Sei sulla pagina 1di 47

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN DE TESIS

“EL EMPODERAMIENTO Y LA AUTOESTIMA DE MADRES ADOLESCENTES EN


EL CENTRO DE MADRES ADOLESCENTES VILLA VIDA - CEDETEP”

ESCUELA : Trabajo Social

CURSO : Metodología de Investigación Cuantitativa

CICLO : VI

SEMESTRE : 2019 - II

PROFESOR : ANABEL ROJAS ESPINOZA

INTEGRANTES:
I. CAPÍTULO I MARCO TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN

1.1. Marco Histórico .

1.1.1. Marco histórico del empoderamiento

El término empoderamiento tiene su origen en el inglés empowerment, que

se vienen utilizando desde los años sesenta. Surgió con los movimientos

sociales y políticos de derechos civiles para la población afroamericana en

Estados unidos. Posteriormente otros movimientos vinculados al desarrollo,

la no violencia, los derechos humanos, adoptaron este término.

Las primeras conceptualizaciones del empoderamiento emergen alrededor de

los años 90 como una iniciativa de DAWN (Mujeres para un Desarrollo

Alternativo, por sus siglas en inglés), una organización que agrupaba a

académicas y activistas de la India y otros países postcoloniales. Esta

iniciativa planteaba una posición crítica respecto al paradigma de Mujer y

Desarrollo (MED), modelo hegemónico que influía significativamente en

diversas políticas de desarrollo generadas por organismos internacionales.

Para DAWN, el enfoque que planteaba MED se focalizaba en la inclusión de

las mujeres al trabajo productivo y al espacio público. Sin embargo, la

iniciativa no cuestionaba las estructuras y las relaciones de poder que

truncaban la posibilidad de que las mujeres, en igualdad de condiciones que


los varones, fueran parte de los beneficios del desarrollo y ejercieran una

ciudadanía digna.

En la propuesta de DAWN, el objetivo de las políticas de desarrollo desde un

enfoque de género debía incidir precisamente en la transformación de las

estructuras y las relaciones desiguales que impiden la participación óptima de

las mujeres, así como su desarrollo. Desde este marco, se propone al

empoderamiento de la mujer como una estrategia que permita lograr dichos

cambios. Así, se busca generar niveles de decisión que faciliten a las mujeres

nuevas formas de verse a sí mismas y de replantear su ubicación en la

sociedad, incorporando las diferencias de clase, raza y género (Sen & Grown,

1987; Nussbaum & Sen, 1996; Sen, 1999; Moser, 1991).

Como plantea Sen (1999), el empoderamiento implica el proceso a través del

cual se va obteniendo poder, entendiendo este en términos de control.

Cheater (1999) y Batliwala (1997) refuerzan la noción de proceso y sostienen

que el empoderamiento implica un mayor control sobre las fuentes de poder,

lo cual a su vez significa una redistribución de dicho poder (entre naciones,

géneros e individuos) y una transformación de las instituciones y normas que

contemplen sesgos de género. Este poder debe analizarse tomando en

cuenta tres dimensiones: control sobre los recursos materiales (físicos,

humanos, financieros), control sobre los recursos intelectuales

(conocimientos, información, ideas) y control sobre la ideología, entendida

como aquella habilidad para facilitar, comunicar, mantener e institucionalizar

conjuntos de creencias específicos, determinados valores, actitudes y

conductas, generando la manera en que las personas perciban y funcionen

en sus contextos económicos, sociales y políticos. De esta manera, “el


proceso de desafío de las relaciones de poder existentes, así como la

obtención de un mayor control sobre las fuentes de poder, pueden ser

llamados empoderamiento” (Batliwala, 1997: 193). Junto con esto, Kabeer

(1997) y Rowlands (1997) hacen énfasis en la importancia de considerar

dimensiones individuales y colectivas del empoderamiento, entendiendo que

este proceso refiere tanto a cambios individuales, como a cambios en las

relaciones establecidas con el entorno. Así, la evaluación

del empoderamiento implica un cuestionamiento sobre el poder a nivel

interior (poder desde adentro), pero también el control sobre los recursos y la

capacidad de las mujeres para establecer “las reglas de juego”, cuestionando

las normas e instituciones que limitan/debilitan su quehacer.

Desde el ámbito peruano, existen investigaciones que explican la relación

entre los roles de cuidado y la posibilidad de la mujer de participar en las

decisiones familiares. Vera Tudela (2010) identificó indicadores de

empoderamiento en la ENDES 2005/2008-IT, enfocándose en la participación

de las mujeres en las decisiones intrafamiliares y la autonomía fuera del

hogar. Se encontró que un mayor grado de participación en las decisiones

domésticas aumenta el uso de servicios profesionales de salud (tanto para la

propia mujer como para sus hijos). Además, las mujeres con un mayor

número de años de educación y más información y acceso a métodos de

planificación familiar tenían una mayor participación en las decisiones

Empoderamiento de las mujeres en el Perú a partir del uso de una

aproximación de metodologías mixtas del hogar y en el cuidado de la propia

salud. En contraparte, las mujeres con menores posibilidades para tomar


decisiones eran aquellas ubicadas en áreas rurales y con poco acceso a la

educación.

Las investigaciones analizadas permiten identificar las dimensiones del

empoderamiento en las mujeres. Dentro de las dimensiones más relevantes,

recogidas por la literatura especializada (Naciones Unidas, 2015; Nussbaum,

2012; Robeyns, 2003), se encuentran: la vida y salud física (capacidad de

gozar buena salud), el control sobre el entorno material (poseer propiedades

muebles o inmuebles y hacer uso del derecho de propiedad), las

características de las relaciones sociales (recibir soporte social y participar en

interacciones sociales), la integridad física y seguridad (poder desplazarse

libremente y estar protegida de cualquier tipo de violencia), el bienestar

psicológico (estar mentalmente sano, no experimentar miedo y ansiedad que

impida el desarrollo emocional) y el acceso a trabajo remunerado (capacidad

de participar en el mercado laboral).

1.1.2. Marco Historico de la autoestima

El primer intento de definirlo fue en los años 1980 cuando se publicó el libro

‘’Principios de la Psicología’’ de William James, esta iniciativa se impulsó en la

década de los 80, ya que se publican libros que hacían referencia a esa

palabra, e incluso algunas investigaciones científicas, haciéndonos conocer

desde un ‘’yo’’ interior, a un ‘’yo’’ ante la sociedad. Según James (1980) todos

somos conscientes en mayor o menor grado, y es ahí en donde nace la

autoestima. Destacando que la autoestima es muy importante para el

desarrollo del potencial de cada ser humano.


Craig (1994) considera a la autoestima como verse a uno mismo con

características positivas. Esto puede inducir a que las personas por si solas se

califiquen según sus triunfos o fracasos.

Además, Mejía, Pastrana y Mejía (2011) sostienen que tanto el auto concepto

como la autoestima van a favorecer el sentido de la propia identidad, pues

ambos procesos van a constituir marcos de referencia, desde el cual interpretar

la realidad externa y las propias experiencias

En los últimos años, la autoestima ha cobrado fuerte importancia en la

sociedad, ya que esta es vista como un valor para relacionar con los demás en

diferentes ámbitos de su vida, como también esencial para la vida de los

individuos, ya que vivimos en una etapa en la se registran muchos problemas

mentales, muchos actos indebidos, hoy en día las personas no tienen claro el

concepto de autoestima y no saben que el carecer de esta puede generar una

enfermedad mental.

La autoestima es considerada como la valoración que se tiene de sí mismo,

involucra emociones, pensamientos, sentimientos, experiencias y actitudes

que la persona recoge en su vida (Mejía, Pastrana y Mejía, 2011). Este proceso

se va desarrollando, a lo largo del ciclo vital, a partir de las interacciones que

realice el sujeto con los otros, lo cual posibilita la evolución del “Yo”, gracias a

la aceptación e importancia que se dan las personas unas a otras (Naranjo,

2007). Por ende, en la actualidad, damos mayor cavidad al reforzamiento de la

autoestima ya que estamos envueltos en varios factores de riesgo que

tenemos que superar, pero que muchas veces no tenemos una base de valores

y habilidades para concretar nuestros objetivos.


