado – por oposición a lo público –, que está fuertemente
relacionado con el surgimiento de nuevos espacios de sociabilidad y nuevas formas de
representación, traspasando el ámbito de la monarquía. Para Chartier, a partir de la
Ilustración se registra el surgimiento del espacio privado, que puede ser personal,
familiar, e incluso más amplio, como el espacio que surge a partir de relaciones
laborales o comerciales, siempre y cuando cumpla con la característica de ser paralelo a
3
FERNÁNDEZ TECHERA, Julio, Jesuitas, masones y Universidad en el Uruguay. Tomo I: 1680-1859,
Montevideo: Ediciones de la Plaza, 2007, p. 5.
4
Robert Darnton afirma que a partir del “análisis textual” se pueden determinar ciertas características de
lo escrito, como quién se esperaba que leyera un texto, o con qué recursos retóricos o culturales debía
contar. DARNTON, Robert, “Historia de la lectura”. En BURKE, Peter et al., Formas de hacer Historia,
Madrid: Alianza Editorial, 1991, pp. 202-203.
5
William Acree ha hablado de “los públicos lectores – tanto alfabetizados como analfabetos”. Unas pocas
líneas más abajo, expresa: “Esta comprensión más amplia de lo que significa leer brinda herramientas
más apropiadas para estudiar el efecto de la imprenta en una región donde escuchar un texto que se lee en
voz alta – una experiencia colectiva en y por sí misma – era, de lejos, la forma más común de leer hasta el
último cuarto del siglo XIX.” ACREE, William, La lectura cotidiana. Cultura impresa e identidad
colectiva en el Río de la Plata, 1780-1910, Buenos Aires: Prometeo Libros, 2013, p. 16.
6
HABERMAS, Jürgen, Historia y crítica de la opinión pública. La primera edición en alemán apareció
en la década de 1960.

2
“lo público”, al Estado. A la vez, la confluencia de esas esferas privadas en un espacio
público nuevo posibilita el surgimiento de un nuevo ámbito colectivo, de donde surgirá
la opinión pública.7 Una colección de estudios de caso reunida por François-Xavier
Guerra y Annick Lempérière brinda claves importantes para comprender la cuestión de
los espacios públicos en Iberoamérica en los siglos XVIII y XIX. 8 Si bien el fenómeno
seguía en muchos puntos el proceso europeo, hay que tener en cuenta algunas
particularidades – la más importante de ellas, la distancia que separaba a América de la
sede de la monarquía – que diferenciaron las realidades a ambos lados del Atlántico. A
pesar de que ninguno de los capítulos del libro aborda geográfica o cronológicamente
nuestro objeto de estudio, hallamos consideraciones muy relevantes para nuestro marco
teórico, en especial en lo que respecta a formas de sociabilidad, espacio público y
privado, opinión pública, prensa y lectores. En otra dimensión de lo público y lo
privado, también tendremos en cuenta el paso de la esfera religiosa del ámbito público
al privado, que se dio como consecuencia del proceso de secularización. Esto significó
que la Iglesia católica progresivamente dejóhaya dejado de cumplir las funciones
públicas que hasta entonces se le habían asignado, relegándose la religiosidad al fuero
íntimo o doméstico.9
Para conceptualizar la modernización, tema relevante pues engloba aspectos
fundamentales de esta investigación – secularización, privatización de lo religioso,
importancia de la educación en la formación de ciudadanos –, hemos elegido el abordaje
propuesto por Carlos Zubillaga y Mario Cayota., quienesEstos han planteado que el
proceso de modernización “combina – aunque no siempre todos, ni todos
contemporáneamente – los siguientes factores: urbanización, industrialización,
superación de pautas tradicionales de comportamiento, eliminación de referentes
religiosos de la normatividad social, y articulación de una estructura política
democrática y participativa.” Los autores también afirman que durante el proceso de
modernización “coexisten elementos de la tradicionalidad... con factores de la
modernidad” y que justamente por ser momentos de transición, se caracterizan por “una
fuerte conflictualidad”.10
Por lo expresado al comienzo, proponemos estudiar el conflicto en dos
momentos que consideramos clave: la aprobación del Decreto-Ley de Educación
Común, de septiembre de 1877, y la Ley de supresión de la Enseñanza y Práctica
religiosa de las Escuelas Públicas, de abril de 1909. Al relevar lo dicho en la prensa
periódica a propósito de estos dos acontecimientos, aspiramos a identificar cambios y
continuidades en la opinión pública montevideana del último cuarto del siglo XIX y
treinta años después, con contextos ciertamente diferentes. También procuraremos
seguir el recorrido del proceso de secularización, para determinar posibles avances y
retrocesos. Consideramos que los dos momentos seleccionados pueden ofrecer una
delimitación apropiada – aunque, como siempre, arbitraria – a un periodo donde el
debate por la educación laica aun no estaba zanjado y, por eso mismo, daba lugar a un
campo fértil para el enfrentamiento ideológico. Dentro de esa periodización quedan
incluidos los vaivenes y matices que caracterizaron al conflicto, y que culmina con la
definitiva intervención del Estado en 1909. Las fuentes a utilizar serán prensa periódica
de Montevideo para el periodo definido. Se incorporará un espectro amplio de
periódicos que reflejen opiniones diversas; es decir, que en el relevamiento estén
7
CHARTIER, Roger, Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII, Barcelona: Gedisa,
1995.
8
GUERRA, François-Xavier, LEMPÉRIÈRE, Annick et al., Los espacios públicos en Iberoamérica.
Ambigüedades y problemas. Siglos XVIII-XIX, México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1998.
9
Ver, entre otros, CAETANO, Gerardo & GEYMONAT, Roger, op. cit., p. 43 y ss.
10
ZUBILLAGA, Carlos & CAYOTA, Mario, op. cit., pp. 33-34.

