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CONSEJERÍA
CONSEJERÍABAJO
BAJOEL
ELENFOQUE
ENFOQUEPSICOANAL
PSICOANALÍTICO
ÍTICO
INTEGRANTES :
TURNO : TARDE
SEMESTRE : VIII
HYO - 2019
A DIOS por permitirnos llegar hasta este
momento tan importante de nuestras vidas.
INDICE
CAPITULO I
1.1. GENERALIDADES…………………………………………………………………………6
A. CONSEJERIA………………………………………………………………....……..……….6
B. PSICOANALISIS…………………………………………………………………..………....7
CAPITULO II
2.1. CONSEJERIA SEGÚN EL PSICOANALISIS………………….………………………………8
DEFINICIÓN:
2.2. PSICOTERAPIA PSICOANALITICA...………………………………………………………...8
2.4. PROPÓSITO………………………………………………………………...………………….10
2.7. EFICACIA……………………………………………………………….…………….18
En nuestra vida cotidiana, nos encontramos frente a diferentes problemas y conflictos; unas sencillas
de solucionar y otras que se nos hace difícil de resolverlos y por ende dificultándonos en nuestra
toma de decisiones. Para ello contamos con una ayuda profesional denominada: consejería
psicológica, es un tipo de asistencia psicológica que se brinda a las personas que lo requieras a través
de diversos medios y canales. En esta oportunidad bajo el enfoque psicoanalítico se realiza
principalmente de modo individual, procurando que sea de una manera rápida y eficiente; además de
ello están relacionados a aspectos remediables, preventivos y psicoeducativos, trabajados desde la
más amplia actitud profesional de sensibilidad en la práctica y aplicación de sus modalidades de
terapia. Se debe partir, entonces, de una visión social y multicultural del aprendizaje y educación de
la Consejería Psicológica, comprendiendo la necesidad de entender nuestra historia y fundamentos
como especialidad. Es importante, además, continuar el proceso de clarificación y educación al
público y otros profesionales de la salud sobre el abordaje de la consejería bajo el enfoque
psicoanalítico.
En el psicoanálisis la consejería es limitado, por los métodos y técnicas que emplea, y esta vinculada
al trabajo terapéutico. Se aplica con el objetivo primordial de ayudar a encontrarse así mismo. Se
realiza de modo individual dada la naturaleza de esta corriente psicológica.
CAPITULO I
1.2. GENERALIDADES
Para poder entender y poder delimitar el tema con claridad, nos vimos en la necesidad de
conceptualizar: consejería y psicoanálisis.
A. CONSEJERIA
La consejería psicológica es considerada como una especialidad emergente que trabaja con
los problemas de vida de sus participantes. A partir de la visión, o premisa, de que los
conflictos del diario vivir son posibilidades, no necesariamente obstáculos, mediante los
cuales se puede desarrollar madurez y crecimiento psicológico en los individuos. También
ayuda a definir metas y encontrar soluciones a problemas que están causando confusión
emocional y mental.
Objetivos:
B. PSICOANALISIS
El psicoanálisis es la ciencia creada por Freud y sus discípulos para estudio de los fenómenos
inconscientes de la mente y de la personalidad. Tal como lo afirma uno de sus seguidores,
Hendrick. Con esta denominación se designa en primer término el conjunto de observaciones
empíricas de los factores determinantes de la personalidad y la conducta, no accesibles a la
investigación realizada por el método introspectivo o por el estudio del prójimo. En segundo
lugar, una técnica especial de estudio del inconsciente y tratamiento de los trastornos de la
personalidad y los síntomas neuróticos. En tercer lugar, un sistema teórico de psicología
constituido por abstracción de aquellas observaciones y las conclusiones de ellas inducidas y
finalmente la aplicación del conocimiento del hombre obtenido por esos métodos a diversas
ramas afines como la sociología, la criminología, el arte, la economía, la antropología, la
religión o la ética.
