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Alta Verapaz es un departamento ubicado al norte de Guatemala, a unos 200 km de

la Ciudad de Guatemala. Limita al norte con Petén; al este con Izabal; al sur con Zacapa, El
Progreso y Baja Verapaz; y al oeste con El Quiché. Su cabecera es Cobán. Es el segundo
departamento más poblado de Guatemala con sus 1 819 781 habitantes. aproximadamente.
Es uno de los departamentos más ricos en naturaleza de Guatemala: destacan entre sus
maravillas las piscinas naturales de Semuc Champey en el río Cahabón descubiertas por el
famoso escritor guatemalteco Francisco Oswaldo Reyes Narciso; las cuevas de Candelaria, el
Rey Marcos y Lanquín; y sus bosques húmedos.
En su patrimonio histórico-artístico, destacan los 64 enclaves arqueológicos correspondientes
al período maya y algunos edificios religiosos singulares del período colonial, sobre todo
en Cobán, San Juan Chamelco y San Pedro Carchá.

Semuc Champey, Alta Verapaz, Guatemala.

Tanto su nombre como el del departamento de Baja Verapaz hacen alusión a la verdadera
paz con la que estos territorios fueron incorporados a la Corona de Castilla y evangelizados
sin que mediaran acciones militares (gracias a la intervención del dominico Bartolomé de las
Casas), después de que los nativos ofrecieran en primera instancia una feroz resistencia
frente a las tropas conquistadoras.
Además del castellano, en la región se hablan el q'eqchi, el Idioma poqomchi y el achí.

Índice

 1Historia
o 1.1Orígenes
o 1.2Inmigración alemana
o 1.3Franja Transversal del Norte
o 1.4Cultivo de palma africana
 2División política
 3Demografía
o 3.1El mundo q'eqchi' de la Verapaz
o 3.2Los pueblos poqomchi'es
o 3.3Pobreza
o 3.4Ciudades por población
 4Premio a la Verapaz
 5Ubicación geográfica
 6Véase también
 7Notas y referencias
o 7.1Notas
o 7.2Referencias
o 7.3Bibliografía
 8Enlaces externos

Historia[editar]
Artículo principal: Historia de Guatemala

Orígenes[editar]
Artículos principales: Capitulaciones de Tezulutlán y Verapaz (Guatemala).

El nombre original de esta región fue «Tucurután», a veces escrito como «Tuzulutrán»,
«Tezulutlán» o «Tesulutlán», y algunos autores enfatizan que se trata de un vocablo que
denomina el lugar como «Tierra de Guerra», debido a la resistencia que los nativos dieron con
la presencia española en la misma; en contraposición a esta circunstancia, fue llamada
«Verapaz» por los españoles, ya que la unión de la zona se logró por medios pacíficos gracias
a fray Bartolomé de las Casas, O.P. en el siglo XVI.
El departamento de Baja Verapaz propiamente dicho se formó durante el gobierno del
general Justo Rufino Barrios; anteriormente, era parte del vasto departamento de Verapaz, el
cual se extendía desde San Jerónimo en la moderna Baja Verapaz hasta la selva petenera.

Inmigración alemana[editar]
Artículo principal: Cobán

En la Alta Verapaz a fines del


siglo XIX los finqueros alemanes
llegaron a concentrar en sus manos
las tres cuartas partes de la extensión
total de los 8686 kilómetros cuadrados
que tenía el territorio departamental.
En este departamento llegó a tal
grado la apropiación de tierras y
hombres por los empresarios agrarios
alemanes, que un jefe político
constató que los campesinos
desaparecían de sus pueblos de la
noche a la mañana, huyendo de los
finqueros.

—Julio Castellanos Cambranes2

Entrega del café en una finca de alemanes.

