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LA INICIACIÓN CRISTIANA

Iniciación viene del verbo latino initiare, que a su vez deriva del sustantivo initium, principio, en cuya raíz está el verbo
inire, entrar. Antes de ser una institución eclesiástica, fue una categoría antropológica universal

El terminus ad quem de la iniciación


El ser cristiano no es un hecho de naturaleza, sino algo que sobreviene a la existencia es primordialmente injertarse en el
misterio de Cristo muerto y resucitado, que no es un mito, sino un Acontecimiento salvífico histórico: «La iniciación
cristiana no es otra cosa que la primera participación sacramental en la muerte y resurrección de Cristo» (RICA 8). La
Iglesia no es un grupo social más; ella misma es misterio: sacramento de la Redención universal.

AGENTES DE LA INICIACION
En la iniciación es decisiva la participación activa de la comunidad de los ya iniciados: es ella la que acoge y acompaña
a los iniciados, influye en ellos y se compromete con ellos; es ella la que prevé la institucionalización del camino iniciático
para poder verificar la autenticidad de la iniciación.

El sujeto de la iniciación
Es el hombre o mujer libre, capaz de actos personales y conscientes de adhesión, con voluntad de agregarse al grupo. La
iniciación no va dirigida solamente a la mente, al hombre interior, sino al hombre con toda su realidad corporal-
espiritual. La iniciación es, pues, un paso: paso de una condición a otra, de un status a otro; por eso a los ritos de iniciación
se les llama también ritos de paso o ritos de umbral. A diferencia de otros tipos de iniciación, reservados a los varones o
a los miembros de la tribu, etc., la iniciación cristiana se distingue por su carácter universal: se ofrece a todos, sin
discriminación: a judíos y griegos, a libres y esclavos, a hombres y mujeres

Los medios de la iniciación


En la iniciación cristiana el primer paso, primordial, es la evangelización, que tiene como finalidad la conversión y la fe.
Viene luego la formación en la fe. La formación doctrinal ocupa un espacio importante en la preparación del
catecúmeno: se imparte al candidato una instrucción, elemental, sí, pero completa y orgánica (catequesis).

La iniciación es un proceso
La iniciación cristiana es también sólo el comienzo de la existencia cristiana; sólo abre la puerta a la vida cristiana, que
toda ella ha de considerarse como un proceso de conversión e iniciación permanentes. La verdadera iniciación definitiva
sólo se dará, a través de la muerte, con el ingreso en el goce de la vida eterna.

LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA


El redescubrimiento de que los tres primeros sacramentos —el bautismo, la confirmación y la Eucaristía— forman parte
del proceso de la iniciación cristiana, es decir, que son los sacramentos de la iniciación cristiana, ha supuesto un paso
importante en el camino de la renovación teológica de estos sacramentos.
- Unidad: Estos tres sacramentos, desde las épocas más remotas, se presentan como una unidad, formando parte
de una única celebración. La razón de esta unidad es que los tres concurren juntos a asegurar la
progresiva configuración del creyente con Cristo y su plena agregación a la Iglesia y a llevar a los fieles
a su pleno desarrollo (RICA 2).
- Coordenacion: Son tres etapas de un único proceso de progresiva introducción en el misterio de Cristo,
de configuración con Cristo y de agregación a la Iglesia. «Los tres sacramentos de la iniciación cristiana
se ordenan entre sí para llevar a su pleno desarrollo a los fieles» (RICA 2). El bautismo y la confirmación
tienden por su naturaleza hacia la comunión eucarística. El bautismo, puerta de la vida espiritual,
primera participación en el misterio cristiano, marca el comienzo del itinerario iniciático el momento
fundacional
- Su importancia para toda la existencia cristiana: Estos tres sacramentos revisten importancia capital
para el resto de la vida cristiana: constituyen su fundamento.
La iniciación en el nuevo testamento
Directrices
Los textos presentados son ocasionales, hablan de la agregación de nuevos miembros o bien como prueba del rápido
crecimiento de la Iglesia (en los Hechos de los Apóstoles).

