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Maestría en Filosofía – Universidad Nacional de Quilmes

Teorías del Arte


Horacio Banega
Clase 2 – 2019

1. Presentación
Comenzamos a estudiar al autor que establece la autonomía del discurso filosófico sobre la belleza,
y de esa manera culmina el proceso de autonomización de la esfera de las producciones simbólicas
que pasará a llamarse “mundo del arte”. Sabemos que la filosofía alemana no es fácil, y que hay
que dedicarle su tiempo de lectura y estudio para que su argumentación empiece a tornarse clara
para nosotros. No voy a suponer que todes tiene tiempo suficiente para leer los primeros 29
parágrafos de la Crítica del Juicio en dos semanas, que es lo que figura en el Plan de Trabajo, pero
es necesario que en algún momento antes del trabajo final logren hacerlo. Para esta clase les ofrezco
una paráfrasis y comentario de un texto en inglés que es una guía comentada sobre la Crítica del
Juicio (en adelante KU) con algunas reposiciones del texto en alemán de los primeros cinco
parágrafos. Lo que sí debo suponer es que ya tuvieron algún acercamiento previo a la filosofía
kantiana. De todos modos acá estoy para responder sus inquietudes sobre su particular
argumentación trascendental. No les voy a exigir el nivel de detalle de lo que les envío, pero sí
algunas cosas que plantearé en el foro de esta clase y en el final de la clase de la semana siguiente.

2. Crítica de la Facultad de Juzgar [Kritik der Urteilskraft, KU], Immanuel Kant, 1790
En la Crítica de la Razón Pura Kant se ocupa de establecer las condiciones de posibilidad de la
experiencia que son las condiciones de posibilidad de los objetos de la experiencia. Para ello,
condensa y conjunta las tesis de Hume y de Leibniz, estableciendo que las facultades del sujeto
necesarias para producir los fenómenos son la sensibilidad y el entendimiento. Ese sujeto es un
sujeto trascendental, que podemos describir como una función de síntesis presente en la especie
humana. Entre la sensibilidad y el entendimiento opera la imaginación. Ahora bien, se ha
establecido que su argumentación es trascendental.
Les ofrezco una manera de entender el estilo filosófico de Kant diferenciando dos modos de dar
cuenta del enunciado aritmético “ 2 + 2 = 4”. El primer modo de argumentación que se puede usar
para dar cuenta del mismo articula lo que el enunciado implica; mientras que el segundo modo
articula lo que el enunciado presupone.
El enunciado “2 + 2 = 4” implica “(1+1) + 2 = 4” o “(0,5 + 0,5) + 1 + 2 = 4” junto con una cantidad
inagotable de instancias similares de este tipo analítico. En estos casos de deducción lógica directa,
simplemente se analiza o se infieren implicaciones a partir de lo que se da en el enunciado inicial o
premisa que funciona como punto de partida de un argumento.
De modo más interesante y menos mecánico, también se puede preguntar por lo que se debe
presuponer para que “2 + 2 = 4” sea verdadero. Se puede preguntar por lo que hace posible que “2 +
2 = 4”. Por ejemplo, sería necesario presuponer la existencia del lenguaje matemático y que cada
término tiene un significado preciso que permanece constante en el tiempo. Kant también diría que
se necesita presuponer el tiempo, puesto que creía que la recta numérica y aritmética en general se
derivaban de la secuencia de puntos que constituía el formato lineal del tiempo mismo.
Desplegando estas presuposiciones, se revelan las precondiciones más básicas que subyacen al
enunciado o al objeto del que nos ocupamos; esto es, las condiciones de posibilidad últimas de la
cosa u objeto. Esto es una manera de explicitar lo que es una argumentación “trascendental”.
Este tipo de argumentación se completa con las estructuras elementales de la lógica aristotélica, que
para Kant eran verdaderas sin más. La forma lógica básica es la forma diádica de juicio lógico “S es
P” que refiere a algún individuo S (que Kant denomina “intuición”) al que se le adscribe alguna
propiedad P (que Kant denomina “concepto”). Además, hay formas triádicas de juicio del
silogismo, donde tenemos un par inicial de juicios tales como “Todos los A son B” y “Todos los B
son C”, los que consideramos conjuntamente implican que “Todos los A son C”. Para este curso
será relevante la forma diádica del juicio.
