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HISTORIA POLÍTICA Y SOCIAL LATINOAMERICANA Y ARGENTINA CONTEMPORÁNEA - Mangiantini

50 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO

ner una fuerte significación para la definición del peronismo


como un caso peculiar dentro de la genérica categoría de
“populismo” a la que suele adscribirlo, indiferenciadamente, Murmis, Miguel y Portantiero, Juan Carlos. Estudios sobre los orígenes del peronismo (edición
la literatura sociológica y política más corriente. definitiva). Buenos Aires, Siglo XXI, 2004, Primera Parte.
Ambos artículos no son inéditos. En tiradas reducidas fue-
ron ya publicados como documentos de trabajo por el Cen-
tro de Investigaciones Sociales del Instituto Torcuato Di Te-
lla, en los años 1968 y 1969, e inicialmente fueron concebidos Primera parte
como parte de un proyecto más vasto, que debió interrum-
pirse bruscamente. La actual reedición reproduce, sin modi- CRECIMIENTO INDUSTRIAL
ficaciones, la versión original. Ambos trabajos, pese a estar
desde hace tiempo agotados, han sido utilizados como mate-
Y ALIANZA DE CLASES
rial bibliográfico en cursos dictados en distintas facultades y EN LA ARGENTINA (1930-1940)
ese hecho es el que motiva, básicamente, su reproducción
textual: es interés especial de los autores incorporar más am-
pliamente los dos estudios al debate sociológico y político, co-
mo un estímulo importante para una reelaboración de cier-
tos aspectos parciales, actualmente en proceso de discusión.

M. M. y J. C. P.
Buenos Aires, diciembre de 1971
1. Introducción*

Durante la década del 30 tienen vigencia en la Argentina


políticas y reagrupamientos de fuerzas sociales centrados en
el intento de dar respuesta a ese hecho nuevo que es el ace-
lerado crecimiento industrial y sus consecuencias sociales.1
Examinar estos reagrupamientos, sus alcances y sus limitacio-
nes constituye un marco central, a nuestro entender, para
analizar la fórmula alternativa que el peronismo y los gobier-
nos que sucedieron a este movimiento fueron poniendo en
práctica.
El supuesto de nivel más general es que todo proceso de
industrialización por sustitución de importaciones o de “in-
dustrialización sin revolución industrial”, como el que se dio
en la Argentina, del mismo modo que plantea características
diferentes de las de los modelos clásicos en la estructura eco-
nómica, promueve también alternativas particulares en la di-
mensión sociopolítica, sea en el tipo de estratificación, en los
reagrupamientos y alianzas de las clases propietarias, en la
forma de movilización de las clases no propietarias, en el pa-
pel del Estado y de los grupos políticos, etcétera.