En los hechos de los apóstoles: muestran el crecimiento de la comunidad cristiana en los orígenes. También, de alguna
manera nos muestran el rito que siguen y dejan entre ver su doctrina Pentecostés Hch 2,37-38.40-42.47 Elementos 1.-
Anuncio de la salvación 2.- Acogida por parte de los presentes 3.- Invitación a la conversión 4.- El bautismo Serie de
conexiones: 1. La conversión como condición para el bautismo, 2. Relación directa que se establece entre el bautismo y el
perdón de los pecados, 3. Conexión entre el bautismo y el don del Espíritu Santo, 4. El texto invita a contemplar la
iniciación cristiana. Bautismo (¿y confirmación?) en Samaria Hch 8, 5.12-13.14-18ª Elementos del proceso: 1. el anuncio del
Kerigma, 2. Su aceptación en la fe, 3. El bautismo en el nombre de Jesús, 4. La invocación al Espíritu Santo, seguida de
la imposición de las manos. curioso notar que la venida del Espíritu Santo, no se dé en el bautismo, sino, por la acción de
la imposición de las manos. El bautismo del eunuco de Etiopía Hch 8,27-28.34-39 El bautismo del carcelero de Filipos
Hch 16,30-34 bautismo de Lidia Hch 16,13-15 Bautismo (¿y confirmación?) en Éfeso Hch 19,lb-7

EN LA LITERATURA PAULINA
El bautismo aparece como una práctica común a todas las Iglesias cristianas. Textos neotestamentarios más importantes
de teología bautismal, 1 Cor 1,12b-15 17 bautismo como asociación a la muerte de Cristo. Sugiere que el bautismo genera
en el bautizado una pertenencia a Cristo. Al comienzo de la 2 Cor, al evocar los inicios de la comunidad, parece aludir a
los sacramentos de la iniciación mediante una acumulación de imágenes referentes al Espíritu (confirmar, ungir, sellar),
que luego la tradición aplicará específicamente al sacramento de la confirmación. El pasaje bautismal de mayor
densidad teológica entre los paulinos lo encontramos en Rom 6. Lo que le interesa a Pablo es la muerte al pecado. En
Rom 13,11-14 volvemos a encontrar las expresiones despojarse-revestirse que Pablo utiliza para definir lo que acontece en
el bautismo. Gal 3,26-28; 4,6-7 Se atribuyen al bautismo explícitamente una especial vinculación a Cristo (expresada con
la metáfora revestir a Cristo) y la unidad en Cristo de los bautizados, menos directamente, la filiación divina
(especialmente recalcada aquí y directamente atribuida a la fe en Jesús) y el don del Espíritu.

Primera de Pedro Al comienzo de la carta se habla dos veces del segundo nacimiento, que se atribuye una vez a la
resurrección de Jesucristo y la otra, a la Buena Nueva. Concibe el diluvio como figura del bautismo, del que surge una
humanidad purificada interiormente. El bautismo supondría en el bautizado el compromiso expreso ante Dios de una
disposición interior recta (disposición personal).

En la literatura joánica En el diálogo con Nicodemo (Jn 3,1-21), Jesús presenta el bautismo como un segundo nacimiento:
En las curaciones (signos) del paralítico de Betesda (con su alusión a la inmersión en el agua: Jn 5,1-19) y del ciego de
nacimiento (bautismo como iluminación: Jn 9,1-38), la catequesis tradicional (y quizá también el propio evangelista) ha
visto figuras del bautismo cristiano. Bautizo en nombre de Jesus, Este giro, en todas sus formas, afirma la relación que el
bautismo cristiano guarda con la persona de Cristo. Bautizar con agua – bautizar con Espíritu Las dos expresiones
aparecen con cierta frecuencia en el NT, unas veces por separado; otras, en cambio, juntas en la misma frase, pero, a
veces, en contraposición. La expresión bautizar en el Espíritu es una manera nueva de marcar diferencias entre ambos
bautismos: el de Jesús confiere el Espíritu Santo; no así el de Juan. La comunidad cristiana primitiva entendió el bautismo
en el Espíritu como un bautismo real con agua, que lleva emparejada la comunicación del don del Espíritu, y lo identificó
además con el bautismo cristiano. La analogía con la circuncisión judía, considerada ya por Pablo (Col 2,11-13) como
figura del bautismo cristiano. La santificación de los hijos por la santidad de los padres cristianos, afirmada por Pablo en
1 Cor 7,14. La necesidad del bautismo para la salvación (cf Me 16,16, Jn 3,5), que entienden se debe extender también a
los niños. La escena evangélica de Jesús con los niños (cf Mc 10,13-16

bautismo de juan y bautismo crisitiano


De todos los movimientos bautistas, el que más probabilidades tiene de haber influido en los orígenes del bautismo
cristiano es el que inició Juan Bautista. El bautismo de Juan presentaba aspectos novedosos Aunque Juan nunca se
propusiera fundar una comunidad, su bautismo se puede considerar de alguna manera como rito de iniciación y
agregación a la comunidad de los penitentes que se preparaban a la inminente visita de Yahvé.

