Sei sulla pagina 1di 7

Taller

Similitudes y diferencia de conceptos en el estudio de la


personalidad

Asignatura: Personalidad I

Integrantes:

- Luisa María Javela Suarez (2017141021)

- Ana Michelle Benavides Bueno (2017241100)

- María José Manjarrez De Luque (201614104)

Docente: Guillermo Staaden Mejía

Grupo 2

Universidad del Magdalena

Programa de psicología

27 de agosto del 2019

Santa Marta - Magdalena


Taller de personalidad I
Similitudes y diferencia de conceptos en el estudio de la
personalidad

Introducción
La personalidad ha sido de los conceptos más estudiados y de mayor interés
en el campo de la psicología, al ser uno los constructos claves que influyen en
el comportamiento del ser humano, por lo que existen multitud de definiciones
de diferentes autores y desde diversas escuelas buscan dar un concepto
completo y que abarque todos los aspectos implicados y las consideraciones
necesarias para su concepción. Por lo general, cuando se habla de
personalidad a su vez se mencionan otros conceptos como temperamento,
carácter, yo, self, si mismo y rasgo que si bien es cierto que tienen algunas
similitudes al ser términos próximos no son de ninguna manera análogos o
idénticos, por lo que es importante desde la psicología conocer sus diferencias
y como pueden cambiar relativamente dependiendo de la teoría y el autor
desde la que sean definidos.

Es por ello, que en el presente artículo se pretende revisar, contrastar y


reconocer semejanzas y diferencias que existen entre conceptos o términos
empleados por autores de la psicología de la personalidad, desde diversas
propuestas teóricas lo cual podría permitirnos delimitarlos con mayor claridad y
sobre todo, facilidad.

Cuerpo del trabajo


Como ya se dijo antes, la personalidad ha sido un concepto de gran interés
por lo cual ha sido definida por multitud de autores y desde diferentes
perspectivas teóricas. De los primeros en definirla, fueron los griegos quienes
en base a la definición que hacían de “persona” a la máscara que utilizaban los
actores para lograr representar a un personaje, consideraban que por tanto la
personalidad era lo que determinaba quien es cada quien y como se muestra
ante el entorno (Seelbach, 2013), no obstante, en la actualidad se considera
como el constructo psicológico compuesto por distintas características,
cualidades y rasgos con las que se distingue una persona de otra y en la que
existe una interacción entre cinco sistemas básicos: percepción, cognición,
emoción, motivación y acción (Martínez, 2002). Así mismo, dentro de las
escuelas teóricas de la psicología también ha sido estudiada por ejemplo desde
el psicoanálisis, Freud consideraba que las características intrapsíquicas
determinaban la personalidad, es decir por los 3 elementos estructurales de la
psique: el Yo, Ello y Superyó por lo que su postura refleja una perspectiva fija e
invariable de este constructo psicológico, contario a ello, la Gestalt con un
enfoque un poco más humanista con Rogers consideraban que esta se
desarrolla a partir de la interacción con el entorno y las experiencias resultantes
de tal hecho además de la tendencia actualizante del individuo caracterizada
por mejorar cada día (Fernández, 2013). Las anteriores definiciones tienen en
común que reconocen la existencia de la personalidad en el ser humano, sin
embargo, desde el conductismo consideran que relativamente no existe, debido
a que no es algo que se puede observar a simple vista por lo que autores de
esta escuela como Skinner, la definen exclusivamente desde el
comportamiento como un conjunto de pautas de conductas que si es
considerada por si sola, no tiene cabida dentro del análisis científico (Fadiman
y Frager, 2001).

Por otra parte, dentro de los conceptos más encontrados al estudiar la


personalidad son el temperamento y el carácter debido a que hacen parte de
sus componentes fundamentales. El temperamento por un lado, es definido
por Seelbach (2013), como el factor heredado de la personalidad que
determina algunas de las características de la cognición, el comportamiento y
las emociones, Strelau, (1998) lo define de manera muy similar, como un
conjunto de rasgos relativamente estables de los individuos que se encuentran
determinados por su biología y que se refleja en las características
emocionales de la conducta. Una de las primeras definiciones y que no difiere
de las anteriores fue la de Allport, quien refiere que son las características
emocionales de un sujeto, que incluyen de la susceptibilidad a la estimulación
emocional, su fuerza y velocidad habitual en las respuestas, la calidad de su
estado de ánimo predominante, además de las peculiaridades de sus
fluctuaciones de sentido e intensidad. Todos estos fenómenos se pueden ver
como características dependientes de la estructura constitucional del individuo
y, por lo tanto, altamente hereditarias. (Andrés, 2016), Asi mismo, para los
investigadores, Goldsmith y Campos (1982), el concepto de temperamento se
relaciona a los aspectos reguladores de la emoción que influyen de manera
directa en los procesos sociales.