* Este trabajo forma parte de una investigación más vasta, referida a los orígenes del
peronismo. En tanto este movimiento puede ser categorizado como una respuesta
a los problemas que plantea una estructura económico social en la que ya existe un
significativo peso de la industria, pensamos que el estudio de la década del 30 resul-
tará pertinente, pues puede servir para mostrar cuál fue la primera respuesta al pro-
ceso, en el momento en que éste comienza a tomar caracteres significativos.
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Afirmar, por lo tanto, que el período abierto en 1930 re- supone que el sector industrial no tiene conciencia
presenta una primera respuesta a ese proceso puede tener clara de sus intereses. Se mantendría en este caso a los
consecuencias tanto para el análisis específico de la situación terratenientes como enemigos de la industria y a los
argentina, cuanto para la aplicación de modelos teóricos pa- industriales como “objetivamente” opuestos a los te-
ra el análisis de los procesos sociales durante el crecimiento rratenientes.2 El desarrollo de la oposición exige la ac-
industrial. tuación de otros grupos, unos, poseedores de esa con-
La teoría más habitual propone, en este sentido, un pre- ciencia de la que carecen los propios industriales —el
sunto modelo clásico descriptivo de la orientación de las cla- Ejército—, y otros, más dispuestos a la lucha que el
ses y los grupos sociales frente al crecimiento industrial, cu- propio grupo en cuestión, la clase obrera.
yos componentes polares serían éstos: Aparecen también nuevos grupos aliados a los terra-
tenientes: sectores de la clase media, que categori-
1. los propietarios agropecuarios, genéricamente califi- zaríamos como “terciarios” de los propietarios lati-
cados como la “oligarquía”, terratenientes latifundis- fundistas. Puede incluso, en el modelo, darse una
tas cuyo interés objetivo y subjetivo está en el mante- discontinuidad en el sector industrial, pero la oposi-
nimiento de la preeminencia de la tierra como fuente ción básica de intereses y la línea de tendencia del de-
de ingresos, estatus y poder, con actitudes tradiciona- sarrollo histórico se mantiene: la contradicción prin-
les y opuestos al fortalecimiento de nuevas actividades cipal sigue siendo la que separa la economía agraria
productivas y al afianzamiento de nuevos grupos vin- de la economía industrial. Jorge Abelardo Ramos re-
culados a ellas, sus posibles contendores en lo econó- presentaría casi literalmente esta posición, aunque su
mico, lo político y lo social; examen no se agota en las relaciones internas de las
2. los propietarios industriales, cuyo interés objetivo y clases, sino que incorpora la ligazón con el exterior de
subjetivo reside en el crecimiento de las nuevas activi- la economía agroexportadora.3
dades y en la conquista del poder político y el estable- b) Otra versión mantiene el modelo en cuanto a la iden-
cimiento de su hegemonía social, con orientaciones tificación de los contendores y sus orientaciones, pe-
modernas y rechazando las situaciones “feudales” im- ro en este caso serían los terratenientes quienes, inad-
productivas. vertidamente, habrían favorecido al sector industrial.
En este caso parecería suponerse una coincidencia
En un primer paso, retengamos de esta caracterización transitoria de intereses muy específicos en medidas ta-
sólo la aceptación o el rechazo de las actividades industriales. les como el control de cambios, pero una oposición
Diversas modificaciones de este modelo simplificado apare- de fondo, tanto en intereses como en actitudes. El tra-
cen en la literatura: tamiento de Guido Di Tella y Manuel Zymelman y el
de Walter Beveraggi Allende se acercan a esta posi-
a) Se mantiene el modelo en cuanto a la identificación ción, así como la interpretación dada por Aldo Ferrer
de las oposiciones de estos dos contendores, pero se al período.4 No obstante, a veces, dentro de esta va-
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riante, se supone también bajo grado de conciencia Nuestro examen de la actuación de entidades corporati-
de los industriales. vo gremiales, partidos políticos y gobierno durante el perío-
c) Más nos alejamos del modelo clásico cuando, aun man- do que analizamos, nos lleva a presentar una imagen del pro-
teniendo la imagen del corte, se postulan ciertas discon- ceso que rechaza todas las versiones del modelo que se
tinuidades dentro de cada uno de los sectores. Así, se centran sobre una oposición más o menos expresa entre
admite que el sector terrateniente pasa ya a aceptar grandes terratenientes y burguesía industrial, incluyendo
cierto tipo de industrialización limitada, liviana y de- aquella según la cual no se daría una alianza sino una coinci-
pendiente y que en esa medida consigue aliarse con el dencia coyuntural entre ambos grupos.
sector más concentrado de los industriales, pero que Con los enfoques c) y d) compartiríamos, en cambio, la
subsisten dentro de los propietarios de industria gru- imagen de una comunidad de intereses entre ambos sectores
pos no monopolistas que aspiran a un desarrollo ma- en esta etapa y también la suposición acerca de las limitacio-
nufacturero independiente, con crecimiento de indus- nes que presentaba su propuesta de industrialización.
trias de base y expandido en el mercado interno. Esta Nos acercaremos a d) en lo que se refiere a la ausencia de
posición podríamos encontrarla en los trabajos de Jai- un proyecto alternativo de industrialización más profundo
me Fuchs, en los que se enfatiza la oposición entre un dentro de las clases dominantes, pero diferiremos de este en-
grupo dominante formado por los terratenientes y los foque en tanto señalaremos que, incluso este proyecto limi-
grandes industriales, ambos unidos a través de su co- tado, no era percibido desde un comienzo como el proyecto
mún dependencia con el capital financiero internacio- hegemónico indiscutido de la clase dominante,7 enfrentado
nal, y otro formado por los industriales y propietarios sólo por proyectos de mayor alcance y en manos de la clase
rurales medianos y pequeños, cuyo aliado natural, aun- dominada, sino que por el contrario, en la propia clase do-
que transitorio, sería la clase obrera.5 minante se daba una oposición y un choque. El proceso no
d) El alejamiento del modelo inicial es más neto cuando podría, por lo tanto, conceptualizarse como de fusión de in-
se postula que, en efecto, la oposición se ha redefini- tereses, sino de alianza entre fracciones de clase.
do, en cuanto a su contenido, en la forma que el en- En ese sentido, a diferencia de ciertos supuestos acerca
foque anterior señala, pero que tanto los terratenien- de la propensión hacia el desarrollo del mercado interno que
tes como los industriales en bloque se benefician con sería propia de los terratenientes no incluidos en el sector he-
el mantenimiento del desarrollo dependiente de la in- gemónico de la clase, encontraremos, precisamente, la opo-
dustrialización, no quedando ningún grupo de origen sición más decidida al proyecto industrializador en un sector
manufacturero enfrentando la posición del bloque subordinado de los terratenientes y una clara expresión de
dominante. Lo que se postula en este modelo es una esta actitud en un grupo político considerado representante
virtual fusión de intereses y de orientaciones entre sec- de la clase media y la burguesía productiva: la Unión Cívica
tores terratenientes e industriales, sólo enfrentados Radical.
por la clase obrera. Ésta sería la posición desarrollada Nuestra imagen es, entonces, la de un proyecto que, si
por Milcíades Peña.6 bien concita apoyo dentro de la clase dominante, no es el pro-
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yecto indiscutido de ésta. Su puesta en marcha y su posterior industria no coincide necesariamente con el corte entre fuer-
mantenimiento exige la constitución de alianzas entre secto- zas representantes de un orden nuevo, globalmente “progre-
res de la clase dominante y podrá, incluso, requerir la alian- sista” y un viejo orden globalmente retardatario, sino que den-
za de sectores ajenos a ella. No se trataría, entonces, de una tro de los partidarios de la industrialización y dentro de los
situación en la que la clase dominante, unificada, quiere com- sectores favorecidos por ella se darán cortes fundamentales en
prar la pasividad de la clase dominada, sino de una situación cuanto a orientaciones sociopolíticas, cortes que obligan a
en la cual la preeminencia de uno u otro proyecto está aún complicar el modelo simple de enfrentamiento social median-
en cuestión y puede dar lugar a un corte transversal dentro te la introducción del concepto de alianza de clases, como
de la misma clase dominante. condición para hacer posible el estudio de las relaciones de
En definitiva, lo que nos parece importante explorar es fuerza en la sociedad y de la hegemonía en el Estado.
una línea que, tomando como punto de partida un proceso Desde el punto de vista de la teoría, este concepto de
económico de crecimiento ligado a la sustitución de impor- alianza de clases, que nos parece productivo para el análisis
taciones, al proyectarlo al plano de los intereses y orientacio- de las relaciones entre estructura económico social y poder
nes de las clases, nos permita conceptualizar sus característi- político, surge como central en la tradición marxista, aunque
cas en ese nivel como disímiles de las formas “puras” de no siempre se lo encuentra suficientemente precisado en su
enfrentamiento propias del modelo clásico, en tanto el tipo estatus teórico sino más bien referido al análisis de situacio-
de crecimiento tardío parece requerir la configuración de nes concretas.8
alianzas entre sectores de propietarios agrarios e industriales, En la teoría sociológica más corriente, por su parte, aquél
más que su enfrentamiento global. no tiene virtualmente vigencia: tal como en lo habitual es
En nuestro examen nos encontraremos con que los terra- conceptualizada la relación entre estratificación y poder, sur-
tenientes no sólo no evidencian el rechazo absoluto de las ac- ge como central la discriminación detallada de sectores de
tividades industriales que el modelo clásico les atribuye, sino clase, pero no el estudio de las condiciones que hacen posi-
que incluso aceptan ciertas formas de industrialización. Pero ble su alianza.
como señalamos al presentar el modelo clásico, este último su- El caso argentino, a partir de los años treinta, nos servirá
pone, además, que la orientación hacia la industria es solida- como ejemplo de configuración temprana de esta línea de
ria de un conjunto de orientaciones sociales en general valo- alianzas de clase. En lo que sigue, pues, trataremos de mostrar:
radas también como “progresistas”. Lo que el análisis de esta
década pone de manifiesto es, precisamente, que el apoyo a 1. La existencia de un proceso de alianza de clases en la
la industria no puede identificarse ingenuamente con la adop- Argentina durante la década del 30, y su contenido;
ción simultánea de orientaciones sociales y políticas también 2. las condiciones que lo hicieron posible y los pasos pau-
“progresistas”, negadoras de privilegios tradicionales y parti- latinos de su configuración;
darias, por lo tanto, de un mayor igualitarismo y de una exten- 3. los alcances y las limitaciones de esa alianza, vincula-
sión de la participación política. O sea que, en los procesos de das a las limitaciones propias de un proyecto de creci-
crecimiento tardío, el corte en cuanto a apoyo o rechazo a la miento basado en la sustitución de importaciones.
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El análisis del intento de aceptación y canalización de es- “oligárquicas”, tras el intervalo abierto en 1916 por el radica-
te proceso de industrialización constituirá el marco dentro lismo y a ellas deben atribuirse, por lo tanto, las medidas y
del cual analizaremos, en trabajos posteriores, las nuevas for- propuestas estatales que favorecieron, de hecho, el progreso
mas de respuesta al proceso configuradas por el peronismo, de la industria. Esas fuerzas conservadoras no variaron, por
como estructuración distinta de la alianza de clases, cuyo ras- ello, su contenido de clase: siguieron siendo representativas
go más peculiar está dado por la participación de un sector de los hacendados más poderosos, tradicionales beneficiarios
de las clases dominadas dentro de ésta. de la economía agroexportadora.
Una alternativa para esta constatación sería que, aun con-
trolando el aparato administrativo las fuerzas conservadoras,
2. Las condiciones de la alianza de clases éstas no hubiesen podido resistir las presiones de una oposi-
ción marcadamente favorable a los cambios de dirección in-
En la década del 30, más concretamente a partir de 1933, dustrialista. Como nos proponemos demostrar en el trabajo,
la industria argentina entra en una etapa de crecimiento du- ello no sucedió en el período comprendido entre 1933 y
rante la cual, de una situación postergada, se transformará, 1943; durante esos años, ningún grupo social o político po-
en un decenio, en sector líder de la economía. Rostow en su deroso agitó un programa de crecimiento industrial más ra-
difundido trabajo ubica el “despegue” de la industrialización dical que el de la elite oficialista.11
en 1935 y los datos censales, por su parte, indican que el cre- La consideración de estos hechos que a primera vista re-
cimiento de la manufactura en la Argentina, entre 1935 y lacionan a una elite conservadora, vinculada con intereses ga-
1937, iguala aproximadamente las cifras comprendidas entre naderos, con el progreso de la industrialización operado en
1914 y 1935.9 esa década en la sociedad argentina, abre un interrogante
Este objetivo crecimiento de las fuerzas productivas no po- acerca de si el crecimiento industrial fue conscientemente im-
dría haberse producido de haber mediado la oposición de pulsado por la elite conservadora o si se desarrolló a pesar de
políticas gubernamentales. En el análisis del desarrollo eco- ella, como consecuencia no deseada de medidas que busca-
nómico de los países de América latina ya se ha señalado va ban otro fin.
muchas veces la coincidencia entre orientaciones del Estado Suponiendo la primera de las dos alternativas, es decir,
y crecimiento industrial a partir de 1930, explicándola como la existencia de una orientación clara de sus fines —al me-
un producto del ascenso de las capas medias que, al partici- nos en parte de la elite política— cabe preguntarse cuál fue,
par aunque fuera de forma compartida en la estructura de entonces, el contenido de la industrialización promovida, a
poder, tienden a superar la política conservadora de los sec- fin de determinar si ésta afectaba de por sí privilegios fun-
tores “oligárquicos”.10 damentales de los propietarios terratenientes. En este caso
Dentro de esa tónica aparentemente común para Améri- se hubiera planteado una contradicción entre orientaciones
ca latina, la “originalidad” del caso argentino consiste en que, de la elite política e intereses de la clase dominante, posibi-
precisamente a partir de 1930, quienes controlan el aparato lidad no descartable a priori, pero que no parece correspon-
del Estado son, indiscutiblemente, las fuerzas conservadoras der al desarrollo real del proceso, teniendo en cuenta que
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la única fuente de legitimidad para el poder político de esa mía industrial, pero “no integrada”, basada en una industria
elite estuvo en el consentimiento expreso de la “oligarquía” liviana, productora de bienes de consumo no durables. Du-
tradicional. rante el período no aparecen propuestas orgánicas, ni por
El núcleo de este trabajo tiende a presentar el supuesto parte del gobierno ni por parte de los industriales mismos,
de que no hubo en el período contradicción entre una orien- que profundicen esa orientación hacia la sustitución de im-
tación pro crecimiento industrial expresada en el Estado, y portaciones de bienes de consumo y productos intermedios,
los intereses de la fracción más poderosa de los terratenien- exigiendo, además, el desarrollo de una industria de base o
tes, aunque sí la hubo con los de un grupo subordinado de la ruptura de la subordinación económica a los centros inter-
propietarios rurales. nacionales.
Por el contrario, consideramos que esa fracción, la más El proceso se basará, especialmente, en la expansión de
poderosa dentro de la “oligarquía”, es la que mantuvo el con- una industria preexistente más que en el fomento delibera-
trol hegemónico12 dentro de una alianza de clases propieta- do de una diversificación que hubiera debido apoyarse sobre
rias en la que se incluían, por primera vez, los intereses de los una coherente política de inversiones.13 Éstas, además, se
grupos industriales, y la que orientó la implantación de polí- orientaron a la producción de bienes de consumo. “La prin-
ticas de gobierno tendientes a armonizar intereses particula- cipal característica de la inversión durante el período de cre-
res hasta hacía poco antagónicos, con el objeto de asegurar cimiento autogenerado fue un cambio de composición más
el equilibrio del sistema en su conjunto. La posibilidad de esa que de magnitud” [...] “Dentro del sector industrial [...] las
articulación de intereses, para una sociedad más compleja y inversiones se volcaron principalmente hacia las textiles, me-
para un Estado más heterogéneo, requería ciertas formas li- talúrgicas, productos alimenticios y bebidas”.14 Las transfor-
mitadas de industrialización y ellas fueron promovidas a tra- maciones, además, se operarán sólo en el sector industrial,
vés de una coherente política oficial que hizo crecer enorme- manteniéndose inmodificada la estructura agraria, rasgo se-
mente las esferas de actividad del Estado en la estructura ñalado como característico de la industrialización sustitutiva
social. de importaciones.15
El marco que hace posible la integración de los sectores En síntesis, el crecimiento industrial, como proyecto con-
industriales a la alianza de clases estructurada con hegemo- trolado por la “oligarquía”, se limitará a cubrir un vacío lle-
nía “oligárquicas” está dado por las propias propuestas de la nado anteriormente por bienes de consumo importados, so-
elite dominante que permiten la consolidación y expansión bre todo en los rubros alimentación y textiles.
del grupo manufacturero. Ese marco limitado es el del “cre- Estas características reseñadas implicaron, como límite
cimiento industrial sin revolución industrial”. A partir de la para el proceso, el escaso interés en ampliar y diversificar el
abundante literatura que la CEPAL ha dedicado al tema existe mercado interno de consumo en tanto se partía de la pree-
consenso en los economistas en señalar que el proyecto de xistencia de éste, al cual sólo se buscaba devolverle la capaci-
industrialización promovido en la Argentina durante la déca- dad adquisitiva anterior a la crisis de 1929; la posibilidad de
da del 30 es un ejemplo claro de crecimiento a partir de la hacer rendir al máximo la capacidad ya instalada, sin necesi-
sustitución de importaciones. Su resultado será una econo- dad de grandes inversiones en maquinarias y equipos, aumen-
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tando solamente la ocupación de mano de obra; y la concen- mitir —sin modificaciones profundas en la estructura econó-
tración del crecimiento en aquellas ramas que elaboraban mica— un reajuste del sistema a los nuevos términos en que
materias primas nacionales. se plantea el comercio mundial. En la medida en que descien-
Durante el período, además se intensificaron las inversio- de la participación de las economías agroexportadoras en el
nes extranjeras, especialmente norteamericanas, en activida- mercado mundial, se hace necesario, para nivelar la situación
des de transformación, lo que aseguró a los grupos industria- a los nuevos términos, que las importaciones desciendan a la
les locales, al menos en principio, una “protección” especial altura de las exportaciones.
de sus intereses frente a eventuales medidas de gobierno que Éste es el primer signo para la nueva alianza que se estruc-
pudieran tender a frenar el proceso de crecimiento.16 turará; su limitada condición. La oposición principal que en-
Ahora bien, ese tipo de industrialización ¿debe necesa- frentaba a agrarios e industriales alrededor de las políticas de
riamente entrar en conflicto con los intereses de las clases libre cambio o de proteccionismo, pasa a tener una impor-
propietarias rurales? Nuestra hipótesis es que en los países tancia secundaria para la fracción dominante de los terrate-
exportadores de materias primas, como la Argentina, el cre- nientes que no rechazará las medidas tendientes a controlar
cimiento industrial limitado no perjudica necesariamente a las importaciones, favoreciendo así el crecimiento de ciertas
los grupos agropecuarios en su totalidad, en especial cuando ramas de la manufactura. En un punto en el que anterior-
el esquema clásico de división del trabajo deja de funcionar mente se ubicaba el centro del conflicto se establece una po-
ajustadamente. sibilidad de coincidencia.
Como se ha señalado muchas veces la crisis de 1929 marca- Hasta la crisis del comercio mundial esa contradicción en-
rá para la Argentina un cambio trascendental en su situación tre intereses de grupos de propietarios agrarios e industria-
económica, al afectar su privilegiado estatus de país agroexpor- les aparecía como central en la relación de fuerzas entre las
tador, desnudando las ilusiones del crecimiento ilimitado hacia clases dominantes y daba lugar a situaciones de tensión y en-
afuera forjadas a partir del 80. El modelo dejará ya de tener vi- frentamiento. Frente a un modelo de crecimiento basado en
gencia frente a las respuestas proteccionistas que los países cen- las exportaciones de artículos primarios, toda tentativa de lle-
trales pondrán en práctica como alternativa a la crisis. Un ciclo var más allá el proceso de industrialización ya existente signi-
parecía concluido: el de la economía primaria exportadora co- ficaba un inconveniente contra la fluidez de un comercio in-
mo excluyente núcleo dinámico de la economía argentina. ternacional basado en los costos comparativos.
Es entonces, cuando esos mecanismos se quiebran, que el Pero la crisis, al quebrar ese modelo, sólo abría dos alter-
mercado interno debe comenzar a cumplir un papel más cen- nativas: 1) reducir la participación de la oferta global y con-
tral en el crecimiento. En medio de una crisis que ilumina denar a la economía a una paralización virtual en espera de
crudamente la vulnerabilidad extrema de la economía argen- una coyuntura más favorable para aumentar en ese momen-
tina frente al exterior, las elites tradicionales, que han recu- to su coeficiente de integración en el mercado mundial; 2)
perado el control del Estado, se ven favorecidas por la posi- modificar en parte la estructura productiva, reduciendo cier-
bilidad de una limitada industrialización, en tanto el tos ítem de las importaciones y sustituyéndolos por medio de
desarrollo de ciertas ramas de la manufactura es capaz de per- la producción local.
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Este último camino, que fue el finalmente impulsado por económica fue, alrededor de 1933, la reducción interna de
las políticas gubernamentales, es el de la industrialización sus- los consumos, de las inversiones y del personal obrero y co-
titutiva de importaciones. mercial empleado. Y esas economías agravaron la contracción
Pero los cambios en las orientaciones de la elite dominan- arrastrando al país al círculo vicioso que originaba la desocu-
te no serán, sin embargo, súbitos, y necesitarán un período pación, agotando la capacidad de resistencia y desvanecien-
de adecuamiento: la primera respuesta a la crisis, en efecto, do las esperanzas de la reacción por los medios legales y nor-
se planteó en términos de la alternativa recesionista. males. Pero hay —agrega— una economía que no se hizo y
El desarrollo más o menos sostenido de una nueva políti- que es, quizás, la única realmente deseable: la supresión de
ca sólo puede ubicarse hacia finales de 1933, con el ascenso aquellas importaciones a que nos obliga un bloqueo que ha
al poder de un equipo político, encabezado por Federico Pi- sido el impulso inicial de esta estrangulación progresiva”.19
nedo, que influirá decisivamente hasta 1943 y que prolonga- Bunge define la primera alternativa gráficamente como “rea-
rá, incluso, su gravitación, en los primeros actos del gobier- juste hacia abajo”.
no militar surgido del movimiento del 4 de junio.17 Esta orientación comenzará a ser abandonada desde agos-
El derrocamiento del radicalismo significó el ascenso al to de 1933, cuando Federico Pinedo y Luis Duhau ocupan,
poder de los grupos económicos, sociales y políticos más es- respectivamente, los Ministerios de Hacienda y de Agricultu-
trechamente ligados con lo que se conoce como la “oligar- ra. Su gestión marcará las pautas iniciales para cambios en la
quía”. La primera respuesta de esos grupos repuestos en el política que el Estado propone a las clases dominantes y abri-
poder a la situación de crisis no diferirá de la visión tradicio- rá, específicamente, un período en el que, aunque no sin di-
nal: equilibrar las finanzas, aun a costa de la recesión econó- ficultades, habrán de articularse nuevas orientaciones que
mica, cumplir con las deudas en el exterior y aguardar mo- superarán los marcos de un enfrentamiento simple entre sec-
mentos mejores. La situación era percibida como transitoria tores rurales y sectores industriales, estableciendo nuevas ba-
y el supuesto básico indicaba que tras un período de ajuste la ses para un reagrupamiento de fuerzas.
economía argentina volvería naturalmente a la coyuntura an- El propio Bunge, a quien tomamos como buen testimo-
terior. Ésta es la orientación predominante en la política eco- nio de las orientaciones de los grupos industriales por sus fun-
nómica bajo el gobierno provisional de Uriburu y bajo el Mi- ciones de asesor e ideólogo de la Unión Industrial Argentina
nisterio de Alberto Hueyo, ya durante la Presidencia de Justo, reconocerá, en el ya citado trabajo de 1940, que “se ha hecho
hasta agosto de 1933. más en estos últimos diez años que en los treinta preceden-
El propio Hueyo, titular de Hacienda, trazará la síntesis tes, con un balance muy favorable entre los aciertos y los erro-
de los objetivos de su política: “el equilibrio del presupuesto res”. “El momento de mayor acción —agrega— con actos fun-
—dice— y el pago puntual de los compromisos externos e in- damentales, corresponde al período en que desempeñó el
ternos forman las bases en que descansó la política financie- ministerio de Hacienda el Dr. Federico Pinedo, del 24 de
ra del gobierno”.18 Por su parte, un ideólogo del sector indus- agosto de 1933 al 30 de diciembre de 1935.”20
trial, Alejandro Bunge, recapitulará así la política económica Para la definición de esta nueva política el llamado Pacto
de ese primer período: “El remedio aplicado a la contracción Roca-Runciman, suscripto por el gobierno argentino con el
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de Gran Bretaña en 1933, adquirirá una influencia determi- ran la “propiedad, control o administración de empresas (fri-
nante como nudo central que condicionará la posibilidad del goríficos) que no persigan fines de beneficio privado”.
cambio en las orientaciones de una fracción de los propieta- Además, el gobierno argentino se comprometía, entre
rios terratenientes, a la vez que provocará un clivaje profun- otras obligaciones: 1) a mantener libres de derechos el car-
do en los grupos rurales. bón y todas las otras mercancías que entonces se importaban
A partir de su firma, el sector agrario más poderoso por libres de derechos; 2) respecto de las importaciones de pro-
ser el más ligado al comercio mundial, definirá su nuevo ajus- ductos ingleses sobre cuyos derechos aduaneros Gran Breta-
te frente a la irreversible situación creada por el Tratado de ña gestionaba una reducción, volver a las tasas y aforos vigen-
Ottawa, que firmaron Inglaterra y sus dominios y que amena- tes en 1930, comprometiéndose el gobierno argentino a no
zaba perjudicar gravemente las exportaciones de carnes ar- imponer ningún nuevo derecho ni aumentar los existentes.21
gentinas, y podrá, como consecuencia de ello, aceptar una El convenio significaba la aceptación, por parte del Es-
política de mayores alcances y más articulada que la trazada tado argentino, de las reglas de juego impuestas por los in-
hasta entonces. Comenzará así a definirse un nuevo bloque gleses para mantener en funcionamiento el intercambio bi-
de poder, a partir de nuevas formas de alianza entre las cla- lateral. Esas nuevas reglas obligarían a una adaptación de la
ses propietarias, en las que el sector industrial comenzará a política económica de las clases dominantes argentinas, a
tomar participación, casi siempre a través del rol equilibra- fin de mantener la prosperidad del sector ganadero más pri-
dor que en la estructura económica comienza a jugar el capi- vilegiado, no sin que otros grupos rurales menos poderosos
tal financiero, como mediador de las inversiones en el agro y sufrieran intensamente ese reajuste. Comenta Halperin
en la industria. Esta nueva situación hará que el papel del Es- Donghi: “En la ganadería, sobre todo, esa situación estaba
tado sea, a la vez, más importante y también más complejo. destinada a provocar vivas protestas, pues era un sector de
El pacto Roca-Runciman se firma en mayo de 1933. Breve- nuestros grupos dirigentes tradicionales el brutalmente
mente, éste garantiza que “el Reino Unido no impondrá res- apartado del núcleo privilegiado por la nueva política eco-
tricciones a la importación de carne vacuna enfriada proceden- nómica. Esta diferenciación entre los hacendados [...] se
te de la Argentina, que reduzcan esas importaciones a una transformaría en el resultado deliberado de una política
cantidad inferior a la importada en el trimestre correspondien- económica oficial”.22
te del año 1932”. Esta concesión inglesa a los productores de Analizaremos más adelante las diferenciaciones que se
carne enfriada (“chilled”), el sector más importante de los ha- producen en la clase ganadera como consecuencia de la im-
cendados, comportaba una serie de obligaciones paralelas pa- plantación de las medidas estipuladas en el Pacto Roca-Run-
ra la Argentina. En primer lugar, que el 85% de las licencias de ciman, diferenciaciones que marcarán el clivaje más impor-
importación de la carne argentina en Inglaterra debía ser dis- tante dentro de las clases propietarias durante el período
tribuida por el gobierno británico, lo que significaba consoli- considerado, desplazando del eje del conflicto el enfrenta-
dar el trust frigorífico y a los ganaderos ligados a él. Nada más miento “puro” entre agrarios e industriales.
que el 15% de esa cuota quedaba a disposición del gobierno El convenio Roca-Runciman traía aparejado el predomi-
argentino, pero sólo en caso de que éste o los ganaderos tuvie- nio del grupo ganadero más privilegiado en la orientación de
70 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 71