El bautismo de Jesús en el Jordán}


Algunos han dicho que estas narraciones quieren ser expresión de lo que Jesús es, más que de lo que el bautismo cristiano
es. La presencia del agua para la remisión de los pecados. Los cielos abiertos (dimensión escatológica) la proclamación
de Jesús como Hijo de Dios (la filiación adoptiva) la venida del Espíritu Santo (don del Espíritu) la inauguración de la
misión

La iniciación antes del concilio de Nicea


A partir del s. II se encuentra información más detallada sobre el desarrollo de la iniciación cristiana. A fínales del siglo
se habla ya de una mayor organización en el catecumenado. Catecumenado Era el tiempo de la catequesis, una especie
de noviciado. La base de la instrucción era la Escritura y el símbolo de fe. Exigencias de practicas penitenciales. Rito de
la Didaje tres modelos de iniciación cristiana en la Iglesia pre nicena
1) El modelo de la Didaché inmersión —> comunión. 2) El modelo de los Hechos de Tomás unción (don del Espíritu) —>
inmersión -^ comunión. 3) El modelo de la Tradición Apostólica inmersión —> unción-imposición de manos-signacion
(don del Espíritu) —> comunión.
gnósticos valentinianos bautismo de agua sólo perdona los pecados-- bautismo del Espíritu espiritual y perfecto
Maniqueos Rechazan la creación, el agua y por lo tanto al bautismo

La doctrina del pecado original como motivación para justificar el bautismo de los niños aparece por vez primera en
Orígenes. ,Se da inicio con la teología del pecado original. El bautismo perdona los pecados y perdona el pecado original.

LA INICIACIÓN EN LOS SIGLOS IV-VII


El período que va del s. IV al VII comprende la edad de oro de la patrística (y podemos decir también que de la
institución de la iniciación cristiana), pero al mismo tiempo deja entrever ya los comienzos de un declive. Destacan las
llamadas catequesis mistagógicas. Son de interés también algunos sermones litúrgicos y los primeros comentarios sobre
la liturgia. Contamos también con una serie de fuentes canónico-litúrgicas, pero sobre todo con los primeros libros
litúrgicos que se pueden calificar como oficiales Antes del rito central del baño bautismal, el rito del Ephpheta (apertio
aurium) recalcaba el papel de la Palabra y de la fe en la iniciación; los ritos de la traditio-redditio symboli y la
traditioredditio orationis dominicae recordaban al candidato que por el bautismo iba a entrar en una comunidad de
fe y de oración; la apertura solemne del baptisterio, imagen, a la vez, del paraíso y del seno materno de la Iglesia, traía
a la memoria las dimensiones escatológica y eclesial del bautismo.
Los efectos atribuidos al bautismo: dos ritos universales polisémicos como son la imposición de la vestidura bautismal y
la entrega de una lámpara encendida.No obstante, eran también cada vez más los padres que hacían bautizar a sus
hijos en temprana edad; la práctica de bautizar en edad temprana se fue generalizando de tal suerte que, al final de
este período, los bautismos de niños predominaban sobre los de los adultos. Un hecho de graves secuelas para la evolución
ulterior de la iniciación cristiana en Occidente fue la decisión de reservar al obispo no sólo la consagración del crisma,
como sucedía igualmente en Oriente, sino también la misma unción crismal.
Vemos que Inocencio apoya la reserva de la consignación al obispo en tres clases de argumentos: de tradición, de Escritura
y de conveniencia (la conveniencia de que el ministro de tan gran sacramento pertenezca al grado supremo del
sacerdocio) En su disputa con los pelagianos en defensa de la doctrina del pecado original hereditario, los autores
católicos, especialmente Agustín, adujeron como prueba la práctica del bautismo de niños, que empezaba a
generalizarse en todas partes La teología bautismal se desarrollará en adelante en la dirección marcada por san Agustín;
estará totalmente polarizada por el pecado original. La impostación histórico-salvífica y la atención a la dimensión
eclesial se irán diluyendo poco a poco. Andando el tiempo, parece como que la tendencia entre los orientales ha sido la
de insistir quizás más en el don del Espíritu (gracia increada), mientras que los occidentales, sin descuidar ese aspecto, se
han preocupado más y más por definir el efecto (gracia creada) del sacramento.