Podemos decir que “trascendental” significa la indagación de los fundamentos del juicio científico,
del juicio moral y del juicio de belleza pura (las tres Críticas). En tanto distinguió una forma lógica
abstracta subyacente a cada una de estas formas de juicio, forma que detentaba una naturaleza
absoluta o incondicional, si se la detectaba, reconocía y seguía, entonces permitiría el acuerdo
universal entre los seres humanos, sin importar cuando o donde podían vivir. De la mayor
importancia para Kant fue su descubrimiento de que los fundamentos de la moralidad se pueden
definir exclusivamente por referencia a nuestra racionalidad humana compartida, y que, en
consecuencia, el fundamento último para hacer lo correcto no tiene nada que ver con la persecución
del placer, la gratificación sensible, inclinaciones personales o las contingencias que varían de
persona a persona.
Va a pasar algo similar en la teoría del juicio estético. El encanto sensible, la gratificación
sensorial, las contingencias históricas o las variaciones empíricas no pueden ser la base o
fundamento del juicio de la belleza pura. Su punto de vista es que cuando llevamos a cabo un juicio
sobre un objeto y decimos que es bello, nuestra atención solo se debería dirigir hacia la forma del
objeto, una forma que por su capacidad de conectar con nuestro modo de conocer los objetos
produce una satisfacción desinteresada no sensible.
i. El placer en la belleza pura
En los primeros 22 parágrafos (#) de la KU, Kant analiza la estructura, fundamentos y objetos
asociados con los “juicios de gusto” [Geschmacksurteile]. Para hacer esto sistemáticamente, organiza
su exposición de acuerdo a una división cuádruple adoptada de los libros de lógica de su época. Los
juicios tienen aspectos de “cantidad”, “cualidad”, “relación” y “modalidad”. La misma división se
aplicó en las dos críticas anteriores, la de la Razón Pura y la de la Razón Práctica.
Kant se ocupa en la KU de los juicios de un tipo particular, los juicios que involucran una finalidad
o fin, ya sea determinado (cuando se especifican esos fines o propósitos), ya sea indeterminado
(cuando no se especifican). Este tipo de juicios pueden ser teleológicos o estéticos. Kant les aplicará
la división cuádruple como una estructura que va a organizar su exposición.
En la KrV (Crítica de la Razón Pura), la cantidad lógica tiene que ver con la extensión del juicio: se
refiere a una sola cosa, a algunas cosas o a todas las cosas [universales, particulares, singulares]. La
cualidad lógica tiene que ver con si el juicio es positivo, negativo o infinito [afirmativo, negativo,
infinito: esto es rojo; esto no es rojo; esto es no-rojo]. La relación lógica tiene que ver con que si el
juicio es categórico, hipotético o disyuntivo [S es P; Si S es P entonces R es Q; S es P o S es Q]. La
modalidad lógica tiene que ver si el juicio se presenta como una posibilidad [problemático en la
terminología de la KrV], como una actualidad [asertórico], como una necesidad [apodíctico]. Un
juicio como “esta rosa es roja” es singular, positivo, categórico y actual que afirma una cuestión de
hecho. Kant argumentará que un juicio como “esta rosa es bella” es singular, positivo,
categórico y, más sorprendemente, necesario. Parecería que para Kant es imposible que exista
alguna rosa no bella. De la misma manera, su análisis del juicio de belleza pura se hará teniendo en
cuenta esta división cuatripartita. Cualquier ejemplo de un juicio de belleza pura encarnará estos
aspectos lógicos o momentos simultáneamente.
Sin embargo, un juicio como “esto es bello” también cuenta con un componente subjetivo en tanto
hace referencia al modo en que se siente un sujeto en la contemplación desinteresada de la forma de
un objeto. Esto significa que el análisis del juicio estético se va a complicar todavía un poco más
para poder incorporar este aspecto subjetivo.
