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PERIODISTICA
Premio CIESPAL
de Crónica· 2014
Temas ecológicos, policiales, crisis sociales, personajes,
costumbres, lugares de ensueño, entre otros, son parte de
los 20 mejores trabajos del primer concurso de crónica en
Ecuador, organizado por el CIESPAL
CIESPAL -------
poique ia r;ornunicaclón es un derecho
Índice
Presentación
¡Gracias, cronistas! 11
Carlos I ván Yánez
Premio CIESPAL de Crónica 2014
Carlos Iván Yánez (editor) Crónica y [semi]modernidad 15
en América Latina
Primera Edición Fernando Checa Montúfar
1.- Aproximaciones
La crónica es un género híbrido y fronterizo: participa del re-
portaje periodístico, el testimonio, el diario de viajes, el ensayo,
la ficción literaria. El clásico estudio de Susana Rotker, Funda-
ción de una escritura. Las crónicas de José Martí, supo desta-
car las características de la crónica como género mixto y como
lugar de encuentro del discurso literario y del periodístico. Su
anclaje en el periodismo pone de relieve su sentido de referen-
cialidad y actualidad, así como una noción de funcionalidad que
a menudo dota a la crónica de una cierta vocación pedagógica
en el esfuerzo por comunicar una verdad. El aquí y el ahora
del lugar de enunciación se expresan en la formulación de un
"yo" narrativo que habla, por lo general, en primera persona.
52 Ecuador, Jurado internacional
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De la crónica y el contagio: cuerpos. escenarios, miradas.
53 Dario Jaramillo Agudelo, "Collage sobre la crónica latinoamericana del siglo XXI'', en Diego Jara- 56 Alberto Salcedo Ramos, en <http://www.clasesdeperiodismo.com/20!3/05/27t1os-secretos-del-cro-
nista-alberto-salcedo-ramos-en-un-ebook-gratuito/>.
millo Agudelo, editor. Antología de crónica latinoamericana actual. Madrid: Alfaguara, 2012, p. 11.
54 Juan Villoro citado por Diego Jaramillo Agudelo, enlbld., p. 15. 57 Leila Guerriero, entrevista disponible en< http://www.cadenaser.com/cultura/articulotleila-guerrie-
ro-nuevo-periodismo-viejo-hambre/csrcsrpor/20131102csrcsrcul_2/Tes>.
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va a ser contado. Para el cronista, observa Martín Caparrós, cuerpo: evidencia una experiencia sensorial y cognitiva, unas
"mirar con toda-la fuerza posible es decisivo. Es decisivo adop- trayectorias, un descubrimiento, lecturas, apuestas. De esta·
tar la actitud del cazador". 58 Desde esa mirada la vida entra manera, la crónica hilvana, en su cercanía con el testimonio,
en la crónica como relato. La vida capturada en situaciones cuerpo, memoria, afectos.
mínimas y gestos casi imperceptibles de la vida cotidiana, o
3.- Espacios
aquella que resuena en los grandes acontecimientos que supo-
nen momentos de quiebre en la historia. Por tanto, la vida na- La ciudad ha sido escenario y objeto privilegiado de la cróni-
rrada en las crónicas se expresa siempre de manera corporal: ca: la ciudad, sus rituales, las trayectorias de quienes la ha-
en fisonomías urbanas o escenarios geográficos, en rostros y bitan y hacen de ella un lugar vivido. La· ciudad se deja leer
oficios de personajes anónimos, o en el protagonismo de quie- no solamente en sus calles y edificaciones, sino en los rostros
nes intervienen con fuerza de ruptura en el escenario público. e interacciones de quienes la caminan y se apropian de sus
La selección de espacios, cuerpos, hechos u objetos, implica una espacios. Así, en la crónica "En el Guasmo suena Mozart'' en-
carga afectiva por parte del cronista. Quien escribe ha sido to-
tra Guayaquil, el barrio del Guasmo Central -barrio popular y
cado afectivamente por aquello que seduce su mirada para ser
marginal ubicado al sur de la ciudad-, pero desde una mirada
convertido en crónica. Por tanto, la crónica, en tanto trabajo de
que resignifica la tradicional imagen de violencia: la práctica
escritura, está cargada con la subjetividad de quien la produce.
y enseñanza musical provee espacios de calidez y seguridad,
La crónica, afirma Caparrós, "es el periodismo que sí dice yo".
aún-én situaciones de extrema pobreza y vulnerabilidad. La
' '
En su anclaje periodístico, toda crónica exige un trabajo de in- ciudad es siempre una totalidad compleja y múltiple. Es una
vestigación: indagación en archivos, trabajo de cámpo, búsque- y muchas al mismo tiempo, puesto que se estructura sobre la
da de fuentes fidedignas, entrevistas y reporteo, desplazamien- base de diferencias genéricas, sociales, étnicas, generaciona-
tos, experiencia del propio cuerpo testimoniante o en cercanía les. Son estas diferencias las que determinan el sentido que le
de otros cuerpos. La crónica supone, por tanto, una inmersión/ damos a los espacios, así como el modo en que nos apropiamos
intervención en y sobre la realidad, en la medida en que exige de ellos. No es lo mismo caminar la ciudad en el día o en la
un recorte de ella: la selección de 1:1n fragmento del mundo para noche, vivirla desde la pobreza o la riqueza, percibirla desde la
convertirlo en objeto de reflexión y escritura. Dicha selección cotidianidad familiar o la extrañeza del turista, habitarla asu-
es, ante todo, resultado de una pasión, de una memoria afec- miendo una identidad de género u otra, nacer en ella o llegar
tiva, de un andaje territorial, de una búsqueda, de una con- como migrante. Cada e:Xperiencia define un modo de mirarla,
vicción política. La crónica evidencia una lectura hecha con el de. convertirla en memoria, de narrarla, amarla o resentirla.
