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INTRODUCCIÓN:

En este trabajo vamos a presentar a Hadewijch de Amberes. En primer lugar


introduciremos quién fue, hablaremos al grupo al que pertenecía y haremos una
introducción histórica del contexto donde vivió. Luego haremos un desarrollo de su
pensamiento (y de las beguinas) y de su aporte en sus escritos. Al concluir haremos una
síntesis donde destacaremos su mensaje actual para nosotros hoy. Para su desarrollo
tomaremos su libro “el lenguaje del deseo”.

Hadewijch fue una poetisa y escritora mística cristiana perteneciente al movimiento de


las beguinas. Nació aproximadamente a fines del siglo XII en Amberes, Brabante que
todavía formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico y murió alrededor de la
primera mitad del siglo XIII, hacia 1260 en Nivelles. El Ducado de Brabante fue un
antiguo ducado situado entre los Países Bajos y Bélgica. En la época romana, Brabante
estaba repartido entre las provincias romanas de Galia Bélgica y Germania Inferior y
habitada por tribus celtas hasta que pueblos germánicos los reemplazaron y terminaron
con el Imperio romano.

Hadewijch perteneció a la comunidad de mujeres laicas católicas conocidas


como beguinas, que se sometían a la vida de comunidad sin constituirse en conventos ni
tener jerarquía entre ellas, se dedicaban a la contemplación y a realizar obras
de caridad entre pobres y enfermos. También tenían votos de castidad de duración anual.
La conocemos más bien por sus escritos que por otras fuentes. Los escritos que tenemos
de Hadewijch son “poemas del lenguaje del deseo”, “Flores de Flandes” y “Dios, amor y
amante”.

En cuanto a sus visiones, cartas y poemas no sobreabundan los datos que podemos
alcanzar de su biografía. Tenemos su nombre, su lugar de nacimiento y el título de
bienaventurada, que es atribuido a las beguinas. Entre 1220 y 1240 se sospecha que fueron
escritas sus obras. En sus cartas y poemas aparece como maestra de un grupo no
organizado de amigas muy queridas, de las que se vio obligada a separarse. Fue luego
perseguida y amenazada con el destierro y la prisión. Es por esto que se deduce que haya
pertenecido al movimiento beguinal. También hay un testimonio de un cocinero de
Ruisbroeck que cita sus grandes escritos. Sus escritos circularon pero en el siglo XIV
cayeron en el olvido. Volvieron a ser descubiertos en 1838 por dos investigadores de la
poesía medieval que fueron Mone y Snellaerte. Encontraron en la Biblioteca real de
Bruselas unos escritos que más tarde adjudicaran a Hadewijch ya que encontraron su
nombre en uno de los márgenes medio oculto. En 1867 fue confirmado al encontrarse un
tercer manuscrito de ella.

El mundo de la Baja Edad Media donde ella vive es un mundo de mucho cambio. Ella
vivió en la “Época del apogeo del romántico, de la aparición del gótico, del florecimiento
de la poesía erótica y religiosa, de los romans del rey Arturo, de Tristán e Isolda, de los
grandes ciclos épicos. Es la época de la expansión de ciudades y los gremios, del
advenimiento de la burguesía; se fundan las universidades más importantes, se vive el
apogeo de las ordenes monásticas y la predicación itinerante”1. Europa en estos tiempos
de cambio vive una confluencia de pensamientos importantes. En ella “se recrea una
cultura plural, árabe, y griega, cristiana, judía y musulmana”2. Pero al mismo tiempo son
momentos de cruzadas y de la Inquisición.

“La historia suele olvidar a los vencidos(…) por ello es necesario ir mas alla, mantener
otras hipótesis, sospechar y leer los documentos entre líneas, trasladarse por completo a
los acontecimientos evocados (…) Pero por la naturaleza misma de las cosas los
documentos proceden de los vencedores”3

El mismo Gilbert Durand en su repaso de la historia olvidó a las mujeres en la edad media.
¿Y quiénes son las beguinas? Hacia finales del siglo XII, principios del XII, un
movimiento de mujeres que fueron formando un grupo, luego comunidades. Este grupo
no era ni en un claustro ni tenía reglas, por tanto era atípico. No tienen clasificación ya
que son tanto activas como contemplativas. No tienen un fundador determinado ni
responder directamente a Roma ya que son laicas. Surgieron en el norte de Francia,
Bélgica, Baviera. El primero de estos grupos lo encontramos en Brabante y se suele citar
a María de Oignies (1177- 1213) quien logró una aprobación oral solamente de Honorio
III para seguir adelante con su vida y obra. Logró convencer a su marido de vivir como
hermanos y vivir una vida de piedad y servicio extrema cuidando a leprosos y enfermos.
Luego de doce años se retiró a una celda y vivió la pobreza total. Ella explicaba y hablaba
del Cantar de los Cantares como pocas. Fue famosa luego y la iban a visitar personas de

