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“Estudios en 1 Corintios”

Ps Alex Donnelly

PREGUNTAS ACERCA DE COMIDA


OFRECIDA A LOS ÍDOLOS

TEXTO 1 Corintios 8:1-13; 10:1 – 11:1

Introducción

Hay ciertos temas de comportamiento sobre los cuales los cristianos no están siempre de
acuerdo. Estos incluyen asuntos tales como si se debe beber bebidas alcohólicas, si se puede
escuchar música secular, si se puede bailar, si se puede ir a una discoteca, si se puede armar un
‘nacimiento’, si se puede ir al cementerio el 1 de noviembre, y participar en la comida en honor
al difunto, etc.

Para el creyente, hay dos problemas principales:

i. La Biblia no es un manual exhaustivo de la ética cristiana. Por ende, muchos de


estos temas no son tratados específicamente en las Escrituras.

ii. El Espíritu Santo no siempre guía a todos los creyentes a comportarse en


exactamente la misma manera.

1. El Problema Pastoral

Aparte del templo de Afrodita, Corinto estaba lleno de templos y altares, dedicados a una gran
cantidad de dioses del panteón greco-romano (ver el caso de Atenas, en Hch 17:16, 22-23). El
culto a estos dioses incluía el sacrificio de animales. En algunos casos, la persona que hacía el
sacrificio, invitaba a sus familiares y amigos a asistir a una fiesta en el templo, o en su casa,
donde se comía la carne del animal ofrecido. En otros casos, luego de ser sacrificados en un
templo pagano, la carne de los animales era vendida en los mercados de Corinto. Por ende
cuando los creyentes salían a hacer sus compras, era muy probable que la carne que estaban
comprando hubiera sido parte de un sacrificio ritual en un templo pagano. Esta realidad
provocó TRES preguntas que plantearon a Pablo.

i. ¿Podemos comprar y comer dicha carne?


ii. ¿Podemos ir a la casa de un amigo inconverso, y comer carne que probablemente
fue ofrecida primero en sacrificio a un ídolo?
iii. ¿Podemos ir a un templo pagano, y participar en una comida allí?

Algunos creyentes en Corinto, al parecer, afirmaban que, dado a que la comida entraba al
estómago y luego salía del cuerpo, carne ofrecida en los templos paganos no contaminaba
(espiritualmente) la vida de un hijo de Dios. Uno de los problemas con estos hermanos eran que
se sentían tan orgullosos de su conocimiento, que se envanecían, y hacían sentir mal a otros
creyentes en la iglesia – los que se sentían incómodos de comer dicha carne.

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Pero había otro grupo de creyentes en la iglesia, que antes frecuentaban mucho a los templos
paganos, y ahora estaban horrorizados de lo que hacían antes (v.7). Ellos sentían que no se
podía comer dicha carne sin contaminarse espiritualmente. Uno se imagina las tensiones que
estos grupos producían en la iglesia; un grupo, presentándose como los más sabios, y el otro
grupo presentándose como los más espirituales.

¿Cómo responde Pablo ante esta situación?

1. ‘El conocimiento envanece, pero el amor edifica’ (1 Cor 8:1-3)

Antes de contestar la pregunta en sí, Pablo trata un punto previo, que en realidad era un
principio fundamental. El problema para Pablo, con el primer grupo, no era tanto que comían
esta carne (ver v.8), sino la manera en que lo hacían – con orgullo. Su orgullo tenía que ver con
su supuesto conocimiento (bíblico y teológico). Pablo les advierte que este orgullo era un
pecado grave.

Estos creyentes pensaban que al comer la carne ofrecida a los ídolos, mostraban su mayor
espiritualidad, y por ende avanzaban y eran más maduros en la vida cristiana. Por otro lado,
consideraban que los que no comían dicha carne, no lo hacían ‘por debilidad’, y por ende
quedaban atrás en su vida espiritual. Pablo rechaza esta idea categóricamente, en el v.8.

Por otro lado, Pablo anima al segundo grupo, y los enaltece (en contra del primer grupo),
afirmando que “si alguno ama a Dios, es conocido por Él” (v.3). En el contexto de estos
versos, la implicancia de dichas palabras es que al abstenerse de comer esta carne, este grupo de
creyentes lo hacía por amor a Dios. ‘Este amor vale mucho’, dice Pablo, indicando que la
persona estaban en una buena relación con Dios (“es conocido por Él”).