Para enfatizar los momentos diferentes de los juicios de belleza pura y para introducir una variedad
de temas estéticos relacionados, Kant organiza sus análisis de los juicios de gusto y estéticos de
acuerdo a los cuatro momentos lógicos descriptos. De esta manera en los # 1-5, se dirige a la
cualidad: se relaciona con el desinterés del juicio de gusto. En los # 6-9, se analiza el juicio según
la cantidad. Aunque el juicio de gusto es siempre singular en su forma lógica, este segundo
momento de la cantidad se relaciona con la universalidad del juicio en referencia a sus
fundamentos. En los # 10-17 se analiza el juicio según la relación: se refiere a la relación de los
fines o propósitos que traen a consideración estos juicios. Tiene que ver con la finalidad del juicio
de gusto. En los # 18 – 22, se analizan en relación a la modalidad: tiene que ver con la necesidad
del juicio.
Ahora bien, estamos diciendo que va a analizar los juicios de gusto. Es fácil, en primera instancia,
ver que este tipo de juicio se hace cada vez que se quiere juzgar sobre la belleza de una cosa. Pero,
de hecho, la mayoría de tales juicios “actuales” podrían hacerse sin prestar atención a la belleza del
objeto, sino a otros aspectos del mismo, tales como su encanto sensible o su atracción significativa.
En consecuencia debemos distinguir entre juicios actuales que pretenden ser juicios de gusto y
juicios ideales de gusto. Estos últimos atienden exclusivamente a la belleza del objeto (que hasta
acá no se definió todavía).
Kant va a analizar los juicios ideales de gusto, va a describir sus características esenciales y va a
establecer la actitud perfecta que es el ideal para quien quiera juzgar exclusivamente sobre la
belleza del objeto. En tal situación ideal, el juicio va a ser un juicio desinteresado, demandará
acuerdo universal, atenderá al fin del objeto y detentará un tipo de necesidad. De acuerdo al
filósofo que estoy siguiendo para exponerles la KU de Kant, se puede usar el término “juicio de
belleza pura” para enfatizar este aspecto ideal. En el texto que es la traducción de Morente, es
directamente el juicio de gusto considerado idealmente. Ambos términos, juicio de belleza pura y
juicio de gusto traducen el término alemán Geschmacksurteil. Yo voy a usar ambos indistantemente,
pero noten que significan lo mismo.
El primer momento lógico: los juicios de gusto son estéticos y desinteresados (# 1 – 5) Juicios
estéticos vs. Juicios cognitivos.
# 1: El juicio de gusto es estético
La afirmación fundamental de la KU es que los juicios de gusto son juicios estéticos. Se basan en
sentimientos de placer o dolor, esto es, en cómo algo nos hace sentir:
“Para decidir si algo es bello o no, referimos la representación, no mediante el entendimiento
al objeto para el conocimiento, sino, mediante la imaginación (única quizás con el
entendimiento), al sujeto y al sentimiento de placer o de dolor del mismo”1 (101).
Despleguemos todo lo que está en el trasfondo conceptual de esta afirmación, relacionado con las
operaciones de la mente. En primer lugar, se distingue una representación de un objeto del objeto
mismo. Cuando juzgamos sobre la belleza de un objeto, Kant sostiene que nos referimos
inmediatamente al modo en que el objeto se nos presenta, y de este modo atendemos a nuestra
representación del objeto (no al objeto mismo). La belleza de un objeto concierne en primer lugar y
sobre todo al modo en que el objeto se nos aparece, y cada uno de nosotros reflexionamos sobre
cómo esa apariencia nos hace sentir o nos afecta.