1
Ídem pág. 16
2
Ídem
3
S. WEIL, Echar Raices, Trotta Madrid, 1996
todos los rangos para escuchar sus consejos. Este es un relato breve de una de las primeras
beguinas para poder observar quienes son.

La obra de Hadewijch es por lo que se sabe una de las más antiguas. De estos movimientos
podemos destacar a Matilde de Magdeburgo y Margarita Porete. La primera escribió “La
luz resplandeciente de la divinidad” donde hace eco la importancia de la experiencia en
el amor y en el conocimiento. Y Margarita escribió “Espejo de las almas simples y
anonadadas” donde su misticismo radical la llevó a que la condene la Inquisición y que
sea quemada en la hoguera. Que dichas mujeres vivan una vida de oración tan
contemplativa y una vida activa formidable hizo que sean sospechadas en su época. Ellas
comparten y tiene una relación cercana a los cistercienses y a frailes mendicantes. Es por
ello que reciben muchos libros y autores para seguir creciendo. Pero había muchas cosas
más que hacía que sean sospechadas. La Jerarquía de la Iglesia no estaba acostumbrada a
ver movimientos demasiado independientes y menos aún si se trata de mujeres. Era un
tiempo donde era costumbre que haya grupos condenados de heréticos. Es por eso que
los límites de ortodoxia y de herejía eran de difícil distinción. Y por eso pasaba que grupos
que tienen actitudes “raras”, resalten y causen sospechas por parte de la Jerarquía.

Si nos preguntamos de dónde provenía dicho temor y de donde surgía, tenemos que
entender más profundamente el contexto. Es un tiempo donde la libertad es parte de la
revolución religiosa de la edad media. Es la vuelta a los orígenes que demuestran eso. Es
la vuelta a la esencia del evangelio donde se rescata o se revaloriza la pobreza y sencillez
de Jesús. Es el resalto de la figura de María Magdalena que atraía considerablemente a
las estas fabulosas mujeres místicas. Ellas profundizaban y tenían al alcance el material
para leer y estudiar y esto también incomodaba (como dijimos que los conseguían por
medio de los religiosos). Es por ello que en 1242 los dominicos decidieron terminar de
pasar las traducciones y así evitar problemas mayores con la Jerarquía de la Iglesia. Es
por esto entre otras cosas que decidiera el obispo Bruno en 1273 ordenar que se casen o
que integren una comunidad. Que estén fuera del control de la Jerarquía era un tema que
ponía incomodo a la misma jerarquía.

Es muy interesante porque Eckart conoce a las mujeres cuando es enviado pastoralmente
para atender dirección espiritual allí y es allí donde no encuentra locura sino misticismo
y teología. Es enviado en el año 1313 y pensamos que se habrá encontrado una sorpresa
ya que en el concilio de Letrán en 1215 se había sido muy tajante y se había prohibido la
predicación de laicos y la creación de nuevas órdenes religiosas. Lo ya mencionado sobre
la pobreza y la sospecha a los movimientos de mujeres de la época era muy fuerte. En
1312 el mismo concilio de Vienne, el Papa Clemente V condenó a las beguinas (junto a
las begardas de Alemania). Se declararon las constituciones Cum de quibusdam y
Adnostrum, promulgadas luego por Juan XXII en 1317. Se las describía diciendo que
eran medias locas y que discutían de la Santa Trinidad y de la esencia divina. Se las
excluía argumentando que enseñaban doctrina falsa y que se vestían de religiosas sin
serlo. El mismo Eckhart corrió la misma suerte y termino siendo acusado. Pero si vamos
a un análisis profundo se ve que en general se las asociaba a otros grupos “infieles”. Las
mujeres se mantenían dentro de la ortodoxia e incluso algunas serán admitidas en las
terceras órdenes. Algunas llegaron a “safar” de la condena y la mirada despectiva pero
otras no. En general no se las consideraba admisibles. Su estilo viviendo en comunidades
urbanas, cuidando enfermos, enseñando y trabajando en el oficio de trabajadoras,
alimentando a pobres y atendiendo moribundos no era un estilo tolerable o al menos era
sospechoso. Las mismas corrientes heréticas solían dedicarse a los trabajos de tejido. No
era tolerable verlas fuera de las iglesias, mendigar por las calles y escoger sus propias
maestras.

