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1 Tesalonicenses 1:1

(RVR1960)

“Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios


Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios
nuestro Padre y del Señor Jesucristo.”

La ciudad:
Tesalónica es una ciudad, que a diferencia de muchas mencionadas en
el Nuevo Testamento aún existe y conserva su nombre.
Es una ciudad costera, que era parte de Macedonia, se encontraba a
unos 160 km de Filipos.
Se llamaba así en honor a la hermanastra de Alejandro el grande,
quien se casó con Casandro uno de los 4 generales de Alejandro.
Era una ciudad bien ubicada, su calle principal era parte de la
famosa vía Ignacia la cual conectaba en aquel entonces las ciudades
más importantes, esto hacía que fuera bastante visitada por
comerciantes y otras personas.
Pese a ser una ciudad libre, griega, sus habitantes estaban exentos
de algunos impuestos.
En el año 146 a.C es llamada “La madre de toda Macedonia”, por
tanto era un lugar estratégico para fundar una iglesia.

La fundación de la iglesia:
Esta aparece descrita en Hechos 17. Capitulo que describe el momento
en que los misioneros, Pablo y Silas (diminutivo de Silvano), salieron
de Filipos y llegaron a esta ciudad. Estando allí, Pablo estuvo
predicando en la sinagoga judía por un periodo de tres días de
reposo. Esto quiere decir que en Tesalónica habitaban una cantidad
de hombres judíos importante para tener una sinagoga. El resultado
fue que algunos judíos se convirtieran, otros griegos y algunas
mujeres nobles.
Los judíos celosos de la obra, juntaron una turba y fueron a la casa de
Jasón buscando a Pablo y Cia. Sin embargo al no encontrarlos,
llevaron a Jasón y a otros recién convertidos delante de las autoridades
de la ciudad acusándolos de revelarse contra la soberanía de César.
Luego de eso, los hermanos partieron a Berea que está a unos 80
kms. de distancia. Ahora, hay varias razones para pensar que el
ministerio de Pablo y Silas no duró solo 3 semanas, sino más tiempo,
puesto que los Filipenses le enviaron ayuda económica a Pablo por los
menos 2 veces.
La carta:
Fue escrita entre el 50 y el 51 d.C por Pablo, probablemente en
Corinto, lugar donde Pablo se volvió a reunir con Timoteo, quien le
había dado noticias de la iglesia.
Es probablemente la carta más antigua escrita por el apóstol.

¿Quiénes escriben la carta?


Pablo escribe esta carta acompañado de los ministros fieles que le
ayudaron en la obra en Tesalónica.
Contextualmente corresponde al tiempo del segundo viaje misionero de
Pablo.
Silvano o Silas, fue el hombre que le acompaño en la etapa
fundacional. Este era un judío helenizado, fue un miembro prominente
de la iglesia de Jerusalén. Después del viaje con Pablo,
presumiblemente se quedó con Pedro siendo escribano de este. (1
Pedro 5:12).
Timoteo era de Listra, una ciudad de Asia menor y participó del
segundo viaje misionero de Pablo, pese a que no se menciona por
nombre en la estadía en Tesalónica estuvo con Pablo y Silas, ya que
desde Berea, Pablo manda a Timoteo que se vuelva a Tesalónica.
Pablo, por su parte, el principal gestor de la obra misionera, tenía gran
confianza con los hermanos de Tesalónica, razón por la cual, cuando
se presenta en la carta no tiene necesidad de llamarse “apóstol” ya que
ningún tesalonicense objetaba su apostolado.
Así es que Pablo junto a sus dos colaboradores en el evangelio
comienzan esta epístola a sus amados hermanos.
¿Dónde está la iglesia?
Para nosotros, en nuestros días el término “iglesia” es común,
obviamente lo asociamos a lo espiritual o religioso, también lo
relacionamos con un edificio. Sin embargo, nada de esto venía a la
mente de los tesalonicenses cuando oyeron que se les llamaba “iglesia”.
Iglesia es la derivación de la palabra griega “asamblea”, una palabra
muy común en aquel entonces para referirse simplemente a un grupo
de personas organizadas.
En tesalónica habían muchas agrupaciones organizadas, ¿Pero qué
era lo que hacía diferente a esa “asamblea”, qué era lo que hacía
que Pablo la llame “La iglesia”?
La respuesta es simple… La Nueva Traducción Viviente traduce este
pasaje de la siguiente manera.
1 Tesalonicenses 1:1
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Nosotros, Pablo, Silas[a] y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en
Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios Padre y al Señor
Jesucristo.

Que Dios les dé gracia y paz.

Lo que hacía que esta fuera “la iglesia” de Tesalónica y no “una


iglesia” es que esa asamblea de personas pertenecía a Dios. Eran
propiedad de Dios.
Una iglesia no es un lugar físico, nosotros hoy podemos juntarnos
aquí y en un par de semanas hacerlo en otro lugar.
Una hermana nos compartía un video donde se muestra que lugares
que antes servían para la reunión de la iglesia en Holanda hoy son
bibliotecas, cafés e incluso discoteques. La iglesia no es un lugar físico.
La iglesia tampoco es una elite; el pastor, ancianos o líderes de la
iglesia. La iglesia no es una administración.
La iglesia local, es la asamblea de personas que pertenecen a Dios.
Hay muchas congregaciones de personas que se llaman a sí
mismos iglesias, pero que están compuestas por personas que
hacen lo que quieren, que su dios son sus propios deseos, que creen
lo que quieren creen y no lo que Dios dice, ellos no son “la iglesia”
ellos son simplemente una asamblea organizada de personas.
De la misma manera dentro de “las iglesias locales” (verdaderas),
hay muchas personas que no son parte de “la iglesia”. Es decir,
asisten, participan, simpatizan con el mensaje, pero no son propiedad
de Dios; No le pertenecen.
Por esa razón Agustín de Hipona hablo de la iglesia visible y de la
iglesia invisible. La iglesia visible corresponde a la iglesia como
nosotros la vemos, todos lo que asisten a ella, entre los cuales también
hay muchos que no son parte de ella. Según Agustín la iglesia invisible
corresponde a la iglesia como Dios la ve, es decir, aquellos que son
parte de la iglesia visible pero que además de ello efectivamente
son pertenencia de Dios.
1 Corintios 6:20
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Hay muchas personas que asisten a iglesia y piensan que son


parte de la iglesia de Dios y no lo son. Creo que eso es algo
sumamente peligroso.
No hay nada más terrible que pensar ser parte del pueblo de Dios
y no serlo.
Mateo 7:21-23
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores
de maldad.

¿Cómo es posible saber si soy pertenencia de Dios, si soy parte de su


iglesia?
1 Pedro 2:9
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes
de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

Efesios 5:25-26
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
palabra,

Ahora, no es tan solo una cosa de pertenencia, sino también de


posición. No solo somos de Cristo sino que también estamos “en” Cristo.
Ej. La diferencia de un bebé en el vientre de su madre y uno que
esta fuera.
Gálatas 2:20
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
20

Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo


de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Colosenses 3:3
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en
Dios.

Romanos 8:9
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el
Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, no es de él.

2 Timoteo 1:14
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
14 Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.

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