En el párrafo también aparece el modo en que Kant identifica y aisla diversas facultades y cómo
describe nuestros procesos psicológicos en términos de la interacción de esas facultades. En este

1 “Um zu unterscheiden, ob etwas schön sei oder nicht, beziehen wir die Vorstellung nicht durch den Verstand auf das Objekt zum
Erkenntnisse, sondern durch die Einbildungskraft (vielleicht mit dem Verstande verbunden) auf das Subjekt und das Gefühl der Lust
oder Unlust desselben.” Kant, I, B. 10, 113.
caso, tenemos la representación de un objeto, y dos modos de relacionarnos con esta representación,
ya sea con el fin del conocimiento (del mundo natural), ya sea en referencia al modo en que la
representación nos hace sentir. Para comprender, aprehender cognitivamente o conocer
empíricamente al objeto de un modo determinado, convocamos al entendimiento. Para juzgar cómo
nos afecta, primeramente convocamos a la imaginación.
Entonces, en este primer párrafo, la primera oración de la KU luego de los prólogos, tenemos 1.-la
representación de un objeto; 2.-dos modos establecidos de interpretar la representación y 3.-dos
facultades por las cuales podemos hacer la interpretación de una manera o de otra.
En esta descripción también hay que destacar que, cuando juzgamos sobre la belleza pura de un
objeto, no estamos decidiendo nada en relación al carácter cognitivo de la representación del objeto:
si nos otorga conocimiento o no sobre él. El factor relevante en la belleza no se dirige objetivamente
a otorgarnos información confiable sobre el objeto, sino más bien lo que es relevante se articula
subjetivamente, ya que, por ahora, solo tiene que ver con el modo en que la apariencia del objeto
nos afecta. Desconectamos nuestro interés cognitivo de tal representación del objeto.
De esta manera los juicios de gusto tienen que ver con sentimientos subjetivos de placer o dolor,
aunque se dirigen hacia objetos que tienen propiedades con el poder de generar esos sentimientos en
nosotros.
En segundo lugar, Kant se refiere a los juicios de gusto como juicios estéticos, en tanto opuestos a
los juicios cognitivos. El término “estético”, sin embargo, no se refiere exclusivamente a juicios de
gusto, dado que no todo juicio estético es un juicio de gusto. De esta manera, hay que comprender
que “juicio estético” es una categoría genérica que incluye juicios de gusto o belleza pura, juicios de
satisfacción sensorial (“esta carne está sabrosa”), y los juicios de lo sublime.
Kant termina el primer parágrafo con un ejemplo que anuncia su inminente análisis de los juicios de
gusto. El primer ejemplo es una construcción regular que tiene un objetivo, fin o propósito. Tal
construcción, en tanto tiene un “fin”, tiene una organización que sugiere que se diseñó de modo
inteligente. Kant afirma que, teniendo en cuenta tal presentación teleológica (que tiene un fin,
télos), podemos hacer dos cosas. Primero, preguntarnos por el tipo de cosa que específicamente es
(un problema de conocimiento del edificio). O podemos, más en general y menos
determinadamente “poner la representación … frente a la facultad total de las representaciones” y
derivar un sentimiento a partir de la inteligibilidad global de la presentación del diseño, y esto de
manera independiente de tener que ocuparnos de qué tipo de cosa tenemos ante nosotros. Kant
asocia a esta última actividad de juzgar sobre la inteligibilidad formal y abstracta de la
presentación con el juzgar sobre la belleza pura o libre de la presentación.
En los # ulteriores Kant expande lo que implica este tipo de juicio estético. El ejemplo del edificio
encierra los rudimentos de su teoría de la belleza. Por ahora, sin embargo, lo que establece es que
cuando juzgamos una presentación en relación a su grado de inteligilibidad global respecto a su
diseño, derivamos un placer o dolor que pueden estar presentes independientemente de intentar
comprender o saber qué tipo de objeto estamos percibiendo. Kant añadirá que si tuviéramos una
presentación sin contenido sensible (alguna estructura matemática o geométrica), nuestro juicio
todavía sería un juicio estético, si consideráramos solamente el modo en que nos hacer sentir la
presentación de dicha configuración. Podemos juzgar estéticamente la configuración formal de
cualquier tipo de presentación en un juicio de gusto.
