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Las dos primeras partes del secreto fueron conocidas en el año 1941, después de que
en 1929 Lucia recibiera la comunicación del Virgen de que había llegado el momento en
que el Papa junto con toda la Iglesia consagrara al mundo y de un modo especial a Rusia a
su Corazón Inmaculado. Esta petición estaba íntimamente relacionada con un parte del
secreto, especialmente con todo lo que se relacionaba con los acontecimientos y promesas
que, como había manifestado la Virgen, se derivarían de la fidelidad al cumplimiento de su
petición de Consagración del mundo y de Rusia. A partir de aquel momento Lucia
procurará que se cumplan los deseos manifestados por la Virgen, después de insistentes
peticiones de la vidente dirigidas al Santo Padre, primero a través del obispo de Leiría,
luego a iniciativa de todos los obispos portugueses y por último ella misma, y a fin de
“abreviar los tiempos de tribulación”, se dirige directamente al Santo Padre, con la misma
petición. Publicada ya esta parte del secreto, el Papa Pío XII en un mensaje enviado a
Fátima con motivo de la clausura de las celebraciones del 25 aniversario de las apariciones,
consagrara a toda la humanidad al Corazón Inmaculado de María y aunque no hace
mención explícita de Rusia se refiere de un modo claro a aquellos pueblos que tienen
especial necesidad y que con tanta y reconocida devoción veneran en sus casas el icono de
la Virgen.
Pío XII en 1942 ”en esta hora trágica de la historia humana – consagra al Corazón
Inmaculado de María - no sólo a la Santa Iglesia que pena y sangra en tantas partes y es
por tanto modos atribulada, sino también a todo el mundo herido por tantas discordias,
abrasado en incendios de odio, víctima de sus propias iniquidades... A los pueblos que por
el error y la discordia, especialmente aquellos que os profesan singular devoción y en los
que no había casa que no tuviese y venerase vuestra imagen (hoy tal vez escondida y
reservada para mejores días)... En fin, como fueron consagrados al Corazón de vuestro
Jesús, la Iglesia y todo el genero humano, para que puestos en Él todas nuestras
esperanza, les fuese signo y prenda de victoria y salvación, del mismo modo os son
perpetuamente consagrados también a Vos y a vuestro Corazón Inmaculado, oh Madre
Nuestra, Reina del mundo: para que por vuestro patrocinio se apresure el triunfo del Reino
de Dios y todas las generaciones humanas pacificadas entere sí y con Dios, os proclamen
bienaventurada y entonen con Vos, de un polo a otro de la tierra un eterno Magnificat de
gloria, amor y reconocimiento al Corazón de Jesús donde se pueden encontrar la Verdad,
la Vida y la Paz”·
Volviendo al tema de la historia del secreto de Fátima tenemos que hacer ahora
referencia a la tercera parte del secreto que no fue puesta por escrito por Lucia hasta 1944 a
petición del obispo de Leiría, ante el temor de que, debido a la falta de salud de la vidente,
pudiera morir sin que la Iglesia hubiera podido tener conocimiento de él. Después de
escribirlo, según ha manifestado actualmente, siguiendo su propio criterio, pone como
condición, al entregarlo en un sobre lacrado al obispo de Leiria, que no sea dado a conocer
hasta el año 1960. Poco antes del cumplimiento de dicho plazo fue entregado a Juan XXIII
y, una vez leído, decidió que continuase en secreto; lo mismo ocurrió años mas tarde en el
pontificado de Pablo VI.