2. ‘Los ídolos son inexistentes’ (v.4-6)

Pablo reconoce que “un ídolo nada es en el mundo” (v.4; comparar Sal 115:4-8)1. El creyente
que conoce a Dios, y sabe que Él es el único y verdadero Dios, no tiene por qué temer a los
ídolos paganos (ver Is 44:12-20). La implicancia, por ende, es que el creyente puede comer esta
carne, a lo menos cuando sea vendida en el mercado (ver 1 Cor 10:25).

Aquí debemos observar la decisión del Concilio de Jerusalén, unos años antes, que prohibió a
los gentiles comer carne sacrificada a los ídolos (ver Hch 15:29). Lo que Pablo enseña aquí,
especialmente en 1 Cor 10:25, parece contradecir la decisión del Concilio. ¿Cómo explicamos
esto? Parece que la clave está en si el creyente sabe que la carne fue ofrecida a los ídolos. De
saber, no debiera comer, por su conciencia. ¡Es por eso que Pablo aconseja no preguntar!

1
La traducción de la RV da la impresión que Pablo está afirmando que los ídolos son impotentes, y que
por ende no deben ser temidos. Aunque el AT enseña esto (ver Sal 115:4-8; Is 41:24, 44:9; Jer 10:14),
esto no es lo que Pablo está queriendo decir aquí. Más bien, en 1 Cor 10:20-21, Pablo advierte del peligro
de la idolatría, por el contacto que esto conlleva con los demonios.

Para entender el significado de Pablo, hay que volver al texto original en griego. Lo que Pablo realmente
escribe en el v.4 es lo siguiente: ‘sabemos que no hay ídolo en el mundo y que no hay dios – excepto uno
solo’. Lo que Pablo está afirmando es que los varios dioses en los cuales creían los paganos, realmente
no existían en la manera en que ellos pensaban (es decir, no existía tal diosa como ‘Afrodita’ – aunque el
demonio que yacía detrás de ese culto era muy real). Pablo confirma esto en v.5-6.

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3. ‘No hay que ser tropiezo para los débiles’ (v.7-13)

Aunque Pablo concuerda que los ídolos no son nada, él enfatiza que no todos tienen este
conocimiento (v.7). Es decir, algunos creyentes, aunque ahora adoran al Dios verdadero, aun no
están completamente convencidos que los dioses no existen. “Pablo reconoce que los cristianos
débiles tenían problemas espirituales. La relación que tuvieron con los ídolos antes de su
conversión se mantenía con ellos hasta después de su conversión. Pablo les ministra amor y
comprensión por lo que sufrían” (Kistemaker).

Algunos en la iglesia, “habituados hasta aquí a los ídolos” (v.7), tenían una conciencia débil.
Por ende, si ellos se atrevían a comer tal carne, se sentirían contaminados (en su conciencia).
Pablo sabe que comer o no comer, es de poca importancia para la vida espiritual (v.8), sin
embargo, él advierte a los que se consideraban ‘fuertes’ a no permitir que su libertad 2 haga
tropezar3 al débil (v.9).

El problema que Pablo tiene en mente es lo que describe en v.10-11. Si un creyente, con una
conciencia débil (por su trasfondo de participar en los cultos paganos antes de conocer a Cristo)
ve a un creyente fuerte “sentado a la mesa en un lugar de ídolos”4 (v.10), su conciencia será
motivada (“estimulada”) a comer. Sin embargo, lo que Pablo teme es que dicho hermano, en el
momento de comer, sentirá que su conciencia le empieza a condenar por lo que está haciendo 5.
Esto podría resultar en que el hermano se siente condenado, y no digno de asistir al culto en la
iglesia. Por ende, concluye Pablo, el peligro es que “por el conocimiento tuyo, se perderá el
hermano débil, por quien Cristo murió” (v.11)6.

‘Esto es muy serio’, dice Pablo, ‘porque se estaría:

(1) “pecando contra los hermanos” (v.12)


(2) “hiriendo su débil conciencia” (v.12)
(3) “pecando contra Cristo” (v.12)

Pablo concluye con la siguiente afirmación:

“Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás,


por no poner tropiezo a mi hermano” (v.13; comparar 1 Cor 9:22a).

