En la Vacuidad del Tao todos y cada uno de los seres

retornan a su raíz; Dialoguemos con Hegel y Marx:

Comentario A13 60 XVI Tao Te Ching

Para el desarrollo de este texto he necesitado mucho tiempo a la vez que una cierta
vacuidad en el intento de alcanzar a comprender algo del Tao, por ello, considero de suma
importancia su comentario; un texto a la misma vez extremadamente simple y complicado,
pero inexorablemente completo.

El texto pertenece al Lao Zi de Guodian, creyéndose éste el primer libro escrito, con cierta
influencia samánica y más fiel al pensamiento taoísta original. De un modo especial, para
entender este texto y el Tao debemos, en primer lugar “olvidar” el principio de no
contradicción y a la vez no olvidar que TODO es agua.

Comenzaremos más que interpretando, señalando unas nociones básicas. En mi opinión

podemos comenzar a describir el Tao como un “método o caminar en el discurso”, en el
texto se alude a un Tao del Cielo, y como el Cielo determina la vida del hombre, el Tao es
algo como la representación de la ley que rige la existencia humana, creo equiparable a
decir, el destino. Principio de orden de la Naturaleza.

Aquí se señala una dimensión más ontológica del Tao. El Tao es pues entidad eterna y
primordial, incognoscible e inexpresable.

El Tao que puede expresarse

no es el Tao permanente.

[45 (1)] Zhang zi

Esta idea de no-permanencia, ya nos resuena a ecos Hegelianos, como señala Iñaki
Preciado Idoeta en su prólogo al Tao Te Ching (Pag 64; 2015, Trotta). Como es
Primordial, el Tao es anterior a todas las cosas y principio de todos los seres, algo así como,
mutatis mutandis, la Idea de Hegel. Mientras que, la idea de su inmensidad e
incognoscibilidad, nos cierra la vía de los sentidos para el conocimiento del Tao y en este
caso, occidentalmente creo que podría rememorarnos algunos pasajes de las Meditaciones
Metafísicas Cartesianas; aunque como decía anteriormente, el Tao es inalcanzable
también para la vía del entendimiento, inaccesible a los sentidos, pues no tiene forma, y no
puede definirse. El verdadero Tao es él mismo trascendente y por tanto incognoscible.

A mi juicio, podemos intentar comprender en occidente el Tao como algo parecido a la

Idea hegeliana, o incluso, aunque desde otra perspectiva, la versión china del apeiron de
Anaximandro. El Tao es así el garante de un orden universal, y cuando se dice que no
actúa por ello nada deja de hacer y se identifica con una ley universal de movimiento y
transformaciones. ¡Así nos hallamos ante una concepción ateológica del Tao, opuesta a un
Dios providente!

Por tanto, el Tao como Totalidad en que todo se hace Uno, en la que el “es” y el “no es” se
identifican, como ya señalé en otro de mis artículos, descubrimos de nuevo (como ya nos
advirtió Iñaki Preciado) una gran coincidencia con Hegel, en el que también el ser y el no-
ser sólo “existen” realmente en su superación: el devenir de la Totalidad. Hay pues una
Dialéctica de la Totalidad en ambas corrientes, pero existe una importante diferencia, en
el taoísmo la Totalidad es ya dada, el Todo en cada una de las partes, el Tao por una parte
trasciende, y a medida que se manifiesta se hace inmanente a los seres. El Tao es la
Totalidad, que a través del Te, la Particularidad se manifiesta en la Singularidad.

El Tao NO crea a los seres, los hace ser como son; No es una Totalidad, es coordinadora
del movimiento dialéctico como nos muestra el texto, y es aquí cuando podría surgir el
nombre de Marx: Totalidad que se va realizando a lo largo de un proceso. El camino es lo
único permanente, el Tao que es principio y final.

A su vez el Tao tiene como característica primera para realizarse, como señala el texto, la
Vacuidad (idea que posteriormente tomará el Budismo) en el texto, en mi opinión tiene
una significación casi mística, casi siempre entendida como estado de la mente, aquí parece
tener una evolución: la presencia en nosotros del Tao, de cuya vacuidad participamos
para hacernos uno con él.

M. Carmen Guardado

https://repensandoriente.wordpress.com/2015/04/20/en-la-vacuidad-del-tao-todos-y-cada-uno-
de-los-seres-retornan-a-su-raiz-dialoguemos-con-hegel-y-marx/