DESDE LOS DATOS DE LA EDAD MEDIA DESCRIBA LOS AVANCES TEOLÓGICOS-LITÚRGICOS DE LA


IGLESIA EN COMPARACIÓN CON EL DATO PATRÍSTICO.
EDAD MEDIA
 Se tiende a dotar a la confirmación de rito propio autónomo.

 El bautismo empieza a considerarse fundamentalmente como un medio de salvación personal.

 La práctica romana de reservar la crismación al obispo se fue extendiendo, lo que lleva a una disociación del
bautismo y la confirmación en occidente.

 Los ritos episcopales de la unción con crisma y la consignatio se fundieron en un solo rito la signación con el crisma.

 Sufren y merman algunos valores del pensamiento teológico patrístico, la sensibilidad simbólica, el uso de la
tipología bíblica, la concepción histórico-salvífica, la dimensión eclesial, la atención a la acción del Espíritu.

 Respecto a la confirmación en Occidente se sigue atribuyendo a este sacramento el don del Espíritu septiforme
y relacionando la unción crismal con la unción de reyes y sacerdotes del AT, y con el misterio de Pentecostés.

 En Oriente, una vez que se generalizó la unción posbautismal, prolifero la literatura encomiástica sobre
el myron, en forma de homilías o tratados y comentarios al rito de su consagración.

 En Occidente hasta el s. XIV las fuentes siguen hablando de triple inmersión; a partir de estas fechas el bautismo
por inmersión irá cayendo en desuso para quedar suplantado definitivamente en el s. XV por el bautismo por
infusión.

 En el ritual de la confirmación la imposición de las manos fue perdiendo importancia, incluso en Occidente; se
fue convirtiendo en un elemento secundario.

 Se da la aplicación del método dialéctico también a la teología de los sacramentos del bautismo y confirmación.

 Preocupación por estructurar sistemáticamente todo el saber teológico.

 Se trabaja por plantear con más precisión las cuestiones, ampliar su número, analizar y definir mejor los
conceptos y ofrecerlo todo como un cuerpo de doctrina.

 Se preocuparon por determinar las causas de los sacramentos.

 Causa, la pasión de Cristo, y la Trinidad.

 Desde su hilemorfismo planteaban variedad de quaestiones sobre la materia y forma de estos sacramentos: sobre
materia remota y materia próxima; sobre la materia y forma esenciales; sobre los elementos que son necesarios
en la fórmula para su validez.

 Respecto al rito es importante la fe requerida en el sujeto adulto; el rito mismo como profesión de fe: fe en la
Pasión; fe en la Trinidad; la influencia de la fe en la causalidad del sacramento; el papel de la fe de la Iglesia en
el bautismo (de niños sobre todo); la relación entre la eficacia objetiva del sacramento y la cooperación subjetiva
del hombre

 También se abordan cuestiones sobre el sujeto del sacramento y sobre el ministro del sacramento.

 En el S. XIII se habla sobre los efectos que confieren los sacramentos.

DESCRIBE Y EXPLICA LAS CONTROVERSIAS EN LA REFORMA Y LA RESPUESTA DE LA TEOLOGÍA


CATÓLICA
• En el siglo XVI tuvo lugar la controversia entre los reformadores y la Iglesia católica

• Los dos primeros sacramentos de la Iniciación Cristiana no constituyeron un tema central.


• No obstante, toda vez que en este tema, llegaron a posturas en las que había contradicción con la
doctrina católica, el concilio de Trento se vio obligado a pronunciarse contra sus errores.

• Todos los reformadores del s. XVI valoraban positivamente el bautismo y lo consideraban un sacramento,
aunque su doctrina bautismal se resiente de la concepción que cada grupo tiene de lo que es un
sacramento.

• Todos coincidían también en negar la sacramentalidad a la confirmación.