CAPITULO II
2.1. CONSEJERIA SEGÚN EL PSICOANALISIS
DEFINICIÓN:
En el psicoanálisis la consejería es limitado, por los métodos y técnicas que emplea (…). y esta
vinculada al trabajo terapéutico, Se aplica con el objetivo primordial de ayudar a encontrarse así
mismo, mediante el insights.
Se realiza de modo individual (otras corrientes los desarrollan grupalmente, mediante difusión
o público), dada la naturaleza de esta corriente psicológica.
Entonces podemos decir que el enfoque psicoanalítico, fue quien insertó la primera forma de
intervención psicológica, enfocándose al tratamiento de psicopatologías. Tomando en cuenta
que la necesidad de compartir los conflictos y de intentar resolver las contradicciones se plantea
desde el momento en que el ser humano aparece como tal. Pero, es con Freud, y con la
evolución del proceso psicoanalítico que la psicoterapia se sistematiza, se desarrolla como una
disciplina científica.
La terapia intenta promover una interacción que incluye elementos inconscientes del cliente.
Experiencia de toda una vida, la mayor fuerza lo que la persona ha aprendido de sus primeras
relaciones en la primera infancia, determinará la forma en que el cliente se relaciona con otros.
Esto va a salir de alguna forma en la relación terapéutica también, y el terapeuta tiene que ser
consciente de lo que las fuerzas e influencias que pueden estar en el trabajo en el cliente.
“Personalidad”. - El particular se formó en el crisol de esta primera experiencia. Si, por ejemplo,
el cuidador principal del niño no se le daba de comer adecuadamente, esto será establecido en él
como la ansiedad. Esto puede ser simplemente de ser alimentado, de conseguir lo suficiente
para comer, o bien podrá ser prorrogado por el niño en las cosas relacionadas, como la
confianza (que han aprendido a no confiar en que los alimentos o el cuidador, estará allí cuando
sea necesario), o la inseguridad sobre la vida en general, o la sensación de que siempre le falta
algo. Un resultado podría ser comer en exceso, por ejemplo, o la codicia de otras maneras, para
las mercancías, o la necesidad ansiosa de la presencia de otros. Hay incontables tipos de
operaciones de este tipo en la psique, formando desde el nacimiento, con todo tipo de matices y
variaciones. Casi todos están establecidos en un nivel de la persona que no es accesible a la
mente consciente, y se actuó de forma inconsciente.
El terapeuta debe ser consciente de la naturaleza de estas redes inconscientes, y la forma en que
están trabajando en la sesión y en la vida de la persona. Los pensamientos del cliente y las
acciones y los sentimientos pueden ser "interpretados" por el terapeuta, en términos de cómo su
inconsciente puede ser que los dirigía. O, ¿cómo la experiencia temprana podría haber dado
lugar a la forma o que se encuentra ahora? Al hablar de esto, el cliente puede obtener
conocimiento de sí mismo, aceptación y un mayor control de su vida.
La terapia breve focalizada es una modalidad de la psicoterapia que busca producir insights en
los pacientes en un periodo de sesiones corto, se diferencia del psicoanálisis en varios aspectos,
por un lado la duración, mientras que en un análisis se opera en tiempos lógicos ya que el
inconsciente es atemporal, no sigue reglas temporales, es por esto que el análisis está
estructurado sin un límite de sesiones.
Esto lleva a pensar en si se podrá estructurar una psicoterapia breve que este más en función del
inconsciente, menos del yo y del principio de realidad, una psicoterapia breve que responda más
a la escucha y al diálogo con el inconsciente que a las exigencias sociales.
Busca estructurar una forma de trabajo psicoterapéutico con un número de sesiones breve, pero
en donde se puedan abordar los procesos inconscientes; tomando herramientas y conceptos
teóricos que permitan su aplicación y adecuación a la terapia breve. Cabe aclarar también que
los conceptos retomados serán en su mayoría de la construcción teórica Lacaniana, ya que esta
teoría desde mi punto de vista responde adecuadamente a las exigencias del inconsciente.
Esto deja 12 sesiones de trabajo psicoterapéutico con el paciente que, aunque si bien es breve
puede dar la posibilidad de que se estructure un trabajo con el paciente más a nivel del
inconsciente.