3
presentes tanto medios de prensa que apoyaban la reforma en la educación, como
aquellos que estaban a favor de mantener la presencia del clero.

Antecedentes

Muchos autores uruguayos han estudiado el proceso de modernización en


general y el fenómeno de la reforma educativa en particular haciendo foco en diferentes
aspectos de acuerdo a los presupuestos que guían su obra, o a las proposiciones que
intentan demostrar. Esta variedad de circunstancias da como resultado abordajes
historiográficos también variados.
La Historia de la Escuela Uruguaya de Orestes Araújo trató tempranamente la
reforma vareliana – a la que denomina “Tercera evolución de la Escuela uruguaya” 11 –,
sus principales características y los obstáculos que debió enfrentar. Este último tema es
discutido en un apartado denominado “Los enemigos de la Reforma”, donde el autor
enumera los colectivos que se opusieron a las ideas de Varela. Dentro de ellos aparecen,
entre otros, algunas Juntas Económico-Administrativas y jefes políticos del interior, y
los católicos, que fueron calificados de “intransigentes” y “el adversario más implacable
que tuvo la Ley de Educación Común”. 12 Araújo emite un juicio negativo sobre la
campaña de los católicos, de quienes dice que se oponían a la ley pues sabían que
“aquellos 20,000 niños que concurrían [a las escuelas del Estado] serían más tarde otros
tantos ciudadanos substraídos al fanatismo y la superstición… educados para la libertad
en su más alta expresión.”13
Eduardo Acevedo, en sus Anales Históricos del Uruguay, dedica varias páginas
a la vida de José Pedro Varela, desde su labor en la Junta Económico-Administrativa de
Montevideo sustituyendo a José María Montero, hasta su muerte, pasando por una
detallada descripción de la Ley de Educación Común que incluye la transcripción de
algunos fragmentos. Asimismo, proporciona datos estadísticos sobre la cantidad de
niños que recibían educación antes y después de la aprobación de la ley. En un subtítulo
llamado “Luchas sostenidas por José Pedro Varela”, el autor registra el conflicto
ideológico sostenido entre Varela y el clericalismo, explicitando los motivos que este
último grupo aducía para oponerse a la reforma educativa, y refutándolos uno por uno
en una postura definidamente anticlerical.14 En el tomo correspondiente a los años 1894-
1915, Acevedo hace una mención a “La enseñanza de la religión en las escuelas” – así
se titula el apartado –, donde se comenta su supresión y las penas a las que estaban
sujetos quienes no observaran la nueva ley, que recién se había aprobado en 1909 “por
la formidable oposición de la Iglesia”15 hasta ese momento.
Juan Pivel Devoto, en su obra en conjunto con Alcira Ranieri de Devoto, reúne
en un solo volumen la historia de la República Oriental del Uruguay entre 1830 y 1930.
Con respecto al tema que trataremos en la tesis esta obra aporta, además del relato sobre
la aplicación del Decreto-Ley de 1877, un comentario sobre las críticas dirigidas en
11
Según Araújo, la “Primera evolución de la Escuela uruguaya” sobrevino con la Sociedad Lancasteriana,
mientras que la segunda evolución estuvo relacionada con la creación del Instituto de Instrucción Pública
durante la guerra civil. ARAÚJO, Orestes, Historia de la Escuela Uruguaya, Montevideo: Imp. El Siglo
Ilustrado, 1911, pp. VII-IX.
12
Ibíd., p. 454.
13
Ibíd,, p. 454.
14
“Cuatro puntos fundamentales de la reforma escolar abarcaba la campaña clerical: la centralización
técnica de la enseñanza, las escuelas mixtas, las Inspecciones departamentales y el programa escolar.”
ACEVEDO, Eduardo, Anales Históricos del Uruguay, tomo IV, Montevideo: Casa A. Barreiro y Ramos,
S. A., 1934, p. 114.
15
ACEVEDO, Eduardo, op. cit., tomo V, p. 530.