Todo este sueño acabó en el siglo XIII cuando en 1207 Inocencio III proclamó la cruzada
contra los cátaros. El Papa se pensaba a sí mismo emperador de occidente e hizo una
alianza con el rey de Francia, que buscaba territorio en el sur sobre los cátaros. Así se
produjo la catástrofe que acabó con la civilización. Gregorio IX convirtió piensan algunos
la Inquisición en Pontificia y los dominicos fueron nombrados inquisidores. Inocencio IV
autorizó el empleo de tortura. En 1307 el rey de Francia mandó ordenar a arrestar a los
templarios. En 1310 se condenó a la hoguera a la misma Margarita Porete. En este difícil
contexto de comprensión se puede decir que se entró en una de las peores etapas y más
conflictivas que fue dando fin a la época “edad media” (alrededor de fines del siglo XII
y principios del XIV). A finales del siglo XV y en el XVI la visión de la mujer austera y
sometida a su marido empezó a ser más común. Se hace una reducción sobre la mujer y
su estilo de vida. La mujer del cortés es despreciada (por estereotipos de mujer borracha,
perezosa, etc.) y se empieza a entender como modelo en la sociedad a la mujer del burgués
laborioso. Es por eso que en el siglo XVI ya no se hablará más de beguinas.
DESARROLLO:
Luego de adentrarnos en la vida de Hadewijch y en las beguinas y en el mundo donde
vivieron ahora desarrollaremos brevemente su pensamiento y el aporte de sus escritos.
Primero haremos un planteo en general y luego haremos algunos comentarios de los
poemas de Hadewijch de “el lenguaje del deseo”. A Hadewijche se la considera la
primera escritora en lengua flamenca y una de las mejores. Se inicia con ella la escritura
en lengua materna, vernácula. Mujer de cultura asombrosa y donde se ve una influencia
de la poesía cortés y francesa y un manejo del latín. En sus escritos podemos ver lo
importante de la experiencia desde la que se mueve y escribe. La experiencia hace que
sus escritos no se cierren al dogmatismo. Dialogan dos tendencias: la mística nupcial y la
mística de la esencia. La primera revelada a lo largo de la escritura, en especian en el
Cantar de los Cantares, texto sumamente comentado por los Padres de la Iglesia y tantos
otros. Bernardo de Clareval hablará mucho en referencia al Cantar, haciendo hincapié en
las relaciones del alma con Dios y su unión íntima. Por ejemplo dice que “tal unión es
para ellos una comunión de voluntades y un acuerdo de amor”4. La segunda mística
refiere a la plenitud de esta unión donde el alma se ve totalmente sumergida en lo divino,
donde desaparecen el tú y yo. En la autora el “movimiento místico de unión incluye amor
y conocimiento- hablará de razón iluminada por el amor- y culmina en el abandono, en el
deshacimiento, en la renuncia a lo que se es”5. Lo central es llegar a ser lo que en realidad
somos desde siempre en Dios. Ahora bien, todo esto se cumple más allá de las palabras e
ideas. Por eso decíamos que lo central es la propia experiencia y su culmen se produce en
el silencio total que incluye la renuncia total para alcanzar la unión total. Ésta unión total
no supone la eliminación de la diferencia. El lenguaje utilizado se debe a que la “unidad
escapa al lenguaje conceptual”6 y por eso la misma Escritura Sagrada y sus comentarios
refieren a las experiencias de amor humanas. La autora como dijimos aprende mucho al
mirar el amor cortés de su época. Es desde este amor cortés y caballeresco que surge la
novedad y del término “Minne, femenino en neerlandés antiguo que suele traducirse por

4
SAN BERNARDO, Sermones in Cantica Canticorum, 70, PL 193, 1126
5
HADEWIJCH, El lenguaje del deseo, Ed. Trotta, Madrid, 199, pág. 15
6
Ídem
Amor”7 que usa constantemente en su escritura la autora. Éste término le permite hablar
con libertad y con símbolos abiertos sobre su experiencia con el Amor divino.