APLICACIÓN

2
La palabra traducida, “libertad” es ‘exousia’, que tiene el sentido de ‘autoridad’ o ‘derecho’.
3
El término, “tropezar” es ‘proskomma’. A veces este término es traducido ‘trasgresión’, en el sentido
de aquello que da ocasión al pecado, o hacer que los hombres ‘caigan’. Comparar el uso de la palabra
‘skandalon’ (‘trampa’), en Lucas 17:1; Rom 14:13; 1 Juan 2:10. El verbo, ‘skandalizo’ aparece en 1 Cor
8:13 (“ocasión de caer…tropiezo”).
4
El contexto del v.10 parece indicar que Pablo acepta la posibilidad de que un creyente ‘fuerte’ participe
en una fiesta familiar en un templo pagano. Sin embargo, en 1 Cor 10:20-21, Pablo prohíbe tal
participación. ¿Cómo reconciliar esta aparente contradicción? Hodge comenta acerca del v.9, “Aquí
considera el asunto meramente bajo el aspecto de trasgresión, o con referencia a su efecto sobre los
hermanos más flacos, y por lo tanto no dice nada de la pecaminosidad del acto en sí”.
5
“Conforme a las escrituras, ‘todo lo que no es de fe, es pecado’ (Rom 14:23); por lo cual, todo lo que
hace un hombre, creyendo que es malo, o dudando de si es malo o no, es pecado para él. Así, él que come
de un sacrificio idolátrico, inseguro de si está obrando bien o no, contamina su conciencia” (Hodge).
6
“Si Cristo pagó el sacrificio supremo muriendo por el hermano débil, lo menos que el hermano fuerte
puede hacer es mostrar amor a sus hermanos, absteniéndose de comer ciertas comidas” (Kistemaker).

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Hoy en día, creyentes generalmente no confrontan esta clase de problema; pero hay otra que es
parecida: ‘¿Puede el creyente tomar una bebida alcohólica?’. Al contestar esta pregunta, entre
muchas de las cosas que hay que tomar en cuenta, una es la del creyente ‘débil’. ‘Débil’, en el
sentido que antes de conocer a Cristo era borracho y alcohólico. Para dicha persona, una sola
gota de alcohol puede provocar serias luchas y tensiones. De igual modo, otros son ‘débiles’ en
el sentido que han sido criados con la enseñanza de no tomar nada alcohólico (o por otras
razones consideran que tomar vino o cerveza es pecado).

En el caso de beber bebidas alcohólicas, la conclusión de Kistemaker es válida:

“La libertad que goza un creyente siempre debe de afianzarse en el contexto del servicio
mutuo en amor (Gál 5:13). Su actitud no debe ser un estorbo al hermano débil en la
iglesia. Pablo no afirma que los hermanos débiles se dan por ofendidos, sino que son
los fuertes los que ofenden. Los miembros que defienden sus derechos de ser libres
están ejerciendo una presión indebida sobre aquellos cuyas conciencias les prohíbe
comer cierta clase de comida. Por tanto, Pablo ordena a los corintios amantes de la
libertad que demuestren su amor por medio de no ofender a sus hermanos en la iglesia”

4. ‘Los creyentes no deben participar de la idolatría’ (1 Cor 10:1-22)

Pablo aquí hace referencia al pueblo de Israel en el A.T., especialmente a su experiencia durante
el Éxodo (lo cual era un cuadro de la salvación). Él habla del ‘bautismo’ (v.2), y del alimento y
la bebida espiritual (v.3-4) que Israel gozó en el desierto. Evidentemente, estos son paralelos a
los privilegios que los creyentes en Corinto gozaban, en Cristo – el bautismo cristiano, y la
santa cena.

Lamentablemente, el pueblo de Israel, a pesar de haber contado con estas bendiciones, lejos de
ser fiel a Dios, se ‘prostituyeron’ en la idolatría. Por consiguiente, en vez de entrar en la tierra
prometida, sus cadáveres quedaron tendidos en el desierto (v.5).

Pablo aclara que “estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros” (v.6; comparar v.11).
Los creyentes en Corinto estaban corriendo el mismo riesgo que los judíos en el Éxodo. Por
ende, Pablo los exhorta a no ser idólatras (v.7)7. Pablo se dirige en particular a los que se
consideraban ‘fuertes’, y les advierte de su especial peligro (v.12). Kistemaker comenta, “Los
corintios que entraban a los templos paganos durante los festivales paganos, se exponían a
situaciones que los podrían llevar a pecar. Esto hacía que estuviesen en la misma categoría que
los israelitas, que ‘se levantaron para entregarse a una orgía pagana’”. Es en este contexto que
hallamos la hermosa promesa del v.13. El propósito de esta promesa es animar a los creyentes a
huir de la idolatría (v.14).