4
1876 por Carlos María Ramírez, miembro del Club Universitario, hacia el libro de
Varela,titulado La Legislación Escolar. Pivel Devoto y su esposa ahondaron en las
raíces ideológicas de la discrepancia entre Ramírez y Varela, y al hacerlo investigaron la
influencia de autores europeos en las ideas que circulaban en el Uruguay.16
En este sentido, también debemos mencionar el valioso aporte realizado por
Blanca París en La Universidad de la República en la formación de nuestra conciencia
liberal. La obra hace una revisión exhaustiva de las personas y las ideas que circularon
en la Universidad en sus primeras tres décadas y media de vida, y propone la tesis de
que el desarrollo que tuvo la Universidad en ese tiempo contribuyó a afirmar la
“conciencia liberal” que caracterizó a la sociedad uruguaya de la segunda mitad del
siglo XIX. Asimismo, afirma que fue ese mismo espíritu liberal el que inspiró la
oposición al militarismo y el reclamo de la vuelta al civilismo desde amplios sectores de
la intelectualidad. Al final de la obra, la autora hace una importante contribución
documental al proporcionar información detallada sobre las cátedras de la Universidad
que supone un importante insumo para cualquier investigación sobre el tema.
Concretamente, el libro tiene una cronología de los doctorados y cátedras entre 1849 y
1885, con los nombres de los rectores y acontecimientos destacados durante su
rectorado, y lo mismo para las cátedras, organizadas por facultad. 17

El conflicto entre ideas liberales y católicas, que llevaría en última instancia a la


secularización del Estado, comenzó a ser objeto de estudio para las ciencias sociales en
la década de 1960, época fértil para la historia de las ideas. Arturo Ardao realizó un
aporte fundamental al estudiar dos de las corrientes de pensamiento predominantes en el
Uruguay del siglo XIX que en varias oportunidades se enfrentaron en el terreno
ideológico18. El trabajo de Ardao fue pionero en su abordaje teórico, novedoso en su
tiempo, y logró aplicar exitosamente un modelo historiográfico europeo a un objeto de
estudio no europeo. Esta obra, además de contar con el enfoque desde la historia de las
ideas, incluye un detallado estudio de los antecedentes europeos del liberalismo y el
racionalismo, y también de las personas que representaron esas corrientes en el
Uruguay, lo que enriquece el abordaje. Ardao propuso una tesis interpretativa que
marcaría el camino de los historiadores uruguayos en este campo durante varias
décadas: la existencia de dos grupos enfrentados dentro de la Iglesia uruguaya, uno de
tendencia liberal, identificado con la orden de los franciscanos, y otro de tendencia
ultramontana, asociado a los jesuitas. Según su interpretación, el sector predominante en
cada momento era el que definía las relaciones con los otros grupos de poder – como el
Estado, o las élites liberales –.
Más de cuarenta años después, el historiador jesuita Julio Fernández Techera
retomó la tesis de Ardao y la confrontó con nuevas fuentes que antes no se hallaban
disponibles. Con la nueva documentación consultada, Fernández Techera se preguntó si
realmente correspondía asignar a un grupo, dentro del clero uruguayo, la categoría de
ultramontano o antiliberal “en un país cuya matriz liberal – en sentido filosófico-político
– impregnaba toda la sociedad, incluyendo al clero.” 19 Esta tesis lleva a reconsiderar las

