Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Historia de la teoría
Evidencia fósil
Evidencia antropológica
Evidencia microbiológica
Evidencia lingüística
El estudio histórico de las lenguas (paleolingüística), las relaciones entre ellas y
la reconstrución de las lenguas ancestrales, están limitados a una antigüedad de
pocos miles de años. Sin embargo, una nueva teoría propone que el mayor
número de fonemas estaría relacionado con las regiones pobladas con mayor
antigüedad, en donde la expansión migratoria tiene por característica un efecto
fundador, el cual se forma por los cuellos de botella poblacionales, lo que
produciría que las poblaciones más alejadas o aisladas reflejen una disminución
en el número de fonemas. Un estudio que analiza 504 lenguas vivas encontró
que las lenguas que contienen más sonidos se hablan en África y los que
contienen menor número están en Sudamérica e islas de Oceanía; así pues por
ejemplo mientras el hawaiano tiene 13 sonidos, el idioma joisán !Xu llega a 141.
Ello demostraría un origen de las lenguas humanas modernas al Sur de África y
sería probable la existencia de un idioma protosapiens.
Algunos lingüistas sugieren que los pueblos joisán y
los hadza/sandawe estuvieron antiguamente relacionados; sin embargo estos
pueblos, según la genética poblacional, se habrían separado entre sí hace unos
100 000 años, por lo que esto permite creer que es posible que los fonemas
denominados clics (chasquidos) típicos de las lenguas joisanas, hayan sido
elementos que formaron parte de las lenguas primigenias de los humanos
modernos.
Evidencia genética
Desde los años 1990, ha sido común el uso de genotipos multilocus para
distinguir diferentes grupos humanos y para colocar individuos en grupos
(Bamshad et al., 2004). Estos datos han llevado a una redefinición biológica de
las razas humanas como linajes evolucionarios y la descripción de ellas en
términos cladísticos. La técnica de genotipar multilocus se ha usado para
determinar patrones de la historia demográfica humana. Así, el concepto de
"raza" proporcionado por estas técnicas se puede sustituir por el de ascendencia,
entendido ampliamente.
Los estudios de la variación genética humana también insinúan que África fue el
origen ancestral de todos los humanos modernos, y que el Homo sapiens
sapiens migró de África y sustituyó a las demás especies de Homo. Un estudio
sobre las distancias genéticas entre continentes puede resumirse en un
esquema simplificado con el siguiente cladograma:
Mapa del origen africano de los
humanos modernos creado a partir
de la genómica mitocondrial. Las
líneas indican la antigüedad
aproximada de las poblaciones.
En África Oriental se habría
originado Eva mitocondrial,
expandiéndose por toda el África
subsaharianaa través de
los haplogrupos de ADN
mitocondrial humano L0, L1, L2,
L3, L4, L5 y L6. En cambio M y N
representan las primeras
migraciones fuera de
África. Artículo
principal: Ascendencia mitocondrial
africana.
Los datos existentes sobre la variación genética humana apoyan y extienden las
conclusiones basadas en la evidencia fósil. Las poblaciones africanas muestran
mayor diversidad genética respecto a las poblaciones del resto del mundo,
insinuando que los humanos aparecieron primero en África y posteriormente
colonizaron Eurasia y América (Tishkoff y Williams, 2002; Yu et al., 2002;
Tishkoff y Verrelli, 2003). La variación genética observada fuera de África es
siempre un subconjunto de la variación dentro de África, un patrón que se
produciría si los migrantes de África fueron limitados en número y llevaron sólo
parte de la variabilidad genética de África con ellos (Cavalli-Sforza y Feldman,
2003). Los patrones de variación genética sugieren una expansión de población
anterior dentro de África seguida por una subsiguiente expansión en las
poblaciones no africanas, y las fechas calculadas para las expansiones
generalmente coinciden con el registro arqueológico (Jorde et al., 1998).