la economía argentina. Se trataba de la consolidación de la ción de los derechos aduaneros alcanzará hasta donde lo
supremacía del grupo social que había sido desplazado del permitan las necesidades fiscales y el interés de las indus-
poder político en 1916. trias nacionales”.24
Esta situación suscitó, en un principio, grandes recelos en Las argumentaciones desarrolladas en el mismo acto por
la Unión Industrial. El temor más serio derivaba de los com- el ingeniero Bunge tienen especial interés por su carácter
promisos acerca de rebaja de aranceles para la importación programático y porque ellas reaparecerán, casi textualmen-
de manufacturas inglesas, que amenazaban echar por tierra te, en boca de Pinedo y Duhau pocos meses después.
con el aumento del 10% de impuesto a las importaciones, es- “La Argentina —manifestó— es una nación deudora con
tablecido por el gobierno de Uriburu. obligaciones públicas y privadas por valor de 500 millones de
Entre mayo y diciembre de 1933 la UIA desarrolló una pesos al año. Es para nosotros una cuestión de honor pro-
agitada campaña en defensa de los intereses de los indus- curar que el saldo del comercio externo no sea inferior a
triales que culminó con una suerte de pacto tácito con el go- esa suma a fin de que podamos cumplir con nuestros sagra-
bierno. dos compromisos. Mientras descienden los precios de nues-
En mayo, un manifiesto de la UIA advertía, alarmado, so- tros productos y disminuye fuertemente el valor de lo que el
bre una “tendencia económica que sólo contempla los inte- mundo nos compra, como ahora ocurre, nosotros estamos
reses agropecuarios” (y que llega) “al arbitrio de proponer y aumentando nuestras importaciones, con lo cual el saldo del
prestigiar el sacrificio de la industria manufacturera como intercambio declina rápidamente a menos de la mitad. Es un
único medio de mejoramiento del comercio de ganados y ce- deber de honradez nacional reducir las compras que no po-
reales argentinos”.23 dríamos pagar sino a riesgo de una moratoria, a riesgo de la
Un mes después, organiza un acto público intentando suspensión del pago de nuestras obligaciones privadas con
ampliar las bases para un frente en defensa de la industria. aquellos miles de ciudadanos ingleses y de otras naciones,
Entre los oradores, además de Luis Colombo, presidente de que invirtieron sus ahorros y depositaron su confianza en es-
la UIA y del asesor Bunge, figuran representantes “de los te país y en sus hombres.”25
obreros y de los empleados”. Es la última vez —y creemos que La ofensiva de la UIA provoca una respuesta del presiden-
la única— en que la UIA postula una alianza con los sectores te Justo. No se trata de perjudicar a la industria —dice— que
subordinados del área industrial para oponerla a los intere- “ha adquirido ya en algunos de sus aspectos una importancia
ses agropecuarios en conjunto, y que efectúa sus reclamos no evidente”. Pero —agrega— “si queremos vender no podemos
en nombre exclusivo de los intereses empresarios, sino del negarnos a ser, razonablemente, compradores de lo que pue-
sector industrial de la sociedad, considerado como un todo. da adquirirse con ventaja”. Y concluye: “El problema de esta
Los reclamos son sintetizados así por Colombo: “Quere- difícil materia de gobierno y, sobre todo, en momentos tan
mos que la salvedad que se hiciera en el protocolo firmado turbios de la economía universal, está en encontrar el nece-
en Londres por el eminente ciudadano Dr. Roca sea cum- sario equilibrio, la justa medida”.26
plida con toda fidelidad por los que han de concertar el Las demandas de la UIA eran limitadas y esa limitación
acuerdo definitivo, en cuanto aquél estableció que la reduc- era uno de los puntos centrales que haría posible el acuerdo.
72 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 73