Dicha unión (acuerdo de amor, renuncia) no implica alejamiento del mundo. Hadewijch
logra conectar de manera armoniosa la vida contemplativa e activa. La orientación de
toda la persona a Dios supone libertad y disponibilidad para el mundo y para los otros.
Éstos son creados por Dios y buenos por tanto. Su visión tiene que ver con volver a los
orígenes de la creación del hombre y sus orígenes. Que el hombre descubra su belleza y
también su finitud. Su deseo es que el hombre viva finalmente alcanzando la plenitud de
su ser revelado en la vida de Jesús. Ésta visión es sumamente actual en la teología del
concilio Vaticano II. La vuelta a los orígenes desde la antropología y desde la teología
(volviendo a los Padres de la Iglesia) es sumamente actual. Lo mismo que el llamado a la
trascendencia del hombre (unión divina) y su finitud. Es sorprendente encontrar ésta
visión en estas épocas. Aquí es donde entendemos como fueron silenciadas por tantos
años por una metafísica y una visión clásica que tapo mucho (sin intención de
menospreciar lo clásico medieval pero sí advirtiendo su fuerza abarcadora y así
excluyente). Tambien nos hace eco la orientación de la personal al mundo y los otros de
lo que luego sería la fenomenología en el siglo XX (esto no quiere decir que no se trató
también en otros autores pero no deja de ser sorprendente verlo con tanta claridad en éstas
mujeres).

En cuanto a la mística especulativa se podría decir que hay anteriormente en cierta forma
en san Agustín, Pseudo- Dionisio, Máximo el Confesor, Escoto Erígena y Guillermo
Saint- Thierry. La divinización que tienen las místicas la vemos en el cristianismo oriental
y en el platonismo árabe. Por eso decimos que las beguinas toman de manera sorprendente
todo esto y hacen una síntesis superadora. Hay autores que afirman con claridad que el
mismo Eckhart tomó de las beguinas parte de su pensamiento en lo que se refiere al
retorno del hombre a su origen divino, a ser Dios con Dios o Dios en Dios, superando
todo razonamiento y pensamiento. Las beguinas lo expresaron a ello de una manera
extraordinaria al desarrollarlo en el amor cortés y del Minne- Amor. Este amor se trata de
“de un nuevo modo de ama, de conocer y de vivir; de un amor que nada detiene y nada
satisface, que renueva la expresión literaria, pero también la vida, expresando con una

7
Ídem
cantidad de matices y una riqueza de imágenes de una belleza extrema. Es la vuelta del
amor total a la Divinidad (…) es un canto a la pasión, pero también a la inteligencia”8.

Uno al introducirse en los poemas de Hadewijch entra realmente en un nuevo modo de


amar, conocer y de vivir. La expresión literaria es muy amena y uno entra sin dificultades.
Es impresionante leer poemas tan lejanos en el tiempo y tan cercanos en la vivencia
espiritual. Esto se debe a que al compartir y centralizar en los poemas sus vivencias
personales, logra empatizar con el lector a pesar de la distancia del tiempo. Su vivencia
es similar, cercana, analógica a experiencias del lector. La facilidad para entrar a sus
poemas se debe también a un lenguaje no de difíciles términos. Además podemos agregar
que los temas van y vuelven. Los temas importantes que quiere remarcar se vuelven a
repetir a lo largo del poema y eso hace que uno vaya fijando lo importante. Podemos decir
que por ejemplo la vida, la muerte, los dolores, las alegrías, el amor dispuesto a renunciar
y a sufrir, el gozo de amar son todas temáticas que se vuelven a repetir de manera circular
y a uno lo ayuda a seguir andando por los poemas sin tener el pensamiento de que se está
perdiendo temas arduos o complicados. Esto no quiere decir que uno no levanta la mirada
para reflexionar. Algunos dicen que éste “levantar la mirada” habla de la profundidad del
escrito. Así pasa con los poemas de ella. Uno frena e interioriza lo expresado o vuelve
luego para recordar (volviendo a pasar por el corazón). La profundidad de la experiencia
hace que uno también entre a reflexionar acerca de lo dicho en la propia vida.