• REFORMADORES

LUTERO El bautismo es el sacramento fundamental para la vida cristiana,


que hace posible la eficacia del otro sacramento (la Eucaristía).
Atribuyó gran importancia a la articulación palabra-sacramento
(palabra-agua).
Acentuó la importancia de la palabra; al agua la eficacia le viene
de la palabra. El bautismo es ante todo una forma particular de
la Palabra de Dios: el bautismo es palabra de Dios en el agua.
El verdadero bautismo es la fe, tiene un carácter escatológico.
Para Lutero hay identidad entre el signo y la acción salvífica.
ZUINGLIO Niega al sacramento toda significación religiosa para reducirlo a
un acto exterior de orden político y social.
Afirma que el bautismo es mero signo, una res externa, que sólo
remite a la res vera, que es el bautismo de Espíritu.
No es causa de Gracia, es más un testimonio que un sacramento.
No considera el bautismo necesario ni para el perdón del pecado
original ni para la salvación.
CALVINO En la línea de Zuinglio consideraba el sacramento como signo
exterior por el que Dios sella en nuestras conciencias las promesas
de su benevolencia para con nosotros, para fortalecer la flaqueza
de nuestra fe y para que nos demos mutuamente testimonio, de
que le tenemos por nuestro Dios
No tiene eficacia más que como testimonio de la gracia de Dios y
como sello del favor que nos otorga.

• Contra la lógica de sus principios, Lutero, Zuinglio y Calvino aceptaron y justificaron el bautismo de los
niños.
• Ante la postura de los reformadores la teología católica responde con el Concilio de Trento (1545),
acerca de la reflexión sobre el bautismo y la confirmación.

Los pronunciamientos conciliares estuvieron condicionados, de un lado, por las


negaciones de los reformadores, y, del otro, por la doctrina de los escolásticos (y por
las declaraciones del Decretum pro Armenis).
Se indica como buena la doctrina sobre el bautismo que propone la Iglesia romana. El bautismo es
*
sacramento en sentido verdadero y propio, superior al de Juan.
*El sacramento del bautismo y el sacramento de la penitencia son dos sacramentos distintos; se
diferencian en la materia, en la forma, en el ministro y en los frutos.
*El bautismo no es libre, sino necesario para la salvación, como único remedio contra el pecado
original y única causa de justificación, aunque lo puede suplir el votum baptismi. Por tanto, los
niños deben ser bautizados.
*Las disposiciones requeridas en el sujeto para la justificación sacramental son la fe, el
arrepentimiento y detestación de los pecados personales, la esperanza, el deseo del bautismo y el
propósito de iniciar una vida nueva.
*Al ministro se le pide la intención de hacer lo que hace la Iglesia y se afirma la validez del
bautismo conferido por herejes.
* El bautismo ejerce una causalidad instrumental real ex opere operato.

*El bautismo borra el pecado original tanto en los adultos como en los niños, aunque no la
concupiscencia; no los hace inmunes al pecado. Borra los pecados actuales personales. Condona
todas las penas temporales debidas al pecado.
*Por el bautismo el hombre es renovado interiormente, justificado, revestido de gracia
santificante, positivamente santificado, convertido en hijo adoptivo de Dios, incorporado a Cristo,
hecho amigo de Dios, sin que nada quede en él que pueda odiar Dios.

*El bautismo confiere las virtudes infusas de fe, esperanza y caridad.


*El bautismo es puerta de entrada en la Iglesia; hace miembros del Cuerpo de Cristo; somete a los
bautizados a las leyes de la Iglesia.
*Por fin, el bautismo imprime carácter en el alma, es decir, una señal espiritual e indeleble por cuya razón
no puede repetirse el bautismo.
El concilio abordó también el tema de la confirmación, vinculándolo estrechamente con la
doctrina de los sacramentos en general y del bautismo.
Se limitó a afirmar, contra la unánime negación de los reformadores, que la confirmación no es sólo una
ceremonia superflua ni una especie de catequesis, sino verdadero sacramento, uno de los siete; que es uno
de los tres sacramentos que imprimen carácter y que el ministro ordinario es únicamente el obispo.

• Estos pronunciamientos del concilio, en su conjunto representan una exposición bastante completa y
autorizada de la doctrina católica acerca de estos dos sacramentos de la iniciación, que durante algunos
siglos serviría de punto de referencia a los teólogos católicos.

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