En efecto, frente a las consecuencias que podía acarrear el agotado en su capacidad de adquisición y en sus recursos”.29
convenio Roca-Runciman, ¿qué se reclamaba? “Se pide sola- Aquí, como en el texto de Bunge ya citado, aparece clara una
mente —responde una nota de la UIA a Justo— que no se dis- caracterización de la necesidad de la industria, a la que no se
minuyan los aranceles aduaneros en todo lo que pueda afec- postula como enfrentada a la hegemonía “oligárquica”: antes
tar al trabajo industrial. No hablamos ya del porvenir de las bien, el papel de la industria aparece justificado —en opinión
industrias, no estamos defendiendo su progreso —agrega el de los propios industriales— como funcional al equilibrio del
memorial— estamos sólo defendiendo su existencia actual.”27 sistema en su conjunto.
Hacia fines de 1933, un esbozo de política orgánica co- Durante todo el período que arranca a fines de 1933 y cul-
mienza a ser elaborado por el nuevo equipo económico que mina con el derrocamiento de los conservadores diez años des-
reemplazó a Hueyo. En diciembre se anuncia un Plan de pués, esta solidaridad de orientaciones entre los industriales y
Reestructuración Económica, el primero posterior al replan- el Estado, sometido a la hegemonía del sector ganadero más
teo obligado por el Pacto Roca-Runciman. Éste incluye, bási- privilegiado, se mantiene. Los grandes hacendados, obligados
camente, el control de cambios, la creación de Juntas Regu- por la situación externa, modifican su orientación librecambis-
ladoras de la Producción y el desarrollo de un plan de obras ta tradicional y avalan —a menudo a través de representantes
públicas. Las medidas propuestas motivan de la UIA “su más directos de sus intereses que ocupan importantes funciones de
cordial apoyo y auspicio a esa política, en cuanto trasunta sig- gobierno— las medidas oficiales que, indirectamente, tienen
nificativamente el decidido propósito de defender y estimu- consecuencias industrialistas como el control de cambios o el
lar el trabajo del país”.28 aumento de gravámenes: achicadas las exportaciones, deben
El Plan traía aparejada una devaluación del peso argenti- achicarse también las importaciones.
no, pero junto a esa medida se instrumentaba un control de Esta teoría fue expresada con toda claridad por los repre-
las divisas para la importación. La devaluación —una medi- sentantes de la elite política. Interesa especialmente cuando
da que favorece exclusivamente a los exportadores— no im- es el ministro Duhau quien la formula, por tratarse de un vo-
pidió la adhesión de la UIA. Ésta “defraudaría las finalidades cero directo de los hacendados más poderosos. Duhau era un
que fueron propósito de su constitución... si por considerar gran “invernador” y llegó a la Presidencia de la Sociedad Ru-
que estas medidas no atañen directamente a la industria fa- ral Argentina cuando en ella consolida su dominio, a fines de
bril se mostrara indiferente. Muy lejos de ello y aunque para la década del 20, el grupo de hacendados vinculados al frigo-
muchos industriales que deben adquirir materias primas en rífico y por lo tanto al comercio internacional.
el extranjero la reducción que ya se ha insinuado en el valor En un discurso pronunciado en diciembre de 1933, al ser
de nuestra insignia monetaria puede serles perjudicial, en- inaugurada la Exposición Industrial organizada por la UIA,
tendemos que se trata de salvar las actividades vitales para el Duhau definió el nuevo ciclo que se abría para la economía
país y que el relativo sacrificio que ellas pueden demandar es, argentina: “Ha concluido la etapa histórica de nuestro pro-
no sólo una contribución indispensable para el beneficio de digioso desenvolvimiento bajo el estímulo directo de la eco-
la colectividad, sino, además, para los propios intereses fabri- nomía europea”, dice. El punto de partida del cambio es la
les, cuyo desarrollo sería utópico con un mercado interno nueva situación del comercio mundial: “Somos demasiado
74 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 75

pequeños en el conjunto del mundo para torcer las corrien- agrarios más privilegiados, una vez resuelta su integración en
tes de la política económica mundial, mientras las grandes el mercado mundial —y esto es lo que conseguirán a través
potencias se empeñan en poner nuevas trabas al intercam- del Pacto Roca-Runciman— se ven favorecidos por el proce-
bio”. Refiriéndose al pasado, agrega: “La Argentina podía ob- so de sustitución de importaciones.
tener buena parte de las manufacturas que requería ya sea Ese beneficio compartido por los ganaderos más podero-
produciéndolas directamente o ya obteniéndolas en los paí- sos puede ser conceptualizado de distintas maneras, partiendo
ses extranjeros mediante el canje con sus productos agrarios. siempre del carácter limitado del proyecto industrializador:
Lo más económico, lo más provechoso para el país, resulta-
ba con frecuencia el último procedimiento, el procedimien- 1) en tanto hubiesen comenzado a invertir directamen-
to del intercambio”. Y luego de señalar la compresión de la te en industrias o estuviesen vinculados a ellas a través
capacidad de compra en el exterior “por razones ajenas a la de grupos financieros;
voluntad de la Argentina”, concluía: “A la industria nacional 2) en tanto, aunque no tuviesen intereses directos en ese
le tocará, pues, resarcir a la economía argentina de las pérdi- sector de la economía, advierten que la existencia de
das incalculables que provienen de la brusca contracción de cierta industrialización permite un mejor funciona-
su comercio exterior”.30 miento del conjunto de la actividad económica, que
Será a partir de esta concepción cuando se forjará una ba- permanece bajo su hegemonía.
se común de orientaciones entre los sectores agrarios domi-
nantes y los industriales. Podría argumentarse —y se ha he- La primera hipótesis provee, sin duda, un firme funda-
cho— que la coincidencia sería meramente coyuntural: no es mento explicativo para la coincidencia entre ambos sectores,
la necesidad de cierta industrialización el punto de confluen- a través de una vinculación varias veces señalada y que mere-
cia sino, circunstancialmente, algunas medidas de tipo fiscal ce mayor exploración para establecer su intensidad, es decir,
que interesan al gobierno y a los grupos agrarios para man- para establecer hasta qué punto más que ante una alianza de
tener el statu quo, sometido a fuertes presiones por el desme- clases nos hallaríamos ante una fusión. No obstante, la segun-
joramiento de las relaciones comerciales, medidas que los in- da hipótesis ofrece por sí sola base suficiente para explicar,
dustriales aprovechan para desarrollar sus propios intereses. en principio, la coherencia de una política gubernamental
El punto central sería, siguiendo ese razonamiento, la po- en manos de una elite conservadora de base agraria que, a
sición del gobierno: necesidad de evitar el déficit de divisas, partir de 1933, no sólo favorece a la industria indirectamen-
el déficit de la balanza de pagos. Los sectores agrarios acep- te, sino que intenta hacerlo a través de sucesivos proyectos le-
tarían momentáneamente la nueva orientación, pero segui- gislativos, reconociendo de tal modo que cierto grado de in-
rían manteniendo su oposición a todo proceso que consoli- dustrialización es funcional al sistema.
dara en forma permanente un crecimiento de la industria. Y es importante destacar que, incluso, partiendo de la hi-
Nuestra hipótesis va más allá, aun aceptando el carácter pótesis de la vinculación directa o la fusión, la base de coin-
de precipitante inicial de los cambios que pudiera tener di- cidencia explicitada en la segunda hipótesis sigue siendo re-
cha orientación tal como acabamos de resumirla: los grupos levante para caracterizar el proceso no como un caso en el
76 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 77

cual la existencia de un centro único de control de activida- lio de 1933 el presidente de dicha institución, Horacio Bruz-
des diversas permite sacrificar utilidades en un sector para au- zone, declaraba, luego de señalar que no existían antagonis-
mentarlas en otro, sino como un caso en el que resulta posi- mos entre el agro y la industria: “Es verdad que nosotros siem-
ble favorecer al mismo tiempo a ambos sectores. pre hemos conceptuado contraproducente el proteccionismo
Es probable que hasta 1933 las medidas proteccionistas aduanero para ciertas clases de industrias que sólo pueden vi-
que se adoptaron, como el control de cambios, no tuvieran vir en aquel invernáculo arancelario por cuanto carecen de
otro fin que “la determinación de continuar escrupulosamen- condiciones propias de existencia sólida en el clima de nues-
te al servicio de la deuda pública externa”. tra economía, pero ahora nos encontramos todos de acuer-
Pero a medida que la perspectiva de retrotraer la situa- do en la necesidad de ayudar a la organización de industrias
ción al esquema vigente con anterioridad a la crisis se aleja- que puedan prosperar transformando las materias primas tan
ba, la promoción de la industrialización sustitutiva dejaba de varias y cuantiosas que nuestra tierra produce y brinda gene-
ser una consecuencia secundaria de medidas tendientes a sa- rosamente”.33
tisfacer otros fines, para transformarse en algo autónomo, pe- A partir de la década del 30 se advierte, pues, que las ar-
ro integrante de un plan coherente. gumentaciones de proteccionistas y librecambistas pierden
Este plan encuentra su sistematización más completa en vigencia y como centro de la oposición entre industriales y
1940, en oportunidad de las medidas elaboradas por Federi- agrarios. Por el contrario: una limitada industrialización tien-
co Pinedo en su segundo paso por el Ministerio de Hacien- de a formar parte de la estrategia de los sectores agrarios do-
da, pero se halla anticipado por proyectos anteriores de otros minantes que, a través de sus representantes, tratan de arti-
representantes del oficialismo. cular políticas en esa dirección.
En 1933, por ejemplo, Matías Sánchez Sorondo propone La crisis del comercio mundial y el descenso de la parti-
un Plan de Reestructuración Nacional en el Senado. Se inclu- cipación argentina en éste determinan un “vacío” en la ofer-
yen, entre otras medidas, éstas, referidas al régimen aduane- ta de bienes que puede ser cubierto por una industria nacio-
ro y a la producción industrial: “control de las importaciones, nal preexistente, lo que permite un mejor funcionamiento
establecimiento de derechos adicionales que neutralicen el del sistema sin obligar a modificaciones profundas en la es-
efecto de cualquier forma de dumping, normas de ‘draw tructura económica. Esa industrialización, al menos en su pri-
back’, supresión de las liberaciones de derechos, preferencia mera etapa, bajo control “oligárquico”, no altera tampoco las
en las licitaciones del gobierno al producto del país; creación estructuras de dominación tradicionales.
del Banco Industrial”.32 A esto se suma el carácter limitado de los reclamos de los
Punto por punto, este proyecto recoge todos los reclamos, sectores industriales, que no van más allá del mantenimiento
demorados desde hacía décadas, de la UIA. Es, además, un de ciertas barreras proteccionistas. En los hechos, a ello se li-
anticipo casi textual del Plan Pinedo de 1940. mitará el respaldo estatal pues, por diversas razones, los planes
Ninguna de esas medidas parecía chocar con la oposición más integrales como el de Sánchez Sorondo en 1933 y el de Pi-
de los grandes ganaderos, si tomamos como buen indicador nedo en 1940 no llegan a ser aprobados en el Parlamento.
de las actitudes de éstos a la Sociedad Rural Argentina. En ju- Lo que interesa destacar, en principio, es que en la rees-
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tructuración operada en la economía argentina, tras la crisis el seno de los industriales y que, en caso de haberlas en ger-
mundial de 1929, y como transición de una etapa de “creci- men, los industriales pequeños y medianos concentran tan po-
miento hacia afuera” a otra de “crecimiento hacia adentro”, co poder económico y tan escasa fuerza de presión, que la he-
son los grupos tradicionales quienes toman la iniciativa para gemonía dentro del bloque industrial se mantiene, sin
el pasaje en el marco de una estrategia cuyo contenido traza- alteraciones, en poder de los industriales más grandes y tradi-
rá con toda claridad Federico Pinedo en los debates de 1940: cionales, vinculados con el capital financiero nacional e inter-
“La vida económica del país gira alrededor de una gran rue- nacional, cuya representación corporativa inviste la UIA.35 Es
da maestra que es el comercio exportador. Nosotros no esta- probable que esta unificación concluya a partir de la década
mos en condiciones de reemplazar esa rueda maestra, pero del 40, lo que agregaría un dato de suma importancia para el
estamos en condiciones de crear, al lado de ese mecanismo, reagrupamiento de fuerzas y la redefinición de las alianzas de
algunas ruedas menores que permitan cierta circulación de clase que están en la base del surgimiento del peronismo.
la riqueza, cierta actividad económica, la suma de la cual man- El supuesto de una indiferenciación, durante la década
tenga el nivel de vida del pueblo a cierta altura”.34 considerada, explicaría la ausencia de un proyecto alternati-
Ni las organizaciones empresarias ni ningún partido po- vo de industrialización, más radical que el contenido en las
lítico, dentro de las clases propietarias, asumirán otro proyec- orientaciones del Estado, el cual, en todo caso, quedó a car-
to industrialista que reformule o profundice ese programa de go de algunos grupos militares, de declaraciones programá-
la elite dominante. Al contrario: como se verá con el princi- ticas de la izquierda, en especial del Partido Comunista, y de
pal partido opositor —el radicalismo— las discrepancias en algunas voces políticas aisladas, y no de otro sector industrial
este punto se fundamentarán a partir de los “excesos” de la postergado.36 El pliego de reivindicaciones de los industria-
industrialización propuesta por el oficialismo. les es el que agita la UIA y tiende a conseguir que la legisla-
ción sancione más eficaces normas de protección, como rea-
seguro frente a la eventualidad de cambios en la conducción
3. La diferenciación interna en el sector económica.37
agropecuario y los grupos de oposición En el sector agrario, el panorama es otro. Allí sí se produ-
ce una diferenciación o, más adecuadamente, se acentúan los
Hemos diseñado la posibilidad de que, a partir de las nue- términos de una división de intereses ya anticipada en la dé-
vas condiciones asumidas por el comercio mundial, los inte- cada anterior. Algunos autores atribuirán a esa diferenciación
reses particulares de hacendados e industriales encuentren directas repercusiones en el nivel de la política ya durante los
un plano de coincidencia en las orientaciones hacia una in- años anteriores a la crisis: los hacendados “criadores” serán
dustrialización limitada, formuladas por el Estado. el respaldo social del yrigoyenismo y los “invernadores” ro-
¿Qué significación tiene esta posibilidad como causa de di- dearán al “antipersonalismo” alvearista.38
ferenciaciones internas dentro de las propias clases dominan- La presentación clásica de los términos de esa diferencia-
tes? Nuestra hipótesis es que, al menos hasta la segunda gue- ción la realizó un ganadero, Horacio V. Pereda, en un libro
rra mundial, no se producen fragmentaciones significativas en destinado a asumir la defensa de los “criadores”.39
80 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 81