Los juicios de gusto no se fundan en intereses
# 2 La satisfacción que determina el juicio de gusto es totalmente desinteresada
Kant define qué se debe entender por “interés” [ Interesse] y nos dice que cuando tenemos un interés
en algo, la representación de la existencia de esa cosa produce un agrado, satisfacción o sentimiento
de aprobación [Wohlgefallen]. Ulteriormente sostiene que el deseo se relaciona necesariamente con el
sentimiento de aprobación a partir de la existencia de cosas, y en consecuencia los intereses
acompañan a los deseos. Intereses y deseos van juntos, ya que si uno tiene interés por algo, entonces
uno tiene el deseo de que ese objeto sea una realidad. Se sigue que si hay algún placer que surge
independientemente de considerar si el objeto que lo causa es físicamente real o meramente
imaginario, entonces intereses y deseos no estarían comprometidos en la explicación de la base de
ese placer. Kant afirma que esto es lo que sucede en el caso de la satisfacción que se asocia con la
belleza pura, y concluye que los juicios de gusto son juicios desinteresados y son independientes de
la facultad de desear. De acuerdo con esta caracterización los juicios de gusto requieren una actitud
desinteresada por parte de la persona que hace el juicio.
Para apoyar la opinión de que el placer en la belleza pura es distinto del placer asociado con
intereses y deseos, Kant nos ofrece un experimento mental para mostrar que los juicios de belleza
pura son independientes de cuestiones prácticas. El ejemplo del palacio. Negar que el palacio sea
bello porque costó mucho dinero construirlo y una cantidad inapreciable de trabajo humano, sería
confundir las causas de la construcción del palacio con el modo en que el palacio se nos aparece. De
modo semejante, si suponemos que el palacio sólo es un espejismo, negar que sea bello sólo porque
es una imagen sería confundir la existencia física posible del palacio con cómo es que se nos
aparece como una mera imagen. De donde se infiere, entonces, que si el palacio parece exactamente
el mismo como un espejismo o como un palacio físicamente real, la distinción entre imaginación y
realidad no establece ninguna diferencia estética.
Kant concluye que lo que es relevante para el juicio de gusto puro es el modo en que la
inteligibilidad del diseño de la representación nos hace sentir.
En consecuencia, en estos dos primeros parágrafos Kant argumentó que los juicios de gusto puros
son independientes de determinaciones cognitivas (teóricas) y determinaciones relacionadas con el
deseo y el interés (prácticas). Las primeras son científicas, mientras que las segundas son morales
en sentido amplio. Los juicios de gusto no se pueden reducir a ninguno de los dos, y se erigen como
un tercer tipo de juicio con una dimensión filosófica independiente del conocimiento y de la moral.
Para elaborar más sutilmente esta distinción, en el parágrafo 3 contrastará al juicio de gusto puro
con los juicios de satisfacción sensible. En el parágrafo 4, lo distinguirá de los juicios morales.
Noten la relevancia de lo obtenido hasta acá. Lo más complejo es aceptar el axioma que afirma: la
autonomía del arte se basa en la percepción de la forma del objeto, desinteresada por su existencia.
De esta manera se separa el arte (por más que no hable de arte todavía) de la satisfacción sensible,
la moral y del interés cognitivo. Se separa al arte de la vida. Es relevante entender el planteo
kantiano porque todas las teorías estéticas tienen que lidiar con este aspecto de la “autonomía”, y
porque toda vanguardia quiere volver a juntar al arte con la vida. Por otra parte, tengan en cuenta
que si se separa al placer estético de la satisfacción sensible, es que Kant quiere educar al burgués.
No es lo mismo comer un asado que asistir al CETC a ver una ópera experimental. No hagan chistes
sobre esto. Sé que el asado hoy vale como una obra de arte.

Variedades de juicios fundados en el interés (I): juicios de satisfacción sensible.


# 3 La satisfacción “en lo agradable” está combinada con interés
Comienza aclarando una confusión asociada con la palabra “sensación” [ Empfindung]. En el sentido
amplio del término, es posible decir que cualquier experiencia satisfactoria es una sensación de
algún tipo. Si se adopta este sentido extendido, entonces es tentador inferir que puesto que sólo el
registro de los cinco sentidos estimula y establece nuestras conexiones prácticas y cognitivas con el
mundo físico, entonces toda satisfacción es en última instancia una forma de satisfacción sensible.