En la segunda mitad del siglo XIX, el presidente Justo Rufino Barrios (1835-1885) comenzó la
adjudicación de tierras de la Verapaz a agricultores alemanes.2; los alemanes establecieron
una colonia en Alta Verapaz gracias a generosas concesiones otorgadas también por los
presidentes liberales Manuel Lisandro Barillas Bercián, José María Reyna Barrios y Manuel
Estrada Cabrera.3 La inmigración alemana en Guatemala empezó con Rodolfo Dieseldorff, en
1863; tras él vinieron grupos de inmigrantes alemanes eran en su mayoría jóvenes que
aprendieron el idioma Q'eqchi, y varios de ellos se mezclaron con algunas mujeres indígenas.
En Cobán, se centró una gran comunidad de alemanes que llegaron a dominar las tierras del
cultivo del café, donde a sus trabajadores pagaban con monedas acuñadas por cada
propietario, además que sólo podían comprar en la despensa de la finca, con lo cual el
patrono obtenía una segura ganancia extra.4
El Decreto 170 (o Decreto de Redención de Censos) facilitó la expropiación de las tierras a los
indígenas en favor de los alemanes, al propiciar la venta en pública subasta de las tierras
comunales.2 Desde esta época, la principal actividad económica fue la agroexportadora,
especialmente de café, banano y cardamomo.5 La propiedad comunal, dedicada a cultivos de
subsistencia y que había sido conservada por el gobierno del general Rafael Carrera, se
convirtió en propiedad privada dirigida al cultivo y comercialización a gran escala de productos
agrarios. Por tanto, las características fundamentales del sistema productivo, fueron desde
esa época la acumulación de la propiedad en pocas manos,6 y una especie de «servidumbre
de finca», basada en la explotación de los «mozos colonos» legalizado con el Reglamento de
Jornaleros.a7
Los alemanes se organizaron en una comunidad muy unida y solidaria, realizando actividades
sociales en el Club Alemán o Deutsche Verein, en Cobán, fundado en 1888. En sus inicios,
este grupo solo estaba compuesto por socios germanos. El lugar fue remodelado y equipado
para dar un ambiente agradable, donde los alemanes se sintieran como en su país. Contaba
con una biblioteca, con libros y revistas donados por quienes viajaban a Alemania. Tras la
expulsión de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial el club se convirtió en la
Sociedad de Beneficencia.
A finales de la década de 1890, la esposa del arqueólogo inglés Maudslay describió así a los
alemanes en la Verapaz: «Existe una proporción mucho mayor de extranjeros en Cobán que
en cualquier otro pueblo de la República: la inmensa mayoría son alemanes dedicados a las
plantaciones de café, y unos cuantos dedicados a la ganadería y a otras industrias; aún
cuando se escuchan algunas quejas por el aislamiento por los problemas con los trabajadores
y el mantenimiento de las casas, me parece que son muy afortunados desde el punto de vista
comercial dada la gran reputación que tiene el café de la Verapaz en el mercado, y la gran
importancia comercial que su industria y visión han traído a la región; y, desde el punto de
vista personal, son afortunados de disfrutar de un clima delicioso en el que pueden criar a sus
hijos de mejillas sonrosadas con salud y fortaleza, todo en los confines de una vida que es
medio tropical y medio europea. Hay muy pocos hoteles o fondas, pero la hospitalidad de los
extranjeros residentes es magnífica.»8
Dieseldorff formó un complejo de haciendas a lo largo de tres periodos: entre 1890 y 1898
adquirió las haciendas Seacté, Chiachal, Chascar, Secac-Ulpan, Santa Margarita, Paijá,
Panzal y El Salto; entre 1898 y 1910 se hizo de las haciendas Raxpec, Santa Cecilia,
Cubilgüitz, Chamcarel y Sacchicagua de Secol, San Diego-Yalpemech, Chichochoc, Chichaíc
de Santa Margarita, Pocolá y Río Frío; y, después de 1924, adquirió las haciendas
Sachamach, Tzimajil, Raxahá y Chiquixjí. Al mismo tiempo, Dieseldorff se fue haciendo de
muchas parcelas indígenas y, para utilizar al máximo las instalaciones de su beneficio de café
e incrementar el volumen de sus exportaciones, compraba café en cereza a los pequeños
productores de la región de San Pedro Carchá mediante habilitaciones o adelantos de dinero,
y también recibía café en pergamino de otros cafetaleros como Sterkel Hermanos, para
procesarlo en oro.9
Para 1900, Dieseldorff ya había establecido un verdadero emporio del café en la Verapaz.
Asimismo, se convirtió en un influyente directivo de la Compañía de Transporte del Norte, de
la Sociedad Agrícola y de la Compañía del Ferrocarril de la Verapaz. Al mismo tiempo,
continuó haciendo diferentes estudios sobre arqueología maya, etnología y botánica,
mostrando especial interés en coleccionar manuscritos históricos k'eqchie's, que fue una de
las actividades científicas que lo distinguió.9 El «barón del café» -como se le apodaba a
Dieseldorff- fue un hombre que influyó de manera beligerante en la política regional y nacional,
incluso llegó a definir algunas de las políticas de trabajo y reorganización del agro
guatemalteco.9
A partir de 1990, Max Quirín Schöder había destacado en el mundo empresarial cafetalero;
sus negocios y fincas se concentran en la Empresa Comercial Agrícola, S.A. (ECOAGRO) con
sede en Cobán. En Alta Verapaz se localizan la mayor parte de sus plantaciones cafetaleras,
herencia del potentado cafetalero alemán, Erwin Paul Dieseldorff.b quien constituyó un
emporio del aromático a finales del siglo XIX.9 Bisnieto de Dieseldorff, Quirín Schöder también
heredó la representación empresarial ante las asociaciones y cámaras agrícolas (CACIF)
construida por su padre Fredy Quirín Dieseldorff, quien durante las décadas de 1970 y 1980
dirigió en varias ocasiones la Cámara del Agro y la desaparecida Unión Nacional Agropecuaria
(UNAGRO) como representante de la Asocación Nacional de Ganaderos del Norte.9

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