En los poemas encontramos un enamoramiento a Dios y una historia de amor total que a
uno lo cautiva desde el primer momento. Se juega la libertad (dramática en Von
Balthasar) donde ella en su juventud eligió dejar todo y seguir el camino del amado. Es
allí donde surgen las verdaderas alegrías que hacen dejarlo todo. Es luego cuando
aparecen gozos pero también tristezas y donde se generan diálogos de amor que van a lo
profundo de la existencia. “ Quien en su juventud se consagra al Primer Amor, y con todo
su ser se somete entregándole el corazón; quien en las puras virtudes le consagra su
espíritu, dispondrá libremente de su extraño poder; tendrá la plenitud a la que nada puede
faltar, y mediante dulce violencia se adueñará del Amor”9 (no está en transcripto en
columnas). Luego el poema advierte lo que decíamos de los dolores y la renuncia diciendo
“que faltan a mi corazón palabras para expresar su desdicha” aunque aclara que “la agonía

8
ídem, pág. 15

9
HADEWIJCH, El lenguaje del deseo, Ed. Trotta, Madrid, 199, pág. 69, poema IV.
no es tan dura como el hambre de amor”. Esta doble dinámica de plenitud (paz en sentido
bíblico) y de dolor es constante en sus poemas. La exigencia del Amado es fuerte y total:
“quiere que todo se entregue y que amar sea nuestra vida” y es por esto que “del mismo
Amor recibirá la fuerza que le falta”.

Cada poema tiene relación con una estación del año. En el año nuevo (poema V) se dedica
a desarrollar la renovación del amor. “Nueva floración y mucha alegría nueva” dice la
autora. Vuelve a hablar “que el amor compensa con su dulzura todas las penas nuevas”.
Es fantástico la manera y el proceder de la situación del alma enamorada en cada
momento. La renovación consiste en que “el amor es nuevo a cada instante y se renueva
cada día” y es allí donde se pregunta por la etapa de la vejez: “Ay, ¿Se puede seguir en la
vejez, renunciando al amor en pena y sin provecho? Pues se ha separado del camino nuevo
y le escapa a la novedad de un amor nuevo en el amor esencial de los nuevos amantes. Es
sugerente el modo directo de hablar en el poema de las personas que ya transcurrieron
parte del camino del amor. La gente que no se abre ya a la novedad del amor es la que
envejece. Son “los sabios, ancianos renovados que de nuevo se dan al Amor y a él se
entregan por completo, los llamo jóvenes ancianos”. Es magnífico el pensamiento y
escrito de la autora.

En el poema XI habla de seguir el propio ser y que debe vivir “según soy”, incluso ante
las dificultades. Esto nos hace pensar en la cantidad de dificultades que vivió la autora y
su grupo y en la fidelidad total de amor hasta el extremo como el Maestro. “Debo vivir
según soy; lo que el Amor me inspire (…) sufrir por amor es vencer (…) No puedo
conocer al Amor si no renuncio a mí”10. Es escalofriante ver en el poema el terror a la
infidelidad que le tiene y su deseo de amar cada vez más al Amor. Estos son algunos de
los poemas y algunas temáticas neurálgicas de sus escritos. Éstos nos muestran el
desarrollo de su pensamiento y su experiencia para vislumbrar el estilo y la profundidad
de sus escritos.

10
Ídem, Poema XI, pág. 89- 90
CONCLUSIÓN
Luego de hacer este camino intenso y rico podemos decir que; conocer la vida de las
beguinas y la vida y obra de Hadewijch nos ayuda muchísimo a poder vislumbrar algo de
la época medieval a la que no le prestamos su debida atención en conjunto. En su visión,
en su vida, en su estilo podemos observar y aprender muchísimos temas tan actuales para
nuestra espiritualidad del siglo XXI. Su simpleza, su desprendimiento, su fidelidad, su
atención a los pobres y marginados, su vivir en comunidad son algunos de los elementos
esenciales del Evangelio que lo viven en carne propia. También su intensa espiritualidad
como hemos visto, nos ayuda a revalorizar y reconocer sus enormes aportes. Su síntesis
entre su experiencia espiritual y su estilo de vida es una enseñanza sumamente importante
para nosotros en la actualidad.

Los aportes que hemos visto son inmensos, tanto en espiritualidad como la teología. En
esto último se podría avanzar más (en este trabajo no lo pudimos desarrollar)
profundizando la comprensión Trinitaria tan actual y tan viva en las mujeres beguinas.
Para mí fue un descubrimiento sumamente novedoso e importante. Desconocía la
profundidad de su obra y sus poemas. Agradezco que se hayan podido rescatar para la
historia viva de nuestra teología e espiritualidad sus escritos y el testimonio de dichas
mujeres. Son un ejemplo para nuestro camino y una fuerza para vivir en, para y por el
Amor.

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