2.4. PROPÓSITO
Los objetivos establecidos por los especialistas en este tema son la modificación del síntoma, la
desaparición del sufrimiento y/o inhibiciones coartativas para una vida normal, modificaciones
favorables de los modos neuróticos (o psicóticos, psicopáticos, etc) de adaptación previos y
fortalecimiento y activación de las funciones yoicas.
Ahora bien, hay que partir de cuales serian los objetivos de una terapia breve enfocada más
dentro del marco del psicoanálisis lacaniano, los objetivos delimitados serian los siguientes:
1.- Producir una transformación subjetiva en el paciente de acuerdo al foco de trabajo elegido
por el terapeuta, y en base a la demanda inicial de consulta, esta transformación subjetiva tiene
como finalidad el que el paciente comience a estar más dentro del registro de lo simbólico y de
la palabra, hacer un pasaje de lo real y lo imaginario hacia lo simbólico.
2.- Lograr cambios a nivel del síntoma, dado la cantidad de sesiones que se tienen con el
paciente no se puede tener como objetivo base la supresión del síntomas o síntomas que tengan
relación con el foco elegido, pero si se puede tener como objetivo el ayudar a que el paciente
tenga más conocimiento de la formación de su síntoma y de las formas en que puede manejarlo.
3.- Producir un movimiento en la forma en que el sujeto establece lazo social, generar un
cambio en cómo se relaciona socialmente, en como estructura su demanda para el otro, para
lograr que se haga más audible socialmente.
4.-Producir un espacio de escucha en donde el sujeto pueda expresar todo aquello que lo ha
traído a un proceso psicoterapéutico, un espacio de confianza, libre de juicios que lo
estigmaticen para lograr una posibilidad de encuentro entre el terapeuta y el paciente.
Hay una limitación fundamental que el terapeuta se impone a sí mismo y cuida de poner bien en
claro ante los pacientes: “No le diré qué debe hacer; no le insinuaré qué decisiones debería
tomar, ni de qué modo pienso que debería comportarse”. Esto no significa de ninguna manera,
que sus actos le tengan sin cuidado: “Trataré de ayudarlo a entender el porqué de sus acciones, y
a veces contribuiré a que logre esclarecer los motivos de sus decisiones. Pero lo que usted haga
y decida depende de usted mismo”. El terapeuta no aconseja, no administra recompensa ni
establece castigos; no entabla con el paciente una relación de maestro o amigo; mantiene una
neutralidad; observa sin participar mayormente, comenta sin juzgar. La neutralidad no quiere
decir la indiferencia ante el paciente, pero el terapeuta no gratifica la necesidad que experimenta
el paciente de ser aceptado o rechazado, recompensado o castigado, aprobado o desaprobado, ni
sus necesidades de “alimentación” o dependencia. Se tratará de evitar también cualquier tipo de
manipulación consciente.
De todos modos, en situaciones excepcionales de peligro (de hacer daño a otros o a sí mismo)
hay que dar consejos, y eventualmente hay que hospitalizar a un paciente.
Después de las primeras entrevistas de evaluación, donde se hacen preguntas superficiales sobre
la persona para aceptar o no en la terapia psicoanalítica, el terapeuta no hará más entrevistas ni
preguntas inquisidoras para sacar a relucir recuerdos ocultos o sentimientos que infundan terror.
A toda costa hay que evitar ponerse en el papel de psicoarqueólogo.
Hay una necesidad (una, tan solo) que se podrá gratificar en el paciente y en el terapeuta. Es la
función sintética que adopta la forma de una necesidad de comprender y ser comprendido. Sin
embargo, esa comprensión no tiene nada que ver con el tipo de “comprensión” que se reduce, en
última instancia, a aprobar, aceptar o exonerar al otro. Comprender las experiencias de otra
persona significa conocerlas (ser-con-el otro): reconstruirlas y enunciarlas claramente. Adquirir
conocimiento de factores circunstanciales y supuestamente casuales es parte de ese proceso de
comprensión, ya que dicho conocimiento puede resultar inestimable para reconstruir y enunciar
con claridad esas experiencias. Saber el Porqué de las cosas suele ser un paso importante para
averiguar el Qué y el Cómo.