1.2 Bases teóricas

1.2.1 Empoderamiento

1.2.1.1 Conceptualización según autores:

Este concepto, que puede ser entendido como "proceso por el cual las

personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como

grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven"

(Murguialday y otros, 2001), tuvo su origen en las estrategias de la Educación

Popular, desarrolladas sobre todo por el educador brasileño Paulo Freire en

los sesenta.

Como hemos visto, el término empoderamiento tuvo su origen en el concepto

de la Educación Popular, desarrollado por el educador brasileño Paulo Freire.

Esta idea empezó a ser utilizada sobre todo con el uso de la palabra inglesa

empowerment, que luego fue traducida al español. Además de la definición

que hemos utilizado en la introducción, el empoderamiento puede ser

definido como el "proceso de accesión a los recursos y desarrollo de las

capacidades personales para poder participar activamente en modelar la vida

propia y la de su comunidad en términos económicos, sociales y políticos"

(Comisión Europea, 1998).

McWhirter, (citado por Rowlands, 1995: 103), lo describe de manera más

detallada: El proceso por el que las personas, las organizaciones o los grupos

carentes de poder (a) toman conciencia de las dinámicas del poder que

operan en su contexto vital, (b) desarrollan las habilidades y la capacidad

necesaria para lograr un control razonable sobre sus vidas, (c) ejercitan ese

control sin infringir los derechos de otros y (d) apoyan el empoderamiento de

otros en la comunidad. Por tanto, teniendo en cuenta estas definiciones,


podemos decir a grandes rasgos que el empoderamiento permite que las

personas tomen consciencia de la situación en la cual viven y que, a partir de

esta percepción sobre su contexto, puedan desarrollar su capacidad para

cambiarlo, es decir, participen activamente en el proceso de transformación.

No obstante, es necesario señalar que, a pesar de ser frecuentemente

asociado a estrategias de desarrollo de grupos vulnerables y a la lucha por la

igualdad de género, este término posee múltiples interpretaciones y

aplicaciones. Un ejemplo de diversidad de sus usos es la utilización que se

hace de él en la gestión de recursos humanos de las empresas privadas.

Dentro del ámbito empresarial, empoderar significa delegar poder y autoridad

a los/as subordinados/as y de conferirles el sentimiento de que son

dueños/as de su propio trabajo (Ronquillo Horsten, 2006: 97). Por tanto, en el

lenguaje empresarial, se trata de una herramienta estratégica cuyo objetivo

es desarrollar las habilidades de liderazgo dentro de un equipo, pero sin

alterar las jerarquías existentes.

1.2.1.2 Importancia del empoderamiento:

Cuando hablamos de empoderamiento nos referimos a una mayor autonomía

para las mujeres, a su reconocimiento y a la visibilidad de sus aportaciones.

El empoderamiento de las mujeres implica que participen plenamente en

todos los sectores y a todos los niveles de la actividad económica para

construir economías fuertes, establecer sociedades más estables y justas,

alcanzar los objetivos de desarrollo, sostenibilidad y derechos humanos y

mejorar la calidad de vida de las familias

El empoderamiento femenino resulta un factor decisivo en la tarea de reducir

las inequidades de género que obstaculizan los avances hacia mayores


niveles de desarrollo socioeconómico. Para dar seguimiento a los logros en

este sentido, el Índice de Desigualdad de Género del PNUD valora esta

dimensión a través de dos indicadores: uno relativo a la escolarización y el

otro referido a la participación política. El análisis del comportamiento del

indicador educacional femenino en un conjunto de países latinoamericanos

permite constatar que la mayoría de éstos ha avanzado en su cuantía y se ha

cerrado la brecha que existía entre la población adulta de ambos sexos con al

menos nivel secundario de escolarización. En algunos países, la situación es

favorable a las mujeres. Sin embargo, persisten aún inequidades en

detrimento de ellas localizadas en países de menor nivel de desarrollo

humano. Los dos países que reflejan los mayores niveles en el indicador

educacional para ambos sexos, Cuba y Chile, se encuentran ubicados en el

grupo de menores desigualdades de género y por tanto, con un menor valor

del IDG. Ello confirma la importancia que posee la educación en la

disminución de las desigualdades. En cuanto a los escaños ocupados por

mujeres en parlamentos nacionales, a pesar del impulso que supuso el

sistema de cuotas adoptado mayoritariamente a mediados de los años 1990,

los niveles alcanzados resultan aún insuficientes en un buen número de

países, con independencia de su grado de desarrollo humano. Los avances

en la capacitación de las mujeres para el liderazgo, junto a vías que

garanticen su mayor y real participación social, constituyen estrategias claves

del empoderamiento femenino.

El empoderamiento emerge en el individuo una "conciencia crítica", en tanto

se vuelve crítico de las normas sociales que había aceptado previamente sin

cuestionar (Kabeer, 1999b). Conforme las personas desarrollan la capacidad


y adquieren los medios necesarios para elegir, comienzan a establecer

valores y preferencias personales que pueden desafiar las normas sociales

tradicionales. Por ende, el empoderamiento no sólo implica tener acceso a

recursos, sino que frecuentemente opera a través de la `obtención de control'

sobre los recursos (toma de decisiones, elección, propiedad, confianza en

uno mismo) (Kishor, 1999; Za Sathar & Kazi, 1997). Si una persona o un

grupo se empodera, posee la capacidad de elegir efectivamente (Alsop &

Heinsohn, 2005). El concepto integra percepciones de agencia personal, un

enfoque proactivo hacia la vida y la comprensión crítica del ambiente

sociopolítico y económico.

El marco de empoderamiento psicológico de Zimmerman (PE, por sus siglas

en inglés) "integra percepciones de control personal, un enfoque proactivo

hacia la vida y una comprensión crítica del entorno sociopolítico … el

empoderamiento organizacional incluye procesos y estructuras que realzan

las habilidades de los miembros y les proveen el apoyo mutuo necesario para

llevar a cabo cambios en el nivel comunitario, por ejemplo, empoderar la

organización" (Zimmerman, 1995). Aunque las características exactas del

empoderamiento pueden diferir en estas definiciones, todas incluyen

aspectos sobre el individuo actuando en su contexto gracias a un sentido de

competencia y confianza interna.

Durante la última década, el empoderamiento ha sido un tema de moda en la

comunidad internacional, incluso en instituciones importantes como el Banco

Mundial y las Naciones Unidas, quienes han resaltado su importancia en sus

reportes anuales recientes (Undp, 2005; Banco Mundial, 2006). Según el


Banco Mundial, el empoderamiento es el proceso de "aumentar la capacidad

de los individuos o los grupos para elegir y transformar estas elecciones en

las acciones y los resultados deseados" ("Overview: What is Adicionalmente,

tanto el Banco Mundial como las Naciones Unidas, también enfatizan el

empoderamiento como un medio para mejorar el desarrollo humano y la

equidad. El Informe de Desarrollo Humano en 2005 (HDR, por sus siglas en

inglés) afirma que, "El empoderamiento de las poblaciones pobres es tanto

un instrumento para reducir la pobreza como un aspecto de la reducción de la

pobreza, debido a que la participación en la sociedad es una dimensión del

desarrollo humano" (PNUD, 2005, p. 61). La sección especial sobre

empoderamiento en el Reporte del Banco Mundial de 2006 (WDR, por sus

siglas en inglés) explica, "Salir de las trampas de la desigualdad …incluye ser

capaz de visualizar y promulgar futuros alternativos, creer que es deseable y

posible salir de la pobreza, y ser capaz de participar de modo más

significativo en foros donde se están tomando las decisiones que afectan el

bienestar de uno mismo" (Banco Mundial, 2006, p. 71). Como demuestran

estos documentos internacionales, estos conceptos son inherentes a las

metas de desarrollo sustentable y reducción de pobreza.