Y el carácter por otro lado, es definido por Seelbach (2013), como el factor que
contienen las características aprendidas en el medio y que constituyen la
personalidad de manera muy similar Andres (2016) la define como un conjunto
de hábitos y de reglas adquiridos del entorno, que influyen sobre la conducta
social, las respuestas a las exigencias del medio y la forma de pensar. Hogan
desde una perspectiva más ético-moral (1973) lo define como los motivos y
disposiciones que dan estabilidad a la conducta social del individuo, partiendo
de cinco dimensiones: el conocimiento de las reglas sociales, la socialización,
la empatía, la autonomía y el juicio moral, por último, desde un punto de vista
más psicoanalista, Reich (1949) lo define como “la expresión del
funcionamiento del individuo, tanto a nivel psíquico como somático cuyo objeto
es la protección frente a peligros externos e internos que puedan presentarse y
en las que las represiones de la primera educación, influyen en esa «coraza
caracteriológica»”.

Otros de los conceptos que podemos encontrar al hablar de personalidad es el


yo, estudiado especialmente desde el psicoanálisis que lo define como esa
parte de la psique que mantiene contacto con la realidad externa buscando
preservar la salud, la seguridad y la cordura de la personalidad mediante la
regulación del nivel de tensión producido por los estímulos tanto externos como
internos, por su lado Freud afirma que representa la razón y el sentido común
(Fadiman y Frager, 2001), en pocas palabras es entendido desde esta escuela
como la parte consciente de la mente de hecho, su discípulo Jung (1951) en su
libro Aion definió el yo como el núcleo de la consciencia por lo que todo
fenómeno o experiencia que fuese detectado por este, pasa a ser consciente,
así mismo afirmó que es una estructura compleja compuesto con un doble
componente: somático y psíquico. Otro de los autores que estudió el yo a
profundidad fue James quien los dividió en 3 partes: el “yo corporal”
relacionado con el cuerpo, la ropa que vestimos, la casa en la que vivimos y las
personas que nos rodean, el “yo espiritual” relacionada con las capacidades y
disposiciones psíquicas, es decir la consciencia y el “yo social” que se refiere al
reconocimiento que tienen las personas del yo de un individuo por lo que
considera que una persona tiene diversos yos sociales (Montes 1996).

Del mismo modo, es pertinente mencionar otros conceptos en relación a la


personalidad entre ellos tenemos al self, el cual según Fadiman y Frager
(2001) es considerado como algo que va más allá del yo, que reúne cada uno
de los factores que conforman a la persona y que contiene a la personalidad
misma. Por su parte, Adler, define el self como un “principio dinámico unitario”
que puede relacionarse con el estilo de vida de las personas y por tanto puede
verse como la personalidad integrada por varios factores y considerada como
un todo. Así mismo, para Silva, Silva y Torres (2007) el self se encuentra
estrechamente relacionado con la identidad, como esa consciencia que se
tiene de sí mismo y que se encarga de experimentar cada uno de los
momentos que vivimos a diario. Con una postura un poco más diferente Allport
afirma que (1961) este corresponde al proceso organizador que regula la
esencia de uno mismo o el funcionamiento propio (Seoane, 2005). James por
su parte, considera que se refiere a la continuidad personal que identificamos
cada vez que despertamos, por lo que es algo que va más allá de la identidad
personal, siendo más bien el lugar donde se crean todos los procesos mentales
y se filtran cada una de las experiencias (Fadiman y Frager. 2001).
Otro de los conceptos es rasgo, que Allport (1980) considera que hace
referencia a los procesos o características esenciales que están presentes en
los personas y las cuales se adquieren a través de las experiencias a lo largo
del tiempo de vida (Cloninger, 2002). Para Ortet et al. (2001) los rasgos son
tendencias de conductas que proporcionan seguridad y consistencia a las
acciones, reacciones emocionales y procesos cognitivos de los individuos
(Blum et al. 2010). Por su parte, Eysenck (1985) afirma que son factores
disposicionales que establecen la conducta regular y constante en diversas
situaciones. Es decir, tienen una misma perspectiva de lo que es rasgo sin
embargo, lo nombran cada uno de una forma diferente.

El último concepto para indagar en la personalidad es el sí mismo. Según


Allport (1980) el concepto de si mismo se relaciona directamente con el estado
de conciencia y a su vez se refiere a la percepción y sentimiento del ser, por
consiguiente permite definir la identidad (Cloninger, 2002). A su vez Rogers
(1951) lo define de manera similar, como un conjunto de procesos únicos
conformados por el concepto, esquema o imagen personal, adquiridas por las
experiencias intimas vividas, por ende es una configuración organizada de las
percepciones propias que se tienen. Así mismo, para Tausch-Tausch (1981) es
el concepto que tiene una persona de sí misma el cual influye de manera
directa y significativa en su manera de vivir y de percibir los sucesos, objetos y
personas (Casanova, 1993).