Éstos son —según sus palabras— los ganaderos por ex- pación privilegiada en las restringidas cuotas de exportación
celencia, los auténticos productores. Los “invernadores”, en ganadera.
cambio, estarían mucho más cerca “del intermediario nego- Los “invernadores”, ligados al frigorífico y dependien-
ciante que del verdadero ganadero”. Son quienes venden tes de la venta de “chilled” a Gran Bretaña, consiguen es-
directamente a los frigoríficos y en ese sentido constituyen tos privilegios a través del Pacto Roca-Runciman, que les
la capa privilegiada de los hacendados. Giberti comenta la asegura una cuota estable de exportación y los mantiene así
nueva situación en estos términos: “Se erige entonces en ca- integrados a su tradicional fuente de recursos. Pero este
si dueño de la situación el invernador, que ya no es tal por reajuste —como hemos señalado— no se produce sin el
encontrarse cerca de Buenos Aires, como en la época del sa- brusco desplazamiento del grupo de los “criadores” que de-
ladero, sino por disponer de buenos pastos en invierno y en ben subordinarse totalmente a los acuerdos a que llegan los
verano. Tal tipo de ganadero resulta esencial para el frigo- “invernadores” con los mercados tradicionales.43
rífico por ser el único capaz de asegurarle entregas constan- Un dirigente político opositor, que se convierte en voce-
tes y voluminosas. En consecuencia, los invernadores pasan ro de este grupo desplazado, Lisandro de la Torre, resumiría
a gozar de tratamiento especial y a diferenciarse netamen- así la posición del gobierno y de los grandes hacendados: “La
te de los demás ganaderos (criadores) que vienen a quedar teoría asume más o menos esta forma: tenemos una cuota li-
subordinados a ellos por constituir la única vía para llegar mitada de exportación; guardémosla para las carnes más va-
al frigorífico”.40 liosas, es decir, guardemos la cuota y los relativamente altos
En 1927, los “invernadores” logran el control de la Socie- precios que pueda representar, para los grandes productores
dad Rural Argentina, rubricando institucionalmente lo que de ‘chilled’ y que corran su suerte los pequeños productores
ya era un dato de la realidad económica: el predominio de que venden en Liniers la ganadería de Entre Ríos, la de Co-
sus intereses sobre los de otras capas ganaderas.41 rrientes, la del norte de Santa Fe y la del Chaco”.44
A partir de ese momento, la subordinación de los “cria- Estos intereses serán, dentro de las clases propietarias,
dores” no hará más que acentuarse. La crisis, y sus consecuen- los que más violentamente se enfrentarán con la política
cias para el comercio exterior argentino rubricadas en los económica del gobierno, tal como lo ejemplifican las argu-
Tratados de Ottawa y en el Pacto Roca-Runciman, agravarán mentaciones parlamentarias del citado De la Torre (en 1934
todavía la diferenciación: mientras la cuota de exportación y 1936, especialmente), las de los legisladores de la UCR en
anual de “chilled” se estabilizará alrededor de las 350.000 to- 1940, como luego veremos al analizar los debates sobre el
neladas, la exportación de carne congelada descenderá en- Plan Pinedo en 1940, y los memoriales presentados por la
tre 1925-1929 y 1930-1934 de 269.000 toneladas a 56.000.42 asociación que reunía a estos ganaderos desplazados, la
El supuesto principal que permitiría que los grandes ha- Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y
cendados agrupados en la Sociedad Rural Argentina apoya- La Pampa (CARBAP) y, en general, por las sociedades rurales
se —y aun promoviese, si tomamos como indicador de ello del interior.
a las actitudes del ministro Duhau— el proyecto de indus- Ningún otro grupo, durante la época, expresa con más
trialización limitada, era que ese grupo lograse una partici- claridad que éste su rechazo a todo proyecto de crecimiento
82 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 83

industrial y su voluntad de mantener a toda costa el esquema gen del “viejo estanciero” paternalista como símbolo de la na-
del “crecimiento hacia afuera”. cionalidad y en una visión eglógica de la vida argentina ante-
Para ellos, la industria es un sector artificial, no dinámi- rior al crecimiento industrial y a la división de los ganaderos
co, que no crea riqueza. Mientras la SRA, aun reconocien- por influencia de los frigoríficos extranjeros.
do la importancia decisiva que para la economía argentina “El productor ganadero argentino —dice Olariaga— no
tiene el comercio exterior, no se opone a una industrializa- tenía prácticamente problemas hasta poco después de la
ción limitada, la CARBAP rechaza cualquier medida de tipo guerra mundial de 1914-1918. Vendía sus carnes y los sub-
industrialista. productos a precios que compensaban ampliamente sus ne-
Esto se advertirá plenamente durante la discusión del cesidades y, satisfechas las necesidades del consumo inter-
Plan Pinedo, pero en el programa más general de quien apa- no, lo exportaba en su totalidad a Gran Bretaña. El bajo
rece como principal vocero de este grupo ganadero, Neme- costo de producción, influenciado por la radicación del ga-
sio de Olariaga, presidente de CARBAP, esos temas aparecen nadero en su estancia, el sistema de trabajo de medianería,
como una constante. los bajos salarios que en esa época tenían mayor poder ad-
“El sistema de autarquía implantado como consecuencia quisitivo que el de hoy, siendo actualmente el doble en la
de las obligaciones injustas impuestas por el Tratado de Ver- provincia de Buenos Aires, el bajo valor de los campos y los
sailles —dice— obligó a muchos países europeos a modificar presupuestos públicos relativamente moderados facilitaban
su política económica reduciéndola a un circuito cerrado in- la explotación ganadera en forma conveniente para los in-
terno con la pretensión de bastarse a sí mismo, para romper tereses de los productores.”46
con las leyes naturales de los pueblos habitantes del mundo, por la La oposición a cualquier medida de fomento industrial
cual lo lógico y racional era producir lo que la naturaleza le había por parte de estos hacendados es constante durante la dé-
obsequiado naturalmente y, con ello, pagar lo que otros pueblos pro- cada y esa orientación abarca, incluso, los años de la segun-
ducían económicamente y, a la vez, aquél necesitaba”.45 da guerra. “La política económica en los últimos años —co-
Esta reivindicación inflamada del libre cambio y del mo- menta Olariaga en 1943— ha estado al servicio de los
delo de “crecimiento hacia afuera” —que puede ser contras- sectores rentísticos, comerciales, industriales y de la distri-
tada, por ejemplo, con las citas del ministro Duhau transcrip- bución de la producción que actúan en una permanente ex-
tas en la sección anterior— coincidía con una orientación de plotación financiera de la misma, con un total olvido de los
tipo populista frente a los problemas internos y de tipo nacio- productores.”47
nalista en la relación con el exterior. Conceptualizada así la política llevada a cabo por el go-
Es interesante acotar la coincidencia de argumentación bierno, todos los congresos y asambleas realizadas por CARBAP
entre algunos de los voceros principales de este grupo y cier- y las sociedades rurales del interior insisten en la oposición a
tos ensayistas y políticos nacionalistas y radicales de la época. cualquier medida que pudiera constituirse en una traba pa-
El plano de confluencia parece estar en una orientación de ra el comercio de exportación, en tanto éste es percibido co-
tipo tradicionalista, basada en la idealización de las relacio- mo la salida natural para los productores, a quienes ellos re-
nes sociales en la campaña, en la presentación de una ima- presentan corporativamente.
84 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 85