1.2.1.3 Dimensiones del empoderamiento:

Dimensión de recursos materiales: concepto autor año

Físicos:

Humanos:

Financieros:

Dimensión de Recursos intelectuales: concepto autor año


Conocimientos:

Información:

Ideas:

Dimensión de control sobre la ideología: concepto autor año

Comunicar

Mantener e institucionalizar conjuntos de creencias específicos

Conductas

Rappaport (987), refiere que el empowerment (o empoderamiento) posee dos

dimensiones o componentes complementarios para el caso del desarrollo

comunitario. Una se centra en la autodeterminación personal, que sería la

capacidad de determinar la propia vida (sentido de competencia personal). La

otra, se centra en la determinación social y se refiere la posibilidad de

participación democrática (sentido de competencia comunitaria), es decir que

las personas objeto de la acción de desarrollo, se fortalezca en su capacidad

de controlar su propia vida.

(Oliva et al, 2012) señala al empoderamiento social como una dimensión que

los recursos o características de la comunidad incluyen elementos tales como

seguridad, disponibilidad de actividades extracurriculares estructuradas o

refuerzo positivo y asignación de responsabilidades y roles para los

adolescentes en la comunidad. Estos elementos pueden facilitar la madurez

de las mujeres, su empoderamiento, su sentido de utilidad e importancia para

la comunidad y su deseo de contribuir activamente a la mejora de la misma.

Las personas con una participación social activa experimentan un desarrollo


positivo de su auto concepto, en términos de atributos como competencia,

madurez emocional, confianza 5 en sí mismos, persistencia, empatía y coraje

(Singer, King, Green y Bar, 2002 citados por Silva y Martínez, 2007). De

manera particular, en las preguntas consideradas para medir esta dimensión

de empoderamiento, procuramos dar cuenta de la vinculación o sentido de

pertenencia de los jóvenes con su comunidad y de su confianza en poder

hacer cosas para mejorarla. Los ítems planteados se encuentran en el anexo

A. Otras dimensiones que podemos mencionar según algunos autores serian:

 Crecimiento organizacional (Howes y Sattar 1992)

 Creación de conciencia y acceso a servicios (Franco et al. 1992)

 Fortalecimiento de organizaciones contrapartes y fomento de la

cooperación (Priester et al. 1995)

 Cambios de actitud (Richards 1985)

 Autonomía, membresía, base del conocimiento y ampliación de la base

(Uphoff 1989)

 Acceso, participación y movilidad de la mujer, matrimonio, toma de

decisiones,

conciencia, autoestima y desarrollo grupal (CARE 1994)

1.2.1.4 Evaluacion del empoderamiento:

El empoderamiento se produce en diferentes ámbitos: uno puede estar

empoderado como ama de casa y madre, pero sin poder alguno en el lugar

de trabajo; empoderada como ciudadana con capacidad para votar y hablar,

y en la mezquita o en la iglesia –donde esa misma persona puede dirigir un


grupo de oración, por ejemplo, pero no tener poder para tomar decisiones en

el hogar porque el marido no lo permite. En este contexto, los indicadores

consideran un conjunto de preguntas que dan cuenta de la complejidad del

tema, es decir, se enfocan en la autonomía y la toma de decisiones en los

siguientes ámbitos:

1. El trabajo

2. Las tareas domésticas y el cuidado

3. Crisis de salud

4. Participación en grupos

5. Participación política

Recientemente, muchos psicólogos y economistas han intentado cuantificar

el ambiguo concepto. Cuantificar un concepto tan abstracto sigue siendo un

tema discutible y complejo tanto en el campo del desarrollo como en la

psicología. Sin embargo, la medición puede ser importante; como señala

Kabeer, el intento por cuantificar el concepto de empoderamiento parece

colocar la idea en un "terreno más sólido y objetivamente verificable"

(Kabeer, 1999b, p. 436). Existen muchas investigaciones en el área del

empoderamiento de la mujer, y hay una serie de enfoques distintos para su

medición. La Conferencia del Cairo de 1994 vinculó el empoderamiento con

un amplio grupo de resultados demográficos favorables y estableció tres

áreas clave que conciernen al empoderamiento de la mujer: mejor salud,

acceso a recursos económicos y reducción en la desigualdad de género

(Williams, 2005). Los economistas del desarrollo demuestran el vínculo entre

el empoderamiento de la mujer y el crecimiento económico, fallas de

mercado, insumos laborales, etc… "la traducción de la erudición feminista en


un discurso de política pública" … intenta "cuantificar los alegatos de la

promulgación de género" (Kabeer, 1999a).

El Grupo de Reducción de Pobreza del Banco Mundial ha seguido esta

tendencia, desarrollando una investigación e indicadores que miden el

empoderamiento a nivel de países, distinguiendo entre marcadores directos e

indirectos del empoderamiento. Los indicadores directos incluyen el "grado"

de empoderamiento de una población, mientras que los indicadores

indirectos incluyen sus "bienes" y "estructura de oportunidades" (Holland &

Brook, 2004). También el Banco Mundial han propuesto cuatro procesos

facilitadores que son importantes para el empoderamiento: (1) acceso a

información; (2) inclusión y participación; (3) rendición de cuentas; y (4)

capacidad local de organización ("Overview: What is Empowerment," 2006).

Finalmente, Oxaal y Baden (1997) sugieren que los indicadores de

empoderamiento pueden dividirse en dos categorías: aquellos que intentan

medir el empoderamiento de la mujer en un nivel social amplio, para obtener

información y hacer comparaciones; y los que se desarrollan para medir los

efectos de proyectos o programas específicos. Esto subraya la necesidad de

medidas del empoderamiento tanto generales como específicas.

1.2.1.5 Conclusiones del empoderamiento:

Si bien existen actualmente algunos estudios de tipo cuantitativo que se

enfocan en el análisis de factores asociados al empoderamiento o del efecto

de ciertas políticas sobre el empoderamiento de las mujeres, lo cierto es que

la discusión acerca de la generación de indicadores y medidas para

monitorear la situación de empoderamiento de la mujer en el Perú se


encuentra aún en una etapa inicial. Lejos de pretender proponer un conjunto

de indicadores y una estrategia metodológica definitivos, esta investigación

busca constituirse en un punto de partida para ampliar el debate acerca de

este tema adoptando de forma explícita una perspectiva multidimensional que

busca reflejar la complejidad del concepto de empoderamiento. Además, este

intento parece particularmente oportuno en el marco del establecimiento de

los nuevos ODS que incluyen el empoderamiento de las mujeres como una

de sus metas, cuyo monitoreo constituye un compromiso que el Perú ha

asumido ante sus ciudadanos y la comunidad internacional. • En tanto el

debate acerca de la pertinencia de generar medidas multidimensionales

sintéticas continúa abierto, en este estudio se llevó a cabo un análisis

multidimensional que adopta las dos perspectivas en debate. Así, se propuso

seleccionar una serie de indicadores que permitieron construir un tablero de

control del empoderamiento de las mujeres en el Perú, así como un índice

multidimensional de empoderamiento que contiene la mayor parte de los

indicadores incluidos en dicho tablero. Con base en una revisión de la

literatura teórica sobre el tema y en los hallazgos de una exploración de

campo de tipo cualitativo y participativo, la perspectiva de tablero de control

adoptada incluyó 10 indicadores agrupados en 6 dimensiones o dominios de

manifestación del empoderamiento: vida y salud física, control sobre el

entorno material, relaciones sociales, integridad física y seguridad,

empoderamiento en el empleo y salud mental. Por otro lado, el análisis de la

distribución conjunta de insuficiencia en el empoderamiento incluyó la

utilización de 8 indicadores, excluyendo aquellos relacionados al empleo y la

salud mental debido a limitaciones de los datos.


El análisis de brechas muestra un claro patrón de desventaja para el medio

rural con relación al medio urbano. Esto es particularmente evidente para el

caso de los indicadores de control en el cuidado de la salud, participación en

las decisiones de compras en el hogar, autonomía en las relaciones sociales

y empoderamiento en el dominio del empleo. No obstante, el análisis también

muestra que existen algunos indicadores en los que el medio urbano muestra

un nivel de incidencia de insuficiencia mayor, como es el caso de aquellos

relacionados al padecimiento de violencia

Cambiar por otro subtitulo

1.2.2 Autoestima

1.2.2.1 Conceptualización según autores

Etimológicamente, la palabra autoestima está formado por el prefijo griego

autos (autos = por sí mismo) y por la palabra latina autoestima del verbo

autoestimar (evaluar, valorar, tasar).