A menudo los psicoanalistas hacen referencia al proceso de comprensión como proceso
analítico. Analizar implica conocer: captar y comprender. Y es esta la gran misión del terapeuta
en la Psicoterapia psicoanalítica. Por añadidura, no solo implica compartir esa comprensión con
el paciente sino, y primordialmente, facilitarla y alentarla en él. Esto último constituye su
Función Sintética. Una de las metas básicas de la Terapia psicoanalítica consiste en lograr que el
paciente aprenda a Ser Comprendido y a Comprender. De la misma manera, se procurará alentar
la disposición del paciente a enfrentar y reconocer sus experiencias afectivas, y a admitir
plenamente sus efectos. En muchas de las interpretaciones se procede a decir: “Creo saber lo
que siente” (p. ej.:” Creo que está enojado; pero ese sentimiento le resulta intolerable, y por
consiguiente...guarda silencio”).
Buena parte de las transacciones por lo común tienen que ver con aspectos no intelectuales de
la conducta. A la vez, sin embargo, las transacciones en sí tienen lugar fundamentalmente en
términos verbales y cognitivos. Cuando el paciente se muestre enojado, triste o alegre, se le
alienta a que hable de estos afectos. Así se fomenta a que el paciente experimente una amplia
gama de sentimientos durante la sesión: puede reír o llorar, sentirse regocijado o
desesperanzado, dejarse llevar por la ira, el deseo o lo que fuera. Pero no debe actuarlos sino
verbalizar. La meta final es adquirir cierto grado de control sobre los afectos. Pero esto no
significa sofocarlos o inhibirlos; en efecto el proceso analítico, muy a menudo, conduce a una
liberación de afectos, una desinhibición o descarga de emociones, liberadas del yugo cognitivo
o del temor inconsciente. Por ejemplo, la mayoría de las afecciones psicosomáticas se curan con
una terapia analítica. Una agresividad sana (poder defenderse y reclamar sus derechos), pero no
la violencia, tiene efectos positivos sobre la salud mental. El paciente aprende a ser libre, a
adquirir una autonomía relativamente mayor durante las sesiones terapéuticas.
En esta parte nos permite dilucidar por qué, y de qué manera, ha decidido acudir a su
consultorio.
En casos de aplicación de entrevistas, hay que aclarar que la terapia propiamente dicha recién se
iniciará una vez concluida la serie de entrevistas, y que entonces adoptará una técnica diferente
a la de las entrevistas.
Hay que tomar nota mentalmente de toda actitud del paciente, desde su llamada, su estado en la
sala de espera, su entrada en el consultorio, su saludo y su manera de tomar asiento. Desde el
momento aun de antes de iniciación oficial de la psicoterapia, todas y cada una de las
transacciones producidas pueden tener implicaciones significativas para su futuro desarrollo.
Un punto importante es el conocimiento previo que se tiene de dicho paciente. Si fue remitido a
su consultorio por un profesional que le realizó una entrevista, es probable que dicho
profesional ya le haya informado sobre él, dándole su impresión clínica del paciente. En tales
circunstancias, si el paciente toma asiento y le mira ansioso, esperando que inicie la
conversación, podrá observar: “El doctor X me informó sobre la entrevista que tuvieron”. O, si
el paciente inicia la conversación preguntando: “¿Le habló de mí el doctor X?”, podrá
responder: “sí, me informó sobre la entrevista que habían realizado”. Puede ahora referirle lo
que ya sabe sobre su caso, omitiendo, por supuesto, la opinión clínica del doctor X. Y se puede
añadir: “Por qué no me cuenta algo más sobre lo que le pasa, para ir conociéndolo mejor”.
Algunas terapeutas adoptan la costumbre de pedir al paciente que repita todo lo que este refirió
al doctor X, o bien, después de citar algunos aspectos básicos de la entrevista, procuran obtener
información más detallada al respecto.