cuerpo -puesto que algo impacta, cautiva, indigna, conmueve, "Farrear en kichwa en plena Mariscal" propone una trayecto-
apela al cronista. Así mismo, ella está escrita con y desde el ria alternativa para gozar la capital, en el trazado de un mapa
que acerca el bullicio típico de la zona a sabores y sonoridades
58 Martín Caparrós, "Por la crónica", en Miguel Silva y Rafael Molano, editores, Las mejores crónicas
de Gatopardo. Bogotá: Random House Mondadori, 2006, p. 9. de diversas matrices étnicas. La ciudad que porta las marcas
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En suma, son crónicas que enfatizan la dimensión cultural muy cerca, o escondidos por su extrañeza en los "bajos mun-
de la naturaleza y el paisaje, en tanto escenarios de luchas y dos", o se trata de aquello que solo se habla en voz baja o, por
negociaciones -en defensa no solo de la biodiversidad, sino de el contrario, circula abiertamente y viéndonos las caras en el
la riqueza simbólica de los lugares. El impacto de la tecnolo- "maldito feisbu'', según la feliz expresión de Rita Indiana. A
gía, el turismo, el mercado, complejizan la representación de partir de la focalización de un personaje, la crónica avanza
mundos locales no ajenos a las dinámicas de la globalización, en el esfuerzo por articular una reflexión de largo aliento -el
el internet, los movimientos sociales. La pregunta, en diálogo "tecno-folklore-andino", por ejemplo, como punto de partida
con el antropólogo Arturo Escobar, es cómo relatar o construir desde donde el cronista de "Prohibido prohibir lo Kitschpe"
una "defensa del lugar" sin naturalizarlo, feminizarlo o hacerlo desmonta los mecanismos de racismo y odio, que se articulan
esencial. En estas líneas de reflexión, sobresale "Vilcabamba: en nombre de la cultura y el así llamado "buen gusto" - o una
psicodelia y agua milagrosa". Una crónica dinámica y diverti- denuncia, como en el caso de "Adiós a los lobos/El cronista
da, que atrapa la atención del lector en el relato de un pueblo es un mirón, un fisgón, que no deja nunca de observar y entro-
que aúna toda una "tribu multicolor y multiétnica": allí inte- meterse, escudriñar y denunciar, escuchar y anotar, para po~
ractúan célebres longevos, extranjeros en busca de la eterna ner al descubierto aquello que ha sido escasamente atendido,
juventud, shamanes y ex comunistas, saberes espirituales y que ha pasado desapercibido o sobre lo cual se ha impuesto el
científicos, preocupaciones ecológicas, hippies de todas las eda- silencio. Para quien. callejea, lo más profundo está en la piel,
des. Se trata de una narración que opaca la pregunta por lo au- puesto que superficies, rostros y exter_iores son plenos lugares
téntico y lo original, puesto que ceremonias y ritos procedentes de sentido. En función de ello, el cronista es hijo del fianeur:
de los mil focos de la cultura se encuentran y mezclan ante los siempre en pos del lado inquietante o sorpresivo de la vida
ojos del cronista. urbana. Más importante todavía, contar algo conocido desde
j,
j1 4.- Personajes, prácticas, desplazamientos la oportunidad que ofrece un dato inesperado, el encuentro
con voces y lecturas que colocan personajes o fragmentos de
Imposible pensar lugares y espacios sin los rostros, los cuer- historias pasadas bajo una nueva iluminación-"Los limones
pos, los hábitos y predilecciones de quienes los habitan. Son del huerto de Elisabeth". Es en ese momento cuando aparece
precisamente cuerpos, voces, profesiones poco comunes -"El la crónica, no para dar respuestas, sino para colar preguntas
maquillador de los muertos"-, personajes extraños que cauti- en el acto mismo de poner en narración un acontecimiento.
van por lo insólito y la desmesura de sus actos -"El justicie- Como señala Leila Guerriero: "Si hay algo que el ejercicio de
ro"-, personalidades que hacen historia -"El primer ecuato- la profesión me ha enseñado es que un periodista debe cuidar-
riano en el espacio"- o héroes de la mitología y el santuario se muy bien de buscar una respuesta única y tranquilizadora
popular -"Prohibido prohibir lo Kitschpe" -, lo que llama la a la pregunta del por qué". 6º
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atención del cronista: es justamente lo asombroso, por insos-
p pechado o extravagante, aquello que apasiona y seduce la mi- 60 Leila Guerriero citada por Diego Jaramillo Agudelo, en Antología de crónica latinoamericana ac-
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1 rada del cronista~ A veces se tyta de sucesos que están allí tual, p. 29. ·
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