Entonces, autoestima es una palabra que está compuesta por el concepto de

auto, que alude a la persona en sí (por sí misma); y estima, que es la

valoración de la persona de sí misma.

Bonet (1997). sostiene que la autoestima es la valoración que tiene el ser

humano de sí mismo, la actitud que manifiesta hacia sí mismo, la forma

habitual de pensar, de sentir, de comportarse consigo mismo y que la

autoestima puede ser académica, social, interpersonal

Cruz, (1997). sostiene que la autoestima no es innata, se adquiere y se

genera como resultado de la historia de cada persona que se va

construyendo en la interacción con los otros. Por lo tanto, la valoración que

uno tiene de sí mismo es el fruto de las interacciones.


Gardner (2005). nos dice que, la autoestima es el sentimiento valorativo de

nuestro ser, de nuestra manera de ser, de quienes somos nosotros, del

conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran

nuestra personalidad. Esta se aprende, cambia y la podemos mejorar. Es a

partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo

nos ven nuestros padres, maestros, compañeros, amigos y las experiencias

que vamos adquiriendo.

Osorio (2002) manifiesta que el significado de autoestima está ligado a la

composición de dos palabras: auto (por uno mismo, o propio) y estima

(consideración y aprecio que se hace de una persona o cosa). Es decir, la

autoestima está relacionada con la forma de cómo se valora cada ser

humano en los diferentes campos de la vida.

Ramírez y Almidón (1999) Definen a la autoestima como la valoración que

uno tiene de sí mismo, se desarrolla gradualmente desde el nacimiento, en

función a la seguridad, cariño y amor que la persona recibe de su entorno. La

autoestima se va construyendo a partir de las personas que nos rodean, de

las experiencias, vivencias, siendo la más importante para su adquisición, la

infancia y la adolescencia.

En conclusión, la autoestima es el resultado de la historia de cada persona a

través de una larga y permanente secuencia de interacciones con los otros.

Éstas van configurando su personalidad en el transcurso de la vida. Entonces

la autoestima adquiere una estructura sólida y estable, no estática sino

dinámica. Por lo tanto, puede crecer, desarrollarse y fortalecerse, y en

ocasiones puede devaluarse en forma situacional por fracasos específicos en


áreas determinadas. Por ejemplo, una mala nota en el examen, aunque es de

carácter transitorio.

1.2.2.2 Dimensiones de la autoestima

Reasoner, R. (1982). Expone que existen otras dimensiones o áreas

específicas de la autoestima y Haeussler y Milicic (1998:18-20), también

indica las siguientes dimensiones de la autoestima que son muy significativas

en la edad escolar, son las siguientes:

 Dimensión física: Se refiere a los ambos sexos al hecho de sentirse

atractivo físicamente. Incluye también, en los niños sentirse fuerte y

capaz de defenderse, y en las niñas, el sentirse armoniosa y

coordinada.

 Dimensión social: Incluye el sentimiento de pertenencia, es decir ser

aceptado por los demás y sentirse parte de un grupo. También se

relaciona con el hecho de sentirse capaz de enfrentar con éxito

diferentes situaciones, por ejemplo, ser capaz de tomar iniciativa, ser

capaz de relacionarse con la persona del sexo opuesto y solucionar

conflictos interpersonales con facilidad.

 Dimensión afectiva: Se refiere a la auto-aceptación de la personalidad,

como sentirse: simpático o antipático; estable o inestable; valiente o

temeroso; tímido o asertivo; tranquilo o inquieto; generoso o tacaño y

equilibrado o desequilibrado.

 Dimensión académica: Se refiere a la auto-aceptación de la capacidad

para enfrentar con éxito las situaciones de la vida académica y

específicamente a la capacidad de rendir bien y ajustarse a las


exigencias sociales. Incluye también la autovaloración de las

capacidades intelectuales, como sentirse inteligente, creativo y

constantes, desde el punto de vista intelectual.

 Dimensión ética: Se relaciona con el hecho de sentirse una persona

buena y confiable. También incluye atributos como sentirse 20 -

responsable, trabajador, etc. La dimensión ética depende de la forma

en que el sujeto interioriza los valores y las normas.

McKay y Fanning (1999). Señalan que en la autoestima existe una valoración

global acerca de sí mismo y del comportamiento de su yo. Hay dimensiones

de esta:

 Física: La de sentir atractivo

 Social: sentimiento de sentirse aceptado y de pertenecer a un grupo,

ya sea empresarial, de servicio, entre otros.

 Afectiva: autopercepción de diferentes características de la

personalidad.

 Académica: enfrentar con éxito los estudios, carreras y la

autovaloración de las capacidades intelectuales, inteligente, creativa,

constante.

 Ética: es la autorrealización de los valores y normas. Coopersmith

citado por Croziar (2001) identificó cuatro dimensiones: - Competencia

(capacidad académica). - Virtud (adhesión a las normas morales). -

Poder (la capacidad de influir en otros). - Aceptación social.

(Coopersmith, 1976), Desde la perspectiva que se ha adoptado, señala que

la autoestima posee tres dimensiones que se caracterizan por su amplitud y

radio de acción, logrando identificar las siguientes:


1. Autoestima en el área personal: consiste en la evaluación que el individuo

realiza y con frecuencia mantiene de sí, en relación con su imagen

corporal y cualidades personales, considerando su capacidad,

productividad, importancia y dignidad, lleva implícito un juicio personal

expresado en la actitud hacia sí mismo.

2. Autoestima en el área familiar: consiste en la evaluación que el individuo

hace y frecuentemente mantiene con respecto a sí, en relación con sus

interacciones con los miembros de su grupo familiar, su capacidad,

productividad, importancia y dignidad, implicando un juicio personal

manifestado en las actitudes asumidas hacia sí mismo.

Autoestima es la valoración que el individuo realiza y con frecuencia

mantiene con respecto a sí mismo en relación con sus interacciones sociales,

considerando su capacidad, productividad, importancia y dignidad, lo cual

igualmente lleva implícito un juicio personal que se manifiesta en las actitudes

asumidas hacia sí mismo.

1.2.2.3 Las fuentes interiores de la autoestima

Las fuentes interiores de la autoestima son el sentido propio de valía y la

confianza en que se es plenamente capaz de enfrentar los desafíos de la

vida. Branden explica que una autoestima saludable se sustenta en un doble

pilar conformado por la eficacia personal y el respeto a una misma, y si

alguno de ellos falta: la autoestima se deteriora. En sus palabras, define a

estos pilares del siguiente modo:


“La eficacia personal significa confianza en el funcionamiento de mi mente,

en mi capacidad para pensar y entender, para aprender, elegir y tomar

decisiones; confianza en mi capacidad para entender los hechos de la

realidad que entran en el ámbito de mis intereses y necesidades; en creer en

mí mismo; en la confianza en mí mismo. El respeto a uno mismo significa el

reafirmarme en mi valía personal; es una actitud positiva hacia el derecho de

vivir y de ser feliz; el confort al reafirmar de forma apropiada mis

pensamientos, mis deseos y mis necesidades; el sentimiento de que la

alegría y la satisfacción son derechos innatos naturales.”

Un consejo que se les puede dar a las técnicas (o técnicos) que intenten

elevar la autoestima de las mujeres gitanas es que comprendan cómo opera

la dinámica de la autoestima en sí mismas, qué factores inciden en

incrementar la propia autoestima o comprender como lograron un nivel de

autoestima sano en ellas.

Algo en lo que coinciden todos los teóricos es en el hecho de que la

autoestima es una experiencia íntima, reside en el centro de cada ser. Debido

a ello, una gran dificultad en el intento de incidir positivamente en la

autoestima de las personas es el hecho de que no se puede trabajar

directamente sobre ella. La autoestima es una consecuencia, un efecto de

determinadas prácticas. Branden identifica seis prácticas que tienen una

importancia crucial para elevar la autoestima, según su propia experiencia

como psicoterapeuta.

1.2.2.4 Características de la autoestima


Basadre (1999), afirma que la autoestima se puede apreciar de diferentes

maneras clasificándolas, como positiva y negativa, en el primer caso se

refiere al cuidado propio de la persona.

Las personas de alta autoestima se caracterizan por:

- Ser cariñosas y colaboradoras.