Esto transformaría a la belleza en un tipo de gratificación sensible o satisfacción sensible.
Kant rechaza este línea de razonamiento y distingue entre satisfacciones que se fundan en los cinco
sentidos y satisfacciones que se fundan de otra manera (que se pueden fundar en referencia
exclusiva a conceptos no sensibles y procesos mentales no sensibles). Como regla, reserva la
palabra “sensación” para placeres y dolores relacionados con los cinco sentidos, y usa la palabra
“sentimiento” [Gefühl] más generalmente para referirse a aspectos de la experiencia que incluyen
satisfacciones no sensibles. Así se prepara el camino para reconocer la existencia de dichas
satisfacciones y el modo en que explicará como son posibles.
Los placeres sensibles son placeres fundados en el interés (y relacionados con la existencia del
objeto de placer). Estos placeres son satisfacciones relacionados con lo que es agradable [ angenehm]
para la sensación.
En tanto ya logró distinguir sentimiento de sensación, Kant distingue ulteriormente en el dominio
de la sensación misma un sentido del término “sensación” por el que nos referimos al modo en que
una experiencia sensorial se siente subjetivamente, por ejemplo “verde”, en oposición al modo en
que captamos la misma superficie verde pero como siendo una propiedad de algún objeto externo.
Esto nos da dos modos de interpretar cualquier sensación dada, ya sea subjetivamente o ya sea
objetivamente, y estructuralmente se corresponde con la primera oración del # 1, en tanto una
representación se considera en relación al conocimiento o al sentimiento. En relación a la sensación,
Kant afirma:
“El color verde de los prados pertenece a la sensación objetiva, como percepción de un
objeto del sentido; pero el carácter agradable del mismo pertenece a la sensación subjetiva,
mediante la cual ningún objeto puede ser representado, es decir, al sentimiento…” (105)2

De esto se infiere lo siguiente. Si hay una satisfacción sensible subjetiva, necesariamente deseamos
que continúe y en consecuencia tenemos un interés en el objeto que se relaciona objetivamente con
la sensación. En consecuencia ninguna satisfacción sensible puede ser desinteresada. Para expresar
esto, Kant establece que lo que es agradable en la sensación produce un sentimiento de deleite
[inglés: gratificación. Vergnügen].
Lo anterior implica que, entonces, la satisfacción que provocan los juicios de gusto puro o de
belleza pura no puede basarse en estímulos sensibles, intereses, satisfacción sensible o deleite.
Variedades de juicios fundados en el interés (II): juicios de bondad.
# 4 La satisfacción en lo bueno se combina con el interés
Kant introduce la concepción de bondad moral que desarrolló en trabajos anteriores y establece que
lo que es bueno, “por medio de la razón y por el simple concepto, place.” (105). Esto quiere decir
que en la satisfacción relacionada con la bondad moral nos encontramos con un segundo tipo de
satisfacción no sensible que fácilmente podría confundirse con la satisfacción desinteresada
asociada con los juicios de gusto puros. La diferencia relevante consiste en que la bondad moral y la
satisfacción asociada a ella se orienta prácticamente hacia el mundo y porta un interés en la
existencia de objetos, mientras que el juicio de belleza puro no.
La segunda diferencia entre el juicio moral y el juicio de belleza puro consiste en que, en el primero
necesitamos emplear conceptos para especificar el tipo de cosa sobre la que hacemos el juicio
moral. Es esencial especificar en qué tipo de situación nos encontramos. En el caso del juicio de
belleza puro, no es relevante que sepamos o no sobre qué tipo de cosa estamos juzgando.
En el segundo párrafo Kant nos da un breve resumen de sus reflexiones hasta aquí, y distingue, por
un lado, los juicios de belleza puros de los juicios de bondad, y, por otro lado, distingue los juicios
de belleza puros de los juicios de satisfacción sensible. Su caracterización de los juicios de bondad
se establece en relación a juzgar “qué tipo de cosa deba ser el objeto”, un tipo de reflexión que
posteriormente se asociará con “juicios de perfección”.
