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Artículo I.- Ámbito de aplicación de la ley La presente Ley será de aplicación para todas
las entidades de la Administración Pública.
Nos orienta respecto a lo que debe ser entender por “entidad” o “entidades” de la
Administración Pública, señalando entre otras a las personas jurídicas bajo régimen privado
que ejercen función administrativa, en virtud de la autorización del Estado. Situación que
se presenta en el caso de las Notarías, teniendo en cuenta que el Estado reconoce,
supervisa y garantiza la función notarial. Delegando por ello la función pública de dar
formalidad a la voluntad de las partes, redactando instrumentos adecuados a ese fin,
confiriendo autenticidad y conservando los originales, entre otras funciones.
El numeral 2 del Artículo II del Título Preliminar de la Ley Nº 27444 señala que los
procedimientos especiales creados y regulados como tales por ley expresa, atendiendo a
la singularidad de la materia, se rigen supletoriamente por la citada ley en aquellos
aspectos no previstos y en los que no son tratados expresamente de modo distinto.
Ahora bien, el numeral 3 del artículo II de la LPAG incorpora un parámetro para que el
legislador diseñe y apruebe los procedimientos especiales, el cual está dado por la
observancia de los principios administrativos. Uno de tales principios es el referido al debido
procedimiento, el cual, al decir del Tribunal Constitucional, no solo resulta aplicable a los
procesos judiciales, sino también a los procedimientos administrativos. Precisamente, el
mismo máximo intérprete constitucional, señala que dicho principio incorpora el derecho
al plazo razonable. Por lo tanto, un procedimiento administrativo regulado con un presunto
plazo excesivo, podría ser objeto de cuestionamiento en la vía judicial, por vulnerar el
principio del debido procedimiento.
La presente Ley tiene por finalidad establecer el régimen jurídico aplicable para que la
actuación de la Administración Pública sirva a la protección del interés general,
garantizando los derechos e intereses de los administrados y con sujeción al ordenamiento
constitucional y jurídico en general.
La Constitución tiene una doble naturaleza: es una norma política y a la vez una norma
jurídica. Tiene un carácter político en la medida que crea el Estado, organiza a los poderes
públicos y le atribuye competencia por otro lado, tiene un carácter jurídico, siendo la norma
jurídica de mayor jerarquía.
Artículo VI.- Precedentes administrativos.
En ese sentido, si bien se ha sostenido que dichas disposiciones no son actos administrativos,
ni generan obligaciones para los administrados, en la medida que establezcan lineamientos
que podrían repercutir indirectamente en su relación con ellos, estos pueden ser invocados
y aplicados. Por lo que, su inobservancia puede generar, incluso, la nulidad del acto
administrativo. Es por tal razón que esta Dirección General resalta la relevancia de su
adecuada formulación y la importancia de su observancia en el desarrollo de las
actividades de las entidades de la Administración Pública.
Sobre el particular, convendría tomar en cuenta lo previsto en Artículo VIII del Título
Preliminar de la Ley Nº 27444 - Ley del Procedimiento Administrativo General que señala que
las autoridades administrativas no pueden dejar de resolver las cuestiones a su cargo por
deficiencia de fuentes, sino que en esos casos deben acudir a otros cuerpos normativos
que les permitan obtener una respuesta pertinente para el caso.