Los aspectos de la relación entre humanos anatómicamente modernos
y arcaicos permanecen discutibles. Los estudios de ADNmt (Ingman et al.,
2000), el cromosoma Y (Underhill et al., 2000), porciones del cromosoma
X (Kaessmann et al., 1999), y muchas (aunque no todas) las
regiones autosomales (Harpending y Rogers, 2000) apoyan la "hipótesis de la
migración de África" de la historia humana, en donde los humanos modernos
aparecieron primero en África subsahariana y entonces migraron desde África al
resto del mundo, con poco o ningún cruce con las poblaciones arcaicas que
gradualmente reemplazaron (Tishkoff et al., 2000; Stringer, 2002).
Los nuevos grupos que aparecen fuera de África, incluyendo a
los europeos, asiáticos, amerindios y aborígenes australianos, resultaron ser un
único grupo relacionado (monofilético), resultante de una gran migración de
África, que puede ser dividido razonablemente en los grupos euroasiáticos del
oeste, del este y el australiano, este último del cual se cree que es uno de los
primeros grupos que se mantuvo aislado.
Dispersión de los principales haplogrupos del cromosoma-Y africanos, originados a partir del
antepasado denominado Adán cromosómico.
Genoma
Nuevos estudios.
La principal puerta de entrada para los humanos modernos fuera de África puede
haber sido Egipto, sugiere un nuevo análisis genético.
Los humanos modernos surgieron por primera vez hace unos 200,000 años en
África al sur del Sahara. Cuándo y cómo el linaje humano moderno cruzó el
Sahara y se dispersó desde África ha sido durante mucho tiempo controvertido.
Los científicos sugirieron dos rutas para el éxodo de África. Uno, conocido como
la ruta del norte, tiene a los humanos saliendo a través de lo que ahora es Egipto
y Sinaí. La otra, la ruta del sur, trajo a los humanos a través de lo que ahora es
Etiopía y Arabia. La evidencia disponible para cualquiera de los caminos
migratorios sigue sin ser concluyente.
El ADN de etíopes y egipcios sugiere que los humanos modernos salieron de África a
través de Egipto.
Para ver qué ruta podrían haber tomado los antepasados de todos los
humanos fuera de África, los investigadores secuenciaron los genomas de 225
personas del noreste de África: 100 egipcios y 125 etíopes. Luego compararon
estos datos con ADN de asiáticos orientales, sudasiáticos y europeos,
específicamente, chinos Han, indios Gujarati e italianos toscanos,
respectivamente. También compararon estos datos con ADN de africanos
occidentales modernos del sur del Sahara, que en general debería reflejar el
antiguo conjunto de genes subsaharianos.
Los científicos observaron que tanto los egipcios modernos como los etíopes han
experimentado recientemente migraciones desde fuera de África, y el
entrecruzamiento resultante podría aumentar su similitud genética con esas
personas migratorias. Para dar cuenta de esto, los investigadores eliminaron
todas las secuencias genéticas que pudieran provenir de estas migraciones
recientes.
Si la ruta del sur fuera la ruta principal fuera de África, los etíopes deberían ser
más genéticamente similares a los eurasiáticos. En cambio, los investigadores
encontraron que los egipcios eran más genéticamente similares a los
eurasiáticos, lo que sugiere que la ruta del norte era la forma predominante de
salida de África. Los investigadores estimaron que los eurasiáticos divergieron
genéticamente de los egipcios hace 55,000 años, los etíopes hace 65,000 años
y los africanos occidentales hace 75,000 años.
La ruta del norte como el camino preferido desde África se basa en el hecho de
que todos los no africanos poseen ADN de los neandertales , que estaban
presentes a lo largo de la ruta norte en el Mediterráneo oriental en ese
momento. Este nuevo hallazgo también está de acuerdo con el reciente
descubrimiento de fósiles humanos modernos en Israelcerca de la ruta del norte
que datan de hace unos 55,000 años.