2 “Die grüne Farbe der Wiesen gehört zur objektiven Empfindung, als Wahrnehmung eines Gegenstandes des Sinnes; die
Annehmlichkeit derselben aber zur subjektiven Empfindung, wodurch kein Gegenstand vorgestellt wird: d.i. zum Gefühl..” 119.
“Para encontrar algo que es bueno, tengo que saber siempre qué clase de cosa deba ser el
objeto, es decir, tener un concepto del mismo; para encontrar en él belleza, no tengo
necesidad de eso. Flores, libres diseños, líneas que se cruzan sin objetivo y que llamamos
hojarasca, no significan nada, no dependen de ningún concepto, y, sin embargo, placen. La
satisfacción en lo bello tiene que depender de la reflexión sobre un objeto, la cual conduce
a cualquier concepto (sin determinar cuál), y por esto se distingue también de lo
agradable, que descansa totalmente sobre la sensación.”3 (106).

Lo que llama la atención en esta cita es que, de alguna manera, se produce la intervención de un
concepto, no importa cuál, y sin importar el conocimiento del objeto, en el juicio de belleza puro.
Esto se resolverá recién en el # 9, que consiste en una actividad específica del juzgar. La actividad
conceptual, entonces, se ve involucrada en los juicios de belleza puros. No se involucran con la
existencia de objetos ni se fundan en placeres sensibles. Ni involucran conocer qué tipo de cosa es
sobre la que estamos juzgando ni para qué existe el objeto (su fin o finalidad).
Variedades de la satisfacción: desinteresada vs. interesada
# 5 Comparación de los tres modos específicamente diferentes de la satisfacción
Kant comenzó la KU con una serie de consideraciones que le permitían distinguir inmediatamente
el dominio de la belleza pura de los dominios del conocimiento, la moralidad y la sensación cruda.
En particular los juicios de belleza puros son fundados subjetivamente y desinteresados mientras los
juicios relacionados con los tres dominios últimos involucran intereses y se relacionan con
condiciones objetivas del mundo. Los juicios de belleza puros también son contemplativos y nos
colocan a distancia de cuestiones prácticas (morales en sentido amplio). Kant ulteriormente nos dirá
que la satisfacción en la belleza pura es una satisfacción libre, desde el momento en que nuestro
juicio de la belleza pura de un objeto no se debería determinar por intereses prácticos o por
definiciones conceptuales. Lo que queda por ser articulado es una consideración positiva de
nuestras operaciones mentales, cuando hacemos un juicio de belleza pura. Kant concluye el primer
momento con la siguiente recapitulación o resumen:
“Gusto es la facultad de juzgar un objeto o un tipo de representación mediante una
satisfacción o un descontento, sin interés alguno. El objeto de semejante satisfacción se
llama bello.”4 (109).

Aquí encontramos la consecuencia de que, aun cuando juzgamos sobre la representación del objeto
y reflexionamos sobre cómo el diseño de esa representación nos hace sentir subjetivamente, nuestro
juicio de belleza pura en su conclusión nos conduce a afirmar más objetivamente que la

3 “Um etwas gut zu finden, muß ich jederzeit wissen, was der Gegenstand für ein Ding sein solle, d.i. einen Begriff von demselben
haben. Um Schönheit woran zu finden, habe ich das nicht nötig. Blumen, freie Zeichnungen, ohne Absicht in einander geschlungene
Züge, unter dem Namen des Laubwerks, bedeuten nichts, hängen von keinem bestimmten Begriffe ab, und gefallen doch. Das
Wohlgefallen am Schönen muß von der Reflexion über einen Gegenstand, die zu irgend einem Begriffe (unbestimmt welchem) führt,
abhängen, und unterscheidet sich dadurch auch vom Angenehmen, welches ganz auf der Empfindung beruht.” (119).

4 “Geschmack ist das Beurteilungsvermögen eines Gegenstandes oder einer Vorstellungsart durch ein Wohlgefallen,
oder Mißfallen, ohne alles Interesse. Der Gegenstand eines solchen Wohlgefallens heißt schön.” (123-124).
representación misma es bella. Este aspecto objetivista del juicio de belleza pura será objeto de
indagación en el segundo momento de la exposición de Kant.