- Poseen un elevado sentido de confianza en sí mismos para iniciar

actividades y retos.

- Establecen sus propios retos.

- Son curiosos.

- Hacen preguntas e investigan.

- Están ansiosos por experimentar cosas nuevas.

- Describen de manera positiva y se muestran orgullosos de sus trabajos y

logros.

- Se sienten cómodos con los cambios.

- Pueden manejar la crítica y burla.

- Aprenden con facilidad.

- Perseveran ante las frustraciones.

 Las personas de baja autoestima se caracterizan por:

- No confían en sus ideas.

- Carecen de confianza para empezar retos.

- No demuestran curiosidad e interés en explorar.

- Prefieren rezagarse antes de participar.

- Se retiran y se sientan aparte de los demás.

- Se describen en términos negativos.

- No se sienten orgullosos de sus trabajos.


- No perseveran ante las frustraciones.

1.2.2.5 Niveles de autoestima

Autor (año)

1.2.2.5.1 Alta autoestima

La persona que cree firmemente en ciertos valores y principios dispuesto a

defenderlos, capaz de obrar según crea más acertado y confiado en su

propio juicio, tiene confianza en su capacidad para resolver sus propios

problemas, se considera interesante y valioso, es sensible a las necesidades

de los demás, respeta las normas de convivencia. Por lo tanto, las personas

con alta autoestima gustan más de sí mismos que los otros, quieren madurar,

mejorar y superar sus deficiencias.

Crozier (2001). Es una consecuencia de un historial de competencia y

merecimiento altos. Existe una tendencia a evitarlas situaciones y conductas

de baja autoestima. Las personas tienen una sensación permanente de valía

y de Capacidad positiva que les conduce a enfrentarse mejor a las pruebas y

a los retos de la vida, en vez de tender a una postura defensiva. Se sienten

más capaces y disponen de una serie de recursos internos e interpersonales.

Esta clase de autoestima está fundada de acuerdo con dos sentimientos de

la persona para con sí misma: la capacidad y el valor. Los individuos con una

autoestima positiva poseen un conjunto de técnicas internas e

interpersonales que los hace enfrentar de manera positiva a los que deba

enfrentar, tienden a adoptar una actitud de respeto no solo con ellos mismos

sino con el resto. Por otro lado, en un sujeto con una autoestima alta existen
menos probabilidades de autocrítica, en relación con las personas que

poseen otro tipo de autoestima.

1.2.2.5 Baja autoestima

Implica a la persona un estado de insatisfacción, rechazo y desprecio de sí

mismo, presenta las siguientes características:

a) Vulnerabilidad a la crítica: se siente exageradamente atacado y herido,

echa la culpa de sus fracasos a los demás o a la situación, cultiva

resentimientos contra sus críticos.

b) Deberes: deseo excesivo de complacer, por el que no se atreve a decir no,

por miedo a desagradar y perder la benevolencia o buena opinión del otro.

c) Perfeccionismo: auto exigencia esclavizadora de hacer perfectamente todo

lo que intenta, esta característica conduce a un desmoronamiento interior

cuando las cosas no salen con la posición exigida.

d) Culpabilidad neurótica: se acusa y se condena por conductas que no

siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores sin

llegar a perdonarse por completo.

e) Hostilidad flotante: siempre a punto de estallar aún por cosas de poca

monta, propia del crítico (excesivo) quien todo lo siente mal, todo le disgusta,

todo le decepciona, nada le satisface. f) Tendencias depresivas: un

negativismo generalizado en su vida, su futuro, y sobre todo una inapetencia

generalizad del gozo de vivir y de la vida misma.

Branden (1993, p. 57). Afirma que “aparte de los problemas biológicos, no

existe una sola dificultad psicológica que no está ligada a una autoestima

deficiente: depresión, angustia, miedo a la intimidad, miedo al éxito, abuso de


alcohol, drogadicción, bajo rendimiento escolar, inmadurez emocional,

suicidio, etc. Y esto sucede porque el individuo está muy vulnerable y este

concepto está ligado íntimamente a una autoestima baja”.

Coopersmith (1999) señala los siguientes niveles; alta autoestima, promedio

autoestima y baja autoestima los mismos que son susceptibles a aumentar o

disminuir con el correr del tiempo dependiendo del aprecio, afecto,

aceptación, atención y autoconciencia de la persona.

1.2. Investigaciones y Antecedentes del estudio

1.2.1. Antecedentes Nacionales

Rebeca Esteban Nolberto, (2016) …………….“Nivel de autoestima de las

adolescentes embarazadas centro de salud Tahuantinsuyo Bajo”

El objetivo del estudio fue identificar el nivel de autoestima en

adolescentes embarazadas que acuden al centro de salud Tahuantinsuyo

bajo. La muestra estuvo conformada por 60 gestantes adolescentes que

acudieron a su control prenatal durante los meses marzo y junio del 2016

y que cumplieron con los criterios de inclusión y exclusión. El trabajo de

investigación fue de tipo cuantitativo, descriptivo y de corte transversal.

Para la recolección de datos de las adolescentes embarazadas se utilizó

la encuesta teniendo como instrumento el cuestionario. Los resultados del

total de adolescentes encuestadas la mayoría es de Lima, solteras con

instrucción secundaria; en cuanto a su ocupación el 65% son estudiantes.


El nivel de autoestima en adolescentes embarazadas es medio en el 72%,

en el 16% alta, y en el 12% es bajo.

Katherin Zelada Torres, (2018) -----------------“Autoestima en Adolescentes

embarazadas del Centro de obras sociales maternidad de María -

Chimbote”.

El estudio tuvo como objetivo describir el nivel de autoestima en

adolescentes embarazadas del Centro de Obras Sociales Maternidad de

María, en el que se halló que de la muestra estudiada la mayoría presenta

una autoestima media, quiere decir que tiene suficiente confianza así

mismo. TIPO DE INVESTIGACION E INSTRUMENTO La investigación

se realizó con 22 adolescentes de 11 a 18 años, se obtuvo que el 59% de

la población obtuvo autoestima media, el 31% obtuvo autoestima baja y

el 9% autoestima alta. Sánchez (2005). Así mismo con la investigación

de Samamé y Velarde (2007) refiere que 85.7 % de las adolescentes

embarazadas tienen un nivel de autoestima baja y el 14.3 % alta. Estos

resultados se deben a que las madres adolescentes aún no están

preparadas físicas ni psicológicamente a la nueva etapa, esto conlleva a

diferentes problemas psicológicos que tiene que afrontar, uno de ellos es

la frustración a su expectativa de futuro.

Rhermit Roxana Becerra Pérez, (2016) “Influencia de la autoestima en la

depresión de las adolescentes embarazadas atendidas en el centro de

salud magna vallejo - Cajamarca”


La investigación corresponde a un estudio de tipo descriptivo,

correlacional de corte transversal. La población estuvo constituida

teniendo en cuenta todas las adolescentes embarazadas atendidas en el

Centro de Salud Magna Vallejo que, según el Sistema de Vigilancia de

Gestantes y Puérperas, de enero a septiembre de 2016 fue de 96.

INSTRUMENTO Se logro evidenciar en los presentes datos que el 74,6%

de adolescentes embarazadas tienen un nivel de autoestima media,

seguido de quienes tienen un nivel de autoestima baja con 20,6%;

solamente el 4,8% tienen un nivel de autoestima alta. En conclusión, la

mayoría de las adolescentes embarazadas tenía un nivel de autoestima

media (74,6%).

Roseny Alfaro García, (2018) “Nivel de autoestima de la adolescente

gestante de 14 a 19 años en centro de salud Sangarará comas”

Investigación realizada con el objetivo de determinar el nivel de

autoestima en 48 adolescentes embarazadas de 14 a 19 años en el

servicio de obstetricia del Centro de Salud Sangarará Comas, Lima.