16
PIVEL DEVOTO, Juan E. & RANIERI DE DEVOTO, Alcira, Historia de la República Oriental del
Uruguay (1830-1930), Montevideo: Raúl Artagaveytia, 1945.
17
PARÍS DE ODDONE, M. Blanca, La Universidad de la República en la formación de nuestra
conciencia liberal, 1849-1885, Montevideo: Universidad de la República, 1958.
18
ARDAO, Arturo, Racionalismo y liberalismo en el Uruguay, Montevideo: Publicaciones de la
Universidad, 1962. Ardao ya había estudiado, en 1950, las posturas filosóficas de los intelectuales
uruguayos en las primeras décadas de vida de la Universidad en ARDAO, Arturo, Espiritualismo y
positivismo en el Uruguay, México, D.F., 1950.
19
FERNÁNDEZ TECHERA, Julio, op. cit., p. 199.

5
categorías de análisis en la dicotomía católicos-liberales, pues nos coloca frente a una
nueva realidad donde la división dentro del catolicismo no era tan marcada, y a la vez
las diferencias entre los dos grandes grupos – católicos y liberales – no eran tan rígidas.
Llevado al ámbito educativo, este planteo parece sumar otras variables al conflicto,
variables que trascienden la división básica educación católica-educación laica.
El análisis de estos intereses cruzados ya ha sido abordado por la historiografía
uruguaya;: José Pedro Barrán ha registrado lo que él llama el “uso volteriano de la
religión católica”20 por algunos miembros notables de la sociedad uruguaya en un
minucioso relevamiento de prensa periódica, pastorales y otros documentos
eclesiásticos.
Si bien Fernández Techera discute directamente con la tesis de Ardao, esto no
significa que haya existido un vacío historiográfico entre la década de 1960 y los
primeros años del siglo XXI. Fernández Techera dedica un capítulo de su libro a repasar
los autores más relevantes que trataron el tema; los hubo desde abiertamente católicos –
uno de ellos era sacerdote – hasta profesores universitarios, como Juan Antonio Oddone
y Blanca Paris. Sin embargo, según los planteos del autor, todos ellos fueron
continuadores de la tesis de Ardao, en el sentido de que partieron de la dicotomía
propuesta por él para estudiar el problema, sin cuestionarla o criticarla. Por eso los
agrupa en un capítulo y menciona los aportes más notables de cada uno, pero sin
profundizar en ellos.21 Por último, si bien el libro de Fernández Techera es
decididamente una historia de la educación, muchas de sus explicaciones resultan útiles
para aclarar el inestable panorama ideológico de la época, además de que contiene
algunas valiosas precisiones conceptuales acompañadas, en muchos casos, de la
evolución histórica de los términos.
En un enfoque de historia política y social, Gerardo Caetano ha realizado dos
importantes aportes al tema, en un caso en coautoría con Roger Geymonat, y en el otro
dirigiendo un volumen sobre el Uruguay, la secularización y el batllismo.22 Ambas obras
se caracterizan por el análisis de la compleja y fluctuante relación entre el Estado
uruguayo y la Iglesia católica, para demostrar la existencia de un proceso de
secularización que en sus orígenes era menos radical y cuyo comienzo sitúan algunos
años antes de lo que tradicionalmente se afirma. Además, el análisis se ubica en un
contexto de progresiva adopción de esquemas de organización que responden a signos
de modernidad, de ajuste a las pautas marcadas por el capitalismo mundial, dejando
atrás décadas de guerras civiles e inestabilidad institucional.
El primer capítulo de La secularización uruguaya analiza extensamente aspectos
teóricos del proceso de separación entre Iglesia y Estado, fundamentando la relevancia
de su estudio y haciendo un repaso por los principales abordajes historiográficos que se
han aplicado para estudiar el problema. Los capítulos siguientes relatan los principales
acontecimientos que marcaron el conflicto, a la vez que van descubriendo, con la
20
Así se titula un capítulo de su obra La espiritualización de la riqueza. El autor explica la expresión de
la siguiente manera: “En la sociedad sacralizada, el aldeano se aprovechaba de la Iglesia y la fe católica
cuando no las servía; en la sociedad secularizada apareció el ciudadano que quería usar conscientemente a
la Iglesia y la fe para sus propios fines.” BARRÁN, José Pedro, La espiritualización de la riqueza.
Catolicismo y economía en Uruguay: 1730-1900, Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1998, p.
236. El adjetivo “volteriano” es definido por la Real Academia Española: “3. Que manifiesta incredulidad
o impiedad cínica y burlona.” REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española,
versión online.
21
Los autores includos en su relevamiento son Juan Oddone y Blanca Paris, Julio de Santa Ana, Alberto
Methol Ferré, Manuel Claps, Darío Lisiero, Juan José Arteaga, José A. González Pizarro, Alfonso
Fernández Cabrelli, Gerardo Caetano y Roger Geymonat.
22
CAETANO, Gerardo & GEYMONAT, Roger, op. cit.; CAETANO, Gerardo (dir.), El «Uruguay laico».
Matrices y revisiones, Montevideo: Taurus, 2013.

