Según Escobar (2007) en su libro, “Curriculum: Más Allá de la Teoría del

Enseñanza”, el curriculum critico no puede sustentarse en el diseño, es decir que, su

tendencia consiste en promover una praxis crítica, cuyo objetivo radica en una forma de
enseñanza que incluye a educadores y educandos en la acción transformadora. Así también,
retoma las ideas de Kemmis (1998), destacando que el origen del curriculum crítico está en
una comunidad educativa crítica, que sea capaz de planificar y de conducir los procesos de
investigación –acción critica, lo cual deberá responder a las necesidades y desarrollo social
a la luz de criterios morales, políticos y culturales.

Ahora bien, en palabras de Escobar (2007), tenemos que el enfoque crítico del
curriculum, propone sistematizar y racionalizar la organización del curriculum como un
plan que debe ser modificado dentro de la práctica educativa y que, al ser sometida a esa
modificación, la enseñanza deberá asumir los principios de autodeterminación,
codeterminación y solidaridad.

Por otro lado, la planificación crítica adopta las siguientes posturas: Identificar y
comprender los problemas en su contexto presente, los problemas no suceden de la noche a
la mañana; tienen una historia, la crítica del conocimiento requiere el conocimiento de lo
criticado, la investigación tiene que informar y ser informada por la acción
simultáneamente.
Escobar (2007), abordando la racionalidad del curriculum crítico dice que, ésta se
manifiesta en la escuela y comunidad como escenarios para la democratización, donde lo
político y lo pedagógico entran en congruencia demostrando lo ideológico del curriculum.
Citando a Kemmis (1998), expresa que, el curriculum debe advertir y descubrir aquellos
elementos que hacen en el alumno no debatir sobre ciertas temáticas en el aula. Debe existir
democracia para participar y construir el conocimiento de manera libre y no condicionada
por el maestro. Por tanto, una cultura deliberadora es crucial para establecer estas
iniciativas.

La propuesta de la enseñanza del curriculum crítico contiene dos formas de

abordarse: (1) enseñar con metodología y contenidos propios de cada nivel, los valores
propios de una vida cívica y democrática, para educar a los ciudadanos en y para una
sociedad democrática. (2) la escuela debe estar organizada democráticamente de modo que
permita la participación, toma de decisiones, compromiso y puesta en acción de los valores
democráticos.
Según el autor, el curriculum crítico ofrece la estrategia para profesores y alumnos
la acción crítica, en la cual existen algunas preguntas claves: ¿qué está sucediendo?, ¿en
qué sentido esto es problemático?, ¿qué puedo hacer yo al respecto? En base a estas
cuestiones la planificación curricular debe orientarse en: observación, reflexión, plan y
acción. Estos elementos permitirán según Escobar (2009), producir conocimiento y así
corregir errores antes y después del proceso curricular. El curriculum, no es un concepto,
sino una construcción cultural (Grudy ,1998).

En cuanto al contenido curricular Escobar (2007), manifiesta que siempre está

ligado a una ideología. En esto el curriculum crítico debe deliberar en la tipificación de los
contenidos educativos y someterlos a un escrutinio crítico. La liberación de la educación
consiste en actos de cognición, no en transferencia de información (Freire, 1972). Bajo esta
lógica los contenidos se constituyen en sustancias para el acto de cognición, es decir, la
situación del objeto cognoscible (contenidos) media entre los actores cognitivos.

Además, Escobar (2007), aborda los postulados de la pedagogía crítica, que

sirvieron de parámetros para examinar las prácticas dentro del aula, entre estos están: (1) se
enfrenta con los problemas reales de existencia, (2) incluye procesos de toma de
conciencia, (3) se enfrenta a la deformación ideológica, (4) incluye la acción como parte del
acto de conocer.
Finalmente, menciona que para lograr estos postulados de la pedagogía crítica, los
procesos de codeterminación, autodeterminación y solidaridad deben estar presentes en los
procesos de investigación, acción y al hacerlo, los profesores tendrán una labor de
convertirse en intelectuales transformadores para poder suscribir una visión de pedagogía
que cree en la educación de los estudiantes para que sean ciudadanos activos y críticos.