Estudio de tipo cuantitativo descriptivo transversal , en el cual se usó

muestreo no probabilístico. FLTA INSTRUMENTO Obteniéndose como

resultados que el 93.8% y 6.3% presentó autoestima alta y baja

correspondientemente , siendo la autoestima de cognición de sí mismo

presente en el 100% y relaciones familiares presente con el 95.8%,

encontrando aproximadamente las 2/3 partes de autoestima baja en


relaciones sociales seguida del 56.3% del nivel de cognición de

competencias ; concluyendo que las adolescentes gestantes presentan

grados de autoestima baja en las dimensiones de cognición de

competencias y relaciones sociales debido al cuestionamiento de los

padres ante la sociedad y al abandono escolar a la vez la autoestima alta

predominó en general , cognición de sí mismo y relaciones familiares.

Ruth Dorcas Sabino Cacha, (2018) “Empoderamiento de la Mujer en las

Organizaciones Sociales de Base del Primer Nivel de los Clubes de

Madres y Comedores populares – Distrito de Villa el Salvador”.

La investigación tiene por objetivo identificar el nivel de empoderamiento

de la mujer, en las Organizaciones Sociales de Base del Primer Nivel de

los Clubes de Madres y Comedores populares – Distrito de Villa el

Salvador. El diseño de investigación es no experimental-transversal, de

tipo descriptivo y con enfoque cuantitativo. La población de estudio está

comprendida por los 50 representantes mujeres que pertenecen a esta

organización, durante los meses Marzo – Mayo del año 2018; para la

muestra se consideró el total de la población. Se utilizó el instrumento

para medir el empoderamiento de la mujer para el recojo de la información

(validado en México, 2008). se obtuvo COMO resultados, el nivel de

empoderamiento de la mujer en las Organizaciones Sociales de Base del

Primer Nivel de los Clubes de Madres y Comedores populares es de nivel

alto, porque los mayores porcentajes de las dimensiones se rigen en ese

nivel, con el 78% empoderamiento participativo, con un 54% para la


dimensión de temeridad, en la igualdad con un 78%, en satisfacción social

con un 62% y seguridad con un 78%. En el caso de la dimensión de

independencia el promedio fue el nivel medio con un 46% y en la

dimensión de influencias externas fue un 56%. Concluyendo que el nivel

de Empoderamiento de la mujer en las Organizaciones Sociales de Base

del Primer Nivel de los Clubes de Madres y Comedores populares –

Distrito de Villa el Salvador, se categoriza en un nivel alto, es decir, tienen

una buena capacidad de autodesarrollo, valoración y aceptación de sí

mismas.

1.2.2. Antecedentes Internacionales

Bakala Kimani, (2016) “El empoderamiento de las mujeres, clave para el

desarrollo de África”

Las diferentes investigaciones relativas al desarrollo de los países no llegaron

a contemplar el papel específico de la mujer en el desarrollo. Hasta hace

poco la mujer era tratada como un objeto interesante de estudio y no como

un sujeto pensante. Gracias a la incorporación de la perspectiva de género

como nueva categoría analítica en las ciencias sociales y humanas, está

demostrado que no existe desarrollo sin igualdad de género. Ninguna

sociedad puede ser considerada como desarrollada manteniendo situaciones

de marginalidad, desigualdad, exclusión y de vulnerabilidad hacia las

mujeres. Cuantas más mujeres educadas, formadas, activas y

comprometidas en los cambios sociales, asistiremos a más y mayores


transformaciones de las sociedades. Uno de los retos del África actual es el

de poner recursos de todo tipo para aprovechar al máximo las

potencialidades de las mujeres, hacerlo es una cuestión de justicia social

porque «las mujeres constituyen más de la mitad de la población de la Unión

Africana y representan el 75% de la mano de obra agrícola, ya es hora para

que se reconozca la igualdad entre las mujeres y los hombres, lo que

estimulará el desarrollo.

Ramos, Y., y Borges, D (2016) “Autoestima global y autoestima materna en

madres adolescentes”. Revista Cubana de Medicina General Integral

2016;32(4) http://scielo.sld.cu/pdf/mgi/v32n4/mgi04416.pdf

Cuando la maternidad ocurre en la adolescencia, cobra especial importancia

por sus posibles implicaciones en factores psicológicos como la autoestima, es

un pilar fundamental sobre el que se construye la personalidad. Las madres

asumen el rol materno valiéndose de una serie de recursos personales,

incluyendo su autoestima general. Hallazgos de investigaciones sobre la

autoestima materna encontraron que una madre con baja autoestima materna

es menos afectiva y se encuentra menos dispuesta emocionalmente para sus

hijos lo que provoca disrupciones en la adaptación de esta nueva relación. La

autoestima es uno de los procesos autorreferenciales primordiales sobre el que

se construye la personalidad, y uno de los más potentes predictores del grado

de ajuste psicológico durante la adolescencia y la adultez. La maternidad en la

adolescencia es un evento que limita el proyecto de participación de las madres

en la esfera social y pública, pues el cuidado de su hijo se convierte en causa

fundamental de abandono escolar. El no culminar los estudios reduce entonces


las oportunidades laborales y compromete su capacidad adquisitiva (ingresos

monetarios) para su propia subsistencia y la de su bebé; realidad que puede

afectarla emocionalmente, al no poder satisfacer las necesidades materiales

de su descendiente. La autoestima es un índice dinámico y sujeto a cambios

que se ve influido por las experiencias a las que las personas se ven expuestas.

Teniendo en cuenta que la adolescencia es un período en el que las

muchachas deberán hacer frente a importantes cambios y resolver distintas

tareas evolutivas es de esperar que su nivel de autoestima experimente

cambios y fluctuaciones. Algunas investigaciones coinciden en encontrar que

en la adolescencia temprana es donde se encuentran los niveles más bajos, al

incluir más cambios y tareas evolutivas, aumentando está en la tardía. Cuando

estos mismos adolescentes vayan ganando en autonomía, libertad,

responsabilidad, los niveles de autoestima mejorarán.

Liezel Ulloque, Álvaro Monterrosa, Cindy Arteta (2015)” Prevalencia de baja

autoestima y nivel de resiliencia bajo, en gestantes adolescentes de

poblaciones del caribe colombiano”

Los embarazos en adolescentes están aumentando, la Encuesta Nacional de

Demografía y Salud de Colombia señaló que, en el caribe colombiano, el

porcentaje de adolescentes alguna vez embarazadas fue 20,0% en el 2005 y

21,3% en el 2010.

La gestación en la adolescencia puede truncar el proyecto de vida personal,

especialmente si no existe apoyo familiar, social y si se es víctima de violencia

intrafamiliar. Sin embargo, es posible afrontar dicha circunstancia y buscar la


superación, es ello el concepto resiliencia psicológica, también es definido

como la capacidad que permite a una persona prevenir, minimizar o superar el

daño impuesto por las adversidades de la vida y poder proyectarse hacia el

futuro.

Al estudiarse situaciones adversas, se debiese valorar la autoestima,

entendida como los sentimientos de valía personal y de respeto a sí mismo, ya

que la baja autoestima puede influenciar negativamente en la resiliencia. Se

ha reportado que niveles altos de autoestima se asocian con mayor capacidad

de resiliencia psicológica

El objetivo fue estimar la prevalencia de la baja autoestima y el de nivel de

resiliencia bajo en un grupo de gestantes adolescentes colombianas.

María de los Ángeles Rodríguez (2015)” Autoestima Y Factores de riesgo para

el embarazo adolescente de Medellín”

Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) del año 2005, el

porcentaje de embarazos en adolescentes subió de 19 a 21% entre los años

2000 y 2005. Para el 2010 bajo a 18%. En el 2015 Medellín obtiene el

porcentaje de 15% de adolescentes que han sido madres o están en

embarazo.

El embarazo adolescente es uno de los hechos más frecuentes, son

experiencias difíciles que afectan la salud integral tanto de los padres

adolescentes como la de sus hijos, familiares y de la sociedad, actualmente es

considerado un problema de salud pública debido al creciente aumento.


El embarazo en adolescentes mayormente es un evento inesperado,

sorpresivo. Generalmente se desarrollan reacciones de angustia propias del

momento y trastornos en el proceso normal del desarrollo de la personalidad.

La autoestima se considera un factor protector que ayuda a las personas

jóvenes a superar situaciones difíciles. Por el contrario, la baja autoestima está

asociada a problemas de salud tales como depresión, suicidio, anorexia

nerviosa, delincuencia, conducta de riesgo sexual y otros problemas.