Desalojados de la posibilidad de comerciar con Gran Bre- traordinario con grandes saldos de exportación, debe mante-
taña primero pujarán por tratar de modificar esa situación o, ner la política del libre cambio, hoy más que nunca, ante el
al menos, por asegurarse una participación restringida median- proceso de los proteccionismos que se traducen en la guerra,
te la utilización a su favor de la cuota del 15% que el Pacto Ro- económica primera y bélica después, entre los pueblos”.51
ca-Runciman autoriza para ser administrada localmente. El principal enemigo para este flujo natural del comercio
Cuando fracasan en este objetivo, porque la CAP —ins- internacional es el crecimiento industrial. Refiriéndose a un
trumento creado para administrar esa parte restringida de la proyecto de ley, presentado por el Poder Ejecutivo, tendien-
cuota— es dominada por los “invernadores”,48 se abren nue- te a impedir las prácticas del “dumping”, dice Olariaga: “És-
vos mercados para la exportación de carnes congeladas y en ta es la legislación más avanzada que hemos visto, es un pro-
conserva, como los Estados Unidos, Italia y Alemania, expan- yecto del más crudo proteccionismo industrial, que no
diéndose así la salida de sus productos.49 podremos regularlo sin exponernos [...] a las grandes repre-
Su orientación, entonces, es hacia una ampliación cada vez salias de los países consumidores de carne y trigo y, a la vez,
mayor de esas posibilidades de intercambio, cerrada para los productores de artículos manufacturados. El problema siem-
productores de “chilled” porque los Estados Unidos no acep- pre es el mismo: no teniendo capacidad de absorción de to-
tan el ingreso de ese tipo de carne. Esa tendencia al aumento da o la mayor parte de la producción rural en el orden inter-
del intercambio obra como acelerador de su cerrada oposición no [para lo cual] debemos tener poder adquisitivo y luego
a todo tipo de industrialización que sustituya importaciones. mayor población en nuestro territorio, todo lo que se haga en el
En lugar de la vieja divisa de los grandes hacendados liga- sentido de proteger limitadamente a la industria provocará la guerra
dos a Inglaterra que definían los circuitos necesarios del co- comercial con los países que nos compran hoy y los posibles compra-
mercio exterior argentino a partir del “comprar a quien nos dores de mañana’’.52
compra”, el grupo subordinado de los ganaderos levanta una En el juego de presiones económicas sobre el Estado, los
alternativa: “vender a quien nos vende”, poniendo el eje de sus hacendados subordinados individualizan a los industriales co-
objetivos en la ampliación del comercio a nuevos mercados, es- mo sus principales rivales, quienes “tienen en la metrópoli la
pecialmente los Estados Unidos, que podría transformarse en suficiente fuerza para pesar en las decisiones del gobierno”,
el proveedor del consumo nacional de manufacturas. provocando así el cierre de “los mercados extranjeros natu-
“Hemos conceptuado siempre un error —dictado por el rales y en potencia de la producción rural, a quienes no se les
egoísmo del privilegio— confundir la ganadería argentina con permitiría cobrar el precio de su trabajo, aunque fuera con
la producción de un solo tipo de carne vacuna, el ‘chilled’, ex- artículos superfluos importados”.53
cluyendo el tipo vacuno conserva y el ovino”, dice Olariaga.50 A diferencia de los hacendados privilegiados en cuyas
Esas carnes pueden entrar en los Estados Unidos y, por lo tan- orientaciones parece central la idea de la funcionalidad de
to, la expansión del comercio con ese país se transforma en un cierto crecimiento industrial, este grupo subordinado recha-
objetivo central. La conclusión —obvia— es de alcance gene- za por completo toda expansión posible de la manufactura.
ralizador y está contenida en esta cita de Olariaga que define Éste es, ciertamente, su único punto de diferenciación: am-
un modelo de crecimiento: “La Argentina, país productor ex- bos sectores siguen dependiendo del comercio exterior y eso
86 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 87

vincula, en última instancia, sus intereses; pero mientras los casi un 50% en el volumen físico de las exportaciones duran-
intereses particulares de unos —tras el estatus satisfactorio te el año 1938 con relación al precedente, al mismo tiempo
obtenido luego de los acuerdos con Inglaterra— no se con- que los precios de los productos agropecuarios declinaban
tradicen básicamente con los proyectos de industrialización en el mercado tradicional en un 8,2% en relación con los de
que propone la elite política en nombre del equilibrio gene- 1937. En síntesis, el valor total de las exportaciones argenti-
ral del sistema de dominio, los otros encuentran en esa pers- nas disminuyó en más de 1.000 millones de pesos entre 1937
pectiva una oposición central a los suyos, orientados hacia y 1938, o sea una declinación relativa del 44%.”54
una expansión sostenida de los intercambios. A fines de 1938 la balanza de pagos en cuenta corriente
Así, mientras el grupo más privilegiado —la “oligar- arrojó un déficit de 379 millones de pesos: las condiciones de
quía” tradicional— acompaña, aunque con distintos gra- la crisis parecían volver a repetirse. La respuesta elaborada
dos de adhesión, las orientaciones más modernizantes, el entonces por la elite puede servir como un nuevo indicador
grupo desplazado, que encontró eco político en los secto- del sentido de su estrategia.
res más “progresistas” del Parlamento, se transformó en la Por un lado, se devalúa nuevamente el peso argentino y,
fuerza más decididamente opositora a los cambios que se en ese caso, la actitud se encuadra absolutamente dentro de
operaban en la estructura económica. los marcos de una orientación estrechamente “agroexporta-
Esta diferenciación en sectores dentro de las clases domi- dora”. Pero, además, se establece, por primera vez, el requi-
nantes rurales junto con el crecimiento y complejización de las sito del permiso de cambio previo para las importaciones.
funciones del Estado, serán los datos de mayor importancia, Esta expresa restricción cuantitativa a las importaciones sig-
durante la década, para la caracterización de las relaciones de nificaba el paso más decidido dado por la elite dentro de una
fuerza dentro de las clases dominantes y para la explicación de estrategia proteccionista. Para algunos autores, la agudización
los estímulos institucionales al crecimiento económico que, del sistema de control de cambios a fines de 1938 “representa
creemos, no puede ser comprendido como mera “inadverten- la supresión de los últimos vestigios del comercio libre”.55
cia” o “descuido” de la elite tradicional. Ahora bien, el punto de partida se halla nuevamente en
una situación difícil en la balanza de pagos, en la necesidad
oficial de arbitrar recursos para equilibrar un déficit. Pero ca-
4. Agrarios e industriales da vez era más advertible que esa política incluía la acepta-
frente al “Plan Pinedo” ción del crecimiento industrial. Una estrategia para la supe-
ración de las dificultades financieras suponía, en la intención
Hacia fines de 1937, los índices de la economía argenti- de la elite hegemónica, cierto desarrollo industrial para lle-
na, que parecían indicar un restablecimiento del equilibrio nar el vacío creado por la oferta extranjera.
en el nuevo nivel propuesto por la elite hegemónica, comen- Aceptar la industria no es, ciertamente, un fin en sí mis-
zaron a caer nuevamente. mo sino una condición para otros fines, pero esa condición
“Las cosechas excepcionalmente malas del verano 1937/ se hace expresa para el mantenimiento de la hegemonía “oli-
1938 —comenta Beveraggi Allende— causaron una baja de gárquica”. La diferencia entre una orientación a la que sólo
88 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 89

le preocupa salvar los intereses “privados” de los hacendados Desde setiembre de ese año, Federico Pinedo, redactor
y otra en la que se trata, conscientemente, de integrar esos in- del proyecto, ocupaba otra vez el ministerio.
tereses con los de los industriales, se halla en que el Estado En sus fundamentos, el plan hacía referencia a la situa-
ya no puede resolver, sino al precio de una recesión, de un ción del país y a la alarma que debían suscitar los “serios ex-
“reajuste hacia abajo”, el problema de un déficit en la balan- tremos” a que ella se aproximaba. “Grandes excedentes de
za de pagos con medidas puramente monetarias: necesita, a productos invendibles —resumía Pinedo— significan inten-
la vez, mantener la actividad económica interna en un cierto so malestar en la campaña, crisis industrial, desocupación y
nivel, dentro de una sociedad cada vez más diferenciada, en zozobra en las ciudades, postración general en todas las ac-
la que la manufactura tiene un rol de creciente importancia. tividades del país, con repercusiones sociales de imprevisi-
Salvar la industria, entonces, supone contribuir a mantener ble alcance.”58
el sistema. Este carácter permisivo con que la elite ampara el El plan articulaba una serie de medidas para superar la
crecimiento industrial, sin poner en discusión el control del recesión. “Dirigido especialmente a contrarrestar los temidos
proceso, es la base objetiva de la alianza en la que se integra efectos de la guerra —comentan Di Tella y Zymelman— con-
una clase industrial que no reclama mucho más que su super- tenía disposiciones para la defensa del sector industrial.”59
vivencia. En efecto, entre las medidas propuestas se hallaban, vir-
Comentando las consecuencias deseadas por el Poder Eje- tualmente, todos los proyectos legislativos reclamados desde
cutivo de las medidas cambiarias de fines de 1938, el Banco hacía décadas por la UIA: leyes de “draw back”, disposiciones
Central traza así sus perspectivas: “Esta medida, aplicada con contra el “dumping” de los países centrales, créditos a largo
flexibilidad y eficacia permitirá adecuar las importaciones a plazo para la industria, reajuste de la anticuada legislación de
la capacidad real de pagos del país y al empleo prudente de tarifas.
las reservas monetarias. Es lógico esperar que, como está sucedien- El objetivo del plan era mantener a un nivel satisfactorio
do, el poder adquisitivo que debido a ello no puede ya estimular des- la actividad económica. Su punto de partida era la compra
proporcionadamente a la importación se desviará en gran parte ha- por el Estado de los excedentes agrícolas que no podían co-
cia la industria”.56 locarse, medida reclamada unánimemente por las organiza-
Tras una apreciable disminución del déficit en 1939, el ciones de los propietarios rurales.
año 40 se presentaba, otra vez, particularmente difícil por el Pero no concluía allí, en la limitada frontera de los inte-
cierre de los mercados europeos a las exportaciones argenti- reses corporativos agropecuarios. “Es indispensable agregar
nas, derivado de la guerra: en ese año, la balanza de pagos en otros estímulos”, señalaba el proyecto en sus fundamentos, y
cuenta corriente acusó un desequilibrio de 138 millones de esos estímulos eran los de la industria, cuya existencia era ine-
pesos. quívocamente percibida por los redactores como requisito
En esas condiciones —y cuando todo parecía indicar que del statu quo.
la crisis se agravaría progresivamente— el Ministerio de Ha- En primer lugar, la industria de la construcción; luego, las
cienda elabora un Plan de Reactivación Económica y lo pre- actividades manufactureras. “Que la industrialización del país
senta al Senado, en donde el oficialismo tenía mayoría.57 conspira contra nuestras exportaciones es un argumento que
90 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 91