El segundo momento lógico: los juicios de belleza pura se fundan sobre una satisfacción
universal (# 6 – 9).
La belleza pura se basa en una satisfacción pública, no-personal.
# 6 Lo bello es lo que se representa sin concepto como objeto de satisfacción universal
Kant sostiene que el desinterés de los juicios de gusto puros implica que la satisfacción asociada
con tales juicios debe ser independiente de toda condición, deseo e intereses personales. También se
desprende de la desconexión entre estos juicios y todos los modos de satisfacción sensible. Ni
tampoco puede entrar nada que se relacione con definiciones conceptuales o reglas determinadas de
conducta. Kant considera que esto no deja nada personal individual que se pueda usar como
fundamento de la satisfacción asociada con los juicios de gusto puros. Y por la misma razón
podemos esperar o comenzar a suponer que toda persona va a tener la misma experiencia de esta
satisfacción en relación a cualquier objeto bello, si todos juzgaran sobre ese objeto de una manera
igualmente desinteresada.
Una implicación importante de la satisfacción universal que fundamenta los juicios de gusto puros
es la cualidad de objetividad que el juicio trae con él. En este punto hay que traer a colación que el
mundo en el que vivimos es el resultado de la aplicación de las categorías puras del entendimiento
al material aportado por la sensibilidad, material que tiene un primer ordenamiento por las formas
puras de la sensibilidad, el espacio y el tiempo. Estas categorías y formas puras forman parte de una
subjetividad que no es psicológica, sino que es universal y necesaria, y se la llama, una vez más,
“subjetividad trascendental”.
Este mundo es público y objetivo, si entendemos por “objetivo” el resultado del proceso recién
mencionado. Esto implica que los juicios de conocimiento tienen pretensiones de validez objetiva y
universal. Y esto es lo que también Kant intenta mostrar en la esfera de la belleza. La justificación
de que los juicios de los que estamos hablando son ideales, radica, en última instancia, en que Kant
está analizando las condiciones de posibilidad de tales juicios, y por ello, estos juicios no son
empíricos, y, en consecuencia, tampoco los formula un sujeto empírico, sino esa subjetividad
trascendental mencionada recién.
En la KU Kant analiza la estructura de los juicios de belleza puros en referencia a nuestro modo de
conciencia universalmente compartido que presta validez objetiva a juicios objetivos sobre las
cualidades de los objetos naturales y extiende a estos juicios el sentido de publicidad y validez que
más básicamente Kant asocia con los juicios de conocimiento. Específicamente, Kant pretende que
el desinterés de la satisfacción asociada con los juicios de belleza puros encarne el mismo sentido
de publicidad que surge de los fundamentos a priori por los cuales adscribimos propiedades
matemáticas y geométricas a los objetos. Como se mostrará posteriormente, efectivamente serán
tales propiedades geométricas y matemáticas (propiedades formales que surgen a su vez del
espacio y del tiempo que son las formas puras de la sensibilidad de la subjetividad
trascendental) las que de hecho estimularán la satisfacción universal relacionada con la
belleza.
De todos modos, la particularidad de los juicios de gusto puros es que no implican que
especifiquemos qué tipo de cosa estamos contemplando y efectivamente requieren que descartemos
tal conocimiento. La adscripción de belleza a un objeto remite a las estructuras cognitivas
compartidas que Kant describió en KrV, pero en el caso de la belleza, esta remisión se hace a un
nivel superior, genérico, que es independiente de dar definiciones conceptuales del propósito del
objeto. De este modo el sentido de objetividad involucrado sólo se puede caracterizar
genéricamente en referencia a un sentimiento específico que se relaciona con la operación óptima
del funcionamiento cognitivo en general.
Usen esta clase como guía para el texto.
3. Guía de lectura
1.- Artículo de Andrew Bowie.
2. Esta clase.
3. Texto de Kant.
Buen fin de semana!

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