Julia Caivinagua (2017) “Autoestima y características obstétricas en

adolescentes embarazadas, Cuenca–Ecuador”

El embarazo en adolescentes en la actualidad es un problema de salud pública,

pues se ha constituido en una de las causas que afecta negativamente el perfil

psicológico de la madre, en gran parte ésta ocasiona cambios en su autoestima

durante el embarazo.

La autoestima se considera la suma de confianza y respeto por sí mismo, la

cual motiva el comportamiento que repercute en la apreciación de la vida, su

importancia radica en el hecho de que impulsa a la persona a actuar, a seguir

adelante y la motiva a buscar sus objetivos.

La autoestima de la madre dependerá de las condiciones en las que se

desarrolle el embarazo, la aceptación o rechazo del mismo, caso contrario

habrá momentos de confusión, tensión y angustia; pero si la autoestima está

en base a sentimientos positivos, ello ayudará a enfrentar y sobreponerse a

cada acontecimiento negativo o doloroso. La adolescente embarazada que

cursa con autoestima baja tiende a ser vulnerable a sufrir depresión puesto
que tienen menos experiencias de vida y por lo general carecen de apoyo tanto

de la pareja como de la familia.

1.4 Marco Conceptual:

EMPODERAMIENTO: Es un proceso que dota a un individuo,

comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas para

aumentar su fortaleza, mejorar sus capacidades y acrecentar su

potencial, todo esto con el objetivo de que pueda mejorar su situación

social, política, económica, psicológica o espiritual.

AUTOESTIMA: Según Coopersmith (1976): La conceptualiza como la

evaluación que el individuo hace de sí mismo expresando una actitud

de aprobación o desaprobación e indica la extensión en la cual el

individuo se cree capaz, significativo y exitoso. En este caso la

autoestima es igualmente subjetiva, agregando que el sujeto puede

aprobar o no, el resultado de dicha percepción.

AFILIACIÓN: Es el acto y resultado de afiliar. Adhesión de un individuo

a una organización u organizaciones. Como resultado la persona

adquiere diversos beneficios y derechos, mientras que en otros casos

también asume obligaciones.


AUTORREALIZACION: Llenar expectativas de los objetivos vitales de

una persona por sí misma, satisfacción y orgullo que siente por el logro

sus aspiraciones.

INDEPENDENCIA: Condición de la persona o grupo que no depende

políticamente de otro. Sentimientos: estado del ánimo que se produce

por causas que lo impresionan, y estás pueden ser alegres y felices, o

dolorosas y tristes.

CONFIANZA:

Seguridad o esperanza firme que alguien tiene de otro individuo o

algo.

RECONOCIMIENTO:

Acción de reconocer sirve para saber el contenido de algo y de esa

manera examinar más profunda o detalladamente esa cosa en

particular

Decisión: Determinación para actuar ante una situación que presenta

varias alternativas Percepción: Conocimiento o la comprensión de

una idea.

DESARROLLO:
Crecimiento, progreso, evolución, mejoría.

VALORACIÓN:

Acción y efecto de valorar. Origen etimológico de la palabra: proviene

de valorar y con el sufijo – ción.

ADQUIRIR:

Llegar a tener o conseguir una cualidad, un conocimiento, un habito o

una habilidad de forma natural o tras un proceso. Conseguir un bien

por medios propios.

ORDENAR ALFABETICAMENTE, AUTORES AL FINAL.

2.1. Planteamiento del Problema

2.1.1. Descripción de la realidad problemática

En el ámbito internacional

Cada año, dan a luz unos 16 millones de adolescentes de 15 a 19 años y

aproximadamente 1 millón de niñas menores de 15 años, la gran mayoría

ocurre en países de ingresos bajos y medianos. El embarazo en la

adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la

mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza (OMS, 2018)

Estas adolescentes a lo largo de su vida generalmente se enfrentan a

diferentes factores de riesgo: socioeconómico, cultural, abuso sexual,

consumo de alcohol y drogas, falta de información sobre métodos

anticonceptivos; convirtiéndose en el factor de riesgo más común a nivel

mundial, las familias disfuncionales.


Según Woodward, Fergusson & Horwood (2001), las mujeres que han vivido

dentro de familias con un entorno social, familiar, individual y de relaciones

complicadas durante su niñez y adolescencia tienen un riesgo más alto a salir

embarazadas durante su adolescencia.

Aun cuando el estado de los embarazos en adolescentes es distinto para cada

una, sobresalen algunas características en común: Los cuerpos más jóvenes

no están completamente desarrollados para atravesar este proceso del

embarazo sin consecuencias desfavorables.

"Una gran cantidad de mujeres embarazadas muy jóvenes no tienen acceso a

servicios que les permitan ponerse en manos de profesionales capaces de

atenderlas en caso de parto obstruido", dice el Dr. Luc de Bernis, asesor

principal de salud materna en el Fondo de Población de las Naciones Unidad

(UNFPA), destinado en Etiopía. Dado que en muchos países las niñas se

casan muy pronto, incluso antes de empezar a menstruar

Muchas menores de edad no saben cómo prevenir el embarazo, ya que en

varios países no se brinda una correcta educación sexual, por ende, son más

probables estas acciones en comunidades poco instruidas y rurales.

En países de ingresos medianos y bajos más del 30% de las muchas contraen

matrimonio antes de los 18 años, y cerca del 14% antes de los 15 años. (OMS,

2018)

Los partos en adolescentes como porcentaje de todos los partos oscilan entre

alrededor del 2% en China y el 18% en América Latina y el Caribe. En todo el

mundo, siete países representan por sí solos la mitad de todos los partos en

adolescentes: Bangladesh, Brasil, la República Democrática del Congo,

Etiopía, la India, Nigeria y los Estados Unidos de América. (OMS, 2009)


Evidentemente, como todo acto trae consigo consecuencias, hoy en día, a nivel

mundial, se obtiene como resultado del embarazo adolescente, una dificultad

para reinsertarse en la sociedad y un resultado negativo en la formación del

capital humano

Hoy en día, las madres adolescentes cubren el 10% de los nacimientos en el

mundo. (OMS, 2018).

En el ámbito nacional

Durante el año 2017, el 13,4% de adolescentes de 15 a 19 años fueron madres

o quedaron embarazadas por primera vez, lo que representó un incremento

del 0,7% con respecto al año anterior cuando el índice fue del 12,7%, reveló la

Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2017 del Instituto Nacional

de Estadística e Informática (INEI).

El estudio del INEI detalló que, de ese porcentaje, el 10,6 % se convirtió

en madre ese mismo año, mientras que el 2,9% quedó embarazada por

primera vez.

Precisó que este porcentaje ha venido experimentando ligeras fluctuaciones

en los últimos años. En el año 2013 se estimó en 14 %; en el 2014 (14,6 %) y

en el 2015 (13,6 %).

Asimismo, el informe Endes 2017 indica que, en el año 2017, el embarazo de

las adolescentes del área rural fue de 23,2 %, mientras que en el área

urbana fue de 10,7 %.

Sobre esta realidad, Walter Mendoza De Souza, analista del Fondo de

Población de las Naciones Unidas (UNFPA) Perú, consideró que no hay


cambios significativos en los índices de embarazos adolescentes en el Perú en

los últimos años.

Dijo, sin embargo, que la diferencia hoy en día cada es que cada vez más

adolescentes en el Perú no quiere quedar embarazada. Pero el drama radica

en que ellas no tienen la posibilidad de ejercer sus derechos.

“Los planes de vida de muchas adolescentes que quisieran postergar la

maternidad y el primer embarazo no se puede cumplir porque falta educación

sexual, una buena orientación, consejería y que los servicios de salud sean

amigables”, aseveró Mendoza en declaraciones a la Agencia Andina.

En base al informe del Endes 2017 y los registros del Ministerio de Salud

(Minsa) y del Reniec, Mendoza dijo que cuatro adolescentes menores de 15

años quedan embarazas diariamente en el Perú, mientras que 10 con 15 años

exactos de edad se embarazan al día.

En tal sentido, el analista calculó en alrededor del 50 % el índice de embarazos

en adolescentes que no son deseados en el Perú.