6
perspectiva que brinda la distancia temporal, cómo esos acontecimientos se inscriben en
tendencias más generales. Por su parte, en El «Uruguay laico» opta por un abordaje
transversal, con capítulos temáticos. Así, mientras la primera parte trata el papel del
catolicismo en las conmemoraciones del centenario de la nación y la segunda estudia la
actuación de los protestantes, la tercera parte, llamada “Los pleitos por la educación”
incorpora varias aristas de esa cuestión, como la formación ideológica de José Pedro
Varela, las nuevas propuestas para la enseñanza, el papel de la instrucción privada y la
educación de las niñas. Todos estos aspectos eran tenidos en cuenta en un modelo
educativo que rompía con muchos presupuestos de su antecesor, pero también
continuaba otros.
Además de sus conocidos trabajos sobre la historia de la sensibilidad en el
Uruguay, que abordan el periodo a estudiar, José Pedro Barrán se ocupó del asunto de
las relaciones entre burguesía liberal e Iglesia católica en la segunda mitad del siglo
XIX, en un texto corto pero ampliamente documentado donde fundamenta su postura de
relativizar el antagonismo entre los dos grupos, llegando a identificarles una causa
común en el mantenimiento del orden social. 23 En otro interesante trabajo que combina
aspectos de historia de las mentalidades con un estudio sobre el poder económico de la
Iglesia en el Uruguay desde la primera mitad del siglo XVIII hasta el novecientos, se
pueden encontrar algunos apuntes sobre el grado en que el pensamiento católico estaba
presente en la vida de los montevideanos.24

Desde la segunda mitad del siglo XIX, algunos autores se han dedicado a
recopilar y sistematizar datos sobre la prensa periódica del Uruguay o la región,
esfuerzo que resulta muy útil para investigadores futuros ya que permite evitar la ardua
tarea de recorrer repositorios para listar títulos y pasar directamente al relevamiento,
siempre que haya existencias del medio de prensa a consultar. Una de estas obras es la
de Benjamín Fernández y Medina, La Imprenta y la Prensa en el Uruguay, que incluye
el periodo que estudiamos y proporciona detalles esenciales sobre las publicaciones,
como nombres de editores y fechas, además de datos del contexto sociopolítico que
resultan imprescindibles para comprender el camino seguido por la prensa. 25 Otra
publicación de similares características es el artículo de Arturo Scarone “La prensa
periódica del Uruguay de los años 1866 a 1880”, comprendido en una serie de artículos
que, en total, abarcan los años 1852 a 1905. La diferencia entre este trabajo y el anterior
radica en que el de Scarone, como él mismo dice, es “un índice de diarios, periódicos y
revistas nacionales”26.; eEs decir, mientras Fernández y Medina implementó un formato
narrativo donde los datos están intercalados en la redacción, Scarone elaboró un listado
de prensa periódica que contiene los siguientes datos para cada publicación: descripción
de la publicación – a menudo es la proporcionada en el subtítulo del periódico –,
director o redactor, imprenta utilizada, ciudad y años de publicación. Organizado con un
doble criterio, el primer listado sigue un orden alfabético mientras que el segundo
contiene los mismos títulos ordenados por año.

Objetivos y preguntas de investigación

23
BARRÁN, José Pedro, Iglesia católica y burguesía..., op. cit.
24
BARRÁN, José Pedro, La espiritualización de la riqueza..., op. cit.
25
FERNÁNDEZ Y MEDINA, Benjamín, La Imprenta y la Prensa en el Uruguay (1807-1900),
Montevideo: Imprenta artística de Dornaleche y Reyes, 1900.
26
SCARONE, Arturo, “La prensa periódica del Uruguay de los años 1866 a 1880”, Revista Nacional, s/d,
1940, pp. 232-261.