se presenta con frecuencia en la discusión de esta materia”, fuera destruida. De tal modo este plan, que incluía las reivin-
dice el proyecto. Y agrega: “Es un hecho sabido que desde an- dicaciones largamente reclamadas por los industriales y que
tes de la pasada depresión mundial, las exportaciones argen- la UIA había de saludar como suyo, significaba en realidad
tinas —medidas por su volumen físico— han permanecido un lúcido intento de reforzamiento de la hegemonía “oligár-
en un nivel prácticamente estacionario. Nuestro país no ha quica”. Formulado por la elite tradicional, el Plan no signifi-
tenido, pues, como en tiempos más favorables de su historia caba el menor desplazamiento en los centros de decisión eco-
económica la alternativa de dedicarse preferentemente a la nómica, social o política.
exportación de cantidades cada vez mayores de productos Su importancia radica en que permite ver, de un solo
agrarios, importando en cambio productos manufacturados golpe, la complicada armazón de las alianzas de clase en ese
o la de desenvolver intensamente la industria sacrificando las momento; la limitada vocación hegemónica de la clase in-
posibilidades de su exportación”.60 dustrial y el contenido de las orientaciones del principal
“Por el momento —agrega— el país no tiene esa opción partido opositor, la UCR, que se ubican como respuesta aún
en su política económica y no sabría decirse en este instante más “tradicional” frente a la perspectiva de la crisis, que la
con alguna seguridad de acierto si la tendrá o no después de sostenida por los grupos conservadores del Poder Ejecutivo
la guerra.” Y concluía: “Mientras llegue ese momento el país y del Parlamento.
necesita recurrir decididamente a su industria para suplir en El “Plan Pinedo” se discutió en el senado los días 17 y 18
lo que sea posible lo que no puede importar o pagar y evitar de diciembre de 1940. Por el sector oficialista hablaron en su
el grave mal de la desocupación”. defensa Matías Sánchez Sorondo y José Heriberto Martínez.
Aquí vuelve a resumirse con suma precisión el sentido de La oposición frontal al plan, por la minoría, estuvo en boca
una política, que manteniéndose dentro de los marcos hege- del representante de la UCR, Atanasio Eguiguren. Finalmen-
mónicos de la “oligarquía” tradicional convocaba a una am- te el plan fue aprobado por 17 votos contra tres, pero jamás
pliación de sus límites para permitir la incorporación de la llegó a ser siquiera tratado en la Cámara de Diputados, don-
industria. de el oficialismo era minoría. “El Plan no se aprobó —dicen
El “Plan Pinedo”, intentando legislar sobre todo aquello Di Tella y Zymelman— por considerárselo demasiado ‘radi-
que el grupo representativo de los industriales reclamaba sin cal’ por parte de los grupos terratenientes.”61
haber sido oído, aparece como el mejor testimonio de ese La actitud de las organizaciones económicas frente al pro-
proceso de movilización de la manufactura bajo control de la yecto reproduce un espectro ya anteriormente mencionado:
elite tradicional que se produce entre 1933 y 1943. sólo la UIA lo aprueba entusiastamente, mientras la SRA, sin
El proyecto estaba absolutamente marcado por una orien- rechazarlo, manifiesta algunas reticencias y la CARBAP y las so-
tación que tendía a salvaguardar, en primera instancia, los in- ciedades rurales del interior lo rechazan agresivamente.
tereses de los grandes propietarios rurales. Su “radicalismo” El 8 de diciembre de 1940, la UIA envía una nota a Pine-
residía en la percepción de que una adecuada defensa de esos do otorgándole su más “caluroso aplauso” por el proyecto, en
intereses abarcaba, por imperio de las nuevas circunstancias la que afirma: “En el plan de V.E. se contempla, quizás por
mundiales y nacionales, la necesidad de que la industria no primera vez, una orientación clara y definida en materia eco-
92 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 93

nómica. La UIA no puede sino sentirse complacida al obser- Si los industriales aplaudían el proyecto y los grandes ha-
var la coincidencia de esa orientación con su prédica tesone- cendados coincidían, finalmente, con él; si la Bolsa de Co-
ra mantenida durante muchos años y que los hechos y las cir- mercio opinaba que “el fomento industrial responde a una
cunstancias actuales justifican plenamente”.62 verdadera necesidad”,65 ¿en qué grupos económicos de las
La Sociedad Rural Argentina, por su parte, no rechaza el clases propietarias radicaba la oposición? ¿Quiénes eran los
plan, pero considera necesario reafirmar la premisa de que que lo consideraban excesivamente “avanzado”?
“la prosperidad de nuestro país está supeditada a la marcha Del mismo modo que frente a cada una de las medidas
de los negocios agropecuarios”. Lo principal entonces, para proyectadas desde 1933, eran esta vez las organizaciones re-
la SRA, es la compra de las cosechas. En cuanto a lo demás, presentativas del sector ganadero subordinado las más enco-
“el fomento de las industrias transformadoras que utilicen nadamente opositoras. Este grupo era el único que frente a
materias primas del país puede contribuir a mantener la pros- cualquier intento de industrialización lo percibía como una
peridad económica, pero este fomento debe estar subordina- valla para su supervivencia, en tanto perjudicaría el intercam-
do fundamentalmente a la consideración de nuestro inter- bio exterior, al que se postulaba como núcleo dinámico ex-
cambio; no debemos fomentar artificialmente industrias que cluyente de la economía argentina. La orientación a favor del
en un momento de normalidad nos obliguen a recurrir a tra- “crecimiento hacia afuera” tenía en estos ganaderos a sus de-
bas artificiales para mantenerlas, trabas que dificultarán la fensores más ortodoxos.66
reanudación de nuestro intercambio”.63 Decía la CARBAP en un memorial de diciembre de 1940, re-
En realidad, esta “reticencia” no se alejaba demasiado de ferido al “Plan Pinedo” y a las medidas de protección a la in-
la actitud de fondo del propio Poder Ejecutivo. El plan, que dustria que incluía: “Se dice en el informe que la industria na-
tanto entusiasmo motivó en la UIA y que, objetivamente, re- cional no conspira actualmente contra las exportaciones.
cogía los puntos fundamentales del programa de los indus- Hacer esta afirmación es olvidarse de todo el daño que ha he-
triales, concordaba en su valoración del margen concedido a cho a la producción rural con el cierre de mercados naturales
la expansión de la manufactura, con la opinión que éste me- como resultado de la política aduanera inconveniente, impues-
recía de los hacendados más poderosos. ta desde el año 32, a la que se agregaba el adicional del 10%
Efectivamente, el mensaje oficial aclaraba el sentido pro- para saciar las arcas fiscales del Estado. Pretender, como dice el in-
gramático de las intenciones del Poder Ejecutivo en defensa forme, estabilizar industrias surgidas en medio de soluciones de emer-
de la industria, con estas palabras: “Ello no significa, desde gencia es plantear un problema trágico para el futuro del país después
luego, que toda industria deba ser fomentada. Debemos pre- de la guerra; es estimular una lucha que no la deseamos entre
cavernos del error de promover aquellas producciones que la industria y las fuentes básicas de la producción rural, pero si
tiendan a disminuir las importaciones de los países que sigan ello sucede debemos declarar que estamos resueltos a defen-
comprando nuestros productos en la medida suficiente para dernos en todos los terrenos porque tenemos la completa seguridad
permitirnos pagar esas importaciones. De lo contrario crea- que mientras una mayor población no absorba los considerables saldos
remos nuevos obstáculos a las exportaciones: hay que impor- exportables agropecuarios, conspira contra la tranquilidad social del
tar mientras se pueda seguir exportando”.64 país cualquier medida que no los contemple como fundamentales”.67
94 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 95

Ni siquiera se trata, como en el caso de la SRA, de alertar portantes de la producción para extenderse en forma paula-
contra la promoción deliberada de industrias “artificiales”; pa- tina a otros aspectos de la economía general, sin tomar reso-
ra los ganaderos subordinados la mera estabilización de las in- luciones por anticipado de modificar fundamentalmente los
dustrias ya existentes era vista como un perjuicio. sistemas tradicionales clásicos, vamos a una economía dirigi-
El diario La Prensa coincidía con este punto de vista. “La da totalmente por el Estado”.70
habilitación de empresas industriales es otra invención con En este sentido, la coincidencia con los grupos rurales
pretexto de urgencia y que, con justa razón, alarma a los pro- desplazados es absoluta. Si el radicalismo intentaba expresar
ductores rurales por cuanto su resultado puede ser la adición a sectores ajenos a la elite de poder, como lo señala una co-
de nuevas dificultades para nuestras exportaciones al reanu- piosa bibliografía, no serían éstos las capas medias urbanas li-
darse el intercambio después de la guerra”, afirma el 19 de gadas al crecimiento industrial, sino los grupos rurales mar-
diciembre en un editorial significativamente titulado “La ginados violentamente por la “oligarquía” tradicional. Así, en
reactivación económica radica en el campo”.68 relación con las medidas propuestas en el “Plan Pinedo” acep-
En el terreno de los grupos políticos, esta argumentación, tan su preocupación por el problema de los excedentes pe-
ferozmente antiindustrial, será la base de la actitud de la UCR ro, a diferencia de la elite hegemónica, no van ni un paso más
durante el debate. allá. Todo lo que supere esa frontera sería “estatismo”, “emi-
En efecto, ¿cuáles son las razones que el radicalismo desa- sionismo”, “inflación”.71
rrolla contra los capítulos referidos a la industria del “Plan Pi- Frente a la tácita alianza entre los ganaderos privilegiados
nedo”? No la insatisfacción por los límites que el proyecto se fi- y los industriales, cuyos intereses el Estado intenta armonizar,
jaba en cuanto apoyo a la manufactura, sino todo lo contrario. la alternativa que parece promover la UCR es la de una alian-
“Sin hacer análisis se puede afirmar que al país le cuesta mucho za en la que participen los grupos agrarios subordinados y las
dinero el lujo vanidoso de muchos artículos llamados de la in- capas medias urbanas no ligadas a la industria; sectores estos
dustria nacional que siempre tienen la consabida defensa de los “consumidores” más que “productores”, cuyos ingresos no de-
brazos que se emplean”, expresa en un documento referido al penden de la industria, sino de los servicios, y a quienes la in-
proyecto oficialista el Comité Nacional de la UCR. “Podrán dustrialización les encarecería las mercancías que demandan.
caerse todas las chimeneas —agrega— pero mientras el campo Así, el eje central de las críticas de la UCR al “Plan Pine-
produzca y exporte, el país seguirá comprando lo que necesite, do” está centrado en lo que éste tiene de proteccionista.
seguramente a precio inferior que el determinado por la Adua- “Acentuamos —dice el documento del Comité Nacional—
na para favorecer intereses creados.”69 que el proyecto del Poder Ejecutivo, al hablar de financiación
La respuesta de los radicales frente a la grave situación de industrias no se refiere a las del campo: tiene en cuenta
que creaba el descenso de las exportaciones no trasponía los solamente a las manufactureras y transformadoras.” Y para
límites de los más estrechos intereses rurales: la compra de que no queden dudas, añade: “Ya sabemos lo que cuesta al
las cosechas por el Estado. Pero si el papel del Estado se jus- pueblo consumidor el producto de la industria artificial que
tificaba en ese caso, “no puede considerarse con igual crite- perdura a costa de un grosero proteccionismo que beneficia
rio cuando la solución deja de abarcar ramas medulares e im- a uno para perjudicar a mil”.72
96 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 97

Esta opinión no era sólo la de la más encumbrada elite nará que los cambios hegemónicos en la estructura de poder
dirigente del partido. Amadeo Sabattini, un heredero de la en la Argentina asuman, pocos años después, formas en las
tradición yrigoyenista y líder del ala populista de la UCR, que desempeñarán un rol privilegiado la burocracia estatal y
opinaba así sobre el inevitable destino rural de la Argenti- el Ejército, dentro de un proceso al que se incorporarán las
na: “País agrícola y ganadero, no dejará de serlo para con- clases no propietarias.
vertirse en industrial hasta que la población y los años natu-
ralmente lo exijan”.73
Frente a la perspectiva de la crisis, la respuesta de los se- 5. El papel del Estado: alianza de clases
nadores radicales en la discusión parlamentaria de los pro- y hegemonía
yectos oficialistas es simple: comprar las cosechas; construir
caminos; intensificar un programa de obras públicas. En un Uno de los rasgos salientes de la etapa es el crecimiento
plazo no inmediato, fomentar la construcción de viviendas. Y de los roles asumidos por el Estado en la estructura social. El
algo más: “Hay otro rumbo importante que nuestro plan, el Estado pasará a ser expresión de la creciente complejidad de
de los legisladores radicales, lo contempla y que dejó comple- las relaciones económicas, reflejando así la diferente articu-
tamente de lado el plan del Poder Ejecutivo: nosotros cree- lación de la estructura de éstas, a partir del crecimiento de la
mos que es necesario reactivar nuestras industrias madres, las industria.
dos grandes industrias vitales: la ganadería y la agricultura e La homogeneidad de la antigua estructura de poder, a tra-
intensificar la minería que va tomando un incremento digno vés de la cual se expresaban los intereses de las capas agrarias
de consideración”.74 dominantes, beneficiarias de la renta diferencial que proveía
Hacia principios de la década del 40, el dilema en que el comercio internacional, tiende a quebrarse después del 30,
se movían las clases propietarias acerca de los problemas arrastrada por las modificaciones que el equilibrio del siste-
económicos era éste: o estabilizar un cambio producido ca- ma requiere en el nivel de la estructura económica, como
si “espontáneamente” a fin de mantenerlo bajo el control consecuencia de la crisis.
hegemónico de los sectores más poderosos de la “oligarquía”, La complejidad desplegada en esta dimensión refuerza
o rechazar todo cambio y promover el mantenimiento de la las tendencias del Estado hacia la autonomía, en tanto su rol
situación previa a la crisis. Si la primera alternativa era la que principal no es ya traducir al nivel de las decisiones políticas
intentaba estructurar la elite conservadora, con dificultades los intereses de una clase dominante de origen agrario (o los
internas y sin homogeneidad total, la segunda se transforma intereses de una fracción de esa clase dominante), sino la re-
en el programa de los radicales. Una tercera alternativa, la lación de esos intereses con los de las otras capas propietarias estruc-
del programa de crecimiento por iniciativa autónoma de sec- turadas alrededor de la acumulación de capital industrial.
tores medios emergentes de origen industrial —es decir, el El Estado se realiza así como equilibrador dentro de un
modelo clásico de condicionantes sociales del desarrollo— bloque de poder más complejo; como moderador de una
no alcanzó formas institucionales permanentes. Es esta falen- alianza objetivamente estructurada alrededor de los intereses
cia, según nuestra hipótesis, una de las causas que determi- comunes de distintas clases.
98 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 99