Pablo ahora pasa a advertir a los corintios de cuál era el peligro de participar en las fiestas en
templos paganos. El riesgo que corren, al hacerlo, era entrar en contacto con los demonios que
constituían el poder sobrenatural detrás de los ídolos y los dioses paganos 8. Si participar en la
santa cena conlleva tener comunión con Cristo (v.16), entonces participar en las fiestas en los
templos paganos conlleva entrar en contacto con los demonios (v.20-21). Como comenta
Hodge,

7
Hodge observa que los israelitas no pensaban que estaban cometiendo idolatría cuando hicieron el
becerro de oro; más bien, alegaban que estaban haciendo una fiesta a Jehová. De igual modo, los
corintios no consideraban que participar en una fiesta en el templo pagano era idolatría. Sin embargo, en
ambos casos Dios lo consideró idolatría, y no aceptó las excusas o los razonamientos ofrecidos.
8
Ver Deut 32:17; en Sal 96:5, la LXX (versión en griego del AT) traduce, ‘oti pantes oi theoi ton ethnon
diamonia’, ‘todos los dioses de los paganos son diablos’.

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“Era de gran importancia que los corintios supieran que el ponerse en comunión con los
demonios no dependía de su intención. Los paganos no se proponían adorar a los
demonios, empero lo hacían; ¿de qué serviría, pues, a los temerarios corintios que
asistían a las fiestas de los paganos, decir que no se proponían adorar a los ídolos? No
se trataba de lo que se proponían hacer, sino de lo que hacían; no de cuál era su
intención, sino de cuál era el alcance y efecto de su conducta”.

5. Instrucciones Finales (1 Cor 10:23 – 11:1)

En el v.23, Pablo repite el refrán de 1 Cor 6:12, pero añade que el creyente debe procurar la
edificación de los demás (v.24).

a. En Cuanto a Comprar Carne (v.25-26)

Pablo es claro; dado a que los ídolos no existen, el creyente puede comprar y comer toda clase
de carne. La explicación está en el v.26. El hecho que Dios creó todas las cosas es más
importante que el lugar de la procedencia de la carne. Sin embargo, para evitar problemas de
conciencia, Pablo recomiendo no preguntar acerca de dónde vino la carne que se pretendía
comprar en el mercado (v.25b).

A los judíos, estaba terminantemente prohibido comer carne que había sido ofrecida a los
ídolos. Ellos tenían la responsabilidad de averiguar el origen de la carne. Pablo rompe el
esquema, y afirma que una vez que la carne haya llegado a la carnicería, perdía su significado
religioso (si es que había sido ofrecido a los ídolos). Por ende, el creyente estaba libre de comer
dicha carne, sin tener miedo de alguna contaminación espiritual. Sin embargo, para evitar
problemas de conciencia, era mejor ni averiguar el origen de la carne, sino enfocar sobre el
hecho que estaba comiendo algo creado por Dios, por el cual podía dar gracias (v.26).

b. En Cuanto a Comer Carne en la Casa de un Incrédulo (v.27-30)

Bajo el mismo principio enunciado antes, Pablo afirma que si un creyente fuera invitado a la
casa de un amigo o familiar incrédulo, también tenía la libertad de comer todo cuanto se le
ofrecía (v.27a). Pero, una vez más recomienda no preguntar acerca del origen de la comida
(v.27b).

Sin embargo, si el amigo le informa que es carne ofrecida a los ídolos (v.28a), será necesario
abstenerse de comer; no tanto por la conciencia propia, sino por la conciencia de la persona que
lo dijo (v.28b-29). Al parecer, la idea de Pablo es que si la persona lo mencionó, es porque
piensa que un creyente no debe comer dicha carne. Por lo tanto, para cuidar al incrédulo, el
creyente debe abstenerse comer esa carne.

c. En Cuanto a Todo Comportamiento (v.31-33)

Pablo concluye estableciendo ciertos principios fundamentales, que abarcan todo el


comportamiento del creyente:

i. Hacer todo para la gloria de Dios (v.31).


ii. No ser tropiezo a nadie (v.32).
iii. No buscar su propio beneficio (v.33).

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