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FACULTAD DE HUMANIDADES

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

UNICOSTA
Convenio por la excelencia del Magdalena

Currículo: Eje de transformación personal, social y cultural

El ser humano en su formación integral, es el resultado de la generalidad y potencialización

de cada una de sus dimensiones, por ser una realidad única que se va construyendo paulatinamente a

través de los aportes significativos que va adquiriendo en su diario vivir en el entorno familiar,

educativo y cultural. Por eso el currículo como componente primordial se convierte en mediador

entre la cultura como elemento de la sociedad y el proyecto educativo de una institución que brinda

herramientas mancomunadas para la integralidad del ser y el hacer, por ende, comprender el

concepto y su dinamismo es esencial para vislumbrar su importancia en el ámbito educativo-

formativo.

El presente ensayo aspira hacer luminiscencia sobre la siguiente tesis: El Currículo pilar

transformación personal, social y cultural, es necesario clarificar el concepto para no limitar su

complejidad, dinamismo y contextualización. Según el Diccionario de la Real Academia Española

(1989) lo define como “plan de estudios o conjunto de estudios y prácticas destinadas a que el

alumno desarrolle plenamente sus posibilidades”. Siguiendo éste orden de idea veamos el concepto

y contenido desde la perspectiva de varios autores para no limitar su gran riqueza en el proceso

pedagógico y educativo.

UNESCO (1958) declara que: "Currículo son todas aquellas experiencias, actividades,

materiales, métodos de enseñanza y otros medios empleados por el profesor o tenidos en cuenta por

él, en el sentido de alcanzar los fines de la educación".


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El concepto de currículo desde la normatividad colombiana se define en su ley general de

educación de 1994 como un “conjunto de criterios, planes de estudio, programas, metodologías y

procesos que contribuyen a la formación integral y a la construcción de la identidad cultural

nacional, regional y local, incluidos los recursos humanos, académicos y físicos para poner en

práctica las políticas y llevar a cabo el PEI”. Colombia a partir de la promulgación de esta ley

adquiere autonomía escolar para organizar su currículo de forma autónoma, así como todos los

procesos que giran en torno a la enseñanza y aprendizaje, teniendo en cuenta las bases que desde el

Ministerio de Educación Nacional son direccionadas.

Alberto Martínez Boom a través de su libro Modernización: Cuatro décadas de educación en

Colombia (1994), dice que el currículo es “un espacio de saber en dónde se inscriben discursos

(teorías, modelos) procedimientos y técnicas para la organización, diseño, programación,

planificación y administración de la instrucción, bajo el principio de la determinación previa de

objetivos específicos planteados en términos de comportamientos, habilidades y destrezas con el

propósito central de obtener un aprendizaje efectivo”.

Giovanni Ianfrancesco, (2004) sostiene que en el currículum inciden unos principios

antropológicos, axiológicos, formativos, científicos, epistemológicos, metodológicos, sociológicos,

psicopedagógicos, didácticos, administrativos y evaluativos que inciden en los propósitos y proceso

de formación integral de los educandos a través de la gestión estratégica y estructura organizacional

escolar, los planes de estudio, los programas y contenidos de la enseñanza, las estrategias didácticas

y metodológicas, los espacios y tiempos el desarrollo de los procesos de formación de las

dimensiones del ser humano a saber, espiritual, cognitiva, social afectiva, psico-biológica y

comunicativa, los distintos proyectos, los criterios evaluativos, los contextos endógenos y exógenos

situacionales, los aspectos locativos, los recursos materiales-instrumentales y de apoyo docente.


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Con respecto a los aspectos constantes del currículo, se puede decir que después de hacer la

revisión de los distintos autores que han abordado la temática en cuestión, estas constantes

responden al ideal de hombre que se quiere formar, y que además se refieren al conjunto de

objetivos, contenidos, criterios metodológicos y técnicas de evaluación que orientan la actividad

académica (enseñanza y aprendizaje) ¿cómo enseñar?, ¿cuándo enseñar? y ¿qué, cómo y cuándo

evaluar? ¿Qué método emplear? ¿Cuáles son habilidades o competencias que se pretenden

desarrollar en los estudiantes?

Para que el currículo no sea letra muerta y grandes exposiciones teóricas debemos hacer el

énfasis en tres grandes gestiones que es el diseño curricular, implementación y evaluación curricular

para generar innovación a través de la organización, ejecución y las correcciones pertinentes en el

desarrollo del proceso, generando un ser competente, competitivo y contextualizado en un mundo

globalizado. Lo anterior expuesto es un gran desafío para el docente de hoy, porque está inmerso en

un campo de constante investigación como lo afirmó Stenhouse (1984) refiriéndose al currículo

como “campo de comunicación de la teoría con la práctica donde el docente debe ser un activo

investigador”.

El currículo como proyecto y como proceso humano viabiliza en educando o el egresado

espacios de crecimiento donde se pueda ratificar como persona integra a través de lo axiológico, lo

social y lo cultural, Gimeno Sacristán (1991) en su explicación de los ocho ámbitos de la practica

curricular y específicamente en su tercera perspectiva, el currículo como mediación cultural

expresa “proceso de selección, organización y transmisión de la cultura en el ámbito de la escuela”.