Conclusión
A partir de lo encontrado se pudo observar como en el concepto de
personalidad hay mucho más divergencia en sus concepciones en
comparación con los otros términos como por ejemplo carácter, temperamento
y rasgo en la que es más notable la convergencia y la similitud entre sus
definiciones. Así mismo en los conceptos de self también se encontró cierta
discrepancia entre uno y otro. Por otro lado, es importante resaltar que de
acuerdo a diversos autores como Andres (2016) el carácter ha sido poco
utilizado y definido en comparación con los demás conceptos lo cual se vió
reflejado en una mayor dificultad para encontrarlos. Esto ocurre debido a que
los psicólogos norteamericanos han mantenido cierto rechazo por lo que se
utiliza muy poco en el contexto de la psicología científica, no obstante, el
término se ha mantenido en Europa y América Latina lo que facilita encontrar
aún información, aunque sea reducida.
En resumen del anterior escrito, se procederá a compilar las diferentes
definiciones encontradas de cada uno de los conceptos a manera de
conclusión. En primer lugar, la personalidad es el constructo que abarca todos
los rasgos y cualidades que caracterizan a una persona y que por tanto, la
hacen diferente a los demás, así mismo el entorno y las diferentes experiencias
que se van teniendo son capaces de moldearla y modificarla dando lugar a
variaciones durante el desarrollo de la vida. En segundo lugar, el
temperamento es el factor heredado de la personalidad compuesto por un
conjunto de rasgos predeterminados biológicamente que influyen en la
emocionalidad del individuo. En tercer lugar el carácter es el factor social de la
personalidad compuesto por un conjunto de características adquiridas en el
entorno que influyen sobre la conducta social. En cuarto lugar el yo es una
parte de la psique del individuo caracterizado por ser consciente y por
determinar la adaptación. En quinto lugar el self contrario al yo, puede definirse
como todo lo que una persona es de manera global por lo que se relaciona con
la identidad. En sexto lugar el rasgo se refiere a características singulares y
distintivas que se encuentran en la personalidad, En séptimo y último lugar el sí
mismo es la representación mental que tiene una persona de lo que es, es
decir la percepción que tiene de sí misma.
Para concluir, sin lugar a duda, existen multitud de definiciones de los
diferentes términos relacionados con la personalidad y este pequeño articulo da
muestra de ello, lo cual es fantástico desde nuestro punto de vista pues permite
conocer diferentes perspectiva hacia un solo tema lo que enriquece de gran
manera su conceptualización y que por tanto al momento de ser estudiado
pueda ser verse desde diferentes ángulos y que en la aplicación se encuentren
diversas técnicas, pruebas, cuestionarios y demás elementos que facilitan su
evaluación de acuerdo a las necesidades encontradas y el contexto en que se
esté.

Mapa conceptual
https://www.goconqr.com/es-ES/p/19049290-Conceptos-en-el-estudio-de-la-
personalidad-mind_maps
Referencias
Andrés, A. (2016). La personalidad. Editorial UOC. Recuperado de:
https://ebookcentral-proquest-com.biblioteca.unimagdalena.edu.co
Blum, G., Cuenya, L., Casella, L., De Costa, M., Firpo, L., Pedron, V., Schmidt,
V. (2010). Modelo Psicobiológico de Personalidad de Eysenck: una
historia proyectada hacia el futuro. Revista Internacional de Psicología,
11(2), 1-21.
Casanova, E. (1993). El desarrollo del concepto de si mismo en la teoría
fenomenológica de la personalidad de Carl Rogers. Revista de
psicología, 46(2). 177-186.
Cloninger, S. (2002) Teorías de la personalidad, México, Pearson Educación.
Fadiman, J. y Frager, R. (2001). Teorías de la personalidad. Mexico: Oxford
university Press
Fernández, L. (2013). Pensando en la personalidad. Recuperado de:
http://roa.ult.edu.cu/handle/123456789/2114
Goldsmith, E. H. & Campos, J.J. (1982). Toward a theory of inlant
temperament. Init. Emde & R. Harmon (Eds.), Attachment and affiliative
systems. New York: Píenum, Pp. 161-193.
Hogan, I. (1973). Moral conduct and moral character: A psychological
perspective. Psychological Bulletin, 79, 217-232.
Jung, C. (1951). Aion. Contribuciones al simbolismo del sí-mismo. Zúrich:
Suiza. Recuperado de:
https://web.archive.org/web/20120203174217/http://www.trotta.es/fichero
s/0025/00002278iuhht.pdf
Martínez, A. I. (2002). Temperamento, carácter; personalidad. Una
aproxímacíon a su concepto e interacción. Revista complutense de
educación, 13(2), 617.
Montes, M. (1996). El dilema del yo en William James. Paideia Revista de
filosofía y didáctica filosófica, 17(34). 21-40
Reich, W. (1949). CharacrerAnalysis. (3 cd.). New York: Orgone Institute Press.
Seelbach, G. (2013). Teorías de la personalidad. Red Tercer Milenio: Estado de
México. Recuperado de:
http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/Psicologia/Teorias_de_la_pe
rsonalidad.pdf
Seoane, j. (2005). Hacia una biografía del self. Boletín de psicología, 85, 41-87.
Silva, J., Silva, L., Torres, w. (2007). Evaluación de rasgos
personales, "self", esquizofrenia y estructuras de la línea media cortical.
Scielo, 135(5), 653-660. Recuperado de:
https://scielo.conicyt.cl/pdf/rmc/v135n5/art15.pdf
Strelau, J. (1998). Temperament: A psychological perspective. Springer
Science & Business Media.

Potrebbero piacerti anche