Esta percepción de la existencia de intereses comunes, cu- neral, de todo proceso de industrialización sustitutiva de im-
yo compromiso como tales surge a partir de los cambios que portaciones, de industrialización sin revolución industrial) en
es necesario promover en la estructura económica, no se con- el que un cierto crecimiento de la manufactura aparece ju-
figura “espontáneamente”, sino a través de la mediación de gando un rol importante como requisito del statu quo.
un factor, en apariencia externa a esos intereses, que armo- La posibilidad de percibir esos cambios no como disrup-
niza las orientaciones particularistas. Ese factor constitutivo tivos sino como integradores del sistema de dominio, queda
de una orientación “universalista” que sintetiza tendencias radicada en la elite política, que se transforma en factor cons-
parciales es el Estado, controlado por la elite política tradi- titutivo, a nivel institucional, de una nueva hegemonía, cuya
cional que sustituye el yrigoyenismo. función es compatibilizar el desarrollo de las fuerzas produc-
Los mecanismos de esa proyección “universalista” que tivas con las nuevas relaciones entre las clases propietarias.
puede soldar el bloque de poder operan en dos dimensio- El concepto de “clase dominante”, en la década del 30,
nes: en primer lugar, a través de la instrumentación de po- debe ser, así, reformulado, en tanto la dominación ya no es
líticas de corto plazo, reservadas a la iniciativa directa del ejercida en nombre de la unidad de intereses inmediatos y
Poder Ejecutivo y cuya dirección es hacia la viabilización de mediatos de una clase, sino de los intereses de una alianza de
cierto crecimiento industrial, en tanto acentúa barreras de clases. Si le damos al término “oligarquía” su significado clá-
tipo proteccionista. En segundo lugar, por medio del inten- sico de monopolio del poder en manos de una elite restrin-
to de implementar políticas de largo plazo, más integrales gida, durante la década considerada se iniciará un lento pro-
(como el Plan Pinedo y sus antecedentes) que necesitan el ceso por el cual ese núcleo “oligárquico” ampliará sus bases:
complicado apoyo legislativo. de una homogénea determinación agraria irá pasando a una
Este crecimiento del poder de iniciativa del Estado (que combinatoria agro industrial en la que operará como factor
en la realidad económica asume formas intervencionistas no aglutinante el capital financiero, nacional y extranjero.
practicadas hasta entonces en la Argentina) le permite estruc- Toda alianza de clases, todo nuevo bloque de poder, no
turar un área de actividad aparentemente autónoma, marcán- supone indiferenciación entre sus partes. A partir de la per-
dose un “decalage” entre intereses económicos privados y po- cepción de una comunidad de intereses, la particularidad de
líticas de gobierno, cuyo origen está en el hecho de que el éstos no se borra. La alianza, en la medida en que es tal cosa
Poder Público, como instrumentador de una política de lar- y no una fusión, supone la posición hegemónica por parte de
go plazo en salvaguarda del sistema, iba “más allá” de las uno de sus componentes. La hegemonía, así, sería la poten-
orientaciones particularistas de cada sector de las clases pro- cialidad legitimizada que adquiere un grupo para guiar un
pietarias. sistema de alianzas, para fijar los límites de las orientaciones
El Estado deberá asumir la tutela de una alianza entre in- del nuevo bloque de poder.
tereses particulares —que, aunque todavía opuestos parcial- Las condiciones estructurales que presentó el desarrollo
mente, han dejado ya de ser contradictorios— y buscará uni- industrial durante esa década posibilitaron que el control del
ficar en su seno los compromisos inestables entre clases, proceso se mantuviera, a nivel económico, en manos de los
propios del tipo de crecimiento propuesto (propios, en ge- grandes hacendados y, a nivel político, en las de los miembros
100 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 101

de la elite tradicional. De tal modo, si el nuevo bloque de po- largo plazo. Mientras los proyectos económicos más integrales
der puede ser definido, en tanto objetivación de intereses, del Poder Ejecutivo encontraban, casi siempre, el apoyo entu-
como una alianza de clases en la que comienza a participar siasta de la UIA, la SRA, sin rechazarlos —como lo hacía la CAR-
el sector industrial, la hegemonía de éste se mantuvo como he- BAP, por ejemplo—, manifestaba, en cambio, mayor reticencia.
gemonía de los hacendados. Recién al promediar la década del Esta triple orientación —aceptación, reticencia, recha-
40 esta relación de fuerzas entre las clases propietarias rurales zo— dentro de las organizaciones corporativas de las clases
e industriales se alterará, por la diferenciación que comenzará propietarias, se manifestó claramente, como hemos visto, du-
a operarse dentro de los propietarios industriales, por la movi- rante la discusión del Plan Pinedo.
lización de las clases populares y por el fortalecimiento adqui- Esquemáticamente, las líneas de representación política
rido por el Estado, a través, especialmente, de su área más pro- de las clases propietarias pueden ser rastreadas, durante ese
clive a cierta autonomización: el Ejército. Sólo entonces la período, en estas direcciones:
hegemonía de los hacendados se replegará y se abrirá la posi-
bilidad para un movimiento como fue el peronista. 1) la Sociedad Rural coincide en general con la orienta-
Pero la hegemonía que la oligarquía tradicional mantiene ción de la elite política, cuya legitimidad, por otra par-
en el sistema de alianzas durante el período, no deriva, exclu- te, se funda en el apoyo que le concede, pero se reser-
sivamente, de la mayor coherencia de su ideología, traducida va observaciones cuando presume que los proyectos
en el predominio de determinados valores u orientaciones en van más allá de los límites fijados por el statu quo;
el resto del bloque de poder, sino de una posición, todavía pri- 2) la Unión Industrial no manifiesta virtualmente reser-
vilegiada, en la estructura económica y social. La posibilidad vas sobre los proyectos y, en todo caso, sus críticas se
de los cambios está manejada por los intereses de los hacenda- ejercen contra el Parlamento —en donde el oficialis-
dos más poderosos, de modo que serán estos intereses los que mo al discutirse el Plan Pinedo no tiene mayoría— al
marcarán los límites del proyecto, las fronteras que no puede que acusan de trabar la “acción constructiva” del Po-
trasponer: no habiéndose roto la dependencia radical de los der Ejecutivo;
centros externos, el comercio exterior sigue siendo la princi- 3) la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos
pal fuente de acumulación y las posibilidades de crecimiento Aires y La Pampa, o sea la organización que represen-
del sistema se miden en los términos fijados por él, y por las ta al grupo ganadero subordinado, rechaza las orien-
clases que de él obtenían sus rentas. taciones del Estado, nutriendo las bases de las argu-
Esto no significa, sin embargo, que los proyectos del Esta- mentaciones de la oposición, como se advierte en la
do, aunque coincidentes con los intereses generales del gru- actuación parlamentaria de Lisandro de la Torre y en
po hegemónico, fueran siempre exactamente representativos las formulaciones de la UCR durante la discusión del
de sus orientaciones ni tampoco de sus intereses económico Plan Pinedo.
corporativos más estrechos.
Esta discontinuidad explica el porqué de las dificultades que Si un corte más o menos elemental que busque vincular
encontró la elite política para poner en práctica propuestas de intereses económicos con orientaciones políticas nos permi-
102 MIGUEL MURMIS Y JUAN CARLOS PORTANTIERO ESTUDIOS SOBRE LOS ORÍGENES DEL PERONISMO 103

te compatibilizar a los hacendados más poderosos con los nio, las orientaciones menos tradicionales de los industriales
grupos conservadores y al grupo subordinado de los ganade- en relación con las de los hacendados, combinadas con el ca-
ros con el radicalismo, la relación entre industriales y núcleos rácter no disruptivo de sus reclamos, se convertían en el eje
políticos será menos lineal. posible del proyecto de cambios. Toda la actividad persuasi-
En principio, durante todo el período es difícil encontrar va de la elite política —y eso es particularmente claro en la
reclamos de participación directa por parte de los industria- discusión del Plan Pinedo— tiende a convencer al grupo de
les, quienes parecen, en cambio, aceptar la representación de los hacendados que los cambios que se proponen —y que los
sus intereses que les ofrece el gobierno. En su relación con el industriales apoyan entusiastamente— no amenguarán su he-
Estado tratan de utilizarlo como estrato protector más que gemonía en el bloque de poder. Pinedo lo dirá expresamen-
efectuar reclamos de hegemonía. te en los debates de 1940: “No creemos que sea posible ni
Por otra parte, no se advierten intentos de estructurar una conveniente cambiar las bases económicas del país. No pen-
fuerza política independiente, claramente representativa de samos en establecer la autarquía. Tengo dichas sobre el pun-
sus intereses. El objetivo central parece ser influir sobre per- to palabras clarísimas y categóricas: no creo que importar sea
sonalidades de la elite tradicional a las que reiteradamente se un mal, no tengo ninguna prevención por lo que se llama el
hace participar de tribunas en las que se defiende el progra- carácter agrario de nuestro país; no creo que eso sea desdo-
ma de los industriales. Otro intento de influencia era en di- roso, aunque en alguna parte de la literatura económica uni-
rección de los jefes de las Fuerzas Armadas, a quienes se vi- versal se considere que las masas agrarias con respecto a las
sualizaba como los más probables partidarios de la industria industriales están en una situación de inferioridad”. Y con-
dentro de la elite dominante. cluía: “No pensamos llegar a una industrialización total, ma-
También en esta falta de agresividad en relación con su siva, del país, pero no hay por qué abandonar algunas pro-
autonomía política pueden ser advertidas las limitaciones ducciones industriales totalmente sanas, tan sanas como la de
de las expectativas de los industriales, que no iban más allá fabricar trigo poniendo semillas en los surcos o fabricar car-
de la exigencia de garantías institucionales que ratificaran, nes haciendo pacer los pastos por el ganado”.75
por vía de la legislación, los beneficios del proteccionismo
“espontáneo” con que el Poder Ejecutivo había facilitado su
expansión. Y esto podía lograrse sin necesidad de desplazar
a la elite política; antes bien, contribuyendo a reforzar sus
posiciones frente a las trabas que, básicamente, le imponían
los grupos opositores.
La elite política, por su parte, no intentaba contradecir
las presiones de los industriales, porque ellas no significaban
modificaciones en el statu quo. Al contrario: si el Estado in-
tentaba expresar lúcidamente el nuevo punto de equilibrio
social derivado de la mayor complejidad del sistema de domi-

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