En este sentido las instituciones educativas al realizar su planificación, la escogencia de los

contenidos programáticos, las metodologías, las estrategias, objetivos y métodos están en

proyección de la ejecución de un proyecto educativo escolar, cultural y por ende social.


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Las planeaciones institucionales que realizamos para proyectar acciones pertinentes de

mejoramiento constante e innovación, son de suma importancia en los procesos educativos para

potencializar el desarrollo constante de experiencias de los individuos, generador de una nueva

sociedad y cultura, por ende, el docente y las instituciones educativas juegan un papel esencial en el

momento de proyectar los programas de formación del estudiante, porque es en ese momento se

brinda las diferentes oportunidades de transformación del educando a través de la enseñanza-

aprendizaje donde se va a empoderar al ser de conocimientos, actitudes, habilidades y destrezas

para responder en un contexto de constante cambio que requiere ser competente y competitivo, en

éste sentido me identifico con la Dra. Alicia Inciarte cuando afirma que el proyecto organizacional

“es un proceso global que implica la trasformación de la realidad, caracterizada por ser contextual,

histórico, prescriptivo, normativo, dinámico, predictivo e intencional (Inciarte, 2006)”.

La escuela, la sociedad y la cultura son pilares fundamentales en la construcción de

posibilidades de transformación de un individuo ético, autónomo, justo y equitativo para poder

garantizar un verdadero tejido social que genere una humanización de ser, por ende, la educación

como transformación social debe expresar una acción individual, es por ello que se requiere que la

escuela brinde el espacio y las condiciones en el desarrollo de sus capacidades en el proceso

enseñanza-aprendizaje.

Se puede concluir que la influencia que tiene un currículo obedece a un momento histórico,

social, político y económico de la cultura de cualquier país; pero que también hacen parte

importante de él los agentes educativos inmersos en la dinámica escolar. Hoy día el currículo debe

ser entendido como factor social de cambio que lleve a las instituciones a ser generadoras de

transformaciones desde la autonomía escolar. Sin embargo, como lo plantea Fernández F, (2008, p

121, citado en Montoya Vargas, 2014), cada vez que el Estado quiere mejorar la calidad de la
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Educación regresa a la fórmula tradicional de buscar expertos que creen un currículo ideal

instituido a través de textos, capacitaciones y supervisiones, reflejando de esta manera la

dependencia inagotable del sistema a las directrices del Estado.

Como proceso social y cultural que es, la educación tiene que adecuarse al medio y a la

cultura. Y por ello se diferencia según contextos, épocas y culturas. Así, los propósitos tienen que

tener en cuenta las características individuales y sociales de los niños en formación, para que les

sean útiles a ellos y a las sociedades en las que están siendo formados, y según las condiciones y

necesidades de los tiempos y las culturas en que se desenvuelven. Los contenidos tienen que

consultar la época, el espacio y la cultura, para que sean pertinentes individual, social e

históricamente. Tienen que aportarle a su desarrollo y a su consolidación. Y por ello, el currículo

tiene que tener un papel procultural, contracultural e intercultural. (Andrade, 2010: 4).

Lo que se busca con el curriculum es que el alumno logre alcanzar una meta, que en este

caso sería el dominio de los conocimientos de las materias que se ofrecen en el ámbito escolar, esto

puede analizarse desde cinco perspectivas: como fuente social, proyecto o plan educativo, campo

practico (lugar donde será aplicado) y como abordarlo. El curriculum no es un simple plan de

estudios ni el temario que se dará en la clase, tampoco las maneras de estructurar cada clase ni el

diseño de programas de estudio, sino que todos los anteriores son parte de este. Con sus contenidos,

debe expresar las necesidades, intereses de una sociedad, claramente determinado por lo cultural,

político, social y obviamente escolar.

Educar y formar son dos finalidades que deben ser tenidas en cuenta ya que responden a las

necesidades sociales, políticas y económicas de un país.


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Bibliografía

Ianfrancesco, G. M. (2004). Currículo y Plan de estudios. Bogotá: Editorial Magisterio.

Ministerio de Educación Nacional (1992), Ley 30 de Educación Superior, MEN. Bogotá

Ministerio de Educación Nacional (1994) Ley 115 de Educación Nacional. MEN. Bogotá.

Martinez B, Alberto y otros. Currículo y Modernización: Cuatro décadas de Educación en

Colombia. Foro Nacional por Colombia y Tercer Milenio. Santa Fe de Bogotá, 1994.

Montoya Vargas, J. (2014) El campo de los Estudios curricular ALVAREZ MENDEZ, Juan

Manuel. (2012). Didáctica, currículo y evaluación: ensayos sobre cuestiones didácticas. Argentina:

Miño y Dávila.

ANDRADE, G. (2010). “Los roles culturales de la escuela”. Ponencia presentada en el

Festival Vivamérica, celebrado en Barranquilla en octubre de 2010.

Osorio Villegas M. El curriculo: Perspectivas para acercarnos a su comprensión. revista

zona próxima

Del Basto Sabogal L. M. y Ovalle Almanza M. C. Una mirada crítica a la relación currículo-

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El diseño curricular como factor de calidad educativa REICE. Revista Iberoamericana sobre

Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, vol. 10, núm. 4, 2012, pp. 6-20 Red Iberoamericana de

Investigación Sobre Cambio y Eficacia Escolar Madrid, España

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