7
Según lo expuesto hasta aquí, si bien existe una variedad de abordajes sobre el
fenómeno de la reforma educativa que comenzó en la década de 1870 en Uruguay y se
prolongó hasta, por lo menos, la primera década del siglo XX, todavía está por
realizarse un análisis exhaustivo de la prensa de ese periodo con el fin de identificar los
intentos por formar opinión pública a favor o en contra de la educación laica y católica.
Por lo tanto, los objetivos de esta investigación son:

 A través del relevamiento de la prensa periódica de los años señalados, que


consideraremos puntos de partida y de cierre – al menos en términos
institucionales – del conflicto por la educación laica, identificar los mecanismos
de formación de opinión pública utilizados en la lucha ideológica.
 Por medio de la consulta a editoriales o columnas de opinión de los mismos
medios de prensa, determinar cambios y continuidades en las ideas sobre
laicismo y catolicismo, en 1877 y 1909, manejadas por las élites ilustradas
montevideanas. Incluir y contrastar las conclusiones obtenidas a través del
relevamiento con el desarrollo del proceso de secularización en Uruguay.

En correspondencia con los objetivos citados, proponemos las siguientes preguntas de


investigación:

 ¿Cuáles fueron los mecanismos utilizados en la prensa montevideana por los


representantes de la educación laica y de la educación católica para formar
opinión pública en 1877 y en 1909?
 ¿Qué indicios podemos obtener sobre el desarrollo del proceso de
secularización en los dos momentos señalados?

Bibliografía teórica

CHARTIER, Roger. Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII.


Barcelona: Gedisa, 1995.

8
DARNTON, Robert. “Historia de la lectura”. En BURKE, Peter et al. Formas de hacer
Historia. Madrid: Alianza Editorial, 1991.

GUERRA, François-Xavier, LEMPÉRIÈRE, Annick et al. Los espacios públicos en


Iberoamérica. Ambigüedades y problemas. Siglos XVIII-XIX. México, D.F.:
Fondo de Cultura Económica, 1998.

HABERMAS, Jürgen. Historia y crítica de la opinión pública. La transformación


estructural de la vida pública. México, D.F.: Editorial Gustavo Gili, 1994, 4ta.
ed.

Bibliografía general

ACEVEDO, Eduardo. Anales Históricos del Uruguay. Tomos IV y V. Montevideo: Casa


A. Barreiro y Ramos, S. A., 1934.

ARAÚJO, Orestes. Historia de la Escuela Uruguaya. Montevideo: Imp. El Siglo


Ilustrado, 1911.

ARDAO, Arturo. Espiritualismo y positivismo en el Uruguay: filosofías universitarias


de la segunda mitad del siglo XIX. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica,
1950.

ARDAO, Arturo. Racionalismo y liberalismo en el Uruguay. Montevideo:


Publicaciones de la Universidad, 1962.

FERNÁNDEZ Y MEDINA, Benjamín. La Imprenta y la Prensa en el Uruguay (1807-


1900). Montevideo: Imprenta artística de Dornaleche y Reyes, 1900.

MÉNDEZ VIVES, Enrique. El Uruguay de la modernización, 1876-1904. Montevideo:


Ediciones de la Banda Oriental, 1986.

PARÍS DE ODDONE, M. Blanca. La Universidad de la República en la formación de


nuestra conciencia liberal, 1849-1885. Montevideo: Universidad de la
República, 1958.

PIVEL DEVOTO, Juan E. & RANIERI DE DEVOTO, Alcira. Historia de la República


Oriental del Uruguay (1830-1930). Montevideo: Raúl Artagaveytia, 1945.

SCARONE, Arturo. “La prensa periódica del Uruguay de los años 1866 a 1880”.
Revista Nacional, s/d, 1940.

Bibliografía específica

ACREE, William. La lectura cotidiana. Cultura impresa e identidad colectiva en el Río


de la Plata, 1780-1910. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2013.

9
BARRÁN, José Pedro. Iglesia católica y burguesía en el Uruguay de la modernización
(1860- 1900). Montevideo: Facultad de Humanidades y Ciencias, 1988.

BARRÁN, José Pedro. La espiritualización de la riqueza. Catolicismo y economía en


Uruguay: 1730-1900. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1998.

CAETANO, Gerardo (dir.). El «Uruguay laico». Matrices y revisiones. Montevideo:


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