2.5.2. Encuadre
La situación analítica con sus requisitos y reglas no es un procedimiento inventado al azar, sino
que es un contexto concebido con el doble propósito de curar y de crear una situación casi
experimental. Se busca disminuir el número de variables en juego por la disminución de
estímulos que origina una ligera deprivación sensorial y por el anonimato del analista (anotamos
que el analizando se acuesta y no ve al analista; y hace “asociación libre”).
Por otro lado, otro punto importante a desarrollar es en lo que respecta al diagnóstico, Cómo se
puede estructurar un diagnóstico sin caer en las categorías psiquiátricas, O un diagnóstico que
no estructure el tipo de escucha que se tendrá para el paciente y que marque el foco que se
seleccionará para trabajar con el paciente.
A esto hay que añadirle la variable del número de sesiones tan cortas que se tendrán con el
paciente y la dificultad de poder tener una claridad en lo que respecta a su posición subjetiva.
Para intentar resolver esto la propuesta en realizar un diagnostico estructural en donde se tomen
en cuenta los siguientes factores:
1.- El lugar en donde el sujeto se encuentra posicionado en relación a los tres registros
subjetivos, reales, imaginarios y simbólicos de tal forma que esto nos muestre un panorama de
la forma en que está estructurada su subjetividad.
2.- El síntoma o síntomas que están afectando al sujeto ya que a partir de estos se puede conocer
más con respecto a la estructura psíquica del paciente y también podemos conocer más acerca
de la forma en que operan sus procesos inconscientes.
3.- Los mecanismos de defensa que el paciente manifiesta en el transcurso de las sesiones así
como en la entrevista inicial ya que cada estructura psíquica manifiesta diferentes mecanismos
de defensa.
4.- el tipo de formaciones del inconsciente que predominan en el paciente, sueños , actos
fallidos , chistes , síntomas, de tal forma que al identificar qué tipo de formaciones del
inconsciente predominan en cada paciente se podrá saber más acerca de posición subjetiva.
Puntos a considerar para la elección del foco, que están en relación a conflictos inconscientes en
el sujeto.
1.- El primer punto está en relación al motivo de consulta del paciente, es decir a la razón por la
cual el paciente acude a un proceso psicoterapéutico, ya que dado el número de sesiones tan
corto se privilegiará aquellos aspectos subjetivos que causan malestar en el paciente o aspectos
que desee cambiar o modificar de su vida.
2.- La forma en que el paciente hace lazo social, es decir la forma en que se juega en los
distintos procesos intersubjetivos que vive con sus seres queridos, en sus relaciones laborales y
demás áreas sociales y que pueden ser núcleos que generen malestar, sufrimiento o
desconocimiento en el paciente.
3. La forma en la que estructura su demanda el paciente para con sus otros relevantes en su vida,
esto es, la forma en que busca hacer audible su deseo para con el otro.
4.- El tipo de relación que tiene para con la ley y la falta, la forma en que esta estructurada en el
paciente la castración simbólica y su operación en tanto la forma de estructuración del deseo.
5.- El ultimo punto general que puede servir como guía para el establecimiento del foco es a
nivel del síntoma, el trabajo con el síntoma será mas bien con el malestar que genera en el
sujeto, trabajar a nivel del significante y ubicar como esta articulado el síntoma y descifrar el
enigma que trae consigo.
Cabe aclarar que estas son solo algunas sugerencias de ejes de focos posibles para el trabajo con
el paciente, pero la elección quedara a cargo únicamente del terapeuta que este a cargo del
proceso, ya que solo el esta plenamente integrado al proceso terapéutico y es quien conoce mas
del caso y de la situación existencial del paciente.
Por otro lado, también es importante subrayar que los focos elegidos por parte del terapeuta
serán construidos y analizados dentro de un grupo de supervisión que permitirá ayudar al
terapeuta a que ubique tanto puntos ciegos que pueda tener con respecto al paciente, así como
ayudar con la aportación de otras miradas posibles para la construcción y la forma de trabajar el
foco a lo largo del proceso psicoterapéutico breve.