“Lo cierto es que, en general, hay una brecha entre la fecundidad observada y

la fecundidad deseada. Es mayor la observada que la que realmente se

quisiera”, subrayó.

Mendoza dijo que Perú tiene uno de los niveles más bajos en el nivel de uso

de métodos modernos de planificación familiar a causa de problemas de la

logística, en la calidad del servicio o en los horarios de atención en los centros

de salud.

“No es aceptable que un país como Perú tenga niveles tan bajos porque, en el

marco de los objetivos del desarrollo sostenible, es fundamental el derecho a

decidir libre e informadamente cuándo y cuántos hijos tener”, manifestó.


En el ámbito local

La población de San Juan de Lurigancho (SJL), es el distrito que presenta más

número de casos de madres adolescentes. Los planes de vida de muchas

adolescentes que quisieran postergar la maternidad y el primer embarazo no

se pueden cumplir porque falta educación sexual, una buena orientación,

consejería y servicios de salud amigables.

Además, en el distrito de San Juan de Lurigancho, se observa que la mayoría

de las familias son disfuncionales o son familias que atraviesan por situaciones

de violencia, descuido de los hijos, falta de comunicación con los hijos, lo cual

conlleva a que los hijos manifiesten comportamientos de aislamiento, toma de

decisiones propias, desinterés en los estudios, sin aspiraciones para el futuro,

relaciones interpersonales bajas, autoestima baja.

La falta de comunicación y orientación es una constante en las familias, por

ello en el distrito de San Juan de Lurigancho existe mayor porcentaje de

madres adolescentes.

Por tanto, el presente estudio busca dar a conocer la relación entre el

empoderamiento y la autoestima que presentan las madres adolescentes, que

se encuentran en el Centro de madres Adolescentes Villa Vida – CEDETEP

durante el presente periodo. Buscando contribuir al diagnóstico de la realidad

situacional y a la salud emocional de las madres adolescentes.

INCLUIR EN CADA AMBITO EL PROBLEMA QUE VIVEN DICHA

MUESTRA DE EMBARAZADAS EN CUANTO A SU AUTOESTIMA Y

RESTRICCION DEL EMPODERAMIENTO


2.1.2 Antecedentes teóricos

2.1.2.1 Antecedentes teóricos empoderamiento

Como se señaló anteriormente, el empoderamiento es también concebido

como un proceso cognitivo, afectivo y conductual. Rappaport (1984) refiere

que el empoderamiento implica un proceso y mecanismos mediante los cuales

las personas, las organizaciones y las comunidades ganan control sobre sus

vidas. En su formulación del empoderamiento los procesos y los resultados

están íntimamente ligados.

Cornell Empowerment Group (1989) define el empoderamiento como un

proceso intencional, continuo, centrado en la comunidad local, que implica

respeto mutuo, reflexión crítica, cuidado y participación grupal, a través del cual

personas carentes de un compartir equitativo de recursos valorados ganan

mayor acceso a, y control sobre esos recursos.

Para Mechanic (1991) el empoderamiento es un proceso en el que los

individuos aprenden a ver una mayor correspondencia entre sus metas, un

sentido de cómo lograrlas y una relación entre sus esfuerzos y resultados de

vida.

Por su parte, Montero (2003) prescinde del neologismo empowerment para

referirse a su significado con el término “fortalecimiento”, propio de la lengua

castellana y de uso anterior a la aparición del

Concepto empowerment. Señala que existe una correspondencia casi total

entre ambos términos. Lo define como: “El proceso mediante el cual los

miembros de una comunidad (individuos interesados y grupos

Organizados) desarrollan conjuntamente capacidades y recursos para

controlar su situación de vida, actuando de manera comprometida, consciente


y crítica, para lograr la transformación de su entorno según sus necesidades y

aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismos”

Zimmerman (2000) y Rappaport (1988) coinciden en que el empoderamiento

es un constructo que relaciona fortalezas individuales y capacidades

(competencias), sistemas naturales de ayuda y conductas proactivas con

asuntos del cambio social y de política social.

2.1.2.2. Antecedentes teóricos de la autoestima

Nathaniel Branden, psicoterapeuta canadiense, dice: “La autoestima,

plenamente consumada, es la experiencia fundamental de que podemos llevar

una vida significativa y cumplir sus exigencias” (Branden, 1995).

Podemos decir que la autoestima es la confianza en nuestra capacidad de

pensar y enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida, así como la confianza

en nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables,

de ser dignos y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias,

alcanzar nuestros principios morales y gozar del fruto de nuestros esfuerzos.

“La autoestima consiste en valorar y reconocer lo que uno/a es y lo que puede

llegar a ser”. (Rojas, 2001)

Para Maslow, impulsor de la psicología humanista, la autoestima es una teoría

sobre la autorrealización. Afirmando que cada uno de nosotros posee una

naturaleza interna, Maslow menciona las necesidades humanas (vida,

inmunidad, seguridad, pertenencia, afecto, respeto, autoestima y

autorrealización).
Figura 1. Pirámide de Maslow.

“En realidad, las personas auto realizadas, las que han llegado a un alto nivel

de madurez, salud y autosatisfacción, tienen tanto que enseñarnos que, a

veces, casi parecen pertenecer a una especie diferente de seres humanos.”

(Maslow, 1968)

La pirámide de Maslow es más conocido como la pirámide de las necesidades,

todas las personas tenemos diferentes formas de vida, y ello nos lleva a tener

necesidades como las que señala Maslow, la autoestima donde la persona se

sienta con confianza, éxito y respeto por sí mismo y por los demás. Una

persona que tenga una buena autoestima se puede catalogar como una

persona feliz.

Carl Rogers, fundador de la psicología humanista, expuso que la raíz de los

problemas de muchas personas es que se desprecian y se consideran seres

sin valor e indignos de ser amados. Rogers entiende que cada quien posee un

yo positivo, único y bueno; pero, ese verdadero yo con frecuencia permanece

oculto y enmascarado, sin poder desarrollarse.


El objetivo más deseable para el individuo, la meta que persigue

inconscientemente, es llegar a ser él mismo.

Cada persona posee una naturaleza interna de base esencialmente biológica

que es hasta cierto punto natural, intrínseco, innato y en cierto sentido

inmutable y es mucho más conveniente sacarla a la luz y cultivarla que inhibirla

y sofocarla. Si se le permite que actúe como principio rector de la vida, el

desarrollo será saludable.

“Cada persona es una isla en sí misma, en un sentido muy real, y sólo puede

construir puentes hacia otras islas si efectivamente desea ser él mismo y está

dispuesto a permitírselo.” (Rogers, 1992)

El Dr. Morris Rosenberg, profesor de sociología en la Universidad de Maryland,

desde 1975 entiende a la autoestima como un fenómeno actitudinal creado por

fuerzas sociales y culturales.

Esto nos quiere decir que la autoestima del individuo se ve influenciado por las

fuerzas sociales como las amistades, centros educativos, centros religiosos,

etc. también nos señala que la cultura se ve influenciado en la autoestima de

la persona, de donde es, que tipo de familia tiene, las costumbres, etc.

Rosenberg la define como “la totalidad de los pensamientos y sentimientos de

la persona con referencia a sí misma como objeto”. Además de la autoestima,

la autoeficacia y la autoidentidad son una parte importante del concepto de sí

mismo. Para esto, Rosenberg elabora una escala que consta de 10 preguntas:
Tabla 1. (Rosenberg, 1965; Antieza, Balaguer, & Moreno, 2000)

Estas diez preguntas nos harán dar cuenta de cómo tiene la autoestima la

persona, si tiene un autoestima bajo o elevado, si la persona se siente bien

consigo mismo.

COLOCAR NOMBRES DE TEORIAS PARA CADA VARIABLE

2.1.3 Definición del problema general y específico

2.1.3.1 Problema general

¿De qué manera influye el empoderamiento de las madres adolescentes

sobre su autoestima en el centro de madres adolescentes Villa Vida –

Cedetep?

2.3.1.2 Problemas específicos

¿Cuál es la escala predominante de autoestima de las madres

adolescentes del centro Villa Vida – Cedetep?


¿Cuál es la relación del empoderamiento y la autoestima de las madres

adolescentes del centro Villa Vida – Cedetep?

Potrebbero piacerti anche