En el caso de una reacción psicótica incipiente donde el paciente no puede parar sus
asociaciones libres para restablecer el pensamiento lógico, el terapeuta tiene que recurrir a la
sugestión y dar órdenes.
Aunque algunos aspectos de una resistencia puedan ser conscientes, la parte esencial la
desempeña el Yo inconsciente. Al analista toca descubrir la forma en que resiste el paciente, a
qué resiste, y por qué lo hace. La causa inmediata de una resistencia es siempre la evitación de
algún afecto doloroso como la ansiedad, la culpabilidad o la vergüenza. En definitiva, se
descubrirá que lo que la resistencia quiere evitar es el miedo a un estado traumático.
2.6.6. Interpretación:
2.7. EFICACIA:
Los caracteres orales guiados por sus impulsos, que dominan malamente, y necesitados de
satisfacciones rápidas hallan la situación psicoanalítica en extremo difícil de sostener, y son
propensos a interrumpir el tratamiento por medio de alguna actuación.
Se necesitan también ciertas aptitudes. Se pide que el paciente sea capaz para analizarse: a) de
regresionar y progresar, b) de ser pasivo y activo, c) de renunciar al control y de mantenerlo y
d) de renunciar a la prueba de realidad y de conservarla. Para realizar todo esto, el paciente
tiene que tener funciones yoicas elásticas y flexibles. Esto parece estar en contradicción con
nuestra anterior descripción de la neurosis, resultado de una insuficiencia en las funciones
yoicas. Pero lo que caracteriza al neurótico analizable es que el defectuoso funcionamiento de
su Yo se limita a aquellas regiones más o menos directamente ligadas a sus síntomas y rasgos
de carácter patológicos. A pesar de su neurosis, el paciente tratable conserva la facultad de
funcionar con eficacia en las esferas relativamente libres de conflicto. Además, a medida que
avanza el tratamiento esperamos que se produzca un incremento paralelo en el campo de las
funciones yoicas flexibles.
CONCLUSIÓN
Entonces podemos concluir diciendo que el enfoque psicoanalítico, fue quien insertó la primera
forma de intervención psicológica, enfocándose al tratamiento de psicopatologías. Y fue en base a
ésta que se dieron las investigaciones y postulados de los diferentes enfoques psicológicos con
respecto a la consejería.
Por consiguiente, la consejería no es aplicable dentro del enfoque psicoanalítico, debido a la
contradicción entre el abordaje psicoanalítico (psicoterapias) y las características propias de la
consejería psicológica.
El presente enfoque se basa en la relación entre paciente, psicoanalista y el método psicoanalítico es
decir la comprensión de los factores psicoanalíticos involucrados y su interpretación correcta.
El psicoanálisis se realiza como una intervención con la intención de cambio, dicho de otra manera
se busca mejorar lo que necesita ser mejorado, para ello el paciente se relaja, el psicoanalista guía,
interpreta y revela los resultados cuando lo cree conveniente para el paciente, hasta lograr la
reestructuración de las estructuras psíquicas que fueron borradas o sustituidas por el desorden o
comportamiento anormal que se presenta, es decir que exista una separación del ello con respecto
al superyó más profundo.
Independientemente de las variaciones que existen en las diferentes escuelas posteriores a Freud,
donde muchas de ellas modifican este setting o encuadre clásico, el eje central del psicoanálisis
como técnica terapéutica es la asociación libre. Desde la época de Freud y hasta la actualidad se le
asigna a la llamada "regla técnica fundamental" un carácter demarcatorio entre lo que se llama
psicoanálisis y lo que es una terapia diversa de éste. Podemos afirmar entonces que la asociación
libre es la técnica por excelencia del psicoanálisis.
BIBLIOGRAFIA:
Arrocho, W. R. (2004). Hacia una practica Reflexiva de la Consejeria Psicologica en Puerto
Rico.
Sigmund Freud: Obras Completas. Ed. Biblioteca Nueva, Cuarta edición, 1981,
Madrid.